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BOLIVIANO.
Precisiones terminológicas y fuentes principales a la luz de las normas del Bloque de
Constitucionalidad.(*)
RESUMEN
El propósito del presente trabajo, consiste en hacer un repaso general de los principales
conceptos de la Ciencia del Derecho, desde la utilización del término y su significación,
revisando el alcance de sus áreas especializadas, hasta lograr determinar la ubicación del
Derecho Constitucional, precisando algunas definiciones adecuadas para su comprensión;
para luego hacer énfasis en la importancia de las fuentes de producción y de conocimiento
de esta rama especializada, a la luz de tres elementos esenciales: la Constitución boliviana
(aprobada el año 2009), el Bloque de Constitucionalidad vigente en el país, y la
Jurisprudencia Constitucional relevante, a fin de poner de relieve su enorme influencia y
utilidad para la enseñanza del Derecho Constitucional.
(*) La presente ponencia corresponde al Eje Temático: La enseñanza del Derecho Constitucional y del Derecho Procesal
Constitucional; y se encuentra incluida en la Memoria del Cuarto Congreso Boliviano de Derecho Constitucional y
Segundas Jornadas de Derecho Procesal Constitucional. Cochabamba, Bolivia: Grupo Editorial Kipus, 2019. Págs. 355-
386.
(**) Especialista en Derecho Constitucional y Procedimientos Constitucionales (UMSA). Docente de la Universidad Privada
Franz Tamayo (UNIFRANZ), del Centro de Capacitación Municipal (CCaM) y de la Universidad Salesiana de Bolivia (USB).
Autor de distintos Libros sobre Derecho Constitucional, Derecho Procesal Constitucional y Derechos Humanos. Miembro
de la Academia Boliviana de Estudios Constitucionales (www.abec.org.bo); del Instituto Iberoamericano de Derecho
Procesal Constitucional – Sección Nacional (Bolivia), y Secretario Académico de la Asociación Boliviana de Derecho
Procesal Constitucional. Responsable del Blog Jurídico: Tren Fugitivo Boliviano (http://alanvargas4784.blogspot.com/).
1
PALABRAS CLAVE
Ciertamente en el mundo literario se han dedicado obras y enciclopedias para poder definir
el Derecho, aunque a pesar del tiempo transcurrido hasta la actualidad, aún se puede decir
que los juristas todavía se hallan buscando una definición del mismo; de ahí que este vocablo
es utilizado en variados sentidos; sin embargo –y siguiendo los criterios del profesor Jorge
Asbun–, para facilitar su comprensión resulta necesario fijar los sentidos mínimamente
aceptables en que debe utilizarse el término Derecho.
1 ASBUN, Jorge. Derecho Constitucional General. Conceptos Jurídicos Básicos. Quinta Edición. Cochabamba, Bolivia:
Grupo Editorial Kipus, 2007. Págs. 15-16. En este sentido, el Artículo 13 de la Constitución Política del Estado establece
que: “I. Los derechos reconocidos por esta Constitución son inviolables, universales, interdependientes, indivisibles y
progresivos. El Estado tiene el deber de promoverlos, protegerlos y respetarlos. II. Los derechos que proclama esta
Constitución no serán entendidos como negación de otros derechos no enunciados. III. La clasificación de los derechos
establecida en esta Constitución no determina jerarquía alguna ni superioridad de unos derechos sobre otros. IV. Los
tratados y convenios internacionales ratificados por la Asamblea Legislativa Plurinacional, que reconocen los derechos
humanos y que prohíben su limitación en los Estados de Excepción prevalecen en el orden interno. Los derechos y deberes
2
por ejemplo, la Constitución Política del Estado, en su artículo 14 establece
expresamente que todo ser humano tiene personalidad y capacidad jurídica con
arreglo a las leyes, y goza de los derechos reconocidos por la Constitución, sin
distinción alguna. Asimismo, la Constitución prevé que: “El Estado garantiza a
todas las personas y colectividades, sin discriminación alguna, el libre y eficaz
ejercicio de los derechos establecidos en esta Constitución, las leyes y los
tratados internacionales de derechos humanos”.
En este sentido, los jurisconsultos romanos por ejemplo, distinguieron el Jus Privatum del
Jus Publicum, debido a la caracterización señalada por Ulpiano en sentido de que el derecho
público3 atañe a la conservación de la cosa pública romana, y que el derecho privado era
concerniente a la utilidad de los particulares. Esta distinción es admitida aún en la época
contemporánea; sin embargo se ha visto ampliada con la incorporación plena de un derecho
de contenido específico, diferente de los anteriores, y que se ha conocido con el nombre de
Derecho Social4, teniéndose en consecuencia tres grupos de ciencias jurídicas, claramente
delimitados en la división del derecho.
consagrados en esta Constitución se interpretarán de conformidad con los Tratados internacionales de derechos humanos
ratificados por Bolivia”.
2 VALENCIA VEGA, Alipio. Manual de Derecho Constitucional. La Paz, Bolivia: Editorial Juventud, 1964. Págs. 12-13.
3 “El Derecho Público romano, según Justiniano, abarcó las cosas sagradas, el sacerdocio y la magistratura. Papiniano, al
expresar que jus publicum privatorum pactis mutari non potest, consagró el principio de que el Derecho Público no podía
ser modificado por los acuerdos entre particulares, norma que fundamenta el imperio de las leyes de orden público, que
no pueden ser alteradas ni menos inobservadas por convenios particulares”. TRIGO, Ciro Félix. Derecho Constitucional
Boliviano. Segunda edición. La Paz, Bolivia: Fondo Editorial de la Biblioteca y Archivo Histórico del Honorable Congreso
Nacional. Pág. 47.
4 “Desde hace pocos años, el conjunto de normas e instituciones ideadas con el fin de proteger a las clases trabajadoras
ha venido constituyéndose en disciplina jurídica autónoma, distinta del Derecho Civil, del Público o del Administrativo en
que quiso englobársela en un comienzo. (…) Huérfano el obrero de toda protección estatal, dentro del régimen de libre
concurrencia que fatalmente aplasta a los débiles; condicionadas sus actividades productoras por las reglas totalmente
deficientes del Derecho Civil, que no las considera sino como emergencia del contrato de arrendamiento de servicios o de
3
a) Derecho Público.- Que se halla conformado básicamente por las normas
reguladoras del orden jurídico referente al poder público en sus relaciones con los
particulares, y de éstos con aquel, recíprocamente. En este sentido, a manera de
ver algunas de las ramas que integran esta parte del Derecho –de forma meramente
ejemplificativa, y no limitativa–, se puede indicar que aquella normatividad
relativa al Estado, su estructura, sus órganos, funciones, así como lo referente a
los derechos y garantías de las personas, compone el Derecho Constitucional.
Asimismo, cuando dichas disposiciones regulan las instituciones públicas y los
actos administrativos del Órgano Ejecutivo en la aplicación de la ley, y la
dirección de los servicios públicos, nos encontramos ante lo que se denomina
Derecho Administrativo. Por otro lado, cuando esa normatividad regula las
funciones del Tesoro Nacional, así como las obligaciones de los contribuyentes
del Estado y los derechos de éste, respecto de la percepción y recaudación de las
rentas para el sostenimiento de los servicios públicos y la atención de las
necesidades públicas, nos situamos frente al Derecho Financiero y Tributario.
Además de lo anterior, debemos tener en cuenta que el Estado tiene entre sus
atribuciones la principal obligación de defender al conjunto de la ciudadanía,
garantizando la individualidad de las personas y sus bienes, por lo cual, debe
protegerlas de la comisión de delitos, estableciendo al mismo tiempo las sanciones
respectivas conjuntamente a las medidas de seguridad, para reintegrar al individuo
a la sociedad, producto de la transgresión del orden público, entonces nos
ubicaremos dentro del campo del Derecho Penal. Finalmente, se puede indicar
también que aquellas reglas destinadas a formar y establecer las relaciones
familiares, valorizando a la familia como institución básica de la sociedad,
estructuran el Derecho de Familia.5
b) Derecho Privado.- Se halla comprendido por aquel conjunto de normas que rigen
las relaciones privadas entre los individuos pertenecientes a determinada sociedad
estatal, cuyos intereses requieren necesariamente una regulación particular, y en
este sentido la forma típica de expresión de ésta dimensión del Derecho, se halla
precisamente en lo que se denomina Derecho Civil, considerado básicamente
como aquella rama del Derecho privado constituida por normas que regulan las
relaciones jurídicas relativas a la personalidad individual y colectiva, el derecho
obra; (…) es sólo con la aparición de este nuevo Derecho que siente asegurados en forma cada vez más estable su vida
económica y su bienestar social”. PEREZ PATÓN, Roberto. Principios de Derecho Social y de Legislación del Trabajo. La
Paz, Bolivia: Imprenta Ferrari Hermanos, 1946. Pág. 20.
5 ALVARADO, Alcides. Del Constitucionalismo Liberal al Constitucionalismo Social. La Paz, Bolivia: Editorial Judicial, 1994.
Pág. 39. En este sentido, el Artículo 62 de la Constitución Política del Estado, establece que el Estado reconoce y protege
a las familias como el núcleo fundamental de la sociedad, y garantizará las condiciones sociales y económicas necesarias
para su desarrollo integral. Todos sus integrantes tienen igualdad de derechos, obligaciones y oportunidades.
4
de propiedad y las reglas de transmisión de los bienes, las fuentes de las
obligaciones patrimoniales (actos y negocios jurídicos), y las sucesiones por causa
de muerte, así como el ejercicio, protección y extinción de los derechos.6
Asimismo, las regulaciones de las actividades comerciales, junto a los agentes y
auxiliares que intervienen en el intercambio de las mercancías, se hallan
expresamente regulados por el conjunto de normas inherentes al Derecho
Comercial.7
6 ROMERO SANDOVAL, Raúl. Derecho Civil. (según los Apuntes de Derecho Civil Boliviano del Prof. Dr. Raúl Romero
Linares). La Paz, Bolivia: Editorial Los Amigos del Libro, 1983.
7 ALVARADO, Alcides. Obra Citada. Pág. 38.
8 El artículo 45 de la Constitución Política del Estado, establece que toda persona (bolivianas y bolivianos) tienen derecho:
1) Al trabajo digno, con seguridad industrial, higiene y salud ocupacional, sin discriminación, y con remuneración o salario
justo, equitativo y satisfactorio, que le asegure para sí y su familia una existencia digna; 2) A una fuente laboral estable,
en condiciones equitativas y satisfactorias. Además dispone que: “II. El Estado protegerá el ejercicio del trabajo en todas
sus formas. III. Se prohíbe toda forma de trabajo forzoso u otro modo análogo de explotación que obligue a una persona
a realizar labores sin su consentimiento y justa retribución”. Asimismo, es importante poner de relieve el contenido del
artículo 48.II de la CPE, que con el objeto de otorgar una efectiva protección jurídica al trabajador, ha determinado que:
“Las normas laborales se interpretarán y aplicarán bajo los principios de protección de las trabajadoras y de los
trabajadores como principal fuerza productiva de la sociedad; de primacía de la relación laboral; de continuidad y
estabilidad laboral; de no discriminación y de inversión de la prueba a favor de la trabajadora y del trabajador”. Así como
el contenido del parágrafo III que previene: “Los derechos y beneficios reconocidos en favor de las trabajadoras y los
trabajadores no pueden renunciarse, y son nulas las convenciones contrarias o que tiendan a burlar sus efectos”. En este
mismo sentido el Decreto Supremo 28699 de 1 de mayo de 2006, en su artículo 4, ratifica la vigencia plena en las relaciones
laborales del principio protector con sus reglas del in dubio pro operario y de la condición más beneficiosa, así como los
principios de continuidad o estabilidad de la relación laboral, de primacía de la realidad y de no discriminación. Por su parte
el art. 11.I del citado precepto establece: 'Se reconoce la estabilidad laboral a favor de todos los trabajadores asalariados
de acuerdo a la naturaleza de la relación laboral, en los marcos señalados por la Ley General del Trabajo y sus
disposiciones reglamentarias'. Finalmente, cabe hacer notar que el Tribunal Constitucional Plurinacional, ha establecido
un precedente a través de la Sentencia Constitucional Plurinacional Nº0177/2012 de 14 de mayo, en la cual realiza una
enumeración de los principios más importantes del Derecho del Trabajo.
5
Asimismo, el trabajo considerado como fenómeno social, y que constituye la
fuente del derecho de adquisición de la tierra en el ámbito rural, en virtud al
principio de que “la tierra es de quien la trabaja”, da lugar a la formación del
Derecho Agrario, teniendo en cuenta además que en la sociedad actual resulta
inconcebible la existencia de grandes extensiones de tierra ociosa (latifundio)9.
Finalmente, el denominado Derecho de la Seguridad Social, se encarga de
precautelar y defender el capital humano, protegiendo principalmente la salud del
trabajador y de su familia, extensible a toda la población laboral, y en este sentido
se dedica a asegurar la continuidad de los medios de subsistencia del trabajador,
cubriendo los seguros de enfermedad, riesgos profesionales, invalidez,
enfermedad y/o muerte, además de las asignaciones familiares contempladas en
el Régimen de Seguridad Social.10
De acuerdo a todo lo expuesto anteriormente, se debe hacer notar que tanto el Derecho
Público como el Derecho Privado, se subdividen a su vez en Interno e Internacional, es decir
que se trata del Derecho Público Interno cuando las relaciones que rige se dan al interior de
un determinado Estado, y se trata de Derecho Público Internacional cuando las relaciones
públicas reguladas son las que se establecen de Estado a Estado entre sí11; así también el
9 Así por ejemplo, el Artículo 398 de la Constitución Política del Estado, prohíbe expresamente el latifundio, por ser contrario
al interés colectivo y al desarrollo del país; y aclara que: “Se entiende por latifundio la tenencia improductiva de la tierra; la
tierra que no cumpla la función económica social; la explotación de la tierra que aplica un sistema de servidumbre,
semiesclavitud o esclavitud en la relación laboral o la propiedad que sobrepasa la superficie máxima zonificada establecida
en la ley. La superficie máxima en ningún caso podrá exceder de cinco mil hectáreas”.
10 ALVARADO, Alcides. Obra Citada. Pág. 41. En este sentido, el Artículo 45 de la Constitución Política del Estado,
establece que todas las bolivianas y los bolivianos tienen derecho a acceder a la seguridad social, y que además: “II. La
seguridad social se presta bajo los principios de universalidad, integralidad, equidad, solidaridad, unidad de gestión,
economía, oportunidad, interculturalidad y eficacia. Su dirección y administración corresponde al Estado, con control y
participación social. III. El régimen de seguridad social cubre atención por enfermedad, epidemias y enfermedades
catastróficas; maternidad y paternidad; riesgos profesionales, laborales y riesgos por labores de campo; discapacidad y
necesidades especiales; desempleo y pérdida de empleo; orfandad, invalidez, viudez, vejez y muerte; vivienda,
asignaciones familiares y otras previsiones sociales. (…)”. Ciertamente, en un Estado Social y Democrático de Derecho,
uno de los derechos que adquieren mayor importancia es el derecho a la seguridad social, que en el sistema constitucional
boliviano está consagrado como un derecho fundamental. Con relación a la naturaleza jurídica y los alcances que tiene el
derecho a la seguridad social, el Tribunal Constitucional, en su Sentencia Constitucional Nº0058/2004, de 24 de junio, ha
establecido lo siguiente: “Según la doctrina, la seguridad social es un conjunto de medidas tomadas por la sociedad y en
primer lugar por el Estado, para asegurarles a las personas los medios de vida en caso de pérdida o reducción importante
de los medios de existencia, causados por circunstancias no propiamente creadas voluntariamente, así como para
garantizar todos los cuidados médicos necesarios. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha señalado que 'La
Seguridad Social, es un sistema conjunto que comprende una serie de medidas oficiales, cuyo fin es proteger a gran parte
de la población contra las consecuencias de los diversos riesgos sociales, como la enfermedad, el desempleo, los
accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales, las cargas de familia, la vejez, la invalidez y el fallecimiento del
sostén de la familia'. En el marco doctrinal referido se puede señalar que el derecho a la seguridad social, es la potestad
o facultad que tiene toda persona a la cobertura integral de sus contingencias y a que se le garanticen los medios materiales
que le aseguren una existencia humana digna, preservando su vida y salud física y mental, su seguridad económica, el
descanso y la protección de su núcleo familiar. Este derecho comprende la cobertura a contingencias inmediatas y
mediatas. Por lo mismo, resulta ser un derecho irrenunciable de carácter prestacional para el trabajador activo o retirado.”
11 De acuerdo a la definición del profesor boliviano Felipe Tredinnick, el Derecho Internacional Público “es el conjunto
sistematizado de normas jurídicas que regulan las relaciones internacionales tanto de los Estados como de los organismos
6
Derecho Privado Interno, es el que rige las relaciones privadas de los particulares dentro de
un mismo país, y el Derecho Privado Internacional es el que rige las relaciones privadas que
se desarrollan en distintos países o Estados12.
Para una mejor comprensión, podemos decir que el Derecho Público Interno tiene como
principales subdivisiones a las siguientes ciencias (enumeración ejemplificativa): Derecho
Político, que es el conjunto de principios jurídicos relativos al Estado y la validez del orden
normativo, considerando al Estado como un fenómeno general, en el tiempo y el espacio;
Derecho Constitucional, que estudia los principios de la organización jurídica interna del
Estado y de los poderes públicos, estableciendo las reglas que rigen su naturaleza y sus
funciones, y los vínculos jurídicos que relacionan al pueblo con el Estado14; Derecho
Administrativo, que señala la jurisdicción y competencia de las autoridades administrativas,
investigando la actividad del Estado y sus órganos e instituciones para el logro de sus fines
específicos, habiendo sido considerado por ello, como “la rama del Derecho que preside la
organización y funcionamiento de los servicios públicos”15; sin embargo, actualmente se
entiende que el Derecho Administrativo es el conjunto de normas jurídicas de derecho
público interno que regulan la organización y funcionamiento de los órganos administrativos
y sujetos estatales, subordinados y en relación de tuición, respecto de los órganos del poder
público, y las relaciones de éstos para con los administrados16. El Derecho Penal, es el
u organizaciones bilaterales o multilaterales”. TREDINNICK, Felipe. Curso de Derecho Internacional Público y Relaciones
Internacionales. Segunda edición. La Paz, Bolivia: Editorial Los Amigos del Libro, 1993. Pág. 2.
12 Según el criterio del profesor Victor N. Romero del Prado: “El Derecho Internacional Privado es el conjunto de normas
jurídicas que tienen por objeto o fin, determinar cuál es la jurisdicción competente o la Ley que debe aplicarse en caso de
concurrencia simultánea de dos o más jurisdicciones y de dos o más leyes, que en el espacio reclaman su observancia”.
Citado por: PRUDENCIO COSIO, Jaime. Curso de Derecho Internacional Privado. Quinta edición. La Paz, Bolivia: Librería
Editorial Juventud, 1997. Pág. 16.
13 TRIGO, Ciro Félix. Obra Citada. Pág. 54.
14 VALENCIA VEGA, Alipio. Obra Citada. Pág. 13. “Esta definición que fija como marco del Derecho Constitucional
solamente lo jurídico, tuvo vigencia hasta entrado el siglo XX. Al presente, como no podía ser de otra manera, lo jurídico
continúa teniendo un valor primordial como campo de estudio de esta rama, pero está abierto y enriquecido con el estudio
de la realidad constitucional, esto es, las normas jurídicas se analizan en su interrelación con las conductas humanas,
alcanzándose así una comprensión más fiel del objeto de estudio. (…) Por todo lo expuesto se puede decir que el Derecho
Constitucional es la disciplina de la rama pública de la Ciencia del Derecho que estudia la organización jurídica del Estado,
los derechos y deberes individuales y colectivos, la organización del gobierno, las instituciones políticas y las prácticas
relativas a los mismos” ASBUN, Jorge. Obra Citada. Págs. 20-21.
15 REVILLA QUEZADA, Alfredo. Curso de Derecho Administrativo Boliviano. La Paz, Bolivia: Gráfica Burillo,1958. Pág. 19.
16 MARTINEZ BRAVO, Juan Alberto. Derecho Administrativo Boliviano. Santa Cruz de la Sierra, Bolivia: Editorial El País,
7
conjunto de principios y normas en que se basa la acción punitiva del Estado, a través de las
sanciones correspondientes a las transgresiones y vulneraciones de la ley penal; en otras
palabras, se trata del “conjunto de normas jurídicas que representan el poder punitivo del
Estado, trabajan con el delito y el delincuente, fijan las penas y las medidas de seguridad,
estableciendo la relación del delito (como presupuesto) y la pena (como consecuencia
jurídica)”17; Derecho Procesal, que es el conjunto de principios jurídicos y reglas de
procedimiento que señalan los métodos por los cuales el Estado administra justicia, a través
del respeto y cumplimiento de los derechos y garantías constitucionales de los ciudadanos
(que sean partes en un proceso judicial), de acuerdo al ordenamiento jurídico vigente. En
otras palabras, el Derecho Procesal es principalmente un conjunto sistematizado de principios
y normas jurídicas instrumentales18 que regulan, mediante el proceso, la materialización de
las leyes sustantivas, y también la organización, estructura y composición de los órganos
jurisdiccionales del Estado.
Conforme se puede ver, la ubicación del Derecho Constitucional se encuentra dentro del
Derecho Público Interno, debiendo tenerse el cuidado de no confundirlo con el Derecho
Político (que antes ciertamente estuvieron bajo una sola denominación de: Derecho Público),
mismo que posee un carácter más amplio y se refiere principalmente al fenómeno del Estado
en todos sus aspectos, es decir, tal como éste se presenta en la historia y en la realidad social;
en tanto que el Derecho Constitucional se refiere a la estructura y organización jurídica del
Estado, abarcando su composición, su funcionamiento y también sus relaciones internas con
los ciudadanos (cuyas reglas se hallan contenidas en una sola Ley que es considerada
fundamental en un Estado de Derecho)19.
En conclusión –y siguiendo las ideas del profesor Pablo Dermizaky–, podemos decir que el
Derecho Constitucional es una rama del Derecho Público Interno que estudia la estructura
social, la organización jurídica, política, económica y territorial del Estado, así como los
derechos, deberes y garantías de los ciudadanos20.
17 MIGUEL HARB, Benjamín. Derecho Penal. Parte General. Tomo I. La Paz, Bolivia: Editorial Juventud, 1998. Pág. 10.
18 Es importante poner de relieve su carácter instrumental, porque sirve para tutelar los derechos de las personas, pues
ante la vulneración de los derechos o intereses subjetivos, éstos quedarían sin protección si no existieran normas que
permitan la realización de un proceso que brinde seguridad a las relaciones jurídicas en sociedad. Cfr. HERRERA AÑEZ,
William. Introducción al Derecho Procesal. Santa Cruz, Bolivia: Editorial Universitaria, 1998. Págs. 3-4.
19 El profesor argentino Rafael Bielsa, señala que: “El Derecho Constitucional puede definirse pues, como la parte del
Derecho Público que regla el sistema de gobierno, la formación de los poderes públicos, su estructura y atribuciones, y las
declaraciones, derechos y garantías de los habitantes, como miembros de la sociedad referida al Estado, y como miembros
del cuerpo político a título de ciudadanos”. Citado por: VALENCIA VEGA, Alipio. Desarrollo del Constitucionalismo. Tercera
Edición. La Paz, Bolivia: Editorial Juventud, 1998. Pág. 23.
20 DERMIZAKY PEREDO, Pablo. Derecho Constitucional. Décima Edición revisada y concordada con la Constitución
vigente y las leyes de desarrollo constitucional. Cochabamba, Bolivia: Grupo Editorial Kipus, 2011. Pág. 18.
8
disciplina, como un conjunto de conocimientos jurídicos referentes a la organización,
conformación y desarrollo del Estado21.
Por otro lado, el profesor Jorge Asbun realiza una precisión muy acertada, cuando nos dice
que se debe distinguir entre: i) las fuentes de fundamentación, que son aquellas que desde un
punto de vista histórico, sociológico o filosófico, buscan la esencia del Derecho según las
diferentes concepciones del mismo; ii) las fuentes de producción, que se refieren a las
distintas formas en que se manifiesta la voluntad soberana que crea el orden jurídico y en el
que ocupa un lugar destacado la Constitución; y, iii) las fuentes de conocimiento, que
comprenden los medios que permiten el entendimiento de los diversos ordenamientos
jurídicos y sus particularidades22.
En este sentido, los textos de la materia generalmente señalan que las fuentes del Derecho
Constitucional, son las mismas establecidas para el Derecho en general; sin embargo -y según
criterio del autor de estos apuntes-, debe entenderse que al ser el Derecho Constitucional una
rama especial del Derecho Público Interno, sus fuentes de producción y de conocimiento,
son diferentes a las comúnmente señaladas para el Derecho en cualquiera de sus ramas, con
alcances muy distintos, conforme se podrá ver a continuación.
a la manera de ser una cosa, entidad o persona; en sentido específico, se relaciona con la Constitución de un Estado, es
decir, organiza el gobierno, garantiza las libertades individuales, y fija límites a la actividad del poder público. En resumen
“la Constitución es la ley fundamental o súper ley conforme a la cual se organizan los poderes públicos, se regulan los
derechos y libertades individuales y se limita la acción del poder público; es la expresión jurídica del régimen del Estado,
sujeto a limitaciones en el ejercicio de sus poderes y se la concibe como el mejor sistema de garantías contra la
arbitrariedad y el despotismo de los gobernantes”. TRIGO, Ciro Félix. Obra Citada. Pág. 63. Por su parte, el Dr. José
Antonio Rivera Santivañez (ex-Magistrado del Tribunal Constitucional de Bolivia) define a la Constitución como “el
ordenamiento jurídico fundamental del Estado que consigna normas que regulan su estructura jurídico-política,
determinando su forma de organización, definiendo el sistema de gobierno, los mecanismos de conformación de los
Órganos de Poder, sus funciones y atribuciones, así como los derechos fundamentales y garantías constitucionales de las
personas”. RIVERA SANTIVAÑEZ, José Antonio. Reformas Constitucionales. Avances, debilidades y temas pendientes.
Segunda Edición. Cochabamba, Bolivia: Editorial KIPUS, 1999. Pág. 3.
24 La norma consignada en esta disposición constitucional proclama simultáneamente dos principios fundamentales: a) el
principio de la supremacía constitucional, que consiste en que el orden jurídico y político del Estado está estructurado
sobre la base del imperio de la Constitución que obliga por igual a todos, los gobernantes y gobernados; y b) el principio
de la jerarquía normativa, que consiste en que la estructura jurídica de un Estado se basa en criterios de niveles jerárquicos
9
considerarse que ambos conceptos constituyen el contenido principal de la Teoría
Constitucional moderna.
Es una Ley Suprema, porque se sitúa por encima de toda otra disposición legal que
integra el ordenamiento jurídico del Estado. Es una Ley Fundamental, porque tanto
las disposiciones legales ordinarias emanadas del Órgano Legislativo, como del
Órgano Ejecutivo, así como de las máximas autoridades ejecutivas y legislativas de
las entidades territoriales autónomas, y las autoridades públicas, judiciales y/o
administrativas, tienen su fundamento y fuente de legitimación en las normas de la
Constitución25.
a.1. Diferencia entre Carta Magna y Constitución.- En pleno siglo XXI, continúa
siendo frecuente, aún entre colegas y profesores de Derecho Constitucional, la
confusión en que se incurre al denominar indistintamente a la Constitución como
Carta Magna. Cabe señalar que el Constitucionalismo (que básicamente consiste en
el intento de limitar el ejercicio del poder, organizando el Estado), se ha manifestado
que se establecen en función de sus órganos emisores, su importancia y el sentido funcional. Esto significa que dentro del
ordenamiento jurídico del Estado, se ha construido una pirámide jurídica en la que el primer lugar (la cima) ocupa la
Constitución como principio y fundamento de las demás normas jurídicas. (Sentencia Constitucional Nº 0019/2005, de 7
de marzo). Por tanto, una disposición legal podría llegar a vulnerar estos principios, cuando pretenda suplantarlos en forma
expresa, de una de las siguientes formas: i) disponer la aplicación de una Ley u otra norma de inferior jerarquía con
preferencia a la Constitución Política del Estado; y ii) que una norma inferior sea aplicada en detrimento de una de rango
superior; o en su caso, que un decreto determine su aplicación con predilección a una ley, y sucesivamente (Sentencia
Constitucional Nº 0022/2006 de 18 de abril).
25 Cfr. RIVERA SANTIVAÑEZ, José Antonio. ¿Hasta dónde reformar la Constitución? REVISTA OPINIONES Y ANÁLISIS.
Nº 78. Temas para la Asamblea Constituyente. La Paz – Bolivia: FUNDEMOS Y FUNDACIÓN HANNS SEIDEL STIFTUNG,
2006. Pág. 44.
10
en diversas formas a través de los tiempos, adoptando denominaciones distintas:
Cartas, Pactos, Constituciones, etc., cuya terminología debemos distinguir con
precisión.
En este sentido, el profesor boliviano Jorge Asbun, considera por ejemplo, que los
tratados (y/o convenciones) suscritos entre dos o más Estados, o entre éstos y los
26 Cfr. DAZA ONDARZA, Ernesto. 12 Temas de Derecho Constitucional. Cochabamba, Bolivia: Editorial Universitaria
11
organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la
Organización de Estados Americanos (OEA), etc., indudablemente desempeñan un
papel de especial relevancia, máxime cuando existen crecientes y variados procesos
de integración entre los países, así como la constante búsqueda de mecanismos más
efectivos para asegurar la plena vigencia y protección de los derechos humanos,
aunque en algunos casos, se requieren de leyes expresas para otorgar plena validez a
los tratados dentro de un determinado Estado27.
27 “Ello justifica el inusitado debate que se ha desarrollado a la hora de las reformas constitucionales para incorporar alguna
previsión expresa sobre los tratados, habiéndose asignado a los mismos desde jerarquía constitucional, pasando por un
nivel superior a la ley y en otros casos se les ha otorgado nivel normativo similar que éstas. A manera de ejemplo puede
citarse, que la Constitución de Argentina en el párrafo segundo del artículo 22, señala que la Declaración Americana de
los Derechos y Deberes del Hombre, la Declaración Universal de los Derechos Humanos (y otros tratados expresamente
citados) en las condiciones de su vigencia, tienen jerarquía constitucional, y las Constituciones de Costa Rica y Honduras,
establecen una jerarquía superior del tratado frente a la ley; y la Constitución de El Salvador afirma que los tratados
constituyen leyes de la República”. ASBUN, Jorge. Obra Citada. Pág. 26. Al respecto puede verse también la ponencia:
“Jerarquía Constitucional de los Tratados Internacionales”, que ha sido ampliamente analizada por la ex-Magistrada del
Tribunal Constitucional de Bolivia, Dra. Elizabeth Iñiguez de Salinas, en el Seminario Internacional sobre Justicia
Constitucional, cuyas memorias fueron recogidas en la publicación: V SEMINARIO INTERNACIONAL: “Justicia
Constitucional”, (Sucre, 13 y 14 de septiembre de 2001). Memoria Nº 6. Sucre, Bolivia: Editorial Judicial, 2002. Págs. 53-
78.
12
En cambio, muy diferente es la situación de los Tratados y Convenios Internacionales
sobre Derechos Humanos, porque una vez ratificados, éstos prevalecen en el orden
interno, dado que los derechos y deberes constitucionales, deben interpretarse
conforme a ellos (artículo 13, parágrafo IV constitucional), y cuando dichos tratados
“declaren derechos más favorables a los contenidos en la Constitución, se aplicarán
de manera preferente sobre ésta”, vale decir, que los derechos reconocidos en la
Constitución “serán interpretados de acuerdo a los tratados internacionales de
derechos humanos cuando éstos prevean normas más favorables” (artículo 256
constitucional, que consagra el Principio pro homine, y también el Principio de
Interpretación conforme).
28 Un análisis crítico sobre la Nueva Constitución Boliviana puede encontrarse en: RIVERA SANTIVAÑEZ, José Antonio.
Hacia Una Nueva Constitución. Luces y Sombras del Proyecto modificado por el Parlamento. Cochabamba, Bolivia:
FUNDACIÓN KONRAD ADENAUER, FUNDAPPAC y Oficina Jurídica para la Mujer, 2008.
13
o suscrito y ratificado el Estado boliviano forman parte del bloque de
constitucionalidad y los derechos consagrados forman parte del catálogo de los
derechos fundamentales previstos por la Constitución.”; entendimiento previamente
desarrollado en la Sentencia Constitucional Nº 1662/2003-R, de 17 de noviembre, en
la cual se expresó lo siguiente: “(...) este Tribunal Constitucional, realizando la
interpretación constitucional integradora, en el marco de la cláusula abierta prevista
por el art. 35 de la Constitución, ha establecido que los tratados, las declaraciones y
convenciones internacionales en materia de derechos humanos, forman parte del
orden jurídico del sistema constitucional boliviano como parte del bloque de
constitucionalidad, de manera que dichos instrumentos internacionales tienen
carácter normativo y son de aplicación directa, por lo mismo los derechos en ellos
consagrados son invocables por las personas y tutelables a través de los recursos de
hábeas corpus y amparo constitucional conforme corresponda”.
14
En definitiva, y en una interpretación sistemática, extensiva y acorde con el valor
axiomático de la Constitución desarrollado por la jurisprudencia constitucional, es
posible concluir que el bloque de constitucionalidad imperante en el Estado
Plurinacional de Bolivia, está compuesto –de manera enunciativa y no limitativa– por
los siguientes compartimentos:
c) La Ley29.- Desde un punto de vista jurídico, la ley es aquella regla o norma que rige
la conducta social de las personas en forma general y de modo obligatorio, siendo
impuesta por autoridad cuya competencia es determinada por la misma sociedad, y
que para su cumplimiento está acompañada de la coacción y la coerción.
Ciertamente en las primeras etapas del desarrollo del Estado -como dice Valencia
Vega-, las normas consuetudinarias, de generación espontánea en la sociedad (sin un
legislador conocido) fueron consideradas dentro del ámbito de la potestad estatal, vale
decir declaradas como producto de la voluntad estatal, siendo convertidas en
expresión de esa voluntad mediante su dictación o formulación escrita; de ahí que,
entre las normas que regulaban la conducta de la sociedad, surgieron aquellas
referidas a la afirmación del Estado, su organización, sus potestades, sus miembros y
las relaciones entre éstos, el reconocimiento de sus libertades, etc., por lo que, la ley
en general, y las leyes constitucionales en particular, constituyen también una fuente
muy importante del Derecho Constitucional30.
29 En sentido jurídico, y siguiendo la clásica y muy ilustrativa definición del tratadista Planiol, “puede definirse la ley como
una regla social obligatoria, establecida con carácter permanente por la autoridad pública y sancionada por la fuerza”. Es
una regla social obligatoria, porque se impone a todo el mundo, y su inobservancia es sancionada de diversos modos,
según su materia. Es establecida por la autoridad pública, vale decir uno de los denominados Poderes del Estado, y en la
mayor parte de los países, ésta facultad está conferida privativamente al Órgano Legislativo. Es sancionada por la fuerza
pública, es decir que está dotada de coercibilidad, lo que la distingue de las normas morales, que si bien son obligatorias,
no pueden ser impuestas por la fuerza. Se la establece con carácter permanente y general, vale decir que su vigencia o
duración, se impone desde su publicación hasta su abrogación (o derogación), y se halla dirigida a la totalidad de los
individuos, y no así sólo a determinadas personas. Al respecto véase: ROMERO SANDOVAL, Raúl. Obra citada. Págs.
117-118.
30 VALENCIA VEGA, Alipio. Manual de Derecho Constitucional. Pág. 15. Al respecto, se debe considerar también que
éstas normas “en tanto están dotadas de una particular fuerza normativa que obliga a los ciudadanos y a las autoridades
a su cumplimiento, porque en términos generales, instrumentalizan y buscan hacer efectivos los principios contenidos en
la Constitución, son fuentes del Derecho Constitucional (…)”. ASBUN, Jorge. Obra Citada. Pág. 27.
15
competente (Órgano Legislativo), de acuerdo a un procedimiento legislativo, sino que
además deben encuadrarse en las normas de la Constitución, y ser íntegramente
compatibles con el sistema de valores supremos y principios fundamentales sobre los
cuales se estructura el Estado Constitucional de Derecho31.
c.1. Las Leyes constitucionales y políticas en Bolivia.- Entre las distintas clases de
leyes que son puestas en vigencia por parte del Estado, nos interesa un cierto tipo de
leyes de desarrollo constitucional, comúnmente denominadas: Leyes constitucionales
y políticas, que son las que reglamentan en detalle algunos aspectos sustantivos de la
organización del Estado y sus principales instituciones, que generalmente por su
extensión y especificidad, no pueden integrar el texto constitucional. Es el caso, por
ejemplo, de las cinco leyes que la misma Constitución Política del Estado aprobada
el año 2009, encargó al legislador para su pronta aprobación; de ahí que, a través de
su Disposición Transitoria Segunda, ordenó que: “La Asamblea Legislativa
Plurinacional sancionará, en el plazo máximo de ciento ochenta días a partir de su
instalación, la Ley del Órgano Electoral Plurinacional, la Ley del Régimen Electoral,
la Ley del Órgano Judicial, la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional y la Ley
Marco de Autonomías y Descentralización”.
16
considerado como un órgano del poder público, que se funda en la pluralidad y el
pluralismo jurídico, que tiene igual jerarquía constitucional que los Órganos
Legislativo, Ejecutivo y Electoral y se relaciona sobre la base de independencia,
separación, coordinación y cooperación.
La Ley Nº 026 del Régimen Electoral (LRE), de 30 de junio de 2010, que tiene
por objeto regular el Régimen Electoral para el ejercicio de la Democracia
Intercultural, basada en la complementariedad de la democracia directa y
participativa, la democracia representativa y la democracia comunitaria en el
Estado Plurinacional de Bolivia.
La Ley Nº 027 del Tribunal Constitucional Plurinacional (LTCP), de 6 de julio
de 2010, que tiene por objeto regular la estructura, organización y funcionamiento
del Tribunal Constitucional Plurinacional, así como establecer los procedimientos
a los que se sujetarán los asuntos sometidos a su competencia, y los
procedimientos de las acciones que serán de conocimiento de los jueces y
tribunales de garantías constitucionales, llamados a precautelar el respeto y
vigencia de los derechos constitucionales. Sin embargo, esta última parte procesal
de la Ley, ha quedado sin efecto a partir de la puesta en vigencia de la Ley Nº254
que aprueba el Código Procesal Constitucional.
La Ley Nº 031 Marco de Autonomías y Descentralización (LMAD), de 19 de
julio de 2010, que tiene por objeto regular el régimen de autonomías por mandato
del Artículo 271 de la Constitución Política del Estado y las bases de la
organización territorial del Estado establecidos en su Parte Tercera, Artículos 269
al 305.
32 “Todos aquellos fallos que determinan la constitucionalidad o inconstitucionalidad de leyes, decretos y otras resoluciones,
o que se refieren a la legitimidad y legalidad de las instituciones públicas, forman la jurisprudencia en materia constitucional”
VALENCIA VEGA, Alipio. Manual de Derecho Constitucional. Pág. 16.
33 El ordenamiento jurídico civil aplicable en la jurisdicción ordinaria, en referencia a la cosa juzgada, establece la regla de
la relatividad de las sentencias, es decir que la misma no surte efectos sino entre las mismas partes, y no dañan ni
aprovechan a terceros; y por su parte el procedimiento civil determina que ningún juez puede excusarse de fallar en las
causas sometidas a su juzgamiento, bajo pretexto de falta, oscuridad e insuficiencia de la ley, debiendo siempre pronunciar
sentencia según los principios generales del Derecho, la equidad que nace del ordenamiento jurídico del Estado, o en su
caso aplicando por analogía las disposiciones que comprenden casos semejantes al hecho particular que ocurra. Al
17
Ahora bien, la jurisprudencia puede ser emitida en los distintos ámbitos del Derecho;
sin embargo existe un tipo muy peculiar de jurisprudencia que por las características
de su contenido, tiene ciertos efectos vinculantes y obligatorios en su aplicación, dado
que emanan del máximo órgano guardián de la Constitución (denominado Tribunal
Constitucional Plurinacional), que está encargado de realizar el control de
constitucionalidad, y que plasma su labor de interpretación de la Constitución en cada
una de las Sentencias Constitucionales que emite, conformando así lo que se
denomina “jurisprudencia constitucional”.34
respecto, Romero Sandoval expresa: “frente a todas estas disposiciones ¿puede hablarse de la jurisprudencia como fuente
del Derecho?. Sí, porque el Juez al aplicar una norma general (la ley) crea otra norma jurídica individualizada (la sentencia);
por otra parte, los casos particulares fallados por los jueces, cuando adquieren cierta uniformidad, pierden su sentido de
casos aislados, desaparecen las personas de los litigantes y se crea para casos iguales o semejantes una doctrina
generalizada, aplicable a los casos restantes que tuviera que conocer el juzgador”, denominada Jurisprudencia. ROMERO
SANDOVAL, Raúl. Obra citada. Pág. 126.
34 Como bien precisa el profesor Jorge Asbun, a partir de la formulación kelseniana del Tribunal Constitucional, el valor de
la jurisprudencia se ha transformado sustancialmente, dada la naturaleza y caracteres de los fallos que dicta este tipo de
instancia jurisdiccional que tiene por función principal mantener la supremacía constitucional, “y ya sea en los procesos de
inconstitucionalidad en los que las sentencias tienen efectos generales (erga omnes), o en aquellos que tienen efecto
únicamente sobre las partes intervinientes… los fundamentos o ratio decidendi de las resoluciones constitucionales, tienen
fuerza vinculante general, lo que significa que el entendimiento jurídico y el análisis fáctico y su encuadramiento jurídico
que realiza el Tribunal Constitucional, sin necesidad de que esa línea jurisprudencial sea repetida o reiterada, obliga al
resto de las autoridades públicas a respetar lo expresado por dicha instancia jurisdiccional”. ASBUN, Jorge. Obra Citada.
Pág. 28.
35 En efecto, a partir de una interpretación de las normas establecidas por la Constitución, así como la interpretación de
las leyes desde y conforme con la Constitución, la Jurisdicción Constitucional puede anular las leyes, decretos o
resoluciones, o puede mantenerlas vigentes, logrando una interpretación acorde con la Constitución, inclusive también
puede sustituir una norma por otra, o adherir a la disposición legal una norma cuya omisión la hacía incompatible con la
Constitución (esto en el moderno modelo asumido por varios Tribunales Constitucionales). Cfr. RIVERA SANTIVAÑEZ,
José Antonio. JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL. Procesos Constitucionales en Bolivia. Pág. 91.
18
caso concreto, creando sub-reglas a partir de la extracción de las normas implícitas
contenidas en la Constitución36, o de la integración de las normas del bloque de
constitucionalidad.
En otras palabras, la historia no consiste en una simple narración de sucesos, sino que
es una ciencia que tiene por objetivo la investigación y el conocimiento de los hechos
trascendentales ocurridos en el pasado, para analizarlos en sus diferentes aspectos.
Por consiguiente, a través de la historia se pretende investigar y conocer los orígenes
y la forma de desarrollo de los grupos sociales, y precisar cuándo éstos se elevaron a
la categoría de Estados, explicando aunque de manera muy somera, sus formas de
constitución y organización, situándose por ello como una fuente imprescindible del
Derecho Constitucional38.
36 “En definitiva, se podría decir que la jurisprudencia constitucional es una parte de la sentencia emitida por el Tribunal o
Corte Constitucional, donde se concreta el alcance de una disposición constitucional, es decir donde se explicita qué es
aquello que la Constitución prohíbe, permite, ordena o habilita para un tipo concreto de supuesto de hecho, a partir de una
de sus indeterminadas y generales cláusulas” RIVERA SANTIVAÑEZ, José Antonio. Temas de Derecho Procesal
Constitucional. Cochabamba, Bolivia: Grupo Editorial KIPUS, 2007. Págs. 281-282. Cabe hacer notar que en el sistema
constitucional boliviano, la jurisprudencia constitucional está dotada de fuerza vinculante, y es de cumplimiento obligatorio,
según la norma prevista por el artículo 203 de la Constitución, que establece: “Las decisiones y sentencias del Tribunal
Constitucional Plurinacional son de carácter vinculante y de cumplimiento obligatorio, y contra ellas no cabe recurso
ordinario ulterior alguno.”
37 VALENCIA VEGA, Alipio. Manual de Derecho Constitucional. Pág. 14.
38 VALENCIA VEGA, Alipio. Desarrollo del Constitucionalismo. Págs. 19-20.
39 “El hábito es la repetición de determinados actos (en forma individual). El hábito que se divulga en una sociedad,
generalizándose entre sus miembros y adquiriendo con el tiempo una fuerza compulsiva de imposición, es lo que forma la
19
respecto se debe agregar que la convivencia social de los grupos humanos ha
determinado el establecimiento de relaciones de diversa índole entre sus
componentes, y estas relaciones son las que presiden la afirmación de costumbres
generales que, en ciertos casos, adquieren carácter de normas, por decisión del mismo
grupo, mismas que cuando surge el Estado, conformaron el Derecho
Consuetudinario.
costumbre jurídica. El conjunto de estas costumbres jurídicas es lo que llega a constituir el Derecho Consuetudinario.”
VALENCIA VEGA, Alipio. Manual de Derecho Constitucional. Pág. 15.
40 VALENCIA VEGA, Alipio. Desarrollo del Constitucionalismo. Pág. 19.
20
g) La Doctrina.- Generalmente se llama doctrina al conjunto de opiniones autorizadas
de los tratadistas, catedráticos (juristas), magistrados, parlamentarios y estadistas,
acerca de cualesquiera cuestiones constitucionales, porque sus enfoques analíticos,
examinan exhaustivamente los asuntos y temas constitucionales, y en este sentido la
doctrina referida al análisis de los problemas, virtudes y deficiencias de las
Constituciones de los Estados, conforma la doctrina constitucional, misma que
también se constituye en una de las fuentes del Derecho Constitucional41.
En este sentido, el profesor Ciro Félix Trigo consideraba por ejemplo, que si bien la
doctrina no tiene fuerza de ley, sin embargo elabora, enriquece y aumenta los
principios constitucionales que sirven de base para la elaboración de las normas
fundamentales que se da un país. Así, señalaba que la doctrina tiene considerable
importancia “pues cuando ella está bien inspirada y proviene de personas intelectual
y moralmente autorizadas, sienta los buenos principios, lucha por hacerlos
prevalecer y evita que sean desconocidos, desfigurados o tergiversados por intereses
momentáneos, la pasión política o las consignas que dan determinadas agrupaciones
ciudadanas”.42
41 VALENCIA VEGA, Alipio. Manual de Derecho Constitucional. Pág. 16. Al respecto, García Maynez expresa: “Se da el
nombre de doctrina a los estudios de carácter científico que los juristas realizan acerca del Derecho, ya sea con el propósito
puramente teórico de sistematización de sus preceptos, ya con la finalidad de interpretar sus normas y señalar las reglas
de su aplicación”. ASBUN, Jorge. Obra Citada. Pág. 30. Cabe anotar que en una reciente investigación, se ha evidenciado
que los estudios constitucionales en Bolivia, casi siempre surgieron al ritmo de las reformas constitucionales que se han
llevado adelante para mejorar y/o ampliar el texto constitucional. A este efecto, se puede consultar: VARGAS LIMA, Alan
E. “La evolución del pensamiento constitucional a través de la bibliografía jurídica boliviana”. En: Revista de la Biblioteca y
Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional - Fuentes. Año 13, Volumen 8, Número 35. La Paz, Bolivia,
2014. Disponible en: http://www.revistasbolivianas.org.bo/pdf/fdc/v8n35/v8n35_a06.pdf
42 TRIGO, Ciro Félix. Obra Citada. Pág. 76.
43 VALENCIA VEGA, Alipio. Obra Citada. Pág. 18.
21
incorporados en la mayoría de las Constituciones de los Estados, así como en las
Convenciones y Pactos internacionales sobre derechos humanos44.
44 DERMIZAKY PEREDO, Pablo. Derecho Constitucional. Séptima Edición (revisada y actualizada). Cochabamba, Bolivia:
Editora J & V, 2006. Pág. 24.
45 VALENCIA VEGA, Alipio. Obra Citada. Pág. 18.
46 VALENCIA VEGA, Alipio. Obra Citada. Pág. 19. Al respecto, el profesor boliviano Ciro Félix Trigo, justificaba la necesidad
de acudir a los conocimientos útiles que brinda el Derecho Comparado, al enfatizar que: “El estudio del Derecho
Constitucional no puede circunscribirse únicamente al análisis de una Constitución local (nacional); tiene que ser más
amplio y comprender no sólo las normas positivas, sino que debe abarcar los principios doctrinales de carácter universal”.
TRIGO, Ciro Félix. Obra Citada. Pág. 77. De ahí se desprende la importancia del Derecho Comparado, ya que al establecer
semejanzas y diferencias entre las leyes fundamentales de un Estado frente a los demás, constituye un elemento valioso
e imprescindible para el análisis crítico de una Constitución determinada, así como para la incorporación de nuevas
instituciones jurídicas con base en experiencias comparadas, logrando así la optimización de los preceptos
constitucionales, como sucedió por ejemplo en el caso de Bolivia, con la implementación del Tribunal Constitucional, el
Consejo de la Judicatura y, el Defensor del Pueblo, a través de la reforma constitucional del año 1994. Por su enorme
importancia y utilidad, se debe agregar que actualmente el Programa Estado de Derecho para Latinoamérica, de la
Fundación Konrad Adenauer Stiftung, edita y publica el “Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano”, que en sus
distintas ediciones desde el año 2001 hasta el año 2016, ahora se encuentran disponibles en versión digital en la Biblioteca
Jurídica Virtual de la UNAM: https://revistas-colaboracion.juridicas.unam.mx/index.php/anuario-derecho-
constitucional/index
47 Respecto a la evolución del proceso de positivización y judicialización de los derechos humanos en Bolivia, puede verse:
“El Tribunal Constitucional de Bolivia y la Protección de los Derechos Humanos”, tema analizado por José Antonio Rivera
Santivañez, en su obra: Temas de Derecho Procesal Constitucional. Págs. 139-180.
22
El Derecho Constitucional de los Derechos Humanos, que es la disciplina que se
encarga de estudiar los preceptos, las normas y las declaraciones de derechos
fundamentales contenidas en la Constitución Política del Estado, que positivizan los
derechos humanos proclamándolos de manera expresa, o de manera implícita a través
de “cláusulas abiertas”, asegurando el reconocimiento de la vigencia de los Tratados
y Convenciones Internacionales sobre derechos humanos, en el ordenamiento jurídico
interno; y, el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, que es la disciplina
que se encarga de estudiar el conjunto de normas internacionales, convencionales o
consuetudinarias, que consagran derechos humanos, y establecen los sistemas
internacionales creados para su protección48.
48 “En cuanto al Derecho Constitucional de los Derechos Humanos se refiere, el Tribunal Constitucional, en su labor
jurisdiccional, ha iniciado un desarrollo importante de la disciplina en la medida en que viene dando forma concreta a los
derechos constitucionales abstractos, proclamados en el catálogo de la Constitución, creando sub-reglas para convertir
los derechos políticos y abstractos en derechos jurídicos y concretos; (…) Sobre esa base otorga tutela efectiva en los
casos en que hubiesen sido lesionados o vulnerados de manera ilegal o indebida, otorgando protección inmediata, efectiva
e idónea. (…) Finalmente en cuanto se refiere al Derecho Internacional de los Derechos Humanos, se advierte un
significativo desarrollo jurisprudencial impulsado por el Tribunal Constitucional. En efecto, en el marco de la cláusula abierta
prevista por el art. 35 de la Constitución (1994), el Tribunal ha integrado al catálogo de los derechos fundamentales previsto
por la Ley Fundamental, los derechos humanos proclamados en los Tratados, Convenios o Convenciones Internacionales
de los que es parte el Estado boliviano (…)”. RIVERA SANTIVAÑEZ, José Antonio. “Los Valores Supremos y Principios
Fundamentales en la Jurisprudencia Constitucional”; ponencia que puede consultarse en la obra colectiva: TRIBUNAL
CONSTITUCIONAL DE BOLIVIA - AECI. La Justicia Constitucional en Bolivia 1998 – 2003. Sucre (Bolivia): Grupo Editorial
KIPUS, 2003. Págs. 347-379. Existe un muy interesante manual que aborda el análisis de los derechos civiles y políticos
reconocidos por los dos sistemas de protección de derechos humanos vigentes en las Américas: el sistema universal y el
sistema interamericano; a cuyo efecto, toma como su principal marco de referencia los cuatro instrumentos sobre derechos
humanos más relevantes del continente, a saber: la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Declaración
Americana de Derechos y Deberes del Hombre, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y la Convención
Americana sobre Derechos Humanos. Cfr. O’DONNELL, Daniel. “Derecho Internacional de los Derechos Humanos:
Normativa, Jurisprudencia y Doctrina de los Sistemas Universal e Interamericano”. Segunda edición. Oficina en México del
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos - Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal,
2012. Disponible en: http://bit.ly/1ONZMV0
49 ASBUN, Jorge. Obra Citada. Pág. 24.
23
de Derechos Humanos, sino también por las normas de Derecho Comunitario, todos
ellos ratificados por el país, lo que significa que en este bloque se incluyen también
las normas emanadas de la Comunidad Andina de Naciones (CAN)50.
que son efectivos a lo largo y ancho del territorio de la Comunidad Andina. Los trabajadores, los pueblos indígenas, las
comunidades afrodescendientes, los consumidores y usuarios, los migrantes, los turistas, los creadores intelectuales, los
artistas, los agricultores, los empresarios y, en general, todos los ciudadanos andinos hemos adquirido nuevos derechos
de carácter político, económico y social que los podemos hacer valer en todo momento. Estos derechos son de obligatorio
cumplimiento por los Países Miembros de la CAN, por los ciudadanos andinos y por las empresas que operan la subregión.
Las normas de la Comunidad Andina confieren derechos y obligaciones no sólo a los Países Miembros, sino también a los
ciudadanos y a las empresas. El Derecho andino forma parte integrante del ordenamiento jurídico de cada uno de los
países de la CAN, los cuales son los principales responsables de aplicar correctamente las normas comunitarias. Por lo
tanto, los ciudadanos tienen derecho a exigir ante las autoridades nacionales y ante las instituciones subregionales que se
cumplan los derechos y garantías conferidas por el ordenamiento jurídico de la CAN. Los derechos andinos se encuentran
consagrados en el ordenamiento jurídico de la Comunidad Andina, que comprende: a) El Acuerdo de Cartagena y el
Tratado del Tribunal de Justicia de la Comunidad Andina; b) Las Decisiones adoptadas por el Consejo Andino de Ministros
de Relaciones Exteriores y por la Comisión de la Comunidad Andina; c) Las Resoluciones adoptadas por la Secretaría
General de la Comunidad Andina; d) Los Convenios celebrados por los Países Miembros en el marco del proceso de
integración subregional. En caso de contradicción entre una norma nacional y una contenida en el ordenamiento jurídico
andino prevalecerá esta última, en virtud del principio de primacía del Derecho Comunitario. Mayor información se puede
encontrar en: http://www.comunidadandina.org/derechos_ciudadanos/index.html
51 Las memorias de estos eventos, se encuentran disponibles en los siguientes enlaces:
24
considerando sus alcances y limitaciones constitucionalmente establecidas que se
traducen principalmente en el respeto a los derechos fundamentales y garantías
constitucionales de los contribuyentes.
En este sentido, y como bien precisaba el profesor Ciro Félix Trigo, el Derecho
Parlamentario, que tiene por objeto desarrollar las normas constitucionales referentes
al Órgano Legislativo, sin contradecirlas, complementa esas disposiciones mediante
las resoluciones que, en virtud de la autonomía orgánica y funcional que poseen las
Cámaras, dictan las mismas conjunta o separadamente. Ello implica, que el Derecho
Parlamentario no solamente está regulado por la Constitución Política del Estado,
sino que también tiene como fuente los Reglamentos de Debates, a través de los
cuales, tanto la Cámara de Diputados como la de Senadores, regulan sus actividades
parlamentarias, derechos, deberes, prerrogativas y facultades, estableciendo también
sanciones a sus miembros por determinadas faltas cometidas en el ejercicio de sus
funciones53.
52 Esta definición ampliada, se realiza sobre la base del concepto expuesto por el autor Daniel Antokoletz, citado por:
TRIGO, Ciro Félix. Obra Citada. Pág. 510. Asimismo, puede consultarse: MOSTAJO DEHEZA, René. Apuntes de Derecho
Parlamentario. La Paz, Bolivia: Universidad Mayor de San Andrés – Impresión Visuall, 2004.
53 Cfr. CANELAS ZERAIN, Gustavo. Manual de Derecho Parlamentario (Contiene historia, doctrina y Derecho Comparado).
Segunda edición revisada, ampliada y actualizada. La Paz, Bolivia: Editorial Librería Jurídica Temis, 2011.
25
H) Derecho Electoral.- Considerando que el ejercicio del derecho de sufragio constituye
un elemento básico e indispensable para la vigencia del régimen democrático, que se
exterioriza a través de los mecanismos de la democracia representativa y participativa
en los Estados, se puede definir a esta rama del Derecho en dos sentidos. En sentido
estricto, el Derecho Electoral se constituye por los principios y normas que regulan
el derecho de sufragio (entendido como la facultad de participación de los ciudadanos
en la elección de sus representantes y en las decisiones políticas, legislativas y
constituyentes). Sin embargo, en sentido amplio el Derecho Electoral es el conjunto
de principios, normas, procedimientos, órganos de administración de carácter
público y jurídico, que regulan la elección de representantes (a través de las
elecciones nacionales, departamentales y municipales), y que permiten la
participación ciudadana en la toma de decisiones (a través de las consultas populares,
consagradas constitucionalmente)54.
54 CHAVEZ ZAMORANO, Omar; PAREDES ZÁRATE, Ramiro, y otros. Perfiles del Nuevo Derecho Electoral Boliviano. La
26
los mecanismos y vías de control, defensa e interpretación de la Constitución, y
finalmente también estudia los procedimientos jurisdiccionales que deben emplearse
para efectivizar el control de constitucionalidad (en el ámbito normativo,
competencial y/o tutelar), comprendiendo el conjunto de acciones desarrolladas por
los jueces y tribunales encargados de administrar justicia constitucional, tales como
la interpretación constitucional, la legitimación activa y pasiva, los procedimientos
de tramitación de los recursos y/o acciones constitucionales, las sentencias
constitucionales en cuanto a sus efectos vinculantes, incluyendo además el estudio
de la jurisprudencia constitucional55.
55 Véase: RIVERA SANTIVAÑEZ, José Antonio. Temas de Derecho Procesal Constitucional. Pág. 19. Asimismo,
recomiendo revisar el trabajo de: VARGAS LIMA, Alan E. “El Nuevo Régimen Codificado de los Procesos Constitucionales
en Bolivia”. La Paz, Diciembre de 2012. Ensayo publicado en el Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano,
Bogotá 2013, pp. 205-219. Disponible en la Sección Publicaciones del Programa Estado de Derecho para Latinoamérica,
de la Fundación Konrad Adenauer Stiftung: http://www.kas.de/rspla/es/publications/; y también en el Blog Jurídico: Tren
Fugitivo Boliviano (http://alanvargas4784.blogspot.com/).
56 Un breve análisis exhaustivo sobre las bases doctrinales y las experiencias de los sistemas de control de
constitucionalidad predominantes en el mundo, así como los antecedentes del control jurisdiccional en el caso boliviano,
con especial énfasis sobre los alcances, implicaciones, y consecuencias del modelo de control político, así como del
modelo de control jurisdiccional de constitucionalidad, y su evolución en Bolivia desde 1826 hasta 1967 puede verse en:
GALINDO DE UGARTE, Marcelo. ¿Tribunal Constitucional o Corte Suprema? Una contribución al debate. La Paz, Bolivia:
Fundación Milenio - Producciones CIMA, 1994. Por otro lado, los antecedentes del Debate Nacional sobre la creación del
Tribunal Constitucional en Bolivia, así como las tesis favorables y contrarias acerca de su implementación en nuestro país,
se encuentran ampliamente detalladas en el trabajo de: GALINDO DECKER, Hugo. Tribunal Constitucional. La Paz,
Bolivia: Editorial Jurídica Zegada, 1994. Asimismo, para constatar la evolución del control de constitucionalidad en nuestro
país de acuerdo a su configuración constitucional, es de utilidad consultar el ensayo de: RIVERA SANTIVAÑEZ, José
Antonio. El Control de Constitucionalidad en Bolivia. En: Revista del Tribunal Constitucional. Número 1. Sucre, Bolivia:
Editorial Judicial, 1999. Págs. 45-86. Respecto a la evolución normativa, doctrinal y jurisprudencial que ha tenido el modelo
americano de control jurisdiccional difuso en nuestro país, es muy útil consultar el trabajo de: URCULLO REYES, Jaime.
El control jurisdiccional de revisión judicial o difuso en Bolivia. En: TRIBUNAL CONSTITUCIONAL DE BOLIVIA (editor). La
Justicia Constitucional en Bolivia 1998 – 2003. Págs. 65-99. Finalmente, un estudio sobre el Sistema de Control de
27
velar por el respeto a los derechos y garantías constitucionales de las personas, con
decisiones de carácter vinculante y obligatorio para todos los órganos del poder
público, lo que supone la instauración del sistema de control jurisdiccional
concentrado de constitucionalidad, ratificado mediante la aprobación de la Ley
Nº1836 de fecha 1º de abril de 1998, que rigió su estructura, organización y
funcionamiento; así como la incorporación del Recurso de Habeas Data, como
garantía constitucional a favor de quienes, de manera indebida o ilegal, se encuentren
impedidos(as) de conocer, objetar u obtener la eliminación o rectificación de sus datos
registrados por cualquier medio físico, electrónico, magnético, informático en
archivos o bancos de datos públicos o privados que afecten su derecho fundamental
a la intimidad y privacidad personal y familiar, a su imagen, honra y reputación
reconocidos en la misma Constitución. En otras palabras, se define como el proceso
constitucional de carácter tutelar que protege a la persona en el ejercicio de su derecho
a la “autodeterminación informática”.
Constitucionalidad vigente en Bolivia, ha sido ampliamente analizado por el entonces Magistrado Decano del Tribunal
Constitucional, Dr. Willman R. Durán Ribera, en el Seminario Internacional sobre Justicia Constitucional y Estado de
Derecho, realizado en nuestro país. Cfr. VI SEMINARIO INTERNACIONAL: Justicia Constitucional y Estado de Derecho
(Sucre, 26 y 27 de junio de 2003). Memoria Nº 7. Sucre, Bolivia: Editorial Tupac Katari, 2003. Págs. 187-202.
57 De acuerdo a la Jurisprudencia Constitucional, establecida en las SSCC 0040/2011-R de 7 de febrero, 0100/2011-R de
21 de febrero entre otras, el Tribunal Constitucional Plurinacional manifestó que: “…La garantía jurisdiccional del habeas
corpus fue consagrada por el art. 18 de la CPEabrg, actualmente, la Constitución Política del Estado vigente también la
contempla pero con la denominación de acción de libertad arts. 125 al 127 de la (CPE); sin embargo, no se trata de un
simple cambio de nomenclatura, sino de una precisión conceptual, pues conforme a la teoría del Derecho Procesal
Constitucional, sustituir la denominación de “recurso”, por la de “acción” -además de adecuar la legislación boliviana a la
evolución de la doctrina de la materia- implica reconocer a esta garantía como “la facultad de demandar la protección de
un derecho ante los órganos jurisdiccionales” o sea “poner en marcha el aparato del Estado para la protección de un
derecho conculcado”, en contraposición a la denominación de “recurso” que implicaba considerarla como la simple
impugnación o reclamación que, concedida por ley, efectúa quien se considera perjudicado o agraviado por la providencia
de un juez o tribunal para que el superior la reforme o revoque y que por ello supone la existencia previa de un litigio
(García Belaunde, Domingo. “El hábeas corpus en el Perú”. Universidad Mayor de San Marcos, 1979, p. 108). La precisión
conceptual que implica el cambio de denominación, también conlleva que, englobando el ámbito de protección y las
características esenciales del hábeas corpus, la acción de libertad adquiera una nueva dimensión; en ese sentido, se
constituye en una garantía jurisdiccional esencial, pues su ámbito de protección ahora incorpora al derecho a la vida -bien
jurídico primario y fuente de los demás derechos del ser humano- junto a la clásica protección al derecho a la libertad física
o personal, la garantía del debido proceso en los supuestos en que exista vinculación directa con el derecho a la libertad
física y absoluto estado de indefensión (SC 1865/2004) y el derecho a la libertad de locomoción, cuando exista vinculación
de este derecho con la libertad física o personal, el derecho a la vida o a la salud (SC 0023/2010-R). (…)”. Cita contenida
en la Sentencia Constitucional Plurinacional Nº 0009/2012, de fecha 16 de marzo de 2012 (Sala Primera Especializada).
28
jurisdicción constitucional en Bolivia, así como la defensa de los derechos
constitucionalmente protegidos, configurando así un sistema de control
jurisdiccional concentrado y plural de constitucionalidad de las leyes y los actos de
los gobernantes y autoridades públicas de todos los niveles de gobierno en el país,
según lo dispuesto en la Ley Nº 27 de fecha 6 de julio de 2010 (Ley del TCP), que
actualmente rige su estructura, organización y funcionamiento58; y conforme a las
reglas de procedimiento para la sustanciación de los procesos constitucionales
establecidos en la Ley N°254 de fecha 5 de julio de 2012, que aprueba el Código
Procesal Constitucional (CPCo).
En este sentido, la Constitución Política del Estado aprobada el año 2009 establece
las finalidades esenciales que debe cumplir el Tribunal Constitucional Plurinacional:
1) velar por la supremacía de la Constitución, 2) ejercer el control de
constitucionalidad; y, 3) precautelar el respeto y la vigencia de los derechos y las
garantías constitucionales.
58 Para conocer un análisis crítico constructivo de las principales disposiciones contenidas en la Ley Nº 27 del Tribunal
Constitucional Plurinacional, aprobada el año 2010, puede consultarse mi ensayo: Reflexiones Críticas sobre la nueva Ley
del Tribunal Constitucional Plurinacional en Bolivia. En: Revista de Estudios Constitucionales, Año 9, Nº 2 (2011) de la
Universidad de Talca (Chile). Disponible en: http://www.scielo.cl/pdf/estconst/v9n2/art16.pdf
59 En el año 2009, con la aprobación de la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, se ha configurado un
sistema de control concentrado y plural de constitucionalidad, que básicamente se refleja en la nueva composición del
TCP, que ahora está integrado por Magistradas y Magistrados elegidos con criterios de plurinacionalidad, con
representación del sistema ordinario y del sistema indígena originario campesino. La Sentencia Constitucional
Plurinacional Nº0300/2012, de 18 de junio de 2012, ha precisado: “(…) que la Constitución boliviana ha diseñado un
sistema de control de constitucionalidad plural, pues no solamente se ejerce el control sobre normas formales, sino también
sobre las normas de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, además de conocer los conflictos de
competencias entre las diferentes jurisdicciones y de revisar las resoluciones pronunciadas por la jurisdicción indígena
originaria campesina cuando se considere que estas normas son lesivas a los derechos fundamentales y garantías
constitucionales. Estas facultades fueron introducidas en la actual Constitución Política del Estado, en mérito al
reconocimiento expreso a los derechos de los pueblos indígenas originario campesinos, a la igualdad jerárquica de
sistemas jurídicos y jurisdicciones; pero además debe considerarse que la Ley Fundamental fue el resultado de un proceso
dialógico en el que intervinieron los diferentes sectores de la población boliviana y, claro está, también las naciones y
pueblos indígena originario campesinos, que tuvieron un rol protagónico para la consolidación del Estado Plurinacional.
(…)”. Asimismo, un breve ensayo que desarrolla la fundamentación doctrinal de este tema, haciendo una breve referencia
a la evolución histórica del control de constitucionalidad en Bolivia, así como los principales antecedentes de la creación
del Tribunal Constitucional en el país, para luego examinar la configuración actual del sistema de control de
constitucionalidad a partir de la Constitución aprobada el año 2009, hasta su más reciente manifestación jurisprudencial,
como control de carácter concentrado y de naturaleza plural, distinta de otras formas de control existentes en el Derecho
Comparado; puede encontrarse en: VARGAS LIMA, Alan (2016). “La evolución de la justicia constitucional en Bolivia.
Apuntes sobre el modelo de control concentrado y plural de constitucionalidad”. Anuario Iberoamericano de Justicia
Constitucional, Nº20, 369-404. Disponible en: http://dx.doi.org/10.18042/cepc/aijc.20.13
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A este efecto, el Tribunal Constitucional debe conocer y resolver todos los conflictos
jurídico-constitucionales, que se manifiesten en una triple dimensión: a) normativa,
en los casos en que se produzca la incompatibilidad de una disposición legal ordinaria
(sean Leyes, Estatutos Autonómicos, Cartas Orgánicas, Decretos y todo género de
Resoluciones no judiciales), frente a las normas (axiológicas, dogmáticas y/u
orgánicas) previstas por la Constitución; b) competencial, en los casos en que se
llegue a desconocer el principio de separación de funciones o división del ejercicio
del poder político, para poner fin a los eventuales conflictos de competencia que
llegaren a suscitarse entre los diferentes órganos del poder público y/o niveles de
gobierno, o bien, cuando se desconozcan los derechos de las minorías imponiendo
decisiones contrarias a la Constitución, y; c) tutelar, en situaciones en que el poder
público –o un eventual poder particular– vulnere ilegalmente, por acción u omisión,
los derechos fundamentales consagrados por la Ley Fundamental y/o los instrumentos
internacionales sobre derechos humanos, como parte del bloque de
constitucionalidad.60
60 Esta definición (tentativa), está basada en el muy interesante estudio del destacado constitucionalista y ex-Magistrado
del Tribunal Constitucional de Bolivia: RIVERA SANTIVAÑEZ José Antonio. El papel de los Tribunales Constitucionales en
la Democracia. En: TRIBUNAL CONSTITUCIONAL DE BOLIVIA (editor): X Seminario Internacional: Justicia Constitucional
en el Siglo XXI. Memoria Nº 11. Sucre, Bolivia: Imprenta IMAG, 2008. Pág. 240. Con una visión mucho más integral y
basada en el Derecho Comparado, el profesor chileno Nogueira Alcalá, conceptualiza los Tribunales Constitucionales
“como órganos supremos constitucionales de única instancia, de carácter permanente, independientes e imparciales, que
tienen por función esencial y exclusiva la interpretación y defensa jurisdiccional de la Constitución, a través de
procedimientos contenciosos constitucionales referentes como núcleo esencial a la constitucionalidad de normas
infraconstitucionales y la distribución vertical y horizontal del poder estatal, agregándose generalmente la protección
extraordinaria de los derechos fundamentales, que actúan en base a razonamientos jurídicos y cuyas sentencias tienen
valor de cosa juzgada, pudiendo expulsar del ordenamiento jurídico las normas consideradas inconstitucionales”. Cfr.
NOGUEIRA ALCALÁ, Humberto. La independencia y responsabilidad del Juez Constitucional en el Derecho Constitucional
Comparado. En: Revista Iberoamericana de Derecho Procesal Constitucional. Proceso y Constitución. Nº 1. México:
Editorial Porrúa, Enero-Junio 2004. Págs. 61-91. Es importante resaltar que recientemente, la voz: “Tribunal Constitucional
Plurinacional”, ha sido incluida en el Diccionario de Derecho Procesal Constitucional, en donde se describe su naturaleza,
estructura, organización y funciones, de acuerdo al marco constitucional y legal que regula dicha institución en Bolivia. Cfr.
FERRER MAC-GREGOR, Eduardo y otros (Coords.). Diccionario de Derecho Procesal Constitucional y Convencional.
Tomo II. México: Poder Judicial de la Federación – Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional
Autónoma de México, 2014. Págs. 1217-1220.
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