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TESIS DE INVERSION DE LA CARTERA PERMANENTE

La cartera permanente es una cartera conservadora preparada para funcionar bien en


cualquier clima económico.

Como puntos fuertes tiene:

- Fácil implementación.
- Casi nulo seguimiento, una vez al año o cuando se oiga algún movimiento
brusco de cualquier activo.
- Rebalanceo por bandas.
- Poca , muy poca volatilidad y una rentabilidad esperada por encima de
inflación.

Como puntos débiles:


- Hay que ser capaz de ver la cartera como un todo, ya que hay activos que por
separado no invertirías en ellos, como el oro y los bonos a largo plazo.
- Siempre habrá una o dos patas que sufrirán y eso hará dudar de la estrategia,
en épocas de bonanza cuando las acciones vayan como un tiro es cuando mas
hay que creen en la estrategia.
- Un activo puede estar una o mas décadas rindiendo mal, pero hay que ser fiel.

Lo mejor usar UN FONDO que replique la CP como River CP o Icaria CP o los dos, así te
olvidas de rebalanceos a cambio de un 0,5% anual.

No solo es mirarlo como un todo, sino desde el lugar correcto. No hay que mirar el
futuro incierto, sino desde el presente cierto ¿tenemos en cartera todos los activos
necesarios para soportar el presente, sea cual sea en cada momento?
EVOLUCION DE LA CARTERA PERMANENTE EN EUROS
AÑO 2020 crisis COVID

Y SI HARRY BROWNE ESTUVIESE EQUIVOCADO

El año pasado resurgieron en España las tesis de inversión basadas en la Cartera


Permanente y en la filosofía de su ideólogo Harry Browne. Aparecieron los primeros
fondos que replicaban de manera bastante aproximada su asignación de activos y se
editaron libros en español centrados exclusivamente en las bases de la Cartera
Permanente. La equiponderación por clases de activos que mejor se comportan en
cada fase del ciclo económico (recesión-efectivo, crecimiento-renta variable, inflación-
oro, deflación-bonos a largo plazo) hace que esta cartera sea estable, segura y
rentable en cualquier coyuntura y destaca especialmente respecto a otras estrategias
en los periodos turbulentos, acabábamos de sufrir el flash crash de marzo del 2020 y
se desconocía la extensión y profundidad de la posible recesión por lo que la vuelta a
la primera plana de la Cartera Permanente fue bien recibida por la comunidad
inversora.

La bolsa se recuperó con inusitada rapidez y los fondos desde su creación apenas
consiguen alcanzar rentabilidad real positiva (una vez descontada la inflación)
mientras que las acciones de crecimiento alcanzan máximos históricos. Algunos
inversores recién llegados empiezan a mostrar nerviosismo y cierto grado de
desconfianza, para evitar que como bien decía William Bernstein la estrategia atraiga
seguidores durante las crisis y luego los arroje con crueldad al vacío en los tiempos de
bonanza, me parece de interés aclarar algunas de las dudas más habituales.

La Cartera Permanente que aparentemente es muy sencilla de construir, no lo es tanto


a la hora de mantenerse invertido en ella. Sus limitados Drawdowns y rápidas
recuperaciones, por incluir activos para cada posible fase del ciclo económico y
efectivo disponible en los peores momentos, hacen que la cartera opere en
comparación con otras estrategias como una opcionalidad a la llegada de las
inevitables crisis. Dicho de otra forma, en relación con otras carteras suele perder
comba en las fases de crecimiento económico y recupera en los momentos de crisis y
post crisis.

Desde un marco teórico es muy fácil de aceptar, pero hay que vivir años donde casi
todas las estrategias superan la cartera permanente sin dejarse arrastrar por la
codicia. La realidad es que muchos de los inversores abandonan en el peor momento
sin dar tiempo a que converja a sus resultados promedio. Las pérdidas son limitadas y
los resultados a pocos años vista siguen siendo magníficos para un inversor defensivo,
sin embargo acotar el estudio comparativamente con otras estrategias puede resultar
decisorio según la coyuntura que atravesemos.

Uno de los aforismos más peligrosos en inversión y no por ello poco utilizado es “Esta
vez es diferente”, siempre hay una excusa para aplicarlo y la experiencia dicta que en
muy pocas ocasiones se cumple. Existe una corriente que incide que en la actual
situación de tipos reales negativos no son válidas muchas de las estrategias (entre
ellas la Cartera Permanente) diseñadas para otro tipo de escenario.

Es una pena no poder seguir disfrutando de Harry Browne y su programa radiofónico


“The Money Show” ya que seguro que con sorna podría rebatir este argumento, vamos
que el bueno de Browne se hizo millonario en entornos de tipos reales negativos.

Tabla extraída del libro “Global Asset Allocation” de Meb Faber.

Posteriormente reconoció que había tenido fortuna al especular en la década de los 70


con metales preciosos y diseñó la cartera permanente para no necesitar una bola de
cristal con la que adivinar el mejor activo en el que poner su dinero.

Es cierto que de momento la situación actual no es la de los años 70 con una inflación
desbocada y con tasas de intereses nominales cada vez más elevadas, según algunos
analistas macroeconómicos, como Lyn Alden, se asemeja más a la década de los 40,
con tipos muy bajos y déficits gubernamentales impulsando el crecimiento monetario
generalizado. De todas formas Harry Browne como buen estudioso de la historia
económica había profundizado especialmente en la sucesión de inflación-recesión
deflacionaria-inflación de 1920 a 1960 y desarrolló su teoría sobre los ciclos
económicos en su libro “How you can profit from the coming devaluation”, publicado en
1970. A un periodo de ralentización económica y falta de liquidez, suele seguir una
bajada de tipos y aumento de la deuda, crecimiento económico y aumento de los
precios, subida de tipos y disminución del crédito y de nuevo ralentización económica.

No disponemos de back test fiables del comportamiento de una Cartera Permanente


una vez finalizada la segunda guerra mundial, al verse obligados por entonces los
países del Fondo Monetario Internacional a mantener un tipo de cambio fijo respecto al
dólar y el banco central estadounidense a respaldar su divisa con el oro, pero si que
conocemos que las acciones y las commodities (como aproximación al oro) fueron las
clases de activos más favorecidas durante ese periodo.

En escenarios como el actual, de tipos reales negativos, el efectivo de la cartera no


podrá protegernos de la inflación y su función será disminuir la volatilidad total y
disponer de liquidez en los momentos de haya ausencia de ella en los mercados. Por
otro lado la disposición del oro (por no contar con alternativas monetarias que reserven
el valor) y bonos (por la convexidad de su curva de rentabilidad) a revalorizarse en
caso de inflación desbocada o recesión deflacionaria respectivamente, será de una
intensidad superior.

Una de las mayores preocupaciones de los actuales inversores en bonos de larga


duración es la depreciación de los mismos en una hipotética subida de tipos, desde la
óptica de un inversor en cartera permanente conocedor que sus clases de activos en
el medio plazo se encuentran descorrelacionados, especialmente en los escenarios
más complicados, si se diese el caso de la disminución de los bonos otro activo se
revalorizaría y por otro lado su función protectora se incrementa ya que una pequeña
disminución del tipo de interés dispararía su precio. (Ver gráfico de sensibilidad de
retorno de bonos en función de cambios de tipos).

En cada época la Cartera Permanente tendrá una o varias clases de activos odiadas y
alguna otra amada. Lo importante no es lo atractivo que resulte un activo, ni siquiera el
resultado aislado de uno de ellos, lo que trasciende es la composición del conjunto una
vez que dejamos que el futuro caprichoso vaya aclarando las incógnitas que nosotros
de forma premeditada hemos decidido obviar.

Sensibilidad de retorno de bonos en función de cambios de tipos. (Figura extraída del Blog de “Portfolio
Charts”)
Mención aparte merece las interpretaciones del comportamiento del oro dentro de la
cartera, aquí si que creo que algunas exposiciones simplistas de la estrategia han
llevado a equívocos por parte de ciertos inversores. El oro efectivamente defiende de
la inflación excesiva como consecuencia de una aceleración de la disminución de los
tipos reales (tipo nominal - inflación) y no encontrar alternativas viables como reserva
de valor. Si la inflación no es excesiva la función de protección la desempeñaría la
renta variable.

Una de las innumerables corrientes de opinión que llegan del mercado alerta sobre
una posible cronificación del entorno actual y por ello algunos inversores defensivos
han decidido incrementar algo su exposición a renta variable y en concreto a aquellos
activos que mejor se comportan en escenarios de inflación moderada. Para Harry
Browne no resultaría novedoso ya que asesoró a un fondo “Permanent Portafolio
Fund” cuya exposición a renta variable alcanzaba el 30% (15% acciones de
crecimiento, 15% acciones de bienes inmuebles). Aquellos que opten por una
estrategia de este tipo deben conocer que en inversión “no hay comida gratis” y si bien
en coyunturas como la actual obtendrán mayores rendimientos, no dispondrían de
tanta protección en las recesiones económicas. Este fondo todavía existe y podemos
comparar su evolución frente a una Cartera Permanente americana en dólares.

Cartera azul: Cartera Permanente. Cartera roja: Permanent Portfolio Fund.

Otra inquietud de los inversores es el papel que puedan jugar las criptomonedas como
sustitutivo del oro, en algunos ámbitos se le empieza a denominar el “oro digital”. De
momento el comportamiento de este activo es más especulativo que protector y con
una volatilidad excesiva para incluirlo dentro de una estrategia permanente. El
recorrido es corto y veremos como evoluciona en el futuro antes de poder establecer
cual será su cometido dentro de los mercados.
Evolución desde 2013 del mercado global, bitcoin y oro.

En definitiva la Cartera Permanente puede llevar a equívocos por la elegancia en la


simplicidad de su composición, en realidad conocer en profundidad la estrategia
requiere recorrer un apasionante camino guiados por la sabiduría económica de Harry
Browne.

Sus resultados son consistentes en cualquier entorno económico con pérdidas


máximas y periodos de recuperación mucho menores que la mayoría de las
estrategias defensivas. Por supuesto la Cartera Permanente no es ninguna letra con
rentabilidad fija, además de la impredecibilidad de los ciclos económicos existen dos
factores que influyen en el rendimiento de nuestras inversiones:

- Las variaciones imprevistas en el apetito por el riesgo inversor. - Las modificaciones


no anticipadas del interés del dinero.

Aunque su influencia suele ser limitada en el tiempo, es difícil protegerse frente a ellos.
De ahí que en periodos cortos pueda tener rentabilidad negativa o de pequeño
crecimiento.

El principal reto al que se enfrenta el inversor conservador es no dejarse arrastrar por


la avaricia y cambiar de estrategia en el momento más inoportuno. Si aceptamos que
el futuro es incierto, elegir una estrategia que se adapte a la complejidad del mercado
y converja antes a resultados aceptables no parece mala opción para inversores
prudentes.

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