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FACULTAD DE CIENCIAS DEL TRABAJO Y DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

CARRERA: Maestría en Salud Ocupacional y Seguridad Industrial en mención de Riesgos


ASIGNATURA: Toxicología
Grupo 1: Mario Calles, Ana Campoverde, Kevin Cañizares, Cristina Estrella, Fernando Flor,
Santiago Gretty, Estefanía Moreno, Solange Pazmiño, Joffre Soledispa
Tarea 2: Resumen y análisis de: Exposiciones tóxica scombinadas y salud humana:
biomarcadores de exposición y efecto. (Lectura)
Una mezcla es la combinación de dos o más agentes ambientales y pueden ser simples o
complejas, siendo las mezclas simples aquellas que tienen una cantidad de componentes bien
definidos en comparación a las mezclas complejas. El origen de una mezcla puede ser
generadas intencionalmente o coincidente, siendo las creadas en nuestro entorno innumerables
y en su mayoría con efectos desconocidos en la salud humana. La afectación de los productos
químicos de una mezcla tiene dos principios: La aditividad y la interacción: La aditividad supone
que las sustancias químicas actúan por el mismo o diferentes modos de acción, lo que da
como resultado una adición de dosis o efecto. La interacción asume que los químicos
individuales afectan la toxicidad de los demás, ya sea por sinergismo o antagonismo.

Algunas mezclas pueden contener cientos de productos químicos y pueden variar según el
lugar de origen y la situación de exposición. Las mezclas generadas y coincidentes creadas en
nuestro entorno son probablemente innumerables y se desconoce en gran medida cómo
afectan estas a la salud humana. La aditividad supone que las sustancias químicas actúan por
el mismo o diferentes modos de acción, lo que da como resultado una adición de dosis o efecto.
La interacción asume que los químicos individuales afectan la toxicidad de los demás, ya sea
por sinergismo o antagonismo Los modos de acción de algunos productos químicos pueden
ser desconocidos y los efectos de interacción pueden diferir según la dosis y la relación de
dosis, se emplean diferentes estrategias para evaluar los efectos y riesgos de las mezclas o
exposiciones combinadas para la evaluación de riesgos.

Los biomarcadores de exposición involucran mediciones del compuesto original, metabolitos o


aductos de ADN o proteínas, los biomarcadores de efectos podrían ser cambios a nivel celular,
como la expresión alterada de enzimas metabólicas. Los biomarcadores de susceptibilidad
indican una capacidad a menudo constitutiva de un individuo para responder a exposiciones
específicas y los biomarcadores de exposición son preferiblemente específicos para las
sustancias químicas de exposición. Los biomarcadores de efecto deberían tener el mayor
potencial para reflejar exposiciones complejas y también deberían tener la capacidad de incluir
exposiciones agregadas y secuenciales a lo largo del tiempo.

Los biomarcadores se pueden medir en aire exhalado, sangre, orina y muestras o tejidos, según
estudios el biomarcador ideal se ha descrito como específico de una sustancia química,
detectable a niveles bajos por eso Los materiales biológicos deben ser fácilmente accesibles
en cantidades suficientes como es el caso de Sangre y la orina. El cabello, los dientes y las
Uñas también se han utilizado para el biomonitoreo, pero el conocimiento de estos medios y
biomarcadores es limitado. La elección de la matriz también puede influir en el tiempo de
exposición que reflejará un marcador, los niveles de sustancias químicas en la sangre suelen
reflejar un período de exposición mientras que los niveles de aductos en las proteínas de la
sangre pueden reflejar un período de exposición mucho más prolongado.

Los niveles de estrés oxidativo pueden reflejar diferentes condiciones: si son bajos un
metabolismo normal, y en otros niveles pueden ser un efecto de algunas enfermedades en
común, así conjunto con la inflamación, enfermedades crónicas como: muchas pulmonares, la
fibrosis tisular y la aterosclerosis. El cáncer es otra enfermedad asociada con el estrés oxidativo.
Otras causas de estrés oxidativo que se han demostrado son algunos metales, como el arsénico
y el selenio, así como xenobióticos: dioxinas, los bifenilos policlorados (BPCs), los
hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAPs). El estrés oxidativo a veces es un factor causal y
otras veces es un espectador en la reacción de un agente o una mezcla, por esta razón son
biomarcadores de efectos sensibles, tanto a dosis bajos como altas de exposición combinada
de metales; cuando se investiga el papel del estrés oxidativo en la patogenia de la enfermedad, y
cuando se utiliza el estrés oxidativo como criterio de valoración es conveniente contar con un
panel de biomarcadores específicos para los diferentes tipos de daño.

Debido a la latencia de 10 a 40 años entre la primera exposición y el diagnóstico en el desarrollo


de cáncer, es posible que sea la causa del interés por el conocimiento y los efectos de los
carcinógenos se los tiene bien estudiados. Los xenobióticos genotóxicos causan daños directos
en el ADN. Las mutaciones como biomarcadores de cáncer representan criterios de valoración
más específicos que el daño del ADN. La capacidad mutagénica de los aductos de ADN, las
mutaciones en genes informadores o específicos del cáncer, así como otros biomarcadores
como las aberraciones cromosómicas, los micronúcleos y la aneuploidía. Investigar nuevos
biomarcadores potenciales en esta área como ensayos de micronúcleo, linfocitos y células
bucales exfoliadas para evaluar los efectos biológicos de las mezclas de HAPs y fármacos
antineoplásicos en trabajadores expuestos. Los modos de acción comunes para carcinógenos
no mutagénicos, son: la inducción de enzimas, la proliferación celular, la inhibición de la
comunicación intracelular de uniones GAP y la modulación de la apoptosis.
El cáncer es el resultado de un proceso multifactorial de agentes exógenos (ambiente) y
endógenos (características génicas y celulares del individuo), en el cual los factores
ambientales determinan más del 50% del riesgo de padecerlo, y su desarrollo puede ocurrir por
diversos mecanismos. La identificación de la relación de factores ambientales y genéticos
cancerígenos puede ser determinada a través del estudio de biomarcadores, Es fundamental la
selección de marcadores apropiados, la validación de un solo biomarcador para ser utilizado en
la predicción de esta enfermedad requiere un largo periodo de estudio. El desarrollo tecnológico
posibilita que los biomarcadores implementados sean cada vez más específicos y son
fundamentales en el desarrollo de las diferentes disciplinas biomédicas, que permiten la
elaboración de las estrategias y políticas para mejorar las condiciones de vida de los pacientes
y de las personas en general, al generar información que permite realizar correctivos para
disminuir la mortalidad y morbilidad de los individuos.

Los procesos toxicológicos pueden tener lugar en muchas células parenquimatosas del cuerpo,
que no son accesibles para el biomonitoreo. Por lo tanto, lo recomendable es que deben usarse
tipos de células sustitutos tales como linfocitos sanguíneos. A la par que el desarrollo del
biomonitoreo humano surgen cuestiones éticas que deben ser tomadas en cuenta y aplicadas
independientemente de que si la exposición se controla biológicamente. Aunque actualmente
existe una serie de estudios que evalúan el uso de biomarcadores y biomonitoreo para
exposiciones combinadas o mixtas, se requiere profundizar y desarrollar más el área, ya que un
quedan muchas interrogantes sobre los biomarcadores y su efecto en la salud. Además, lo que
se esperaría con estudios e investigaciones futuras es desarrollar biomarcadores específicos
para la exposición combinada o mixta aprovechando la caracterización en curso de las vías de
señalización de toxicidad. Es inevitable que los seres humanos no estén en contacto con los
diferentes químicos, ya que estos se encuentran en el medio ambiente y por tanto estamos
expuestos a ellos de forma habitual. La diferencia esta en el tiempo de exposición, la cantidad
del químico y las medidas utilizadas que evitan que lleguen a ser peligrosos para nuestra salud.

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