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El conocimiento religioso y la razón poética

Carmiña Navia Velasco

Autonomías discursivas

La confrontación entre ciencia y religión continúa estando plenamente vigente no sólo


porque algunos científicos como Stephen William Hawking siguen refiriéndose a la
hipótesis de Dios para negarla, sino porque en algunos discursos religiosos encontramos
aún pretensiones de imperialismos epistemológicos y porque además la ciencia moderna,
desde el positivismo hasta hoy niega toda posibilidad de conocimiento que no pase de
alguna manera por su laboratorio.

Casi siempre que vemos en la historia de Cccidente, conflictos entre distintos tipos de
saberes y el saber religioso, nos encontramos básicamente con un abuso del poder religioso
que se extralimita y se desliza hacia otros ámbitos que no le son propios y en los que
pretende imponer su poder. En el fenómeno masivo de la caza y quema de brujas por parte
de la institución eclesiástica, encontramos en su raíz precisamente este abuso que rebasa los
límites del ámbito propio. Las llamadas brujas fueron mujeres que manejaron distintos
saberes, denominados hoy por muchas estudiosas como saberes del buen vivir… Se trataba
de una amplia gama de conocimientos que iban desde la atención en los partos y sanación
de heridas, hasta el tratamiento de enfermedades por medio de hierbas y cocimientos
naturales, pasando por el apoyo en las relaciones de pareja.

Prácticas y conocimientos que en muchas ocasiones rivalizaban con los de los médicos y
curas del lugar y que fueron catalogadas como inspiradas o respaldadas por el diablo. Jules
Michelet, uno de los historiadores que más ha profundizado en el mundo de las llamadas
brujas, lo plantea con toda claridad:

El grande y poderoso doctor del Renacimiento, Paracelso, declara al quemar todos


los libros doctrinales de la antigua medicina, latinos, judíos, árabes, que no había
aprendido nada sino de la medicina popular, de las hechiceras, de los pastores y de
los verdugos; estos solían ser buenos cirujanos y veterinarios.

No dudo que su admirable libro sobre las Enfermedades de las mujeres, el primero
que sobre el asunto se escribiera, salió especialmente de las mismas mujeres a
quienes las demás pedían auxilios; quiero decir de las hechiceras que en todas
22

partes ejercían de parteras. Nunca en aquellos tiempos habría admitido la mujer la


asistencia de un médico, jamás se hubiera confiado a él para revelarle sus secretos.
Las hechiceras las asistían exclusivamente y fueron, para las mujeres
especialmente, las únicas médicos…

Lo que sabemos de su medicina es que para los más diversos usos, así para calmar
como para estimular, empleaban mucho una gran familia de plantas equívocas,
muy peligrosas que prestaron los mayores servicios. Se llaman con razón
Consolantes o consoladoras (Solanáceas).1

En sus amplios estudios sobre la brujería Julio Caro Baroja2 muestra cómo las hechiceras
son infinitamente más perseguidas y condenadas cuando está al frente de ello la inquisición
eclesial que cuando la investigación sobre los hechos va por cuenta del poder civil. En la
institución eclesiástica su saber y su autonomía son percibidos como una verdadera
amenaza al control que sobre el cuerpo y las conciencias pretenden ejercer los curas y
pastores.

De muy diferentes maneras es claro que las iglesias y en nuestro país particularmente la
católica, quieren muchas veces mantener el control y la autoridad sobre la ciencia, la
investigación, el conocimiento. Un ejemplo claro de ello es su interferencia en todo el
debate alrededor de un tema médico como es el del aborto. Se trata de conflictos diferentes
a los de siglos anteriores porque el poder de las iglesias no es el mismo. No obstante su
pretensión sigue siendo idéntica. Hans Küng lo expresa así:

Es un hecho tan evidente que no necesita demostración que las iglesias –aferradas
muchas veces, en su espiritualidad, teología y organización, a viejos paradigmas-
son con harta frecuencia instituciones autoritarias, y a veces hasta totalitarias.
Pero según el Nuevo Testamento, la iglesia ha de ser una comunidad basada en la
libertad, la igualdad, la fraternidad: es decir, en lo grande como en lo pequeño, una
comunidad de personas libres, iguales en lo esencial. una comunidad de hermanos
y de hermanas.3

Pero no es menos cierto, que de otro lado, nos encontramos con unas miradas científicas,
filosóficas y epistemológicas que niegan toda posibilidad de un saber que no sea
estrictamente racional y comprobable dentro de unas ecuaciones articuladas por la lógica
positivista. Por ello es imprescindible una epistemología no sólo amplia y tolerante, sino
que dé cuenta de la realidad humana en su complejidad, y la realidad humana no se agota ni
1
Michelet 1984, Pág. 114
2
Caro Baroja 1972 y 1993
3
Küng 1994, Pág. 137
23

en el dos más dos, ni mucho menos en el laboratorio y las comprobaciones aparentemente


objetivas.

Por ello, el paradigma de la complejidad propuesto por Edgar Morin posibilita la apertura
hacia la diferenciación y la coexistencia de distintos discursos que puedan dar cuenta de
aspectos autónomos de la realidad y la historia humana:

En mi opinión, la razón se define por el tipo de diálogo que mantiene con un mundo
exterior que le opone resistencia; finalmente la verdadera racionalidad reconoce a
la irracionalidad y dialoga con los irracionable…

Creo que la verdadera racionalidad es profundamente tolerante con los misterios.


La falsa racionalidad ha tratado siempre de primitivos, infantiles, pre-lógicos a
poblaciones donde había una complejidad de pensamiento, no solamente en la
técnica, en el conocimiento de la naturaleza, sino también en los mitos.4

Pero la autonomía necesaria a los distintos campos de conocimiento y la complementación


entre ellos, sólo será posible si aceptamos las diferencias, las competencias alternativas y
renuncia cada ámbito epistemológico y discursivo a posiciones y pretensiones imperialistas
y totalizantes en este terreno.

Las instituciones eclesiásticas deben asumir que no pueden controlar ningún avance en el
conocimiento, ni siquiera en el específicamente religioso, porque éste, basado en la
experiencia de la trascendencia y del misterio, escapa a toda posibilidad de control, siendo
la posibilidad de su expresión bastante compleja ella misma.

No sólo en el nivel de la epistemología es imprescindible dejar fluir libremente las energías


humanas y los discursos, no sólo en el terreno de la experiencia mística se juega la
autonomía cognoscente. Igualmente en el terreno ético las búsquedas se concretan en
discursos que yendo más allá de lo científico se sustentan en valoraciones de lo real. Lo
plantea claramente Marià Corbí:

Por consiguiente, las sociedades por más científicas y tecnológicas que sean,
necesitarán construir sistemas de valores que nos permitan vivir y manejar las
ciencias y las tecnologías adecuadamente. Las ciencias no pueden proporcionar
esos sistemas de valores; debemos construir postulados axiológicos en función de

4
Morin 2011, Pág. 162
24

los cuales sea factible construir proyectos de vida colectiva a los que se
subordinarán los desarrollos científicos y tecnológicos5

La sociedad occidental en este siglo XXI, urge la construcción de un sistema de valores


alrededor de temas tan significativos como el respeto, reparto y consumo de los recursos
naturales en el planeta, los avances y la orientación de la bio y micro genética, la
terapéutica del aborto, los desarrollos poblacionales… Una construcción axiológica laica y
secular fruto de la libre articulación y confluencia de distintos pueblos, sujetos sociales y
propuestas de pensamiento.

LA RAZÓN POÉTICA

La pensadora y poeta española, María Zambrano, es radicalmente lúcida en cuanto a la


necesidad de salir de esta polaridad de discursos para hallar realmente un camino hacia el
conocer que permita una conciencia amplia de la experiencia humana. Y es precisamente en
ella en quien nos guiamos para hacer nuestra propuesta. En su obra: Persona y
Democracia: la historia sacrificial, responsabiliza a esta pretensión totalitaria de los
caminos epistemológicos, de causar los estragos del absolutismo.

De un lado critica al racionalismo craso:


Pues el racionalismo es absolutismo por su parte, al extender sin más, los
principios de la Razón a la realidad toda. Una razón imperante, no contemplativa,
no dirigida a descubrir la estructura de la realidad. El racionalismo es una
presuposición, si pensar es exigir. Y en el exigir va la imposición de ser –de existir-
….

De otro, el planteamiento desde la religión:


Análogamente ha sucedido con la religión. El cristianismo, ya el de la Iglesia
Católica, ya el de los protestantes, ha sido interpretado en forma tal que sirve de
fundamento al poder absoluto; ha sido un aprovechamiento, no un modo de servir
al cristianismo, realizado inconscientemente….6

La propuesta que hago, pasa entonces por dos ejes centrales: De una parte el
reconocimiento de las autonomías y diversidad de los discursos; a cada campo de la
experiencia humana corresponde un juego de lenguaje, en términos de Wittgenstein. De

5
Corbí 2007, Pág. 230
6
Zambrano 1988, Págs 87-88
25

otra parte la aceptación de la radicalidad de los límites de lo que podríamos llamar,


conocimiento religioso.

El punto de partida es la aceptación de que la realidad humana no se agota por la vía de la


razón, el hombre y la mujer en su complejidad y totalidad no pueden ser conocidos
íntegramente por la mente humana, su comprensión no termina ni en la ciencia ni en la
técnica. Hay cuestiones que fueron avanzando y madurando desde las respuestas dadas en
muchos pueblos por los mitos, por las obras de arte, por la literatura. Y hay otras preguntas
que tienen su raíz en ámbitos no abordables por la epistemología racional.

María Zambrano en su extraordinaria obra: El Hombre y lo Divino7, rastrea a lo largo de la


historia occidental la relación de la humanidad con la Divinidad y señala momentos claves
de esa evolución, mostrando cómo estos han significado siempre un avance y una
maduración en el desarrollo de la conciencia humana. Pero igualmente muestra la
especificidad del terreno en el que estos avances se mueven:

La aparición de los dioses significa la posibilidad de la pregunta, de una pregunta


ciertamente no filosófica todavía, pero sin la cual la filosofía no podría haberse
formulado. La actitud que engendra la pregunta solo puede surgir frente a alguien
que haya aparecido; frente a una fuerza que haya dado la cara y tenga un nombre.
Así Job en el Antiguo Testamento: Así las consultas a Apolo a través de sus
oráculos.

La aparición de los dioses como Apolo y la revelación de Jehová, señalan así la


aparición de lo más humano del hombre: el preguntar, el hacerse cuestión de las
cosas. Mas no son ciertamente las cosas inanimadas las que sugieren la pregunta.
A lo que sabemos nunca se han presentado ante ningún dios cuestiones de
conocimiento. El ansia de saber no se ha dirigido nunca en demanda a los dioses,
¿dime dios que son las cosas?... La pregunta dirigida a la Divinidad –revelada o
develada poéticamente- ha sido la angustiada pregunta sobre la propia vida
humana8.

Si se ha de aceptar un espacio para búsquedas no consideradas irracionales, sino más bien


trans-racionales es necesario partir de la profunda convicción de que hay algo en lo humano
que no agotamos en la ciencia, algo a lo que quizás ni tan siquiera nos aproximamos.
Zambrano lo explicita:

7
Zambrano 2001
8
Op Cit, Pág 35
26

Mas, hay otra luz: la sombría luz de los misterios, la luz que alumbra no a las
imágenes visibles , visiones del alma y de la inteligencia, sino al mundo sagrado no
revelado todavía, al mundo del padecer humano en todo su misterio y su enigma. Es
también la luz de la tragedia que nos imaginamos siempre bajo la indecisa luz de
una mariposa de aceite, en el espacio angosto de los sueños. La luz que se insinúa
en el alma…9

Ante esta realidad hay varias posiciones a tomar: Negarla, ignorarla, negociar con ella,
reverenciarla en el interior. reverenciarla institucionalmente lo que conlleva casi siempre
manipulación y poder, intentar aproximarse a ese misterio preguntándole qué revela… Esta
búsqueda que linda con lo místico sólo se puede hacer igualmente desde una libertad
interior grande. No puede ser encasillada o limitada institucionalmente.

Corbí lo dice muy acertadamente:


La fe es un hecho de conocimiento, pero es un don, es noticia no conceptual ni
simbólica, sino como dice el Maestro Eckhart, de esencia a esencia. Es un rayo de
luz que, para nuestros hábitos de conocimiento, es oscuro. Pseudo Dionisio, el
Aereopagita, lo llama rayo de tinieblas…

La fe es un conocimiento, una noticia, ni conceptual ni simbólica; es un conocer


vacío de representación, de esencia a esencia. Es una noticia oscura que genera
certeza. Una certeza que resulta oscura porque no responde a los patrones de
nuestro conocer cotidianos en los que la noticia y la certeza están siempre unidas a
la representación.10

Un saber más allá de la representación, más allá del pensar, incardinado en la emoción. Una
experiencia que no puede ser aprehendida en los límites de la objetividad, la descripción, la
comprobación, la deconstrucción… Graciela Maturo en su reflexión sobre La razón Poética
y el Pensamiento Complejo11, dice que ésta razón de tipo poético y complejo es la única
que puede dar cuenta de Latinoamérica, un territorio cultural en el que todo es simultáneo,
mestizo, en el que conviven épocas y tecnologías de varios siglos.

La razón poética es entonces aquella que da cuenta de lo objetivo y de lo subjetivo, de la


experiencia, de lo intuitivo, de los sentimientos (Razón Sintiente, la llama el español Xavier
Zubirí). La razón poética recoge el saber que va por otras vías distintas a las que en
Occidente siempre ha tenido el conocimiento académico y científico. Esa razón ensancha el
panorama en lugar de estrecharlo permite acoger a la realidad íntegra.
9
Op Cit, Pág 63
10
Corbí . citado, Pág. 223
11
Maturo 2009
27

Esta propuesta que generalmente se ha hecho desde la crítica literaria y cultural, la realiza
María Zambrano desde la filosofía, sustentándola en un recorrido histórico por la búsqueda
que ha realizado la humanidad en diferentes momentos y latitudes del absoluto que
presiente o desea. Sólo desde este tipo de acercamiento epistemológico es posible no dejar
fuera ese volver siempre del hombre y la mujer a mirar su intuición, su experiencia, su
emoción.

Una estudiosa de la obra de Zambrano, lo plantea así:


El método poético asume la incapacidad del hombre para abarcar una realidad que
le desborda. La revelación, esa invasión del ser propio por lo trascendente…

La razón poética es un modo de estar en la vida comprendiéndola; una actitiud


admirativa, con la mínima dosis de violencia que toda palabra, al proferirse,
entraña inevitablemente. Se trata de una equilibrada simbiosis, dramática y gozosa,
entre admiración y violencia, el límite entre la inmersión y la emergencia. 12

Solo esta actitud contemplativa y de respeto profundo permitirá a la ciencia, a la razón y a


la institucionalidad religiosa, la escucha y el diálogo real que en colaboración y pluralismo
empuje hacia adelante los procesos cognitivos, que se renuevan con el paso de las
generaciones. Esta razón poética ha estado siempre presente en el universo religioso, pero
muchas veces ha constituido un río silencioso y subterráneo porque ha sido marginado,
acallado y hasta condenado por la ortodoxia institucional.

DISTINTOS MODOS DE HABLAR DE DIOS

En la problemática que estamos abordando hay dos formas de acallar tanto la imagen
poética como la experiencia religiosa. Una a la que ya nos hemos referido suficientemente
es el racionalismo craso o extremo que impide abordar y vislumbrar aspectos de la realidad
que no se agotan en la razón científica, la otra es encarcelar ese conocimiento, esa intuición,
en los moldes de una ortodoxia castradora que termina por velar precisamente aquello que
se quiere mostrar.

Por eso la infinita riqueza de los distintos lenguajes que se acercan a la Divinidad no han
circulado libremente en medio de los discursos centrales ni de la academia, ni de las
iglesias… Son lenguajes que han permanecido en la liminalidad alimentando con toda su
savia a quienes se han acercado a beber en ellos.

12
Maillard 1992, Pág. 49
28

Georgette Epiney-Bugard y Emile Zum Brunn, en su obra Mujeres Trovadoras de Dios13


nos hacen un paseo por la mística renana, por las místicas de la edad media silenciadas y
por las beguinas, mostrándonos sus dobles aportes: De un lado su praxis cotidiana y
religiosa concreta que quiere reformar la iglesia corroída por la simonía, la corrupción y el
ejercicio omnívoro del poder y de otro lado su experiencia mística que es recogida por ellas
mismas en un lenguaje novedoso, inspirado la mayoría de las veces no en los vericuetos del
discurso escolástico, sino en los extravíos del amor cortés.

La aproximación de estas mujeres a la Divinidad tiene hoy plena vigencia. La visión es una
forma lingüística que no cierra y que por tanto renueva cada día su capacidad de evocar.
Sus expresiones son múltiples: El Espejo de las Almas Simples, Margarita Porete, La Luz
Resplandeciente de la Divinidad, Matilde de Magdeburgo. Quizás la mayor belleza y
agudeza en esta época la encontramos en las poesías y cartas de Hadewijch de Amberes,
quien intenta acercarse a la naturaleza de Dios desde una experiencia que supera la lógica
institucional y académica:

Los caminos de Amor son inauditos,


como bien sabe quien pretende seguirlos,
turban de repente al corazón resuelto,
el que ama no puede encontrar constancia.
Aquel a quien Amor
toca en el fondo del alma
conocerá muchas horas sin nombre de desolación…
Tan pronto gracioso, tan pronto terrible,
próximo ahora, lejano después;
para quien lo conoce y en él confía,
esto mismo es el gozo supremo.
¡Como amor abraza y golpea a la vez!14

En esta corriente de experiencia y expresión encontramos muchos hombres y mujeres que a


lo largo de varios siglos y a lo ancho de muchos territorios están buscando un camino
epistemológico más allá de los cauces impuestos. Quiero referirme ahora, para terminar a
un caso concreto que muestra las inmensas posibilidades de la razón poética para ensanchar
un horizonte.

Voy a hablar de Hildegarda de Bingen, esa grandiosa mujer que la iglesia ha pretendido
inútilmente ignorar. Hildegarda (1098-1179), monja benedictina es reconocida

13
Epiney-Bugard y Zum Brunn 1998
14
De Amberes 1999, Pág. 66
29

ampliamente hoy, como científica, médica, música, pintora, fundadora, mística y visionaria.
Sus conocimientos en materia de la composición y el poder curativo de las plantas y las
piedras, no se discute en la actualidad. Su obra Scivias publicada en español en 1999 es un
testimonio claro de su manejo del razonamiento teológico y filosófico del Medioevo, no es
pues por falta de capacidad o saber que sus expresiones no se enredan en los límites de una
razón imposible.

Por el contrario, es clara la escogencia, por su parte, de otros caminos para el acercamiento
a las verdades aceptadas eclesialmente. Veamos dos maneras en las que ella se acerca a lo
que la dogmática define como el misterio de la trinidad. Valga anotar, que la percepción de
la Divinidad en tres rostros, tres expresiones, tres realidades… es algo presente en muchos
caminos religiosos y no únicamente en el cristiano.

Muestro dos formas, en las cuáles de Bingen se refiere a esta intuición. Una más
incardinada en el discurso teológico más clásico:

Tres fuerzas hay en una piedra, tres en una llama y tres en una palabra. ¿Cuáles?
En la piedra: húmedo vigor, consistencia tangible y fuego rutilante. El húmedo
vigor para que no se disuelva ni se resquebraje; la consistencia tangible para que
ofrezca morada y refugio; el fuego rutilante para que se temple y consolide hasta
afianzarse. Este vigor húmedo representa al Padre, cuya virtud ni se agosta, ni se
consume; la consistencia tangible designa al Hijo, que, nacido de una Virgen, pudo
ser tocado y percibido; el fuego rutilante simboliza al Espíritu Santo, que ilustra y
enciende los corazones de los fieles...

Y así como estas tres fuerzas se hallan en una sola piedra, la Trinidad verdadera
está en la unidad verdadera.15

Y otra más claramente inscrita en la expresión poética:


LAS TRES ALAS:
Oh, potencia de la Sabiduría,
que girando giraste
abrazándolo todo
en una sola órbita que tiene la vida
y que tiene tres alas,
de las cuales una vuela en lo alto
y la otra desde la tierra mana
y la tercera vuela por doquier.

15
De Bingen 1999, Pág. 114
30

Que haya alabanza para Ti,


como corresponde oh Sabiduría.16

Podemos ver dos aproximaciones distintas a un tema al que siempre se vuelve desde la
reflexión y desde la experiencia religiosa.

Se trata de expresiones más didácticas en el transmitir de una experiencia: muestran


plásticamente. Permiten entonces un acercamiento en el instante, en la visión.
Acercamiento que no está vedado a aquellas personas a las que les falta un paradigma de
razones. No son definiciones a memorizar, sino caminos a recorrer. Además no se trata de
formulas cerradas, se trata por el contrario de sugerencias que muestran una huella
susceptible de ser seguida o admirada. Invitan a recorrer un camino que no se ha hecho, una
posible meta no alcanzada…

Todo ello, porque como dice María Zambrano, con cuyas palabras terminamos:
El poeta no toma jamás una decisión, es cierto. El poeta soporta únicamente este
vivir errabundo y como sin asidero. Soporta el vivir instante a instante, pendiente
de otro a quien ni siquiera conoce. Entrevee algo en la niebla y a esto que entrevee
es fiel hasta la muerte.17

16
En: Amalfi 2005, Pág. 86
17
Zambrano 2001, Pág. 45
31

BIBLIOGRAFÍA

Hadewijch de Amberes:
EL LENGUAJE DEL DESEO
Editorial Trotta, Madrid 1999

Francis Amalfi:
INSPIRACIONES PARA BUSCAR A DIOS
Ed. Océano Ambar, Barcelona 2005

Julio Caro Baroja:


 Inquisición, Brujería y Criptojudaismo
Editorial Ariel, Madrid 1972

 LAS BRUJAS Y SU MUNDO


(Primera Edición 1961)
Alianza – Ediciones del Pardo, Madrid 1993

Hildegarda de Bingen:
SCIVIAS, Conoce los caminos
Editorial Trotta, Madrid 1999

Marià Corbí:
HACIA UNA ESPIRITUALIDAD LAICA, Sin creencias, sin religiones, sin dioses
Editorial Herder, Barcelona 2007

Georgette Epiney-Bugard y Emile Zum Brunn:


MUJERES TROVADORAS DE DIOS
Editorial Paidós, Buenos Aires 1988

Hans Küng:
CREDO
Editorial Trotta, Madrid 1994

Julieta Lizaola:
LO SAGRADO EN EL PENSAMIENTO DE MARÍA ZAMBRANO
Ediciones Coyoacán, México 2008

Chantal Maillard:
LA CREACIÓN POR LA METÁFORA, Introducción a la Razón Poética
32

Editorial Anthropos, Barcelona 1992

Graciela Maturo:
LA RAZÓN POÉTICA Y EL PENSAMIENTO COMPLEJO
Revista Utopía y Praxis Latinoamericana, Universidad de Zulia, 2009 – Volumen 14, Nº 47
http://redalyc.uaemex.mx/pdf/279/27911868009.pdf
Consultado el 7 de Septiembre de 2001

Jules Michelet:
LA BRUJA
Editorial Labor, Barcelona 1984

Edgar Morin:
INTRODUCCIÒN AL PENSAMIENTO COMPLEJO
Editorial Gedisa, Barcelona 2011

María Zambrano:
 EL HOMBRE Y LO DIVINO
Fondo de Cultura Económica – Breviarios, México 2001

 HACIA UN SABER SOBRE EL ALMA


Alianza Editorial, Madrid 2006

 PERSONA Y DEMOCRACIA
Editorial Anthropos, Barcelona 1992

 LOS SUEÑOS Y EL TIEMPO


Biblioteca de Ensayo Siruela, Madrid 2006

 FILOSOFÍA Y POESÍA
Fondo de Cultura Económica, México 2001

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