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La propuesta de igualdad entre las personas y de amor y perdón de los enemigos hicieron a
esta religión muy popular entre las clases más bajas de la sociedad. Aunque al principio fue
prohibida por los emperadores romanos, en el siglo IV se transformó en la religión oficial del
imperio y consecuentemente se difundió por toda Europa.
En la actualidad, en sus distintas ramas, es la religión con más seguidores en el mundo, con unos
2400 millones de creyentes.
El cristianismo surgió del judaísmo, a partir de las enseñanzas de Jesús de Nazaret, llamado «el
mesías» (Cristo en griego) por sus seguidores.
Según los textos evangélicos, en los cuales se basan las creencias de los cristianos, Jesús fue
concebido por el Espíritu Santo en una joven judía llamada María. A los 30 años se manifestó
como hijo de Dios y, luego de ser bautizado, comenzó a predicar junto a 12 discípulos.
Jesús fue condenado a muerte por el Sanedrín, la máxima autoridad religiosa de Judea, bajo el
cargo de blasfemia por declararse a sí mismo el mesías, es decir, el salvador anunciado por los
profetas.
A partir de la prédica de los apóstoles, el cristianismo se difundió primero por Asia Menor y luego
pasó a Europa. Aunque al principio fue una religión perseguida por el Estado romano, en el año
313 d. C. fue legalizada y en el 380 se convirtió en la religión oficial de Roma. De esta manera se
expandió por todo el territorio del imperio.
Luego, a partir de la llegada de los europeos a América en el siglo XV, el cristianismo se difundió
también por ese continente.
El Sermón de la montaña, por Carl Bloch. Muestra a Jesús de Nazaret predicando para una
multitud.
Las creencias del cristianismo varían de acuerdo con las diversas ramas. En general, las más
importantes para la mayoría de ellas son las siguientes:
Creencia en un único dios que existe como 3 personas distintas: el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo. Dentro del dogma cristiano, esto se corresponde con el misterio de la
Santísima Trinidad.
Concibe a la divinidad como un ser creador que participa activamente de su creación.
Cree que Dios se reveló a lo largo del tiempo, a través de los profetas.
Considera a Jesús de Nazaret como el mesías profetizado en el Antiguo Testamento, el
cual corresponde con la persona trinitaria del Hijo que encarnó en forma humana. Su
muerte, crucificado, fue un sacrificio por la salvación del pueblo de Dios. Además, cree en
su resurrección al tercer día después de su muerte y en su ascensión al cielo.
La muerte física es concebida como un pasaje a la vida eterna, en la que los virtuosos
accederán a la gloria de dios y los pecadores serán privados de ella.
Iglesia católica: es la más numerosa de todas las ramas del cristianismo. Está integrada
por la Iglesia latina y las 23 iglesias orientales. Es la rama originaria de la Iglesia fundada
por Cristo. Su autoridad es el Papa, considerado descendiente de San Pedro, el primer
pontífice designado por Cristo para sucederlo. Su sede se encuentra en la Ciudad del
Vaticano, Roma.
Iglesia católica apostólica ortodoxa: a partir de su separación de la Iglesia católica
latina, el 16 de julio de 1054, esta se difundió por el territorio del Imperio romano de Oriente
y es la religión predominante en los países de Europa del Este, Rusia y Grecia, entre otros.
Actualmente está constituida por 15 iglesias denominadas autocéfalas, porque niegan otra
autoridad más allá de la de sus propios patriarcas.
El protestantismo: se conoce con este nombre a diversas ramas de la iglesia reformada a
partir del proceso iniciado por Martín Lutero, en 1517. Estas niegan la autoridad del Papa y
consideran que Dios se manifiesta a través de su gracia y de su palabra, contenida en la
Biblia.
¿Qué fue el Imperio carolingio?
El Imperio carolingio fue un Estado de la Temprana Edad Media, fundado por el rey de los francos Carlomagno, que
lo gobernó entre el 768 y el 814.
Los cimientos de este Imperio fueron puestos por su padre, Pipino el Breve, que en el 751 derrocó al último rey de la
dinastía franca de los merovingios. El nuevo monarca fue coronado por el papa Esteban II, quien le otorgó el derecho
a la sucesión hereditaria. Luego de la muerte de Pipino, en el 768, el Papa brindó su apoyo a su hijo, Carlos, que pasó
a la historia con el nombre de Carlomagno, que significa Carlos el grande.
Carlomagno se propuso restaurar la unidad del Imperio romano. Recurriendo tanto a la diplomacia como a la guerra,
logró ocupar los territorios de lombardos, bávaros, ávaros y sajones. Así construyó un imperio que, a excepción de
parte de la península ibérica y las islas británicas, comprendía toda Europa occidental.
En el año 800, el papa León III coronó a Carlomagno como emperador de Occidente. De esta manera, el rey de los
francos se aseguró el predominio sobre todos los monarcas cristianos y se transformó en el brazo armado de la
Iglesia.
El Imperio carolingio perduró hasta el 843. Su división dio lugar al surgimiento de los reinos de Lotaringia, Francia y
Germania, estos dos últimos son el origen, a su vez, de las actuales Francia y Alemania.
Su territorio se extendía por gran parte de Europa Occidental, pero su núcleo se encontraba en la actual Francia.
La máxima autoridad era el emperador, jefe político de la cristiandad, que era coronado por el Papa, su jefe
espiritual.
El idioma predominante era el fráncico, aunque también se hablaban el galoitaliano, el sajón y otras lenguas
germanas.
La capital era Aquisgrán, la actual Aachen, ubicada en el oeste de la actual Alemania, cerca de la frontera con
Bélgica y los Países Bajos.
Estaba divido en ducados, condados y marcas, a cargo de duques, condes y marqueses, respectivamente.
Para poder conquistar el territorio de Europa Occidental, el cual estaba gobernado anteriormente por los
merovingios, Carlomagno ganó varias batallas cuyos territorios fueron conformando su Imperio.
Ubicación del Imperio carolingio hacia el 804, año en el que alcanzó su máxima extensión.
La economía del Imperio carolingio se basaba en la producción agrícola, sobre todo en la cosecha de cereales como
el trigo, la cebada y la avena. Otras actividades económicas importantes eran la ganadería vacuna y porcina y la
producción artesanal de armas y mobiliario.
La importación y la exportación de productos eran prácticamente inexistentes, por lo que el Imperio se auto
abastecía, produciendo lo necesario para alimentar a sus habitantes.
Organización social
Emperador.
No privilegiados: aquellos que no poseían privilegios y que con sus impuestos y el diezmo mantenían a los sectores
privilegiados.
Artesanos y campesinos.
Organización política
La cabeza del Imperio carolingio era el emperador, que concentraba en sus manos el máximo poder militar, judicial y
legislativo.
Para las funciones administrativas, el emperador se apoyaba en una corte, dirigida por un chambelán, que se
encargaba de los asuntos del palacio, entre otros.
También existían instituciones como las cancillerías, que dirigían cuestiones civiles y eclesiásticas, y el tribunal
palatino, que aplicaba las capitulares, disposiciones legales que regían sobre toda la población del Imperio.
Organización territorial
Ducados: conjunto de condados que estaban bajo la dirección de un duque, nombrado directamente por el
emperador.
Marcas: zonas que se encontraban en fronteras militarizadas y expuestas a invasiones extranjeras. Estaban bajo la
responsabilidad de un marqués.
Duques, condes y marqueses eran supervisados anualmente por los missi dominici, de quienes se decía que eran
«los ojos y los oídos el emperador». Eran pares de inspectores, uno laico y otro eclesiástico, que se encargaban de
juzgar los abusos de poder y los actos de corrupción de los funcionarios carolingios.
Carlomagno era un devoto cristiano que se propuso proteger a la Iglesia y extender su influencia en toda Europa. Se
relación con el Papado fue estratégica, ya que los obispos de Roma otorgaron legitimidad a la dinastía carolingia, a
cambio de protección contra los avances del Islam y las pretensiones de poder del Imperio bizantino.
Carlomagno creó varios obispados, reunió dos concilios y obligó a la población de su imperio a asistir a misa los
domingos y a pagar el diezmo, un impuesto que servía para contribuir al mantenimiento de la Iglesia.
También se propuso convertir al cristianismo a los pueblos que iba incorporando a su imperio. Para lograr este
objetivo, apeló tanto a la cruz como a la espada. Sus ejércitos marchaban acompañados por sacerdotes que
bautizaban a los que aceptaban convertirse al cristianismo.
Retrato de Carlomagno
Carlomagno emperador de Occidente, retrato realizado por Louis-Félix Amiel, en 1839. Se exhibe en el Museo de la
Historia de Francia, en el Palacio de Versalles.
Educación y cultura
En la Alta Edad Media, la gran mayoría de las personas eran analfabetas. El propio Carlomagno durante su niñez no
había recibido instrucción formal.
Para revertir esta situación, el emperador impulsó la apertura de escuelas destinadas a la formación de cortesanos,
funcionarios y religiosos. La principal fue la Escuela Palatina, que funcionaba en Aquisgrán y a la que asistían
Carlomagno y seis de sus hijos. Estaba a cargo de Alcuino de York, un sabio de origen anglosajón, que luego fue
reemplazado por el godo Teodulfo.
Otras escuelas funcionaban en abadías, obispados y monasterios y su dirección estaba a cargo de sacerdotes
cristianos. En los monasterios se conformaron importantes bibliotecas, en las cuales monjes copistas preservaron
gran parte de la tradición cultural del mundo greco-romano.
Arte
Carlomagno impulsó el desarrollo de las artes. Dentro de su Imperio se conjugaban influencias del arte romano, y el
arte cristiano, además del bizantino.
Los arquitectos carolingios trataron de recuperar la arquitectura monumental del Imperio romano, tomando como
modelo la época de los emperadores Constantino y Teodosio (siglo IV a. C.). Sus principales obras fueron palacios,
residencias reales y templos religiosos, como la Capilla Palatina de Aquisgrán, donde oraba el emperador. Para
construirla, los arquitectos se inspiraron en la Iglesia de San Vital de Rávena, simbolizando así las raíces latinas del
Imperio carolingio.
Los artistas carolingios también realizaron esculturas de mármol y mosaicos de estilo bizantino que ilustraban
escenas de los Evangelios.
El hijo y sucesor de Carlomagno, Luis el Piadoso, reinó en medio de las incursiones de los vikingos y conflictos con
duques, condes y marqueses. Estos querían manejarse con mayor autonomía y dejar en herencia a sus
descendientes los territorios que administraban.
A la muerte de Luis el Piadoso, en 840, sus hijos, Carlos, Luis y Lotario lucharon por el poder. En el año 843, pusieron
fin a sus luchas mediante la firma del tratado de Verdún, que dividió el Imperio carolingio de la siguiente manera:
Partición del territorio del Imperio carolingio, según los términos del Tratado de Verdún (843).
Así quedó desintegrado el Estado creado por Carlomagno, que había soñado con una Europa unida bajo un solo rey y
una misma fe.