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20 diciembre 2015 - LOS TIPOS NEGATIVOS SE VUELVEN UNA CONSTANTE

¿Hay burbuja dentro de la renta fija gubernamental?


Las medidas de los bancos centrales realizando compras masivas de bonos estatales han llevado a que las rentabilidades
caigan de manera sustancial. Ante el entorno de baja inflación un inversor particular pierde más interés en este tipo de activos.

¿Qué ocurre? ¿De verdad se ha inflado el mercado de bonos?


La inversión a través de bonos siempre ha sido una estrategia para perfiles de inversores más conservadores. Ahora todo ha
cambiado. Las políticas de flexibilización cuantitativa de las principales instituciones monetarias, entre las que destacan la
Reserva Federal, el Banco de Inglaterra, o el Banco de Japón, han llevado a que la demanda de los bonos gubernamentales
se haya disparado. Esto ha traído la consecuencia de la subida de su precio, pero la caída brutal de la rentabilidad.

Estas políticas totalmente expansivas con el fin de reactivas el fondo económico han tenido el factor añadido del entorno de
baja inflación. La estabilidad que se encuentra en torno al 2%, no resulta sino una ilusión en estos momentos. En Estados
Unidos la tasa interanual se sitúa en el 0,2%, en Europa se encuentra también plana, mientras en Japón, aunque eso es algo
más habitual en su región –desde el año 1990 no sube el IPC del 4%–, actualmente es cero.

El término de burbuja se ha ido extendiendo cual sombra cuando llega la noche como respuesta a estas políticas monetarias.
Muchos expertos han rehuido de este término al que consideran exagerado –también es cierto que muchas veces no se
reconocen la existencia de las burbujas hasta que estas terminan por estallar– que han provocado que los inversores
particulares busquen otras formas de proteger su patrimonio.

Principalmente porque relacionando la evolución de la inflación de distintos territorios con la rentabilidad que proporcionan
estos cupones, por la alta demanda en base a las altas compras de los bancos centrales, sale un porcentaje negativo en el
retorno que percibimos. Los diferentes países emiten cada vez más bonos con rentabilidad negativa, lo cual resulta prohibitivo
para los minoristas.

Tanto es así que si observamos la evolución de los bonos a 2 años si nos centramos en la relación entre el IPC y el
rendimiento del activo para conocer cuál es el retorno neto que recibimos, se puede concluir que en muchos casos sería
negativo o prácticamente pírrico. Por lo que no sería nada rentable mantener posiciones abiertas en estos productos de renta
fija.

Tomando ejemplos sobre el papel los bonos a dos años menos rentables serían los de Bélgica (-1,57%), Hong Kong (-1,5%),
Holanda (-1,05%), Austria (-1%), Dinamarca (-0,95%), Alemania (-0,58%), Suecia (-0,54%) y así hasta llegar a Japón (-0,02%).
Además, Estados Unidos no pasaría ni del 1% y China llegaría a una rentabilidad real del 1,44%. Bastante llamativo.

Este es el motivo por el que muchas gestoras prefieren fijarse en otros métodos de inversión ante el panorama que se espera
para la renta fija tradicional. Luca Paolini, estratega jefe de Pictet AM, indicaba que para “bonos gubernamentales” no esperan
“gran rentabilidad”. El experto asegura que en grandes países como Alemania o con un gran nivel de rating “esperan
rentabilidades más negativas” de las que hemos visto hasta ahora.

Yéndonos a un marco de tiempo más alto los rendimientos de los bonos no es que sean especialmente atractivo dentro de los
que están catalogados como “investment grade”. El treasury americano está en el 2,26%, el bono a 10 años de Reino Unido
está en 1,91%, el bono a 10 años de Japón se encuentra en el 0,3%, mientras que el Bund alemán está en torno al 0,5%.

Además, se espera que estas rentabilidades se puedan ir aplanando aún más a medida que los bancos centrales sigan con
estas medidas de estímulo a la economía, principalmente en Europa puesto que en Estados Unidos va a comenzar la subida
de tipos de interés más pronto que tarde.

Pero en lo que coincide la media de los expertos es en buscar oportunidades dentro de la renta fija dentro del high yield y no
en bonos gobierno con un nivel de rating elevado. De hecho muchos de ellos, como es el caso de Paolini, ven interesante la
inversión dentro de bonos como el brasileño, que es el que en relación a rentabilidad/riesgo ofrece un retorno atractivo.

Como resumen, a la vista está que el entorno global del mercado de bonos ha ido a la baja en cuanto a las rentabilidades y en
cuanto al alza sobre el precio su precio de adquisición. A mayor demanda, mayor precio, pero menor rentabilidad. Lo que
nadie desconoce es el impacto que se producirá en el escenario global cuando todos los bancos centrales dejen de tomar
estas medidas. Habrá que esperar.

1) Concepto y Características
Los términos Bonos y Obligaciones nos resultan familiares por la publicidad en prensa, radio y televisión. ¿Quién no ha
suscrito un fondo de renta fija, siendo indirectamente propietario de dichos instrumentos, y nos han dado rentabilidades
negativas o muy bajas sin comprenderlo con claridad?.
Un bono es un instrumento financiero, por el que el tenedor o suscriptor del mismo (bonista) presta dinero a una corporación o
emisor (Estados, Organismos oficiales, Bancos, Empresas...) a cambio de unos intereses periódicos (cupón), hasta la fecha de
amortización (vencimiento), en la cual el emisor está obligado a devolver la totalidad del capital (nominal).

2) Diferencia entre Bonos y Acciones


La principal diferencia entre un bono y una acción, es que el accionista es propietario de la compañía y como dueño de la
misma, participará de su buena o mala gestión vía dividendos y apreciación o depreciación del valor de la compañía, mientras
que el bonista, como mero prestamista, tiene el derecho a recibir los intereses prefijados y el nominal del emisor, salvo que las
condiciones económicas del emisor no le permitan hacer frente a dichos compromisos (suspensión de pagos o quiebra).
Como la mayoría de los bonos se emiten con un cupón fijo ya predeterminado, este tipo de activo financiero es conocido como
renta fija. La idea de invertir en renta fija se asocia a un perfil conservador y en algunos casos aburrido por su presunta baja
volatilidad, cuando en la realidad los bonos ofrecen un amplio abanico de posibilidades en riesgo adecuadas a todo tipo de
perfil.

En el grafico, tenemos un bono de cupón fijo, que podemos actualizar (traernos al momento actual los flujos descontados al
tipo de interés del cupón) o capitalizar (valor final reinvertido al tipo del cupón) y determinar el efecto erosionador de la inflación
en la rentabilidad nominal y ver cual es la rentabilidad real, una vez descontada la inflación.

En la mayoría de los casos los bonos y obligaciones son “activos negociables”, se compran y se venden a lo largo de su vida
en el mercado oficial en los que cotizan o se listan las emisiones.

3) Cotización de los bonos


Su cotización, se expresa en porcentaje con decimales, salvo en los mercados anglosajones en los que los decimales se
expresan en 32avos (98 29/32=98.90625).
Normalmente, los bonos contratados hoy, se pagan tres días hábiles después (fecha valor D+3).

En la negociación de bonos, lo habitual en el mercado profesional es que se contrate en precio ex-cupón (al que se debe
añadir la parte proporcional de cupón devengado o cupón corrido) y de dicho precio obtendremos la rentabilidad, siendo
generalmente aceptada la TIR (tasa interna de retorno) como indicador de rendimiento aunque adolezca de algunas
deficiencias conceptuales.
La Tir es aquella tasa que nos iguala el precio del bono a la actualización de sus flujos futuros, sin entrar en detalles muy
técnicos, presupone que dichos cobros los reinvertimos a ese mismo tipo, y no siempre es real porque lo rentabilizaremos a
tasas mayores si los tipos suben o viceversa. TIR es una referencia a la rentabilidad, como IPC es a la inflación.

La rentabilidad o Tir de un Bono nos viene por sus cupones y la diferencia del precio al que compramos y la amortización
(100%). Lógicamente, un bono que cotiza por encima de par(100%) tendrá una rentabilidad inferior al cupón y al revés.

La identificación de un bono o “nombre” viene dado por su emisor, siendo su primer apellido el cupón y el segundo apellido su
vencimiento. Una vez que sabemos del activo del que nos referimos y queremos saber su cotización, nos podremos encontrar
con nomenclatura específica como: “por encima de par” (precio>100%), “punto básico o pipo” (0.01%), “papel” (oferta), “dinero”
(demanda), etc.

Vamos a familiarizarnos con la terminología de renta fija viendo una cotización de bonos el día 30-05-2000, valor 02-06-2000:
Normalmente la cotización se expresa en precio ex cupón, sin considerar cupón corrido, siendo para valor 2-6-2000
3.997268% (4.75%*308 días trascurridos /366 días entre cupones).
Si quisiésemos comprar, por la razón que fuese, debemos considerar que el precio final es 94.027268% (90.03%+3.997268%)
para fecha valor 02-06-2000 y la rentabilidad del 5.80%.

¿Qué le pasa a la cotización (precio) de un bono cuando suben los tipos de interés?
Escrito el 21 diciembre 2010 por Rafael Pampillón en Diccionario de Economía, Economía española

Hace unos días tuvimos una discusión en clase sobre qué le pasaba a un bono emitido hace 6 meses por el Tesoro
español cuando suben los tipos de interés de los bonos nuevos. En definitiva qué precio tiene la deuda española ya emitida, a
tipos más bajos, y que ahora tienen los bancos en sus balances (cartera de valores). Los bancos tienen deuda española al 3%
y ahora la deuda pública se emite al 5% ¿Que supone eso para los bancos si venden esa deuda que solo da un tipo del 3%?
¿Vale más o vale menos? Yo defendí que cuando subían los tipos bajaba la cotización de los bonos viejos.

Para arrojar un poco de luz o de confusión a la discusión un alumno me ha enviado esta nota que publico a continuación:
El precio del bono es inverso a su rentabilidad. A mayor riesgo, mayor rentabilidad. La rentabilidad se mide en el tipo de interés:
Mayor riesgo => mayor rentabilidad => mayor tipo de interés exigido

¿Qué es un bono?
• Título de deuda, emitido por las empresas y los Estados, que ellos utilizan como una forma de financiación
• Es un producto de renta fija que se transa en los mercados financieros
• La cotización de los bonos depende de la situación económica de la empresa o el Estado
• Un bono promete el pago de unos flujos monetarios fijos y conocidos, a cambio de un préstamo en el momento inicial,
mediante la venta del papel por parte del emisor. Estos flujos a los cuales se compromete, son independiente de
cambios futuros en el riesgo del emisor
• Un bono tiene impreso un monto (que es lo que se compromete a devolver el emisor), un calendario de amortización y
un tipo de interés, generalmente fijo (rentabilidad)
• El valor «carátula» se mide en base 100 y se denomina «valor par»
• Numéricamente:

Este ejercicio considera el valor del bono a distintos tipos de rentabilidad, partiendo del escenario “a la par” (base 100). En esta
se puede apreciar que, a mayor o menor rentabilidad del bono (medido en TIR, Tasa Interna de Retorno), el precio del papel
se cotiza “bajo la par” o “sobre la par”, respectivamente.
• Esta afirmación se puede realizar únicamente si los papeles son financieramente comparables, es decir, que tengan el
mismo duration(1). Si no fuese el caso, el análisis cambia, al entrar en consideración otro tipo de factores, como el
plazo de repago.
• Finalmente, para los agentes de mercado el tipo de interés “de carátula” de los bonos no sirve prácticamente para
nada, ya que si el tipo de interés “carátula” es más bajo respecto al riesgo del emisor en dicho momento, entonces los
inversores comprarán el papel con descuento (a menos de 100) para lograr la TIR deseada. Por el contrario, si el tipo
de interés “carátula” es muy alto respecto al riesgo de mercado de dicho emisor, entonces los emisores comprarán el
bono a un precio sobre la par, pagando más de 100. Desconozco el caso español, pero por ejemplo en Chile el tipo de
interés “carátula” de los bonos del Banco Central es fijo por Ley, pero eso en ningún caso pone algún problema, ya
que los inversores únicamente ajustarán el valor del bono en función del tipo de interés asociado al riesgo subyacente
en cada momento.

Conclusiones
• Los bonos son productos financieros que se transan permanentemente en el mercado
• Al igual que las acciones, el valor de carátula de un bono no es necesariamente el valor económico del producto
• El riesgo de los emisores va cambiando a través del tiempo, por tanto los inversores exigirán rentabilidades distintas
(tipo de interés)
• Si el emisor mejora su perfil crediticio, los inversores exigirán un menor tipo de interés al papel, apreciando el valor del
mismo (ya no vale 100, vale más de 100)
• Por el contrario, si el emisor empeora su perfil crediticio, los inversores exigirán un mayor tipo de interés, depreciando
su valor (ya no vale 100, vale menos de 100)
• Esta afirmación es correcta en la medida que los bonos sean financieramente comparables, ya que de otro modo
entran otros factores al análisis que lo complejizan, como el plazo
(1) El valor de un bono es inverso al tipo de interés que paga, dado que, a flujos fijos de repago, el «ajuste» se realiza en el
valor del papel (en su cotización).

El caso de la banca española


Para los bancos españoles, la subida actual de tipos está impactando en sus balances. Si compraron en el pasado bonos del
Tesoro Español (u otro activo hoy fuertemente depreciado) a una TIR de la época de bonanza (digamos al 3%), como los tipos
de interés hoy están más altos (digamos al 5%), les está provocando un agujero en sus balances debido al mark to market
(valorar el activo a precio de mercado). Esto, debido a que si compraron a 100, ahora los mismos papeles valen menos de 100
(en el ejemplo de arriba 91,3), por tanto esos 8,7 van a pérdidas que se reflejan finalmente en el capital de los bancos, con
todo lo que ello implica en la estabilidad del sistema.

Evitar cometer el error de creer que el precio a desembolsar es únicamente el de cotización.


Debido a las crisis financiera y fiscal, se está produciendo un gran boom de la renta fija. Por un lado hay numerosas emisiones
de renta fija, pública y privada. Por otro, y al calor de las rentabilidades y de los emisores que las ofrecen, se incorporan
muchos inversores particulares sin experiencia al mercado. Por ello creemos conveniente aclarar un concepto fundamental en
toda inversión, y por supuesto si hablamos de renta fija: el precio de los bonos.
A la hora de determinar el resultado de toda inversión el coste de adquisición es fundamental. El mismo, junto con la
rentabilidad pactada en el título (cupón), más el importe de reembolso o de venta, determinará nuestra rentabilidad bruta (sin
tener en cuenta los gastos o la fiscalidad). Por ello, conviene tener muy claro a qué nos referimos cuando hablamos del precio
del bono.
Pensemos en el momento de emisión del bono, del activo de renta fija, del denominado mercado primario donde adquirimos
directamente los bonos de su emisor. Aquí conviene distinguir el valor nominal del bono, del precio de suscripción. El
valor nominal del bono es aquel importe que nos será reembolsado (hay quien habla de precio de reembolso), mientras que el
precio de suscripción es el importe efectivamente desembolsado por dicho activo. Así, pueden darse tres circunstancias en
dicha emisión:
• El valor nominal y el precio de suscripción coinciden: es una emisión a la par.
• El valor nominal está por encima del precio de suscripción: emisión bajo la par o con descuento. Esto implica que
hay una rentabilidad implícita que se pondrá de manifiesto a vencimiento.
• El valor nominal se sitúa por debajo del precio de suscripción: emisión sobre la par o con prima. Al revés que en el
caso anterior, aquí existe una rentabilidad negativa implícita a vencimiento que también debe ser considerada.
Ahora pensemos en ese mismo bono ya en circulación, cotizando en el mercado secundario. Como ya sabemos el precio
de los bonos cotiza en función de múltiples factores (evolución de tipos de interés, riesgo de solvencia, de liquidez, etc...).
Ahora bien, cuando nos hablen del precio de un bono, debemos distinguir entre las siguientes figuras y tener muy claro de que
hablamos.
• El cupón corrido: el cupón corrido es la parte del precio de ese bono que se corresponde con los intereses
acumulados desde el pago del último cupón hasta dicho momento.
• El precio ex cupón: es la restante parte del precio que no incluye el cupón corrido, y que es la que vemos reflejada en
las cotizaciones.
• El precio entero: es la suma del cupón corrido y el precio ex cupón, siendo el coste efectivo que debemos
desembolsar por dicho bono.
Por tanto, conviene ser muy consciente de que, al precio que vemos que cotiza un determinado bono, debemos sumarle el
cupón corrido, o parte proporcional de los intereses que aún no se han pagado, dentro de un periodo de liquidación dado, y
evitar cometer el error de creer que el precio a desembolsar es únicamente el de cotización, o precio ex cupón

Bonos u obligaciones convertibles.


Los bonos convertibles, se tratan de instrumentos que se mueven entre la renta fija y la renta variable, por lo tanto podremos
considerarlos un híbrido. Debemos tener muy claro que este tipo de valores no se tratan de renta fija tradicional.
Este tipo de valores híbridos, inicialmente funcionan como un título de renta fija, pues durante cierto periodo de tiempo nos
ofrecen un tipo de interés garantizado. Esto hace que durante el tiempo pactado estemos recibiendo unos cupones, que
generalmente tienen un tipo de interés muy atractivo.
La segunda variable a tener en cuenta en este tipo de valores, es la conversión o canje. Los bonos u obligaciones
convertibles, llegados a su vencimiento, o en ciertas fechas a elección del inversor se convertirán en títulos de renta variable
de la empresa emisora. Por lo tanto pasaremos de ser bonistas a convertirnos en accionistas.
¿Cuál es el principal riesgo? El riesgo específico que nos encontramos en este tipo de productos, además de todos aquellos
relativos a la renta fija tradicional, radica en el precio de canje o conversión. Dependiendo de cómo sea la emisión el precio de
canje puede ser muy distinto, algunos ejemplos de fijación de precio de conversión son:
• El precio de cotización del día de lanzamiento de los bonos convertibles.
• La media del precio de cotización de los 5 días anteriores al lanzamiento de los bonos.
• El precio de cotización en el momento del canje, o la media de algunos días anteriores.
• Un precio fijado de forma arbitraria.
• Un precio que suponga un porcentaje a aplicar al precio de cotización en el momento del lanzamiento de los valores.
Como podéis observar, la forma de calcular la conversión de nuestra inversión en bonos hacia las acciones, puede ser muy
variable, y por lo tanto el principal riesgo es que en el momento de la conversión, las acciones coticen por debajo del
precio de conversión, lo que nos hace automáticamente tener una pérdida latente, que veríamos efectiva si nos
desprendiéramos de las acciones.
En el caso de que el precio de canje, se fije en función de los precios en los que se sitúa la acción en la fecha de emisión de
los bonos, el riesgo es superior, pues no sabemos como se comportará la acción en ese espacio temporal. Por el contrario, si
el precio se fija en función del precio de cotización en el momento del canje el riesgo podría ser menor.
Un ejemplo de este producto, que ha traído quebraderos de cabeza a los inversores, han sido los denominados Valores
Santander. Estos se emitieron en 2007 con el objetivo de adquirir parte de un grupo bancario holandés, y en el caso de que
finalmente se cerrara la operación las condiciones del producto serían las siguientes:
• Valor nominal de cada bono: 5.000€.
• Durante el primer año el cupón sería del 7,5%, y en los restantes Euribor+2,75%
• Los valores podrían ser canjeados por acciones el 4 de octubre de cada año, con fecha tope del 4 de octubre de 2012.
• Las acciones de Banco Santander se valorarán al 116% de la media aritmética de la cotización media ponderada de la
acción Santander en los cinco días hábiles anteriores a la emisión de las Obligaciones Necesariamente Convertibles.
En este última condición es donde radicaba el riesgo, pues según el precio del momento de la emisión cada bono de 5.000
euros sería canjeado por 385 acciones, por lo tanto la acción estaría valorada en 12,96 euros.

¿Qué les ocurrió a los inversores que esperaron hasta el último momento para canjear sus bonos por acciones?
Estuvieron recibiendo sus cupones del 7,5% y posteriormente al Euribor+2,75% hasta el vencimiento de la inversión. El 4 de
octubre de 2012, vieron como deberían cambiar su inversión la cual tenía un valor de 5.000 euros, por 385 acciones. Estas
acciones cerraron ese día el mercado cotizando a 5,867 euros. Su inversión de 5.000 euros comenzó a tener un valor de
mercado de 2.258,80 euros perdiendo prácticamente la mitad de la inversión inicial.
Actualmente la acción del Santander cotiza por encima de ese precio de conversión, pero todavía no ha superado el precio de
canje. Los nuevos accionistas han tenido inicialmente dos opciones, o asumir su pérdida o mantener su inversión y cobrar el
dividendo.

El mercado de valores es un tipo de mercado de capitales de los que operan alrededor del mundo en el que se negocia la
renta variable y la renta fija de una forma estructurada, a través de la compraventa de valores negociables. Permite la
canalización de capital a medio y largo plazo de los inversores a los usuarios
El conjunto de normas y participantes (emisores, intermediarios, inversionistas y otros agentes económicos) tiene como objeto
permitir el proceso de emisión, colocación, distribución e intermediación de los valores inscritos en el Registro Nacional de
Valores o internacional se puede deducir.
De acuerdo con los artículos 2º y 3° de la Ley del Mercado de Valores, ésta afecta a los valores negociables emitidos por
personas o entidades, públicas o privadas, y agrupados en emisiones, cuya emisión, negociación o comercialización tenga
lugar en el territorio nacional (español). Se consideran valores negociables, en todo caso (art 2.1 TRLMV):1
• Las acciones de sociedades y los valores negociables equivalentes a las acciones, así como cualquier otro tipo de
valores negociables que den derecho a adquirir acciones o valores equivalentes a las acciones, por su conversión o
por el ejercicio de los derechos que confieren.
• Las cuotas participativas de las cajas de ahorros y las cuotas participativas de asociación de la Confederación
Española de Cajas de Ahorros.
• Los bonos, obligaciones y otros valores análogos, representativos de parte de un empréstito, incluidos los convertibles
o canjeables.
• Las cédulas, los bonos y participaciones hipotecarias.
• Los bonos de titulización.
• Las participaciones y acciones de instituciones de inversión colectiva.
• Los instrumentos del mercado monetario entendiendo por tales las categorías de instrumentos que se negocian
habitualmente en el mercado monetario tales como las letras del Tesoro, certificados de depósito y pagarés, salvo que
sean librados singularmente, excluyéndose los instrumentos de pago que deriven de operaciones comerciales
antecedentes que no impliquen captación de fondos reembolsables.
• Las participaciones preferentes.
• Las cédulas territoriales.
• Los "warrants" y demás valores negociables derivados que confieran el derecho a adquirir o vender cualquier otro
valor negociable, o que den derecho a una liquidación en efectivo determinada por referencia, entre otros, a valores
negociables, divisas, tipos de interés o rendimientos, materias primas, riesgo de crédito u otros índices o medidas.
• Los demás a los que las disposiciones legales o reglamentarias atribuyan la condición de valor negociable.
También se consideran valores negociables, entre otros, los contratos de opciones, futuros, permutas, acuerdos de tipos de
interés a plazo y otros contratos de instrumentos financieros derivados relacionados con diversas materias: valores, divisas,
materias primas, instrumentos financieros, etc (art. 2 TRLMV)

Explicación del precio de los bonos: Qué necesita entender


Los bonos tradicionales son emitidos a la par o con valor nominal, la cantidad que el emisor se compromete a
devolver al inversor a su vencimiento. La cantidad de intereses que el tenedor del bono recibe anualmente es tantas
veces el interés nominal del valor a la par. Un ejemplo sencillo, un bono de 1.000€ con un cupón del 5% paga a su
tenedor 50€ (5% de los 1.000€) con un interés anual hasta la fecha de amortización, cuando el tenedor del bono
recibe el valor nominal o los 1.000€. Los inversores que compran nuevos bonos pagan una cantidad muy cercana al
valor nominal más los gastos de transacción, así que el coste de estos bonos estará muy cerca de los 1.000€. Como
los comerciantes cotizan los precios de los bonos y figuran en las tablas de bonos a un décimo del coste por mil del
valor nominal, el precio del nuevo bono de 1.000€ antes de los costes de transacción se cotizará e imprimirá como
100.
Entre la fecha en la que se emite el bono y su fecha de vencimiento o amortización, sin embargo, su valor de
mercado actual puede cambiar por muchas razones, haciendo que el bono se comercialice en un mercado
secundario con un precio de descuento por debajo del nominal (cotizado en menos de 100), o un precio de prima
por encima del nominal (cotizado en más de 100). La razón más común para el cambio en el precio del bono es un
cambio en los tipos de interés dominantes. Si los tipos de interés de vencimiento y los emisores comparables suben
un 8%, por ejemplo, ese cupón del 5% del bono de 1.000€ del ejemplo ya no será atractivo para un inversor que
quiera comprar un nuevo bono de 1.000€ con un cupón del 8%. Para vender el cupón más bajo anterior, su tenedor
tendrá que ofrecer un precio menor. De hecho, el precio del bono anterior caerá a alrededor de 62,5 (de nuevo esta
cotización representa un décimo del coste actual de 625€) de manera que su rendimiento estaría en línea con los
tipos del 8% predominantes. El rendimiento en su forma más sencilla es una medida instantánea de la devolución
de un bono en un momento dado, que se calcula dividiendo el interés nominal por el precio actual del bono (5% del
cupón dividido por el precio de 62,5 es un rendimiento del 0,08 u 8%). El rendimiento supone la base de
comparación de bonos de diferentes emisores, vencimientos e intereses nominales. Para continuar con el ejemplo
hipotético: si los tipos de interés caen a un 3%, el cupón del 5% del bono de 1.000€ pendiente de pago se hará más
atractivo. La demanda de los inversores haría subir ese precio, probablemente a 166,67 (coste actual 1666,70€),
llevando el rendimiento del bono a la altura de los tipos de interés preponderantes del 3%. (5% del cupón dividido
por el precio de 166,7 es 0,0299 o aproximadamente 3%).
Como se ilustró anteriormente, los rendimientos suben cuando los precios de los bonos bajan y los rendimientos
bajan cuando los bonos suben. De hecho, el mercado de bonos ajusta los precios de los bonos para que los
rendimientos estén a la altura de los tipos de interés actuales con vencimientos y características de riesgo similares.
En el mercado de bonos de la vida real, los cálculos no son tan sencillos como en el ejemplo, porque otros factores
como la calidad del crédito y el punto de vista económico, el cálculo del vencimiento, la balanza de oferta y
demanda y la percepción del mercado de un riesgo de bono concreto pueden afectar su precio.

Conceptos relacionados a los bonos.


• Apertura y cierre: Es el precio del bono al principio y al final de una jornada. Permite evaluar el comportamiento de su precio
durante un día.
• Cambio: Indica el cambio en el precio del bono con respecto al precio de cierre de la jornada anterior. El “cambio %” refleja la
misma evolución en porcentaje.
• Duration o duración: La duration de un bono es una medida de sensibilidad de este título. Es particularmente útil para
evaluar los bonos que son de largo plazo. Cuando se habla de duration modificada, se designa la sensibilidad del precio del
bono ante un cambio de 1% en la tasa interna de retorno o TIR.
• Fecha último cupón: Indica la fecha en que se realizó el pago del último cupón de renta. Esta fecha es importante: si usted
adquiere un bono, el vendedor le pagará, además del precio del bono, los cupones ya pagados más los intereses corridos
desde la fecha de pago del cupón anterior.
• Intereses corridos: Indica el monto de los intereses que se “acumularon” en el bono. Este precio es lo que debe pagar el
comprador de un bono además de su precio “limpio” ya que los intereses, hasta la fecha de la venta del título, pertenecen al
antiguo tenedor del bono. Cuando la cotización del bono incluye los “intereses corridos”, los bonos figuran con “precios clean”.
Cuando no los incluyen, se habla de “precios dirty”.
• Máximo y mínimo: Designa la variación de las magnitudes de precios que tiene un bono en una jornada. Con este dato, se
puede comparar la evolución del precio de un bono durante ese día con su precio “máximo y mínimo anual”.
• Precio mercado clean: Indica la cotización del bono pero sin la renta que éste acumuló (la palabra inglesa clean designa los
precios “limpios” de intereses). Si compra un bono, el vendedor le hará pagar los intereses (“intereses corridos”) que se
acumularon.
• Precio mercado dirty: Indica la cotización del bono con los intereses (intereses “corridos” que cobró ese bono). Este precio
es muy importante porque es el monto que usted deberá pagar por el bono.
• TIR: Tasa Interna de Retorno. La TIR es una herramienta que emplean los inversores para evaluar el rendimiento de un bono,
en función del precio al que lo están comprando suponiendo que conservan dicho bono hasta su vencimiento y reinvirtiendo los
cupones (intereses + amortización).
• Último: Es el último precio de esa acción en el día antes de que sea inscripto en la tabla de precios intradiarios.
• Valor residual: Indica el monto del capital que todavía debe pagarle el emisor del bono. Se dice que es “residual” porque es
el monto que queda del valor nominal después de descontar los pagos de la amortización. Es el valor que se toma en cuenta
para el pago de los intereses.
• Var: Apócope de “variación”. Este dato permite comparar el precio de un título al cierre del día anterior con su precio al
momento en que se realiza la consulta (en realidad todo dependerá de la frecuencia con la que se actualizan los datos).
• Vencimiento: Indica la fecha de vencimiento del título de deuda.
• Volumen: Designa la cantidad de bonos que se negociaron en un día.

La Renta Fija son títulos negociables con la finalidad de captar fondos directamente del público, por los que el emisor se
compromete a pagar unos intereses y a devolver el principal en unos momentos prefijados, siendo la forma más habitual la
amortización única a su vencimiento.
Los títulos de renta fija pueden ser emitidos por empresas y organismos públicos (el Tesoro Público, Organismos
Gubernamentales, Comunidades Autónomas...) o por empresas privadas (grandes empresas de comunicaciones, eléctricas,
autopistas...).
El abono de intereses se realizará de manera implícita (activos cupón cero) o de forma explícita, mediante cupones
periódicos fijos o variables a lo largo de la vida del activo (bonos, obligaciones...).
En función del modo en el que el emisor abone los intereses, hablaremos de Renta Fija con rentabilidad...
• implícita (activos cupón cero, como los pagarés de empresa).
• explícita mediante cupones periódicos fijos o variables a lo largo de la vida del activo (como bonos u obligaciones).

Deuda pública vs. deuda privada


La principal diferencia entre la deuda privada y la deuda pública radica en su emisor:
• Renta Fija pública: Deuda del Estado y Organismos Autónomos.
• Renta Fija privada: Entidades financieras, empresas privadas, públicas o semipúblicas.
El resto de características de ambos tipos de activos son muy similares a excepción de los mercados secundarios donde se
negocian, la renta fija privada se negocia en el mercado AIAF y en las bolsas de valores pero nunca en la Central de
Anotaciones de Deuda del Estado (CADE) del Banco de España, mientras que la deuda pública no se puede negociar en el
AIAF.

Invertir en Letras, Bonos y Obligaciones del Tesoro


La inversión en valores del Tesoro (Letras, Bonos y Obligaciones) puede ser adecuada para el pequeño y mediano inversor,
porque:
• Cuenta con la garantía del Estado español.
• No tiene retención fiscal.
• Su plazo se adapta a las necesidades del cliente, pudiendo cerrar su posición en cualquier momento vendiendo a
precios de mercado.

Fiscalidad de la Renta Fija


Los rendimientos derivados de la inversión en activos de Renta Fija tienen la consideración a efectos del IRPF de ganancias
patrimoniales, que se integrarán en la base imponible del ahorro en el ejercicio en que se perciban junto con el resto de
plusvalías obtenidas a través de la inversión en otros productos financieros. El Real Decreto – Ley 9/2015 de 10 de julio de
2015 señala los siguientes tramos de tributación para el ejercicio 2015:

• 19,5% para los primeros 6.000 €


• 21,5% entre 6.001 y 50.000 €
• 23,5% a partir de 50.001 €
En el caso de los Bonos y Obligaciones del Estado, se practica una retención en origen del 20% sobre el importe de los
intereses percibidos (cupón). En el caso de las Letras del Tesoro, al ser emitidas al descuento no se practica retención en
origen. No obstante, esto no quiere decir que dichos títulos no deban ser declarados, sino que no habrá que tributar por ellas
hasta el momento en el que se proceda a su venta o amortización.

Los cinco riesgos de la renta fija


Muchos inversores creen que invertir en renta fija no conlleva ningún riesgo, pero nada hay más lejos de la realidad. Es cierto
que los productos de renta fija (bonos, obligaciones, letras, pagarés) aseguran una rentabilidad pero solo en el caso de que el
inversor mantenga la inversión hasta el final. Y aún así, quien compre estos productos tendrá que soportar al menos cinco
tipos de riesgos, según los enumeran los profesores Francisco J.López Lubián y Pablo Estévez en la obra "Bolsa, Mercados y
Técnicas de Inversión" (McGraw Hill).

1.- El riesgo de interés


El precio de los bonos es función inversa del tipo de interés, es decir, cuando éste sube el precio baja. Esto en sí es una fuente
de riesgo para los propietarios de los bonos, que aumenta cuanto mayor es la vida del bono. Cuanto más dure el bono, mayor
será la disminución de su valor cuando sube el tipo de interés.
Existen diferentes tipos de interés en función del tiempo; tipos a un año, a dos años, a cinco...formando lo que se denomina
"curva de tipos". A un bono a dos años, le afectan los tipos a dos años, pero no los tipos a diez. Por eso, cuando alguien
compra un bono debe analizar qué parte de la curva de tipos le afecta, pues puede darse el caso de que los tipos a corto bajen
pero suban los tipos a largo, mejorando así las carteras de los bonos pero empeorando las que tengan obligaciones.

2.- Riesgo de inversión


Este riesgo afecta a los valores a corto plazo y consiste en lo siguiente. Cuando llega el final de la inversión, el inversor debe
colocar otra vez el dinero y si los tipos han caído, los cupones y las rentabilidades de los nuevos productos que tenga a su
alcance también lo habrán hecho. Este hecho también le puede ocurrir a los inversores a largo plazo, pues si durante la vida
del bono bajan los tipos, subirá su precio y pueden estar tentados de venderlo. Y si lo hacen, deberán reinvertir en bonos que,
debido a la caída de tipos, ofrecen rentabilidades inferiores.

3.- Riesgo de volatilidad de los tipos de interés


Hay ciertas emisiones (como los bonos de empresa) que pueden ser amortizadas por el emisor anticipadamente y a un precio
determinado. Al emisor le interesará hacer esto cuando hayan caído los tipos y vea la posibilidad de refinanciar la deuda de
manera más barata. En este caso, compra la deuda vieja y emite deuda nueva a tipos inferiores. Esto lo puede hacer el emisor
a su entera discreción, y de hecho, es un supuesto muy frecuente.
Lógicamente, esta circunstancia perjudica al inversor; por eso, a los bonos que ofrecen la posibilidad de amortización
anticipada hay que exigirles mayor rentabilidad. En caso contrario ¿quién querría un bono que cuando cae el tipo de interés es
amortizado a un precio inferior al que podría obtenerse en el mercado?
Existe un riesgo adicional que hay que tener muy en cuenta con los bonos de amortización anticipada; y es que su potencial de
apreciación se reduce significativamente. Así, cuando bajan los tipos de interés sube el precio de los bonos, excepto de los
que tienen amortización anticipada. Nadie querrá comprarlos, y es lógico, pues el máximo valor que tendrán es el tipo de
amortización que ofrece el emisor. Ese es su techo.

4.- Riesgo de tipos de cambio


Este riesgo solo lo corren quienes compran títulos de renta fija nominados en una moneda diferente al euro. Este riesgo se
traduce en que las variaciones del tipo de cambio pueden reducir la rentabilidad final bono. Para cubrir este riesgo, se puede
contratar un seguro de cambio, lo que permitirá repatriar la inversión a cambio de un precio determinado. Este supuesto lo
deben estudiar quienes tengan previsto comprar, por ejemplo, deuda en dólares, yenes, francos o cualquier otra divisa.

5.- El riesgo de inflación


El riesgo de inflación se refiere a que la capacidad de compra de los cupones futuros es inferior en los cupones más próximos
al momento actual. Este riesgo afectará más a las emisiones largas que a las cortas.

Características generales de la renta fija

Renta fija no significa necesariamente rentabilidad fija.


Todos los activos de renta fija se basan en la entrega de dinero de un inversor a un emisor, y la devolución por parte de éste
del capital, más intereses a lo largo o al cabo de un determinado período.
Debe tener en cuenta que renta fija no implica necesariamente rentabilidad fija ni ausencia de riesgo.
El inversor en renta fija puede actuar de dos formas, que determinarán en gran parte el riesgo y la rentabilidad de la inversión:
1. Mantener el título hasta su vencimiento,
2. Volver a vender el título a otro inversor en el mercado secundario antes del vencimiento.

Opción 1: Mantener el título hasta su vencimiento


En este caso, la rentabilidad está prefijada durante toda la vida del título. Un bono al 5% pagará 50€ anuales por cada 1.000€
de valor nominal, y uno al 6% 60€. Es lo que pagará el emisor cada año, durante toda la vida o duración del bono, ni más ni
menos*. Así, si usted mantiene un bono simple hasta su vencimiento sabrá exactamente cuánto y cuándo lo obtendrá, siempre
y cuando la empresa u organismo emisor pueda hacer frente a sus pagos.
*(Aunque tradicionalmente en la renta fija los intereses del préstamo se establecen de forma exacta desde el momento de la
emisión hasta su vencimiento, actualmente existen otras modalidades más sofisticadas, con intereses variables referenciados
a determinados indicadores, como tipos de interés (Euribor, etc.), índices bursátiles, o incluso a la evolución de una
determinada acción, índice, etc., teniendo a veces otras características especiales).
Como la rentabilidad es conocida de antemano, el riesgo para el inversor es precisamente este posible incumplimiento por
parte del emisor, conocido como riesgo de crédito o riesgo de insolvencia.

El riesgo de insolvencia o de crédito es la probabilidad de que el emisor del título no pueda hacer frente a sus
obligaciones: tanto el pago de cupones (intereses) como del reembolso o devolución del capital inicial prestado.

Para un inversor individual, es muy difícil realizar el análisis económico-financiero necesario para saber si un emisor (empresa
privada u organismo público) podrá cumplir sus compromisos de pago dentro del tiempo fijado. Ese análisis es tarea de
empresas especializadas de calificación. Estas empresas (las más conocidas son Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch)
publican periódicamente la calificación o “rating” de los emisores de títulos de renta fija.
Cuanto más alta sea la calificación crediticia del emisor, menor es el riesgo de insolvencia estimado y por lo tanto, más segura
la inversión. Si un emisor tiene una de las primeras cuatro calificaciones, se considera que el riesgo de insolvencia es bajo.
Las calificaciones por debajo de las primeras cuatro indican que el título se considera una inversión especulativa (Ba, BB o B),
o que el emisor tiene peligro real de insolvencia (todos los niveles de C), o incluso que ya está en quiebra o suspensión de
pagos (D).
Los bonos con calificación especulativa o peor, se llaman también bonos basura , aunque muchos gestores prefieren
denominarlos “de alto rendimiento”.
Por supuesto, se aplica la regla de riesgo/rentabilidad. Cuanto peor es la calificación crediticia, mayor es el riesgo y por lo tanto
mayor tendrá que ser la rentabilidad ofrecida para que un inversor se pueda interesar.

Las calificaciones otorgadas por estas empresas especializadas pueden ajustarse con el tiempo, a la luz de cambios
producidos en las empresas, su competencia o la economía en general. Cabe destacar que ni las más conocidas
empresas de calificación son infalibles y que nadie puede prever con certeza el futuro económico de una empresa u
organismo oficial. Una buena calificación no es garantía absoluta contra el riesgo de insolvencia.

Opción 2: Volver a vender el título a otro


inversor en el Inversiones de bajo riesgo mercado secundario
En este caso, el Moody’s S&P Fitch rendimiento que obtiene
será la diferencia entre su precio de
Aaa AAA AAA
transmisión (venta) y su precio de adquisición.
El riesgo para el Aa AA AA inversor es que
desconoce a qué A A A precio podrá vender el
título en el futuro. Baa BBB BBB
Por ejemplo, si usted Inversiones especulativas o de alto riesgo adquiere un bono a 10
años, pero resulta que siete años después
Moody’s S&P Fitch
necesita reembolsarlo para
recuperar su capital Ba BB BB inicial, tendrá que
venderlo a otro B B B inversor en el mercado
secundario. Caa CCC CCC Puede obtener una
ganancia, pero Ca CC CC también puede perder. El
precio de transmisión dependerá del
mercado, es decir, C C C de la demanda o del
D D
interés de otros inversores en su título. Esta demanda se ve afectada sobre todo por los tipos de interés del mercado, cuyo
nivel está inversamente relacionado con el precio de la renta fija:

Cuando suben los tipos de interés, el precio de los títulos de renta fija baja, y cuando bajan los tipos de interés, el
precio de la renta fija aumenta.

¿Por qué esa realación entre precio de mercado y tipos de interés?


Supongamos que compra usted un bono de nueva emisión con cupón del 6%, lo que significa que genera 60€ anuales en
intereses por cada 1.000 € de valor nominal. Pero dentro de un año los tipos de interés suben. Su bono seguirá ofreciendo sólo
60€ anuales, pero los emisores de títulos nuevos ahora ofrecerán rentabilidades mayores acordes con los nuevos tipos (por
ejemplo al 7%). Pues si los inversores ahora tienen la oportunidad de comprar nuevos bonos, como el que usted tiene pero
que ofrecen un 7%, la única opción que tendrá usted para vender el suyo al 6% será de venderlo por debajo de su valor
nominal (es decir, con descuento).
De la misma forma, si bajan los tipos de interés en vez de subir, las nuevas emisiones de bonos ofrecerán rentabilidades por
debajo del 6%. Esto hará su bono más atractivo a otros inversores, y estarán dispuestos a pagarle un precio por encima de su
valor nominal.
Vemos entonces que el inversor que quiere vender un título de renta fija antes de su fecha de reembolso, corre un riesgo de
tipo de interés. Este riesgo será mayor, cuanto más largo sea el plazo de reembolso del título.

Recuerde: lo que más incide en el rendimiento de la renta fija es la evolución de los tipos de interés.

Algo parecido puede ocurrir a los tenedores de bonos que quieren seguir cobrando sus cupones después de la fecha de
reembolso. Tendrán que reembolsar el antiguo y adquirir uno nuevo, con la incertidumbre en cuanto al tipo de interés que va a
conseguir. Esto se denomina riesgo de reembolso.
Para reducir el riesgo de tipo de interés o riesgo de reembolso, es importante contratar títulos con plazos de reembolso
acordes con sus objetivos financieros.
Fiscalidad de la renta fija
• Los rendimientos, sean implícitos o explícitos, se consideran rendimientos de capital mobiliario, correspondientes al
ejercicio en el que se produce el pago de cupones o la transmisión o amortización del título.
• Se integran a la base imponible del ahorro en el IRPF:
o En el caso de intereses (cupones, es decir, rendimientos explícitos) por el importe íntegro cobrado.
o En el caso de reembolso o transmisión (rendimientos implícitos) por la diferencia entre el valor de transmisión
y el de adquisición, teniendo en cuenta los gastos inherentes de adquisición (que incrementan su valor) y de
transmisión (que lo reducen).
• Al hacer la declaración de la renta, la base imponible del ahorro tributa por tramos, según su importe total. Desde el 1
de enero de 2015 se aplican los siguientes tramos de tributación:

Tributación de la base imponible del ahorro


de hasta % tributación
0€ 6.000€ 20%
6.001€ 24.000€ 22%
24.001€ en adelante 24%
• Si quiere usted invertir en renta fija, lo habitual es abrir una cuenta de valores en cualquier entidad de crédito (banco o
caja). La compra de títulos se adeuda de esta cuenta y los rendimientos obtenidos también se depositarán en ella.
Estas cuentas suelen cobrar comisiones sobre intereses recibidos y también gastos de administración y depósito. Los
gastos de administración y depósito de valores de renta fija son fiscalmente deducibles.
• Se aplica una retención mínima del 20%, excepto en el caso de:
o Letras del Tesoro, cuyo rendimiento no está sujeto a retención.
o Rendimientos derivados de la transmisión (venta) de valores de renta fija antes de su vencimiento. El importe
de los cupones pagados sí está sujeto a retención.

Los títulos de deuda pública son los valores emitidos por el Estado, las comunidades autónomas y otros organismos
públicos.

Letras del Tesoro (renta fija pública del mercado monetario)


Definición
Las Letras del Tesoro son activos a corto plazo emitidos por el Tesoro Público para financiar el déficit público.
Son una de las principales fuentes de financiación de los gobiernos. Se emiten a plazos muy cortos: 3, 6, 9 y 12
meses.
Tradicionalmente, por contar con la garantía de un gobierno y con un plazo de vencimiento corto, las Letras del
Tesoro se consideran la inversión financiera de mayor seguridad y liquidez del mercado monetario. De hecho,
son “casi dinero” porque se pueden convertir en líquido en poco tiempo. Su tipo de interés se utiliza a menudo
como referencia para la rentabilidad de activos sin riesgo.
• Las Letras del Tesoro se emiten “al descuento”, lo que significa que se descuenta al inversor el importe de
los intereses en el momento de la compra.
Por ejemplo, usted compra una Letra a un año con un valor nominal de 1.000 €, pero paga un precio
inferior; por ejemplo, 970 €. Cuando vence la Letra podrá reembolsarla por su valor nominal (1.000 €), por
lo que habrá obtenido una ganancia de 30 €. Es decir, una rentabilidad del 3%.
1.000 – 970 = 3030 / 1000 = 3%
• Se dice que los títulos emitidos al descuento tienen una rentabilidad o rendimiento implícito.
• Las Letras del Tesoro se emiten en subastas que tienen lugar el tercer martes de cada mes (con alguna
excepción).
• Las comunidades autónomas y corporaciones locales, así como algunos entes públicos, emiten pagarés a
corto plazo, que técnicamente se asemejan mucho a las Letras del Tesoro.

Bonos y obligaciones del Estado


Definición
Como vimos en el ejemplo de los conceptos básicos, un bono es un título que representa una parte de una deuda, a favor de
su tenedor, y emitida por una entidad para la financiación de un proyecto. Los bonos y obligaciones del Estado se emiten por el
Gobierno para financiar el déficit público.
La única diferencia entre un bono y una obligación es su plazo de reembolso.
Características
• Los bonos y obligaciones del Estado se emiten a un tipo de interés fijo que se abona mediante cupones anuales.
• Los títulos emitidos a su valor nominal con pago de cupones tienen una rentabilidad o rendimiento explícito.
• Las emisiones se realizan mediante subasta competitiva y por tramos para asegurar una gran liquidez.
• Los bonos se emiten a 3 y 5 años.
• Las obligaciones se emiten a 10, 15 y 30 años.
• Se emiten por nominales de 1.000 € o múltiplos de esta cantidad.

En la página web de la Dirección General del Tesoro se puede obtener información sobre cualquier emisión de deuda pública
del Estado y contratarla sin costes.
Deuda autonómica y de otros organismos
Las comunidades autónomas, corporaciones locales y diversos entes públicos emiten valores a corto plazo (pagarés) y a largo
plazo. Sus características son similares a las de las Letras del Tesoro y los bonos y obligaciones del Estado, respectivamente.
En la página web del Banco de España (Boletín de la Central de Anotaciones) se puede consultar información sobre precios
cotizados y operaciones cruzadas de la deuda pública negociada.

Pagarés de empresas
Los pagarés de empresas son títulos de deuda emitidos por empresas privadas para cubrir sus necesidades de financiación a
corto plazo. Confieren a sus tenedores un derecho económico sobre la empresa (es decir, los convierten en acreedores).
Características
Los pagarés de empresas tienen algunas características en común con las Letras del Tesoro:
• Se emiten al descuento, obteniendo por lo tanto un rendimiento implícito (la diferencia entre su valor nominal y su
precio de adquisición).
• Se emiten a muy corto plazo, por lo que su liquidez es alta
La gran diferencia es que mientras las Letras del Tesoro son emitidas por el Gobierno, los pagarés lo son por empresas
privadas. Su riesgo dependerá entonces de la calidad de la empresa. Debido a este incremento del riesgo, su rentabilidad
suele ser algo superior a la que ofrecen las Letras del Tesoro (prima de riesgo). Es aconsejable consultar la información de las
emisiones registradas en la CNMV.
Bonos y obligaciones
Mientras los títulos de deuda pública son emitidos por un Gobierno u organismo público, la renta fija privada
representa deudas de empresas privadas, por lo que su riesgo y rentabilidad dependerán de la calidad de la empresa.

Definición
Los bonos y obligaciones son títulos que representan una parte de una deuda, a favor de su tenedor, y emitida por una entidad
para la financiación de un proyecto. Los títulos de renta fija privada son emitidos por empresas privadas. Su rentabilidad y
riesgo previstos tienen que ver con la calificación crediticia del emisor, como se explicó en la introducción de esta sección, y
también con el plazo de reembolso y los tipos de interés.
En España, cuando estos títulos se emiten a menos de cinco años se denominan bonos y cuando se emiten a plazo superior
se denominan obligaciones. El plazo de reembolso es la única diferencia entre un bono y una obligación. En otros países, el
término “bono” es genérico para todos los plazos de vencimiento.

Rendimiento:
Los bonos y obligaciones de renta fija admiten varias modalidades de rentabilidad:
• Percepción de rentas periódicas (el pago de intereses periódicos, o cupones, a lo largo de la vida del título)
• Descuento (percepción de valor nominal a su vencimiento, mayor que su precio de adquisición)
• Percepción de cupones más un cantidad adicional (prima de reembolso)
• Descuento más cupones
• Descuento más cupones más prima de reembolso
• Otras combinaciones.

Tipos de bonos y obligaciones


• Bonos y obligaciones simples: Son los tradicionales que hemos visto en los ejemplos. Tienen una rentabilidad
prefijada para la vida del título que se paga mediante cupones periódicos. Su riesgo y rentabilidad dependerá de la
calidad de su emisor (calificación crediticia), su plazo y los tipos de interés.
• Bonos y obligaciones cupón cero: En vez de pagar cupones, se abonan los intereses al vencimiento, junto con el
principal (capital inicial invertido). Es decir, su valor de reembolso es mayor que su valor nominal.
• Bonos y obligaciones emitidos al descuento: Son los que descuentan los intereses en el precio de adquisición. Es
decir, su precio de adquisición es inferior a su valor de nominal, por lo que la ganancia se produce en el momento de
su reembolso (es el mismo funcionamiento que las Letras del Tesoro y los pagarés de empresas). En este caso, se
dice que tiene un rendimiento implícito. A este instrumento se le conoce también como “cupón cero emitido al
descuento”.
• Bonos y obligaciones subordinados: Tienen un funcionamiento igual que los bonos simples, pero en caso de
quiebra o suspensión de pagos del emisor, el derecho de sus tenedores sobre los activos de la empresa está detrás
del derecho de los acreedores comunes (como los tenedores de bonos simples). Se puede decir que tienen mayor
riesgo de crédito que un bono simple y, por lo tanto, suelen ofrecer mayor rentabilidad.
• Bonos convertibles y/o canjeables: Confieren a sus tenedores el derecho a cambiarlos por acciones de la empresa
en una fecha determinada. Pagan intereses mediante cupones periódicos hasta una fecha de conversión o de canje.
Llegada esta fecha, el tenedor tiene la opción de:
o Efectuar la conversión o canje, y recibir a cambio un cierto número de acciones por cada bono u obligación.
o Mantener las obligaciones hasta la siguiente fecha de conversión o hasta su vencimiento.

Si el precio de las acciones en la fecha de canje o de conversión es inferior a su precio de mercado, la operación
puede ser interesante. El número de acciones a entregar, la forma de determinar los precios y la fecha de conversión o
de canje se establece al principio de la operación.

Canje y conversión son operaciones diferentes. En el canje, los bonos se cambian por acciones de la autocartera de la
empresa. En la conversión, por acciones de nueva emisión.

I. CONCEPTO
La mayoría de los activos financieros de deuda proporcionan una renta fija o renta conocida de antemano, ya sea en forma de
intereses, de primas, de valor de reembolso, etc. (o en todas estas formas a la vez) y que percibe su tenedor (el inversor inicial
u otro inversor que compró posteriormente estos activos) hasta el momento del vencimiento, amortización, conversión o canje
de los activos.
Si bien, en los activos de renta fija, lo único fijo que tienen son sus pagos periódicos (cuando los hay), puesto que su precio, en
el mercado secundario varía (y por tanto su rentabilidad) principalmente debido a los movimientos de los tipos de interés del
mercado y al descuento de expectativas sobre la marcha de la empresa o Gobierno emisor.

II. LOS RIESGOS DE LA INVERSIÓN EN RENTA FIJA


Los activos de deuda o de renta fija están sometidos a los siguientes riesgos:
• - Riesgo del emisor.
• - Riesgo de las variaciones en los tipos de interés.
• - Riesgo de liquidez.
• - Otros: de tipo de cambio, de inflación y de tipo fiscal.

1. El riesgo del emisor


El riesgo de que el emisor de un título no pueda hacer frente a sus pagos de ninguna manera o que éstos sufran retraso se
califica como riesgo de insolvencia, que trata de medir el llamado riesgo de crédito (credit risk). Cada vez más se tiene en
cuenta la calidad de crédito del emisor a la hora de invertir en los títulos.
Si una entidad española quiere obtener fuentes de financiación fuera del país, deberá indefectiblemente ser calificada por
alguna de las agencias, si quiere que los inversores extranjeros acudan a la emisión.
La valoración del emisor, o de cada una de sus diferentes emisiones, se realiza sobre sus ratios de balance y cuenta de
resultados, así como la calidad de su management, trabajando con coeficientes de liquidez, solvencia, cobertura del servicio
de la deuda, etc.
Habitualmente, el criterio fundamental empleado para evaluar la solvencia de un emisor suele ser la capacidad que éste tiene
para obtener beneficios y, en consecuencia, qué poder tiene para afrontar compromisos financieros. Otras veces se califica la
solvencia para una emisión concreta que pudiera ofrecer garantías adicionales, bien por las ofrecidas por el emisor, bien por el
marco legal que las protege. Así por ejemplo, la primera emisión de Caja Madrid de cédulas hipotecarias en el ámbito europeo,
en octubre de 1999 recibió la máxima calificación crediticia de Moody?s con Aaa (triple A), ya que aunque el emisor tenía una
menor calificación Aa2, la regulación favorable para los tenedores de estos bonos, que les permite tener prioridad sobre toda la
cartera hipotecaria de la entidad por encima de los demás deudores en caso de insolvencia, posibilitó la obtención de dicha
nota.
Las agencias de rating independientes con más prestigio son Moody?s, Standard & Poor?s y Fitch.
Estas agencias utilizan en sus calificaciones escalas de letras combinadas y números, según la solvencia de las entidades o
emisiones evaluadas (cuyo origen se remonta a la escala de calibración y calificación de la calidad de los huevos en las
granjas americanas).
• - Por ejemplo, Moody?s emplea una escala para analizar la solvencia a largo plazo, que va desde "Aaa" como nota
más alta, pasando al segundo escalón o "notch" de "Aa1", "Aa2", hasta "C", entidades con el grado más bajo de
solvencia.
• - Standard & Poor?s clasifica las emisiones en una escala similar que va desde "AAA", concedido a empresas y
organismos con la máxima solvencia, hasta "D", para las compañías en situación de impago. La deuda con rating "BB",
"B", "CCC" se califica de características altamente especulativa, los denominados bonos basura junk bonds.
TABLA DE EQUIVALENCIAS DE LAS CALIFICACIONES DE DEUDA
S&P Moody?s Fitch
Largo Plazo Corto Plazo Largo Plazo Corto Plazo Largo Plazo Corto Plazo
AAA A-1+ Aaa AAA+
AA+ A-1 Aa1 AAA
P-1
AA A-1- Aa2 AAA-
P-1
AA- A-2+ Aa3 AA+
P-1 A1+
A+ A-2 A1 AA
P-1 A1
A A-2- A2 AA-
P-1 A2
A- A-3+ A3 A+
P-1 / P-2 B1
BBB+ A-3 Baa1 A
P-1 / P-2 B2
BBB A-3- Baa2 A-
P-2 C1
BBB- B+ Baa3 BBB+
P-2 / P-3 D1
BB+ B Ba1 BBB-
P-3
BB B- Ba2 BB+
NP
BB- C+ Ba3 BB
B+ C- B1 BB-
TABLA DE EQUIVALENCIAS DE LAS CALIFICACIONES DE DEUDA
S&P Moody?s Fitch
Largo Plazo Corto Plazo Largo Plazo Corto Plazo Largo Plazo Corto Plazo
B D B2 B+
B- B3 B
CCC+ Caa B-
CCC Ca CCC+
CCC- C CCC
CCC-
CC+
CC
CC-
C+
C
C-
Fuente: S&P, Moody?s y Fitch.

2. El riesgo de la variación de los tipos de interés


Básicamente se puede decir que los factores que influyen en el precio de un bono son:
• - Los tipos de interés del mercado.
• - El vencimiento.
• - El cupón o intereses en general.
El análisis de la variación del precio de los activos de renta fija basándose en los anteriores parámetros trata de describir el
llamado riesgo de tipos de interés o de mercado (market risk).
En concreto, existe una relación inversa entre tipos de interés y precio del mercado:
• - Si los tipos de interés suben: las nuevas emisiones de renta fija en el mercado primario, deberán aumentar sus tipos
de emisión y los cambios en el mercado de renta fija ya emitida bajará.
• - Si los tipos de interés bajan: las nuevas emisiones saldrán con menores tipos y los cambios de los valores de renta
fija subirán en su cotización.
• - Además, los cambios de valor no son proporcionales, el efecto de una caída de tipos no es igual que el de una
subida. Este hecho se explica por la llamada convexidad de la curva de precios en relación con los tipos de mercado.

EJEMPLO: VARIACIÓN DEL PRECIO POR EL TIPO DE INTERÉS


Una empresa emite una serie de bonos en el mercado a diez años con un cupón del 10% y amortización a la par (al 100%). Si
los tipos de mercado en el momento de la emisión están al 10% para el mismo plazo, ¿cuál es su precio?
Tipos al 10%:
Mostrar/Ocultar
Si los tipos suben al 12%, el precio caerá:
Mostrar/Ocultar
La lógica del mercado para que el precio baje es muy simple: si un inversor no tuviera inmovilizada su inversión en el bono,
podría obtener una rentabilidad superior adquiriendo otros bonos que en este momento ofrecen un interés del 12%. El precio
del bono debe ser menor, de modo que al pagar un precio menor, la contraprestación recibida se ajuste a la rentabilidad del
mercado, esto es al 12%.
Si los tipos caen al 8%, el precio subirá:
Mostrar/Ocultar
El título se debe revalorizar ya que ofrece una mayor rentabilidad que el mercado.
Por otro lado se observa que el cambio de valor por una subida y bajada de tipos no es proporcional.
Los cambios que se producen en los tipos de interés en el día a día no suelen ser tan dramáticos como los indicados en el
ejemplo. Es así que la repercusión en el precio de un bono se suele indicar en puntos básicos (basic points, o en la jerga
española de los mercados "pipos"), correspondiendo cada punto a una centésima parte de un punto porcentual. Si un bono
sube su precio de 93,50 a 93,65 se dirá que subió 15 puntos básicos; es decir, un 0,15%.
Por otro lado, el efecto de una variación de tipos sobre el precio de un bono será mayor cuanto mayor sea la vida que le quede
al bono para amortizarse.
Con el paso del tiempo, se acorta la vida del bono y el precio de éste se irá acercando al precio de reembolso.
EJEMPLO: EFECTO DEL VENCIMIENTO EN EL PRECIO DE UN BONO
Si se supone que al bono del ejemplo anterior le quedan 5 años para su amortización. Su valor con un tipo del 12% será:
Mostrar/Ocultar
En otras palabras, ante cambios en los tipos de interés del mercado, el efecto en el precio del bono será mayor cuanto mayor
sea la vida del título.

EJEMPLO: EFECTO DEL CUPÓN EN EL PRECIO DE UN BONO


Supongamos el bono del ejemplo, pero con un cupón del 11% y que los tipos suben al 13%:
Mostrar/Ocultar
En el anterior ejemplo una subida del 2% de tipos frente al cupón suponía una disminución del valor de 11,30.
Cuanto mayor sea el importe o el tipo de interés de los cupones, menores serán los efectos de las variaciones de tipos, ya que
los pagos fluyen a los inversores más rápidamente y éstos los puede invertir a tipos de mercado.
3. El riesgo de liquidez
El riesgo de liquidez de los activos de deuda u obligaciones hace referencia al grado de facilidad que existe para comprar o
vender los bonos emitidos en un mercado secundario. El grado de liquidez, por tanto, dependerá del número de títulos
emitidos, sea por el Estado o por la empresa, y el número de inversores, sean profesionales y particulares, que posean tales
títulos.
Las emisiones de deuda pública estatal de países desarrollados suele gozar de elevada liquidez ya que éstos son los bonos de
referencia en el mercado de renta fija y, además, se negocian en mercados secundarios muy líquidos. Sin embargo, los bonos
emitidos por empresas públicas o privadas suelen gozar de menor liquidez en los mercados secundarios pues se suele tratar
de emisiones más reducidas que las realizadas por los estados. Y por tanto, cuanto menor sea la dimensión de la empresa
suele ser menor la emisión y la emisión goza de menor liquidez.
En consecuencia, a menor liquidez mayor es el riesgo de no poder vender los títulos o deshacer posiciones en el mercado sin
sufrir perdidas ante acontecimientos determinados o decisiones de los inversores o gestores

Principales productos de renta fija privada


Pagarés de empresa
Son valores emitidos al descuento, con rendimiento implícito o cupón cero, por lo que su rentabilidad se obtiene por diferencia
entre el precio de compra y el valor nominal del pagaré que se recibe en la fecha de amortización. El vencimiento es a corto
plazo, y existen entre siete días y 25 meses (760 días naturales), aunque los plazos más frecuentes son de uno, tres, seis,
doce y hasta 18 meses. La colocación de los pagarés se realiza bien mediante subastas competitivas en las que se determina
el precio de adquisición, o bien mediante negociación directa entre el inversor y la entidad financiera, siendo esta la forma más
habitual.
Bonos y obligaciones simples
Las obligaciones simples son valores mobiliarios que representan una parte proporcional de un empréstito. La sociedad
emisora se compromete a retribuir a los tenedores de los valores con un interés que puede ser fijo o variable, y a devolver el
capital aportado, en la fecha establecida para el vencimiento de los títulos.
Los bonos simples son valores mobiliarios de renta fija, similares a las obligaciones pero con menores plazos de vida.
Los bonos y obligaciones emitidos por las empresas son valores a medio y largo plazo (de 2 a 30 años). Sus características
pueden variar considerablemente de un emisor a otro, e incluso en distintas emisiones de una misma compañía. Estas
diferencias pueden ser la fecha de vencimiento, tipo de interés, periodicidad de los cupones, precios de emisión y amortización,
las cláusulas de amortización y otras condiciones de emisión, las opciones de convertibilidad si las hubiera, la prelación de
derechos en caso de liquidación, o las garantías ofrecidas, entre otras.
Obligaciones subordinadas
Las obligaciones subordinadas son muy similares a las obligaciones simples. La diferencia reside en su situación jurídica en
caso de quiebra o procedimiento concursal del emisor: las obligaciones subordinadas se sitúan detrás de los acreedores.
Titulizaciones hipotecarias o de activos
Es un método de financiación de empresas basado en la venta o cesión de determinados activos, incluso derechos de cobro
futuros, a un tercero que a su vez financia la compra emitiendo valores que son los que colocan entre los inversores.
Cédulas hipotecarias
Son valores de renta fija emitidos exclusivamente por entidades de crédito (bancos y cajas) o sociedades de crédito
hipotecario. Su principal peculiaridad es que están respaldadas de modo global por la cartera de préstamos hipotecarios del
emisor. Por ello, sus titulares tienen la consideración de acreedores singularmente privilegiados en relación con la totalidad de
los créditos hipotecarios. Las cédulas suelen cotizar en AIAF.
Cédulas territoriales
Es un instrumento similar a las cédulas hipotecarias. Son valores de renta fija emitidos por las entidades de crédito, cuyo
capital e intereses están garantizados por los préstamos y créditos concedidos por el emisor a las Administraciones públicas y
organismos públicos.
Mercados donde cotiza la renta fija privada
En España, el mercado en el que cotizan la mayoría de los valores de renta fija es AIAF. Este mercado cuenta con una
plataforma electrónica multilateral que se denomina SEND. Este es un sistema electrónico de negociación de deuda que entró
en funcionamiento en mayo 2010. El objetivo de esta plataforma es negociar de forma transparente las emisiones de renta fija
y productos híbridos dirigidos a inversores minoristas. La transparencia de este sistema, hace que se publiquen las
cotizaciones, al mejor precio y volumen para cada emisión, en la web de AIAF. También publica las negociaciones, el último
precio negociado y el volumen nominal acumulado de la sesión. En el Boletín diario de SEND, se podrán ver el volumen
acumulado, los precios máximos, mínimos y medios negociados en la sesión. Sin embargo, hay que señalar que ese precio es
sólo una referencia de operaciones realizadas. Por lo tanto, aunque vea que el valor que quiere vender tiene publicado un
precio de cotización diario, es posible que la entidad financiera a través de la que canalice su orden tarde tiempo en ejecutarla
y que el precio al que lo haga sea diferente.
Para obtener más información, visite la web de BME Renta fija, apartado SEND deuda pública BME Renta fija, apartado SEND
deuda pública
Hay algunos valores de renta fija que en lugar de cotizar en AIAF se negocian en el Mercado Electrónico de Renta Fija Bursátil
de la Bolsa de Madrid (BMERF). La negociación y las cotizaciones se pueden consultar en su página web. En este caso, los
activos de renta fija se negocian a través de un sistema electrónico de contratación continua con difusión en tiempo real. A
pesar de ello, también puede suceder que no haya mucha negociación para el valor de renta fija que le interese vender y que,
al igual que en AIAF, se encuentre con dificultad de hacerlo y con un precio diferente al último publicado.
En resumen, antes de invertir en estos valores debe tener muy claro que, en general, no siempre es posible venderlos de
manera rápida y sin asumir pérdidas en el capital invertido. Los precios publicados no son siempre representativos de los que
se podrían obtener y en ocasiones puede resultar difícil para un inversor minorista encontrar una contrapartida.

¿Qué es la renta fija?

Los activos de renta fija (bonos) aportan al inversor además del retorno del capital invertido en una fecha dada, unos flujos de
pagos a lo largo del tiempo (cupones), que frecuentemente son conocidos de antemano. En definitiva, los bonos representan
préstamos que los inversores hacen a los emisores (empresas y gobiernos) bajo unas condiciones de intereses previamente
conocidas. Así pues, la renta fija no confiere derechos políticos a su tenedor, sino sólo derechos económicos. Un inversor en
renta fija se convierte en acreedor de la sociedad emisora, mientras que el accionista es un socio propietario de una parte del
capital social. Esta diferencia no es trivial, pues en caso de liquidación de la sociedad, el acreedor tiene prioridad frente a los
socios.

Aunque tradicionalmente en la renta fija los "intereses del préstamo" (los cupones) estaban establecidos de forma exacta
desde el momento de la emisión hasta su vencimiento, actualmente existen otras posibilidades más sofisticadas.
Frecuentemente los intereses son variables estando referenciados a determinados indicadores, generalmente tipos de interés
(Euribor, etc.), índices bursátiles, o incluso a la evolución de una determinada acción, índice, etc., teniendo a veces otras
características especiales.

El inversor en renta fija debe familiarizarse con conceptos como los siguientes:
• Precio de emisión: Precio efectivo de cada valor en el momento de la suscripción. Normalmente coincide con el valor
nominal, aunque en algunos casos puede ser inferior o superior, según se emita al descuento o con prima. A un precio
de emisión al 100% de su valor nominal se le denomina "a la par".
• Precio de reembolso: Es el que recibe el inversor en el momento de la amortización y aunque suele coincidir con el
valor nominal, a veces puede ser inferior o superior, figurando en todo caso en las condiciones de emisión. A un precio
de reembolso del 100% de su valor nominal se le denomina "a la par".
• Amortización: Se refiere a la devolución del capital inicial a la fecha de vencimiento del activo. Puede estar pactada la
posibilidad de amortización anticipada, bien a opción del emisor o del inversor y, en ambos casos, puede ser total o
parcial. Cuando está prevista una amortización parcial anticipada a opción del emisor, se realiza por sorteo o por
reducción del nominal de los valores, afectando a todos los inversores.
• Prima de reembolso: Si en la fecha de amortización el emisor abona una cantidad superior al nominal de los títulos,
la diferencia entre ambos es la prima de reembolso.
• Cupones: Importe de los pagos periódicos (trimestrales, semestrales, anuales, etc.) de intereses pactados en la
emisión. A la parte del cupón devengada y no pagada en una fecha determinada entre el cobro de dos cupones, se le
denomina cupón corrido. Su importe se añade al valor del bono cuando se compra o vende en el mercado
secundario con cotización ex cupón.
• Precio de contratación (compra/venta): Precio efectivo de cada valor, expresado en porcentaje (a un precio del
100% se le denomina "a la par"), que multiplicado por el número de títulos contratados da como resultado el efectivo
de la operación. El precio de contratación puede ser ex cupón o in cupón (el precio in cupón también es conocido
como "precio con cupón corrido").
• TIR (tasa interna de retorno): La tasa interna de retorno o tasa interna de rentabilidad de una inversión, es el
indicador de la rentabilidad de una inversión, a mayor TIR, mayor rentabilidad.
• Emisiones cupón cero: Son valores cuyos intereses se abonan al vencimiento junto con el principal. Generalmente
tienen vencimiento a corto-medio plazo.
• Emisiones al descuento: Son valores cupón cero, a corto plazo, en los que se descuenta al inversor el importe de los
intereses en el momento de la compra. Las Letras del Tesoro y los pagarés de empresa son de este tipo.

Cuando alguien invierte en bolsa, normalmente es consciente del riesgo que asume y aunque lógicamente siempre querrá
ganar dinero, admite que existe el peligro de perderlo. Por algo se le llama renta variable, porque no se puede conocer la
rentabilidad de antemano y puede variar hasta el punto de provocar esos números rojos. En cambio, cuando alguien invierte
en renta fija el escenario mental cambia casi por completo. Solo se está preparado para ganar. Y todo por una confusión: la
de pensar que el apellido fija equivale a seguridad.
Pero no es así. La renta fija no está libre de riesgo. Ni la privada, que es la que emiten las empresas y los bancos, ni
siquiera la pública, que es la que lanzan las administraciones y los organismos públicos. Dicho de otro modo: como no se libra
de los riesgos, quien invierta en renta fija debe asumir que también puede perder dinero. Es importante tenerlo presente para
evitar sorpresas desagradables. Porque, a diferencia de quien invierte en bolsa, quien dirige su dinero a la deuda no está
preparado para soportar unas pérdidas.
¿Pero cómo se puede perder dinero en renta fija? Por dos motivos principales. El primero, el riesgo de crédito,
consistente en que el emisor no devuelva el dinero que el inversor le prestó en el pasado -en la deuda, el inversor es un
acreedor y presta temporalmente su dinero a cambio de unos intereses-. Y el segundo, el riesgo del precio. Al igual que las
acciones, los bonos también cotizan. Lógicamente su precio está expuesto a sufrir caídas, y estas causarán pérdidas en los
inversores que tengan que vender sus títulos en el mercado -porque necesiten ese dinero o por el motivo que sea- y en los
fondos de inversión que inviertan en renta fija y deban actualizar el valor de los títulos que tienen en su cartera.
La renta fija no está libre de riesgo. Ni la privada, que es la que emiten las empresas y los bancos, ni siquiera la pública
Este último impacto en los fondos de inversión es especialmente importante para los inversores particulares. ¿El motivo?
Que la industria financiera les está colocando fondos de renta fija o que destinan un alto porcentaje de su patrimonio a la renta
fija -fondos mixtos de renta fija- como alternativa a los depósitos y con la afirmación de que "son muy seguros" o "son casi
como los depósitos". Y no es así.
Lo ocurrido en las dos últimas semanas en los mercados financieros ha sido un aviso muy serio. Los precios de la deuda
soberana -la que emiten los países- han corregido con fuerza, con el consiguiente repunte de los rendimientos, que suben
cuando las cotizaciones de los títulos bajan. La rentabilidad del bund alemán se ha disparado del 0,15% al 0,55% en 10
sesiones -aunque ha superado incluso el 0,70%-, mientras que la del bono español ha cerrado la semana en el 1,66%,
aunque llegado a tocar incluso el 2%, algo que no pasaba desde noviembre.
Estos repuntes han provocado un buen susto. Agravado, además, por el descenso de la liquidez en el mercado de renta fija,
una realidad que acrecienta el riesgo de que cuando lleguen las caídas serán más intensas de lo habitual. El peligro está
servido.

¿Qué es la renta fija?


Los activos denominados de renta fija son aquellos valores negociables emitidos por las Administraciones Públicas
(deuda pública) y empresas privadas (renta fija privada) por los que los inversores conceden a los emisores un
préstamo durante un horizonte temporal predeterminado (período de amortización) a cambio de una cierta
rentabilidad.
La renta fija es un tipo de inversión formada por todos los activos financieros en los que el emisor está obligado a realizar
pagos en una cantidad y en un período de tiempo previamente establecidos, es decir, el emisor garantiza la devolución del
capital invertido y una cierta rentabilidad. O dicho de otra manera, si adquirimos un instrumento de renta fija, conocemos los
intereses o rentabilidad que nos van a pagar desde el momento en que compramos dicho instrumento.

Que los títulos estén garantizados por el emisor no quiere decir que sea una inversión sin riesgo, ya que puede que el emisor
no pueda cumplir con lo acordado. Aún así, la renta fija es generalmente una inversión con menor riesgo que la renta variable.
Por ello, la rentabilidad esperada de la renta fija va a ser menor.

¿Por qué se llama renta fija?


Se le denomina “fija” precisamente porque conocemos desde el principio la cantidad que nos van a pagar en cada momento.
Generalmente, pagan un cupón fijo cada seis meses. Por ello, la rentabilidad es fija desde la emisión del título hasta el
vencimiento.
Estos pequeños prestamistas o inversores pueden acudir el mercado y vender esos títulos, por lo que el precio de estos sí que
varía. ¡Ojo! no se llama renta fija porque el precio no varíe, como se podría confundir. Y entonces, ¿por qué el interés de la
renta fija es fijo?
El interés es fijo si mantenemos los títulos hasta el vencimiento, ya que el emisor se ha comprometido a ello. Si el precio
sube o baja en los mercados financieros durante el tiempo en el que esté cotizando el título no nos importa, siempre y
cuando no vendamos el título, en ese caso el tipo de interés que vamos a recibir va a ser el que nos prometieron al
principio. Si vendiésemos o comprásemos antes del vencimiento el interés sí que sería diferente. Aún así, también
conoceremos el tipo de interés aunque compremos los títulos en el mercado y no directamente al emisor en el momento de la
emisión, porque las cantidades que nos va a pagar el emisor las conocemos de antemano.
Es importante conocer bien la terminología de la renta fija si vamos a trabajar con ella:
– Emisor: es la entidad pública o privada que emite la deuda, es decir, los títulos. Es la entidad que pide la deuda.
– Principal o nominal del bono: es la cantidad de dinero que pide prestado el emisor, correspondiente a cada título.
– Cupón: es el tipo de interés que debe pagar el emisor. Se expresa como un porcentaje del principal.
– Fecha de vencimiento: es el momento en el que el emisor debe devolver el dinero, momento en que termina el préstamo.
Como sabemos lo que nos va a pagar el emisor en cada momento, podemos calcular el precio teórico de los títulos, sumando
los flujos futuros de caja que vamos a recibir, utilizando el método del valor actual neto (VAN). También podemos utilizar el
método de la tasa interna de retorno (TIR) para calcular la rentabilidad que vamos a recibir si compramos el título de renta fija
en el mercado.
Por ejemplo, si una empresa emite un bono a un año con un valor nominal de 1000 euros y un cupón del 5%. Significa que
nosotros en el momento de la emisión vamos a prestarles 1000 euros y al cabo de un año, en la fecha de vencimiento ellos
nos darán 1050 euros. Por lo tanto, en el mercado secundario, el precio de este bono irá subiendo desde los 1000 euros en el
momento de la emisión hasta los 1050 euros a final de año. Si comprásemos el bono a mediados de año el precio debería
estar al rededor de los 1025 euros.
Generalmente los bonos se suelen emitir al descuento, esto es cuando la cantidad que pagamos a la entidad, en la emisión del
título, está por debajo del nominal y la cantidad que la entidad nos devolverá en la fecha de vencimiento será el principal.
Por ejemplo, una empresa que emite un bono a un año a un precio de 950 euros con un principal de 1000 euros y un cupón
cero. Nosotros pagaremos por el bono en el momento de la emisión 950 euros y al cabo de un año la entidad nos dará 1000
euros. El tipo de interés será aproximadamente un 5%.
La renta fija es el tipo de inversión contrario a la renta variable (por ejemplo, las acciones), en el que no sabemos qué interés o
dividendo nos van a pagar durante el período en que compremos.
Existen dos tipos de renta fija, la renta fija que proviene de deuda pública y la que proviene de deuda privada, por otro lado,
existen diferentes tipos de deuda en relación a su capacidad de devolución o rating asignado por las agencia de calificación
crediticia –Agencias de Rating-. Los títulos de renta fija son activos financieros parecidos a los préstamos bancarios, con la
diferencia de que en la renta fija, la deuda total se divide entre un gran número de prestamistas que compran porciones de esa
deuda, conocidas como títulos de deuda o bonos.

Renta Fija: Un mercado más seguro que la renta variable


Descubriendo la inversión 20/08/2015 0 Equipo Self Bank

En un entorno de incertidumbre económica y financiera, existe una tendencia por parte de un porcentaje importante de
inversores a mover parte de su dinero hacia activos que les protejan de los vaivenes del mercado.
Históricamente, en los periodos de mayor tensión en los mercados financieros, la búsqueda de esa protección del capital pasa
por un traslado de dinero del mercado de renta variable hacia el mercado de renta fija.
En este artículo vamos a tratar de explicar un poco mejor y en profundidad cómo funciona el mercado de renta fija, debido al
mayor desconocimiento que suele haber respecto al mismo por parte del inversor minorista, así como ciertas ideas erróneas
que se tienen acerca de dicho mercado.

EL MERCADO DE RENTA FIJA


El mercado de renta fija tiene como misión fundamental favorecer la financiación e inversión a medio y largo plazo tanto de
empresas como de administraciones públicas. Aquí tenemos una primera diferencia, la que separa la renta fija privada
(empresas) de la pública (entes públicos).
El producto financiero por excelencia en el mercado de renta fija se denomina bono. Así, un bono es un producto del que
ya conocemos al comprarlo la rentabilidad periódica (denominada cupón) que vamos a obtener durante su periodo de vida.
Si nosotros como inversores compramos, por ejemplo, 12.000€ en bonos del gobierno con vencimiento a tres años con un
cupón del 4%, esto quiere decir que cada uno de los cuatro años recibiremos un pago anual de 480€ y en el cuarto año,
además del cupón correspondiente, se nos devolverán los 12.000€ invertidos.
El principal atractivo de la renta fija para el inversor minorista reside en la menor volatilidad del mercado frente a la renta
variable, lo que le permite diversificar su cartera de inversión y protegerse frente al riesgo del mercado.
Otra de las ventajas que presenta la renta fija frente a la renta variable es que el riesgo de impago por parte del emisor es
más bajo, dado que no sucede todos los días el que un estado o una gran empresa quiebren. Pero en caso de que dicha
quiebra suceda, los tenedores de bonos tendrán derecho a cobrar antes que los accionistas, los cuales se sitúan en último
lugar en el orden de cobro.
A pesar de ser los últimos que recuperarían su dinero en caso de quiebra, en ocasiones un inversor prefiere ser accionista y no
bonista, con la esperanza de obtener mayor rentabilidad.
Aun así, para protegernos de un eventual riesgo de impago, es necesario analizar qué probabilidades hay de que eso ocurra.
No es lo mismo, evidentemente, adquirir bonos alemanes que griegos, ni bonos de una gran empresa que los de otra que está
atravesando serias dificultades económicas y necesita dinero para subsistir. Por ello, es fundamental estudiar el rating o
calidad crediticia del emisor de los bonos.

A pesar de que la renta fija es una de las maneras que tenemos a la hora de proteger las carteras de inversión en los
momentos de incertidumbre o de caídas en los mercados de renta variable, como hemos dicho no es un activo exento de
riesgo. No son pocos los que creen que la renta fija es, como su propio nombre indica, “fija”. Pero no es así: invirtiendo en
renta fija podemos perder dinero si vendemos los bonos antes de su vencimiento. Además, en caso de que el emisor de
los bonos realice un impago, podemos vernos afectados por una quita.
La evolución del precio de los bonos de renta fija está directamente relacionado con la evolución de los tipos de interés,
teniendo ambos una relación inversa. Así, si existe una subida de los tipos de interés el precio de nuestros bonos disminuirá, y
si los tipos de interés bajan, el precio de nuestros bonos aumentará. Esto lo podemos ver claramente con un ejemplo.

Supongamos un bono con las siguientes características:


– Cupón fijo anual del 4%
– Vencimiento, 3 años
– TIR (interés) 4 %
– Precio entero: 100
Mediante la fórmula tradicional de valoración de un bono podemos analizar cómo se comporta su precio ante variaciones del
interés (TIR).

Si el interés del bono sube del 4 al 5%:


4x (1-(1,05)^(-3)/ 0,05 ) + 100x (1,05)^(-3) = 97,277
Ante una subida del tipo de interés del 4 al 5%, el precio del bono pasa de 100 a 97,227, es decir, cae un 2,77%.

Si el interés del bono baja del 4 al 3,5%:


4x (1-(1,035)^(-3)/0,035) + 100 x (1,035)^(-3) = 101,401
Ante una bajada del interés del 4 al 3,5%, el precio del bono pasa de 100 a 101,401, es decir, sube un 1,4%.
Esta es la teoría, pero ¿por qué ocurre de este modo? Es muy sencillo. Si yo tengo comprado un bono que me está dando una
rentabilidad del 4% y en algún momento los tipos de interés suben y un bono similar ofrece un 5%, ¿qué ocurrirá si yo quiero
venderlo? Claramente, que nadie querrá comprármelo por esos 100€.
Para evitar lo anterior, lo que tendríamos que hacer es mantener nuestros bonos en cartera hasta su vencimiento. Si nos
deshacemos de nuestros bonos antes de su fecha de vencimiento, corremos el riesgo de perder parte de nuestro dinero en el
mercado debido a una hipotética subida de tipos de interés (aunque también podríamos ganar si los tipos de interés bajan).
Esa subida de tipos afectará más a los bonos de mayor vencimiento, ya que son los que presentan mayor sensibilidad ante
una variación de los tipos de interés.
Vemos, pues, que la renta fija no sólo puede ser un tipo de activo interesante en momentos de incertidumbre en los mercados,
sino que también es un activo válido para aquellos inversores con perfiles de riesgo más conservadores, ya que el
riesgo asumido, en general, es mucho menor que en la renta variable.

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