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CURSO: INVESTIGACIÓN E INNOVACIÓN

PROF.: Econ. Edilberto Escobar L.

TRABAJO ACADÉMICO
Hoy en día algunas empresas han optado por el trabajo remoto en la medida que cuentan con la tecnología
suficiente para que las trabajadoras y trabajadores puedan desempeñar sus labores desde el hogar y en
algunos casos, han proveído herramientas idóneas para coadyuvar el bienestar laboral del personal (por
ejemplo, la entrega a domicilio de sillas ergonómicas, laptops, módems de internet, etc). No obstante, poco se
dice de lo que se viene haciendo respecto al cuidado de la salud mental de las trabajadoras y trabajadores que
realizan trabajo remoto y, más aún, en tiempos de crisis como los que estamos viviendo.
Si bien el teletrabajo en el Perú es una institución regulada antes de la pandemia, lo cierto es que es distinta
al trabajo remoto, que fue creada específicamente durante el estado de emergencia nacional, siendo la
prestación de servicios subordinada con la presencia física del trabajador en su domicilio o lugar de aislamiento
domiciliario. No obstante, otras legislaciones y organizaciones internacionales no hacen diferenciación entre
los términos, algo que debemos tener en cuenta para que no existan confusiones conceptuales a lo largo del
presente artículo.
La figura del trabajo remoto es nueva para muchas y muchos trabajadores, pues se ha creado y utilizado a raíz
de la pandemia de la COVID-19 como una forma de adaptarnos a la nueva normalidad laboral y ha tenido un
impacto positivo en la disminución de ciertos riesgos laborales.
El trabajo remoto ha evitado los riesgos laborales tradicionales y ha tenido resultados positivos como la
disminución de los accidentes de trabajo, del ausentismo laboral, de los costos de bienes inmuebles en las
empresas, así como el incremento en la productividad de los trabajadores; aunque también existen
consecuencias negativas, sobre todo en la salud mental de los trabajadores, que se han desencadenado
durante la crisis de la pandemia de la COVID-19, y sobre las cuales es necesario reflexionar al respecto.
En esa línea, Bueno manifiesta que, si bien el trabajo remoto puede aliviar algunos riesgos laborales comunes,
también puede implicar:
“[…] el aumento significativo de las enfermedades mentales. Factores de riesgo psicosocial como las altas
cargas y ritmos de trabajo, las largas jornadas laborales, la percepción de tener que estar disponible en todo
momento y en todo lugar, la falta de desarrollo profesional, la excesiva fragmentación de las tareas, la escasa
autonomía y control sobre las tareas, una pobre cultura organizativa y conductas de ciberacoso pueden, entre
otros, afectar negativamente a la salud mental de los teletrabajadores, causando enfermedades profesionales
como el agotamiento físico y mental (burnout), el estrés relacionado con el trabajo y la depresión”.
Sobre el referido estrés relacionado con el trabajo, Bueno señala que:
“[…] Existe una alta probabilidad de que las personas con estrés laboral y otros trastornos de tipo mental
puedan somatizar estos problemas, por lo que a menudo presentan otros síntomas fisiológicos como problemas
cardiovasculares, gastrointestinales o inmunológicos, entre otros. Además, hay un alto riesgo de que estas
personas adopten conductas de afrontamiento no saludables, tales como el abuso de alcohol y drogas o
trastornos alimenticios, sin olvidar que el estrés se asocia a una mayor probabilidad de sufrir accidentes”.
Por su parte, la OIT señala que:
“[…] Durante la pandemia de la COVID-19, es posible que muchos trabajadores estén trabajando por primera
vez desde casa a tiempo completo, al mismo tiempo que también están aislados de sus compañeros de trabajo,
amigos y a veces incluso de su familia. Sus rutinas cotidianas se han visto alteradas, lo que puede causar más
estrés, tensión, y cansancio físico y mental. La repercusión de estos factores de estrés es aún mayor en la actual
situación económica. En aquellos casos en los que las empresas sufran efectos negativos, se puede producir un
aumento de las reducciones de plantilla, desempleos técnicos y rescisiones de contratos, lo que hace que los
trabajadores sientan más ansiedad, incertidumbre e inseguridad, pudiendo dar lugar a cuadros de depresión.
La situación se agrava en una situación de trabajo desde casa impuesto y prolongado cuando el confinamiento
impide que la gente salga a la calle y limita la vida social. Los estudios han indicado que la incapacidad de
interactuar con amigos y el aislamiento de los colegas son algunos de los principales problemas que plantea el
trabajo desde casa. Las políticas de las empresas sobre el trabajo desde casa deben incorporar medidas que
respondan a esos factores”. En otro pronunciamiento, la OIT vuelve a señalar que:
“[…] esta crisis está produciendo graves problemas de salud mental. Depresión por aislamiento, estrés por
sobrecarga de trabajo, temor a perder emprendimientos, el trabajo e inseguridad respecto al futuro de las
relaciones laborales, miedo al contagio, problemas de conciliación y agotamiento emocional podrán, entre
otros factores, generar enfermedades mentales que podrían perdurar más allá de los efectos de la pandemia”.
Esta situación no es desestimable, incluso se intensifica en las personas que tienen a su cargo
familiares (como adultas o adultos mayores, personas con discapacidad y – más aún – las mujeres trabajadoras
debido a la desigualdad de roles existentes), conforme lo indica la Defensoría del Pueblo:
“[…] durante la prestación del trabajo remoto, las personas no solo asumen la presión laboral por el
cumplimiento del trabajo, en condiciones distintas a las habituales, sino también deben lidiar con la
preocupación por las responsabilidades familiares. Esta situación les resulta más compleja a quienes tienen
bajo su cuidado a niñas, niños, adolescentes, personas adultas mayores y personas con discapacidad, pues
genera un inevitable agotamiento por las labores domésticas. Asimismo, las mujeres trabajadoras son las más
afectadas debido a la desigual asignación de roles”.
Y, lo corrobora Bueno señalando que existe una “necesidad de conciliar el teletrabajo con el cuidado de los
hijos y otras personas a cargo en un contexto en el que las instituciones educativas y de cuidados han
permanecido cerradas, lo que ha significado una doble jornada que ha afectado mayormente a las mujeres
teletrabajadoras”
Por su parte, la OIT indica que, si bien es cierto las trabajadoras y los trabajadores pueden explorar otras formas
de interactuar laboralmente debido a la imposibilidad del trabajo presencial en varios casos, también “ha
señalado que los empleadores deben reconocer el impacto del aislamiento y la soledad, por lo que deben ser
solidarios y empáticos, y mantener a los trabajadores informados, conectados y mentalmente sanos”.
En ese sentido, la OIT en virtud a las investigaciones de ROBERTSON & MOSIER así como la líder mundial en
seguridad y salud en el trabajo WorkSafe Victoria, recomienda las medidas que los empleadores tienen a su
disposición para salvaguardar la salud mental de sus trabajadoras y trabajadores:
 Tener una comunicación continua con el personal demostrándoles apoyo e indicarles que pueden ser
escuchados cada vez que lo necesiten.
 Potenciar los canales de comunicación a través de herramientas digitales como la creación de grupos de
chat por equipos, confiar en los trabajadores y concederles control y flexibilidad adecuada para el
desempeño de sus funciones.
 Brindar información y material informativo para el cuidado de la salud mental como es el acceso a
programas de asistencia al personal.
 Atender debidamente los signos de angustia de los trabajadores a fin de poner a su disposición a un
experto de la salud mental para que pueda hablar con ellos sobre sus preocupaciones.
 Concientizar a los trabajadores sobre la importancia del cuidado físico y mental mientras se encuentren
realizando el trabajo remoto e instarlos a realizar actividad física, mantener una alimentación saludable y salir
a tomar aire fresco.
Aunado a lo anterior, es muy importante que se respete y se cumpla el derecho a la desconexión digital,
derecho que recientemente ha sido reconocido en el Perú: “Respetar el derecho a la desconexión digital del
trabajador, por el cual este último tiene derecho a desconectarse de los medios informáticos, de
telecomunicaciones y análogos utilizados para la prestación de servicios durante los días de descanso, licencias
y periodos de suspensión de la relación laboral”.
Y, en otros países de la región como Argentina y Chile.
“[…] Especial importancia tiene el reconocimiento del derecho a la desconexión digital en algunas de estas
legislaciones. Este es el caso de la ley de Argentina que ha reconocido que el teletrabajador tendrá derecho a
no ser contactado y a desconectarse de los dispositivos digitales y/o tecnologías de la información y
comunicación fuera de su jornada laboral y durante los períodos de licencias, no pudiendo ser sancionado por
hacer uso de este derecho, el cual se acompaña del correlativo deber del empleador de no exigirle, fuera de la
jornada laboral, la realización de tareas ni remitirle comunicaciones por ningún medio.
También la norma en Chile reconoce el derecho a la desconexión, especificando de manera expresa su duración
de doce horas continuas en un periodo de veinticuatro horas”.
El cumplimiento del derecho a la desconexión digital es imperante para que las trabajadoras y trabajadores
separen la vida privada de la laboral y puedan mantener un balance que les permita cuidar su salud física y
mental.
Como hemos podido ver, si bien el cuidado de la salud mental es esencial para el óptimo desempeño laboral y
la mejora de la productividad del negocio en las empresas, lamentablemente aún existe rechazo al
reconocimiento de los trastornos mentales como enfermedad profesional en ciertos países como es el caso
de Uruguay, y si bien en otros países se encuentra reconocida, en la práctica se declara un porcentaje muy
pequeño sobre esta dolencia.
Finalmente, la pandemia conlleva a varios desafíos para los empleadores como es el cuidado de la salud
mental de las trabajadoras y trabajadores que realizan trabajo remoto; sin embargo, esta crisis es una
oportunidad única para replantearse y revalorizar la importancia de la seguridad y salud en el trabajo como
una de las condiciones fundamentales para el cumplimiento del trabajo decente.

EN BASE A AL CONTENIDO DE LA LECTURA, SE SOLICITA DESARROLLAR LOS SGTES. TEMAS:


1. IDENTIFIQUE EL TEMA Y EL PROBLEMA QUE CONTIENE LA LECTURA.
2. ELABORE EL PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.
3. ELABORE EL ÁRBOL DE PROBLEMAS (PROBLEMA CENTRAL + 3 CAUSAS + 3 EFECTOS)
4. ELABORE LA FORMULACIÓN DEL PROBLEMA (PREGUNTA CENTRAL Y 3 SECUNDARIAS)
5. REDACTAR LOS OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN (OBJETIVO PRINCIPAL Y 3 SECUNDARIOS)

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