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INSTITUTO POR COOPERATIVA DE EDUCACIÓN BÁSICA

CON ORIENTACIÓN EN COMPUTACIÓN


SAN PABLO JOCOPILAS, SUCHITEPEQUEZ
ICEBOC

Nombre: Vagner Aaron Amílcar García Girón

Grado: 2do. Básico

Sección: C

Catedrático: Nicolás Chavajay Salquil

Catedra: Ciencias Sociales

Tarea: el sismo de la iglesia católica en la edad media

San Pablo Jocopilas 09 de Septiembre de 2019


EL SISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA EN LA EDAD MEDIA
El Cisma de Oriente y Occidente, o el Gran Cisma (usado también para referirse al
Cisma de Occidente), o en menor medida conocido como Cisma de 1054, hace
referencia a un conflicto religioso que ocurrió en el año 1054. Ese año el máximo
jerarca de la Iglesia católica en Roma, el papa u obispo de Roma, y los jerarcas
eclesiásticos de la Iglesia ortodoxa entre los que descolló el patriarca ecuménico
de Constantinopla, se excomulgaron mutuamente. Este enfrentamiento de
autoridades comportó la separación de la
cristiandad occidental o católica, que
reconocía la suprema autoridad de Roma,
de la oriental u ortodoxa. Su antecedente
directo se conoce como Cisma de Focio.

Estos cismas de la Iglesia Católica


tuvieron además de cuestionamientos a la
doctrina, orígenes políticos.
Tres grandes cismas
Ha sufrido la Iglesia Católica en su historia, motivados tanto por temas
relacionados con la doctrina como por la política. El gran salto del cristianismo de
una secta medianamente organizada a convertirse con el paso de los siglos en la
religión preponderante en el planeta se da de la mano de la política cuando el
emperador romano Constantino adopta el cristianismo como su religión y años
después Teodosio la establece como la religión oficial del Imperio romano.
La conversión de emperadores a una religión ha sido un patrón que ha servido
para que las religiones se popularicen, crezcan en prosélitos y se consoliden, de la
mano del poder político. El Budismo logró su gran salto cuando el rey Ashoka en
el norte dela India lo adoptó y conminó a sus súbditos a hacer lo propio. De igual
manera a través de la promoción por parte de varios monarcas, el budismo llego a
Sri Lanka, al sudeste asiático, a partes de Asia Central y a China. El Islam, en el
que no existe separación de religión y política, se estableció en Asia central y se
consolidó en la India, gracias a la conversión del gran
conquistador uzbeko Tamerlán.

No se pueden entender los cismas de la Iglesia sin


comprender las causas políticas que los causaron
partiendo del enorme poder que concentraba la Iglesia
romana, que sobrevivió a la caída del imperio y se
convirtió en el poder supremo en el continente europeo. El
Papa ponía y quitaba emperadores, reyes y gobernantes
y por siglos el Papado fungió como el poder detrás de los tronos de los monarcas
europeos.
Primer Cisma
El primer gran cisma de la Iglesia cristiana ocurre en el
año 1054 y fue un desarrollo natural de siglos de
existencia separada de las iglesias romana y
orientales, sumado a que el imperio romano de
oriente, Bizancio, aún existía con su propio patriarca
en Constantinopla, mientras que el imperio romano de
occidente había desparecido hacía ya 600 años. Las
diferencias entre la iglesia romana y sus pares
orientales se hicieron cada vez más amplias; la romana usaba latín como lengua
de la liturgia mientras que las orientales usaban el griego a lo que se agregaron
los permanentes cuestionamientos a la autoridad de la iglesia de Roma que se
había quedado sin imperio. En 1054 tras excomuniones mutuas entre la Papa
Leon IX y el patriarca Miguel Cerulario se formaliza el primer Gran Cisma del
cristianismo (había habido otros anteriores no tan significativos). Desde entonces
los caminos recorridos por las dos iglesias, la romana y la ortodoxa, cada vez más
divergentes, marcaron también la división que se entronizó desde entonces entre
Europa oriental y Europa occidental.

La Iglesia ortodoxa por su lado incluye varias denominaciones cada una con su
propio patriarca. La Iglesia ortodoxa rusa cuyo patriarca, Kirill se reunió con el
Papa Francisco en Cuba hace pocos días constituye junto a la Griega, una de las
principales vertientes de las iglesias ortodoxas, postrada durante los años de la
Unión Soviética y que actualmente juega un papel político fundamental en la Rusia
de Putin.
Segundo Cisma
El siguiente cisma también ligado a la política
ocurre en el año 1534 cuando el monarca
inglés Enrique VIII se desliga de Roma por no
permitirle el divorcio de su esposa Catalina de
Aragón , lo que no fue más que el florero de
Llorente para desvincular al Reino Unido del
yugo doctrinal y jerárquico de Roma. Nacía
así la Iglesia Anglicana cuya cabeza es el Rey
o la Reina en ejercicio en la Isla y que ha sido
fundamental en el desarrollo único del que
llegó a ser el mayor imperio de la historia.
Tercer Cisma
El tercer gran cisma anterior en su génesis al anglicano tiene su momento seminal
cuando el clérigo Martin Lutero el 31 de Octubre de
1517 fija en el portón de la catedral de Wittemburg sus
95 tesis en las que cuestiona abiertamente al Papado,
los alcances de su autoridad, las indulgencias y una
serie de elementos con los que se lanzaba la gran
Reforma, que tendría en Juan Calvino unos de sus
mayores exponentes, y establecería en la ciudad de
Ginebra un contrapeso político y religioso a Roma. La
Reforma que rechazaba la rígida jerarquía de la iglesia romana daba origen a una
multitud de denominaciones bajo el mote de “protestantes”.

Más allá de las diferencias en la liturgia y la doctrina, la Reforma tuvo un


significativo origen político y regional y sus consecuencias en la política europea y
posteriormente americana son evidentes. La ética calvinista privilegiaba la
iniciativa privada, la propiedad, la disciplina, el individualismo y el trabajo como
elementos fundamentales para la superación de la sociedad, lo que se constituye
en la esencia que divide las naciones de la Europa del norte protestante: Prusia,
Suecia, Suiza, Holanda, Dinamarca, etc. de la Europa católica del Sur: España,
Italia y Portugal y la América del sur católica de la América del norte protestante.
Francia quedó en la mitad entre uno y otro y se erigió en el principal escenario de
las guerras religiosas que azotaron Europa hasta el año de 1648 cuando se firmó
la paz de Westfalia.
Fue tras el concilio Vaticano II que se inicia el diálogo ecuménico que ha acercado
en algo a las iglesias cristianas pero más allá de gestos simbólicos, como la
reciente reunión en Cuba entre Francisco y Kirill no es
mucho lo que se ha avanzado.
Sin lugar a duda los cismas de la Iglesia Católica
tuvieron además de cuestionamientos a la doctrina,
orígenes políticos y sus consecuencias han sido
fundamentalmente políticas, además de culturales y
religiosas. Han dividido el mundo cristiano en zonas
geográficas de muy disímil desarrollo.

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