Texto: Zubiri, Xavier. Cinco Lecciones de Filosofía. Immanuel Kant.
Profesor: Dr. Federico Raffo Quintana.
Alumno: Rodrigo Ezequiel Solano García.
Fecha de entrega: 12 de mayo.
¿Qué es la filosofía para el autor escogido? Elabore una síntesis de su planteo (entre 800 y 1000 palabras), detecte 5 conceptos relevantes para la concepción de la filosofía del autor y explíquelos (aprox. 100 palabras por concepto). Conceptos seleccionados: Anlage, Relación espacio-tiempo, Idea, Razón y Deber.
Immanuel Kant dejará su marca en la historia del conocimiento filosófico con un
enfoque meticuloso, exhaustivo, enriquecedor y versátil, que, a su vez, se encuentra extasiado de honestidad, al menos dentro de los parámetros que uno podría llegar a tener en cuenta a partir de la lectura minuciosa de los componentes de su obra. Ahora bien, su proceso crítico acerca del camino filosófico trae aparejado una serie de cargas en su psiquis que lo moldearán frente a tan sumo acontecimiento como lo es dilucidar un sendero limpio de irregularidades en la búsqueda de un saber filosófico lo más fidedigno posible. Durante muchos años, Kant se movió en las arenas del sistema deductivo de verdades racionales inspirado por Leibniz, una personalidad increíblemente fructífera del pensamiento moderno. A pesar de este paradigma mental que lo dominaba, la antítesis entre racionalismo y empirismo jugó un papel importantísimo en la definición de los pasos que seguiría. Para ser más precisos, la crítica de Hume lo hizo despertar de su “sueño dogmático”, algo que a priori resultaba inaceptable para su integridad espiritual. Aunque existían diferencias claras que generaban una puja constante entre ambas corrientes, el objetivo era común, intentar alcanzar una filosofía como ciencia. Esta travesía que emprende el filósofo de Königsberg comenzará con la formulación precisa del problema filosófico. Así, Zubiri, con previo análisis del contenido de los resultados logrados por Kant, hace la siguiente distinción: (...) Será ciencia: 1°, si existe verdad en los resultados obtenidos; 2°, si existen no sólo resultados verdaderos, sino, además, una dirección fija, un método, en la investigación de la verdad; 3°, si cada verdad así conquistada acrecienta el saber anterior y no simplemente lo destruye, esto es, si la marcha, según aquel método, es realmente progresiva. Podrá haber oscilaciones, saberes dudosos, rectificaciones parciales, pero, en definitiva, la ciencia se va componiendo de verdades ya establecidas (Zubiri 1963, p.64). La pauta es clarísima, se requiere una verdad cuyo método asegure un progreso firme, un punto de partida que favorezca la constitución de esta ciencia y no la termine deteriorando. En el inicio, Aristóteles basaba la metafísica en principios aprehendidos a partir de la intelección del nous. En la época de Kant, esta concepción se vuelve tortuosa y problemática. Esas visiones o videncias mentales que constituían los principios de Aristóteles, se convertirán, pues, en juicios, cambiando la impronta del nous, que se transformará en el entendimiento de los primeros juicios. Con ello, la videncia se transforma en e-videncia. El empirismo también contrastaba con el término principio, tomándolo como videncias elementales,con carácter de sensaciones externas, siendo en última instancia algo distinto de la demostración, un origen. Racionalismo y empirismo difieren pero la metafísica sigue versando sobre el saber de lo suprasensible. Al fin de cuentas, Kant busca una salida, a saber, por la senda de un nuevo principio fundamental. Con estas bases, se sentaba en preludio de lo que iba a ser una entrada a la ciencia filosófica recayendo sobre el método que alimenta a toda ciencia. Existe en el tratamiento de las ciencias la apodeixis, una demostración que toma de las cosas sus principios, para luego utilizar la evidencia del razonamiento concluyendo en verdades apodícticas. Kant dice que hay otro modo distinto de la pura apodeixis, donde los conceptos de los que se sirve la hipótesis no son fundados en la intuición, sino que es algo concebido por el entendimiento para la intuición, una sutil pero clave diferencia. De tal forma, Kant enuncia: “conceptos sin intuiciones son vacíos, pero intuiciones sin conceptos son ciegas, sólo con el concepto es como veo a la naturaleza”(Zubiri 1963, p.74). Ciertamente, se evidencia un supuesto inverso donde las cosas giran en torno al entendimiento. Ciencias como la física, la matemática y la lógica son conocidas por establecer su rigor científico mediante procedimientos a priori, ya sea con juicios analíticos o sintéticos. Por lo tanto, el entendimiento es el que determina de antemano los objetos, por un principio que no es la evidencia ni la experiencia, sino algo diferente. El tema en cuestión es averiguar el principio primero del conocimiento y del objeto, entendido como fundamento, gestándose el inconveniente de la filosofía sobre cómo son posibles los juicios sintéticos a priori. La idea de un conocimiento metafísico con fortaleza de ciencia va tomando forma y se encauza el asunto operando sobre las condiciones objetivas de las cosas y las condiciones de su inteligibilidad. Por lo tanto, se visualiza al objeto, eso que está ahí, que está enfrente del entendimiento para ser conocido, pero el entendimiento no hace las cosas, aunque sí hace que ellas sean objetos para él, basándose en el yo pienso que es lo que hace que algo sea objeto. Este yo pienso es el que pone la inteligibilidad misma de los objetos. De a poco los nutrientes van llegando, y la sensibilidad se convierte en principio determinante de la perceptibilidad de algo, pero esta realidad solo puede ser percibida en forma espacial y temporal, en un aquí y ahora. Asimismo, “el entendimiento debe admitir que los objetos también son cosas en sí, porque lo contrario sería admitir que hay un manifestarse sin algo que se manifieste” (Zubiri 1963, p.91). Por consiguiente, si se quiere ciencia, hablamos de filosofía como saber de lo trascendente en cuanto a los conceptos primeros del entendimiento. Un plano nuevo se revela, y la conciencia del hombre no es sólo conciencia cognoscente, sino también moral, introduciendo un término muy rico que es el deber como objetivo de lo moral. En la unidad del saber filosófico tenemos una riqueza en la conjunción del Faktum de la ciencia con el Faktum de la moral, atribuyendo a este hecho una frase de Kant que, metafóricamente, nos explica todo: “el cielo estrellado sobre mi frente y la ley moral en mi conciencia” (Zubiri 1963, p.105). La exposición que ha sido confeccionada con antelación constituyó una breve síntesis del abordaje de Immanuel Kant sobre su concepción de filosofía y su afán por establecer un marco de referencia que pudiera cubrir las exigencias de la ciencia. A raíz de esto, se mencionarán algunos conceptos que considero claves en el viaje del filósofo alemán que nos presenta Zubiri en su libro Cinco Lecciones de Filosofía. Kant utiliza el término Anlage, el cual podemos traducir, forzosamente, como disposición fundamental. De esta manera, la metafísica es una disposición fundamental de la naturaleza humana. A partir de esto, contamos con una herramienta de abordaje de ese principio que para el empirismo significa origen, pero es, en realidad. fundamento, evidenciando que el problema filosófico no está en el origen de las ideas. sino en la búsqueda de un nuevo principio que logre trascender, un juicio con aptitud para discernir la índole de la pura razón. En la síntesis se trató la temática del yo pienso como dador de la inteligibilidad de los objetos, por lo tanto este componente sería el principio supremo de todo juicio sintético a priori. Consiguientemente, las realidades que percibimos se manifiestan en una relación de espacio-tiempo. Estos dos términos presentan las siguientes características: (...) El tiempo no es un orden de coexistencia dado por las sensaciones, como diría Leibniz, sino al revés: el supuesto mismo de su ordenación, (...), no se concibe al tiempo como un receptáculo real donde están las cosas, en absoluto, sino que es la forma en la que han de aparecer para lograr la percepción. Todo esto debe producirse del tiempo, forma en que han de serme manifiestan sensitivamente las cosas; a saber, en sucesión. (Zubiri 1963, p.88). Adentrándonos en el mundo de la noción, definido como la intelección de algo por puros conceptos sin que sea dado por intuición, se presenta el concepto puramente nocional, que trasciende de las condiciones de la posibilidad de la experiencia, lo que Kant, recordando a Platón, llama Idea. Y la facultad de las Ideas, es la Razón. La utilización de los conceptos del entendimiento por sí mismos para entender a los objetos nos hace desembocar en la Idea de la totalidad de los objetos. Estas Ideas nos servirán como guía al entendimiento, cultivando la sistematización de los objetos en el camino de la ciencia. Por último, me parecía interesante introducir contenido pertinente al deber de Kant, que previamente fue enunciado mínimamente. La impronta del deber radica en estar allende lo que es, más allá de tal cuestión. No es un deber condicionado, bajo ningún concepto, sino que el deber moral es absoluto, independiente de cualquier condición. Por lo tanto, debe hacerse por voluntad completa del puro deber, nada más ni nada menos, esta acción se basta a sí misma por el solo hecho de regirse como tal. Es “la forma suprema de la praxis” (Zubiri 1963, p.96). En definitiva, “este deber moral, el imperativo categórico, se muestra a la conciencia no como algo dado, ya que no nos dicta lo que es, sino como lo que debe ser allende todo es” (Zubiri 1963, p.96). Tenemos, entonces, un Faktum de un orden diferente de lo psicológico, es un Faktum inteligible, allende todo lo sensible.