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41,8
En este tema se abordará la anestesia para las diferentes técnicas de cirugía de mínima
invasión en pequeños animales: cirugía endoscópica, laparoscópica, artroscópica,
oftalmológica, radiológica intervencionista así como la anestesia de exóticos.
INTRODUCCIÓN
Las principales ventajas que han permitido este rápido avance de la cirugía mínimamente
invasiva son entre otras: un periodo postoperatorio más corto y confortable, reduciendo el
índice de morbimortalidad, un resultado estético mejor (minimización de las cicatrices), un
retorno rápido a la actividad normal del paciente y una reducción de los costes en la estancia
postoperatoria. Pero ello no implica que la cirugía de mínima invasión no esté exenta de
riesgos, complicaciones y efectos indeseables para el paciente.
Los pacientes que padecen: hipertensión craneal, glaucoma de ángulo cerrado, proceso
infeccioso no remitente, peritonitis infecciosa, extrema urgencia, estado de shock, enfisema
bulloso, neumotórax espontáneo recidivante o neoplasias con riesgo de metástasis, están
contraindicados como pacientes para cirugía laparoscópica. El tiempo de ayuno para evitar el
vómito o regurgitación varía según la especie animal utilizada. En el perro es suficiente un
ayuno de sólidos de doce horas y un ayuno líquido de cuatro a seis horas.
1.1. Premedicación
Los objetivos de la premedicación anestésica son calmar y controlar al paciente, aliviar el dolor
preoperatorio si existe y reducir la dosis total de los anestésicos administrados así como los
efectos indeseables producidos por la estimulación del sistema nervioso autónomo (SNA) u
otros efectos secundarios como náuseas, vómitos y excitaciones postoperatorias. La elección
de los fármacos vendrá dictada por las condiciones clínicas del paciente, la naturaleza de
cualquier trastorno cardiovascular y respiratorio, y el conocimiento de los efectos secundarios
de los fármacos utilizados. El paciente con una reducción de la función respiratoria está a
menudo deprimido, por lo que no es necesario, en general, una mayor sedación y está
injustificada. Los tranquilizantes y sedantes reducen la ansiedad y la concentración alveolar
mínima de los anestésicos inhalatorios, además de proporcionar una inducción y recuperación
suave. Se deben administrar los analgésicos de forma previa o anticipada a la cirugía. Pueden
utilizarse los siguientes fármacos:
- Atropina: La dosis recomendada es de 0,01 mg/kg vía intravenosa ó 0,04 mg/kg vía
intramuscular en perro y gato. Suele metabolizarse rápidamente en la mayoría de los conejos
(por acción de la atropinasa), por lo que se debe repetir la dosis 0,05 mg/kg IV cada 60-90
minutos.
1.1.2. Fenotiazinas: Estos fármacos bloquean los receptores alfa-1 adrenérgicos, e inducen
vasodilatación e hipotensión. Efecto suave sin capacidad analgésica. Bloquean además los
receptores dopaminérgicos excitatorios induciendo efectos tranquilizantes, antieméticos e
hipotérmicos. Se ha asociado su empleo con recuperaciones prolongadas de la anestesia. Su
efecto máximo lo ejercen a los 30-45 minutos después de su administración. La acepromazina
sólo se debe emplear en animales sanos.
- Midazolam: Dosis de 0,1-1 mg/kg vía intravenosa ó 1 mg/kg vía intramuscular en el perro y
gato. Dosis de 0,25 mg/kg IV y 1 mg/kg IM en el conejo.
1.1.4. Fármacos disociativos: Son antagonistas de los receptores del ácido N-metil-D-aspártico.
- Medetomidina: Dosis 3-6 mcg/kg en perros y 10-15 mcg/kg en gatos. En conejos 0,12-0,25
mg/kg SC; 0,06-0,12 mg/kg IM; y 0,03-0,06 mg/kg IV.
Una vez premedicado el paciente por vía intramuscular se espera de 15 a 20 minutos para que
los fármacos produzcan el efecto deseado antes de proceder a la inducción del animal y
observándolo continuamente por si apareciera alguna reacción adversa que se trata de
inmediato. En el caso de premedicación intravenosa, sólo es necesario esperar cinco minutos.
La inducción de la anestesia es quizás la fase de mayor riesgo, debido a que se alteran los
mecanismos fisiológicos compensadores por el inicio de la anestesia que pone en peligro el
aporte sanguíneo y de oxígeno en áreas vitales.
La inducción intravenosa a través de una vía periférica es muy segura. Los agentes anestésicos
inductores de elección son:
- Propofol: Dosis de 3-6 mg/kg en el perro y gato, y de 10 mg/kg en conejo. Si se asocia con
opiáceos o benzodiazepinas, dosis reducida de 2-4 mg/kg en el perro y gato, y de 4-6 mg/kg en
conejo.
- Alfaxalona: Dosis de 0,5-2 mg/kg en perro, 5 mg/kg IM en gato y conejo, y 2-3 mg/kg IV en el
conejo.
La ventilación controlada puede proporcionar oxígeno con diferentes fracciones (FiO2 de 0,3-
0,5) mientras se mantiene la anestesia con dosis sucesivas de anestésicos intravenosos.
También puede vehicular los agentes anestésicos inhalatorios (isoflurano o sevoflurano) y
mejorar su captación. El uso de agentes anestésicos inhalatorios permite una anestesia
regulada de una forma más precisa y una recuperación postanestésica más rápida. Los
pacientes sometidos a cirugía torácica presentan una serie de problemas preexistentes
relacionados con la ventilación y/o perfusión, que se agravan con la anestesia.
Los anestésicos inhalatorios van a producir la hipnosis del paciente y su concentración alveolar
mínima (CAM) suele ser:
- Isoflurano: Casi al 100% se elimina por vía inhalatoria. CAM de 1,3% en el perro, 1,61% en el
gato y 2,05% en el conejo.
- Sevoflurano: Destaca su rapidez tanto de inducción como, sobre todo, de recuperación. CAM
de 2,36% en el perro, 2,58% en el gato y 3,7% en el conejo.
- Ketamina: en caso de cirugías de corta duración en gatos, puede administrarse un bolo tras la
inducción del 20-50% de la dosis de inducción por vía intramuscular o en caso de administrarse
por vía intravenosa, debe realizarse con precaución y administrar 10-20% de la dosis de
inducción cada 1-2 minutos hasta conseguir el plano quirúrgico.
1.5. Analgesia
El tratamiento del dolor durante los procedimientos de mínima invasión se lleva a cabo, en
general, con analgésicos opioides, AINE’s y la asociación de ambos (analgesia multimodal).
1.5.1. Opioides:
- Fentanilo: Dosis de 2-10 mcg/kg IV, repitiendo cada 20-30 minutos. Dosis de infusión 3-6
mcg/kg/hora en perros y gatos. En conejos, 20-30 mcg/kg/hora.
- Buprenorfina: Dosis de 6-20 mcg/kg IM, ó 10 mcg/kg IV lenta, en perros y gatos cada 8 horas.
En conejos, 10-50 mg/kg IM o IV lenta.
- Butorfanol: Dosis de 0,2-0,4 mg/kg IM ó 0,1-0,2 mg/kg IV lenta, en perros y gatos cada 4
horas. En conejos, 0,1-0,5 mg/kg IM o IV lenta cada 4 horas.
- Morfina: Dosis de 0,1-1 mg/kg IM o IV lenta, en perros y gatos cada 4 horas. En forma
infusión contínua a 0,24 mg/kg/h. En conejos, 2-5 mg/kg IM o SC cada 2-4 horas.
- Meperidina o petidina: Dosis de 1-3 mg/kg IM en perros y gatos cada 2 horas. En conejos, 3-
10 mg/kg/hora SC o IM cada 2-3 horas. Por vía intravenosa, la liberación de histamina puede
dar lugar a una reacción anafiláctica.
1.5.2. AINE’s
- Carprofeno: Dosis de 2-4 mg/kg IM o IV en perros cada 8 horas, en gatos cada 24 horas. En
conejos, 1,5 mg/kg IM o IV cada 8 horas.
- Ketorolaco: Dosis de 0,5-1 mg/kg IM o IV en perros cada 6 horas o 0,15 mg/kg/hora IV, en
gatos 0,5-1 mg/kg IM o IV cada 24 horas. En conejo, 1,75 mg/kg IM o IV cada 5 horas.
- Ketamina: Dosis de 1,5 a 2 mg/kg IV cada hora o infusión continua 0,6-1,5 mg/kg/hora en
perros y gatos.
- Tramadol: Dosis de 2-5 mg/kg IM o IV en perros cada 3 horas o 0,5 mg/kg/hora IV. En conejo,
3 mg/kg IM o IV cada 5 horas.
- Vecuronio: Dosis de 0,05-0,15 mg/kg IV cada 30-45 minutos, o infusión de 1-2 mg/kg/hora.
La curarización residual de los ABNM no despolarizantes puede ser antagonizada por el uso de
neostigmina a dosis de 0,02-0,04 mg/kg y administrar también conjuntamente atropina para
evitar la bradicardia. Existe una ciclodextrina, el sugammadex (2 mg/kg IV en el perro y gato,
16 mg/kg IV en el conejo), que antagoniza de forma irreversible y total al rocuronio y
vecuronio.
2.1 Laringoscopia/Broncoscopia:
Para el mantenimiento anestésico con fármacos inyectables (en caso de pacientes muy
pequeños) existe una amplia variedad de protocolos: opioides de corta duración como el
fentanilo o el butorfanol (este último suprime el reflejo tusígeno); la acepromacina es útil a
dosis bajas para sedar al paciente; el propofol por su bajo efecto acumulativo se puede
administrar en bolos IV o en infusión continua.
La saturación de oxígeno se debe monitorizar y mantener por encima del 95% así como la
presión arterial media por encima de 60 mmHg. Deben administrarse cristaloides isotónicos
con anestesia inhalatoria o CRI de propofol para evitar hipotensión.
2.2 Gastroscopia
Los anestésicos pueden alterar la motilidad, la función de los esfínteres y facilitar el vómito. Si
el paciente experimenta vómitos desde hace tiempo, debe examinarse para detectar una
posible deshidratación o desequilibrio electrolítico y corregirlo antes de la anestesia. Si no
existe deshidratación puede sedarse con acepromacina. Deben evitarse fármacos que
favorezcan el vómito como morfina, oximorfona o hidromorfona. Los agonistas kappa como el
butorfanol es menos probable que produzcan vómito. El animal debe intubarse lo antes
posible para evitar neumonías por aspiración.
2.3 Colonoscopia
Para una correcta visualización de la mucosa, el colon debe prepararse para el procedimiento
con un ayuno de sólidos y administración de enemas, por tanto debe monitorizarse el grado de
hidratación de los pacientes.
Las complicaciones asociadas a estos procedimientos son raras. Pueden aparecer bradicardias
que pueden revertir con la administración de anticolinérgicos.
2.4 Rinoscopia
Los cambios bruscos en temperatura o presión intraabdominal pueden aumentar el tono vagal
o propiciar la aparición de arritmias, pudiendo ser recomendable la administración de
anticolinérgicos en caso de bradiarritmias (atropina 0,1-0,4 mg/kg o glicopirrolato 0,02 mg/kg
IV) o beta-bloqueantes en caso de taquiarritmias (por ejemplo, esmolol 0,25-0,5 mg/kg IV
lento o lidocaína 2 mg/kg IV).
4. TORACOSCOPIA
Cuando se colocan los instrumentos en la cavidad torácica, la presión negativa del tórax se ve
comprometida. Un colapso deliberado del pulmón del lado que se va a operar mejora las
condiciones quirúrgicas. La intubación selectiva de un solo pulmón puede mejorar las
condiciones intraoperatorias. Esta intubación selectiva puede realizarse a ciegas o con la ayuda
de un endoscopio. La toracoscopia puede realizarse mediante la ventilación de ambos
pulmones, utilizando un volumen tidal inferior.
La toracoscopia puede realizarse con o sin colapso pulmonar. Cuando se ventilan ambos
pulmones, y en presencia de tórax abierto, la deflación prolongada y completa de los
pulmones no se produce. Sin embargo, el movimiento del pulmón puede dificultar la cirugía, y
en caso de la torascopia incluso puede impedirla. El colapso de un pulmón permite ampliar el
campo de trabajo en el hemitórax implicado. Para ello se utilizan tubos endotraqueales de
doble luz, endobronquiales o bloqueantes bronquiales. Los dos primeros son más difíciles de
adaptar a la medicina veterinaria, los bloqueantes son más sencillos. Consisten en tubos
endotraqueales con balón, que poseen un canal para la inserción de un bloqueante hinchable,
con la asistencia de un broncoscopio. Otra opción bastante útil en veterinaria es utilizar un
tubo endotraqueal convencional con un conector multipuerto y un catéter Fogarty para
embolectomía arterial (existen de diferentes diámetros) Una vez realizada la intubación
selectiva, el colapso se puede hacer de dos formas: 1) aplicando presión positiva en el espacio
pleural antes de hinchar el bloqueante o 2) la luz del bloqueante se conecta a un dispositivo de
succión. La ventilación de un solo pulmón tiene efectos mínimos en perros sanos con el tórax
intacto; la frecuencia cardíaca, presión arterial media y presión arterial de CO2 aumentan
ligeramente. Sin embargo la apertura de la cavidad torácica tiene efectos adversos sobre el
intercambio gaseoso que pueden comprometer la oxigenación del paciente. Además pueden
ocurrir diversas complicaciones: rotura bronquial por excesivo hinchado del bloqueante
bronquial y colocación errónea del tubo endotraqueal con la consiguiente hipoventilación e
hipoxemia.
La mayoría de las complicaciones de la toracoscopia son las mismas que la cirugía convencional
de toracotomía: desaturación o deterioro con el paso de la anestesia, aunque la razón más
frecuente para la conversión es un colapso pulmonar y visualización insuficientes. El uso de
una PEEP de 5 cmH2O puede ayudar con la desaturación.
Las hemorragias en este tipo de cirugías son frecuentes y hay estar atento en la monitorización
de proteínas totales y hematocrito. En caso necesario habrá que administrar expansores del
plasma, plasma o hetastarch. Es importante durante estas cirugías mantener un volumen
cardiovascular robusto para anticipar cambios hemodinámicos.
5. RADIOLOGÍA INTERVENCIONISTA
- Enfermedades congénitas:
o Conducto arterioso persistente (CAP)
o Valvuloplastia pulmonar
- Enfermedades adquiridas:
o Cardioversión (en fibrilación auricular)
o Implantación de marcapasos
o Retirada de Dirofilaria Immitis (adultas)
Es una estructura vascular fetal que comunica la aorta con la arteria pulmonar. Ésta se
encuentra abierta durante el periodo fetal y normalmente cierra 24h después del nacimiento.
El defecto suele darse por una hipoplasia congénita del músculo liso, resultando en una
constricción incompleta del lumen. El CAP causa con un flujo constante y anormal de la aorta a
la arteria pulmonar (Shunt de izquierda a derecha). Este shunt aumenta la presión arterial
diastólica por lo que la presión de pulso se ve aumentada.
Premedicación con petidina (4 mg/kg IM) por efectos anticolnérgicos y corta duración.
Ventilación mecánica.
La estenosis de la válvula pulmonar en perros suele ser valvular (displasia valvular congénita):
5.3 Cardioversión
Consiste en aplicar un shock eléctrico en el momento del ciclo cardíaco exacto (cuando cae el
complejo QRS). Está indicada en pacientes sin cambios cardiacos morfológicos, que sufren
fibrilación atrial (cuando falla el tratamiento médico) para sincronizar el miocardio y volver al
ritmo sinusal normal. Se requiere el uso de desfibrilador, mejor bifásico, que disminuye la
impedancia y por tanto la energía necesaria.
La acumulación de la forma adulta causa una obstrucción del flujo de sangre en la vena cava,
llegando a causar una insuficiencia cardíaca derecha o incluso síndrome de la vena cava.
Los animales que se presentan para cirugía oftálmica presentar un verdadero reto anestésico,
incluyendo los efectos de los fármacos anestésicos en la presión intraocular y la producción de
lágrima, la posición del paciente, los reflejos que pueden ocurrir en la manipulación
intraoperatoria del ojo, el efecto de los fármacos oftálmicos (sistémicos y tópicos), y en
animales geriátricos, las enfermedades concomitantes. Además, hay procedimientos que
requieren mantener una posición centrada del globo ocular como en la cirugía de cataratas,
que requiere de la administración de agentes BNM y ventilación mecánica.
Muchas patologías oftálmicas cursan con un aumento de la PIO, la cual puede llevar a un
descenso de la función del nervio óptico, dando lugar a una potencial pérdida de visión. El
principal objetivo en la anestesia de animales con glaucoma tanto para cirugías oftálmicas
como no oftálmicas es prevenir los incrementos de PIO; así como prevenir aumentos de PIO en
pacientes que presentan un pérdida parcial o inminente de la integridad ocular
(descemetocele, trauma, úlcera corneal profunda, etcétera).
La contención física del paciente puede aumentar la PIO; un aumento de presión en las venas
yugulares puede producir un aumento en la PVC. Cualquier presión en párpados ya sea digital
o por ejemplo, con la mascarilla facial, puede provocar un aumento en la PIO. La elevación de
la cabeza por encima del resto del cuerpo producirá una disminución. La estimulación laríngea
o faríngea durante la intubación endotraqueal puede provocar aumentos en la PIO. Tras la
cirugía de cataratas la incidencia de PIO elevada es alta, por tanto es conveniente mantener un
catéter para la administración de diuréticos o sedantes.
El reflejo de vómito o tos aumenta la PIO de forma temporal. La hipercapnia o hipoxia también
pueden dar lugar a aumentos en la PIO.
Se ha comprobado que muchos fármacos, como la atropina, están relacionados con una
disminución en la producción de lágrima. La anestesia general también disminuye la
producción lacrimal, incluso hasta 24h tras la anestesia general. Una anestesia de más de 2h
tiene un gran impacto sobre la producción lacrimal en el periodo postoperatorio. Además de la
atropina, el sevoflurano, la morfina o la ACP también producen una disminución.
La presión o tracción en el globo ocular puede inducir un reflejo óculo-cardíaco (ROC) a través
de los nervios trigémino y vago desarrollando arritmias. La más común es la bradicardia,
aunque también pueden aparecer asistolias. La hipercapnia puede aumentar la probabilidad
de aparecer un ROC. En este caso deben administrarse anticolinérgicos o en caso de parada,
comenzar la resucitación cardiopulmonar.
Los agentes colinérgicos, como la pilocarpina, aumentan el flujo del humor acuoso. Si se
absorbe de forma sistémica puede ocasionar efectos adversos parasimpáticos (bradicardia o
broncoespamos).
Los diuréticos, como el manitol, pueden ocasionar una expansión inicial del volumen que en
pacientes cardiópatas dé lugar a una sobrecarga pulmonar y edema o a un fallo cardiaco
congestivo.
Durante la anestesia general, el globo ocular rota, impidiendo o dificultando la cirugía. El uso
de agentes BNM no despolarizantes permiten mantener una posición centrada del globo
ocular, facilitando la cirugía. Sin embargo, estos fármacos no están exentos de efectos
adversos:
Con frecuencia, serán necesarias dosis adicionales en caso de cirugías de larga duración. Por lo
general, la dosis requerida para mantener el bloqueo muscular es de 1/3 a ½ de la dosis inicial
administrada.
El uso de ventilación mecánica o manual asistida es obligatorio. La ventilación mecánica
permite al anestesista tener libertad para realizar otras tareas. Es importante estar
familiarizado con el ventilador.
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