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Como es apenas lógico, los procesos de evaluación del aprendizaje son indis-
pensables en cualquier nivel educativo, pero solo desde hace algunos años la
evaluación ha aumentado su radio de acción para ahora evaluar el desempeño
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Enfermera de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud. Especialista en Enfermería en Cuidado
Crítico Pediátrico de la Universidad de la Sabana. Magíster en Docencia de la Universidad de La Salle.
Correo electrónico: ludoka29@hotmail.com
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Licenciado en Química de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Magíster en Docencia de la
Universidad de La Salle. Correo electrónico: oscar.duitama@gmail.com
3
Enfermera de la Universidad Popular del Cesar. Especialista en Enfermería en Cuidado Crítico Pediátrico
de la Universidad de la Sabana. Magíster en Docencia de la Universidad de La Salle. Correo electrónico:
pakanr78@hotmail.com
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Investigaciones y desafíos para la docencia del siglo XXI
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El docente ante la paradoja de la evaluación: reflexiones sobre el proceso de evaluación...
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Investigaciones y desafíos para la docencia del siglo XXI
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El docente ante la paradoja de la evaluación: reflexiones sobre el proceso de evaluación...
Los cinco tópicos mencionados ubican a los docentes en una posición cómoda,
en la cual la aplicación de los exámenes es bien vista como estrategia evaluativa
y como medio para justificar su accionar en el aula.
Empecemos por decir que los docentes se ven enfrentados hoy en día a
cumplir no solo con sus obligaciones curriculares como maestros; deben,
además, cumplir con otras normas y parámetros que establecen tanto el Es-
tado como las instituciones de educación, enmarcadas dentro de las políticas
de alta calidad. Todos estos condicionamientos normalmente se reflejan en la
evaluación del desempeño docente, la cual, para directivos y administradores,
toma gran importancia y es prioridad en busca de la calidad académica, pero
que a la vista de los docentes no tiene tal sentido.
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Investigaciones y desafíos para la docencia del siglo XXI
Del mismo modo, en su artículo 81, la mencionada ley 115 establece que se
debe realizar la aplicación de exámenes periódicos de idoneidad después de
transcurrido cierto periodo de tiempo, sumados a los exámenes anuales men-
cionados con anterioridad; dependiendo de sus resultados, el docente puede
llegar a ser sancionado en conformidad con el estatuto docente. Esto, sin duda,
es un indicador de cómo los procesos de evaluación docente se toman desde
la óptica de lo punitivo.
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El docente ante la paradoja de la evaluación: reflexiones sobre el proceso de evaluación...
Esto último se puede explicar partiendo del hecho de que, aunque mediante
el sistema de incentivos, la evaluación docente es una forma de motivar a los
docentes, se termina por llevar al profesorado a una carrera por sobrevivir
en la que cada docente lucha por conseguir más títulos, más poder y más
reconocimiento dentro de una institución educativa, dejando de lado el apo-
yo que cada uno de ellos debe brindar y, peor aún, lo último que debe hacer
es una reflexión de su ejercicio docente que lo lleve a establecer un plan de
mejoramiento que realmente contribuya al mejoramiento de la enseñanza.
En tercer lugar, quizá la más importante es la visión que los docentes dan al
proceso evaluativo. Al respecto, Castillo (2010) menciona que normalmente
ante una evaluación que presente resultados positivos, el docente no se detiene
a discernir sobre su actuar, sino que simplemente se muestra satisfecho por
haber aprobado dicha evaluación. Esto nos lleva a asegurar que se le da más
importancia al valor numérico de la evaluación que a la reflexión que puede
surgir de ella.
Pero más allá de lo expresado anteriormente, Barón (2011) establece que las
concepciones de los docentes sobre la evaluación pueden variar, dependiendo
de si se toma como una política institucional o como una simple actividad de
aula. Con respecto a la primera, la califican como oportuna, pero cuando esa
evaluación se presenta en el segundo escenario, se considera como un proceso
retaliador y parcializado. Sumado a lo anterior, está la posición de Rodríguez
Pulido y Orobio (2010), quienes establecen que los profesores expresan una
evaluación como método de rendición de cuentas, en el cual no hay un enri-
quecimiento pedagógico ni desarrollo profesional o personal, con lo cual no
ayuda a la dignificación de la profesión de los docentes. Además, consideran
que la evaluación es un mecanismo de control y que es excluyente.
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Investigaciones y desafíos para la docencia del siglo XXI
Pero ¿qué ha llevado a que la evaluación docente se encauce por estos caminos?
Una posible respuesta está en los usos que se le han dado a sus resultados
en los últimos años. Con respecto a esto, Niño Zafra (2001) propone que los
procesos evaluativos de los docentes y sus resultados se han direccionado
en cuatro tendencias; estas son: la rendición de cuentas, el pago por mérito,
el desarrollo profesional y la mejora de la escuela.
La rendición de cuentas
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El docente ante la paradoja de la evaluación: reflexiones sobre el proceso de evaluación...
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Los anteriores decretos y leyes están dirigidos hacia las instituciones de edu-
cación oficial, pero para las de carácter privado tenemos que la Constitución
Política de Colombia (1991), en su artículo 68, establece que “los sectores
privados están en la facultad de fundar establecimientos privados y la ley esta-
blecerá las condiciones para su creación y gestión”. Posteriormente, el artículo
69 establece la autonomía universitaria, en la cual estas instituciones “pueden
darse sus directivas y regirse por sus estatutos de acuerdo a la ley”. La norma
que rige a las instituciones de educación superior es la ley 30 del Ministerio
de Educación Nacional (MEN) (1992). En su artículo 28, la mencionada ley
establece con base en la Constitución colombiana y en concordancia con lo
establecido por la Unesco (1998), el principio de autonomía universitaria, con
el cual estas instituciones se encuentran facultadas para ejercer libremente la
creación y modificación de sus estatutos internos, lo cual les permite establecer
los procedimientos que se llevarán a cabo en todos sus aspectos, incluido el
del uso de los resultados de la evaluación de sus docentes.
Esto genera que el pago por mérito sea confundido como estrategia de me-
joramiento de la calidad educativa, pero en países con altísimos niveles de
calidad en educación, como Finlandia, el dinero no se invierte en la exaltación
y el estímulo de los docentes, sino se encarga que los estudiantes con mejores
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Pero más allá de esta definición, Imbernón (1998) enfatiza en que es una cons-
trucción grupal y no individual, y por lo tanto, no depende de cada docente
por separado; se necesitan procesos integradores, dentro de los cuales la
evaluación docente se convierte en una herramienta retrospectiva con la cual
el profesional de la educación tiene una visión que supera la propia y com-
prende tanto la de sus estudiantes, como la de sus pares y superiores (claro,
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Investigaciones y desafíos para la docencia del siglo XXI
Una de las principales causas de esta situación está en que no existe claridad
sobre los objetivos que se persiguen con la evaluación de los docentes, ya que
mientras en algunos casos se menciona el mejoramiento de la enseñanza, en
otras ocasiones aparece el pago por mérito o el desarrollo profesional de los
maestros. Aunque este último es quizás uno de los propósitos que menos se
cumple a la hora de evaluar a los docentes (Niño Zafra, 2001; Schulmeyer, 2002).
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El docente ante la paradoja de la evaluación: reflexiones sobre el proceso de evaluación...
Por otra parte, el pago por méritos impulsa una carrera individual en la cual
se busca la consecución de dichos estímulos, dejando de lado la colaboración
y el trabajo en equipo (Niño Zafra, 2001), con lo cual el desarrollo profesional
se ve altamente afectado, ya que la escuela ha perdido su matiz de ser esce-
nario para la discusión académica entre docentes para el mejoramiento de
la profesión y se convirtió solo en un espacio físico de ejecución de tareas y
pago por servicios prestados.
La paradoja de la evaluación
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Pero más allá de señalar la evidente paradoja entre la evaluación del aprendizaje
y la del desempeño docente, a continuación se presentan algunas sugerencias
que pueden permitir su mejoramiento:
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El docente ante la paradoja de la evaluación: reflexiones sobre el proceso de evaluación...
Referencias
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El docente ante la paradoja de la evaluación: reflexiones sobre el proceso de evaluación...
Santos Guerra, M. Á. (1996). Evaluación educativa. Buenos Aires: Magisterio del Río
de la Plata.
Schulmeyer,A. (2002). Estado actual de la evaluación docente en trece países de Amé-
rica Latina. En Maestros en América Latina: nuevas perspectivas sobre su formación y
desempeño (pp. 25-64). Santiago de Chile: PREAL.
Scriven, M. (1967). The methodology of evaluation. En R. W. Tyler, R. M. Gagné y M.
Scriven (Eds.), Perspectives of curriculum evaluation (pp. 39-83). Chicago, IL: Rand
McNally.
Stenhouse, L. (1987). La investigación como base de la enseñanza. Madrid: Morata.
Unesco (1998). Conferencia mundial sobre la educación superior. La educación superior
en el siglo XXI, visión y acción. París: Unesco.
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