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DEPARTAMENTO DE QUIMICA, BIOQUIMICA Y AMBIENTAL.

UNIDAD 3: EFECTOS DE SUSTANCIAS


TÓXICAS EN EL ORGANISMO.

MATERIA: TOXICOLOGÍA AMBIENTAL


CLAVE: AMF-1023
GRUPO: A.
CARRERA: INGENIERÍA AMBIENTAL.
SEMESTRE: 5TO.
CICLO ESCOLAR: 2020-A.
ALUMNO: CHACÓN SÁNCHEZ YEIMI LINNEY.
NUEMERO DE CONTROL: 18300078
DOCENTE: DR.LÓPEZ OCAÑA GASPAR.

VILLAHERMOSA, TABASCO A MARZO DE 2020.


ÍNDICE.

Resumen (300 palabras)......................................................................................... 3


Introducción.......................................................................................................... 4
Antecedentes........................................................................................................ 5
Objetivo................................................................................................................ 5
3. Efectos de sustancias tóxicas en el organismo........................................................6
3.1 Afinidad estructural........................................................................................ 7
3.2 Movilidad, persistencia y biodisponibilidad de los contaminantes en relación con sus
propiedades fisicoquímicas................................................................................... 7
3.3 Toxicidad aguda y crónica............................................................................... 7
3.4 Factores que modifican la toxicidad de contaminantes........................................7
3.5 Mecanismos de acción toxica de contaminantes.................................................7
Mecanismos de la toxicidad aguda.....................................................................7
Mecanismos de la toxicidad subcrónica y crónica...............................................10
3.6 Efectos no cancerígenos............................................................................... 12
3.7 Efectos cancerígenos................................................................................... 12
Clasificación de Carcinogenicidad....................................................................12
3.8 Efectos teratógenos..................................................................................... 15
3.9 Efectos letales............................................................................................. 15
3.10 Curva dosis respuesta................................................................................ 15
3.11 Calculo de DL, DT, DNT (10, 50, 90 y 100), potencia, margen de seguridad.......15

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Resumen (300 palabras)

3
Introducción

Los efectos de las sustancias tóxicas o venenos son reconocidos por el ser
humano desde tiempos muy remotos. Durante el siglo XX producto el desarrollo
industrial, el incremento de la producción y la amplia disponibilidad de productos
químicos, así como la aparición de enfermedades relacionadas directamente con
la exposición a estos, comienza a presentarse como un área independiente del
conocimiento.

Puede decirse que cada época historia ha tenido su toxico, y que los venenos gran
desempeñado un impórtate papel en la historia, sea con fines positivos (caza,
exterminio de plagas o animales dañinos, medicamentos, etc.) lo cual ha hecho
que su estudio, la toxicología, se haya desarrollado gradual y paralelamente a
estas prácticas. Muy probablemente fueron los productos de origen vegetal los
tóxicos primeramente manejados. (Rapetto y Sanz, 1995)

Con el tiempo, ha aumentado nuestra comprensión de cómo varios agentes


pueden causar daño a los humanos y a otros organismos. Los efectos en los
organismos vivos dependen de la dosis y pueden ocurrir en varios niveles dentro
del cuerpo, como un órgano, un tipo de célula o un bioquímico específico.

Los xenobióticos pueden producir efectos beneficiosos como un producto


farmacéutico o pueden ser tóxicos, los efectos pueden manifestarse a diferentes
niveles. Por tanto, la toxicidad será la capacidad de una sustancia para ejercer un
efecto nocivo sobre un organismo o la biocenosis, y dependerá tanto de las
propi8edades químicas delo compuesto como de su concentración, según sea la
duración y frecuencia de la exposición al toxico y su relación con el ciclo de ida del
organismo; las pruebas podrán ser de tipo agudo o crónico.

La toxicología abarca desde estudios de investigación básica sobre el mecanismo


de acción de los agentes tóxicos hasta la elaboración e interpretación de pruebas
normalizadas para determinar las propiedades tóxicas de los agentes. El campo
de la toxicología ambiental estudia las consecuencias de las substancias quimias
industriales o agrícolas en la salud de los humanos y el medio ambiente.

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Antecedentes

La toxicidad es la cantidad a la cual una substancia puede tener un resultado


negativo, estas pueden ser causadas por los xenobióticos entre los cuales figuran
los fármacos, las sustancias químicas industriales, los venenos presentes en la
naturaleza y los contaminantes del medio ambiente. La posibilidad de que la
toxicidad sea efectiva en un contexto o situación determinados supone un peligro
para el organismo ya que se podrían producir efectos adversos en el sistema.

Un umbral de dosis es un nivel de la dosis por debajo del cual no hay ningún
efecto observable. Se cree que existen umbrales en el caso de determinados
efectos, como los efectos tóxicos agudos, pero no en el de otros, como los efectos
carcinógenos. Los contaminantes de mayor importancia son aquellos que causan
problemas de salud serios o afectan a muchas personas. Los problemas de salud
pueden incluir cáncer, irritación respiratoria, problemas del sistema nerviosos, y
defectos del nacimiento.

Objetivo

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3. Efectos de sustancias tóxicas en el organismo.

Los procesos para metabolizar toxinas varían según la especie, por lo que hay
consideraciones importantes en la evaluación toxicológica son la duración, el
numero, la frecuencia y la vía de administración de la dosis del compuesto toxico.
Estos parámetros pueden divergir significativamente entre humanos y otros
mamíferos, asa como los posibles efectos dañinos.

Para que una sustancia toxica presente en el medioambiente cause un daño a un


organismo, en necesario que dicho organismo este expuesto a ella y que
posteriormente la sustancia toxica venzan las defensas del organismo. Los
mecanismo de defensa del organismo consisten fundamentalmente en disminuir la
movilidad del compuesto toxico a través de las membranas celulares y facilitar su
excreción. El hígado es el órgano más expuesto y más vulnerable a los
compuestos tóxicos (hepatotóxicos) por ser el encargado de filtrar la sangre antes
de que sea bombeado por los pulmones, los riñones también tiene por función

filtrar la sangre y son por tanto susceptibles a los llamados nefrotóxicos.

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Figura 1.- Diagrama: Destino de las sustancias toxicas en el cuerpo.

3.1 Afinidad estructural.

El toxico tiene dos propiedades, la afinidad, que es la capacidad del medicamento


de establecer una unión estable, y la actividad intrínseca, que es la eficacia
biológica del complejo droga: receptor en producir una mayor o menor respuesta
celular. De modo que algunos tóxicos pueden tener la misma afinidad estructural
por un receptor, más uno puede tener una gran eficacia en la unión, mientras que
el otro mucho menor. Un agonista y un antagonista pueden tener la misma
afinidad por el receptor, pero el antagonista no tiene eficacia en producir actividad
intrínseca en la célula como consecuencia de su unión con el receptor.

3.2 Movilidad, persistencia y biodisponibilidad de los


contaminantes en relación con sus propiedades fisicoquímicas.

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3.3 Toxicidad aguda y crónica.

Los efectos de una sustancia química sobre un determinado sistema u órgano


están relacionados con la magnitud de la exposición. Según el grado de afectación
del individuo, la intoxicación puede clasificarse como leve. Moderada o severa.
También puede ser considerada bajo un criterio patocrónico, es decir, estimando
su curso y evolución en función del tiempo, y así podemos clasificarlas como
intoxicaciones agudas y crónicas.

Intoxicación aguda. Consiste en la aparición de un cuadro clínico patológico, a


veces dramático,. Tras la absorción de una sustancia química. El caso más
representativo es la presentación de los efectos tóxicos antes de las 24 horas de
una única administración del agente.

Sin embargo algunos tóxicos como el fosforo, el talio. El paraquat, etc., no


manifiestan la intoxicación hasta varios días o semanas después de la absorción.
La evolución puede llevar al intoxicado a la muerte, o a una recuperación total o
parcial. En la cual quedaría secuelas o lesiones persistentes.

La intoxicación subaguda significa un menos grado de gravedad o aparatosidad de


la intoxicación aguda, que a veces sigue un curso sub clínico, sin que se presente
de forma aparente y
clara, aunque produzca
trastornos a distintos
niveles biológicos. El
termino subagudo se ha
aplicado también a
intoxicaciones de corta
duración, pero, como
esto puede dar lugar a
confusiones, se ha
propuesto sustituir el
termino <intoxicación
subaguda> por el de
intoxicación subcrónica
para referirse a la que

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produce tras la absorción del toxico durante un corto periodo de días. (Rapetto y
Sanz, 1995)

Intoxicación crónica. Es la consecuente con la repetida absorción de un toxico. A


veces esta absorción se produce en cantidades por sí mismas insuficientes para
hacer patentes trastornos tóxicos, pero que por acumulación del producto dentro
del organismo, normalmente en órganos o tejidos concretos, o por sumas de
efectos lesivos, con el transcurso del tiempo, lleva a estados patológicos. Muchas
veces los trastornos permaneces latentes (subclínicos) hasta que por cualquier
causa se manifiestan ya sea por una baja de la condición fisiológica general
(enfermedad), ya sea por una movilización del toxico de los lugares donde
estuviera depositado, lo que produjera una intoxicación aguda al aumentar los
niveles hemáticos del agente.

La intoxicación crónica es muy frecuente en nuestros días como consecuencia del


mal uso de medicamentos, productos industriales y plaguicidas, de la
contaminación ambiental y las toxicofilias. Suelen presentar cuadros clínicos
difusos, poco claros, que frecuentemente inducen a confusión con diversas
enfermedades, lo cual obstaculizan una terapeuta apropiada. (Rapetto y Sanz, 1995)

3.4 Factores que modifican la toxicidad de contaminantes.

3.5 Mecanismos de acción toxica de contaminantes.


Mecanismos de la toxicidad aguda.

Los ejemplos que figuran a continuación son específicos de los efectos agudos por
dosis altas, que pueden desembocar en la muerte o en una incapacidad grave. No
obstante, en algunos casos la intervención puede producir efectos transitorios y
totalmente reversibles. El resultado estará determinado por la dosis o por la
gravedad de la exposición.

Asfixiantes simples. En el caso de los gases inertes y algunas otras sustancias no


reactivas, el mecanismo de toxicidad es la falta de oxígeno (anoxia). Estas
sustancias químicas, que hacen que el sistema nervioso central (SNC) se vea
privado de oxígeno, se denominan asfixiantes simples. Cuando una persona entra
en un espacio cerrado que contiene nitrógeno sin oxígeno suficiente, en su
cerebro se agota inmediatamente el oxígeno, lo que lleva a la pérdida de
conciencia y finalmente a la muerte si no se la saca rápidamente de allí. En casos
extremos (oxígeno casi cero), la pérdida de conciencia puede sobrevenir a los
pocos segundos. La salvación de la persona depende del rápido traslado a un
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entorno oxigenado. Cuando ese traslado se demora, la persona puede sobrevivir
pero con un daño cerebral irreversible debido a la muerte de neuronas, que no se
regeneran.

Asfixiantes químicos. El monóxido de carbono (CO) compite con el oxígeno por


unirse a la hemoglobina (en los glóbulos rojos de la sangre) y por lo tanto priva a
los tejidos del oxígeno necesario para el metabolismo energético; la consecuencia
puede ser la muerte celular. La intervención consiste en alejar a la persona de la
fuente de CO y administrarle oxígeno. El uso directo de oxígeno está basado en la
acción tóxica del CO. Otro potente asfixiante químico es el cianuro. El ion cianuro
interfiere el metabolismo celular y la utilización de oxígeno para obtener energía.

El tratamiento con nitrito de sodio hace


que la hemoglobina de los glóbulos rojos
se transforme en metahemoglobina. Esta
tiene una mayor afinidad de unión por el
ion cianuro que la diana celular del
cianuro. En consecuencia, la
metahemoglobina se une al cianuro y lo
mantiene alejado de las células diana.
Esta es la base de la terapia con
antídotos.

Depresores del sistema nervioso central


(SNC). En el caso de diversas sustancias
que como algunos disolventes son
reactivas o que se transforman en
productos intermedios reactivos, la
toxicidad aguda se caracteriza por
sedación o pérdida de la conciencia. Se ha
formulado la hipótesis de que la
sedación/anestesia se debe a una
interacción del disolvente con las
membranas celulares del SNC, que reduce
su capacidad de transmitir señales
eléctricas y químicas. Aunque la sedación
pueda considerarse como una forma leve
de toxicidad y fuera la base del desarrollo

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de los primeros anestésicos, hay que recordar que “la dosis hace al veneno”. Si se
administra por ingestión o inhalación una dosis suficiente, el animal puede morir
por parada respiratoria. Cuando no se produce muerte anestésica, este tipo de
toxicidad suele ser fácilmente reversible cuando se aleja al sujeto de la exposición
o la sustancia se redistribuye o se elimina del cuerpo.

Efectos cutáneos. Los efectos adversos en la piel pueden ir, según la sustancia
que los causa, desde la irritación hasta la corrosión. Las soluciones ácidas y
alcalinas fuertes son incompatibles con el tejido vivo y son corrosivas, por lo que
producen quemaduras químicas y posible cicatrización. La formación de la cicatriz
se debe a la muerte de células de la capa profunda de la dermis, que es la
responsable de la regeneración. Con concentraciones más bajas el efecto puede
limitarse a irritación de la primera capa de la piel. Otro mecanismo tóxico
específico de la piel es el de la sensibilización química. Veamos un ejemplo. Se
produce sensibilización cuando el 2,4-dinitroclorobenceno se une a proteínas
naturales de la piel y el sistema inmunitario reconoce como material extraño ese
complejo proteico alterado. Al responder a ese material extraño, el sistema
inmunitario activa unas células especiales para eliminar la sustancia extraña
liberando unos mediadores (citoquinas) que provocan una erupción o dermatitis
(véase “Inmunotoxicología”). Es la misma reacción del sistema inmunitario que se
produce en la exposición a la planta llamada “zumaque venenoso” (género Rhus).
La sensibilización inmunitaria es muy específica de cada sustancia química, y se
precisan al menos dos exposiciones para que se desencadene la respuesta. La
primera exposición sensibiliza (hace que las células reconozcan la sustancia), y
las exposiciones ulteriores ponen en marcha la respuesta inmunitaria. Para tratar a
personas sensibilizadas suele ser eficaz interrumpir el contacto y aplicar una
terapia sintomática con cremas antiinflamatorias que contienen esteroides. En
casos graves o rebeldes se utiliza junto con el tratamiento tópico un
inmunosupresor que actúa a nivel sistémico, como la prednisona.

Sensibilización pulmonar. El diisocianato de tolueno (TDI) provoca una respuesta


de sensibilización inmunitaria, pero su diana es el pulmón. La sobreexposición a
TDI en individuos susceptibles provoca edema pulmonar (acumulación de líquido),
constricción bronquial y dificultad respiratoria. Es una enfermedad grave, que
requiere alejar al individuo de otras posibles exposiciones ulteriores. El tratamiento
es sobre todo sintomático. La sensibilización cutánea y pulmonar está relacionada
con la dosis. Exceder el nivel establecido de exposición profesional puede producir
efectos adversos.

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Efectos oculares. Las lesiones oculares van desde el enrojecimiento de la capa
exterior (típico de las piscinas) hasta la formación de cataratas en la córnea y
lesiones en el iris (parte coloreada del ojo). Cuando se estima que no se van a
producir lesiones graves se realizan ensayos de irritación ocular. Muchos de los
mecanismos que provocan corrosión cutánea pueden producir también lesiones
oculares. Las sustancias corrosivas para la piel, como ácidos y álcalis fuertes (pH
inferiora2y superior a 11,5 respectivamente), no se ensayan en los ojos de
animales porque en la mayoría de los casos provocarían corrosión y ceguera
debido a un mecanismo similar al que produce la corrosión cutánea. También los
agentes tensoactivos como los detergentes y surfactantes pueden producir
lesiones oculares, desde irritación hasta corrosión. Un grupo de sustancias que
exige prudencia es el de los surfactantes de carga positiva (catiónicos), que
pueden producir quemaduras, opacidad permanente de la córnea y
vascularización (formación de vasos sanguíneos). Otra sustancia química, el
dinitrofenol, tiene un efecto específico de formación de cataratas. Parece que está
relacionado con la concentración de esta sustancia en el ojo, que es un ejemplo
de especificidad en la distribución farmacocinética. Con esta relación de ejemplos,
en modo alguno exhaustiva, se ha pretendido ofrecer al lector un panorama de los
diversos mecanismos de la toxicidad aguda.

Mecanismos de la toxicidad subcrónica y crónica.

Cuando se administra una dosis única y elevada, algunas sustancias químicas no


presentan el mismo mecanismo de toxicidad que cuando se administran
repetidamente en dosis bajas pero tóxicas. Cuando se administra una dosis única
y elevada cabe siempre la posibilidad de que se supere la capacidad de la
persona para detoxificar o excretar la sustancia, y ello puede provocar una
respuesta tóxica distinta de la que se produce cuando se administran
repetidamente dosis más bajas. Un buen ejemplo a este respecto es el alcohol.
Dosis altas de alcohol producen efectos primarios en el sistema nervioso central,
mientras que la repetición de dosis más bajas produce lesión hepática.

Inhibición de la acetilcolinesterasa. Los plaguicidas organofosforados, por


ejemplo, tienen en su mayoría escasa toxicidad para los mamíferos hasta que son
activados metabólicamente, sobre todo en el hígado. El principal mecanismo de
acción de los organofosforados es la inhibición de la acetilcolinesterasa (AChE) en
el cerebro y el sistema nervioso periférico. La AChE es la enzima que

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normalmente pone fin a la estimulación provocada por el neurotransmisor
acetilcolina. La inhibición leve de la AChE a lo largo de un período prolongado no
se ha asociado con efectos adversos. A niveles de exposición altos, la incapacidad
de poner fin a esa estimulación neuronal produce una sobreestimulación del
sistema nervioso colinérgico, lo que en última instancia provoca toda una serie de
síntomas, como parada respiratoria a la que sigue la muerte si no se trata. El
tratamiento fundamental consiste en administrar atropina, que bloquea los efectos
de la acetilcolina, y cloruro de pralidoxima, que reactiva la AchE inhibida. Por
consiguiente, tanto la causa como el tratamiento de la toxicidad por
organofosforados se abordan desde el conocimiento de la base bioquímica de los
mecanismos de toxicidad de estas sustancias.

Activación metabólica. Muchas sustancias químicas, como el tetracloruro de


carbono, el cloroformo, el acetilaminofluoreno, las nitrosaminas y el paraquat, se
activan metabólicamente liberando radicales libres u otros productos intermedios
reactivos que inhiben o interfieren la función celular normal. A niveles de
exposición altos ello produce la muerte celular (véase “Lesión celular y muerte
celular”). Aunque todavía desconocemos las interacciones y dianas celulares
específicas, los sistemas orgánicos que poseen la capacidad de activar esas
sustancias, como el hígado, el riñón y el pulmón, son todos dianas potenciales del
efecto nocivo. Concretamente, determinadas células de un órgano tienen una
mayor o menor capacidad de activar o detoxificar esos productos intermedios, y es
esa capacidad lo que determina la susceptibilidad intracelular de un órgano. El
metabolismo es una de las razones por las que el conocimiento de la
farmacocinética, que describe esos tipos de transformaciones y la distribución y
eliminación de esos productos intermedios, es importante para reconocer el
mecanismo de acción de esas sustancias.

Mecanismos del cáncer. El cáncer es una multiplicidad de enfermedades, y, a


pesar de que se está avanzando rápidamente en el conocimiento de determinados
tipos de cáncer gracias a las muchas técnicas de biología molecular que se han
desarrollado desde 1980, es aún mucho lo que queda por saber. No obstante, está
claro que el desarrollo del cáncer es un proceso de múltiples fases, y que hay
unos genes críticos que son la clave de distintos tipos de cáncer. Las alteraciones
del ADN (mutaciones somáticas) en algunos de esos genes críticos pueden
provocar una mayor susceptibilidad o lesiones cancerosas (véase “Toxicología
genética”). Contribuye a las mutaciones somáticas la exposición a sustancias
químicas, naturales (en alimentos cocinados como la carne de vaca y el pescado)

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o sintéticas (como la bencidina, que se utiliza como colorante), o a agentes físicos
(la radiación ultravioleta del sol, el radón procedente del suelo, la radiación gamma
de las técnicas médicas o la actividad industrial). Sin embargo, hay sustancias
naturales y sintéticas (como los antioxidantes) y procesos de reparación del ADN
que desempeñan una función protectora y mantienen la homeostasis. Está claro
que la genética es un factor importante en el cáncer, pues síndromes patológicos
genéticos como el xeroderma pigmentoso, en el que el ADN no se repara como
sería normal, incrementan radicalmente la susceptibilidad al cáncer de piel
derivado de la exposición a la luz ultravioleta del sol.

Mecanismos de la toxicidad reproductiva. Al igual que en el caso del cáncer, se


conocen muchos mecanismos de la toxicidad que afecta a la reproducción y/o el
desarrollo, pero es mucho lo que aún queda por descubrir. Se sabe que
determinados virus (como el de la rubéola), infecciones bacterianas y fármacos
(como la talidomida y la vitamina A) afectan negativamente al desarrollo. En un
trabajo reciente de Khera (1991) revisado por Carney (1994) se ha comprobado
que las anomalías del desarrollo observadas en ensayos realizados con
etilenglicol en animales son atribuibles a metabolitos ácidos del metabolismo de la
madre. Esto ocurre cuando el etilenglicol se metaboliza a metabolitos ácidos como
los ácidos glicólico y oxálico. Los efectos ulteriores en la placenta y el feto parecen
deberse a ese proceso de intoxicación metabólica.

3.6 Efectos no cancerígenos.

De acuerdo con (EPA, s.f.), Los niveles de referencia de salud se refieren a


niveles de exposición que no causarán riesgos significantes de efectos no-
cancerosos de salud. A largo plazo se asume que la exposición a niveles por
debajo de estos niveles no produce efectos malsanos.

Los niveles de referencia de salud son un ejemplo de un índice que las agencias
gubernamentales usan caracterizando los riesgos de salud no-cancerosos. Estos
niveles generalmente son desarrollados de niveles de exposición que no producen
efectos malsanos en animales experimentales. Estos niveles de exposición se
ajustan para responder de las diferencias animal-humanas (como el ritmo
respiratorio) y para las incertidumbres subyacentes (como la diferencia en la
sensibilidad entre los adultos saludables y las personas más sensibles como los
niños y los ancianos).

Los analistas de riesgo entonces comparan los niveles de la referencia de salud


con los estimados de la exposición para determinar cuántas personas son
expuestas a las concentraciones más altas que el nivel de referencia de salud.
Algunas de estas personas podrían experimentar los efectos malsanos.

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3.7 Efectos cancerígenos.

Clasificación de Carcinogenicidad

De acuerdo con (EPA, s.f.), Para calcular el riesgo de la población son usadas
distribuciones de riesgo individual. El riesgo de cáncer de población es
normalmente expresado como la esperada incidencia aumentada de cáncer (es
decir, el número de nuevos casos cada año) para todas las personas expuestas al
contaminante. Por ejemplo, el riesgo de cáncer de población estimado puede ser
que el número de nuevos casos de cáncer por año esperados entre los residentes
dentro de 30 millas de cierta fuente amplia.

Cuadro 4A. Clasificación de Carcinogenicidad, según la guía EPA de 1986 (38-


39).

Descriptor  Criterios 
A  Conocido Existe evidencia suficiente tanto en animales como
carcinógeno en poblaciones humanas.
humano
B  Probable  
carcinógeno
B1  (Sub-grupo) Evidencia animal suficiente y limitada evidencia en
estudios epidemiológicos.
B2  (Sub-grupo) Evidencia animal suficiente y evidencia inadecuada o
no existe evidencia en estudios epidemiológicos.
C  Posible carcinógeno Evidencia inadecuada en animales y ausencia de
humano estudios epidemiológicos.
D  No clasificable como Los datos en animales y en estudios epidemiológicos
carcinógeno se consideran inadecuados para evaluar la
humano. carcinogenicidad del producto o no existen datos.
E  Evidencia de no Evidencia de no carcinogenicidad en al menos dos
carcinógeno especies animales y evidencia epidemiológica de no
carcinogenicidad.

Cuadro 4B. Clasificación de Carcinogenicidad, según la guía EPA de 1996 (38-


39).

Descriptor Criterios
Conocido/probable Las evidencias epidemiológicas y experimental son

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adecuadamente convincentes para demostrar el potencial
carcinogénico en humanos.
No puede ser Cuando las evidencias epidemiológica y experimental son
determinado sugestivas, pero conflictivas, limitadas o no son
adecuadamente convincentes.
No probable Cuando la evidencia experimental es satisfactoria para
decidir que no existe probabilidad de que la sustancia
provoque cáncer en el humano.

 Cuadro 4C. Clasificación de Carcinogenicidad, según la guía EPA de 1999 (38-


39). 

Descriptor  Criterios 

Carcinógeno Cuando la evidencia epidemiológica es concluyente en


humano cuanto a la relación causa-efecto, o cuando los eventos
clave del mecanismo carcinogénico demostrado en
modelos animales han sido reportados en poblaciones
humanas en asociación con la exposición al agente.

Probablemente Hay evidencia epidemiológica de asociación entre la


carcinogénico en exposición al agente y la aparición del cáncer. La
humanos carcinogenicidad ha sido demostrada en animales y el
mecanismo carcinogénico es factible de ocurrir en
humanos.

Sugestivo Existe evidencia epidemiológica y experimental de


carcinogenicidad, pero no se considera concluyente. Se
requieren más estudios.

Datos inadecuados Cuando los estudios de carcinogenicidad fueron


considerados inadecuados según los estándares de las
agencias internacionales. También se utiliza este descriptor
cuando los estudios disponibles cumplen con los criterios
de calidad pero aportan evidencia contradictoria.

Probablemente no Cuando los estudios de que se dispone se consideran


carcinogénico en robustos para decidir que no debe existir preocupación por
humanos el riesgo de carcinogenicidad en humanos, por ejemplo,
cuando el mecanismo demostrado en animales, no es

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factible que ocurra en humanos.

 Cuadro 5. Clasificación de Carcinogenicidad según IARC (40). 

Descriptor Criterios 
1  Carcinógeno en Existe evidencia suficiente de carcinogenicidad
humanos en estudios en humanos.
2A  Probable La evidencia de carcinogenicidad en humanos es
carcinógeno en limitada, pero hay suficiente evidencia
humanos experimental en animales.
2B  Posible carcinógeno La evidencia de carcinogenicidad es limitada en
en humanos humanos y en animales de experimentación.
3  No clasificable Es posible que exista evidencia en animales de
experimentación, pero el mecanismo implicado
en la carcinogenicidad en los animales no es
factible que ocurra en el hombre.
4  Probablemente no No hay evidencia de carcinogenicidad en
carcinogénico en humanos y en animales de experimentación.
humanos

3.8 Efectos teratógenos.

3.9 Efectos letales.

3.10 Curva dosis respuesta.

3.11 Calculo de DL, DT, DNT (10, 50, 90 y 100), potencia, margen
de seguridad.

El calculo de

Se tiende a seleccionar mamíferos que se parezcan lo más posible


metabólicamente a los humanos; sin embargo, existen diferencias y con
frecuencia se presentan efectos adversos en los ani9males de laboratorio en
órganos inexistentes en los humanos, lo que deja un margen de error e
interpretación de los resultados. Un esfuerzo por abordar las diferencias
fisiológicas entre los animales de prueba en el laboratorio y los seres humanos es
el desarrollo de modelos farmacocinéticas con base fisiológica (modelos PBPK,
por las siglas de physiologically-based pharmacokinetic models, en ingles). Estos

17
modelos se utilizan para predecir los efectos en la salud humana a partir de datos
experimentales obtenidos principalmente por roedores, apoyados de variables de
respuesta como pueden ser diferencias de peso corporal, velocidad metabólica,
respiración y el flujo de sangre entre otros.

Resultados (tablas y figuras) y

18
Literatura citada.

Irina Ize Lema, Miriam Zuk y Leonora Rojas-Bracho (editoras). 2010.


Introducción al análisis de riesgos ambientales. Secretaría de Medio Ambiente
y Recursos Naturales (SEMARNAT), Instituto Nacional de Ecología. Segunda
edición.
J. Guillermo Repetto K. 2009. Toxicología Fundamental - Manuel Repetto. 4ta
Edición.

Moreno Ramírez, D. y Gandolfi, A. J. 2013. Módulos Transferibles de


Entrenamiento para Promotores sobre Toxicología Ambiental. Obtenido de la
siguiente página: http://superfund.pharmacy.arizona.edu/learning-
modules/promotor-modules/spanish/arsenico

Peña, Carlos E., Dean E. Carter and Felix Ayala-Fierro. 2001. Toxicología
Ambiental: Evaluación de Riesgos y Restauración Ambiental. Distributed on the
Internet via the Southwest Hazardous Waste Program website at
http://superfund.pharmacy.arizona.edu/toxamb/.

https://www.insst.es/documents/94886/161958/Cap%C3%ADtulo+33.+Toxicolog
%C3%ADa*

19
Reporte técnico funcional.

20

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