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Dentro del proceso arbitral se generan costos que las partes deben de asumir
obligatoriamente, estos conceptos han sido establecidos ya sea en un proceso de arbitraje ad
hoc o institucional.
A diferencia de los procesos judiciales en los que los costos (tasas judiciales, honorarios de
órganos de auxilio judicial y el del abogado de la parte vencedora y otros gastos procesales),
son asumidos por la parte vencida; en el proceso arbitral, la regla es que cada una de las
partes asuma sus propios costos, salvo pacto distinto en el convenio arbitral, para cuyo fin los
árbitros tendrán en cuenta el resultado o sentido final del laudo arbitral, el cual se constituye
en un punto de partida para la asignación de los costos del arbitraje, sin perjuicio de
considerar otros aspectos que podrían llevar a la decisión de distribuir el pago de los costos.
A medida de comparación los costos del procedimiento arbitral, involucran los honorarios y
gastos del o de los árbitros, los costos administrativos de la institución arbitral que organiza,
administra y desarrolla el arbitraje o los honorarios del secretario arbitral en caso de un
arbitraje ad hoc, los costos de la entidad nominadora de árbitros, si así se hubiera pactado, y
de ser el caso los costos de los peritos y expertos designados de oficio por el tribunal arbitral.
Mientras que los costos legales de cada una de las partes, que incluyen los honorarios de los
abogados y peritos esencialmente, entre otros.
Además del pronunciamiento relativo a las controversias, el laudo contiene la decisión del
tribunal arbitral sobre los costos o gastos del arbitraje. El tribunal arbitral tendrá en cuenta a
efectos de imputar o distribuir los costos del arbitraje, el acuerdo de las partes. A falta de
acuerdo, los costos del arbitraje serán de cargo de la parte vencida. Sin embargo, el tribunal
arbitral podrá distribuir y prorratear estos costos entre las partes, si estima que el prorrateo es
razonable, teniendo en cuenta las circunstancias del caso. El tribunal arbitral también fijará
los costos del arbitraje en su decisión o laudo, cuando el arbitraje concluye por transacción,
desistimiento, declaración de incompetencia o por cualquier otra razón. Las disposiciones que
regulan el arbitraje, no señalan si los costos o gastos del arbitraje deben ser fijados en un
monto o en porcentaje, por lo que los tribunales arbitrales emplean indistintamente cualquiera
de estas formas.
Con relación a los pagos asumidos por el Estado, no sólo se encuentran las pretensiones que
son solicitadas por los agentes privados en los procesos arbitrales y cuyos resultados por lo
general han sido desfavorables para el Estado, sino también aquellos referidos a:
Dicha situación en su conjunto determina que los costos totales que asume el Estado son
mucho más significativos de los que se generan para los agentes privados. Asimismo, se debe
señalar que no se ha podido cuantificar el pago asumido por el Estado por concepto de costos
arbitrales, debido a que en los laudos no se señala el monto correspondiente al costo arbitral a
partir del cual se pueda realizar una estimación. (Contraloría General de la Republica, 2013)
“el tribunal arbitral podrá distribuir y prorratear estos costos entre las partes,
si estima que el prorrateo es razonable, teniendo en cuenta las circunstancias
del caso.”
Esto significa que los árbitros podían modificar el monto de los gastos aún sobre la voluntad
de las partes o ésta discrecionalidad sólo operaría cuando no hay pacto expreso y rige el
principio del vencimiento. Al respecto, hay que precisar que la teoría del vencimiento se
aplicará al arbitraje sólo cuando las partes no han expresado acuerdo alguno para el reparto
del gasto; pero, en caso hayan adoptado directamente o por referencia a reglamentos
arbitrales, reglas relativas a los costos del arbitraje, ellas serán las que prevalecerán. Esto
implica que la teoría del vencimiento sólo operará cuando hay falta de acuerdo; por tanto, la
posibilidad de la discrecionalidad del árbitro sólo se aceptará bajo las reglas del vencimiento,
situación que no sucedería si las partes han pactado la fórmula para el reparto de los gastos.
Es por esto que los costos en el arbitraje, necesariamente, tienen que ser materia de
pronunciamiento por los árbitros, sea para asumir el pacto de las partes o para fijar el reparto
bajo la regla del vencimiento.
“el tribunal arbitral podrá distribuir y prorratear estos costos entre las
partes, si estima que el prorrateo es razonable”
Bibliografía
Contraloría General de la Republica. (2013). El Arbitraje en las Entidades Públicas durante el periodo
2003-2013. Lima: Marena Morel.