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Riesgo de Liquidez

El riesgo de liquidez aparece por la posibilidad de incurrir en pérdidas debidas a la incapacidad de


atender los compromisos de pago, aunque sea de forma temporal, por no disponer de activos líquidos o
por no poder acceder a los mercados para obtener refinanciación a un precio razonable. Este riesgo
puede derivarse por motivos sistémicos o particulares de la entidad.

el riesgo de liquidez puede presentarse de dos maneras:

por el lado de los activos: al no disponer de activos suficientemente líquidos, es decir que puedan
realizarse o cederse fácilmente a un precio normal en caso de necesidad; ello no incluye a los activos de
largo plazo esenciales para la organización, que por definición no deberían cederse, salvo situaciones
extremas

. por el lado de los pasivos: al tener vencimientos de deudas y otros compromisos que son
excesivamente de corto plazo; y/o no disponer de suficientes fuentes de financiamiento estable o tener
dificultades de acceso al financiamiento; esto pone a una organización constantemente bajo presión de
encontrar fondos para funcionar en el día a día y hacer frente a sus obligaciones.

No es difícil de entender que en realidad, rara vez uno de estos dos tipos de riesgo de liquidez se
presenta sólo. En realidad es necesario analizarlos en conjunto. Por ello se suele usar la expresión de
“riesgo estructural de balance”, que incluye tanto el activo como el pasivo, y del cual el riesgo de
liquidez es un componente esencial.

marco del riesgo de liquidez se suele también distinguir, aunque en realidad no estén completamente
separados, entre:

. el riesgo de tesorería, más ligado al corto plazo, que se analiza primero observando a detalle el flujo de
caja actual y previsional, antes de operaciones de financiación, para tener una visión fina de los
excedentes y brechas

. el riesgo de financiamiento, y de refinanciación; que es el de no poder renovar/reemplazar


financiamientos existentes y el de no poder encontrar nuevos financiamientos en caso de necesidad La
llamada “pérdida de acceso a las fuentes de financiamiento”. Hay autores que tratan de éste último
cómo de un riesgo específico y separado, sobre todo al analizar la estructura de pasivos de mediano y
largo plazo.

También algunos consideran al exceso de liquidez como un factor de riesgo de liquidez, por el mayor
riesgo de mal uso de estos recursos, o por la facilidad con la que puede irse, que puede llevar a que
estos fondos no estén disponibles cuando más se los necesite. Podría considerarse como una alerta de
un riesgo de liquidez mucho mayor en un futuro cercano.
¿Quiénes están expuestos al riesgo de liquidez?

Este riesgo no afecta únicamente a los bancos, aunque se a veces se tenga tendencia a pensarlo:

. cualquier persona o familia está expuesta a este riesgo, por el sólo hecho de tener gastos que no
cuadran exactamente con la fecha de percepción de ingresos; un error común es olvidar ciertos gastos
fuertes, que sin ser inmediatos, son previsibles (la regularización anual del impuesto a la renta, por
ejemplo)

. las empresas del sector real, de varias maneras: a través del ciclo de los componentes del capital de
trabajo (todas conocen los inconvenientes de ser pagadas por los clientes mucho más lentamente de lo
que tienen que pagar a los proveedores, o el de tener a veces inventarios excesivos respecto de las
ventas), así como por la composición de sus activos financieros y la de sus deudas, que pueden ser
excesivamente de corto plazo respecto de las necesidades reales.

. los inversionistas institucionales no bancarios: se olvida muchas veces que los fondos de inversión de
todo tipo pueden ser objeto de verdaderas “corridas”, a través de “solicitudes de rescate” por parte de
los inversores, que no siempre pueden atender a causa del tipo de inversiones que hicieron; también
pueden conocer ese problema empresas de seguros, si tienen que hacer frente a grandes obligaciones
súbitas (un gran siniestro, por ejemplo, o obligaciones bruscas de depositar mayor “colateral” por
derivados, como le pasó al gigante AIG), cuando sus reservas están invertidas en activos poco líquidos y
los mercados crediticios están deprimidos. Organismos previsionales, sobretodo públicos, pueden tener
un riesgo estructural de liquidez, si sus obligaciones están mal financiadas.

. los mismos Estados, por tener demasiada deuda de corto plazo respecto de sus activos líquidos, de las
reservas de su banco central, e incluso respecto de su capacidad de generación de recursos fiscales, o
sencillamente porque el perfil de su deuda está mal equilibrado, con vencimientos demasiado grandes
en ciertos años o porque pueden perder acceso a los mercados financieros (algo que varios países
europeos están sufriendo ahora); en realidad los estados deberían vigilar también el perfil de la deuda
corporativa privada y la del sector financiero, para no tener sorpresas.

entidades financieras de todo tipo, pues por naturaleza intermedian fondos que reciben del público y
los prestan a sus clientes, a menudo a plazos más largos (“riesgo de transformación”). Incluso, al crecer,
terminan muchas veces dependiendo cada vez más de deudas en el mercado nacional e internacional
para financiar sus préstamos. Y hay bancos que prácticamente, aparte de su capital, sólo se financian con
deuda (los bancos de inversión como Lehman Brothers, por ejemplo, o entidades no autorizadas a captar
depósitos del público, como en el Perú las Edpymes).

Medición del riesgo


La medición del riesgo financiero está cobrando un gran interés en las entidades financieras , y en
concreto en las compañías de seguros vida. Son muchas las ventajas asociadas a la implantación de un
sistema de análisis del riesgo financiero, entre las que destacan: el establecimiento correcto de precios,
la gestión del riesgo, la evaluación de estrategias de inversión, el cálculo de niveles de capital ajustados
al riesgo y la implantación de sistemas de medición de rentabilidad basados en el valor. Si bien podemos
decir que hasta el momento buena parte de las técnicas que permiten diseñar sistemas internos de
medición del riesgo no gozan de un nivel suñciente de implantación, los cambios que se avecinan nos
hacen pensar que su adopción será una de las principales preocupaciones en los próximos años. El
principal impulso en este caso viene de la mano del regulador. Al igual que ocurre en el sector bancario,
en el ámbito asegurador también se está desarrollando un nuevo acuerdo de capital similar a Basilea II.

Clasificación de los Riesgos

Las Empresas están expuestas a 3 tipos de riesgos:

 Riesgo de negocios 

Voluntarios, para crear ventajas competitivas.

 Riesgo estratégico 

Derivado de cambios económicos y políticos.

 Riesgo financiero 

Derivado de la volatilidad en mercados financieros.

GAP
¿Qué es un gap en finanzas?

 representa un intervalo vacío entre dos cotizaciones consecutivas como consecuencia

de un periodo determinado en el que no ocurren operaciones, por lo que también son

conocidos como huecos en el mercado. Esto puede venir dado por situaciones que

creen expectativa entre los inversionistas y que detengan por un pequeño espacio de

tiempo las operaciones a la espera del nuevo precio de un título valor. Un gap también

puede referirse a la diferencia que existe entre los valores de dos magnitudes o

monedas cuando son comparadas.

Cuando se dan los gaps a la alza, representan un fortalecimiento del mercado ya que el

precio se mueve de manera positiva, con el riesgo de bajas en las tasas de interés. Por

el contrario, los gaps a la baja reflejan un debilitamiento del mercado, lo que conlleva a

correcciones de precio que pueden traducirse en subidas en las tasas de interés.


Cómo operar gaps?

Para operar gaps es necesario analizarlos y entenderlos bien, haciendo un análisis de la

situación de mercado y conocer las razones por las que una tendencia es alcista o

bajista. Es necesario entender que si ocurren cambios bruscos de precios es por algo, y

ese “algo” puede determinar el éxito de una operación en gaps. Para esto es necesario

saber identifica cuáles son los tipos de gaps.

Por lo general, los gaps se dan en las aperturas y los cierres en horas del día y se

clasifica en tres tipos:

• Gap de ruptura (Breakaway Gap): Se produce al inicio de un movimiento del


mercado, cambiando el precio del activo y rompiendo la zona de congestión del
activo, lo cual genera un cambio de tendencia que puede ser alcista o bajista.
Son de gran tamaño y rara vez se llenan completamente, pero funcionan muy
bien como nivel de soporte o resistencia en los siguientes minutos u horas de
operación.
•Gap de continuación (Runaway Gaps): Por lo general se produce a la mitad de
un gap de ruptura e indica que la tendencia continuará como viene. En este
momento se genera un aumento o disminución del precio de manera repentina y
se genera la tendencia. De manera que este tipo de gap indica una prolongación
de la tendencia y es usada por el trader como punto de partida para comprar o
vender.
•Gap de agotamiento (Exhaustion Gaps): Este tipo de gap es muy importante ya
que se generan al final de una tendencia e indican que probablemente está
próxima a revertirse, generando alertas que los trader toman en cuenta para
normalizar los valores. Por lo general este gap se forma al final de una tendencia
alcista o bajista, cerca de un soporte o una resistencia, indicando que esta
terminará, aunque no necesariamente indique que vaya a revertirse como en el
Brekaway Gap.

Los gaps en finanzas permiten evaluar la fuerza y el cambio de una tendencia, y es


claramente visible cuando al hacer el análisis técnico con velas japonesas, en las
cuales se observan las brechas que representan los gaps. Si haces un estudio acertado
sobre la dirección que tomará el precio de las acciones tras un gap podrás operar con
ellos y realizar una operación acertada.

análisis de brechas
El análisis de brechas es una herramienta de análisis para comparar el estado y desempeño real de una
organización, estado o situación en un momento dado, respecto a uno o más puntos de referencia
seleccionados de orden local, regional, nacional y/o internacional.

El análisis de brechas se define como un método para evaluar las diferencias entre el desempeño real y el
desempeño esperado en una organización o negocio. El término “brecha” se refiere al espacio entre
“donde estamos ahora” (el estado actual) y donde “queremos estar” (el estado objetivo). Un análisis de
brechas también puede ser referido como análisis GAP evaluación de necesidades o análisis de brechas de
necesidades.

Se puede realizar un análisis de brechas:


A nivel estratégico: Para comparar la condición o nivel del negocio con el de los estándares de la
industria.

A nivel Operativo: Para comparar el estado actual o


rendimiento de tu negocio con lo que has deseado.
Aquí es donde el análisis de brechas jugaría un papel crucial en la comprensión de dónde está el producto
y qué es lo que le falta, dónde necesita estar el producto para asegurar su lugar en el mercado y darle
batalla a la competencia.
Pasos para realizar un análisis de brechas

En el mundo de los negocios, no existe un proceso establecido para llevar a cabo un análisis de brechas,
ya que este debe ser personalizado para adaptarse a las necesidades del negocio.  En esta sección,
consideramos un ejemplo de un negocio de fabricación de miel que pretende llevar a cabo un análisis de
Gap
Los siguientes pasos se pueden seguir para analizar e identificar los vacíos en su negocio:
Paso 1 Identifica el área: Necesitas saber dónde enfocarte, ese será el requerimiento primario. Ya sea que
se trate de finanzas, calidad del producto, marketing, etc. Sé específico, para poder atacar mejor el
problema.
Por ejemplo, si deseas identificar los vacíos en tu negocio de miel, debes decidir si desea centrarte en la
calidad del producto o en el marketing para identificar y eliminar esos vacíos.
Paso 2 Identifica las metas que deseas alcanzar: Ahora que conoces el área en la que debes enfocarte,
establece tu meta u objetivos. Estas metas tienen que ser realistas e inteligentes y asegúrate de alinearlas
con las necesidades de tu negocio.  
Por ejemplo, el objetivo de tu negocio de fabricación de miel es producir y vender 162000 unidades el
próximo año, en comparación con las 120000 que se venden este año.
Paso 3 Conoce tu estado actual: Antes de seguir adelante, debes saber cuál es tu situación actual. Al
examinar los informes de tu empresa, conocerás tu posición actual en el mercado, realiza una lluvia de
ideas y recopila la mayor cantidad de datos posible sobre el rendimiento actual de tu negocio.
En este caso, tu marca de miel vende actualmente alrededor de 100000 unidades al mes.
Paso 4 Determina dónde quieres estar en el futuro: Define tus parámetros, recuerda que has establecido
metas inteligentes, logrando esas metas serás capaz de alcanzar la posición deseada para tu negocio en el
futuro.
Por ejemplo, para tu marca de miel, responde las siguientes preguntas:
¿Dónde piensas que estará tu negocio el próximo año? – La respuesta probablemente puede ser, por
ejemplo, que tendrá un aumento del 35% en las ventas de unidades por mes.
Paso 5 Comprende las brechas entre dos estados: Ahora que comprendes los atributos de dónde te
encuentras actualmente (estado presente) y dónde deseas estar en el futuro (estado deseado), es fácil para
identificar lo que le está impidiendo alcanzar tus objetivos. Después de que hayas identificado tus
brechas, prepárate para cerrarlas
Necesitas entender tus desventajas en situaciones actuales en comparación con tus aspiraciones.
Comprender factores como: ¿Cuáles son los esfuerzos que se están haciendo para lograr el éxito? ¿O se
está intentando mejorar la calidad del producto? O ¿Cuáles son las actividades de marketing que se están
llevando a cabo para aumentar el volumen de ventas?
Para vender 135000 unidades al mes en comparación con las 100000 unidades existentes, un número
significativo de equipos tienen que trabajar al unísono. La producción necesita aumentar junto con un
impulso en las actividades de marketing y ventas. Los gerentes de marketing necesitan desarrollar
estrategias efectivas de mejora sobre la base de las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas
identificadas en el negocio.

Análisis de escenarios
El análisis de escenarios es una metodología que permite estudiar situaciones de riesgo o
incertidumbre. Esto, al momento de tomar decisiones de inversión.
Para el análisis de escenarios, se debe calcular el valor de la inversión en distintas
circunstancias. Es decir, se proyectan las ganancias y pérdidas del negocio asignando
distintos valores posibles a las variables de referencia. Estas pueden ser el precio de las
divisas, la inflación, los tipos de interés, entre otros.

Uso del análisis de escenarios

El análisis de escenarios es un recurso muy extendido en análisis de carteras de inversión,


en dónde es muy utilizado como complemento de un análisis de valor en riesgo (VAR).

Además, este tipo de análisis es muy común en campos generales como la teoría de


decisión, la teoría de juegos o la economía financiera. Así, permite dar un valor a las
diferentes situaciones que pueden aparecer, asociando una probabilidad a cada una de
ellas.

Atendiendo a la totalidad de alterativas y realizando una valoración global, se deberá


ponderar o promediar los datos. De ese modo, se podría llegar una conclusión en cuanto a
la elección a tomar (Lo explicaremos con un ejemplo más adelante).

Esta clase de análisis también se utiliza en investigaciones, elaboración de nuevos


productos, diseño de planes estratégicos y valoraciones de empresas. Es decir, en
campos donde el futuro actúa como importante elemento a tener en cuenta.

El hecho de que estos mecanismos de análisis tengan en cuenta variables de riesgo y


probabilidades hace que sus resultados sean tomados en cuenta como estimaciones. Es
decir, no se consideran valores absolutos e inamovibles.

Tipos de análisis de escenarios

Existen varios tipos de análisis de escenarios como los siguientes:

•Análisis estilizados: Pueden cambiarse muchas variables o solo una para ver cómo
afecta cada factor de manera individual a un determinado suceso.

•Eventos hipotéticos: Plantea diferentes supuestos y sus consecuencias.

•Eventos actuales extremos: Se proyectan situaciones extraordinarias.


•Test de estrés: Es una extensión de los eventos extremos.

Basilea III
Basilea III es el tercero de los acuerdos de Basilea, pretende fortalecer la
regulación, supervisión y la gestión de los riesgos en el sector bancario.
Las directrices de Basilea III fueron publicadas en Diciembre de 2010.

La forma en la que Basilea III pretende mejorar, es con la finalidad de afrontar con
eficiencia y solvencia situaciones originadas por tensiones financieras y
económicas, mejorando las buenas prácticas en la gestión de riesgos así como
la transparencia en los estados financieros de los bancos.

Lo más importante de Basilea III


El elemento más importante a tener en cuenta es el control del riesgo sistémico o
de contagio, así como la dotación de recursos y reservas de forma constante, ya
sea un ciclo de crecimiento económico o de recesión económico.

De este modo, se establecen a través de este acuerdo medidas sobre el


ratio mínimo de capital total que incluye el capital Tier I y Tier II y que asciende al
8% de los activos ponderados por riesgo, los coeficientes de cobertura
de liquidez en el que los activos líquidos de una entidad financiera deben tener un
valor mayor o igual que las posibles salidas de efectivo y el importe de los recursos
estables debe ser menor que la cantidad de recursos disponibles, el ratio de
apalancamiento mínimo, el coeficiente de financiación estable, que permite medir
las entradas y salidas de capital de forma más objetiva y adicionales colchones de
capital equivalentes al 2,5% de los activos ponderados por riesgo y dotaciones
anticíclicas de más capital que varían entre el 0% y el 2,5% de los activos
ponderados por riesgo, dependiendo del nivel de capitalización del mercado.

Otras características importantes son, por ejemplo, la ponderación de


los activos totales del banco en base a su riesgo para calcular las necesidades de
capital. De esta forma, un préstamo sin garantía ponderará al 100% en cuanto a
nivel de riesgo se refiere. Sin embargo, un bono soberano de Alemania como el
Bund, ponderará al 0% porque se considera el activo sin riesgo por excelencia en
Europa, dado que el incumplimiento de pago por parte del estado Alemán es casi
nulo.

Además, la definición del ratio de apalancamiento mínimo es vital ya que


establece un umbral no inferior al 3%, buscando un equilibrio entre la captación de
depósitos de la gente por parte de las entidades y su concesión de préstamos.

Basilea IV
Basilea IV es el conjunto directivas y reglamentos comunitarios que recogen las pautas
y recomendaciones del Comité de Supervisión Bancaria en el Banco Internacional de
Pagos (BIS) y lo que pretende es completar el paquete de normas que suponía Basilea
III que fue un cambio muy importante en la regulación. Quiere completar Basilea III
porque el punto de partida de Basilea IV es reformar o cubrir deficiencias del Basilea III
con un triple objetivo: reforzar la estabilidad financiera, que haya confianza entre los
bancos, incrementar resiliencia financiera, es decir, que si hay un shock externo los
bancos tengan capacidad de recuperación y vuelvan a su estado original sin sufrir
consecuencias del shock y que cumplan su función: la intermediación financiera, que es
dar créditos a familias y empresas. Este proceso supone un camino contrario al de
Estados Unidos, cuyo presidente, Donald Trump, lo que pretende es quitar carga
burocrática a estas normas complejas que exigen muchos requisitos a la banca.
Haciendo historia
El 23 de noviembre de 2016, la Comisión Europea por medio de su vicepresidente, el
letón Valdis Dombrovskis (responsable de Estabilidad Financiera, Servicios Financieros
y Unión de Mercado de Capitales), presentó un paquete de reformas sobre la banca
europea para reforzar la resiliencia de los bancos de la UE; la propuesta parte y se
apoya en la legislación existente, que el mercado denomina Basilea III, (CRD, CRR, BRRD
y SRMR) y persigue completar la agenda regulatoria post crisis asegurando que el
marco regulatorio cubra todos los retos pendientes de la estabilidad financiera y, al
mismo tiempo, los bancos continúen financiando la economía real.

Mi primera reflexión es que la construcción de la nueva arquitectura financiera sigue


siendo muy lenta y, además, continúa la incertidumbre regulatoria, pues el calendario
previsto es de un año (2018) de consulta pública y una vez sometido por la Comisión
Europea al Parlamento, un periodo de implementación progresiva de aproximadamente
dos años (2019-2021). Este paquete de medidas forma parte del mandato de la
Comisión de reducir el riesgo en el sector bancario, como establece la
Comunicación Towards the Completion of the Banking Union y están en línea con las
conclusiones al respecto del Consejo del ECOFIN de junio del 2016.

El proceso regulador europeo continúa y llama la atención su divergencia con EE.UU.


donde Trump ha anunciado su intención de reducir/eliminar la Dodd Frank Wall Street
Reform and Consumer Protection Act de 2010, el equivalente a las directivas y
reglamentos comunitarios.

El paquete de medidas modifica:

1. La CRR (Capital Requirements Regulation) y la CRD (Capital Requirements Directive)


de 2013, que establecieron requerimientos prudenciales para las entidades de crédito y
firmas de inversión, así como reglas de gobernanza y supervisión.

2. La BRRD (Bank Recovery and Resolution Directive) y la SRMR (Single Resolution


Mechanism Regulation) de 2014, que adoptaron las reglas de recuperación y resolución
de bancos en dificultades y establecieron el Mecanismo único de Resolución.

La propuesta contiene, a mi juicio, tres tipos de medidas:

I. Medidas para incrementar la resiliencia y reforzar la estabilidad financiera:


1. Requerimientos de capital más sensibles al riesgo, en particular en riesgo de
mercado, riesgo de crédito de contrapartida y exposiciones a contrapartidas centrales
(CCP).

2. Implementación de metodologías que reflejen con más exactitud los riesgos actuales
a los que están expuestos los bancos.

3. Una ratio de apalancamiento obligatorio –leverage ratio– (Tier I 3% del total de


activos) para prevenir el apalancamiento excesivo y que actuaría como “backstop” a los
requerimientos de capital basados en modelos internos.

4. Una ratio de liquidez a largo plazo –Net Stable Funding Ratio– que quiere reducir la
excesiva dependencia del fondeo mayorista a corto plazo y, por consiguiente, reducir el
riesgo de fondeo a largo plazo.

5. Un requerimiento para las G-SIIs (Globaly Systemically Important Institutions) de


mantener niveles mínimos de capital y otros instrumentos que absorban pérdidas en
fase de resolución; este requerimiento llamado “TLAC” (Total Loss Absorning Capacity)
será integrado en el ya existente “MREL” (Minimum Requirement for Own Funds and
Eligible Liabilities), que se aplica a todos los bancos en la UE y permitirá reforzar la
capacidad de la UE de “resolver” bancos en dificultades, protegiendo al mismo tiempo
la estabilidad financiera y minimizando riesgos para los contribuyentes (evitar el bail out
a cargo del Estado y por consiguiente de los contribuyentes).

II. Medidas para incrementar la capacidad de préstamo de bancos en apoyo de la


economía real:

1. Reforzar capacidad de bancos para prestar a pymes y proyectos de infraestructura.

2. Para los bancos pequeños, no complejos, reducir la carga administrativa ligada a las
reglas de retribución, especialmente el diferimiento, que es desproporcionado para los
mismos.

3. Hacer que el conjunto de normas del CRD/CRR sea proporcional y menos burocrático
para los bancos pequeños y menos complejos en términos de “reporting”, “disclosure” y
requerimientos del “trading book” (cartera de negociación) y que no están justificados
por criterios “prudenciales”.

III. Medidas para facilitar el papel de los bancos en la construcción de mercados de


capitales más profundos y líquidos que soporten la creación de una Unión de Mercado
de Capitales:
1. Evitar requerimientos de capital desproporcionados para las posiciones en el “trading
book” (cartera de negociación) incluyendo los relacionados con la actividad de “market
making” (creación de mercado).

2. Reducir los costes de emisión/mantenimiento de ciertos instrumentos: “covered


bonds” (cédulas), bonos de titulización de alta calidad, deuda soberana, derivados para
cobertura).

3. Evitar desincentivos potenciales para aquellas instituciones que actúan como


intermediarios para clientes en operaciones que se liquidan por CCP (Cámaras
Centrales de Contrapartida).

Este conjunto de medidas, tras un año de consulta pública (2018) serán sometidas por
la Comisión al Parlamento y Consejo de Ministros para su consideración y adopción. A
mi juicio, y teniendo en cuenta que han transcurrido casi nueve años desde el estallido
de la crisis, el proceso de regulación sigue siendo demasiado lento, y prolijo y en
definitiva merma la seguridad jurídica que es necesaria para un sistema financiero
resiliente, estable y creíble.

Se piden unas medidas que suben el listón de exigencias de capital, liquidez o límites
de apalancamiento que deberían traducirse en más resiliencia y estabilidad financiera,
pero a su vez estas medidas supondrán mucha más carga burocrática para las
entidades financieras, unos bancos a los que se les va a pedir mucho más reporting,
dar información al supervisor y discloser, que sea pública una serie de informaciones
que no lo era antes. Hoy, estos dos aspectos suponen más de una cuarta parte de la
actividad de la banca, lo que supone una gran cantidad de tiempo que gastan en
preparar esta documentación en lugar de dedicarse al 100% a asesorar o dar crédito a
los clientes.
 

El LCR (Liquidity Coverage Ratio)

El índice de cobertura de liquidez (LCR) se refiere a la proporción de activos de alta


liquidez mantenidos por las instituciones financieras, para asegurar su capacidad
continua para cumplir con las obligaciones de corto plazo. Este índice es esencialmente
una prueba de resistencia genérica que tiene como objetivo anticipar los shocks de todo
el mercado y asegurarse de que las instituciones financieras posean una conservación de
capital adecuada, para sobrellevar cualquier interrupción de liquidez a corto plazo que
pueda afectar al mercado.
El LCR es una de las principales conclusiones del Acuerdo de Basilea , que es una serie
de regulaciones desarrolladas por el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea
(BCBS). El BCBS es un grupo de 45 representantes de los principales centros
financieros mundiales. 2  Una de las metas del BCBS era obligar a los bancos a
mantener un nivel específico de activos altamente líquidos y mantener ciertos niveles de
solvencia fiscal para disuadirlos de prestar altos niveles de deuda a corto plazo.
Como resultado, los bancos deben mantener una cantidad de activos líquidos de alta calidad
que sean suficientes para financiar las salidas de efectivo durante 30 días. 1  Se eligió treinta
días porque se creía que en una crisis financiera, una respuesta para rescatar el sistema
financiero de los gobiernos y los bancos centrales normalmente ocurriría dentro de los 30
días.
En otras palabras, el período de 30 días permite a los bancos tener un colchón de efectivo en
caso de una corrida bancaria durante una crisis financiera. El requisito de 30 días en virtud de
la LCR también proporciona a los bancos centrales, como el Banco de la Reserva Federal,
tiempo para intervenir e implementar medidas correctivas para estabilizar el sistema
financiero.

El LCR frente a otros índices de liquidez


Los índices de liquidez son una clase de métricas financieras que se utilizan para determinar
la capacidad de una empresa para pagar sus obligaciones de deuda actuales sin obtener
capital externo. Los índices de liquidez miden la capacidad de una empresa para pagar las
obligaciones de deuda y su margen de seguridad mediante el cálculo de métricas que
incluyen el índice actual, el índice rápido y  el índice de flujo de efectivo operativo . Los
pasivos corrientes se analizan en relación con los activos líquidos para evaluar la cobertura
de las deudas a corto plazo en caso de emergencia.
El índice de cobertura de liquidez es el requisito por el cual los bancos deben mantener una
cantidad de activos líquidos de alta calidad que sea suficiente para financiar las salidas de
efectivo durante 30 días. 1 Los  índices de liquidez son similares al LCR en que miden la
capacidad de una empresa para cumplir con sus obligaciones financieras a corto plazo.

Limitaciones del LCR


Una limitación de la LCR es que requiere que los bancos tengan más efectivo y podría dar
lugar a que se otorguen menos préstamos a consumidores y empresas. 
Se podría argumentar que si los bancos emiten una menor cantidad de préstamos, podría
conducir a un crecimiento económico más lento, ya que las empresas que necesitan acceso a
deuda para financiar sus operaciones y expansión no tendrían acceso a capital.
Por otro lado, otra limitación es que no sabremos hasta la próxima crisis financiera si el LCR
proporciona un colchón financiero suficiente para los bancos o si es insuficiente para
financiar las salidas de efectivo durante 30 días. El LCR es una prueba de resistencia que
tiene como objetivo garantizar que las instituciones financieras tengan suficiente capital
durante las interrupciones de liquidez a corto plazo.

NSFR (Net Stable Funding Ratio)

Ratio de financiación estable neta (NSFR)


El índice de financiación estable neta es un estándar de liquidez que requiere que los bancos
mantengan suficiente financiación estable para cubrir la duración de sus activos a largo
plazo. Tanto para la financiación como para los activos, el largo plazo se define principalmente
como más de un año, con requisitos más bajos que se aplican a cualquier cosa entre seis meses y
un año para evitar un efecto de borde de acantilado. Los bancos deben mantener una proporción
del 100% para satisfacer el requisito.
Introducido como parte de las reformas bancarias posteriores a la crisis conocidas
como Basilea III , el índice garantiza que los bancos no realicen una transformación de
vencimiento excesiva, que es la práctica de utilizar financiamiento a corto plazo para hacer frente
a pasivos a largo plazo. Fue finalizado por el Comité de Basilea en octubre de 2014.
El NSFR (en inglés, ‘Net Stable Funding Ratio’) exige a los bancos mantener un perfil de
financiación estable en relación con sus activos y actividades fuera de balance. El objetivo es
reducir la probabilidad de que la perturbación de las fuentes de financiación habituales de un
banco erosione su posición de liquidez, de forma que aumente su riesgo de quiebra. La norma
NSFR busca que los bancos diversifiquen sus fuentes de financiación y dependan en menor medida
de la financiación en los mercados mayoristas a corto plazo.

El NSFR se define como el cociente entre la cantidad de financiación estable disponible y la cantidad
de financiación estable requerida. Por financiación estable disponible se entiende la proporción de
recursos propios y ajenos que se espera que sean fiables en el horizonte de un año (incluye depósitos de
clientes y financiación mayorista a largo plazo). Por tanto, a diferencia del LCR, que es a corto plazo, este
coeficiente mide la capacidad de resistencia de un banco a medio o largo plazo. La cantidad de
financiación estable requerida de cada entidad dependerá de las características de liquidez y los
vencimientos de sus activos en balance y de sus posiciones fuera de balance.

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