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MARTA BERTOLASO
Istituto dell’Agire Scientifico e Tecnologico
Università Campus Bio-Medico di Roma
00128 Roma (Italia)
m.bertolaso@unicampus.it
Abstract: This essay analyzes the notion of Resumen: Se muestra cómo la indeter-
uncertainty characteristic of biological com- minación característica de la complejidad
plexity, the contribution of uncertainty to biológica contribuyó al surgimiento de
the emergence of systemic perspectives in las perspectivas sistémicas en la biología
contemporary biology, and the way in which contemporánea y el modo en el que estas
these perspectives are linked to biologi- pueden admitir un determinismo biológico.
cal determinism. The argument highlights Se mencionan algunas características que
characteristics that are acquired by concepts adquieren en este contexto las nociones de
of causality and biological information in causalidad y de información biológica, para
this context, and underlines how the study indicar por qué el estudio del indeterminismo
of biological determinism and indeterminism y del determinismo biológico abre el camino
opens up a path to a broader understanding hacia una comprensión más amplia de la
of causality. causalidad.
1. ¿QUÉ ES INDETERMINACIÓN?
L
a complejidad biológica ha capturado el interés de la reflexión
filosófica de las últimas décadas, tanto por las múltiples diná-
micas y factores involucrados en ella como por la riqueza de
sus manifestaciones. La contingencia del mundo biológico, cuyos
fenómenos poseen tanto una componente estocástica como una
causal, involucra una diversidad de niveles de complejidad, en los
que el resultado de los procesos no está determinado por completo
si se conocen sólo las condiciones iniciales. Así, en la actualidad,
una de las cuestiones con mayor relevancia desde un punto de vista
metodológico y epistemológico para la filosofía de la biología es
comprender la determinación e indeterminación que caracterizan la
organización de los seres vivos dentro del contexto de la compleji-
dad. Como también sucede en muchos sistemas físicos, los sistemas
biológicos evolucionan hacia estados que no son totalmente previ-
sibles con antelación, debido a la presencia de fenómenos caóticos1.
Sin embargo, la complejidad propia de los organismos vivos
también presenta dificultades nuevas, que provienen en gran medi-
da de la relación que subyace entre los niveles de determinación
fenotípica y los niveles de indeterminación funcional de las partes
que componen los sistemas biológicos. Como los organismos vivos
despliegan un comportamiento que es a la vez flexible y robusto,
la ciencia biológica se encuentra frente al desafío de explicar cómo
estos sistemas —constituidos en niveles fenotípicos de orden diná-
mico— se mantienen y se modifican a partir del comportamiento
estocástico de sus componentes, generando en su evolución diná-
mica vínculos que mantienen integradas sus partes.
En esta contribución se muestra cómo la indeterminación
característica de la complejidad biológica contribuyó al surgimien-
1. Este tema ha sido ampliado por S. D. Mitchell para subrayar cómo la contingen-
cia (es decir, lo accidental, no necesario) no es argumento para negar a las leyes
en biología un estatuto científico, pues todas las leyes científicas son contingentes
en dos sentidos: porque son lógicamente contingentes y porque dependen en su
descripción de condiciones específicas. Las leyes de la física y de la biología son
diferentes por su origen o en su grado, pero no en su tipología lógica (cf. S.D.
MITCHELL, Unsimple Truths. Science, Complexity and Policy (University of Chicago
Press, Chicago, 2009).
a) Determinismo y determinaciones
En la ciencia la noción de “determinación” suele implicar el recono-
cimiento de una relación constante y única entre eventos, estados,
objetos ideales o propiedades de las cosas2. Además, como el carácter
de constante y único se suele identificar con la noción de necesidad,
la noción de “determinación” suele sugerir la existencia de una rela-
ción necesaria.
Sin embargo no todas las relaciones constantes son conexio-
nes causalmente explicativas del comportamiento del sistema iden-
tificado. Hay genes que resultan alterados en las células tumorales
pero que no se pueden considerar explicativos de las dinámicas del
proceso neoplásico3. Por otra parte, también hay conexiones entre
eventos que son contextuales y contingentes, que sirven para ana-
lizar y comprender algunos fenómenos biológicos. Los fenómenos
de regulación epigenética o de organización celular en la morfogé-
nesis son un ejemplo de estas últimas. Si bien tradicionalmente se
atribuyó a los genes particulares un papel explicativo en términos de
determinaciones causales fundamentales, hoy se sabe que, aunque
los genes están muy involucrados en los procesos de diferenciación,
no lo explican todo y, en la práctica, el estudio de su actividad puede
resultar irrelevante. Pues también se reconoce la existencia de pro-
2. M. BUNGE, Causality and Modern Science (Dover Publications, New York, 1979) 7.
3. R. T. PREHN, Cancers beget mutations versus mutations beget cancers, “Cancer Re-
search” 54/20 (1994) 5296-5300. Cf. también L. VAN SPEYBROECK, From epigenesist
to epigenetics: the case of CH Waddington, “Ann NY Acad Sci” 981 (2002) 61-81.
4. Cf. A. GIULIANI, Collective motions and specific effectors: a statistical mechanics perspective on
biological regulation, “BMC Genomics” 11 (2010) 52.
5. Ibidem.
6. J. P. CAPP, Stochastic gene expression, disruption of tissue averaging effects, and cancer as
a disease of development, “Bioessays” 27/12 (2005) 1277-1285.
7. Cf. C.T. WOLFE, Chance between holism and reductionism: Tensions in the conceptualiza-
tion of life, “Progress in Biophysics and Molecular Biology” 110/1 (2012) 113-203.
8. Cf. sobre este tema las contribuciones desde distintos enfoques de: S. HUANG, J.
WIKSWO, Dimensions of Systems Biology, “Rev Physiol Biochem Pharmacol” 157
(2006) 81-104; M. A. O’MALLEY, J. DUPRÈ, Fundamental issues in systems biol-
ogy, “Bioessays” 27/12 (2005) 1270-1276; J. I. MURILLO, El tiempo y los métodos de
la biología, “Studia Poliana” 12 (2010) 55-68; D. L. HULL, Philosophy and Biology, en
G. FLØISTAD (ed.), Contemporary Philosophy: A New Survey (Martinus Nijhoff, The
Hague, 1981) 281-316.
9. J. DUPRÈ, It is not possible to reduce biological explanations to explanations in chemistry
and / or physics, en J. AYALA y R. ARP (eds.), Contemporary Debate in Philosophy of
Biology (Wiley-Blackwell, Oxford, 2010).
10. Cf. J. AYALA y R. ARP (eds.), op. cit., 23.
a) Caracterización
Las teorías sistémicas han surgido en el siglo pasado por razones
culturales de distinta índole. Por un lado se había planteado la nece-
sidad de aplicar la ingeniería a los mecanismos de auto-regulación
y a circuitos complejos, definidos como “un conjunto de elementos
interrelacionados organizados coherentemente con un mismo fin
(…) que pueden manifestar un comportamiento dinámico, adaptati-
vo, buscando un objetivo auto-protectivo y evolutivo”11. El ‘sistema’
así definido es un sistema formal y matemático: una modelización
de la realidad observada con características de auto-organización. Se
trata de un modelo que consigue organizar algunos aspectos de la
realidad en un cuadro explicativo más amplio, de modo que resulta
más fácil prever y controlar su comportamiento. Por primera vez en
la ciencia moderna, se empezó así a considerar al sistema como algo
“más que la suma de sus partes”12.
Por otro lado, pronto se fue también consolidando la convicción
de la insuficiencia de los paradigmas reduccionistas tradicionales para
dar cuenta de las propiedades dinámicas de los sistemas complejos,
sobre todo de los biológicos. Por tomar distancia de esquemas expli-
cativos reduccionistas y mecanicistas, las teorías sistémicas quedaron
muy pronto marcadas por su carácter holista, al subrayar la unidad de
conexión y funcionamiento entre las partes y el todo13.
14. Cf. D. J. NICHOLSON, Biological Atomism and Cell Theory, “Studies in History
and Philosophy of Biological and Biomedical Sciences” 41/3 (2010) 202-211; W.
BECHTEL y C. RICHARDSON, Discovering Complexity. Decomposition and Localization
as Strategies in Scientific Research (MIT Press, Cambridge (MS)/London, 2010).
15. Es muy amplia la bibliografía sobre este tema. Entre otras obras recordamos: R.
LEWONTIN y R. LEVINS cit.; L. URBANI ULIVI (ed.), Strutture di mondo. Il pensiero
sistemico come specchio di una realtá complessa (Il Mulino, Bologna, 2011); F. C. BO-
OGERD, F. J. BRUGGEMAN, J. H. S. HOFMEYER, H. V. WESTERHOFF (eds.) Systems
Biology. Philosophical Foundations (Elsevier, 2007).
16. Cf. C. SONNENSCHEIN, A. M. SOTO, Theories of carcinogenesis: An emerging per-
spective, “Seminars in Cancer Biology”, 18 (2008) 372-377; P. AO et al., Cancer as
robust intrinsic state of endogenous molecular-cellular network shaped by evolution, “Med
Hypotheses” 70/3 (2008) 678-84.
b) La Biología de Sistemas
El interés por las propiedades funcionales de los sistemas biológicos
y las posibilidades tecnológicas desarrolladas para su estudio explica
el nacimiento de una disciplina nueva en las últimas décadas: la lla-
mada Biología de Sistemas (desde ahora BS). El problema de la BS
ha sido desde el comienzo explicar “cómo las moléculas en acción
determinan las características de los sistemas vivos”17 y su mayor
reto teorético es esclarecer cómo los procesos biológicos quedan
regulados a distintos niveles de la organización biológica mante-
niendo su unidad funcional. La BS se ocupa entonces, por decirlo de
manera sintética, de los organismos vivos entendidos como sistemas
moleculares organizados y organizadores. Su interés se centra en
comprender la manera en que las nuevas propiedades funcionales
surgen en nuevos niveles de complejidad.
El principal desafío experimental de la BS consiste en inte-
grar el conjunto de datos numerosísimos y muy variados, obtenidos
con la aplicación de las nuevas tecnologías a nivel molecular, dentro
de un marco conceptual que sea unitario, cuantitativo y predictivo.
Tanto es así que la utilización de una matemática cada vez más sofis-
ticada para la modelización de los datos parece conducir a la biología
a una emancipación de una perspectiva meramente molecular. Para
algunos, la culminación natural de este trabajo será una “célula vir-
tual” que quedaría como el emblema de la transición metodológica
operada por la BS, de modo que “el resultado no es meramente un
dibujo más refinado, sino que ofrece un nuevo nivel de comprensión
mecanicista”18.
Esto se entiende bien como un resultado de la simple evolución
de los modelos tradicionales adoptados para describir los procesos
biológicos (sean estos cadenas metabólicas, vías de expresión y regu-
24. Cf. N. FELLI et al., Hematopoietic differentiation: a coordinated dynamical process to-
wards attractor stable states, “BMC Syst Biol” 4 (2010) 85.
25. M. A. O’MALLEY y J. DUPRÈ, op. cit., 1270.
26. Las raíces de este concepto se encuentran en el campo de la BS y de las considera-
ciones metodológicas presentadas por D. NOBLE, The Music of Life: Biology Beyond
31. Hay un debate abierto en la filosofía de la biología sobre estos temas. Reciente-
mente algunas contribuciones se recogieron en un número monográfico sobre
Causation and Disease, “History and Philosophy of the Life Sciences” 33 (2011); cf.
también M. BERTOLASO, Il Cancro come questione. Modelli Interpretativi e Presupposti
Epistemologici (Franco Angeli, Milano, 2012) caps. 7 y 10.
b) La información biológica
En la Sección 3 he descrito las posiciones sistémicas como perspectivas
que describen los sistemas complejos en términos de estructuras rela-
cionales, donde los componentes son definidos por las propiedades que
adquieren en cuanto partes. Veremos que estas posiciones también ofre-
cen una nueva comprensión de la noción de información biológica33.
foque que ofrecen las perspectivas sistémicas para el estudio de esta noción. Para
un análisis sistemático y una propuesta teorética interesante desde la perspectiva
de este escrito, cf. A. MARCOS, Bioinformation as a Triadic Relation en G. TERZIS y
R. ARP (eds.), Information and Living Systems: Philosophical and Scientific Perspectives
(MIT Press, Cambridge (MA), 2011).
34. Cf. C. H. WADDINGTON, Tools for Thought (Jonathan Cape Thirty Bedford
5. CONCLUSIÓN
Las perspectivas sistémicas sugieren un nuevo enfoque para el estu-
dio de los sistemas complejos en general y de los sistemas biológicos
en particular. Sus planteamientos no proponen una investigación
sobre nuevos objetos materiales, sino que ofrecen una nueva “mane-
ra de mirar” conceptualmente los mismos objetos que, durante
mucho tiempo, ya habían capturado la atención de los científicos40.
Este “nuevo mirar” supone una mejor objetivación de la reali-
dad, y a esto aspiran las nociones de sistema, complejidad, causalidad
top-down y bottom-up y el refinamiento de la noción de información
que proceden del enfoque sistémico aplicado a la biología. El énfa-
sis puesto en las relaciones que intervienen en la estructuración del
organismo expresan la conveniencia de contar con una noción de
causa más amplia. No se trata sólo de una compatibilidad de los dos
enfoques causales (top-down y bottom-up), sino también de considerar
su mutua dependencia.
La indeterminación del mundo biológico se entiende mejor si
se amplia la noción de causa, en lugar de restringir la noción de sis-
tema. De modo análogo, la organización jerárquica de los organis-
mos vivientes se puede relacionar intrínsecamente con los principios
causales que gobiernan la emergencia biológica: cada nivel queda
abierto y genera a su vez una apertura hacia niveles superiores. Esta
estructuración de los niveles biológicos da razón de la estabilidad
del sistema (robustez) y de sus posibilidades de evolución. En cada
nivel hay una determinación funcional compatible con una indeter-
minación en la organización de las partes de los niveles inferiores.
La indeterminación percibida en las ciencias de la vida se debe, en
primer lugar, no tanto a una contingencia de las propiedades físi-
cas de la materia biológica, sino más bien al modo específico que
caracteriza a la emergencia de propiedades sistémicas. Estas razones
40. Cf. E. AGAZZI, Systems Theory and the Problem of Reductionism, “Erkenntnis” 12
(1978) 339-358.
41. Deseo agradecer a Claudia Vanney, Juan José Sanguineti, Alfredo Marcos, Marco
Buzzoni, Francisco Güell y dos anónimos revisores que con su disponibilidad y
competencia han permitido que el presente trabajo llegara a esta versión final.