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CAPÍTULO XIX
TEORÍA DE LA PENA
I. CONCEPTO DE PENA
Este concepto genérico de pena es común a todas las ramas del Derecho. Así, por
ejemplo, el artículo 1535 del Código Civil emplea este término para designar la prestación
que debe efectuar quien se abstiene de ejecutar o retarda el cumplimiento de una obligación
principal contraída bajo cláusula penal. En este sentido, también se utiliza la palabra pena
para designar los castigos que pueden imponer instituciones diversas del Estado, como
ocurre con las iglesias y algunas entidades gremiales, educacionales, deportivas, etc.
Frente a aquel concepto amplio de pena existe otro más restringido, que alude
exclusivamente a aquellas sanciones que aplica el Estado a sus súbditos. Las sanciones que
contempla el Código Penal, desde luego, pertenecen a esta categoría, pero no son las únicas
que encuadran en esta acepción. En efecto, numerosas disposiciones legales califican,
expresamente, como pena a castigos que puedan imponer organismos estatales que no
tienen la calidad de tribunal.
Finalmente, la expresión que nos ocupa también suele ser empleada en una tercera
acepción, más restringida aún, que sólo incluye las sanciones contempladas en el
ordenamiento jurídico penal. Este es el sentido que le atribuye, por ejemplo, el artículo 20
del Código Penal cuando señala que no se reputan penas, determinadas medidas que allí se
señalan. Sin embargo, esta misma disposición, en cuanto utiliza la frase no se reputan en
vez de decir no son penas, implica un reconocimiento en orden a que ese concepto puede
tener un alcance más amplio que aquel que le asigna ese Código.
Cualquiera sea la acepción en que se utilice el término pena, como dijimos, éste
lleva implícita la idea de castigo o reacción frente a una conducta que se considera
indeseable. Por este motivo, deben separarse de este concepto una serie de medidas
coercitivas que presentan similitud con la pena, pero que no están inspiradas en aquella
idea. Es el caso de los apremios con los que se conmina a una persona para que ejecute un
determinado acto (por ejemplo, arresto de un testigo renuente, Arts. 380 CPC y 299 inciso
1º en relación con el Art. 33 inciso 3º CPP); las cauciones que tienen por objeto garantizar
el cumplimiento de una obligación (la caución como medida substitutiva de la prisión
preventiva, Art. 146 CPP) o la privación de libertad que se acuerda durante la
substanciación de un proceso y que tiene por objeto propender al éxito de la investigación o
a la seguridad del ofendido o de la sociedad (Art. 19 Nº 7, letra e, CPR).
La potestad penal que ejerce el Estado, desde luego, ha de vincularse con la pena
entendida en su acepción más restringida, es decir, como el castigo que el ente estatal
impone, a través del órgano jurisdiccional, mediante un proceso regido por las normas que
contempla el Código Procesal Penal.
1. La pena de muerte
No obstante, en el Código de Justicia Militar subsisten aún varios tipos penales que
prevén la pena de muerte como sanción aplicable (arts. 244, 270, 272, 287, 288, etc.).
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Tanto la pena de presidio como de reclusión, tienen como penas accesorias aquellas
que contemplan los artículos 27 a 30 del CP. (¡LEERLOS!)
c) Prisión: puede definirse como aquella pena privativa de libertad que no impone al
condenado la obligación de trabajar y cuya duración no excede de sesenta días. Lleva como
accesoria le de suspensión de cargo u oficio público durante el lapso que dure la condena
(Art. 30 CP).
Todas las penas privativas de libertad se cuentan a partir del día de la aprehensión
del imputado (Art. 26 CP) y a su duración se imputa el término que el afectado hubiere
permanecido sujeto a prisión preventiva.
cambio, la pena puede ser absoluta o especial, según si recae sobre cualquier cargo o
profesión o bien, sobre uno en particular.
Debemos tener presente el Art. 39 bis, en relación con el Art. 372, ambos del CP.
5. Penas pecuniarias
Por efectos del delito, se entiende el objeto material sobre el cual recae la acción
delictiva y también, aquellos que sean producto de ella. Bajo el término instrumento, en
cambio, quedan comprendidos todos los elementos materiales que ha utilizado el
delincuente para la ejecución del delito.
1. Atendiendo a su gravedad
Las penas mayores tienen una duración que va de cinco años y un día a veinte años.
Admiten división en tres grados: mínimo, de cinco años y un día a diez años; medio, de
diez años y un día a quince años y máximo, de quince años y un día a veinte años.
Las inhabilitaciones, cuando son temporales, tienen una duración que va de tres
años y un día a diez años, y también admiten división en tres grados: mínimo, de tres años
y un día a cinco años; medio, de cinco años y un día a siete años y máximo, de siete años y
un día a diez años.
Las penas menores tienen una duración que va de sesenta y un días a cinco años, y
admiten una división en tres grados: mínimo, de sesenta y un días a quinientos cuarenta
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días; medio, quinientos cuarenta y un días a tres años y máximo, de tres años y un día a
cinco años.
Las penas de suspensión tienen una duración que va de sesenta y un días a tres años
y se dividen, también, en tres grados: mínimo, de sesenta y un días a un año; medio, un año
y un día a dos años y máximo, de dos años y un día a tres años.
a) Prisión
b) Inhabilitación perpetua o suspensión para conducir vehículos a tracción mecánica o
animal
La prisión, que es la típica pena de falta, admite división en tres grados: mínimo, de
uno a veinte días; medio, de veintiún a cuarenta días y máximo, de cuarenta y un días a
sesenta.
a) Multa
b) Comiso
Como la multa es una pena común a las tres categorías delictivas, en aquellos casos
en que la ley impone sólo esta pena, será la cuantía de la multa, regulada en el artículo 25
inciso sexto, la que indicará si se trata de un crimen, simple delito o falta.
2. Atendiendo su autonomía
El comiso, por su parte, es una pena accesoria de todo crimen o simple delito, según
lo dispone el artículo 31 CP.
3. Atendiendo a su divisibilidad
De acuerdo con este criterio, se distingue entre penas divisibles e indivisibles. Las
primeras tienen una duración limitada en el tiempo o una cuantía determinada (por ejemplo,
la prisión, la relegación, el presidio, etc.). Las segundas son las que no tienen una duración
determinada en el tiempo, ni una cuantía determinada (por ejemplo, el presidio perpetuo
calificado y las penas privativas o restrictivas de libertad perpetuas).
Las penas simples pueden consistir en una pena indivisible (por ejemplo, presidio
perpetuo) o bien, en un grado de una pena divisible (por ejemplo, presidio mayor en su
grado máximo).
Las penas compuestas, por su parte, pueden ser dos o más penas indivisibles (por
ejemplo, presidio perpetuo a presidio perpetuo calificado); dos o más grados de una pena
divisible (por ejemplo, presidio mayor en cualquiera de sus grados) o bien, uno o más
grados de una pena divisible conjuntamente con una o más indivisibles (por ejemplo,
presidio mayor en cualquiera de sus grados a presidio perpetuo).
a) Penas alternativas: son aquellas que la ley señala con carácter opcional, pudiendo el
juez escoger libremente entre aplicar una u otra pena. La elección, en todo caso, es
personal, de modo que es factible que los jueces escojan penas diversas para cada uno de
los intervinientes en un mismo hecho delictivo (Art. 61, regla 3ª CP).
b) Penas copulativas: son aquellas que el juez está obligado a imponer conjuntamente
respecto de un mismo delito, aunque sean de distinta naturaleza. Son copulativas, por regla
general, las accesorias, respecto de las principales; pero también puede presentarse esta
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situación entre dos o más penas principales, como sucede, por ejemplo, en el artículo 248
CP.
c) Penas facultativas: son aquellas que el juez está autorizado para agregar a su
arbitrio, a otra pena cuya aplicación es obligatoria (ejemplo, artículo 264).
5. Atendiendo a su aflictividad
En términos generales, en consecuencia, puede decirse que son aflictivas todas las
penas privativas y restrictivas de libertad cuya duración supere los tres años; con la
salvedad del destierro y la sujeción a la vigilancia de la autoridad, que, a pesar de ser
restrictivas de libertad y superar los tres años, no pueden ser consideradas como aflictivas,
porque el artículo antes citado no las menciona.
EJERCICIOS:
1. Busca ejemplos de sanciones que no revistan carácter penal por no emanar del
Estado.
2. Busca ejemplos de sanciones que a pesar de emanar del Estado, no sean penas por
no ser impuestas por el órgano jurisdiccional.
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