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CÓDIGO PROCESAL PENAL DE LA PROVINCIA DE BUENOS

AIRES

Voces: PROCESO PENAL (Buenos Aires) ~ Medidas de coerción ~ Reglas generales


Título: CÓDIGO PROCESAL PENAL DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
Bertolino, Pedro J. AUTOR
Publicado en: CÓDIGO PROCESAL PENAL DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
Fecha de actualización del libro:

TÍTULO VI - MEDIDAS DE COERCIÓN

CAPÍTULO I - REGLAS GENERALES

Art. 144 (Texto según ley 13.449, art. 1). -


Alcance. El imputado permanecerá en libertad durante la sustanciación del proceso penal, siempre que no se den
los supuestos previstos en la ley para decidir lo contrario.

La libertad personal y los demás derechos y garantías reconocidos a toda persona por la Constitución de la
Provincia sólo podrán ser restringidos cuando fuere absolutamente indispensable para asegurar la averiguación
de la verdad, el desarrollo del procedimiento y la aplicación de la ley.

Conc.: 103 Ver Texto , 145 Ver Texto , 146 Ver Texto , 147 Ver Texto , 148 Ver Texto ; CN: 14 Ver Texto , 17 Ver Texto , 18
Ver Texto , 33 Ver Texto , 75 (inc. 22 Ver Texto ); Const. prov.: 10 Ver Texto , 16 Ver Texto , 17 Ver Texto , 19 Ver Texto ,
30 Ver Texto .

FUENTE

El artículo originario (ley 11922 Ver Texto ) reconocía como fuente -en cuanto al principio que establece la
permanencia en libertad del imputado durante el proceso- a los reformados códigos procesales penales de
Córdoba (ley 8123) (art. 268 Ver Texto ) y Tucumán (ley 6203) (art. 268 Ver Texto ); el primero, en lo pertinente,
dispone: "Con las limitaciones impuestas por este Código, toda persona a quien se le atribuya la participación en
un delito permanecerá en libertad durante el proceso" (luego la norma agrega condicionamientos a tal estado de
libertad, v.gr., caución, constitución de domicilio, disponibilidad ante el tribunal). En lo demás, la norma
adoptaba la regulación del art. 280 Ver Texto del CPPN (ley 23.984) y sus similares argentinos, con relación a la
indispensabilidad y fines de la coerción, regulación esta que se ha suprimido en la nueva redacción conforme a
la ley 12278 Ver Texto . La ley 13449 Ver Texto vuelve a la redacción originaria del artículo, dada por la ley 11922
Ver Texto , salvo a partir de "siempre...", que esta última no contenía (v. infra).

COMENTARIO

Medidas de coerción

Concepto. Por coerción procesal (penal) se entiende, genéricamente, toda restricción al ejercicio de derechos
personales o patrimoniales del imputado o de terceras personas, impuesta durante el curso de un proceso penal y
tendiente a garantizar el logro de sus fines (Cafferata Nores, Medidas..., p. 3, con remisión a las enseñanzas de
Clariá Olmedo y Vélez Mariconde).

Poder cautelar. En la base dogmática -y, desde luego, con determinante implicación práctica- de la coerción
procesal penal se halla el uso de la fuerza pública (v. el comentario de los arts. 56 Ver Texto y 103 Ver Texto ). Este
uso, en rigor de verdad, no constituye otra cosa que una manifestación de aquello que, con propiedad, se ha
denominado "poder cautelar" de los órganos del proceso penal (Chiavario, Proceso..., t. II, p. 304).

Interpretación. Cabe tener muy en cuenta que el art. 3 Ver Texto del presente Código (v. su comentario) prescribe
la interpretación restrictiva cuando se coarta la libertad personal. Por cierto, esta directiva de restricción
interpretativa, dirigida a las medidas de coerción, está admitida y postulada por la doctrina más relevante (por
todos, D'Albora, Código..., t. I, ps. 18 y ss.).

Marco dogmático constitucional. Atinadamente, Marcelo Madina ha señalado la necesidad de tener en cuenta -y
echar mano de él, nos permitimos añadir- un marco dogmático referido a las medidas de coerción, con la
finalidad de poderse así controlar su viabilidad y constitucionalidad ("Análisis...", p. 857).

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Normas aplicables de las Constituciones. Como configurativos de este marco dogmático -y entendidas como
centrales- citemos: de la CN, sus arts. 18 Ver Texto , 33 Ver Texto y 75 (inc. 22 Ver Texto ), y sus remisiones; de la
Const. prov., sus arts. 10 Ver Texto , 16 Ver Texto , 17 Ver Texto y 19 Ver Texto . Refiriéndose a la Ley de
Enjuiciamiento Criminal española, en conceptos trasladables sin esfuerzo a nuestros ordenamientos jurídicos, y
desde luego al presente Código, Ramos Méndez ha dicho que el sistema de medidas cautelares no debería ser
más que un desarrollo de las previsiones constitucionales (Enjuiciamiento..., p. 327 y passim).

Principios. Se puede señalar como principios basilares que disciplinan las medidas de coerción: a) "adecuación",
que tiene relación con cuál medida debe ser concretada la coerción; b) "proporcionalidad", que debe guardar la
medida, sobre todo, con la pena que se deberá aplicar; c) "subsidiariedad", que se refiere al usar siempre la
medida menos gravosa, y d) "excepcionalidad", que vincula medio a fin; es decir, no se deberá decretar
laámedida restrictiva si los fines buscados pueden ser obtenidos por otros medios.

Práctica espuria. La constatación sociológica sobre la práctica de lasámedidas de coerción personal en el


servicio de justicia bonaerense permite arriesgar como opinión que, en frecuentes ocasiones, se las ha entendido
-sobre todo en el manejo restrictivo de la excarcelación y eximición de prisión- con finalidad sustancialmente
penal; es decir, se han considerado las medidas de coerción procesal -siquiera en forma implícita- como
equivalentes a verdaderas penas. Sin embargo, por diferencia al derecho de fondo, cuya pena tiene fines propios
(retributivos, de prevención general o especial, según las diversas teorías), las medidas de coerción no
involucran reacción ante nada, sino -como ya señalamos- solamente protección de los fines que el proceso
persigue, subordinados a la eficaz actuación de la ley sustantiva" (cfr. Maier, Cuestiones..., p. 15).

Ley 13449 Ver Texto . Esta ley, que reformó diversos preceptos del presente Código (el bajo comentario y los
arts. 148 Ver Texto , 156 Ver Texto , 157 Ver Texto , 159 Ver Texto , 169 Ver Texto y 71 Ver Texto ), tuvo en cuenta, según
surge de sus fundamentos, "...la extrema situación que en materia carcelaria atraviesa la provincia de Buenos
Aires...", haciéndose cargo de lo resuelto a su respecto por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el caso
"Verbitsky, Horacio s/ Hábeas corpus Ver Texto " (v. Gorsd, "Comentario...", ps. 1957 y ss.).

Sistema del presente Código

Subsistema normativo. Bajo el título "Medidas de coerción", nos hallamos de cara a una suerte de "subsistema
normativo" particular dentro del propio ordenamiento general. A diferencia del CPPN (ley 23984 Ver Texto ), que
las prevé en su Libro II ("Instrucción"), el presente Código las regula, como se puede ver, en el Libro I
("Disposiciones generales"), creemos que con una técnica legislativa más adecuada según la materia en trato.

Clases. Siguiendo la dicotomía clásica, el presente Código diferencia la coerción personal (arts. 144 Ver Texto a
196 Ver Texto ) de la real (arts. 197 Ver Texto a 200 Ver Texto ). La primera es restrictiva de la libertad ambulatoria
(art. 14 Ver Texto , CN); la segunda, alcanza al patrimonio (art. 17 Ver Texto , ibid.). Centralmente, como
personales, se estatuye: la citación (art. 150 Ver Texto ), la prohibición de alejamiento y comunicación y el arresto
(art. 149 Ver Texto ), la detención (art. 151 Ver Texto ) y la prisión preventiva (arts. 159 Ver Texto y 160 Ver Texto )
(v. sus respectivos comentarios); y como reales, el embargo y la inhibición (arts. 197 Ver Texto a 200 Ver Texto )
(v. también sus respectivos comentarios). También pueden incluirse en el elenco las llamadas "formas
accesorias de coerción" (v. infra).

Finalidad. La finalidad de las medidas de coerción, por lo pronto para este Código en su versión original, estaba
bien marcada en la parte segunda del artículo (restituido por la ley 13449 Ver Texto ), en cuanto vinculada con: a)
la adquisición de la verdad, evitándose con la adopción de la medida que el imputado borre huellas, intimide o
soborne a testigos o concierte con sus cómplices; b) el desarrollo del procedimiento, más que nada,
posibilitándose con la medida la presencia del imputado en el proceso, ya que el presente Código no admite el
juicio en rebeldía (v. el art. 305 Ver Texto y su comentario), y c) la aplicación de la ley, ante todo, en orden a la
efectiva cumplimentación de la pena que se habrá de aplicar, en caso de que ello correspondiere.

Denominador común. Conviene precisar que aquellas tres finalidades tienen un claro y fuerte denominador
común: "para asegurar", es decir, "garantizar" que se cumplan los fines del proceso, que es la línea maestra
interpretativa del subsistema normativo de las medidas de coerción.

Derechos alcanzados. A diferencia, v.gr., del art. 280 Ver Texto del CPPN (ley 23.984), el que sólo menciona a la
"libertad personal", el artículo extiende su ámbito de aplicación a "los demás derechos y garantías reconocidos a
toda persona por la Constitución de la provincia". El alcance normativo se amplía, por caso, a aquellas que se
han llamado "formas accesorias de coerción" (registros domiciliarios, requisas personales, interceptaciones, etc.)
(Cafferata Nores, Medidas..., ps. 77 y ss.).

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La regla rectora. La norma principal, que establece la regla rectora del subsistema, es sin lugar a dudas la
contenida en la primera oración del artículo: "El imputado permanecerá en libertad durante la sustanciación del
proceso". El principio no hace más que concretar, para las medidas de coerción, el del favor libertatis (v. el
comentario del art. 1 Ver Texto ), en relación, a su vez, con la libertad ambulatoria (art. 14 Ver Texto , CN) y el
principio de inocencia (v. asimismo el comentario del art. 1 Ver Texto ).

Primer párrafo del artículo. La parte final del párr. 1º del artículo bajo comentario, añadida por la ley 12278 Ver
Texto y mantenida por la ley 13449 Ver Texto , estimamos no es más que una mera referencia semántica -aunque
con posibles implícitas connotaciones de ideología inquisitiva- que, en sí misma, no altera la vigencia y la
primacía dogmática de la regla, pues, en cualquier caso, subsistirán siempre los principios constitucionales y
legales que hacen restrictiva la aplicación de las medidas coercitivas (v. supra).

Fundamentación y motivación. Toda medida de coerción procesal no solamente deberá -en forma inexcusable-
ser fundada en derecho, sino que, antes bien -y en especial-, tendrá que ser motivada (v. el comentario del art.
106 Ver Texto ); debe existir un motivo, es decir, una razón para decretarla; y este motivo debe,
inexcusablemente, estar vinculado al proceso (no al delito o pena), ya que la "necesidad de garantizar la
sujeción de una persona al juicio penal es lo único que autoriza la medida cautelar de tipo personal" (Ramos
Méndez, Enjuiciamiento..., p. 235).

Coerción facultativa. La voz "podrá" incluida en el 146 Ver Texto (v. su comentario), autoriza a entender que la
palabra "imposición" referida al cometido del juez de Garantías (art. 23, inc. 2 Ver Texto ) no excluye el carácter
facultativo y no imperativo que para éste tiene el aplicar o no la medida que se le solicite. Se debe advertir, sí,
que aquello que el subsistema veda al juez de Garantías es decretar las medidas de oficio, en cuanto restrictivas
de derechos. La excepción surge del art. 147 Ver Texto (v. su comentario).

Tipicidad procesal. Las medidas de coerción deben ser dictadas observando el principio de tipicidad procesal; es
decir, las restricciones e injerencias a los derechos, que ellas implican, deben estar previstas en la ley;
justamente, con este criterio restrictivo -velis nolis- deberá, en todo caso, entenderse la última parte del párrafo
primero del artículo, al cual nos hemos referido más arriba.

JURISPRUDENCIA

Sistema del presente Código

La regla rectora. Nuestro nuevo código ritual consagra (...) como regla general, la libertad de todo imputado
mientras dure el proceso, siempre que no se den los supuestos para decidir lo contrario, supuestos que deben
interpretarse restrictivamente cuandoácoarten dicha libertad (arts. 3 Ver Texto y 144 Ver Texto del CPP) (C. Apel. y
Garantías Trenque Lauquen, causa 4847, "Mallaviabarrena, Raúl s/ Exim. de prisión", 21/9/2000).

Base constitucional. Las medidas cautelares de coerción física tienen base constitucional en el ejercicio del
Poder de Policía del Estado, que permite la restricción de derechos esenciales (...) para preservar los fines
esenciales del proceso (arts. 14 Ver Texto y 28 Ver Texto , CN). Para su validez, tales limitaciones deben realizarse
en un marco de razonabilidad, entendida como la proporcionalidad entre el daño que se infiere al individuo
afectado, su grado de compromiso procesal actual con sujeción a la valoración objetiva de los hechos y los
intereses que se intentan tutelar (arts. 144 Ver Texto y 146 Ver Texto del Cód. cit.) (C. Apel. y Garantías Penal
Mercedes, sala II, causa 2113, "Chain, José N.", 6/7/2000).

Art. 145. -
Ejecución. El arresto o la detención se ejecutarán de modo que perjudiquen lo menos posible la persona y la
reputación de los afectados.

Se les comunicará la razón del procedimiento, el lugar donde serán conducidos, el fiscal y el juez intervinientes.
De lo actuado deberá labrarse acta.

Conc.: 60 Ver Texto , 117 Ver Texto , 118 Ver Texto , 144 Ver Texto , 149 Ver Texto , 151 Ver Texto ; ley 12.155: 10 Ver
Texto ; CN: 75 (inc. 22 Ver Texto ); Const. prov.: 10 Ver Texto , 12 (inc. 4 Ver Texto ).

FUENTE

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Se puede señalar la norma establecida en el art. 269 Ver Texto de los códigos procesales penales reformados de
Córdoba (ley 8123) y de Tucumán (ley 6203 Ver Texto ) (igual numeración) como la fuente inspiradora del texto
legal bajo comentario.

COMENTARIO

Ejecución de las medidas de coerción

Voz "ejecución". Aquí la voz "ejecución" debe ser entendida, antes que nada, en su acepción más general y
amplia: "hacer efectivo o realizar algo" (Couture, Vocabulario..., p. 248); en nuestro caso, se tratará de la
realización o efectivización de la restricción de la libertad personal. Más sencillamente, se trata del
"cumplimiento" de la medida (Bertolino, "El modo...", p. 33).

Límites. El artículo establece como límites en la ejecución del arresto o la detención el perjuicio a la persona y a
la reputación de ella. El primero alcanzará tanto a lo físico como a lo espiritual; el segundo se proyectará a la
opinión que la comunidad podrá tener respecto del afectado.

Fundamento. El fundamento del precepto no puede ser otro que el reconocimiento y la preservación de la
dignidad de la persona humana en sí misma considerada. Es que, como ha dicho Jesús González Pérez, "ha sido
el derecho procesal penal el que se ha preocupado especialmente de establecer garantías de la dignidad humana"
(La dignidad..., p. 170 y passim).

Normas constitucionales provinciales. Precisas normas constitucionales provinciales (Const. prov., art. 10 Ver
Texto -reputación- y art. 12 Ver Texto -dignidad, integridad física, psíquica y moral-) proporcionan más que
suficiente sustento dogmático al artículo (v. el comentario del art. 144 Ver Texto ).

Pactos internacionales. También los pactos internacionales constitucionalizados se refieren a este aspecto de las
medidas de coerción. Por ejemplo, el art. 5º de la Declaración de las Naciones Unidas y el art.á9º del Pacto de
Nueva York, que consagran el derecho a obtener reparación por detenciones ilegales.

Actuación policial. V. el art. 16 Ver Texto de la ley 13.482 (su texto en "Legislación complementaria"), que debe
ser interpretado como determinante del artículo bajo comentario en el área práctica de la actuación policial.

Interpretación extensiva. En este supuesto la norma debe ser, a nuestro juicio, de interpretación extensiva
(principio pro homine), alcanzando a la ejecución de cualquier medida de coerción, no sólo a las dos que se
mencionan en el texto: arresto y detención (v. los comentarios de los arts. 149 Ver Texto y 151 Ver Texto ).
También deberá ser amplia la atribución de alcance a dar a las voces "perjudiquen" y "reputación" contenidas en
el artículo (v. infra).

Voz "perjudiquen". Como vimos, debe apreciarse también con amplitud la voz "perjudiquen", que incluye, entre
otros, el significado "menoscaben", con lo cual -en lo que al grado respecta- ya se estaría infringiendo la norma.

"Lo menos posible". La norma, con esta expresión, establece una cuestión de grado; lo que se rechaza es un
"plus" de injerencia disvaliosa (cfr. Bertolino, "El modo...", ps. 34/35) sobre la persona sujeta a coerción.

Formalidades

Comunicación. La segunda parte del artículo bajo examen concuerda con lo dispuesto en el art. 60 Ver Texto ,
parte segunda (v. su comentario). Comunicar la "razón" del procedimiento refuerza la interpretación que hemos
dado al requisito de la "motivación" (v. el comentario del art. 144 Ver Texto ); en definitiva, se trata más que nada
de la "razón de ser" de la actuación en marcha.

Derecho a la comunicación. La norma conecta directamente con el "derecho a la comunicación e información"


consagrado en el art. 12, inc. 4 Ver Texto , de la Const. prov., por cierto también reconocido en los pactos
constitucionalizados (v.gr., y por todos, Pacto de Nueva York, art. 9º, inc. 2º).

Acta. V. los comentarios de los arts. 117 Ver Texto y 118 Ver Texto , básicamente en cuanto a los requisitos
exigidos, tanto los generales como los especiales (aquí, los enumerados en el párr. 2º del precepto que
analizamos).

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Art. 146. -
Condiciones. El órgano judicial podrá ordenar a pedido de las partes medidas de coerción personal o real
cuando se den las siguientes condiciones:

1º) Apariencia de responsabilidad del titular del derecho a afectar.

2º) Verificación de peligro cierto de frustración de los fines del proceso, si no se adopta la medida.

3º) Proporcionalidad entre la medida y el objeto de tutela.

4º) Exigencia de contracautela en los casos de medidas solicitadas por el particular damnificado o el actor civil.

Conc.: 67 Ver Texto , 79 Ver Texto , 144 Ver Texto , 148 Ver Texto , 177 Ver Texto , 198 Ver Texto .

FUENTE

El texto es semejante al del art. 180 del Anteproy. de la Provincia de Santa Fe del año 1993 (ley 10545 Ver Texto
).

COMENTARIO

Condiciones para disponer las medidas

Petición. El artículo refuerza -si cabe- el núcleo del subsistema de las medidas de coerción establecido en el
presente Código: ellas no podrán decretarse de oficio, sino "a pedido" de las partes, tal como reza la norma.

Fiscal. El artículo menciona a las "partes" (v. el comentario del art. 56 Ver Texto ); normalmente, será el fiscal
quien peticione la medida de que se trate.

Particular damnificado. El particular damnificado, por su lado, puede pedir medidas de coerción real (v. el art.
79, inc. 2 Ver Texto , y su comentario); en este caso, en orden a una interpretación sistemática, bien puede ser
alcanzado por la extensión de la norma. Además, la redacción del art. 79, inc. 2 Ver Texto , remite a incisos del
artículo bajo comentario. La ley 13943 Ver Texto ha ampliado el campo de actuación del particular damnificado.

Actor civil. V. infra, "Contracautela".

Órgano judicial. Está en la base del subsistema normativo que consideramos que sea el juez de Garantías -con la
Cámara de Garantías como alzada- quien provea a las medidas de coerción (art. 23, inc. 2 Ver Texto ).

Excepciones. La citación -excepción de lo anterior- queda a cargo del fiscal (v. el art. 150 Ver Texto y su
comentario); también excepciona lo dispuesto en el art. 59, inc. 1 Ver Texto , según ley 13078 Ver Texto (v. su
comentario), en cuanto faculta al fiscal ordenar medias urgentes.

Apariencia de responsabilidad. Es el clásico fumus boni iuris, propio, en lo general, de toda medida cautelar,
aquí especificado al proceso penal. Al respecto se ha dicho que la "preexistencia de verosimilitud del
derechoácondiciona la procedencia de cualquier medida al acopio de un mínimo de prueba de culpabilidad,
entendido como un mínimo de elementos que hagan presumir la probabilidad de condena" (Ángela E. Ledesma,
"Medidas...", p. 350).

Peligro para el proceso. Es el también clásico periculum in mora de las medidas de cautela, asimismo aquí con
especificidad procesal penal (v. los comentarios de los arts. 144 Ver Texto y 148 Ver Texto ); reiteramos: se trata de
riesgo para el proceso, y no para otra cosa.

Proporcionalidad. El principio de proporcionalidad (v. el comentario del art. 144 Ver Texto ) es central en la teoría
y práctica de las medidas de coerción procesales penales, y a él habrá que atenerse, fundamentalmente (v. infra,
"Jurisprudencia").

Contracautela. Está circunscripta por el precepto a las medidas de coerción pedidas por el particular
damnificado y el actor civil. El inciso concuerda, entonces, con el inc. 2 Ver Texto del art. 79, y con el art. 198 Ver

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Texto . La interpretación sistemática y finalista lleva a entender que se trata sólo de medidas de coerción
patrimonial. La contracautela se concreta en la exigencia de una "caución" (v., para esta voz, el art. 177 Ver Texto
y su comentario). En su consecuencia, no se exige "contracautela" alguna al fiscal peticionante de las medidas
de coerción, cualesquiera que ellas fueran.

JURISPRUDENCIA

Condiciones para disponer las medidas

Proporcionalidad. Las medidas de coerción personal no tienen un fin en sí mismas, son provisorias,
excepcionales y de naturaleza cautelar, por lo que deben ser aplicadas y mantenidas con la mayor mesura.
Atento que la legitimidad de dichas medidas deviene de su estricta necesidad, debiendo interpretarse
restrictivamente, debe ponerse énfasis en la proporcionalidad de las mismas (art. 146, inc. 3 Ver Texto , CPP),
esto es que el mal que inflige el mecanismo procesal coercitivoáno sea mayor que la reacción penal sustantiva
del Estado, debiendo cesar o morigerarse si desaparecen una o más de las condiciones que las motivaron (art.
147 Ver Texto del Cód. cit.) (Juzg. Corr. n. 1 Bahía Blanca, causa 528, "J. M. M. s/ Tentativa de hurto",
17/12/1999).

Art. 147 (Texto según ley 13.260, art. 1). -


Cese de la medida. En caso de advertirse la desaparición de una o más condiciones, en cualquier etapa del
proceso, el órgano judicial podrá disponer a pedido de parte o de oficio, el cese inmediato de la cautela
oportunamente dispuesta.

Si la petición obedeciera a una reevaluación del mérito de la prueba respecto de la imputación, ésta podrá ser
formulada hasta el inicio de la audiencia de debate.

Sólo cuando fuere solicitado por el imputado o su Defensa, de la petición se dará vista al Ministerio Fiscal por
el término de veinticuatro (24) horas, y se resolverá en igual término.

A petición de parte, el órgano judicial, deberá tomar conocimiento de visu del detenido.

Conc.: 134 Ver Texto , 139 Ver Texto , 144 Ver Texto , 146 Ver Texto , 166 Ver Texto , 354 Ver Texto , 463 Ver Texto ;
Const. prov.: 12 (inc. 3 Ver Texto ); CPen.: 41 (inc. 2 Ver Texto ).

FUENTE

El artículo originario (ahora párr. 1º del reformado) es semejante al 181 del Anteproy. Santa Fe de 1993, si bien
éste sólo menciona: "a pedido de parte". La ley 13260 Ver Texto ha agregado los tres párrafos restantes.

COMENTARIO

Cesación de las medidas

Supuesto legal. Está dado por la desaparición de alguna de las condiciones establecidas en los incs. 1 Ver Texto ,
2 Ver Texto y 3 Ver Texto del art. 146 (v. su comentario); porácierto, bastará con la desaparición de una sola de
tales condiciones ("una o más").

Posibilitación formal. El decreto del cese de la medida quedará posibilitado por petición de parte o bien de
oficio, según reza el artículo que comentamos. Dicho cese, como también con claridad emerge del texto del
artículo, podrá producirse "en cualquier etapa del proceso".

Disposición de oficio. Aquí sí juega en bonam partem la posibilidad de disponer "de oficio" el juez de Garantías
(u otro órgano jurisdiccional, según la etapa procesal correspondiente) el cese de la medida de que se trate.

Fundamento. Toda medida de coerción -en cuanto es de naturaleza meramente cautelar- resulta, desde luego,
siempre provisoria. Por cierto que estará en la base de la fundamentación del cese el principio sentado en la
primera parte del art. 144 Ver Texto (v. su comentario).

Cese inmediato. Rige aquí el estándar -visto a contrario- de no caerse en "dilaciones indebidas" (v. el art. 2 Ver

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Texto y su comentario); "inmediato" quiere decir aquí "enseguida", "sin tardanza". Juega la consecuencia de la
"falta grave" si no se cumple con lo mandado por la norma.

Cesación de las medidas alternativas a la prisión preventiva. V. el comentario del art. 166 Ver Texto .

Cesación de la detención en la casación. V. el comentario del art. 463 Ver Texto .

Reevaluación del mérito de la prueba. "Reevaluar", en rigor implica "reexaminar" la prueba. El inicio del debate
está previsto en el art. 354 Ver Texto (v. su comentario). Implícitamente esta normación lleva a concluir que el
"órgano judicial" podrá ser también el tribunal de juicio o el juez correccional, además del juez de Garantías.

Vista al Ministerio Público Fiscal. Para el concepto de "vista", v. el art. 134 Ver Texto y su comentario; para los
plazos por horas, v. el art. 139 Ver Texto y su comentario. Se ha dicho que siendo el Ministerio Público un órgano
destinado al aseguramiento del derecho, es razonable que sea oído, ya que si se resuelve en contra de su opinión
podrá generarse agravio a efectos del recurso de apelación (Falcone y Madina, "Comentario...", p. 196).

Conocimiento "de visu" del detenido. El artículo marca un cabal "deber" del órgano judicial interviniente,
reforzando -si cabe- la "personalización" del proceso penal (doctrina art. 12, inc. 3 Ver Texto , Const. prov.).
También puede advertirse la concordancia con el art. 41, inc. 2 Ver Texto , in fine, del CP.

JURISPRUDENCIA

Cesación de las medidas

Prisión preventiva. Alternativas o cese de la medida cautelar. Jueces. Deberes y facultades. Aunque el agente
fiscal no hubiere requerido la prisión preventiva del encartado, el magistrado de Garantías posee jurisdicción
para el conocimiento y decisión acerca del estado de coerción de personas sospechadas de delito (art. 23, inc. 2
Ver Texto , CPP). Ello constituye regla de orden constitucional en el ejercicio del poder penal, que brinda marco
legal a la decisión dictada conforme a lo establecido por el art. 159 Ver Texto del ordenamiento legal citado y
descarta exceso funcional del juez de grado, autoridad competente en quien recae la evaluación y decisión
acerca de la coerción sobre el imputado "en cualquier etapa del proceso" (art. 147 Ver Texto , párr. 1º, del rito) (C.
Apel. y Garantías Penal Quilmes, causa 25.636, 31/10/2006, del voto de los jueces Ordoqui y Falcón).

Art. 148 (Texto según ley 13.449, art. 1). -


Peligro de fuga y de entorpecimiento. Para merituar acerca de los peligros de fuga y entorpecimiento podrá
tenerse en cuenta la objetiva y provisional valoración de las características del hecho, las condiciones personales
del imputado, la posibilidad de la declaración de reincidencia por delitos dolosos, si hubiere gozado de
excarcelaciones anteriores, que hicieren presumir fundadamente que el mismo intentará eludir la acción de la
justicia o entorpecer las investigaciones.

Para merituar sobre el peligro de fuga se tendrán en cuenta especialmente las siguientes circunstancias:

1. Arraigo en el país, determinado por el domicilio, residencia habitual, asiento de la familia y de sus negocios o
trabajo, y las facilidades para abandonar el país o permanecer oculto. En este sentido, la inexactitud en el
domicilio brindado por el imputado podrá configurar un indicio de fuga;

2. La pena que se espera como resultado del procedimiento;

3. La importancia del daño resarcible y la actitud que el imputado adopte voluntariamente, frente a él y a su
víctima eventual.

4. El comportamiento del imputado durante el procedimiento o en otro procedimiento anterior, en la medida en


que indique su voluntad de someterse o no a la persecución penal.

Para merituar acerca del peligro de entorpecimiento en la averiguación de la verdad, se tendrá en cuenta la grave
sospecha de que el imputado:

1. Destruirá, modificará, ocultará, suprimirá o falsificará elementos de prueba,

2. Influirá para que coimputados, testigos o peritos informen falsamente o se comporten de manera desleal o

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reticente,

3. Inducirá a otros a realizar tales comportamientos.

Conc.: 144 Ver Texto , 146 Ver Texto .

FUENTE

El texto original (ley 11922 Ver Texto ) era igual al del art. 194 del Anteproy. Santa Fe de 1993. En la posterior
redacción de la ley 12278 Ver Texto se suprimió el inc. 2º que decía: "Importancia del daño a resarcir y la actitud
que el imputado adoptara voluntariamente frente a él"; se agregó la expresión "o estable" en el inc. 3º (que pasó
a ser 2º); y se cambió la expresión "a la persecución penal" por "al proceso" al final del inc. 4º (que pasó a ser
3º). La redacción actual del artículo ha sido dada por la ley 13449 Ver Texto , que importó una verdadera
reformulación de la norma conservando, claro está, la temática de base: peligro de fuga y entorpecimiento de la
investigación. La primera parte de la nueva redacción se corresponde con el art. 319 Ver Texto del CPPN (ley
23.984).

COMENTARIO

Peligrosidad procesal

Idea general. El peligro de fuga o el entorpecimiento de la investigación -nervios del artículo, por cierto no
alterados por sus sucesivas reformas- son, en definitiva, manifestaciones de aquello que se ha caracterizado
como "peligrosidad procesal", la que existirá cuando la conducta del imputado pueda "representar un peligro
para la consecución de los fines del proceso" (Cafferata Nores, La excarcelación, t. I, p. 23).

Diferencia con la peligrosidad "penal". Conviene destacar, eso sí, que dicha "peligrosidad procesal" se
diferencia -y se debe diferenciar- de la "peligrosidad" acuñada en la órbita del derecho penal de fondo, la cual se
ha entendido como referida a la capacidad "para delinquir" (Jorge de la Rúa, Código..., p. 717, nro. 146).

Circunstancias. Debemos reparar que las circunstancias que enumera el artículo, aun luego de reformado,
resultan ser, en definitiva, indicios posibles de: a) peligro de fuga del imputado, y b) entorpecimiento de la
investigación; es decir, conductas disvaliosas siempre para con el proceso.

Caso concreto. A fin de considerar y evaluar aquellas circunstancias habrá de estarse al caso concreto (Llobet
Rodríguez, "La prisión...", p. 435), respecto del cual habrá que "merituar" (v. infra).

Redacción confusa. Se ha señalado que la norma bajo comentario, según la redacción de la ley 13449 Ver Texto ,
resulta un tanto confusa (Gorsd, "Comentario...", p. 1961), observación que compartimos. De cualquier manera,
en suáestructura pueden destinguirse "indicadores genéricos" y "circunstancias guías", para determinar "peligro
de fuga" y "entorpecimiento de la investigación" (cfr. Gorsd, "Comentario...").

Indicadores genéricos

Expresión "para merituar". La presente versión del artículo utiliza laáexpresión "para merituar", en lugar de "se
presumirá" empleada en las redacciones dadas por las leyes 11922 Ver Texto y 12278 Ver Texto . La voz
"merituar" -más correctamente "meritar"- se entenderá como significando "aquello que tiene valor para
pronunciarse sobre el peligro de fuga o el entorpecimiento de la investigación.

Carácter. La enumeración de la parte primera del artículo está referida a una facultad: "podrá tenerse en cuenta".
Aunque cabe advertir que "la verificación de [las] condiciones no impone necesariamente la obligatoriedad de
adoptar la medida. El juez todavía deberá explicar por qué es imprescindible recurrir al encierro" (Gorsd,
"Comentario...", p. 1961).

Circunstancias especiales

Finalidad. En los fundamentos de la ley 13449 Ver Texto se dijo que la reforma detalla las circunstancias que
deben atenderse para decidir acerca de los peligros procesales; tales circunstancias deberán ser consideradas no
como reglas de aplicación automática, a fin de "no menoscabar en forma genérica el principio de inocencia"
(sobre esto último, v. el comentario del art. 1 Ver Texto ).

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Supuestos. En los mismos fundamentos se dice que "...se han recogido los lineamientos generales contenidos en
el art. 319 Ver Texto del CPP de la Nación". En su consecuencia, la doctrina y jurisprudencia existente respecto
de esta norma, mutatis mudandis, resulta válida para interpretar esta parte del artículo bajo comentario
-circunstancias especiales- (v. D'Albora, Código..., comentario del art. 319).

JURISPRUDENCIA

Peligro de fuga

Medidas cautelares. Detención por sentencia condenatoria no firme. Peligro de fuga. La imposición de una
medida de coerción -en el caso, detención ordenada en la sentencia- no encuentra óbice legal o constitucional
visto que la libertad no es un derecho absoluto (art. 144 Ver Texto , CPP), y que la magnitud de pena en
expectativa se erige como un parámetro razonable para inferir el peligro de fuga al que alude el art. 148, inc. 2
Ver Texto , del ritual (Trib. Casación Penal Bs. As., sala III, causa 20.226 caratulada "I., C. A. s/ Recurso de
casación", 10/6/2008, del voto del juez Violini -SD-).

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