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Asunto: Se interpone

Recurso De Revisión

AMPARO :824/2021

H. TRIBUNAL COLEGIADO DEL SEXTO CIRCUITO


EN MATERIA PENAL EN TURNO.
PRESENTE

La que suscribe, SANDRA NAVA JIMÉNEZ, CON CEDULA


PROFESIONAL 12394539, promoviendo a favor de la quejosa LILIAN GARCÍA
LÓPEZ dentro de los autos del Juicio de Garantías número 824/2021 radicando al
conocimiento del C. Juez Quinto de Distrito de Amparo en Materia Penal en el Estado de
Puebla, señalando como domicilio para oír y recibir todo tipo de notificaciones, mi Centro
de Reclusión, ubicado en la Ciudad de Puebla.

Autorizando en términos amplios del Artículo 12 de la Ley de Amparo, así como para oír y
recibir toda clase de notificaciones y documentos a la LICENCIADA YAMEL
GONZALEZ SANTANA con cedula Profesional Numero 12468456 y al LICENCIADO
ANGEL EDUARDO RAMIREZ SANTANA CON CEDULA PROFESIONAL
12809178. Solicitando así mismo la tramitación del presente asunto mediante “JUICIO EN
LINEA”, a través del PORTAL DE SERVICIOS EN LÍNEA DEL PODER JUDICIAL DE
LA FEDERACIÓN, para lo anterior desde este momento solicito el acceso al expediente
electrónico y la práctica de notificaciones electrónicas de las resoluciones y autos que este
H. JUZGADO DE DISTRITO emita, a través del usuario “Yamel05” NUMERO DE
USUARIO “Sandranava73”, Y número de usuario “angelsantana1” debidamente
registrados en el Portal de servicios en línea, POR LO QUE HAGO DE SU
CONOCIMIENTO QUE SI CUENTAN CON FIRMA ELECTRÓNICA VIGENTE,
Señalando como medio alterno para recibir notificaciones, el correo electrónico
yam.g5s10@gmail.com, para que promuevan los recursos que la ley prevee, reciban
notificaciones, soliciten copias en el presente ; ante USTEDES con el debido respeto y
como mejor en derecho proceda, comparezco para exponer:

Que por medio del presente escrito, con fundamento en lo dispuesto por los
artículo artículos 81 fracción I inciso e), 88, 89, y demás relativos aplicables, de la Ley de
Amparo vigente, vengo a interponer RECURSO DE REVISION, en contra de la sentencia
de fecha 18 de abril de 2023, dictada por el Juez Quinto de Distrito de Amparo en Materia
Penal en el Estado de Puebla, que niega el amparo a la impetrante, respecto de las
autoridades responsables que del mismo de desprenden.

De esta forma y en cumplimiento a lo mandatado por el artículo 88, de la Ley de


Amparo vigente, manifiesto el siguiente:

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AGRAVIOS

1) LA RESOLUCIÓN DE FECHA 18 DE ABRIL DE 20023,


DICTADA POR EL JUZGADO QUINTO DE AMPARO EN
MATERIA PENAL EN EL ESTADO DE PUEBLA.
2) EL SOBRESEIMIENTO DE LA DEMANDA DE AMPARO
POR CAMBIO DE SITUACIÓN JURÍDICA.
(CALIFICACIÓN DE LA DETENCIÓN EN EL SISTEMA DE
JUSTICIA PENAL ACUSATORIO. SI SE RECLAMA EN EL
JUICIO DE AMPARO CONJUNTAMENTE CON EL AUTO
DE VINCULACIÓN A PROCESO Y LA MEDIDA
CAUTELAR DE PRISIÓN PREVENTIVA IMPUESTA).
3) LA INTERPRETACION DEL JUEZ QUINTO DE DISTRITO
DE AMPARO AL DERECHO A UNA DEFENSA
ADECUADA.
4) LA INTERPRETACION DEL JUEZ QUINTO DE DISTRITO
DE AMPARO RESPECTO AL PRINCICIPIO DE
DEFINITIVIDAD.
5) OMISION DEL JUEZ DE VALORAR Y PONDERAR LAS
PRUEBAS OFRECIDAS POR LA QUEJOSA RESPECTO A
LA DETENCIÓN ILEGAL
6) EL JUEZ QUINTO DE DISTRITO DE AMPARO
DESANTEDIO, O DESACATO LAS JURISPRUDENCIAS
CON LA QUE LA QUEJOSA FUNDO SU DEMANDA DE
AMPARO (NI DIO CONTESTACIÓN DEL PORQUÉ NO
ERAN APLICABLES AL CASO A ESTUDIO. ASI MISMO
EL JUEZ QUINTO DE DISTRITO DE AMPARO
DESATENDIO LA MÁS RECIENTE DOCTRINA
CONSTITUCIONAL EMITIDA POR LA SUPREMA CORTE
DE JUSTICIA DE LA NACIÓN EN RELACIÓN CON EL
DERECHO A UNA DEFENSA MATERIAL ADECUADA.

PRIMER AGRAVIO

LA RESOLUCIÓN DEL JUEZ QUINTO DE DISTRITO DE AMPARO PENAL DE LA


CIUDAD PUEBLA, EN CONTRA DE LA AUDIENCIA DE CONTROL DE DETENCIÓN,
AUTO DE VINCULACIÓN A PROCESO Y LA MEDIDA CAUTELAR DE PRISION
PREVENTIVA OFICIOSA IMPUESTA EN CONTRA DE MI DEFENDIDA, LILIAN
GARCÍA LÓPEZ DENTRO DE LA CAUSA PENAL 107/2021 CHOLULA PUEBLA, DEL
JUZGADO DE CONTROL DE LA REGION JUDICIAL CENTRO CON SEDE EN LA
CIUDAD DE PUEBLA, QUE SE SIGUE EN CONTRA DE MI DEFENSA POR EL DELITO
DE SECUESTRO.

SEGUNDO AGRAVIO
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EL SOBRESEIMIENTO DE LA DEMANDA DE AMPARO POR CAMBIO DE SITUACIÓN
JURÍDICA. (CALIFICACIÓN DE LA DETENCIÓN EN EL SISTEMA DE JUSTICIA PENAL
ACUSATORIO. SI SE RECLAMA EN EL JUICIO DE AMPARO CONJUNTAMENTE CON EL
AUTO DE VINCULACIÓN A PROCESO Y LA MEDIDA CAUTELAR DE PRISIÓN
PREVENTIVA IMPUESTA).

CONTRARIO A LO EXPRESADO POR EL JUZGADOR. Tenemos de aplicación al presente caso


la siguiente tesis: Época: Décima Época

Registro: 2014463 Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

Tipo de Tesis: Aislada Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación Libro 43, Junio de
2017, Tomo IV Materia(s): Común Tesis: I.6º.P.82 P (10ª.) Página: 2874

CALIFICACIÓN DE LA DETENCIÓN EN EL SISTEMA DE JUSTICIA PENAL


ACUSATORIO. SI SE RECLAMA EN EL JUICIO DE AMPARO CONJUNTAMENTE
CON EL AUTO DE VINCULACIÓN A PROCESO Y LA MEDIDA CAUTELAR DE
PRISIÓN PREVENTIVA IMPUESTA, NO SE ACTUALIZA LA CAUSA DE
IMPROCEDENCIA POR CAMBIO DE SITUACIÓN JURÍDICA, PREVISTA EN EL
ARTÍCULO 61, FRACCIÓN XVII, DE LA LEY DE LA MATERIA.

Del artículo 211 del Código Nacional de Procedimientos Penales, se advierte que en el sistema
de justicia penal acusatorio existen tres etapas, entre ellas, la de investigación, en la cual, si se
da el supuesto de encontrarse una persona detenida, el Juez de control debe resolver: a) La
legalidad de la detención, b) La formulación de la imputación, c) La solicitud de auto de
vinculación a proceso y, en su caso, d) La solicitud de medida cautelar. Ahora bien, si en el
juicio de amparo indirecto se reclaman conjuntamente la determinación que califica y ratifica
de legal la detención, el auto de vinculación a proceso y la medida cautelar de prisión
preventiva impuesta, no se actualiza la causa de improcedencia por cambio de situación
jurídica, prevista en el artículo 61, fracción XVII, de la Ley de Amparo, respecto de la
calificación de la detención, pues se trata de actos judiciales de naturaleza distinta y
específica, por la materia a decidir en esta etapa judicial de la investigación. En ese sentido, la
legalidad de la detención del imputado deriva de la justificación constitucional para detener a
una persona por flagrancia o urgencia, y el auto de vinculación a proceso no es una
determinación que justifique, per se, la libertad de la persona sujeta a proceso, pues en un
primer momento se justifica por la calificación de la detención y, después, una vez que se
vincula a proceso con la respectiva medida cautelar; por tanto, el auto de vinculación sólo
tiene como finalidad sujetar a una persona a una investigación judicializada, y jurídicamente
no es el acto que prive o restringe la libertad; en esa virtud, no existe el cambio de situación
jurídica. Además, examinar en el juicio de amparo indirecto la calificación de la detención,
posibilita analizar los datos de prueba resultantes de ésta y, en su caso, nulificarlos, si se
declara ilegal, lo que trasciende en la valoración probatoria que realice el Juez de control en
la emisión del auto de vinculación a proceso.

SEXTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER CIRCUITO.

Queja 9/2017. 16 de febrero de 2017. Unanimidad de votos. Ponente: Roberto Lara Hernández.
Secretario: Víctor Hugo Sánchez Frías.

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Esta tesis se publicó el viernes 09 de junio de 2017 a las 10:15 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.

GARANTÍAS INDIVIDUALES VIOLADAS.- Lo son en este caso los artículos artículos 14


párrafo segundo, 16 párrafo quinto, 20, apartado B, fracción VIII, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos; 8, numeral 2, inciso d), de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, y 14, numeral 3, inciso d), del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y políticos.

TERCER AGRAVIO.-

(En términos del artículo 8 constitucional la suscrita quejosa, solicita a este TRIBUNAL
COLEGIADO, SE PRONUNCIE EN RELACIÓN AL DERECHO HUMANOS DE
CONTAR CON UNA DEFENSA TÉCNICA ADECUADA, RESPECTO A QUE, SI LA JUEZ
DETERMINO LA INCAPACIDAD DEL DEFENSOR PARTICULAR DE LA QUEJOSA EN
LA AUDIENCIA DE CONTROL Y VINCULACIÓN, - - - - SE DEBIA DAR TIEMPO
SUFICIENTE AL DEFENSOR PÚBLICO DE OFICIO QUE LE FUE DESIGNADO POR
EL JUEZ, O SI ERA PROCEDENTE DIFERIR LA AUDIENCIA A FIN DE QUE EL
DEFENSOR PUBLICO PUDIERA IMPONERSE EN AUTOS, Y TENER CONOCIMIENTO
DE LA CARPETA DE INVESTIGACIÓN, PARA PODER ESTAR EN CONDICIONES DE
LLEVAR UNA DEFENSA, O SIMPLEMENTE EL DEFENSOR PÚBLICO DE OFICIO
NOMBRADO DEBIA ESTAR COMO MERO EXPECTADOR. ( TAL Y COMO SUCEDIÓ
EN EL PRESENTE CASO A ESTUDIO)

Mismo agravio que lo hago consistir, en la interpretación del Juez Quinto de Distrito de Amparo en
Materia Penal, respecto a defensa realizada por el abogado de oficio, que le fue designada por
la jueza a mi hoy defensa, LILIAN GARCÍA LÓPEZ , durante la audiencia de CONTROL DE
DETENCION, en contra de mi defendida, dentro de la audiencia de fecha veinticinco de marzo del
año en curso dentro de la causa penal 107/2021 /CHOLULA del Juzgado de Control de la Región
Judicial Centro Poniente , con sede en San Andrés Cholula, Puebla, esto derivado a lo siguiente:

HECHOS

Siendo que con fecha veintisiete de febrero del año dos mil veintiuno, en la cual en primer término
el abogado , agente del ministerio público , manifestó que la detención se decretara de legal toda
vez que fue realizada por los agentes, adscritos a la unidad de Especializada en investigación de
Secuestro y Extorsión de la unidad Especializada en Investigación de Secuestro, , quienes tuvieron
conocimiento de los hechos aparentemente constitutivos de delito, mismo que recabo diversas
investigaciones, las cuales fueron puestas a disposición del agente del ministerio público en
comento y las cuales son:

Aviso a Ministerio Público.

Informe policial homologado

Acta de Derechos del detenido.

Acta de inventario del de aseguramiento.

Cadena de custodia.

Acta de inspección de objeto asegurado.

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Acta de inspección del lugar de los hechos.

Acta de inspección del lugar de la detención.

Acta de derechos de la víctima.

Actas de entrevista de la víctima.

Detallando así cada medio de investigación realizado por el agente de la fiscalia , esto con el fin de
que la ahora autoridad responsable decretara de legal la detención, al momento de terminar de
narrar los hechos en que basaba de legal la detención del agente del ministerio público, el juez de
control marzo de dos mil veintiuno para la continuación de la audiencia inicial.

Ante la solicitud de la Ministerio Público, la jueza impuso a la medida cautelar de prisión


preventiva oficiosa.

En la continuación de la audiencia inicial, la cual tuvo verificativo el tres de marzo de dos mil
veintiuno, la jueza de control concedió el uso de la voz a la defensa de la imputada para que
contestara la solicitud de vinculación formulada por el Ministerio Público y, en uso de ese ejercicio
el defensor particular refirió que contaba con medios de prueba para incorporar en la audiencia, que
no había corrido traslado a las partes en razón a la temporalidad en la que fue nombrado como
defensor particular; por lo cual la jueza de la causa concedió un receso de dos horas, que
comprendió de a las ocho horas con veintinueve minutos a las diez horas con cuarenta y ocho
minutos del tres de marzo de dos mil veintiuno, a efecto de que la defensa de corriera traslado a las
partes con los medio de prueba que deseaba incorporar con el objeto de tutelar los principios de
igualdad y contradicción,

Transcurrido el receso, toda vez que la defensa de la aquí quejosa corrió traslado a las partes diez
minutos antes de reanudar la audiencia con las pruebas que pretendía incorporar, la Jueza de la
causa hizo notar el desconocimiento técnico previno a la imputada en términos del artículo 121 del
Código Nacional de Procedimientos Penales, quien manifestó su deseo de continuar con su defensor
particular, por lo cual la jueza solicitó que se presentara la defensora pública a efecto de que
asesorara al defensor particular y, resolvió que no era procedente admitir los datos de prueba
expuestos por la defensa por no haberse satisfecho los requisitos mínimos legales para ser
introducidos a la audiencia.

En virtud de la designación de la defensora pública para que asistiera a la aquí quejosa y a su


defensor particular, la jueza concedió un prórroga para que entablaran comunicación; hecho lo
anterior continuó con el desarrollo de la audiencia y en ese sentido la jueza de control consideró
satisfechos los requisitos establecidos en los artículos 19, párrafo primero de la Constitución
Federal y 316 del Código Nacional de Procedimientos Penales.

Por tanto decretó en contra de la aquí quejosa LILIAN GARCÍA LÓPEZ, auto de vinculación a
proceso por el hecho con apariencia de delito de secuestro agravado previsto y sancionado por los
artículos 9, fracción l, inciso a), 10, fracción l, inciso b), de la Ley General para Prevenir y
Sancionar Delitos en Materia de Secuestro, reglamentaria de la fracción XXI del artículo 73

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constitucional, en relación con los diversos 13, fracción III y 9 del Código Penal Federal, cometido
en agravio de J. C. T.

Inconforme con dicha determinación, mediante escrito presentado el ocho de marzo de dos mil
veintiuno, la quejosa interpuso recurso de apelación en contra de la precitada resolución, mismo que
conoció la Octava Sala Unitaria en Materia Penal, radicándolo con el número de toca

Previo traslado a las partes con el citado recurso, seguidos los trámites
correspondientes, el seis de agosto de dos mil veintiuno, el Magistrado de la Octava Sala Unitaria
en Materia Penal resolvió el recurso interpuesto, el cual confirmó el auto de vinculación a proceso
de tres de marzo de dos mil veintiuno decretado en contra de la carpeta judicial administrativa por
el hecho con apariencia de delito de secuestro agravado previsto y sancionado por los artículos 9,
fracción l, inciso a) 10, fracción l, inciso b), de la Ley General para Prevenir y Sancionar Delitos en
Materia de Secuestro, reglamentaria de la fracción-XXl del artículo 73 constitucional, en relación
con los diversos 13, fraccion lll, y 9 del Código penal Federal, cometido en agravio de J. C. T.

De lo cual, la defensora de oficio omitió hacer notar al Juez de Control el tiempo que no se
encuentra justificado, ya que en la declaraciónes de la policía aprehensora acreditable refiere que
detuvieron a la suscrita quejosa, el dia 23 de febrero de 2021, a las 20:57 horas, en flagrancia,
( cobrando un rescate, ,TRASLADADO DE FORMA INMEDIATA A LAS INSTALACIONES
DE LA FISCALÍA GENERAL DEL ESTADO, PARA REALIZAR LA DOCUMENTACIÓN
NECESARIA”, lo cual no tiene sustento alguno ya que de acuerdo a las pruebas ofrecidas por la
defensa , se cuenta con videos, fotografías, testimonios, denuncias, QUE DEMUESTEAN QUÉ LA
QUEJOSA LILIAN GARCÍA LÓPEZ, FUE SACADA POR LA FUERZA A MANOS DE
AGENTES ASDCRITOS A LA Unidad de Especializada en Investigación de Secuestro y Extorsión
de la unidad Especializada en Investigación de Secuestro del Estado de Puebla, QUIENES CON
LUJO DE VIOLENCIA, Y SIN CONTAR CON UNA ORDEN RELATIVA DE APREHENSIÓN,
LA PRIVARON DE SU LIBERTAD,A LAS 8:00 AM, CUANDO SE ENCONTRABA EN SU
DOMICILIO EN LA AVENIDA DE LAS NUECES 9 C, COLONIA BOSQUES DEL VALLE,
COACALCO EN EL ESTADO DE MEXICO , y no obstante lo anterior, se decreto la prisión
preventiva, y la vinculacion a proceso, lo cual va en contra de las garantías constitucionales de la
susodicha pues de acuerdo a lo establecido en los Artículos 16 párrafo quinto de la Constitucion
Politica de los Estados Unidos Mexicanos y 147 párrafo cuarto del Código Nacional de
Procedimientos y que a la letra dice:

“Artículo 16…

Cualquier persona puede detener al indiciado en el momento en que esté cometiendo un delito o
inmediatamente después de haberlo cometido, PONIÉNDOLO SIN DEMORA A DISPOSICIÓN
DE LA AUTORIDAD MÁS CERCANA Y ÉSTA CON LA MISMA PRONTITUD, A LA DEL
MINISTERIO PÚBLICO. EXISTIRÁ UN

REGISTRO INMEDIATO DE LA DETENCIÓN

Artículo 147. Detención en caso de flagrancia

En este caso o cuando reciban de cualquier persona o autoridad a una persona detenida,

DEBERÁN PONERLA DE INMEDIATO ANTE EL MINISTERIO PÚBLICO, QUIEN


REALIZARÁ EL REGISTRO DE LA HORA A LA CUAL LO ESTÁN PONIENDO A
DISPOSICIÓN.”

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Teniendo aplicación al caso en concreto la siguiente tesis jurisprudencial:

Época: Décima Época , Registro: 2012186 , Instancia: Primera Sala , Tipo de Tesis: Jurisprudencia ,
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación , Libro 33, Agosto de 2016, Tomo II
Materia(s): Constitucional Tesis: 1ª./J. 8/2016 (10ª.) Página: 723

DEMORA EN LA PUESTA A DISPOSICIÓN DEL DETENIDO EN FLAGRANCIA ANTE


EL MINISTERIO PÚBLICO. LA VALORACIÓN DEL PARTE INFORMATIVO U
OFICIO DE PUESTA A DISPOSICIÓN DE LOS AGENTES APREHENSORES, DEBERÁ
ATENDER A LA INDEPENDENCIA FÁCTICA Y SUSTANCIAL DE LA DETENCIÓN Y
LA PUESTA A DISPOSICIÓN.

Esta Primera Sala ha determinado que la violación al derecho fundamental del detenido a ser puesto
a disposición del Ministerio Público sin demora, genera la anulación de la declaración del detenido,
así como la invalidez de todos los elementos de prueba que tengan como fuente directa la demora
injustificada, y aquellas recabadas por iniciativa de la autoridad aprehensora, sin conducción y
mando del Ministerio Público; no así las pruebas obtenidas estrictamente con motivo de la
detención en flagrancia, a menos que se acredite la existencia de vicios propios de la misma
detención. En ese tenor, la valoración probatoria del parte informativo u oficio de puesta a
disposición de los agentes aprehensores, deberá atender a la independencia fáctica y sustancial de
esos dos momentos -detención y puesta a disposición-, para lo cual se tendrá que fragmentar el
contenido informativo del parte u oficio, conforme a dos elementos sustanciales: a) la descripción
de las circunstancias que motivaron la intervención de la policía y aquellas en las que tuvo lugar la
detención del inculpado, así como la relación de los objetos y evidencias aseguradas en esa acción;
y b) todas aquellas referencias a circunstancias y medios de prueba obtenidos por la policía, que
derivan directamente de la demora injustificada en la puesta a disposición del detenido, o que hayan
sido recopilados con motivo de una investigación policial no dirigida y controlada por el Ministerio
Público. Hecho lo anterior, se deberá excluir de la valoración probatoria únicamente lo relativo al
segundo inciso, pues conforme a los parámetros establecidos por esta Primera Sala, la violación en
cuestión sólo afecta la información relacionada con la siguiente acción que se debe realizar al
detenerse a una persona, que es su presentación oportuna ante el Ministerio Público, sin que ello
ocurra con la relativa al primer inciso, siempre y cuando la detención se ajuste al parámetro
constitucional de la flagrancia.

Contradicción de tesis 92/2015. Entre las sustentadas por el Segundo Tribunal Colegiado del
Décimo Noveno Circuito y el Tercer Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito. 4 de noviembre de
2015. La votación se dividió en dos partes: mayoría de cuatro votos por la competencia. Disidente:
José Ramón Cossío Díaz. Mayoría de cuatro votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea,
José Ramón Cossío Díaz, quien reservó su derecho para formular voto concurrente, Olga Sánchez
Cordero de García Villegas y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, en cuanto al fondo. Disidente: Jorge
Mario Pardo Rebolledo, quien reservó su derecho para formular voto particular. Ponente: Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Julio César Ramírez Carreón.

Tesis y/o criterios contendientes:

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El Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Noveno Circuito, al resolver el juicio de amparo
directo 206/2012, resolvió que aun cuando exista demora en la puesta a disposición del detenido
ante el Ministerio Público, ello no implica que deba restarse valor probatorio al parte informativo de
los elementos aprehensores.

El Tercer Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito, al resolver el juicio de amparo directo
873/2014, determinó que el material probatorio en contra del impetrante de garantías no puede
considerarse prueba de cargo válida al haber derivado de la violación a los derechos fundamentales
a la puesta de disposición ante el Ministerio Público sin demora y del debido proceso.

Tesis de jurisprudencia 8/2016 (10ª.). Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión
de fecha diez de febrero de dos mil dieciséis.

Esta tesis se publicó el viernes 05 de agosto de 2016 a las 10:05 horas en el Semanario Judicial de la
Federación y, por ende, se considera de aplicación obligatoria a partir del lunes 08 de agosto de
2016, para los efectos previstos en el punto séptimo del Acuerdo General Plenario 19/2013.

Situación que es una clara violación a las garantías individuales, lo cual no fue vigilado ni por el
ministerio público en su momento de calificar la puesta a disposición ni argumentado por la defensa
en el momento procesal del control de legalidad de la detención, incurriendo así en violaciones al
debido proceso.

Violentando el DERECHO A UNA DEFENSA Y ASESORIA JURIDICA ADECUADA E


INMEDIATA, prevista en lo dispuesto por los artículos 17, del Código Nacional de procedimientos
Penales, 20, apartado B, fracción VIII, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos; 8, numeral 2, inciso d), de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, y 14,
numeral 3, inciso d), del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos.

Ahora bien, otra violación que debió hacer notar la defensa publica que me fue designada por la
jueza, no expuso a la juez de control, los pormenores de su detención.

Mas aun debido a la INADECUADA DEFENSA realizada por el defensor publico que le fue
asignado a mi defensa,( QUIEN NO OFRECIO LOS MEDIOS DE PRUEBA EN FAVOR DE LA
QUEJOSA, NI TAMOOCO SE LE DIO EL TIEMPO PERTINENTE PARA IMPONERSE EN
LOS AUTOS), EL JUEZ DE CONTROL AHORA AUTORIDAD RESPONSABLE DECRETO
DE LEGAL LA DETENCION REALIZADA POR La Unidad de Especializada en Investigación
de Secuestro y Extorsión de la unidad Especializada en Investigación de Secuestro, violando en
perjuicio de mi defensa los, PRINCIPIOS DE CONTRADICCIÓN, IGUALDAD ANTE LA LEY,
IGUALDAD ENTRE LAS PARTES, JUICIO PREVIO Y DEBIDO PROCESO, PRESUNCION
DE INOCENCIA Y EL DERECHO AL RESPETO DE LA LIBERTAD PERSONAL, previstos en
los artículos 6, 10, 11, 12, 13 Y 19 del Código Nacional de Procedimientos Penales y artículos así
como el derecho a una ADECUADA DEFENSA y DEBIDO PROCEDIMIENTO previstos en el
artículos 14 párrafo segundo, 20, apartado B, fracción VIII, de la

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 8, numeral 2, inciso d), de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, 14, numeral 3, inciso d), del Pacto Internacional de los
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Derechos Civiles y Políticos y 17 del Codigo Nacional de Procedimientos Penales. ( PUESTO
QUE LA DEFENSA DE OFICIO DESIGNADA POR LA JUEZ , DESCONOCIA
TOTALMENTE EL CONTENIDO DE LA CARPETA DE INVESTIGACIÓN. Y NO SE
OTORGO TIEMPO PARA QUE PUDIERA LEER Y OFRECER UNA DEFENSA
TECNICA ADECUADA.

LA VINCULACION A PROCESO en su punto resolutivo emitido por la autoridad responsable, en


la audiencia de fecha el tres de marzo de dos mil veintiuno, y el cual consiste en:

En la continuación de la audiencia inicial, la cual tuvo verificativo el tres de marzo de dos mil
veintiuno, la jueza de control concedió el uso de la voz a la defensa de la -imputada para que
contestara la solicitud de vinculación formulada por el Ministerio Público y, en uso de ese ejercicio
el defensor particular refirió que contaba con medios de prueba para incorporar en la audiencia, que
no había corrido traslado a las partes en razón a la temporalidad en la que fue nombrado como
defensor particular; por Io cual la jueza de la causa concedió un receso de dos horas, que
comprendió de las ocho horas con veintinueve minutos a las diez horas con cuarenta y ocho minutos
del tres de marzo de dos mil veintiuno, a efecto de que la defensa de corriera traslado a las partes
con los medio de prueba que deseaba incorporar con el objeto de tutelar los principios de igualdad y
contradicción.

Transcurrido el receso, toda vez que la defensa de la aquí quejosa corrió traslado a las partes diez
minutos antes de reanudar la audiencia con las pruebas que pretendía incorporar, la jueza de la
causa hizo notar el desconocimiento técnico, y previno a la imputada en términos del artículo 121
del Código Nacional de Procedimientos Penales, quien manifestó su deseo de continuar con su
defensor particular, por lo cual la jueza solicitó que se presentara la defensora pública a efecto de
que asesorara al defensor particular y, resolvió que no era procedente admitir los datos de prueba
expuestos por la defensa por no haberse satisfecho los requisitos mínimos legales para ser
introducidos a la audiencia.

En virtud de la designación de la defensora pública para que asistiera a la aquí quejosa y a su


defensor particular, la jueza concedió un prórroga para que entablaran comunicación; hecho lo
anterior continuó con el desarrollo de la audiencia y en ese sentido la jueza de control consideró
satisfechos los requisitos establecidos en los artículos 19, párrafo primero de la Constitución
Federal y 316 del Código Nacional de Procedimientos Penales.

Por tanto, decretó en contra de la aquí quejosa auto de vinculación a proceso por el hecho con
apariencia de delito de secuestro agravado previsto y sancionado por los artículos 9, fracción l,
inciso a), 10, fracción l, inciso b), de la Ley General para Prevenir y Sancionar Delitos en Materia
de Secuestro, reglamentaria de la fracción XXI del artículo 73 constitucional, en relación con los
diversos 13, fracción III y 9 del Código Penal Federal, cometido en agravio de J. C. T.

Inconforme con dicha determinación, mediante escrito presentado el ocho de marzo de dos mil
veintiuno, la quejosa interpuso recurso de apelación en contra de la precitada resolución, mismo que
conoció la Octava Sala Unitaria en Materia Penal, radicándolo con el número de toca

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Previo traslado a las partes con el citado Recurso( en el cual tampoco se le aceptaron a la quejosa
las pruebas ofrecidas por la defensa) , seguidos los trámites correspondientes, el seis de
agosto de dos mil veintiuno, el Magistrado de la Octava Sala Unitaria en Materia Penal resolvió el
recurso interpuesto, el cual confirmó el auto de vinculación a proceso de tres de marzo de dos mil
veintiuno decretado erv contra de la carpeta judicial administrativapor el hecho con apariencia de
delito de secuestro agravado previsto y sancionado por los artículos 9, fracción l, inciso a), 10,
fracción l, inciso b), de la Ley General para Prevenir y Sancionar Delitos en Materia de Secuestro,
reglamentaria de la fracción-XXl del artículo 73, Constitucional, en relación con los diversos 13,

Derivado a que la Autoridad Responsable para determinar la vinculación a proceso toma en


consideración los datos de pruebas ofrecidos únicamente por el Agente del Ministerio Público
adscrito a la unidad de Especializada en investigación de Secuestro y Extorsión de la unidad
Especializada en Investigación de Secuestro consistentes en la declaraciónes de los Agentes
aprehensores , todas ellas de fecha 23 de febrero de 2021, asi como los informes homologados.

Ahora bien, en el momento en que le dio el uso de la voz la autoridad responsable a la defensa
publica de mi hoy defensa, LILIAN GARCÍA LÓPEZ , la misma no hace manifestación alguna en
contra del dicho del agente del ministerio público, al detallar en que consiste cada dato de prueba,
toda vez que de acuerdo a las declaraciones mencionadas con antelación y que integran la carpeta
de investigación, contienen diversas contradicciones y que la defensora de oficio no las hizo notar
en la audiencia antes referida a la autoridad responsable para que esta tuviera conocimiento y poder
así emitir su resolución apegada a Derecho y así no vulnerar los derechos consagrados en nuestra
carta magna consistentes PRINCIPIOS DE CONTRADICCIÓN, IGUALDAD ANTE LA LEY,
IGUALDAD ENTRE LAS PARTES, JUICIO PREVIO Y DEBIDO PROCESO, PRESUNCION
DE INOCENCIA Y EL DERECHO AL RESPETO DE LA LIBERTAD PERSONAL, previstos en
los artículos 6, 10, 11, 12, 13 Y 19 del Código Nacional de Procedimientos Penales y artículos así
como el derecho a una ADECUADA DEFENSA y DEBIDO PROCEDIMIENTO previstos en el
artículos 14 párrafo segundo, 20, apartado B, fracción VIII, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos; 8, numeral 2, inciso d), de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, 14, numeral 3, inciso d), del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos y 17
del Código Nacional de Procedimientos Penales.

Agravio que hago consistir en la inadecuada defensa realizada por la defensora de oficio, que le fue
asignada a mi hoy defensa LILIAN GARCÍA LÓPEZ , durante la LA IMPOSICION DE LA
MEDIDA CAUTELAR CONSISTENTE EN PRISION PREVENTIVA OFICIOSA en contra de mi
defensa LILIAN GARCÍA LÓPEZ , dentro de la audiencia de fecha tres de marzo de 2021, dentro
de la causa penal 17/2021 CHOLULA del Juzgado de Control de la Región Judicial Centro oriente ,
con sede en La Ciudad de Cholula , Puebla

Esto derivado a que la defensora publica, en ningún momento de LA AUDIENCIA DE


CONTROL DE DETENCIÓN y AUTO DE VINCULACIÓN A PROCESO, NO REALIZO
NINGÚN ACTO encaminado a la defensa del C. LILIAN GARCÍA LÓPEZ , tal y como se ha
acreditado en el primer y segundo agravio, toda ves que la defensora de oficio designada por
la Jueza, DESCONOCIA TOTALMENTE LA CARPETA DE INVESTIGACIÓN, Y LAS
PRUEBAS A OFRECER, ADEMAS DE QUE LA JUEZA, NO LE OTORGO TIEMPO
SUFICIENTE PARA IMPONERSE EN AUTOS, ( desatendiendo lo preseptuado por la
jusprudencia de rubro y texto¹, por ende la autoridad responsable en desacato a la jurisprudencia,
acordo la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa, dejando en competo estado de indefensión
a mi hoy defensa LILIAN GARCÍA LÓPEZ , ya que la autoridad responsable al imponer dicha
medida cautelar tuvo por acreditado el supuesto establecido en el artículo 19 párrafo segundo de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y que a la letra dice:

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“…Artículo 19…

El Ministerio Público sólo podrá solicitar al juez la prisión preventiva cuando otras medidas
cautelares no sean suficientes para garantizar la comparecencia del imputado en el juicio, el
desarrollo de la investigación, la protección de la víctima, de los testigos o de la comunidad, así
como cuando el imputado esté siendo procesado o haya sido sentenciado previamente por la
comisión de un delito doloso. El juez ordenará la prisión preventiva, oficiosamente, en los casos de
delincuencia organizada, homicidio doloso, violación, secuestro, trata de personas, delitos
cometidos con medios violentos como armas y explosivos, así como delitos graves que determine la
ley en contra de la seguridad de la nación, el libre desarrollo de la personalidad y de la salud…”

DEFENSA ADECUADA EN MATERIA PENAL. PROCEDIMIENTO A SEGUIR PARA LA


DESIGNACIÓN OFICIOSA DEL DEFENSOR PÚBLICO QUE ASISTA AL IMPUTADO
EN LA PRÁCTICA DE UNA DILIGENCIA JUDICIAL DE DESAHOGO DE PRUEBAS,
ANTE LA AUSENCIA DEL DEFENSOR PARTICULAR PREVIAMENTE NOMBRADO.

Si al iniciarse una audiencia de desahogo de pruebas no se encuentra el defensor particular


previamente designado por el procesado, el juez del proceso, para garantizar el ejercicio efectivo del
derecho de defensa adecuada del imputado, debe nombrarle un defensor público para que lo asista
jurídicamente observando una serie de directrices. En principio, después de verificarse la
inasistencia del defensor particular previamente designado para intervenir en la causa penal, el juez
deberá requerir al imputado para que nombre a otro abogado que lo pueda asistir en la diligencia.
Con esto se cuida la prevalencia del derecho del imputado de designar libremente al abogado que lo
defienda en la causa penal. La respuesta del imputado puede dar lugar a tres supuestos: 1) designar
a otro abogado particular que se encuentre presente en las instalaciones del juzgado; 2) solicitar que
le sea nombrado un defensor público; 3) informar que no tiene abogado a quien pueda encomendar
su defensa, o el designado se niegue a aceptar el nombramiento realizado por el imputado. Después
de recibir alguna de las respuestas anteriores, el juzgador deberá dictar un acuerdo de trámite en el
que puede: a) tener por designado al defensor particular nombrado por el procesado o; b) designar a
un defensor público que lo asista jurídicamente. En este mismo acuerdo, el juez tiene que requerir al
profesionista en derecho para que comparezca de inmediato en la diligencia a aceptar el cargo y
asumir la defensa del inculpado. Realizado lo anterior, la autoridad judicial deberá implementar las
medidas necesarias para que el defensor designado pueda tener acceso a las constancias que
integran la causa penal, con el fin de que conozca las circunstancias generales del caso y de la
diligencia judicial programada para celebrarse al momento de la intervención, de manera que pueda
tener los conocimientos necesarios para asesorar adecuadamente al imputado. En caso de que se
trate de una audiencia de desahogo de pruebas, la autoridad judicial deberá diferir la audiencia, ya
que en el momento de la designación eventual del defensor, éste no conoce las particularidades del
caso; el diferimiento permite que el profesional en derecho se prepare para poder conocer las
particularidades del caso. Este supuesto tiene como excepción que la designación del defensor
público sea únicamente para suplir al defensor particular que representa a la defensa en la audiencia
de desahogo de pruebas. En este supuesto, la diligencia podrá verificarse después de que el
imputado y su defensor sostengan una entrevista y manifiesten que conocen las circunstancias del
caso y tiene la preparación previa para ejercer la defensa efectiva. De la manifestación debe dejarse
constancia en la audiencia. La autoridad judicial requerirá al defensor particular que no asistió a la
diligencia, siempre que no haya sido revocado, para que se presente en la próxima fecha que se
programe y también se le apercibirá con imponerle las medidas de apremio correspondientes a la
ley procesal. En caso de que en la nueva fecha señalada para que tenga verificativo la audiencia de
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desahogo de pruebas se repita la inasistencia del defensor particular designado para representar la
defensa adecuada del procesado, el juzgador tendrá que repetir las anteriores consideraciones y
diferir la audiencia a una próxima fecha. La autoridad deberá imponer al defensor particular ausente
la medida de apremio que haya determinado, después de que conste que fue debidamente
notificado. En este caso, si el imputado manifiesta que debe mantenerse la designación del defensor
particular, la autoridad debe de informarle que con motivo de la inasistencia del defensor particular,
se le asignará de manera oficiosa un defensor público que podrá acceder al expediente y se diferirá
la fecha de la audiencia nuevamente, con la finalidad de preparar la defensa del imputado y
garantizar que no se le deje en estado de indefensión. Este supuesto no se verificará si un defensor
particular asume la defensa y conoce del asunto. Esta última directriz, en primer término, permite
respetar, hasta el límite de lo posible, el derecho del imputado de nombrar un profesionista en
derecho que asuma su defensa y opera como garantía para no dejar al imputado en estado de
indefensión. Las directrices previamente planteadas son necesarias para evitar una violación al
derecho humano de defensa adecuada porque se refieren a la realización de acciones de protección,
respeto y garantía del citado derecho humano en un proceso penal.

PRIMERA SALA

Amparo directo en revisión 94/2014. 3 de septiembre de 2014. Cinco votos de los Ministros Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez
Cordero de García Villegas y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ponente: José Ramón Cossío Díaz.
Secretario: Julio Veredín Sena Velázquez.

Amparo directo en revisión 3250/2013. 24 de septiembre de 2014. Cinco votos de los

Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena,
Olga Sánchez Cordero de García Villegas, quien reservó su derecho para formular voto
concurrente, y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario:
Javier Mijangos y González.

El Juez Deberá otorgar tiempo suficiente para preparar nuevamente su defensa Y poder
subsanar las fallas o deficiencias de la defensa anterior. Sin Embargo, si decide mantener a su
defensor particular, el Juez nombrará Un defensor público para que colabore en la defensa y
pueda evitarse Que se vulneren sus derechos.

. Esta obligación no se limita la autoridad jurisdiccional del proceso penal. Cuando en un


juicio de amparo directo la parte quejosa alegue que se Vulneró en su perjuicio el derecho a
contar con una defensa Técnicamente efectiva y, además, la autoridad jurisdiccional del
proceso Omitió velar al respecto de modo que tuvo un impacto en el fallo, el Tribunal
Colegiado deberá ordenar la reposición del procedimiento a Partir de la diligencia
inmediatamente anterior de donde surgió la Vulneración al citado derecho para que se actúe
durante el Procedimiento penal conforme al punto anterior.

Pero como ha quedado demostrado que por la falta de experticia por parte de la defensa publica, no
opuso contradicción alguna a todo lo manifestado por el Agente del Ministerio Público adscrito a la
Unidad de Flagrancia, ya que como ha quedado demostrado en el segundo agravio, realizando la
valoración de los datos de prueba detalladamente, hay suficientes inconsistencias para crear una
duda razonable respecto a que si hoy mi defensa, FUE DETENIDA ILEGALMENTE y esto con el

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fin de llevar acabo un acto sancionado por la ley, teniendo aplicación al caso en concreto la
siguiente tesis:

Época: Décima Época

Registro: 2017222

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

Tipo de Tesis: Aislada

Fuente: Semanario Judicial de la Federación

Publicación: viernes 22 de junio de 2018 10:28 h

Materia(s): (Constitucional, Penal)

Tesis: XV.3º.14 P (10ª.)

DEFENSOR DEL IMPUTADO EN EL SISTEMA PENAL


ACUSATORIO. PARA SU REMOCIÓN DEL CARGO, EN TÉRMINOS
DEL ARTÍCULO 121 DEL CÓDIGO NACIONAL DE
PROCEDIMIENTOS PENALES, POR INCAPACIDAD TÉCNICA
MANIFIESTA Y SISTEMÁTICA, EL ÓRGANO JURISDICCIONAL
DEBE ANALIZAR CUIDADOSAMENTE CADA CASO CONCRETO,
A FIN DE DETERMINAR SI EL NÚMERO Y TRASCENDENCIA DE
LOS ERRORES COMETIDOS SON DE TAL MAGNITUD, QUE
COLOQUEN AL ACUSADO EN RIESGO DE QUE SE PRIVE DE
CONTENIDO MATERIAL SU DERECHO FUNDAMENTAL DE
DEFENSA ADECUADA.

El Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la tesis aislada


P. XII/2014 (10ª.), de título y subtítulo: “DEFENSA ADECUADA DEL
INCULPADO EN UN PROCESO PENAL. SE GARANTIZA CUANDO
LA PROPORCIONA UNA PERSONA CON CONOCIMIENTOS
TÉCNICOS EN DERECHO, SUFICIENTES PARA ACTUAR
DILIGENTEMENTE CON EL FIN DE PROTEGER LAS GARANTÍAS
PROCESALES DEL ACUSADO Y EVITAR QUE SUS DERECHOS SE
VEAN LESIONADOS.”, estableció que en el derecho de defensa adecua da
se identifica un elemento formal, consistente en que el nombramiento de defensor recaiga en
un profesional en derecho, y uno material, que implica que el defensor actúe diligentemente
con el fin de proteger los intereses de su defendido y evitar que sus derechos se vean
lesionados. Ahora bien, frente al derecho fundamental referido, el Estado tiene una obligación
de carácter negativo, de no obstruir e impedir su materialización, y otra de tipo positivo, de
asegurar por los medios legales a su alcance, que se cumplan las condiciones que posibiliten su
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ejercicio. Dentro de esta última, en relación con el elemento material mencionado, se
encuentra la facultad del órgano jurisdiccional prevista en el artículo 121 del Código Nacional
de Procedimientos Penales, de remover al defensor cuando exista una manifiesta y sistemática
incapacidad técnica, que a su vez responde a la obligación de velar por la defensa adecuada y
técnica del imputado, establecida en el numeral 17 del propio ordenamiento a cargo del
juzgador; por tanto, éste podrá ejercer la facultad de remoción indicada, cuando el defensor
incurra en errores técnicos en forma patente y clara, mediante una serie de conductas
reiteradas en el mismo o similar sentido. De ahí que uno o más errores aislados no configuren
la causa de remoción citada, aun cuando revelen cierto grado de desconocimiento del sistema
penal acusatorio, porque la gravedad de la medida amerita un análisis cuidadoso en cada
caso, a efecto de que el órgano jurisdiccional determine si el número y trascendencia de los
errores cometidos son de tal magnitud, que coloquen al imputado en riesgo de que se prive de
contenido material su derecho fundamental de defensa adecuada, privándolo de la posibilidad
de hacer frente a la imputación formulada en su contra, y si pudieran trascender al sentido de
la determinación que vaya a adoptarse en la etapa procesal correspondiente. De no obrar en
esos términos, el juzgador podría vulnerar el derecho fundamental del imputado a designar
libremente al defensor de su elección, previsto en los artículos 20, apartado B, fracción VIII,
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 8, numeral 2, inciso d), de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, y 14, numeral 3, inciso d), del Pacto
Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, ante la posibilidad fáctica de que aquél ya no
pueda nombrar a un segundo o ulterior defensor particular, o ante el riesgo de que el nuevo
que designe no cuente con los medios y tiempo necesarios para conocer las constancias
atinentes, a fin de determinar la estrategia a seguir, que permita el ejercicio de una adecuada
defensa.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO QUINTO CIRCUITO.

Amparo en revisión 8/2018. 15 de marzo de 2018. Unanimidad de votos. Ponente: Rómulo


Amadeo Figueroa Salmorán. Secretario: Héctor Gabriel Tanori González.

Nota: La tesis aislada P. XII/2014 (10ª.) citada, aparece publicada en el Semanario Judicial de
la Federación del viernes 11 de abril de 2014 a las 10:09 horas y en la Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 5, Tomo I, abril de 2014, página 413.

Esta tesis se publicó el viernes 22 de junio de 2018 a las 10:28 horas en el Semanario Judicial
de la Federación.

Época: Décima Época

Registro: 2014610

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

Tipo de Tesis: Aislada

Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación

Libro 43, Junio de 2017, Tomo IV


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Materia(s): Común

Tesis: (IX Región)1º.2 P (10ª.)

Página: 2895

DEFENSA ADECUADA EN MATERIA PENAL. LA CONCESIÓN DEL AMPARO PARA


QUE SE REPARE LA VIOLACIÓN A ESTE DERECHO FUNDAMENTAL -EN ORDEN
PREFERENTE EN SU ESTUDIO RESPECTO DE LAS TRANSGRESIONES
PROCESALES DE FORMA PROPUESTAS EN LA DEMANDA O ADVERTIDAS DE
OFICIO-, GARANTIZA MAYOR BENEFICIO AL QUEJOSO, EN TANTO QUE DICHA
REPARACIÓN GENERARÁ QUE QUIEN SE HAGA CARGO DE SU DEFENSA
TÉCNICA, DADO EL CONOCIMIENTO DEL ASUNTO, PUEDA HACER VALER TODAS
AQUELLAS VIOLACIONES PRESENTES EN EL PROCEDIMIENTO COMETIDAS EN
PERJUICIO DE SU DEFENDIDO.

Existen diversos criterios de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que ilustran en el sentido de
que la diligencia en la que el inculpado dentro de un procedimiento penal, al rendir su declaración,
o hacer manifestaciones, no sea asistido por un defensor profesional del derecho es ilícita, y que
ante tal escenario, dicho vicio debe ser reparado a efecto de que aquél goce eficazmente del derecho
humano de la defensa adecuada. Ahora bien, si en el juicio de amparo directo el inculpado
argumenta una violación en ese aspecto, ocurrida en la audiencia de vista dentro del trámite de la
apelación, o es advertida de oficio, procede otorgar la protección constitucional solicitada a efecto
de que se desagravie al impetrante de la violación al derecho humano de trato; además, si de las
mismas inconformidades propuestas se advierten alegaciones en el sentido de que se cometieron en
perjuicio del quejoso diversas violaciones procesales y de forma, se estima que la concesión de
mérito puede traer mayor beneficio a éste, ya que quien se haga cargo de su defensa técnica, ya sea
particular o de oficio, puede tener, dado el conocimiento del asunto, una gama más amplia respecto
de violaciones cometidas en perjuicio de su defendido, y que éstas pueden hacerse valer
oportunamente en la sede natural del conflicto criminoso, por lo que la violación a este derecho
humano es de orden preferente en su estudio respecto a las transgresiones procesales que se
plantean en la demanda de amparo. Por tanto, si en la audiencia a la que cita la alzada con motivo
del recurso de apelación promovido contra la sentencia de primera instancia, el inculpado no contó
con una adecuada defensa técnica y eficaz, ello implica la concesión del amparo, por lo cual, ningún
sentido útil tendría pronunciarse en relación con las violaciones procesales propuestas en la
demanda de amparo o advertidas de oficio, toda vez que al repararse el derecho humano a una
adecuada defensa, por la trascendencia de éste, quien se encargue de asistir técnicamente al
inculpado, podrá hacer valer todas aquellas que se reclamen, o incluso unas diversas, y además ello
no limita a que, de ser el caso, en un ulterior amparo se puedan oponer.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DE CIRCUITO DEL CENTRO AUXILIAR DE LA


NOVENA REGIÓN.

Amparo directo 714/2016 (cuaderno auxiliar 843/2016) del índice del Primer Tribunal Colegiado
del Trigésimo Circuito con apoyo del Primer Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de
la Novena Región, con residencia en Zacatecas, Zacatecas. 12 de enero de 2017. Mayoría de votos.
Disidente: José Guerrero Durán, secretario de tribunal autorizado por la Comisión de Carrera
Judicial del Consejo de la Judicatura Federal para desempeñar las funciones de Magistrado.
Ponente: Juan Gabriel Sánchez Iriarte. Secretario: Juan Antonio Ortega Aparicio.

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Esta tesis se publicó el viernes 23 de junio de 2017 a las 10:29 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.

Época: Décima Época

Registro: 2014992

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

Tipo de Tesis: Aislada

Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación

Libro 45, Agosto de 2017, Tomo IV

Materia(s): Constitucional

Tesis: I.10º.P.14 P (10ª.)

Página: 2826

DEFENSA ADECUADA EN LA AVERIGUACIÓN PREVIA. SI EL INDICIADO


SOLICITA COPIA CERTIFICADA DE LA INDAGATORIA Y SU EXPEDICIÓN NO
COMPROMETE LA SEGURIDAD NACIONAL, LA SEGURIDAD PÚBLICA O LA
DEFENSA NACIONAL, EL MINISTERIO PÚBLICO, PARA GARANTIZAR ESTE
DERECHO HUMANO, DEBE PROPORCIONÁRSELA Y NO REQUERIRLO PARA QUE
COMPAREZCA EN LAS OFICINAS MINISTERIALES PARA CONSULTAR DICHAS
ACTUACIONES.

El artículo 20, apartado A, fracción VII, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, en su texto anterior a la reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el 18 de
junio de 2008, establece que el inculpado tiene derecho a que le sean facilitados todos los datos que
solicite para su defensa y que consten en el proceso, el cual también debe ser garantizado durante la
etapa de averiguación previa, en términos de la fracción X, párrafo cuarto del propio artículo. Ahora
bien, de una interpretación progresiva del precepto constitucional mencionado, en concordancia con
lo dispuesto por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el caso “Rosendo Radilla
Pacheco vs. Estados Unidos Mexicanos”, es evidente que el acceso a las constancias que integran la
averiguación previa, no puede limitarse a que el indiciado comparezca ante la autoridad para
consultarlas, por lo que si él solicitó copia certificada de la indagatoria y su expedición no
contraviene el artículo 110 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública,
porque no compromete la seguirdad nacional, la seguridad pública o la defensa nacional, el
Ministerio Público debe proporcionarla. Lo anterior, porque de negar la petición y condicionar el
derecho de defensa adecuada a comparecer en las oficinas ministeriales, impone una carga
injustificada que violenta los principios de igualdad y equidad procesal al dificultar su ejercicio;
además, el artículo 16, párrafo segundo, del Código Federal de Procedimientos Penales (abrogado),
en el que se establece la reserva del acceso a las actuaciones, únicamente es aplicable para las
personas ajenas a la investigación, y claramente el indiciado no lo es, aunado a que el artículo
constitucional indicado establece que el indiciado puede imponerse de los autos de la averiguación.

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DÉCIMO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo en revisión 65/2017. 4 de mayo de 2017. Unanimidad de votos. Ponente: Guadalupe Olga
Mejía Sánchez. Secretaria: María Imelda Ayala Miranda.

Esta tesis se publicó el viernes 25 de agosto de 2017 a las 10:33 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.

Época: Décima Época

Registro: 2013177

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

Tipo de Tesis: Aislada

Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación

Libro 36, Noviembre de 2016, Tomo IV

Materia(s): Constitucional

Tesis: III.2º.P.105 P (10ª.)

Página: 2360

DEFENSA ADECUADA EN MATERIA PENAL. PARA GARANTIZAR ESTE DERECHO


HUMANO, DEBE QUEDAR ASENTADA EN AUTOS LA VOLUNTAD EXPRESA DEL
INCULPADO DE NOMBRAR O NO DEFENSOR PARTICULAR.

El derecho humano de debida defensa consiste en que cualquier persona sometida a un


procedimiento de carácter penal, tenga una defensa adecuada; por tanto, no se satisface si solamente
se le proporciona la asistencia técnica jurídica de un defensor público, si previamente no se le hacen
saber los derechos contenidos en el artículo 20, apartado A, fracción IX, de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos (en su texto anterior a la reforma publicada en el Diario Oficial
de la Federación el 18 de junio de 2008), entre los que se encuentra el que tenga un defensor
particular que designe voluntariamente; es decir, el hecho de que la autoridad le nombre un defensor
público debe estar precedido por la decisión del inculpado de nombrar un abogado particular; pero
al no estar en condiciones para designarlo o se niegue a elegirlo, debe quedar asentada en autos su
voluntad expresa de nombrarlo o no, pues sólo así se le garantiza el mencionado derecho humano,
siendo hasta ese momento en que está expedita la facultad de la autoridad ministerial o judicial de
nombrarle al defensor público.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL TERCER CIRCUITO.

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Amparo directo 28/2016. 23 de junio de 2016. Unanimidad de votos. Ponente: José Luis González.
Secretaria: Saira Lizbeth Muñoz de la Torre.

Esta tesis se publicó el viernes 25 de noviembre de 2016 a las 10:36 horas en el Semanario Judicial
de la Federación.

Época: Novena Época

Registro: 163648

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

Tipo de Tesis: Aislada

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Tomo XXXII, Octubre de 2010

Materia(s): Penal

Tesis: XVII.1º.P.A.68 P

Página: 2985

DERECHO DE DEFENSA. SU CONCEPTO, INTEGRACIÓN Y CONTENIDO EN EL CÓDIGO


DE PROCEDIMIENTOS PENALES DEL ESTADO DE CHIHUAHUA (NUEVO SISTEMA DE
JUSTICIA PENAL).

El derecho de defensa en el Código de Procedimientos Penales del Estado de Chihuahua está


integrado, por una parte, por las garantías relativas al derecho de defensa material y, por otra, por
las garantías relativas al derecho de defensa técnica. El primer grupo, a su vez, está conformado por
derechos de información, de intervención en el procedimiento y por los que imponen un deber de
abstención a las autoridades de persecución penal pública; el segundo grupo, por los de designación
y sustitución del defensor, la defensa necesaria y los derechos y las facultades del defensor mismo,
esto es, el derecho de ser asistido o defendido por un profesionista, licenciado en derecho
especializado mediante su pleno conocimiento en el juicio oral penal, desde la primera actuación
del procedimiento. Ahora bien, en términos generales, el derecho de defensa consiste en la facultad
del imputado de intervenir en el procedimiento penal que se dirige en su contra para poner en
evidencia la falta de fundamento de la pretensión punitiva estatal o de cualquier circunstancia que la
excluya o atenúe; tal derecho comprende lo siguiente: a) ser oído, lo que presupone conocer el
contenido de los cargos que se le imputan y los antecedentes que lo fundan, con el objeto de ejercer
adecuadamente su defensa y de formular los planteamientos y las alegaciones que le convengan, por
principio, salvo excepciones, en todas las etapas del procedimiento penal; b) controlar y controvertir
la prueba de cargo; c) probar los hechos que él mismo invoca para excluir o atenuar la reacción
penal; d) valorar la prueba producida y exponer las razones fácticas y jurídicas para obtener del
tribunal una sentencia favorable, y e) defenderse personalmente o, si esto no le fuera permitido,
elegir a quien lo represente o lo asista. Estas prerrogativas se contemplan, entre otros, en el artículo
7 del mencionado código. Así, aunque igualar el poder de la organización estatal puesta al servicio
de la persecución penal puede resultar imposible, la ley prevé una serie de mecanismos para mejorar
la posición del imputado y garantizar una cierta igualdad de armas. El más importante de ellos es la
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defensa técnica, que permite al imputado contar con la asistencia necesaria cuando no posee
conocimientos jurídicos suficientes o, cuando, poseyéndolos, no pueda aplicarlos de forma idónea o
adecuada; aunado a que el código de referencia establece como principio básico del nuevo
procedimiento penal, el derecho del imputado a formular los planteamientos y las alegaciones que
considere oportunas, así como intervenir en todas las actuaciones judiciales y en las demás
actuaciones del procedimiento, salvo las excepciones legales como se advierte del artículo 6 de
dicho cuerpo de leyes, específicamente del párrafo cuarto.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS PENAL Y ADMINISTRATIVA DEL


DÉCIMO SÉPTIMO CIRCUITO.

Amparo en revisión (improcedencia) 64/2010. 30 de abril de 2010. Unanimidad de votos. Ponente:


José Martín Hernández Simental. Secretario: Guillermo Alberto Flores Hernández .

CUARTO AGRAVIO.-

LA INTERPRETACION DEL JUEZ QUINTO DE


DISTRITO DE AMPARO RESPECTO AL PRINCICIPIO DE
DEFINITIVIDAD.

se tiene qué el juez de Amparo a foja 17 de su resolución manifiesta lo siguiente :

… “Improcedencia respecto del control de detención y medida cautelar,

Por otra parte, respecto de los actos reclamados a la Jueza de Control del Juzgado
de Oralidad Penal y Ejecución de la Reglón Judicial Centro Poniente , consistentes en la
resolución de control de detención y retención, así como la medida cautelar de prisión
preventiva oficiosa de veintisiete de febrero de dos mil veintiuno, decretados en la carpeta
judicial administrativa 107/2021/CHOLULA . se actualiza la causa de Improcedencia
prevista en el artículo 61, fracción XIV, de la Ley de Amparo, que establece :

Articulo 61. El JUICIO de amparo es improcedente :

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XIV Contra normas generales o actos consentidos tácitamente , entendiéndose por
tales aquéllos contra los que no se promueva el juicio amparo dentro de los plazos previstos

Dicho precepto establece la Improcedencia del Juicio de amparo contra actos


consentidos tácitamente, entendiéndose por éstos aquellos contra los que no se promueve el
juicio de amparo dentro de los plazos previstos.

Al ‘respecto, es necesario transcribir el articulo 17 de la ley de la materia, que


prevé:

-Artículo 17. El plazo para presentar la demanda de amparo es de quince días,


salvo, Cuando se reclame una norma general autoaplicativa, o e/ procedimiento de
extradición, en que será de treinta días:

Cuando se reclame la sentencia definitiva condenatoria en un proceso penal, que imponga


pena de prisión, podrá interponerse en un plazo de hasta ocho años,

Cuando el amparo se promueva contra actos que tengan o puedan tener por efecto
privar total o parcialmente, en forma temporal o definitiva, de la propiedad, posesión o
disfrute de sus derechos agrarios a los núcleos de población ejidal o comunal, en que será
de siete años, contados a partir de que, de manera indubitable, la autoridad responsable
notifique el acto a los grupos agrarios mencionados;

Cuando el acto reclamado implique peligro de privación de la vida, ataques a la


libertad personal fuera de procedimiento, incomunicación, deportación o expulsión,
proscripción o destierro, desaparición forzada de personas o alguno de los prohibidos por el
artículo 22 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, asi como la
Incorporación forzosa al Ejército, Armada o Fuerza Aérea nacionales en que podrá
presentarse en cualquier tiempo

El precepto transcrito prevé el plazo genérico de quince días para presentar la


demanda de amparo, pues se reclama un acto dentro de procedimiento.

En ese contexto, es evidente que en el caso concreto la quejosa debió reclamar el


control de la detención y medida cautelar de prisión preventiva oficiosa decretados en la
carpeta judicial administrativa 107/2021/CHOLULA, a partir del día siguiente al en que se
le notificó dichas resoluciones, tomando en consideración que el articulo 18 de la Ley de
Amparo dispone, que los plazos a que se refiere el artículo la propia ley, se computarán a
partir del día siguiente a aquél en que surta efectos, conforme a la ley del acto, la
notificación al quejoso del acto o resolución reclamada, siendo que en la Especie, conforme
al artículo 82 del Código Nacional de Procedimientos Penales “…

(legislación aplicable ), los términos establecidos se en el mismo se contarán al día


siguiente al en que se hubiera hecho la notificación respectiva .

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En la especie , conforme a las constancias que obran en autos, especifico la
audiencia de veintisiete de febrero de dos celebrada en la carpeta judicial administrativa . se
desprende que la calificación de legal detención y medida cautelar de prisión preventiva
oficiosa se notificaron en la propia audiencia. La cual culminó el veintisiete de febrero de
dos mil veintiuno

En consecuencia, et plazo para promover la demanda de amparo en contra de


dichos actos transcurrieron del .dos al veintitrés de marzo de dos mil veintiuno, Sin tomar
en consideración los dios seis. Siete, trece. Catorce, quince, veinte y veintiuno de marzo d o
dos mil veintiuno, por ser Inhábiles para la promoción del juicio de amparo, de ahí que si la
demanda se presentó hasta el veintisiete de agosto de dos mil veintiuno, ello se hizo en
forma extemporánea, consintiendo la quejosa en forma tacita tales actos.

Lo anterior. Porque la circunstancia de que la quejosa no cuestione a través del


juicio de amparo determinado acto que le causa afectación en cualquiera de sus derechos,
dentro del término previsto en la ley, lleva consigo la presunción de conformidad con el
mismo , precisamente por no reclamarlo dentro del término perentorio establecido en la ley.

En tales condiciones, se sobresee en el juicio de amparo respecto de los actos


reclamados consistentes en la calificación de legal detención e imposición de la medida
cautelar de prisión preventiva oficiosa en virtud de que se actualiza la improcedencia
prevista en el articulo 61, fracción, fracción XIV, de la Ley de Amparo, en términos del
articulo 63, fracción V, del propio ordenamiento legal, al resultar extemporánea la
promoción de la demanda de amparo

Improcedencia respecto el auto de vinculación a proceso.

Finalmente, el juicio de amparo es improcedente contra el acto reclamado a la


Jueza de Control del Juzgado de Oralidad Penal y Ejecución de la Reglón Judicial Centro
Poniente . Consistente en el auto de vinculación a proceso decretado en la carpeta judicial
administrativa 107(202 UCHOLULA, porque se actualiza la causa de improcedencia
prevista en el articulo 61, fracción XXI, de la Ley de Amparo, que establece

-Artículo 61. El juicio de’ amparo es improcedente

XXI Cuando hayan cesado los efectos del acto reclamado:

De las ‘constancias de autos se observa que contra esa resolución la Impetrante y


agente del Ministerio Público interpusieron recurso de apelación; del que conoció el
Magistrado de la Octava Sala Unitaria en Materia Penal bajo el toca 9/2021, quien el seis
de agosto de dos mil veintiuno dicto la resolución correspondiente, confirmando el auto de
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vinculación a proceso materia del recurso, por lo que la primera determinación fue
sustituida procesalmente y. por tanto, cesó en sus efectos.

Ello, porque cuando la resolución dictada por una autoridad se combate a través de
algún medro de impugnación, fa nueva resolución incide y sustituye procesalmente los
efectos generados por la primera. Al ser la nueva resolución la que rige la situación jurídica
y es la que se ejecutará, al sustituir procesalmente a la primigenia

Sirve de apoyo a lo anterior la tesis aislada 1.20.P.4 K (10ª.), del Segundo


Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primero Circuito. De la Décima Época,
Materias(s): Común, consultable en el Libro 38, Enero de 2017, Tomo IV, página 2546, de
la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, de rubro:

IMPROCEDENCIA DEL AMPARO POR CESACIÓN DE EFECTOS DEL


ACTO RECLAMADO. SE ACTUALIZA ESTA CAUSAL CUANDO LA RESOLUCIÓN
DE SEGUNDA INSTANCIA SUSTITUYE PROCESALMENTE A LA DICTADA

En consecuencia, con fundamento en el artículo 63, fracción V, de la Ley de


Amparo. Se sobresee el JiliC10 contra el auto de vinculación a proceso de tres de marzo de
dos mil veintiuno”…

Contrario a lo manifestado por el juez de Distrito, el artículo 211 del Código


Nacional de Procedimientos Penales, se advierte que en el sistema De justicia penal
acusatorio existen tres etapas, entre ellas, la de investigación, en la cual, si se da el
supuesto de encontrarse una persona detenida, el Juez de control debe resolver: a) La
Legalidad de la detención, b) La formulación de la imputación, c) La solicitud de auto de
Vinculación a proceso y, en su caso, d) La solicitud de medida cautelar. Ahora bien, si
en el Juicio de amparo indirecto se reclaman conjuntamente la determinación que
califica y ratifica De legal la detención, el auto de vinculación a proceso y la medida
cautelar de prisión Preventiva impuesta, no se actualiza la causa de improcedencia por
cambio de situación Jurídica, prevista en el artículo 61, fracción XVII, de la Ley de
Amparo, respecto de la calificación De la detención, pues se trata de actos judiciales de
naturaleza distinta y específica, por la Materia a decidir en esta etapa judicial de la
investigación. En ese sentido, la legalidad de la Detención del imputado deriva de la
justificación constitucional para detener a una persona por Flagrancia o urgencia, y el
auto de vinculación a proceso no es una determinación que Justifique, per se, la libertad
de la persona sujeta a proceso, pues en un primer momento se Justifica por la
calificación de la detención y, después, una vez que se vincula a proceso con la
Respectiva medida cautelar; por tanto, el auto de vinculación sólo tiene como finalidad
sujetar A una persona a una investigación judicializada, y jurídicamente no es el acto
que prive o Restringe la libertad; en esa virtud, no existe el cambio de situación jurídica.
Además, examinar en el juicio de amparo indirecto la calificación de la detención,
posibilita analizar los datos de Prueba resultantes de ésta y, en su caso, nulificarlos, si se
declara ilegal, lo que trasciende en la Valoración probatoria que realice el Juez de
control en la emisión del auto de vinculación a Proceso.
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El auto de vinculación a proceso es la resolución judicial que da lugar a que se
someta a proceso penal a una persona por su probable participación en la comisión de
una conducta que la ley señala como delictiva y que está probada plenamente su
comisión. El artículo 19 constitucional exige que todo auto de vinculación a proceso,
esté sustentado en los datos de prueba que arroje la carpeta de investigación y de las
cuales se desprenda que se ha cometido un delito y de la probable responsabilidad del
indiciado (o sea, que posiblemente participó en la comisión del delito); luego entonces,
para que un auto de esta naturaleza tenga validez, se requiere que la autoridad
jurisdiccional que lo emita, tenga acreditada la existencia del delito, entendido como el
conjunto de elementos que describe la ley como los constitutivos de la conducta ilícita.
Asimismo, es indispensable que esos datos de pruebas sean obtenidas lícitamente, para lo
cual, el juez de Control debe valorarlas conforme a Derecho.

Este auto se emite en la audiencia inicial, pudiendo haber rendido declaración


el indiciado ante el juez.

En caso de que se dicte auto de vinculación a proceso, ( como en el presente


caso) el imputado estará en disponibilidad de promover el recurso de apelación
(contando con tres días para enderezarlo, con expresión de agravios por escrito y en el
que imperará el estricto derecho, conforme al artículo 461 del Código Nacional de
Procedimientos Penales) o una demanda de amparo indirecto

RAZON POR LA QUÉ LA QUEJOSA , PARA AGOTAR EL


PRINCIPIO DE DEFINITIVIDAD Interpuso EL RECURSO DE
APELACIÓN, Y QUE HOY SON ( LOS ACTOS RECLAMADOS EN LA
DEMANDA DE GARANTIAS ) MOTIVO POR LA QUE NO DEBE DE SOBRESER
EL AMPARO PROMOVIDO POR LA QUEJOSA, PUESTO QUE EL AMPARO SE
PROMOVIDO PRECISAMENTE EN CONTRA DE LA RESOLUCIÓN DE ALZADA, y
que son :

A) LA RESOLUCIÓN DE LA APELACION PARA EL TOCA PENAL 09/2021,


EN CONTRA DEL AUTO DE VINCULACIÓN A PROCESO DE FECHA
06 DE AGOSTO DE 2021, EMITIDA POR LA OCTAVA SALA UNITARIA
PENAL EN MATERIA PENAL

b) LA AUDIENCIA DE CONTROL DE DETENCIÓN.

c) El AUTO DE VINCULACIÓN A PROCESO Y LA MEDIDA


CAUTELAR DE PRISION PREVENTIVA OFICIOSA IMPUESTA EN CONTRA DE
LILIAN GARCIA LÓPEZ

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d) LA DETENCIÓN EXCESIVA DE LA SUSCRITA SIN EL
SUPUESTO DE FLAGRANCIA Y SIN ORDEN DE APREHENSIÓN.

e) TORTURA.

Sirve de ilustración al presente la doctrina en su vertiente de definitividad

De lo trascrito es manifiesto que la ley procesal aplicable al caso concreto prevé


de manera expresa que el auto de vinculación a proceso es susceptible de impugnarse a
través del recurso de apelación.--- Luego, si el quejoso señaló como acto reclamado el auto
de vinculación a proceso de veintiocho de agosto de dos mil once, relativo a la causa penal
544/2011, emitido por el Juez de Control y de Juicio Oral de Toluca con residencia en
Almoloya de Juárez, Estado de México; y de las constancias que integran el amparo
indirecto de que se trata, se advierte que no agotó el recurso de apelación, a que se refiere el
artículo 410, fracción III del Código de Procedimientos Penales para el Estado de México,
en contra de dicha determinación; resulta evidente que en el caso se actualiza la causal de
improcedencia prevista en la fracción XIII del artículo 73 de la Ley de Amparo, al no
haberse observado el principio de definitividad que rige el juicio constitucional.--- Sirve de
apoyo a lo anterior, la jurisprudencia de rubro: “ AMPARO. PARA SU PROCEDENCIA
ES OBLIGATORIO AGOTAR LOS RECURSOS O MEDIOS DE DEFENSA QUE
LA LEY COMÚN ESTABLECE, EN ACATAMIENTO AL PRINCIPIO DE
DEFINITIVIDAD QUE RIGE EN EL JUICIO CONSTITUCIONAL.”.--- Así como
la diversa jurisprudencia de rubro: “RECURSOS ORDINARIOS.”.- -- No es óbice a
lo anterior, el hecho de que la parte quejosa reclame un auto de enjuiciamiento denominado
auto de vinculación a proceso, pues no se actualizan las hipótesis de excepción previstas en
el artículo 22, fracción II de la Ley de Amparo.--- Así es, el artículo 19 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, reformado el dieciocho de junio de dos mil
ocho, establece: “Artículo 19.” (Se transcribe).-

Sirve de apoyo, por las consideraciones que la informan, la tesis de rubro: “AUTO
DE VINCULACION A POROCESO. SU NATURALEZA Y EFECTOS SON
DISTINTOS AL DEL AUTO DE FORMAL PRISIÓN (NUEVO SISTEMA DE
JUSTICIA PENAL EN EL ESTADO DE OAXACA).” .--- De lo argumentado, debe
decirse que la prisión preventiva que se pudiera decretar en el nuevo sistema acusatorio oral
no depende del auto de vinculación a proceso, sino de las medidas cautelares que se dicten
contra el inculpado, dada la independencia entre ambas figuras jurídicas.--- En efecto,
ahora las medidas restrictivas de libertad son con motivo de las medidas cautelares que se
dictan durante el proceso, las cuales tienen el carácter de excepcional, salvo la de prisión
oficiosa y su aplicación y su aplicación es proporcional al derecho que se pretende
proteger.--- Lo anterior se fundamenta con el numeral 10 del Código de Procedimientos
Penales para el Estado de México, que prevé:--- “Artículo 10”. (Se transcribe).---
Asimismo, el artículo 192 del código adjetivo antes invocado, señala que la imposición de
una o más medidas cautelares se impondrán a petición del Ministerio Público, del ofendido
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o la víctima después de formulada la imputación, ello con el objeto de garantizar el éxito de
las diligencias de investigación o la seguridad de la sociedad, proteger al ofendido o
asegurar la comparecencia del imputado a las actuaciones del procedimiento o ejecución de
la sentencia.--- Entre tanto el numeral 194 del Código de Procedimientos Penales de la
entidad prevé como medida cautelar la prisión preventiva, la cual procederá:--- A. De
oficio.--- Cuando se trate de los delitos de homicidio doloso, violación y secuestro, y su
comisión en grado de tentativa; delitos cometidos con medios violentos, siempre que se
ocasionen daños graves en las integridad física de las personas, así como los cometidos con
armas, explosivos u otros que por su naturaleza puedan generar peligro; y en los delitos
contra el libre desarrollo de la personalidad.--- B. A petición justificada del ministerio
público.--- En los restantes delitos, cuando otras medida—cautelares no sean suficientes
para garantizar:--- I. La comparecencia del imputado en el juicio;--- II. El desarrollo de la
investigación;--- III. La protección de la víctima, de los testigos o de la comunidad, o
bien,--- IV. Cuando el imputado esté siendo procesado o haya sido sentenciado previamente
por la comisión de un delito doloso.--- De lo antes expuesto, resulta evidente que el auto
de vinculación a proceso y las medidas cautelares (entre las que se encuentra la prisión
preventiva) son figuras totalmente distintas, pues una vez formulada la imputación el juez a
petición del ministerio público, de la víctima o del ofendido podrá imponer en cualquier
etapa del procedimiento una o más, cuando exista la necesidad de cautela del proceso o de
protección de las víctimas.--- Además de que la medida cautelar y en específico la prisión
preventiva procederá a petición justificada de la representación social cuando ninguna otra
medida cautelar sea suficiente para garantizar la comparecencia del imputado en el juicio;
el desarrollo de la investigación; la protección de la víctima, de los testigos o de la
comunidad; o bien, cuando el imputado esté siendo procesado o haya sido sentenciado
previamente por la comisión de un delito doloso.--- No se soslaya que dichas
determinaciones pudieran emitirse o dictarse en una misma audiencia, pero se trataría de
dos resoluciones distintas; motivo por el cual dichos actos se tendrían que combatir de
forma autónoma, a través del amparo indirecto, o en su caso los dos en un solo juicio, pero
en ese supuesto se tendrían que señalar ambos como actos reclamados.--- Así también,
debe decirse que para el caso de que la medida cautelar, se hiciera consistir en la prisión
preventiva o cualquier otra que sí límite la libertad personal, y se reclame en el juicio de
garantías el auto de vinculación a proceso, seguramente ameritaría un tratamiento distinto;
pero esto no quiere decir que dependan una de la otra sino que en el supuesto de concederse
un amparo liso y llano contra el auto de vinculación a proceso, traería como consecuencia
el cese de dicha medida cautelar.--- En ese tenor, la emisión del auto de vinculación a
proceso, debido a la independencia de las medidas cautelares que se soliciten por pate del
Ministerio Público, y al estarse en el supuesto de que la prisión preventiva aplicada al
quejoso, es por el delito del que se trata, en el caso que nos ocupa el de homicidio
calificado, por tal motivo no se está en la excepción prevista en el artículo 22, fracción II de
la Ley Reglamentaria de los artículos 103 y 107 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, por lo que el quejoso estaba obligado a agotar el principio de
definitividad que rige la procedencia del juicio de amparo indirecto.--- Sirve de apoyo,
por las consideraciones que la informan, la tesis de rubro: “AUTO DE VINCULACION A
POROCESO. SU NATURALEZA Y EFECTOS SON DISTINTOS AL DEL AUTO DE
FORMAL PRISIÓN (NUEVO SISTEMA DE JUSTICIA PENAL EN EL ESTADO DE
OAXACA).”.--- De lo argumentado, debe decirse que la prisión preventiva que se pudiera
decretar en el nuevo sistema acusatorio oral no depende del auto de vinculación a proceso,
sino de las medidas cautelares que se dicten contra el inculpado, dada la independencia
entre ambas figuras jurídicas.--- En efecto, ahora las medidas restrictivas de libertad son
con motivo de las medidas cautelares que se dictan durante el proceso, las cuales tienen el
carácter de excepcional, salvo la de prisión oficiosa y su aplicación y su aplicación es
proporcional al derecho que se pretende proteger.--- Lo anterior se fundamenta con el
numeral 10 del Código de Procedimientos Penales para el Estado de México, que prevé:---
Página 25 de 89
“Artículo 10”. (Se transcribe).--- Asimismo, el artículo 192 del código adjetivo antes
invocado, señala que la imposición de una o más medidas cautelares se impondrán a
petición del Ministerio Público, del ofendido o la víctima después de formulada la
imputación, ello con el objeto de garantizar el éxito de las diligencias de investigación o la
seguridad de la sociedad, proteger al ofendido o asegurar la comparecencia del imputado a
las actuaciones del procedimiento o ejecución de la sentencia.--- Entre tanto el numeral
194 del Código de Procedimientos Penales de la entidad prevé como medida cautelar la
prisión preventiva, la cual procederá:--- A. De oficio.--- Cuando se trate de los delitos de
homicidio doloso, violación y secuestro, y su comisión en grado de tentativa; delitos
cometidos con medios violentos, siempre que se ocasionen daños graves en las integridad
física de las personas, así como los cometidos con armas, explosivos u otros que por su
naturaleza puedan generar peligro; y en los delitos contra el libre desarrollo de la
personalidad.--- B. A petición justificada del ministerio público.--- En los restantes
delitos, cuando otras medida—cautelares no sean suficientes para garantizar:--- I. La
comparecencia del imputado en el juicio;--- II. El desarrollo de la investigación;--- III. La
protección de la víctima, de los testigos o de la comunidad, o bien,--- IV. Cuando el
imputado esté siendo procesado o haya sido sentenciado previamente por la comisión de un
delito doloso.--- De lo antes expuesto, resulta evidente que el auto de vinculación a
proceso y las medidas cautelares (entre las que se encuentra la prisión preventiva) son
figuras totalmente distintas, pues una vez formulada la imputación el juez a petición del
ministerio público, de la víctima o del ofendido podrá imponer en cualquier etapa del
procedimiento una o más, cuando exista la necesidad de cautela del proceso o de protección
de las víctimas.--- Además de que la medida cautelar y en específico la prisión preventiva
procederá a petición justificada de la representación social cuando ninguna otra medida
cautelar sea suficiente para garantizar la comparecencia del imputado en el juicio; el
desarrollo de la investigación; la protección de la víctima, de los testigos o de la
comunidad; o bien, cuando el imputado esté siendo procesado o haya sido sentenciado
previamente por la comisión de un delito doloso.--- No se soslaya que dichas
determinaciones pudieran emitirse o dictarse en una misma audiencia, pero se trataría de
dos resoluciones distintas; motivo por el cual dichos actos se tendrían que combatir de
forma autónoma, a través del amparo indirecto, o en su caso los dos en un solo juicio, pero
en ese supuesto se tendrían que señalar ambos como actos reclamados.--- Así también,
debe decirse que para el caso de que la medida cautelar, se hiciera consistir en la prisión
preventiva o cualquier otra que sí límite la libertad personal, y se reclame en el juicio de
garantías el auto de vinculación a proceso, seguramente ameritaría un tratamiento distinto;
pero esto no quiere decir que dependan una de la otra sino que en el supuesto de concederse
un amparo liso y llano contra el auto de vinculación a proceso, traería como consecuencia
el cese de dicha medida cautelar.--- En ese tenor, la emisión del auto de vinculación a
proceso, debido a la independencia de las medidas cautelares que se soliciten por pate del
Ministerio Público, y al estarse en el supuesto de que la prisión preventiva aplicada al
quejoso, es por el delito del que se trata, en el caso que nos ocupa el de homicidio
calificado, por lo que el quejoso estaba obligado a agotar el principio de definitividad
que rige la procedencia del juicio de amparo indirecto.---

En caso de que se dicte auto de vinculación a proceso, el imputado estará en


disponibilidad de promover el recurso de apelación (contando con tres días para
enderezarlo, con expresión de agravios por escrito y en el que imperará el estricto derecho,
conforme al artículo 461 del Código Nacional de Procedimientos Penales) o una demanda
de amparo indirecto (contando con quince días hábiles para entablarla, operando a favor del
quejoso el beneficio de la suplencia de la deficiencia de la queja e, inclusive, puede omitir
exponer conceptos de violación y presentar antes de la audiencia constitucional un escrito

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de alegatos, en que haga ver por qué ese auto es inconstitucional). Precisamente ante el
estricto derecho que impera en torno al recurso de apelación.

CALIFICACIÓN DE LA DETENCIÓN EN EL SISTEMA DE JUSTICIA


PENAL ACUSATORIO. SI SE RECLAMA EN EL JUICIO DE AMPARO
CONJUNTAMENTE CON EL AUTO DE VINCULACIÓN A PROCESO Y LA
MEDIDA CAUTELAR DE PRISIÓN PREVENTIVA IMPUESTA, NO SE
ACTUALIZA LA CAUSA DE IMPROCEDENCIA POR CAMBIO DE SITUACIÓN
JURÍDICA, PREVISTA EN EL ARTÍCULO 61, FRACCIÓN XVII, DE LA LEY DE
LA MATERIA.

Del artículo 211 del Código Nacional de Procedimientos Penales, se advierte que
en el sistema de justicia penal acusatorio existen tres etapas, entre ellas, la de investigación,
en la cual, si se da el supuesto de encontrarse una persona detenida, el Juez de control debe
resolver: a) La legalidad de la detención, b) La formulación de la imputación, c) La
solicitud de auto de vinculación a proceso y, en su caso, d) La solicitud de medida cautelar.
Ahora bien, si en el juicio de amparo indirecto se reclaman conjuntamente la determinación
que califica y ratifica de legal la detención, el auto de vinculación a proceso y la medida
cautelar de prisión preventiva impuesta, no se actualiza la causa de improcedencia por
cambio de situación jurídica, prevista en el artículo 61, fracción XVII, de la Ley de
Amparo, respecto de la calificación de la detención, pues se trata de actos judiciales de
naturaleza distinta y específica, por la materia a decidir en esta etapa judicial de la
investigación. En ese sentido, la legalidad de la detención del imputado deriva de la
justificación constitucional para detener a una persona por flagrancia o urgencia, y el auto
de vinculación a proceso no es una determinación que justifique, per se, la libertad de la
persona sujeta a proceso, pues en un primer momento se justifica por la calificación de la
detención y, después, una vez que se vincula a proceso con la respectiva medida cautelar;
por tanto, el auto de vinculación sólo tiene como finalidad sujetar a una persona a una
investigación judicializada, y jurídicamente no es el acto que prive o restringe la libertad;
en esa virtud, no existe el cambio de situación jurídica. Además, examinar en el juicio de
amparo indirecto la calificación de la detención, posibilita analizar los datos de prueba
resultantes de ésta y, en su caso, nulificarlos, si se declara ilegal, lo que trasciende en la
valoración probatoria que realice el Juez de control en la emisión del auto de vinculación a
proceso.

SEXTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER


CIRCUITO.

Queja 9/2017. 16 de febrero de 2017. Unanimidad de votos. Ponente: Roberto Lara


Hernández. Secretario: Víctor Hugo Sánchez Frías.

Esta tesis se publicó el viernes 09 de junio de 2017 a las 10:15 horas en el Semanario
Judicial de la Federación.

A mejor ahondar y mejor proveer tenemos que a contrario sensu lo siguiente


:

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El principio de definitividad respecto de actos procesales se halla establecido en
los artículos 107(III)(a) constitucional, 73(XIII) de la Ley de Amparo, y 158 del último
ordenamiento para resoluciones finales lato sensu. Las únicas excepciones que para el
indicado principio en términos generales reconocen esos preceptos son: (1) el tercero
extraño al procedimiento o la parte que, por no haber sido Debidamente llamadas a él, se
le equipara; y (2) los casos de privación de la vida, deportación o destierro o
cualquiera de los prohibidos por el artículo 22 constitucional.

En relación con los actos provenientes de tribunales se suscita el problema de la


aplicabilidad de la excepción al principio de definitividad que estableció la jurisprudencia
de la Suprema Corte, consistente en que el juicio de amparo procede inmediatamente
cuando exclusivamente se impugnan violaciones directas a la Constitución. Este problema
se enfoca particularmente en materia penal a la orden de aprehensión, el auto de formal
prisión y sus análogos en el nuevo sistema acusatorio.

Si diésemos al principio de definitividad contra actos judiciales el carácter


absoluto con que parece desprenderse de una interpretación meramente literal y aislada de
los términos categóricos del artículo 107(III)(a) de la Constitución, a través del amparo no
sería posible impugnar inmediatamente medidas como la prisión preventiva, la orden de
aprehensión y otros ataques a la libertad personal; modalidades no solamente sumamente
importantes sino muy arraigadas en la práctica. Inveteradamente se ha impugnado en
amparo el auto de formal prisión, la orden de aprehensión y otras privaciones judiciales de
libertad, sin necesidad de agotar medios ordinarios de defensa, en virtud de que constituyen
afectaciones a la libertad personal, uno de los más altos valores del orden constitucional.
Ya desde hace más de un siglo Silvestre Moreno Cora señaló que “nunca se ha dudado que
pudiera promoverse acerca de ellas el juicio de garantías, aunque no fuesen definitivas,
seguramente por referirse á la libertad del hombre”.118 La mera probabilidad que
manifiesta la última expresión, nos revela que el fundamento de dicha excepción al
principio de definitividad es precario.

Hay dos maneras de justificar que proceda inmediatamente el amparo contra


afectaciones judiciales a la libertad: (1) alegando la importancia capital de la libertad
personal, como recientemente hizo la jurisprudencia; y (2) reconociendo dicha procedencia
frente a violaciones directas a la Constitución, entre las cuales se cuentan las figuras
principales de los referidos actos.

La Suprema Corte se esforzó por sustentar la procedencia inmediata del juicio de


amparo contra actos de privación de la libertad física. Ha dicho que estos casos “encuadran
en los casos de excepción al principio de definitividad que rige en materia de amparo,
previsto[s] en el último párrafo de la fracción XIII del numeral 73 de su ley reglamentaria,
en concordancia con el artículo 20, fracción I, de la Carta Magna”. El Máximo Tribunal
arribó a esta conclusión, según explica la ejecutoria correspondiente, porque las previstas
en aquella fracción legal no son las únicas excepciones al principio de definitividad
judicial; ya que como indicó una jurisprudencia a la que acabamos de aludir y disponen los
artículos 107(XII) y 37 de la Ley de Amparo, “existe otra excepción de primerísima
importancia”, consistente en que la violación de los artículos 16, 19 y 20 constitucionales se
reclamará en amparo ante el superior del tribunal que la cometa, o ante el Juez de Distrito o
Tribunal Unitario de Circuito que corresponda.
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Esta argumentación no tiene la solidez que se desearía, y comienza con una
contradicción: o la excepción al principio de definitividad contra el auto de formal prisión y
otros agravios a la libertad personal, “encuadra” en las hipótesis del artículo 73(XIII) de la
Ley de Amparo, o bien se apoya con “primerísima importancia” sobre los preceptos
107(XII) constitucional y 37 de la Ley de Amparo.

Asunto resuelto en la sesión del jueves 7 de septiembre de 2017

EL PRINCIPIO DE DEFINITIVIDAD DEBE AGOTARSE EN EL JUICIO DE AMPARO


INDIRECTO TRATÁNDOSE DE ACTOS EN JUICIO DE TRIBUNALES JUDICIALES,
ADMINISTRATIVOS O DEL TRABAJO, CUYA EJECUCIÓN SEA DE IMPOSIBLE
REPARACIÓN, SALVO LOS CASOS DE EXCEPCIÓN QUE SE PREVEAN.

La información contenida en este documento es de carácter informativo y de


divulgación. Las únicas fuentes oficiales son los expedientes, resoluciones y el

Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. TRIBUNAL PLENO DE LA SUPREMA


CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN Asunto resuelto en la sesión del jueves 7 de
septiembre de 2017

EL PRINCIPIO DE DEFINITIVIDAD DEBE AGOTARSE EN EL JUICIO DE AMPARO


INDIRECTO TRATÁNDOSE DE ACTOS EN JUICIO DE TRIBUNALES JUDICIALES,
ADMINISTRATIVOS O DEL TRABAJO, CUYA EJECUCIÓN SEA DE IMPOSIBLE
REPARACIÓN, SALVO LOS CASOS DE EXCEPCIÓN QUE SE PREVEAN Asunto:
Contradicción de Tesis 25/20151

Ministra Ponente: Margarita Beatriz Luna Ramos Secretaria de Estudio y Cuenta: Hilda
Marcela Arceo Zarza

Tema: Determinar si cuando se reclaman actos en juicio de tribunales judiciales,


administrativos o del trabajo, cuya ejecución sea de imposible reparación, es necesario
agotar los medios de defensa ordinarios que en su caso procedan, o bien, se actualiza una
excepción al principio de definitividad.

Antecedentes:

En enero de 2015, fue presentada ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación una
denuncia por la posible contradicción suscitada entre criterios emitidos por la Primera y la
Segunda Sala de este Alto Tribunal.

Por un lado, la Primera Sala señaló, en esencia, que tratándose de actos de tribunales
judiciales, administrativos o del trabajo emitidos dentro del juicio, la irreparabilidad del
acto no es, por sí misma, una causa que justifique evitar el agotamiento del recurso
ordinario previsto en la norma, para la procedencia del amparo indirecto.

En ese sentido, refirió que la irreparabilidad del acto reclamado no es el elemento


fundamental para decidir cuándo es el caso de exentar al quejoso de interponer el recurso
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ordinario prescrito en la ley, sino que lo trascendente para analizar si se actualiza la
excepción al principio de definitividad, es que el recurso ordinario previsto en la ley sea
existente, idóneo, efectivo, oportuno, adecuado y eficaz para prevenir y reparar oportuna y
adecuadamente las violaciones a los derechos sustantivos cometidas en el acto o resolución
impugnada.

Por otro lado, la Segunda Sala sostuvo, en términos generales, que los actos de tribunales
judiciales, administrativos o del trabajo cuya ejecución es irreparable, constituyen una
excepción al principio de definitividad, por lo que en su contra procede medio
extraordinario de defensa, esto es, el amparo indirecto.

De esta manera, el punto jurídico a dilucidar consistió en determinar si cuando se reclaman


actos en juicio de tribunales judiciales, administrativos o de trabajo, cuya ejecución sea de
imposible reparación, es necesario agotar los medios de defensa ordinarios que en su caso
procedan, o bien, se actualiza una excepción al principio de definitividad.

El asunto fue turnado a la ponencia de la Ministra Margarita Beatriz Luna Ramos para la
elaboración del proyecto de resolución correspondiente, el cual fue discutido y aprobado
por los integrantes del Tribunal Pleno en la sesión del jueves 7 de septiembre de 2017.

*Funcionaria adscrita a la Dirección General de Casas de la Cultura Jurídica de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación.

1 A la fecha de elaboración del presente documento, no se había publicado aún el


engrose respectivo.

Asunto resuelto en la sesión del jueves 7 de septiembre de 2017

EL PRINCIPIO DE DEFINITIVIDAD DEBE AGOTARSE EN EL JUICIO DE


AMPARO INDIRECTO TRATÁNDOSE DE ACTOS EN JUICIO DE
TRIBUNALES JUDICIALES, ADMINISTRATIVOS O DEL TRABAJO, CUYA
EJECUCIÓN SEA DE IMPOSIBLE REPARACIÓN, SALVO LOS CASOS DE
EXCEPCIÓN QUE SE PREVEAN.

TRIBUNAL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN


Asunto resuelto en la sesión del jueves 7 de septiembre de 2017

EL PRINCIPIO DE DEFINITIVIDAD DEBE AGOTARSE EN EL JUICIO


DE AMPARO INDIRECTO TRATÁNDOSE DE ACTOS EN JUICIO DE
TRIBUNALES JUDICIALES, ADMINISTRATIVOS O DEL TRABAJO, CUYA
EJECUCIÓN SEA DE IMPOSIBLE REPARACIÓN, SALVO LOS CASOS DE
EXCEPCIÓN QUE SE PREVEAN

Asunto: Contradicción de Tesis 25/20151 Ministra Ponente: Margarita Beatriz


Luna Ramos Secretaria de Estudio y Cuenta: Hilda Marcela Arceo Zarza

Tema: Determinar si cuando se reclaman actos en juicio de tribunales judiciales,


administrativos o del trabajo, cuya ejecución sea de imposible reparación, es necesario
agotar los medios de defensa ordinarios que en su caso procedan, o bien, se actualiza una
excepción al principio de definitividad.

Página 30 de 89
Antecedentes:

En enero de 2015, fue presentada ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación una
denuncia por la posible contradicción suscitada entre criterios emitidos por la Primera y la
Segunda Sala de este Alto Tribunal.

Por un lado, la Primera Sala señaló, en esencia, que tratándose de actos de tribunales
judiciales, administrativos o del trabajo emitidos dentro del juicio, la irreparabilidad del
acto no es, por sí misma, una causa que justifique evitar el agotamiento del recurso
ordinario previsto en la norma, para la procedencia del amparo indirecto.

En ese sentido, refirió que la irreparabilidad del acto reclamado no es el elemento


fundamental para decidir cuándo es el caso de exentar al quejoso de interponer el recurso
ordinario prescrito en la ley, sino que lo trascendente para analizar si se actualiza la
excepción al principio de definitividad, es que el recurso ordinario previsto en la ley sea
existente, idóneo, efectivo, oportuno, adecuado y eficaz para prevenir y reparar
oportuna y adecuadamente las violaciones a los derechos sustantivos cometidas en el
acto o resolución impugnada.

Por otro lado, la Segunda Sala sostuvo, en términos generales, que los actos de
tribunales judiciales, administrativos o del trabajo cuya ejecución es irreparable,
constituyen una excepción al principio de definitividad, por lo que en su contra procede
medio extraordinario de defensa, esto es, el amparo indirecto.

De esta manera, el punto jurídico a dilucidar consistió en determinar si cuando se


reclaman actos en juicio de tribunales judiciales, administrativos o de trabajo, cuya
ejecución sea de imposible reparación, es necesario agotar los medios de defensa ordinarios
que en su caso procedan, o bien, se actualiza una excepción al principio de definitividad.

El asunto fue turnado a la ponencia de la Ministra Margarita Beatriz Luna Ramos


para la elaboración del proyecto de resolución correspondiente, el cual fue discutido y
aprobado por los integrantes del Tribunal Pleno en la sesión del jueves 7 de septiembre de
2017.

*Funcionaria adscrita a la Dirección General de Casas de la Cultura Jurídica de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación.

1 A la fecha de elaboración del presente documento, no se había publicado aún el engrose


respectivo.

Como veremos enseguida, la primera opción nos parece la más acertada pero sólo en
relación con la impugnación de detenciones ilegales.

Los términos del último párrafo del artículo 73(XIII) de la Ley de Amparo
efectivamente comprenden actos de privación ilegal de la libertad, porque la persona
sometida a ella corre un grave peligro de ser privada de la vida, torturada o sujeta a otros
tratos prohibidos por el artículo 22 constitucional. Según indicó la CIDH y faltó decir a la
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Suprema Corte como base fundamental de su motivación, una persona ilegalmente detenida
guarda una “situación agravada de vulnerabilidad”.122 Pero en las hipótesis previstas en
aquella fracción legal no se subsumiría la conculcación de diversos derechos previstos en
los artículos 16, 19 y 20 constitucionales, e inclusive de otros implicados por la ley
fundamental (cateo, intervención de comunicaciones, toma de muestras de ADN, etcétera);
y de tal manera, la violación de dichos derechos fundamentales carecería de una adecuada
protección mediante el recurso sencillo y efectivo que exige el artículo 25.1 del Pacto de
San José.123

El segundo argumento de esta resolución, consistente en que la excepción al


principio de definitividad para la reclamación de derechos previstos en los artículos 16, 19
y 20 de la ley fundamental, se basa en que los artículos 107(XII) constitucional y 37 de la
Ley de Amparo permiten hacerla ante el Juez de Distrito o el superior jerárquico del
tribunal responsable; ya se había sostenido en jurisprudencia muchas décadas atrás,
aunque con referencia al texto constitucional entonces vigente.124 La incorrección de este
argumento radica en que del hecho de que ante dichos órganos pueda promoverse el
amparo contra tales vulneraciones, no resulta necesariamente la preterición de los recursos
ordinarios correspondientes, sino puede entenderse que tal disposición constituye

1. Bastará argüir que se viola un precepto constitucional, para que proceda el


amparo: Es poco probable que pueda invocarse en serio una violación directa a
la Constitución como “pasaporte” al juicio de garantías, dado que la
reclamación versaría exclusivamente sobre el derecho constitucional.148 No
es fácil apoyar la irregularidad de un acto procesal

- Véase por ejemplo: “DEFINITIVIDAD. ESTE PRINCIPIO DEL JUICIO DE


AMPARO DEBE CUMPLIRSE AUN ANTE LA RECLAMACIÓN DE ACTOS QUE
REVISTAN UNA EJECUCIÓN IRREPARABLE”, Tercer Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer Circuito, SJFG, 9ª. Época, t. XXVI, agosto de 2007,
jurisprudencia I.3º.C. J/39, p. 1214. - “AMPARO, MATERIA DEL”, Segunda Sala, SJF,
5ª. Época, t. LXVI, p. 219.147- Véase Burgoa, op. Cit., nota 1, pp. 257 y ss.

148- Cfr. “RECURSOS ORDINARIOS, CASOS EN LOS QUE DEBEN


AGOTARSE, ANTES DE ACUDIR A LA VÍA CONSTITUCIONAL”, Primer
Tribunal Colegiado del Noveno Circuito, SJFG, 9ª. Época, t. XIV, julio de 2001,
jurisprudencia IX.1º. J/9, p. 1031; y “RECURSOS ORDINARIOS. VIOLACIONES
DIRECTAS Y VIOLACIONES INDIRECTAS DE LA CONSTITUCIÓN”, Tribunal
Colegiado del Noveno Circuito, Apéndice 95, t. III, jurisprudencia 728, p. 540. Inspirados
por el principio pro actione, e implicando que cuando se hagan valer violaciones directas e
indirectas a la Constitución, los argumentos relativos a éstas serían inoperantes pero sin que
se deseche la demanda: “PERSONALIDAD EN MATERIA LABORAL. ANTES DE
ACUDIR AL AMPARO, DEBEN AGOTARSE LOS MEDIOS ORDINARIOS DE
DEFENSA OPONIENDO LAS EXCEPCIONES Y DEFENSAS QUE ESTABLECE LA
LEY RESPECTIVA”, Segunda Sala, Apéndice 2000, t. V, jurisprudencia 364, p. 299; y
“RECURSOS ORDINARIOS Y AMPARO. VIOLACIONES DIRECTAS DE LA
CONSTITUCION Y CUESTIONES DE LEGALIDAD”, Segundo Tribunal Colegiado en
Materia Administrativa del Primer Circuito, SJF, 7ª. Época, vol. 90, sexta parte, p. 176.

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“DEFINITIVIDAD. ESTE PRINCIPIO DEL JUICIO DE AMPARO DEBE
CUMPLIRSE AUN ANTE LA RECLAMACIÓN DE ACTOS QUE REVISTAN UNA
EJECUCIÓN IRREPARABLE”, Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer
Circuito, SJFG, 9ª. Época, t. XXVI, agosto de 2007, jurisprudencia I.3º.C. J/39, p. 1214.146
“AMPARO, MATERIA DEL”, Segunda Sala, SJF, 5ª. Época, t. LXVI, p. 219.147 Véase
Burgoa, op. Cit., nota 1, pp. 257 y ss.

148 Cfr. “RECURSOS ORDINARIOS, CASOS EN LOS QUE DEBEN


AGOTARSE, ANTES DE ACUDIR A LA VÍA CONSTITUCIONAL”, Primer Tribunal
Colegiado del Noveno Circuito, SJFG,

9ª. Época, t. XIV, julio de 2001, jurisprudencia IX.1º. J/9, p. 1031; y


“RECURSOS ORDINARIOS.

VIOLACIONES DIRECTAS Y VIOLACIONES INDIRECTAS DE LA


CONSTITUCIÓN”, Tribunal Colegiado del Noveno Circuito, Apéndice 95, t. III,
jurisprudencia 728, p. 540. Inspirados por el Principio pro actione, e implicando que
cuando se hagan valer violaciones directas e indirectas a la Constitución, los argumentos
relativos a éstas serían inoperantes pero sin que se deseche la Demanda:
“PERSONALIDAD EN MATERIA LABORAL. ANTES DE ACUDIR AL AMPARO,
DEBEN AGOTARSE LOS MEDIOS ORDINARIOS DE DEFENSA OPONIENDO LAS
EXCEPCIONES Y DEFENSAS QUE ESTABLECE LA LEY RESPECTIVA”, Segunda
Sala, Apéndice 2000, t. V, Jurisprudencia 364, p. 299; y “RECURSOS ORDINARIOS Y
AMPARO. VIOLACIONES DIRECTAS DE LA CONSTITUCION Y CUESTIONES DE
LEGALIDAD”, Segundo Tribunal Colegiado en

Materia Administrativa del Primer Circuito, SJF, 7ª. Época, vol. 90, sexta parte, p. 176.

DEFINITIVIDAD EN AMPARO DIRECTO. ESTE PRINCIPIO EXIGE PARA


LA PROCEDENCIA DEL JUICIO, QUE SE AGOTEN PREVIAMENTE LOS
RECURSOS ORDINARIOS PROCEDENTES EN CONTRA DE LA SENTENCIA O DE
LA RESOLUCIÓN QUE PONE FIN AL JUICIO”, Pleno, SJFG, t. XVIII, julio de 2003,
jurisprudencia P./J. 17/2003, p. 15. Véase también “RECURSOS ORDINARIOS EN
MATERIA PENAL (SENTENCIAS DE PRIMERA INSTANCIA)”, Primera Sala, SJF, 5ª.
Época, t. CIII, p. 2823.154 “DEFINITIVIDAD EN EL JUICIO DE AMPARO. LA
EXCEPCIÓN A ESTE PRINCIPIO SÓLO PROCEDE RESPECTO DE VIOLACIONES A
LAS LEYES DEL PROCEDIMIENTO IMPUGNABLES EN LA VÍA DIRECTA,
TRATÁNDOSE DE CONTROVERSIAS QUE AFECTEN AL ESTADO CIVIL, AL
ORDEN Y ESTABILIDAD DE LA FAMILIA O A MENORES O INCAPACES”, Primera
Sala, SJFG, 9ª. Época, t. XIV, agosto de 2001, jurisprudencia 1ª./J. 41/2001, p. 101.155
Véase Montero Aroca, Juan, et al., Derecho jurisdiccional I. Parte general, 14ª. Ed.,
Valencia, Tirant Lo Blanch, 2005, pp. 120 y 121.

De lo anterior expuesto, sólo en una argumentación que se mueva esencialmente en el


plano constitucional. Promoviendo el amparo en estas condiciones, el quejoso
prácticamente renuncia a las instancias ordinarias que precluirán, y a hacer valer una
pretensión que quizá podría sostenerse más fácilmente con disposiciones ordinarias. El
agraviado tendría entonces que valorar la probabilidad de éxito de sus argumentos, que

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generalmente no será elevada, lo cual desalentará meras reclamaciones “formales” de
violación constitucional.

2. Toda violación jurídica contraviene al cabo la Constitución, porque toda


disposición ordinaria tiende a realizar algún principio de la ley fundamental:
Este reproche se halla ligado al que contestamos con anterioridad, en tanto
implica que la violación a una norma legal puede referirse a una
constitucional, de manera que resulte procedente el amparo por invocarse sólo
ésta. Remitimos entonces a lo dicho en el inciso anterior.

3. La procedencia del juicio de amparo no puede quedar al arbitrio del quejoso:


Como indica el precedente que expresa esta idea, es el tribunal de amparo
quien decidirá si este juicio constitucional es procedente o no. Pero habiendo
cuestionamientos sobre una violación constitucional, por el “valor jurídico tan
alto” de las cuestiones planteadas, no debe entorpecerse su conocimiento por
la sede más adecuada para resolverlos, ni obstaculizar la más eficiente defensa
del quejoso.

4. El juicio de amparo es un medio de defensa extraordinario, que no debe


convertirse en una instancia ordinaria en que el tribunal de amparo suplante a
las autoridades naturales: La excepción al principio de definitividad que
estudiamos no convierte al juicio de amparo en un recurso ordinario pues,
como hemos dicho, difícilmente será habitual su promoción por la
complejidad de la argumentación constitucional que se requiera para ello.
Siendo moneda corriente que el amparo sólo formalmente es “extraordinario”,
porque gracias a muy diversos motivos prácticamente todas las impugnaciones
ordinarias culminan en sede constitucional, inclusive las intraprocesales; su
procedencia inmediata en caso de impugnarse sólo violaciones
constitucionales, haría más fluida la tramitación de los asuntos procesales y
más eficiente la defensa contra las verdaderas conculcaciones a los derechos
fundamentales, tema sobre el cual abundaremos enseguida.

5. Los amparos contra actos procesales obstaculizarían el procedimiento natural:


Debe recordarse que tratándose de actos dentro de cualquier procedimiento y
no sólo dentro de juicio, como veremos en la sección posterior; la procedencia
del amparo exige que el mismo tenga efectos “irreparables” sobre derechos
sustantivos. De modo que por evidente que fuera una violación constitucional,
como la negativa de copias sin fundamentación ni motivación, ella no bastaría
para la procedencia del amparo, ni siquiera luego de agotados los recursos
ordinarios.

6. La suspensión que se otorgue en el amparo, paralizará el procedimiento: El


artículo 138 de la Ley de Amparo prevé que cuando el acto emane de un
procedimiento se concederá de manera que no impida continuarlo hasta el
dictado de su resolución definitiva, a no ser que su trámite haga que se
consuma irreparablemente el daño que ocasione el acto reclamado. Sobre esto
último consideramos además que si se adopta una actitud dispuesta a preservar
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el orden constitucional, no hay manera de justificar que se permita la
consumación de un daño ocasionado por un acto judicial posiblemente
contrario a la ley fundamental, que puede ejecutarse más adelante y sin
considerar las medidas cautelares apropiadas para salvaguardar los derechos de
terceros. Además, el

“análisis ponderado” que para la suspensión prevé el actual artículo 107(X)


constitucional, permite que sea posible negar ese beneficio cuando pudiera afectarse en
grado superior el interés opuesto a su otorgamiento; impidiendo que éste sea forzoso, aun
en los casos previstos por la ley, por dar al juez facultades para un análisis casuístico al
respecto.

Por las razones anteriores creemos que debe implantarse una clara Excepción al
principio de definitividad, de aplicación generalísima y no limitada a la materia
administrativa, en relación con actos directamente violatorios de la Constitución o de los
derechos humanos consagrados en tratados internacionales.

A nuestro parecer, lo idóneo sería conjugar ambas posibilidades de excepción al


principio de definitividad: establecer que no es necesario agotar recursos ordinarios para
acudir al amparo, tanto cuando se reclamen sólo violaciones directas a la Constitución y
tratados internacionales, como al impugnarse afectaciones a la libertad, integridad y
dignidad personales. De esta manera, quedaría amplia y efectivamente protegido el orden
constitucional, los derechos humanos y la dignidad de las personas. Con lo anterior, el
juicio de amparo se volvería un instrumento mucho más eficaz para defender la
Constitución y los derechos humanos, ajustado con claridad a los parámetros
internacionales; y sobre todo se daría una gran certeza para la inmediata protección de las
personas afectadas en sus más importantes derechos fundamentales.

Si acaso, la definitividad absoluta sólo se justificaría tratándose del amparo directo


dirigido contra sentencias definitivas (en sentido teórico que incluye laudos laborales),
incluso las dictadas en materia penal.153 Sin embargo, no debe olvidarse que aun para estas
resoluciones dicho principio no rige en diversos casos,154 por lo cual estimamos que con
mayor razón debería imponerse su excepción dentro de la materia penal.

La vigencia del principio de definitividad en relación con sentencias definitivas


resultaría, a nuestro parecer, de que dichas resoluciones son decisiones jurisdiccionales
finales que implican una actuación jurídica, con una presunción de corrección y una
obligatoriedad que es preciso considerar y respetar.155 Pero por lo dicho en el párrafo
anterior, en aras de una mejor sistematización de la regulación de amparo, por la elevada
calidad de los valores que se juegan en la materia penal, la inmediata procedencia del
amparo debería establecerse incluso para sentencias definitivas, aunque fuera en las
hipótesis de excepción que hemos expuesto

Por otra parte, independientemente de lo que se considere respecto de lo anterior,


somos de la opinión de que, como indica el último párrafo del nuevo artículo 107(III)(a)

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constitucional, continúe exentándose en materia penal de la 153 - “DEFINITIVIDAD EN
AMPARO DIRECTO. ESTE PRINCIPIO EXIGE PARA LA PROCEDENCIA DEL
JUICIO, QUE SE AGOTEN PREVIAMENTE LOS RECURSOS ORDINARIOS
PROCEDENTES EN CONTRA DE LA SENTENCIA O DE LA RESOLUCIÓN QUE
PONE FIN AL JUICIO”, Pleno, SJFG, t. XVIII, julio de 2003, jurisprudencia P./J.
17/2003, p. 15. Véase también “RECURSOS ORDINARIOS EN MATERIA PENAL
(SENTENCIAS DE PRIMERA INSTANCIA)”, Primera Sala, SJF, 5ª. Época, t. CIII,
p. 2823.

154 “DEFINITIVIDAD EN EL JUICIO DE AMPARO. LA EXCEPCIÓN A


ESTE PRINCIPIO SÓLO PROCEDE RESPECTO DE VIOLACIONES A LAS LEYES
DEL PROCEDIMIENTO IMPUGNABLES EN LA VÍA DIRECTA, TRATÁNDOSE DE
CONTROVERSIAS QUE AFECTEN AL ESTADO CIVIL, AL ORDEN Y
ESTABILIDAD DE LA FAMILIA O A MENORES O INCAPACES”,

Primera Sala, SJFG, 9ª. Época, t. XIV, agosto de 2001, jurisprudencia 1ª./J. 41/2001, p.
101.

155 Véase Montero Aroca, Juan, et al., Derecho jurisdiccional I. Parte general,
14ª. Ed., Valencia, Tirant Lo Blanch, 2005, pp. 120 y 121.

“preparación” del amparo, con el objeto de facilitar la defensa del sentenciado y


tutelar más eficazmente su libertad personal y los derechos afectados por su condena.

b. Concepto de “juicio”

Por lo dispuesto en el artículo 158 de la Ley de Amparo, ninguna duda cabe de


que las resoluciones a que se refiere son las sentencias definitivas y aquellas resoluciones
que dan por terminada una instancia procesal. El problema para definir un “proceso” para
efectos del juicio de amparo surge en relación con el indirecto, en el cual el concepto de
“juicio” es usado en dos sentidos diferentes por el artículo 114 de la ley de la materia: (1)
para determinar los “procedimientos en forma de juicio” llevados ante autoridades
administrativas (fracción II), y (2) para establecer cuándo comienza y termina un “juicio”
seguido ante tribunales

(fracciones III y IV).

Desde hace varios años, la Segunda Sala de la Suprema Corte ha sostenido que la
expresión “procedimiento [administrativo] seguido en forma de juicio” que usa el segundo
párrafo de la fracción II del artículo 114 de la Ley de Amparo, debe entenderse en forma
amplia. De esta manera, dicho concepto alude no solamente a aquellos casos en que las
autoridades administrativas dirimen conflictos de intereses y ejercen una función
materialmente jurisdiccional, sino también a aquellos “procedimientos en que la autoridad,
frente al particular, prepara su resolución definitiva”. Como señala esa porción normativa,

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tratándose de dichos “procedimientos en forma de juicio”, el juicio de amparo indirecto
procede únicamente contra su resolución definitiva, la que no pueda ser modificada o
revocada por medios de defensa ordinarios, pudiéndose reclamar las violaciones cometidas
en dicha resolución o la que tuvieron lugar en el curso del procedimiento, de manera
semejante a lo que acontece con el amparo directo.157 En la procedencia del juicio de
amparo contra actos dictados por tribunales, es fundamental establecer si éstos se emitieron
fuera o dentro de “juicio”, o una vez terminado el mismo.

La Primera Sala de la Suprema Corte ha considerado que para estos efectos debe
entenderse por “juicio”, “el procedimiento contencioso desde que se inicia en cualquier
forma hasta que se dicta sentencia definitiva”; y asimismo, que se hallan “fuera de juicio”
los medios preparatorios que consisten en “determinadas diligencias que preparan la acción
para promover un juicio, generalmente preconstitutivas de pruebas”.158 Esta distinción nos
será muy importante para establecer cuándo comienza el proceso penal.

Asimismo, cabe una situación peculiar en cuanto a los actos realizados una vez
terminado el juicio, pero en ejecución de su sentencia. Las violaciones cometidas dentro de
este procedimiento, solamente pueden hacerse valer en amparo cuando hayan dejado sin
defensa al quejoso, y al reclamarse la “última” resolución del mismo; la jurisprudencia ha
entendido que ésta es aquella en que

“se aprueba o reconoce de manera expresa o tácita el cumplimiento total de la


sentencia o se declara la imposibilidad material o jurídica para darle cumplimiento”.159

Evidentemente, al hablar de “juicio” en los sentidos indicados —sobre todo en los


referidos en las fracciones III y IV del artículo 114 de la Ley de Amparo—, el legislador se
refirió al “proceso” en el sentido teórico que indicamos en el apartado correspondiente del
capítulo primero.

QUE LA AUTORIDAD DIRIME UNA CONTROVERSIA ENTRE PARTES


Contendientes, COMO LOS PROCEDIMIENTOS MEDIANTE LOS QUE LA
AUTORIDAD PREPARA SU RESOLUCIÓN DEFINITIVA CON INTERVENCIÓN
DEL PARTICULAR”, Segunda Sala, SJFG, 9ª. Época, t. XVII, abril de 2003,
jurisprudencia 2ª./J. 22/2003, p. 196.

158- “MEDIOS PREPARATORIOS A JUICIO, ES PROCEDENTE EL


AMPARO INDIRECTO DE CONFORMIDAD CON LA FRACCIÓN III DEL
ARTÍCULO 114 DE LA LEY DE LA MATERIA CUANDO SE RECLAMA LA FALTA
DE EMPLAZAMIENTO A LOS MISMOS”, Apéndice 2000, t. IV, jurisprudencia 287, p.
241.

159-“AMPARO INDIRECTO. SIGNIFICADO DE LA EXPRESIÓN “ÚLTIMA


RESOLUCIÓN”, A QUE SE REFIERE EL PÁRRAFO SEGUNDO DE LA FRACCIÓN
III DEL ARTÍCULO 114 DE LA LEY DE LA MATERIA”, Pleno, SJFG, 9ª. Época, t.
XIII, abril de 2001, jurisprudencia P./J. 32/2001, p. 31.
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c. Actos de ejecución (ir)reparable

De acuerdo con la fracción IV del artículo 114 de la Ley de Amparo, el juicio de


garantías procede solamente contra actos dentro de juicio, cuando éstos tengan una
ejecución de “imposible reparación”. La jurisprudencia ha formulado distintos criterios
para establecer cuándo la ejecución de un acto judicial es o no reparable, y determinar si en
su contra procede el juicio de amparo.

En la actualidad, el criterio que sobre el tema sostiene el Máximo Tribunal es que


dicha irreparabilidad se produce cuando se afectan derechos sustantivos;160 es decir frente
a derechos constitucionales que no correspondan al debido proceso.161 Sin embargo, en los
últimos años la Suprema Corte ha desarrollado el concepto de “afectación en grado
predominante o superior”; con ello ha permitido impugnar en amparo actos que afectan
derechos procesales, pero cuya gravedad sea de tal trascendencia que perjudican en grado
superlativo al quejoso;162 siendo algunos ejemplos recientes de aplicación de este criterio,
los relativos a la falta de estudio de la competencia de la autoridad responsable,163 el
irrecurrible

160- “EJECUCIÓN IRREPARABLE. SE PRESENTA, PARA


EFECTOS DE LA PROCEDENCIA DEL AMPARO
INDIRECTO CONTRA ACTOS DENTRO DEL JUICIO, CUANDO ÉSTOS AFECTAN
DE MODO DIRECTO E INMEDIATO DERECHOS SUSTANTIVOS”, Pleno, Apéndice
2000, t. VI, jurisprudencia 189, p. 154. Véase también “AMPARO INDIRECTO. REGLAS
PARA SU PROCEDENCIA, RESPECTO DE ACTOS DICTADOS DENTRO DEL
JUICIO, DESPUÉS DE CONCLUIDO Y EN EJECUCIÓN DE SENTENCIA”, Primera
Sala, SJFG, 9ª. Época,

t. XVII, junio de 2003, jurisprudencia 1ª./J. 29/2003, p. 11. 161 Pese a que ya está
en desuso, sigue teniendo alguna utilidad el criterio de que un acto en juicio es irreparable
cuando la sentencia favorable que llegase a obtener el quejoso destruya sus efectos. En todo
caso, este criterio nos parece otra manera de expresar el actualmente sostenido por la
Suprema Corte. Véanse “EJECUCIÓN DE IMPOSIBLE REPARACIÓN.
ALCANCES DEL ARTÍCULO 107, FRACCIÓN III, INCISO B),
CONSTITUCIONAL”, Tercera Sala, Apéndice 2000, t.

VI, jurisprudencia 175, p. 144; y “PRUEBA PERICIAL CONTABLE. LA


INDEBIDA ADMISIÓN DE LA OFRECIDA POR LA CONTRAPARTE DEL QUEJOSO
EN EL JUICIO NATURAL, ES UNA VIOLACIÓN PROCESAL CUYA NATURALEZA
SUI GENERIS PRODUCE EFECTOS LEGALES Y MATERIALES, QUE YA NO
PUEDEN SER REPARADOS EN LA SENTENCIA DEFINITIVA Y, POR TANTO,
RESULTA PROCEDENTE EL AMPARO INDIRECTO EN SU CONTRA”, Tercera Sala,
Apéndice 2000, t. VI, jurisprudencia 348, p. 294.

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162- “PERSONALIDAD. EN CONTRA DE LA RESOLUCIÓN QUE DIRIME
ESTA CUESTIÓN, PREVIAMENTE AL FONDO, PROCEDE EL AMPARO
INDIRECTO”, Pleno, SJFG, 9ª. Época, t. XIII, enero de 2001, jurisprudencia P./J. 4/2001,
p. 11; y “VIOLACIONES PROCESALES DENTRO DEL JUICIO QUE AFECTAN A
LAS PARTES EN GRADO PREDOMINANTE O SUPERIOR. NOTAS DISTINTIVAS”,
Pleno, SJFG, 9ª. Época, t. XX, octubre de 2004, tesis P. LVIII/2004, p. 10.

163- “COMPETENCIA DE LA AUTORIDAD. SU FALTA DE ESTUDIO POR


LA RESPONSABLE CONSTITUYE UNA VIOLACIÓN PROCESAL QUE AFECTA A
LAS PARTES EN GRADO PREDOMINANTE O SUPERIOR CONTRA LA CUAL
PROCEDE EL AMPARO

Desechamiento parcial de la demanda164 y la omisión de llamar a juicio a


litisconsortes o terceros.

165 - El problema respecto de estas “afectaciones en grado predominante o


superior” es que primigeniamente su impugnación corresponde al amparo directo, cuando
se reclame la resolución final del asunto. Esto puede crear una situación de incertidumbre
en el sentido de que los justiciables pueden no saber qué vía procederá contra una violación
procesal, cuando falte un criterio jurisprudencial vinculante que lo determine.

La solución a este problema está en la aplicación del principio pro actione, para
admitir la procedencia del amparo en una u otra vía. Cuando se trate de una violación que
afecte en “grado predominante o superior”, su impugnación puede darse optativamente por
amparo indirecto o directo; y si dicha violación no tiene esa calidad, no pasará nada por la
improcedencia de la primera vía, pero se conservará la posibilidad de reclamarla en la
segunda. Someter a los justiciables a efectuar actos que casi son de adivinación sobre la
procedencia del amparo y sus opciones de defensa, sobre todo ante la falta de precedentes
sobre el tema específico; no sólo contraviene la tutela judicial efectiva sino también la
seguridad jurídica.166 Por ello estimamos que debe haber una modificación legislativa que
reconozca las afectaciones de “grado predominante o superior”, con la orientación que
acabamos de exponer.

INDIRECTO”, Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Segundo Circuito, SJFG, 9ª.
Época, t. XXVIII, octubre de 2008, tesis II.T.38 K, p. 2320.

164- “DEMANDA. SU DESECHAMIENTO PARCIAL SIN ULTERIOR


RECURSO ES RECLAMABLE EN AMPARO INDIRECTO, POR SER UN ACTO DE
EJECUCIÓN IRREPARABLE DENTRO DEL JUICIO”, Segunda Sala, SJFG, 9ª. Época,
t. XXIX, marzo de 2009, jurisprudencia 2ª./J. 55/2002, p. 446.

165- “LITISDENUNCIACIÓN O DENUNCIA DEL JUICIO A TERCEROS. SU


NEGATIVA ES UN ACTO DENTRO DEL JUICIO CONTRA EL QUE PROCEDE EL
AMPARO INDIRECTO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE JALISCO)”, Pleno, SJFG,
9ª. Época, t. XII, diciembre de 2000, jurisprudencia P./J. 147/2000, p. 17.

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166- Cfr. “GARANTÍA DE SEGURIDAD JURÍDICA. SUS ALCANCES”,
Segunda Sala, SJFG, 9ª. Época, t. XXIV, octubre de 2006, jurisprudencia 2ª./J. 144/2006, p.
351.

El criterio de “irreparabilidad” ha sido extendido por la Suprema Corte a actos del


procedimiento administrativo en forma de juicio167 y contra actos del procedimiento
judicial de ejecución de sentencia.168

Concatenando todo lo anterior, podríamos concluir que las violaciones procesales


dentro de cualquier procedimiento administrativo o judicial deben reclamarse en amparo
hasta el momento de impugnar la última resolución del mismo, salvo que: (1) sean
irreparables porque afecten derechos sustantivos, o (2) ocasionen una “afectación en grado
predominante o superior”. Esto aplica a procedimientos administrativos seguidos en forma
de juicio, al proceso stricto sensu, o a procedimientos judiciales llevados a cabo fuera de
juicio o una vez terminado éste.

d. Fin del procedimiento

Finalmente, para establecer la procedencia del amparo directo o indirecto, es


necesario definir el concepto de “resolución que pone fin al juicio” que determina la
procedencia de aquél. Según el artículo 158 de la Ley de Amparo, este medio de defensa
procede contra tales resoluciones.

Es muy claro que la sentencia pone fin al proceso porque al dirimir la


controversia, resuelve el juicio en lo principal, como la define el artículo 44 de la Ley de
Amparo. Pero no siempre es así cuando estamos ante cualquier otra resolución que dé fin al
juicio, dándolo por concluido sin resolverlo en lo principal, como también las define el
citado precepto.

Cualquier resolución que tenga por agotada la jurisdicción del tribunal, luego de la
presentación de la demanda, con la cual “se inicia el juicio”, incluso su

167- “EMBARGO DE CUENTAS BANCARIAS DECRETADO EN EL


PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO DE EJECUCIÓN. AUNQUE SE TRATE DE
UN ACTO FUERA DE JUICIO CONSTITUYE UN ACTO DE IMPOSIBLE
REPARACIÓN, POR LO QUE EN SU CONTRA PROCEDE EL JUICIO DE AMPARO
INDIRECTO EN TÉRMINOS DE LA FRACCIÓN II DEL ARTÍCULO 114 DE LA LEY
DE AMPARO”, Segunda Sala, SJFG, 9ª. Época, t. XXXII, noviembre de 2010,
jurisprudencia 2ª./J. 133/2010, p. 104.

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168- “EJECUCIÓN DE SENTENCIA. EL AMPARO INDIRECTO PROCEDE
EXCEPCIONALMENTE CONTRA ACTOS DICTADOS EN EL PROCEDIMIENTO
RELATIVO, CUANDO AFECTEN DE MANERA DIRECTA DERECHOS
SUSTANTIVOS DEL PROMOVENTE”, Pleno, SJFG, 9ª. Época, t. XXXIII, enero de
2011, jurisprudencia P./J. 108/2010, p. 6.

Desechamiento, constituye una “resolución que pone fin al juicio”.169 A


continuación daremos algunas muestras de esta especie:

• El ejemplo más notable de estas resoluciones, es aquella por la cual se desecha


la demanda, que no provoca mayor actuación procesal, y desde luego tampoco
estudia la cuestión planteada en dicha instancia;

• 170- La resolución de sobreseimiento, característica del proceso penal,


también es un ejemplo claro de resolución que pone fin al juicio;

• 171- La resolución que desecha la apelación contra resolución de primera


instancia que concluye el procedimiento;

• 172- y En general, aquellas del tribunal de segunda instancia que


terminan el desarrollo procesal sin que haya reenvío o reposición del procedimiento.

169- Cfr. “COMPETENCIA SIN MATERIA UNA VEZ DICTADA LA


RESOLUCION QUE PONE

FIN AL PROCEDIMIENTO”, Pleno, Apéndice 95, t. IV, jurisprudencia 163, p.


114.

170- “DEMANDA FISCAL, DESECHAMIENTO DE LA. EL AMPARO


DIRECTO PROCEDE CONTRA LA RESOLUCIÓN QUE LO CONFIRMA”, Segunda
Sala, Apéndice 2000, t. III, jurisprudencia 267, p. 280. Véase supra, nota .

171- Supra, nota 169. 172 Cfr. “APELACIÓN. EL AUTO POR EL QUE EN
SEGUNDA INSTANCIA SE DESECHA ESTE RECURSO, ES IMPUGNABLE A
TRAVÉS DEL JUICIO DE AMPARO DIRECTO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE
PUEBLA)”, Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Sexto Circuito, SJFG, 9ª.
Época, t. XXXI, mayo de 2010, jurisprudencia VI.2º.C. J/317, p. 1772.

173- “REENVÍO. EL CONTEMPLADO EN EL ARTÍCULO 194 DEL


CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS PENALES PARA EL ESTADO DE TABASCO,
HACE IMPROCEDENTE EL JUICIO DE AMPARO DIRECTO EN CONTRA DE
SENTENCIAS PENALES DE SEGUNDA INSTANCIA QUE REVOCAN LAS DE
PRIMER GRADO”, Primera Sala, SJFG, 9ª. Época, t. XIV, noviembre de 2001,
jurisprudencia 1ª./J. 74/2001, p. 20; y “SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA QUE
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ORDENA REPONER EL PROCEDIMIENTO. NO ES UN FALLO DEFINITIVO NI
PONE FIN AL JUICIO NATURAL, POR LO QUE LA DEMANDA DE AMPARO EN
LA QUE SE RECLAMA NO DEBE TRAMITARSE EN LA VÍA DIRECTA DEL JUICIO
CONSTITUCIONAL”,

Décimo Quinto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer


Circuito, SJFG, 9ª. Época, t. XXIV, septiembre de 2006, tesis I.15º.A.19 K, p. 1535.

B. Procedimiento y “juicio” penal Una de las cuestiones más discutidas sobre la


articulación entre el juicio de amparo y el nuevo sistema procesal penal, es determinar
cuándo inicia dicho “juicio” para efectos de su control mediante aquel proceso
constitucional. El “proceso” penal comienza cuando se ejerce la “acción” correspondiente;
por eso es imprescindible determinar el momento en que se produce el ejercicio de este
derecho, pues de lo contrario se deja en incertidumbre uno de los aspectos torales de la
procedencia de ese medio de control constitucional. Esta determinación, además, debe ser
en términos teóricos, generales y abstractos, que apliquen a todo proceso penal
independientemente de cómo lo configure el ordenamiento correspondiente; ya que de ello
dependerá el desarrollo uniforme del juicio de amparo en materia penal, que ha de referirse
a todos los ordenamientos adjetivos de nuestro país.

Partiendo de la premisa jurisprudencial de que para efectos del amparo el “juicio”


o “proceso” inicia cuando se formula su “instancia”, no cuando la misma se admite;
hallamos dos posiciones fundamentales en torno a esta cuestión: (1) considerar que la
“acción” penal se ejerce cuando el Ministerio Público insta la “imputación” en sentido
lato,175 atribuyendo de alguna forma un delito al indiciado ante el Juez de Control,
poniéndolo a disposición judicial en caso de estar detenido, o solicitando la correspondiente
orden de aprehensión; y (2) considerar que dicha acción se ejerce cuando la autoridad
ministerial formula “acusación”, abriendo la etapa intermedia del procedimiento.

Como explicaremos enseguida, a primera vista existen buenas razones para


sostener ambas posiciones, en lo cual radica la insólita dificultad para resolver este tema.
Este aprieto se agrava porque la Constitución y la jurisprudencia existente no aportan
respuestas determinantes para resolverlo, y además existen diversos conceptos de “acción”
desde el punto de vista de la teoría general del proceso.

De acuerdo su texto establecido por la reforma de 2008, la Constitución no sólo


carece de una determinación explícita sobre cuándo comienza el “proceso penal”, sino que
además parece establecer dos diferentes conceptos del mismo.

El párrafo sexto del artículo 19 constitucional prevé que “se suspenderá el


proceso”, si el inculpado evadiera a la justicia o fuera puesto a disposición de un juez
extranjero luego de haberse dictado el “auto de vinculación”; lo que apunta a que el
“proceso” comenzó, por lo menos, con la instancia que dio lugar a dicho auto y antes de la
apertura del “juicio oral” —pues de lo contrario el Constituyente hubiera aludido a éste—.
Por el otro lado, en su párrafo primero y en su apartado

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A, el artículo 20 constitucional expone los “principios generales” del “proceso
penal”, mas señalando asimismo en su fracción X que dichos principios “se observarán
también en las audiencias preliminares al juicio [oral]”; lo cual indica que estas audiencias
previas, entre las que destaca aquella en que se dicta el

“auto de vinculación”, no pertenecen al “proceso” que únicamente comprende el


“juicio oral”; de lo contrario dicha fracción X sería innecesariamente redundante porque a
dichas audiencias preliminares aplicarían obviamente los “principios generales” del proceso
del que supuestamente forman parte, conclusión que impide el postulado hermenéutico que
afirma la racionalidad del Constituyente. Estos conceptos constitucionales de “proceso
penal” responden respectivamente a las posiciones que enunciamos, por lo que ambas
pueden encontrar sustento en la ley fundamental.

La jurisprudencia de la Suprema Corte tampoco arroja luz al respecto. En la


contradicción de tesis 160/2010, la Primera Sala del Máximo Tribunal pareció inclinarse
por la segunda postura que expusimos, según la cual el “proceso penal” comenzaría por la
acusación formulada por el Ministerio Público. Esta idea se basa en que en dicha ejecutoria
se consideró “la etapa de investigación como un periodo preparatorio para determinar si
existen razones para someter a una persona a juicio”, sin distinguir entre la inicial llevada
autónomamente por el Ministerio Público y la formalizada que vigila el Juez de Control.
Esta impresión se se corrobora, como hizo la Suprema Corte, tomando en cuenta que las
actuaciones de dicha etapa “preparatoria” y los “medios de convicción” desahogados en
ella, no deberán considerarse para dictar sentencia, “salvo que se autorice el anticipo de
prueba o la incorporación por lectura o reproducción en la audiencia de juicio oral”.

Sin embargo, consideramos que las líneas de la ejecutoria mencionada, que


acabamos de reseñar, no constituyen un criterio judicial vinculante (ratio decidendi), sino
una expresión meramente ilustrativa de la Suprema Corte, dicha solamente “de paso”
(obiter dictum). En primer lugar, el comienzo del “proceso penal” no fue el tema sobre el
que versó la contradicción de tesis que resolvió la Suprema Corte, por lo cual no
correspondió a este tribunal hacer un estudio cabal de aquella cuestión, y tampoco tomar
una decisión deliberada a su respecto. En segundo término, los argumentos que reseñamos
arriba, no fueron determinantes para que la Corte resolviera dicho asunto como lo hizo,
puesto que se basó en el carácter esencial y preferente de los principios que perfilan el
juicio de amparo, al igual que la fuerza normativa de las disposiciones constitucionales que
rigen el proceso penal; para resolver que el Juez de Distrito, según las circunstancias, puede
o no tomar conocimiento de la carpeta de investigación ministerial, es innecesario precisar
cuándo comienza el “proceso penal”, sino que para ello basta lo dispuesto por el artículo 78
de la Ley de Amparo en relación con el artículo 20(A)(V) constitucional. Ahora bien, para
los efectos que sean pertinentes, aunque sea un simple obiter dictum la consideración de
que la etapa de investigación tiene un carácter “preparatorio” —debiéndose aún indagar
cuál sería el sentido de ello—, no debe soslayarse que fue la Suprema Corte de Justicia de
la Nación quien la ha sostenido.

Considerando solamente los diversos puntos de vista constitucionales y


jurisprudenciales que acabamos de exponer, no puede aclararse si el “proceso penal”

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comienza cuando se plantea la imputación lato sensu o la acusación. Por ello el estudio de
las dos posiciones que referimos amerita mayor profundidad.

Sin embargo, debe advertirse que el resultado de esta discusión tiene una
importancia práctica relativamente trascendente. El aspecto para el cual inmediatamente
parecería más relevante determinar cuándo comienza el “juicio” penal para efectos del
juicio de amparo, es la posible impugnación del auto de vinculación a proceso, en tanto que
la solución a ese problema podría repercutir en su impugnación en amparo directo o
indirecto; pero como veremos en el apartado correspondiente, a nuestro entender siempre
será factible reclamar en amparo el auto de vinculación a proceso. La verdadera
importancia de la solución a este problema, radica en que ella determinará en algún grado la
caracterización del sistema procesal acusatorio, y con ello podría influir como criterio
orientador de la actuación judicial ordinaria y constitucional; pues La tutela judicial
efectiva no puede alcanzarse si no se entiende el proceso penal moderno como un proceso
de partes en el que se distingan con precisión las fases de investigación, la maduración de
una acusación y el planteamiento ulterior de un juicio contradictorio.

Como indicamos, enseguida analizaremos con detalle las diversas posiciones que
encontramos respecto al problema de cuándo comienza el “proceso penal”, a fin de estar en
mejores condiciones para adoptar alguna conclusión sobre el tema.

La primera de las indicadas posiciones sobre la cuestión de cuándo comienza el


“proceso penal”, es decir se ejerce la “acción penal”, es la que cuenta con un mayor
consenso entre los especialistas de esta rama jurídica; incluso, a esta posición se acogen
numerosos ordenamientos positivos que desarrollan en nuestro país el sistema procesal
acusatorio, a partir de las reformas constitucionales de 2008. Se recordará que dicha
posición afirma que la “acción penal” se ejerce cuando se formula “imputación” por la
autoridad ministerial ante el Juez de Control, al poner a su disposición al detenido o
solicitar la orden de aprehensión.

Desde nuestro punto de vista, esta postura pretende ser una aplicación de la teoría
que concibe la “acción” como un simple “derecho a la jurisdicción”, que faculta a quien lo
ejerce a acudir ante los órganos jurisdiccionales, “con derecho (material) o sin él; con
pretensión o sin ella”. Esta tendencia doctrinal, sostenida por Eduardo Couture, considera la
“acción” como una “forma típica del derecho de petición”.

La “acción” sería entonces el derecho que tiene la autoridad ministerial —o el


particular facultado al efecto— para “acudir” a “poner en movimiento el aparato judicial a
efecto [de] que se investigue, juzgue y sancione, si fuere el caso, al responsable de un
delito”; por lo que la posición que exponemos promueve un concepto muy amplio de la
“pretensión” que se hace valer con la “acción penal”. Por tanto, desde su punto de vista,
bastaría solicitar al órgano jurisdiccional que tome conocimiento de un hecho
supuestamente delictuoso, y ejerza alguna de sus competencias respectivas (emitir la orden
de aprehensión, dictar auto de formal prisión o vinculación a proceso, etc.), para que se
tenga por ejercido el derecho de “acción penal” y con ello inicie el “proceso” para efectos
juicio de amparo.

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Este concepto de “acción” coincide formalmente con el que se mantuvo durante la
vigencia del sistema procesal anterior a 2008, en que “la consignación [es] lo que
caracteriza el ejercicio de dicha acción [penal]”. Esto por sí solo no es inapropiado pues,
desde el punto de vista de la teoría general del proceso, la “acción” in genere debe ser
esencialmente una sola, sin que su concepción “pura” se transforme en los diversos
sistemas de enjuiciamiento que haya tenido una materia, o incluso en los distintos ámbitos
jurídicos (penal, civil, administrativo y otros). No obstante, hay una diferencia sustantiva
entre el procedimiento penal mixto, anterior a la reforma del año indicado, y el sistema
acusatorio que ahora prescribe nuestra Constitución, la cual dificulta mantener ese criterio,
como veremos enseguida.

En el procedimiento anterior el Ministerio Público desahogaba autónomamente la


investigación, la cual ya estaba culminada cuando éste “consignaba” el caso a la autoridad
judicial, solicitándole que se aboque a su conocimiento. Los tribunales penales conocían de
asuntos en los que la autoridad ministerial ya había desplegado toda su actividad
investigadora, y entraban inmediatamente al estudio de su pretensión persecutoria y de la
defensa del quejoso, para finalmente dictar sentencia. En cambio, lo que acontece en el
sistema acusatorio es que parte de la investigación ministerial —previamente autónoma—
se halla “bajo la vigilancia de un tercero imparcial”, el Juez de Control, con el fin de en la
indagatoria se tutelen los derechos fundamentales y se “acus[e] cuando sea menester
hacerlo y no por políticas institucionales o de estadísticas laborales”; por eso la
“imputación” conduce inmediatamente a la etapa de “investigación formalizada”, no al
“juicio oral”.

Lo mismo puede decirse respecto de la idea, que de alguna manera también podría
apoyar la postura de que hablamos, según la cual el “proceso” penal se integraba incluso
con la “averiguación previa”, en la que ninguna participación tenían los tribunales. Nos
parece que esta postura se basó en la necesidad de que si no era mediante el amparo directo,
resultaba sumamente difícil controlar la regularidad de las actuaciones de dicha
investigación; y para evitar la indefensión del acusado, con ella se racionalizó que la
averiguación era inescindible de las actuaciones propiamente procesales que se
desahogaban ante la autoridad jurisdiccional. Pero esto ya no es así, puesto que el Juez de
Control busca garantizar el cumplimiento de los límites de las facultades persecutorias del
Ministerio Público, y que los posibles errores de la investigación no trasciendan al juicio;
de manera que ya no es necesario recurrir a un concepto de “proceso penal” tan artificioso y
excesivo por incluir etapas en que la autoridad judicial de ninguna manera participa.

Otro argumento que apoya la posición según la cual el “proceso penal” inicia con
la “imputación”, es que este acto tiene por fin último que se aplique la ley penal para
sancionar un delito, aunque ello no necesariamente acontezca por algún motivo. Es claro
que al formular cargos la autoridad ministerial tiene la intención —en la cual podría
consistir la “pretensión” procesal stricto sensu— de que se sancione a quien, según su
parecer, ha cometido o participado en un delito; esto es sumamente claro en aquellos casos
en que no se requiera abrir una “investigación formalizada”, y la misma intención existe
incluso cuando sí son necesarias estas diligencias bajo vigilancia judicial, pues aun sin una
cabal certeza de la autoridad ministerial, la “imputación” no se supone abierta

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azarosamente sino con base en elementos que apuntan a la responsabilidad de la persona
contra la cual se dirige.

La segunda posición que reseñamos, aquella que concibe la formulación de la


“acusación” como el acto por el cual se ejerce la “acción penal” y marca el inicio del
“proceso”, se basa en conceptos teóricos más estrictos. Amalgamaría aspectos de las
doctrinas que conciben la “acción” como una “tutela concreta” y como un “derecho
abstracto de obrar”, en tanto que considera que ese derecho procesal tiene un contenido
preciso, una “pretensión” específica cuya protección se pide al tribunal, pero sin exigir que
la admisión de la instancia que comienza el “proceso” implique una sentencia favorable al
Ministerio Público.

La clave de esta concepción para el tema que nos ocupa es la “tutela concreta” que
implica el derecho de “acción”. Ésta sería la potestad para solicitar a un tribunal el ejercicio
de su función propiamente jurisdiccional, que no posee cualquier fin sino el específico de
dirimir un litigio de naturaleza determinada, por conducto de un “procedimiento” especial
para ello que se denomina “proceso” por el objetivo que persigue especialmente. Así, la
“acción penal” tendría por objeto resolver el conflicto de intereses —entre acusador(es) y la
víctima por un lado, y acusado por el otro— sobre la actualización de una precisa
infracción criminal y de la participación de una persona en ella, así como la determinación
de sus consecuencias.

Según esta posición, no cualquier “instancia” por la cual se acude a los tribunales
constituye una “demanda” por la cual se ejerce una “acción”, sino que ésta tiene diferencias
específicas. La “acción” y su ejercicio traen aparejada una “pretensión”, una “petición
fundada” que su titular dirige al órgano jurisdiccional para reclamar a otra persona una
prestación a la cual piensa que tiene derecho; de manera que ha de basarse en elementos
argumentativos y probatorios que le den visos de legitimidad. Y aplicando estos conceptos
estrictos de “acción” y

“pretensión”, se concluiría el Ministerio Público aún no ejerce ese derecho


procesal cuando formula cargo e imputa un delito a una persona.

La etapa de control previo que es instada mediante la “imputación” lato sensu,


estriba en la “judicialización” de la investigación del Ministerio Público por la cual el Juez
de Control “es convocado a dar legalidad de las actuaciones” de ese órgano, tanto por lo
que respecta a su actividad indagatoria como a la precisión de su imputación. Su finalidad
es “perfeccionar la investigación para estar en posibilidades de generar la acusación”, bajo
la vigilancia del Juez de Control. Tanto en la etapa de control previo como en la intermedia
—la cual desde la posición de que damos cuenta sería verdaderamente procesal—, la
actividad del Juez de Control tendría por objeto “conferir el más alto grado de garantismo”;
esto al controlar la regularidad de la actuación ministerial para que el sometimiento a juicio
del inculpado no sea apresurado ni arbitrario, mas no tramitando el desahogo del debate
decisivo para la resolución del caso. Esto se daría mediante la depuración de las

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irregularidades jurídicas que tuviera la actividad ministerial, respecto de la cual el Juez de
Control operaría como un “filtro” que evitaría su trascendencia al juicio oral.

Por lo anterior, sólo la “acusación” por la cual se abre el juicio oral en la etapa
intermedia, busca inmediatamente que un órgano jurisdiccional —diferente al Juez de
Control— dicte una resolución judicial sobre el fondo de la relación jurídica penal, y acoja
la “pretensión” sancionatoria. Antes de ese momento, es decir luego de la “imputación” y la
“investigación formalizada” que le sigue, el Juez de Control no estaría decidiendo sino
controlando la preparación del “proceso”, llegando sólo al “umbral de la Justicia” y no
atravesándolo;199 principalmente por esto, pese a sus similitudes formales, el “auto de
vinculación a proceso” no puede equivaler al de “formal prisión”.200

La posición que analizamos también se basaría en que el Ministerio Público no


habría desenvuelto toda su actividad indagatoria, lo que podrá hacer sólo bajo la
supervisión judicial en la etapa de control previo, su “pretensión” no podría estar “fundada”
en el mayor grado posible;201 pudiendo suceder que incluso prefiera no formular
“acusación”, por motivos diferentes a la aplicación de un criterio de oportunidad. En
cambio, desahogada la etapa de control previo y la investigación formalizada, la autoridad
ministerial adquiriría la convicción suficiente para ejercer la “acción penal” con la máxima
legitimidad posible, mediante la “acusación” que ocasionaría la apertura del “juicio oral”.

199- “Alguien ha de recordar […] que la instrucción de una causa es sólo el


umbral de la Justicia: es investigación, no enjuiciamiento. A los detenidos en esa fase, se
les están (sic) investigando conductas, no se les está ajusticiando”, Martí Mingarro, op.
Cit., nota 184, p. 61.

200- Véase “AUTO DE VINCULACIÓN A PROCESO. SU NATURALEZA


Y EFECTOS SON DISTINTOS AL DEL AUTO DE FORMAL PRISIÓN (NUEVO
SISTEMA DE JUSTICIA PENAL EN EL ESTADO DE OAXACA)”, Tribunal
Colegiado en Materias Penal y Administrativa del Décimo Tercer Circuito, SJFG, 9ª.
Época, t. XXXIII, febrero de 2011, tesis XIII.P.A.28 P, p. 2253.

201- La diferencia entre los momentos de “imputación” y “acusación”, es el


grado de convicción de la autoridad ministerial para instar a los tribunales: en la primera su
convicción es baja, pero se supone que ésta se elevará cuando formula su acusación luego
de la “investigación formalizada”. Al respecto es notable que tiene que haber un cambio de
perspectiva sobre el significado de la “probabilidad” de que hablan los artículos 16 y 19
constitucionales como requisitos para la orden de aprehensión y el auto de formal prisión o
vinculación a proceso; antes de la reforma de 2008, dicha “probabilidad” requería la
“comprobación verosímil” y no la mera “factibilidad” a que pueden dar lugar los “datos de
prueba”, y por ello se reputaba el auto de formal prisión o de sujeción a proceso como una
sentencia condenatoria de facto. Véanse sobre “probable Responsabilidad”, “datos”,
“comprobación”, “verosimilitud” y “factibilidad”: “AUTO DE FORMAL PRISION. ES

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VIOLATORIO DEL ARTICULO 19 CONSTITUCIONAL, SI NO SE HACE EL
ESTUDIO DEL CONJUNTO DE HECHOS QUE INTEGRARON LA PRESUNTA
RESPONSABILIDAD DEL INCULPADO CON PRUEBAS EVIDENTES”, Primer
Tribunal Colegiado del Décimo Circuito, SJFG, 9ª. Época, t. IV, agosto de 1996, tesis
X.1º.14 P, p. 633. Aunque con un desacertado uso de la “duda razonable”, véase también
“AUTO DE VINCULACIÓN A PROCESO. EN SU DICTADO NO ES NECESARIO
ACREDITAR EL CUERPO DEL DELITO (ELEMENTOS OBJETIVOS, NORMATIVOS
Y SUBJETIVOS) Y JUSTIFICAR LA PROBABLE RESPONSABILIDAD DEL
INCULPADO, SINO QUE SÓLO DEBE ATENDERSE AL HECHO ILÍCITO Y A LA
PROBABILIDAD DE QUE EL INDICIADO LO COMETIÓ O PARTICIPÓ EN SU
COMISIÓN (NUEVO SISTEMA DE JUSTICIA PENAL EN EL ESTADO DE
CHIHUAHUA)”, Primer Tribunal Colegiado en Materias Penal y Administrativa del
Décimo Séptimo Circuito, SJFG, 9ª. Época, t. XXXII, octubre de 2010, tesis
XVII.1º.P.A.63 P, p. 2902; y García Castillo, op. Cit., nota 101, p. 205.

Por todo lo anterior, la fase de investigación formalizada podría considerarse un


procedimiento “preparatorio” —como hizo la Primera Sala de la Suprema Corte —. Dicho
curso sería entonces análogo a un “medio preparatorio” y no formaría parte del “proceso”,
sino habría sido efectuado “fuera de juicio” para efectos del amparo, porque se trata de
“determinadas diligencias que preparan la acción para promover un juicio, generalmente
preconstitutivas de pruebas”. Pero a esto puede objetarse que a diferencia de los medios
preparatorios en juicios civiles o mercantiles, la etapa de control previo que comprende el
dictado del “auto de vinculación a proceso” es de trámite constitucionalmente obligatorio,
no potestativo.

QUINTO AGRAVIO -

Se hace consistir en contra de lo dispuesto por el C. Juez de


Distrito en su considerando tercero, la cual, esgrime que la quejosa
NO APORTÓ PRUEBAS DE LA ILEGAL DETENCIÓN
REALIZADA EN SU CONTRA POR LA MINISTERIO
PÚBLICO Y DEL TITULAR DE LA FISCALÍA
ESPECIALIZADA DE INVESTIGACIÓN EN SECUESTRO Y
EXTORSIÓN, DE LA CIUDAD DE PUEBLA, motivo por el
que se trae al presente la transcripción :

… “ TERCERO. INEXISTENCIA DEL ACTO RECLAMADO. El Titular de la


Fiscalía Especializada de Investigación en Secuestro y Extorsión, al rendir su Informe
justificado negó la existencia del acto reclamado que le atribuyó la parte quejosa.
Consistente en la detención y retención.

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Informe con el que se le dio Vista a la parte quejosa a efecto de que tuviera
conocimiento de su contenido.

A pesar de lo anterior, no aportó probanza alguna que fuera apta para


desvirtuar dicha negativa, aun cuando le correspondía la carga de probar su existencia en
términos del articulo SI del Código Federal de Procedimientos Civiles aplicado en forma
supletoria a la Ley de Amparo: de ahí que el acto reclamado a la autoridad citada con
antelación; resulte Inexistente

Ahora bien, el artículo 63, fracción IV, de la Ley de Amparo.. establece que procede el
sobreseimiento cuando de las constancias de autos apareciere claramente demostrado que
no existe el acto reclamado, o cuando no se probare su existencia,

Luego, toda vez que la parte quejosa omitió ofrecer prueba alguna tendente a
desvirtuar la negativa del Titular de la Fiscalía Especializada de Investigación en Secuestro
y Extorsión, emerge la causal de sobreseimiento prevista en la invocada disposición legal,
motivo por el cual, procede sobreseer en el presente juicio de amparo, con fundamento en
lo dispuesto en el artículo 63, fracción IV, de. La s Ley de la Materia, únicamente respecto
de los actos reclamados a la autoridad citada.

Sirve de base para la anterior precisión, la tesis jurisprudencial con datos de


localización siguientes‘Sexta Época, Regtstro: 1002350 Instancia. Pleno.

Jurisprudencias. Fuente- Apéndice 1917-Septiembre 2011,Tomo ll, Procesal


Constitucional 1. Común Primera Parte -SCJN Segunda Sección Improcedencia y
sobreseimiento .Materia• Común Tesis• 284 Página 305

INFORME JUSTIFICADO. NEGATIVA DE tos ACTOS ATRIBUIDOS A LAS


AUTORIDADES SI las responsables niegan los actos que se les atribuyen, y los quejosos
no desvirtúa esta negativa, procede el sobreseimiento, en los términos de la fracción IV del
artículo 74 de la ley de Amparo”.

Contrario a lo anterior expuesto, por el C. Juez de Distrito de amparo, NO


LE ASISTE LA RAZON EN HABIDA CUENTA DE LA QUEJOSA APORTO

LA SUSCRITA LILIAN GARCÍA LÓPEZ, APORTO DOCUMENTALES


PÚBLICAS, EN LAS QUE PLENAMENTE SE DEMUESTRA SIN LUGAR A
DUDAS QUE ,FUE DETENIDA EN FECHA veintitrés de febrero del dos mil
veintiuno aproximadamente a las 8:00 horas cuando es sustraída y detenida
ilegalmente de su domicilio , ubicado en Bosques de las Nueces 09 – C,
fraccionamiento Bosques del valle, C. P. 55717,en Coacalco de Berriozábal Estado de
México, por la Ministerio Público lic. FÁTIMA JOSEFA CUJ HERNANDEZ, Y del al
jefe de grupo, Javier Solis Aguilar ,asi como por los agentes adscritos a la unidad
Especializada en Investigación de Secuestro, Héctor Miguel, Espinosa Villar, Mariana
Martínez Sánchez, Rosario Jaime lino, Cristian Santiago González, y otros QUIENES
SACARON A LA SUSCRITA DE SU DOMICILIO SIN UNA ORDEN DE
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Lo cual se acredito con las documentales públicas que obran en autos del
juicio de amparo interpuesto :

1. Carpeta de investigación iniciada en PROCURADURÍA GENERAL DE


LA REPÚBLICA CARPETA DE INVESTIGACIÓN:
FED/FEMDH/FEIDDF-MEX/0000068/2021. Por el delito de
DESAPARICIÓN FORZADA.

2. Testimonios de •Consuelo García López.

Entrevista que fue realizada ante el agente de la policía federal ministerial (entrevistador)
GAMBOA GARCÍA PABLO, misma que obra en la carpeta de investigación:
FED/FEMDH/FEIDDF-MEX/0000068/2021. En la foja 0078 fechada con el día 29 de
Marzo de 2021.

•Norma Angélica López nieto.

•María del rayo López Tovar.

Entrevista que fue realizada ante el agente de la policía federal ministerial (entrevistador)
MARIA ELENA PEREZ OSORIO, misma que obra en la carpeta de investigación:
FED/FEMDH/FEIDDF-MEX/0000068/2021. En la foja 0074 fechada con el día 26 de
Marzo de 2021.

•María Cristina García López.

•Ana Karina Pichardo Velázquez.

Entrevista que fue realizada ante el agente de la policía federal ministerial (entrevistador)
MARIA ELENA PÉREZ OSORIO, misma que obra en la carpeta de investigación:
FED/FEMDH/FEIDDF-MEX/0000068/2021. En la foja 0083 fechada con el día 29 de
Marzo de 2021.

•MARTHA LINDA LUNA ANGELES.

3. Video proporcionado por MARIA CRISTINA GACIA LÓPEZ


quien tiene como domicilio el siguiente: CALLE BOSQUE DE NUECES 12-C
FRACCIONAMIENTO BOSQUES DEL VALLE, MUNICIPIO DE COACALCO
ESTADO DE MÉXICO, quien es vecina del lugar donde de realizó la detención ilegal y
arbitraria, como puede apreciarse solo separan 3 casas de la de la imputada LILIAN
GARCÍA LÓPEZ, quién tiene su domicilio en la misma calle con el número exterior 9-C.
Cabe aclarar que dicho indicio obra en la carpeta de investigación: FED/FEMDH/FEIDDF-

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MEX/0000068/2021. En la foja 0057 en el FORMATO DE ENTREGA-RECEPCION DE
INDICIOS O ELEMENTOS MATERIALES PROBATORIOS, mediante tarjeta USB
marca KINGSTON DATA TRAVELER 1GB, CONTENIENDO 4 VUDEOS DE
CAMARA DE VIGILANCIA DE VECINOS.

4. INFORME DE INVESTIGACIÓN CRIMINAL, CON


NÚMERO DE OFICIO: FGR/CMI/AIC/PFM/DGIPAM/DIEDF/ DIEDCS//IT/15397/2020.
QUE OBRA EN LA CATPETA DE INVESTIGACIÓN:
FED/FEMDH/FEIDDF-MEX/0000068/2021. CON EL NÚMERO DE FOLIO 0092, EN
FECHA 10 DE MAYO DE 2021. EN EL CUAL SE REALIZA EL TRASLADO DE
INDICIO TARJETA USB RECABADA EN COMPARECENCIA, EN LA CUAL SE
SOLICITA AL PERITO EN AUDIO Y VIDEO, LICENCIADO ALEJANDRO
RODRÍGUEZ VÁZQUEZ, QUE MEDIANTE MÉTODOS Y TÉCNICAS,
IDENTIFICAR:

a) Tipo, marca y modelo de vehículos involucrados.

b) Personas identificación fisionómica.

c) Matrículas.

TODO ESTE UNIVERSO PROBATORIO TIENE RELACIÓN CON LA


DECLARACION DE LA IMPUTADA LILIAN GARCÍA LÓPEZ, QUIÉN REFIRIÓ FUE
PRIVADA DE LA LIBERTAD EN CALLE BOSQUE DE NUECES NÚMERO 90
ACCIONAMIENTO BOSQUES DEL VALLE MUNICIPIO COACALCO ESTADO DE
MÉXICO CÓDIGO POSTAL 55717, PARA SER TRASLADADA DE MANERA
ILEGAL AL ESTADO DE PUEBLA POR ELEMENTOS DE LA UNIDAD DE LA
ESPECIALIZADA EN LA INVSTIGACIÓN DE SECUESTRO Y EXTORSIÓN,
QUIÉNES SE UBICAN EN EL MENCIONADO MUNICIPIO EN CAMIONETAS CON
LAS MUSMAS CARACTERISTICAS Y COLORES REFERIDOS EN LAS
DECLARACIÓNES, DE LA YA MENCIONADA IMPUTADA Y LOS TAMBIÉN
IMPUTADOS; JUAN CARLOS MÉNDEZ HERNÁNDEZ Y SARAHÍ LIZETH SILVA
SÁNCHEZ.

5. DECLARACIÓN DEL IMPUTADO CARLOS MÉNDEZ


HERNÁNDEZ.

6. DECLARACIÓN DE LA IMPUTADA SARAHI LIZETH


SILVA SÁNCHEZ.

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Es preciso señalar en este punto, que de las pruebas ofrecidas en el presente, son
documentos públicos, QUE DEMUESTRAN CON CLARIDAD MERIDIANA QUÉ LA
SUSCRITA FUE DETENIDA EN CALLE BOSQUE DE NUECES 12-C
FRACCIONAMIENTO BOSQUES DEL VALLE, MUNICIPIO DE COACALCO POR
LA POLICÍA DE PUEBLA A LAS 8 :00 AM , Y NO FUE DETENIDA COMO LO
QUIEREN HACER CREER LAS AUTORIDADES RESPONSABLES.

Sirve de orientación al presente la siguiente jurisprudencia :

Materias Penal y Administrativa del Vigésimo Primer Circuito. Esta tesis


contendió en la contradicción 234/2009 resuelta Por la Segunda Sala, de la que derivó la
tesis 2ª./J. 172/2009, que aparece publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Tomo XXX, noviembre de 2009, página 422, con el rubro:
“AGRAVIOS EN AMPARO EN REVISIÓN. CUANDO SE IMPUGNA LA
OMISIÓN DE VALORAR ALGUNA PRUEBA, BASTA CON MENCIONAR CUÁL
FUE ÉSTA PARA QUE EL TRIBUNAL ESTUDIE LA ALEGACIÓN RELATIVA,
SIENDO INNECESARIO EXPONER SU ALCANCE PROBATORIO Y CÓMO
TRASCENDIÓ AL RESULTADO DEL FALLO.”

Lo anterior, sin que esta Alzada soslaye que el Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación Estableció en jurisprudencia que para que proceda el estudio de los
conceptos de agravios, basta con que en ellos se Exprese la causa de pedir; es decir, se
manifieste mediante razonamientos jurídicos, que por alguna causa o motivo, Existe una
situación de hecho contraria a derecho, sin que necesariamente deban plantearse a manera
de silogismo Jurídico o bajo cierta redacción sacramental; sin embargo, ello de ninguna
manera implica que el apelante se limite a Realizar meras afirmaciones, pues es obvio que a
éste le corresponde exponer razonadamente por que estima ilegal la Resolución impugnada,
lo que no ocurrió en el asunto de estudio.

. El Juez de Distrito niega el amparo a la suscrita. ( ) aduciendo que con los datos
de prueba que aporto el ministerio público es suficiente para tener por acreditada mi
participación en el ilícito por el que se me vinculo a proceso y que dado que estaba por
vencerse el término constitucional fue correcto que no se tuvieran por incorporados
los datos de prueba que pretendió incorporar la defensa particular de la suscrita, lo
que deviene inconducente ya que es importante señalar que resultaba medular la
incorporación por parte de la defensa de la suscrita de la memoria USB como dato de
prueba ya que contenía un video con el que demostraba que la que la detención de la
suscrita se efectuó en un diverso lugar al que refirieron los agentes aprehensores, dato
de prueba que al no haber permitido incorporarlo genero un perjuicio en mi contra
que se tradujo en el auto de vinculación dictado en mi contra que confirmo la Octava
Sala Unitaria, en Materia Penal, siendo toral señalar que contrario a lo señalado por
el Juez de Distrito en cuanto a que fue correcto que no se tuvieran por incorporados
los datos de prueba ya que estaba por vencerse el término constitucional, tal
motivación deviene improcedente ya que aún se contaba con diez horas para resolver
mi situación jurídica por lo citada Sala Unitaria tenía que haber ponderado el hecho
de que el Juez de control contaba con la temporalidad suficiente para tener por

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incorporada la memoria USB, para que el ministerio público y el asesor jurídico
pudieran ejercer el principio de contradicción, lo anterior atendiendo al principio pro
homine contemplado en el segundo párrafo del artículo 1o de la Norma Suprema,
siendo aplicable la Tesis que establece:

Análisis del “INSTITUTO DE JUSTICIA PROCESAL PENAL” IJPP

En el marco del sistema de justicia penal, ello explica que se considere que persigue obviar
una investigación objetiva y diligente, al producir pruebas que pueden introducirse y
desahogarse en contra de una persona imputada por la comisión de un delito, confeccionar
una versión falsa de los hechos, y con todo esto erigir una fachada de combate a la
delincuencia.

No es posible saber cuántas personas en México están siendo procesadas o fueron


sentenciadas con base en pruebas obtenidas bajo tortura, pero sí que el 75.6% de las
privadas de la libertad en prisión sufren violencia psicológica y el 63.8% violencia física
durante su detención.

Es altamente probable que en muchos casos se repita este patrón: una detención arbitraria,
seguramente violando la privacidad del domicilio, seguida de la retención prolongada e
injustificada en instalaciones oficiales o clandestinas, o bien extendiendo innecesariamente
el tiempo de traslado lapso durante el cual la persona es sometida a tortura para luego ser
coaccionada con el fin de declarar en cierto sentido, no declarar u omitir información sobre
las circunstancias reales de su detención, firmar reconocimiento por fotografía, incriminar a
otras personas, tocar armas y grabar audios, por ejemplo.

Las consecuencias de la detención arbitraria y la tortura en la vida de dichas personas no se


limitan al momento en que ocurren, sino que marcan el comienzo de un largo camino
repleto de obstáculos, donde nada parece funcionar como debería.

La Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura y La Ley General para


Prevenir, Investigar y Sancionar la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes, reconocen entre las finalidades de esta práctica aberrante, las siguiente:

1. Obtener información o una confesión.


2. Con fines de investigación criminal.
3. Como medio intimidatorio.
4. Como castigo personal.
5. Como medio de coacción.
6. Como medida preventiva.
7. Por razones basadas en discriminación, o
8. Cualquier otro fin.

Cualquiera de estas finalidades puede tener impacto procesal en la producción de


pruebas y las posibilidades reales de defensa de la persona imputada, como violación al
derecho a la no autoincriminación y no solo en la obtención de información o una
confesión. Considerar lo contrario es perseverar en un paradigma rebasado: hoy sabemos

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que la producción probatoria y de hechos falsos incluye muchas otras pruebas, con diversos
efectos.

La protección de los derechos humanos y violaciones flagrantes a los derechos


humanos no puede emplearse como un simple discurso, sino que debe ser una constante
para los aplicadores del sistema debiendo realizar un análisis objetivo y riguroso para cada
caso, negar esto implica la afectación al principio de presunción de inocencia, al debido
proceso, a una justicia pronta, la integridad psíquica y moral de las víctimas y sus
familiares, y colateralmente termina por revictimizar a las personas en situación de
vulnerabilidad, tanto por ser mujer, adulta mayor, por estar privada de su liberta,
reafirmando estereotipos de género que deben ser erradicadas al momento de juzgar como
acertadamente lo propuso el ministro ALCANTARA Y CARRANCA.

ANALISIS DEL RND (REGISTRO NACIONAL DE DETENCION).

Las pruebas que se ofrecieron para demostrar la incomunicación y la detención


prolongada de la imputada fue precisamente las impresiones del Registro Nacional De
Detención (RND), a través de las cuales se demuestra que los elementos aprehensores no
señalaron la hora, y lugar en que fue asegurada la imputada, esto es a la 8:30 am en el
municipio de Coacalco de Berriozabal, violentado su morada, rompiendo cerraduras y
sustrayéndola de manera violenta y esposada por la espalda, por el contrario, en plena
fabricación de un delito, trasladaron a la detenida al Estado de Puebla, manteniéndola
retenida en las galeras al parecer de la policía Ministerial, sin permitirle realizar una
llamada o comunicar a alguien de su localización, por el contrario, para justificar dicho
actuar simularon que la detención se llevó a cabo en Cholula, Puebla, debajo de un puente,
a las 20:30 horas aproximadamente, dando inicio hasta este momento al RND,

A pesar de que la quejosa ofreció como prueba para acreditar su dicho entre otras
cosas:

Tres impresiones obtenidas directamente de la página oficial del RND, donde se observa la
hora de la supuesta detención. Donde también se podrá observar cómo transcurren más de
doce horas y la policía de investigación no ha puesto a inmediata disposición de la
autoridad competente más cercana a la detenida, puesto que aparece solo la leyenda en
“traslado”, obstaculizando con ello que la detenida pudiese ser buscada por sus familiares y
con ello evitar la incomunicación prolongada, la tortura física y psicológica de la que fue
objeto y garantizar con ello, sus derechos humanos, dejando de observar con ello, lo
establecido en el artículo 16 constitucional que contempla que debe existir un registro
inmediato de la detención de un indiciado cuando sea detenido en flagrancia.

Por su parte el numeral 147 del Código Nacional de Procedimientos Penales


señala que cualquier persona podrá detener a otra en la comisión de un delito flagrante,
debiendo entregar inmediatamente al detenido a la autoridad más próxima y esta con la
misma prontitud al ministerio público y que los cuerpos de seguridad publica están
obligados a detener a quien cometa un delito flagrante y realizar el registro de la detención.

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La Ley Nacional del Registro de Detenciones, en su artículo 17 establece: Los
integrantes de las instituciones de seguridad pública que lleven a cabo una detención
deberán realizar el registro de inmediato y en el momento en que la persona se encuentre
bajo su custodia bajo su mas estricta responsabilidad.

La legislación que conforme a sus numerales 1, 4 7 y 8 conforme a los principios


que la rigen y disposiciones generales, es de orden público y de observancia general en todo
territorio nacional y tiene por objeto regular la integración y funcionamiento del Registro
Nacional de Detenciones, estableciendo los procedimientos que garanticen el control y
seguimiento sobre las forma en que se efectuó la detención de personas por la autoridad,
con el objeto de prevenir la violación de los derechos humanos, actos de tortura, tratos
crueles, inhumanos o degradantes, y desaparición forzada, bajo la óptica y lineamientos del
respeto a los derechos humanos reconocidos por la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, y en los tratados internacionales que el Estado mexicano sea parte, y
que deben ser interpretados de modo que no se restrinjan ni menoscaben tales derechos
humanos. Además, de acuerdo al contenido del articulo 21 las instituciones de procuración
de justicia o aquellas que conozcan de faltas administrativas, a quienes les sea puesta a
disposición una persona detenida, procederán de inmediato a actualizar la información en el
registro sobre la situación que guarda dicha persona bajo su custodia, utilizando como
referencia el número de registro de la detención que la autoridad aprehensora hubiera
especificado en el informe. Y en su última parte, el aludido número al 21 señala que el Juez
de Control o la autoridad Que conozca, deberá de considerar dicha situación al momento de
resolver sobre el particular.

De ahí que, la juzgadora debió pronunciarse y cuestiona al fiscal sobre la hora en que fue
detenida la imputada y la hora en que se encontró bajo su custodia, es decir, bajo la
custodia de la Agente del Ministerio público y con ello garantizar que la misma fuera
puesta a inmediata disposición de la autoridad inmediata competente y así evitar
violaciones graves a los derechos humanos, como lo son, la tortura, tratos crueles,
inhumanos, detenciones arbitrarias, privaciones de la libertad prolongadas, como al caso en
concreto aconteció y de los que se duele la solicitante del amparo desde el momento en que
tuvo la oportunidad de emitir declaración ante el Juez de Control (como se puede observar
de la videograbación de fecha 27 de febrero del 2021.

Lo cual implica una responsabilidad penal de acuerdo a lo que establece el artículo


215 fracción XV del Código Penal Federal, relativa al delito de abuso de autoridad.
Solicitándole opere para el caso en específico en suplencia de la deficiencia de la queja.

Por su parte, el artículo 7 de la Convención Americana Sobre los Derechos


Humanos: toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad personal.

1.- Nadie puede ser privado de su libertad física, salvo por las causas y en las
condiciones fijadas de antemano por las constituciones políticas de los Estados parte o por
las leyes dictadas conforme a ellas.

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2.- Nadie puede ser sometido a detención o encarcelamientos arbitrarios.

3.- Toda persona detenida o retenida debe ser llevaba, sin demora, ante un Juez u
otro funcionario autorizado por la ley para ejercer funciones judiciales y tendrá derecho a
ser juzgada dentro de un plazo razonable o a ser puesta en libertad sin perjuicio de que
continue el proceso. Su libertad podrá estar condicionada a garantías que aseguren su
comparecencia en el juicio.

El policía de todas las corporaciones debe de conocer de la entrada en vigor de


esta nueva ley.

 El policía debe registrar a la persona de manera inmediata.

 El ministerio público debe registrar a la persona, con su nueva


ubicación, dentro de las dos primeras horas en que fue puesta a disposición.

 Si las autoridades no realizan o exceden los plazos establecidos,


la detención podrá ser declarada invalida.

Lo cual además, se adminicula con la documental consistente en las copias certificadas


emitidas por la autoridad investigadora de la Fiscalía General de Justicia del Estado de
México, mismas que se presentaron ante el Juez de Distrito en tiempo y forma y a través de
las cuales se acredita que mis familiares denunciaron primeramente ante la autoridad
preventiva como lo es la Dirección de Seguridad Publica y Transito Municipal de Coacalco
de Berriozabal la sustracción ilegal del domicilio por parte de sujetos armados el día 23 de
febrero del 2021, a las 8:30 horas, del cual además, se presume que se detono un arma de
fuego para controlar a los vecinos que al percatarse de los hechos salían de sus casa para
ver que estaba sucediendo, tal y como e demuestra con el registro de llamada a seguridad
pública, quienes al tomar conocimiento de lo anterior, acuden al domicilio y constatan la
existencia del mismo, inclusive refieren en el parte que la detonación de arma de fuego fue
positiva ; no obstante, se formaliza la denuncia por la sustracción quedando registrada bajo
el numero de carpeta de investigación. ECA/COA/02\MPI/184/000165/21/02, de fecha
23 de febrero, realizada a las 18:17, en la cual obran entrevistas de las personas que
presenciaron de manera directa el hecho, también existe un informe emitido por parte de la
policía de investigación a través del cual inspecciona las cámaras de videograbación del c5
donde se advierte el convoy policial que coincide en cuanto a la fecha y hora en el
momento en que arribaban a mi domicilio y la participan de los vehículos oficiales tal y
como lo señalaron los testigos al momento de rendir entrevista ante la autoridad
investigadora.

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Por otra parte, existe la documental consistente en la carpeta de investigación
FED/FEDH/FEIDDF-MEX/0000068/2021 de fecha 23/02/21,misma que se emitió a
las 08: 00 pm, iniciada ante la Fiscalía General de la República, por el delito desaparición
forzada de personas, de la cual se puede advertir que nuevamente mis familiares acudieron
a denunciar la privación ilegal de la libertad de la que fui objeto, puesto que, fui sustraída
de mi domicilio sin mandato judicial u orden de aprehensión, rompiendo cerraduras con
mazos, violentando la morada que habito con mi señora madre de 80 años de edad y
sustrayéndome de manera violenta para posteriormente trasladarme al Estado de Puebla en
los mismos vehículos oficiales sin placas de circulación, manteniéndome incomunicada,
sometida a tortura física y psicológica dentro de las instalaciones al parecer de la policía de
investigación de la Fiscalía Especializada en delitos de Extorsión y Secuestro de Alto
Impacto, sometida a tratos crueles e inhumanos, como mantenerme esposada de las manos
y obligarme a ponerse de rodillas ante la presencia del Comandante de la Policía de
Investigación, obligándome también a arrancarme las uñas y las pestañas, y no obstante, es
hasta las 20:30 horas que de acuerdo al RND dichos elementos policiacos registran mi
detención, en un lugar y hora diversa, lo anterior para justificar la flagrancia y fabricando
un delito que a todas luces y por las máximas de la experiencia se puede advertir que no
existió, porque yo ya me encontraba detenida en las instalaciones de la policía ministerial,
resultando de relevancia que según el estatus del RND me mantuve a disposición de los
elementos aprehensores bajo la hipótesis “traslado” por más de doce horas sin ser puesta a
disposición de la autoridad investigadora como lo es el agente del ministerio público, de lo
contrario se hubiese dado trazabilidad inmediata a dicho registro, lo cual en la especie no
aconteció, es importante hacer de su conocimiento que el vehículo en el que supuestamente
me encontraba cobrando el dinero de un rescate a las 20:30 horas el día 23 de febrero del
2021, es el mismo vehículo que fue captado por las cámaras de c5 y las cámaras de video
vigilancia privada ubicada en la calle Bosque de Nueces y que fue captado el mismo día,
pero a las 8:30 horas, es decir, los elementos captores tenían en su poder y bajo su dominio
dicha unidad vehicular al momento de mi aseguramiento y a través de un montaje señalaron
que fui asegurada a las 20:30 horas a bordo de dicha unidad, lo cual se contradice con
dichos elementos probatorios con que cuento y que hice saber al Juez de Control desde el
momento en que me fue permitido rendir declaración y que por una evidente deficiencia
técnica del defensor que me asistía no me fueron admitidos y que son de suma relevancia
para acreditar la violación flagrante de mis derechos humanos. Pruebas que tampoco fueron
valoradas por el Juez de Distrito dejándome en total estado de indefensión puesto que no
obstante que cuento con pruebas que acreditan mi dicho no se me permite ofrecerlas
coartando mi derecho a la tutela judicial efectiva.

La resolución 33/173 de la ASAMBELA General de la ONU (1978), caracterizo este


crimen como una “situación continua de grave y flagrante violación a los derechos
humanos”.

El Tribunal Interamericano ha considerado este delito como un fenómeno


diferenciado caracterizado por la violación múltiple y continuada de varios derechos
consagrados en la Convención Americana, (artículos 5, 7, 4 y en algunos supuestos, 3) pues
no solo se produce una detención arbitraria de la libertad, sino que además viola la
integridad y seguridad personal y pone en peligro la propia vida del detenido, colocándolo
en un estado de completa indefensión y acarreando otros delitos conexos.

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El articulo 1.1 de la Convención Americana establece las obligaciones de respetar
y garantizar los derechos humanos, aspectos que constituyen verdaderos ejes transversales
del Sistema Interamericano.

En el caso Bayarri vs Argentina, la Corte ha determinado que el control judicial


sin demora es una medida tendiente a evitar la arbitrariedad o ilegalidad de las detenciones,
tomando en cuenta que en un estado de derecho corresponde al juzgador garantizar los
derechos del detenido, autorizar la adopción de medidas cautelares o de coerción, cuando
sea estrictamente necesario y procurar, en general, que se trate al inculpado de manera
consecuente con la presunción de inocencia. También planteo la necesidad de un verdadero
mecanismo de control frente a detenciones ilegales o arbitrarias, por lo que la revisión
judicial debe realizarse sin demora y en forma tal que garantice el cumplimiento de la ley y
el goce efectivo de los derechos del detenido, tomando en cuenta la especial vulnerabilidad
de aquel. En ese sentido el Juez es garante de los derechos de toda persona bajo custodia
del estado, por lo que le corresponden la tarea de prevenir o hacer cesar las detenciones
ilegales o arbitrarias y garantizar un trato conforme al principio de presunción de inocencia.

COMPLEMENTO AL TERCER AGRAVIO EN SU


VERTIENTE DEL DERECHO A UNA DEFENSA TECNICA
ADECUADA

Derecho de defensa

Sin duda alguna la defensa es un derecho fundamental e irrenunciable que asiste a


todo persona, no obstante, deberá ejercerlo siempre con la asistencia de su Defensor el cual
deberá ser Licenciado en derecho con título profesional y con cédula profesional. La
intervención del Defensor no menoscabará el derecho del imputado de intervenir, formular
peticiones y hacer las manifestaciones que estime pertinentes. Tal derecho se encuentra
establecido en la Constitución Federal en el artículo 20-B fracción VIII, Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos en el artículo 14.3 inciso D; a hallarse
presente en el proceso y a ser asistida por un defensor de su elección; a ser informada, si no
tuviera defensor, del derecho que le asiste a tenerlo, y, siempre que el interés de la justicia
lo exija, a que se le nombre defensor de oficio, gratuitamente, si careciere de medios
suficientes para pagarlo.

Se entenderá por una defensa técnica, la que debe realizar el Defensor particular
que el imputado elija libremente o el Defensor público que le corresponda, para que le
asista desde su detención y a lo largo de todo el procedimiento, sin perjuicio de los actos de
defensa material que el propio imputado pueda llevar a cabo tal como lo establece el
Código Nacional de Procedimientos Penales en su numeral 17. Y corresponde al Órgano
jurisdiccional velar sin preferencias ni desigualdades por la defensa adecuada y técnica del
imputado.

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Los Defensores designados deberán acreditar su profesión ante el Órgano
jurisdiccional desde el inicio de su intervención en el procedimiento, mediante cédula
profesional legalmente expedida por la autoridad competente.

En cualquier etapa del procedimiento, las víctimas u ofendidos podrán designar a


un Asesor jurídico, el cual deberá ser licenciado en derecho o abogado titulado, quien
deberá acreditar su profesión desde el inicio de su intervención mediante cédula
profesional. Si la víctima u ofendido no puede designar uno particular, tendrá derecho a uno
público.

Durante el transcurso del procedimiento el imputado podrá designar a un nuevo


Defensor, sin embargo, hasta en tanto el nuevo Defensor no comparezca a aceptar el cargo
conferido, el Órgano jurisdiccional o el Ministerio Público le designarán al imputado un
Defensor público, a fin de no dejarlo en estado de indefensión.

En ningún caso podrá nombrarse como Defensor del imputado a cualquier persona
que sea coimputada del acusado, haya sido sentenciada por el mismo hecho o imputada por
ser autor o partícipe del encubrimiento o favorecimiento del mismo hecho.

Cuando el Defensor renuncie o abandone la defensa, el Ministerio Público o el


Órgano jurisdiccional le harán saber al imputado que tiene derecho a designar a otro
Defensor; sin embargo, en tanto no lo designe o no quiera o no pueda nombrarlo, se le
designará un Defensor público.

Siempre que el Órgano jurisdiccional advierta que existe una manifiesta y


sistemática incapacidad técnica del Defensor, prevendrá al imputado para que designe otro.
Si se trata de un Defensor privado, el imputado contará con tres días para designar un
nuevo Defensor. Si prevenido el imputado, no se designa otro, un Defensor público será
asignado para colaborar en su defensa.

Cuando el imputado no pueda o se niegue a designar un Defensor particular, el


Ministerio Público solicitará a la autoridad competente se nombre un Defensor público; si
es ante el Órgano jurisdiccional éste designará al defensor público, que lleve la
representación de la defensa desde el primer acto en que intervenga. Será responsabilidad
del defensor la oportuna comparecencia.

El imputado que se encuentre detenido por cualquier circunstancia, antes de rendir


declaración tendrá derecho a entrevistarse oportunamente y en forma privada con su
Defensor, cuando así lo solicite, en el lugar que para tal efecto se designe. La autoridad del
conocimiento tiene la obligación de implementar todo lo necesario para el libre ejercicio de
este derecho.

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Si antes de una audiencia, con motivo de su preparación, el Defensor tuviera
necesidad de entrevistar a una persona o interviniente del procedimiento que se niega a
recibirlo, podrá solicitar el auxilio judicial, explicándole las razones por las que se hace
necesaria la entrevista.

El Órgano jurisdiccional, en caso de considerar fundada la solicitud, expedirá la


orden para que dicha persona sea entrevistada por el Defensor en el lugar y tiempo que
aquélla establezca o el propio Órgano jurisdiccional determine. Esta autorización no se
concederá en aquellos casos en que, a solicitud del Ministerio Público, el Órgano
jurisdiccional estime que la víctima o los testigos deben estar sujetos a protocolos
especiales de

En el sistema actual deben ser procesos más justos y transparentes, promoviendo


soluciones menos costosas con la participación de todos los actores y con mayor calidad y
compromiso, contribuyendo a que la justicia engrandezca a la nación, y con probidad,
honradez y profesionalismo en el desempeño de los defensores reivindica su actuación
frente a la sociedad. Espero y un día no muy lejano se aplique el numeral 233 del Código
Penal Federal ya que es muy claro en cuanto a los defensores públicos que sin fundamento
no promuevan las pruebas conducentes en defensa de los reos que los designen, serán
destituidos de su empleo. Para este efecto, los jueces comunicarán al Jefe de Defensores las
faltas respectivas.

Este derecho es un aspecto del debido proceso que pone de relieve la posibilidad
de las partes para defenderse de la pretensión del contrario. Asimismo, tiene una inmediata
relación con el principio de contradicción, para el cual la efectiva defensa corresponde a su
verdadera realización.103

El derecho de defensa no se limita a la materia penal, aunque en ésta tenga


especial relevancia. En este campo jurídico, se ha definido como “facultad del imputado de
intervenir en el procedimiento penal que se dirige en su contra para poner en evidencia la
falta de fundamento de la pretensión punitiva estatal o de cualquier circunstancia que la
excluya o atenúe”.

VIOLACION AL DERECHO DEFENSA, POR LA INCAPACIDAD TÉCNICA


DEL DEFENSOR PARTICULAR Y DE EL DEFENSOR PÚBLICO QUÉ LE FUE
NOMBRADO POR LA JUEZ DE CONTROL Y NO TUVO TIEMPO SUFICIENTE
PARA CONOCER DEL CASO E IMPONERSE EN AUTOS, LO CUAL TRASCENDIÓ
AL RESULTADO DEL FALLO .

La quejosa, aduce qué la JUEZ KARLA PATRICIA AMBROSIO VARGAS, en


un acto irregular y de singular trascendencia, ordeno durante la tramitación de la audiencia
de vinculación, impusi a un defensor público de oficio, a la suscrita, SIN QUE DICHO
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DEFENSOR TUVIERA TIEMPO DE LEER Y CONOCER DEL EXPEDIENTE, Y ASI
PUDIERA IMPONERSE EN AUTOS, razones por las que esta juzgadora logró impedir el
ejercicio efectivo de defensa adecuada, durante la audiencia de vinculación a
procedimiento.

YA QUE SI BIEN ES CIERTO QUÉ LA JUEZA, SIMULÓ PRIVILEGIAR


EL DERECHO A UNA DEFENSA, IGUALMENTE LO ES QUE NOMBRAR A UN
DEFENSOR QUE DESCONOCE COMPLETAMENTE DEL CASO, SIN DARLE A
ESTE OPORTUNIDAD DE ESTUDIAR EL EXPEDIENTE, QUE LE PERMITIERA
REALIZAR UNA ESTRATEGIA EN DEFENSA DE LA SUSCRITA, LA DEJO EN
UN ESTADO DE INDEFENSION, YA QUE DE EXPLORADO DERECHO LO
PROCEDENTE, HABRÍA SIDO, EL DIFERIR LA AUDIENCIA, LO CUAL EN EL
CASO A ESTUDIO NO SUCEDIÓ, Y QUE ELLO TRASCENDIEO AL
RESULTADO DEL FALLO, AL DECRETARSE LA VINCULACIÓN A PROCESO.

Y TODA QUE UN NOMBRAMIENTO DE UN DEFENSOR PÚBLICO DE


OFICIO DURANTE LA CELEBRACIÓN DE LA AUDIENCIA DE VINCULACIÓN A
PROCESO ATENTA CON EL DEBIDO PROCESO Y DEFESA ADECUADA, SE
ILUSTRA CON LA JURISPRUDENCIA DE TEXTO Y RUBRO SIGUIENTES :

Al caso, resulta aplicable, la jurisprudencia 1ª/J-23/2006, de rubro: “DEFENSA


ADECUADA, ALCANCE DE DICHA GARANTÍA EN LA AVERIGUACIÓN II, EN

RELACIÓN CON LAS DIVERSAS IX Y X DEL ARTICULO 20, APARTADO


A, DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL.”

En efecto, el artículo 20 de la Constitución Política de los Estados Unidos


Mexicanos, establece el derecho fundamental de todo inculpado a tener una adecuada
defensa, esto es, que esté asesorado por profesionales del derecho y que éstos defiendan
suficientemente lo que convenga a sus patrocinados, a fin de que la seguridad jurídica en
los procedimientos penales se vea respetada, dado que en muchas ocasiones el resultado de
un proceso depende de la decisión que se tome en cuanto a cuestiones de técnica jurídica,
tales como la interposición de recursos y ofrecimiento de pruebas, que resultan actividades
evidentemente propias del defensor.

De manera que, la garantía antes aludida debe entenderse como la oportunidad que
tiene todo inculpado de aportar pruebas, promover los medios de impugnación frente a los
actos de autoridad que afecten sus intereses derechos legítimos frente a la acusación que se
plantea en su contra, exponer la argumentación sistemática del derecho aplicable al caso
concreto y utilizar todos los beneficios que la legislación procesal establece para tal fin.

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Lo anterior tiene concordancia con lo expuesto en el artículo 8, punto 2, incisos b),
c) y d), de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que dispone lo siguiente:
“Artículo 8. Garantías Judiciales. […] 2.… Durante el proceso, toda persona tiene derecho,
en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas: […] b) Comunicación previa y
detallada al inculpado de la acusación formulada; c) Concesión al inculpado del tiempo y
de los medios adecuados para la preparación de su defensa; d) Derecho del inculpado de
defenderse personalmente o de ser asistido por un defensor de su elección o de comunicarse
libre y privadamente con su defensor; […]”.

Por su parte, el numeral 14, punto 3, inciso b) y d), del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, celebrado el diecinueve de diciembre de mil novecientos
sesenta y seis, en la ciudad de Nueva York, publicado en la Primera Sección del Diario
Oficial de la Federación, el veinte de mayo de mil novecientos ochenta y uno, señala:
“Artículo 14 […] 3. Durante el proceso, toda persona acusada de un delito tendrá derecho,
en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas: […]

b) A disponer del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su


defensa y a comunicarse con un defensor de su elección; […] d) A hallarse presente en el
proceso y a defenderse personalmente o ser asistida por un defensor de su elección; a ser
informada, si no tuviera defensor, del derecho que le asiste a tenerlo y, siempre que el
interés de la justicia lo exija, a que se le nombre defensor de oficio, gratuitamente, si
careciere de medios suficientes para pagarlo; […]”.

De la interpretación gramatical y sistemática, de tales disposiciones es válido


colegir que la protección a los derechos humanos implica no sólo que el inculpado tenga
una defensa, sino que de manera fundamental la misma sea apropiada para satisfacer
armónica y globalmente la premisa de que ésta resulte adecuada.

De modo que, para proteger la adecuación satisfactoria de esa defensa es necesario


que la labor de quien funja como tal, sea eficaz, pues, no puede concebirse como un mero
requisito formal, sino que debe otorgar una instrumentación real para tener oportunidades
de descargo que, básicamente, permitan al iodado una efectiva participación en el proceso,
ya que es inconcuso que su defensa será representada por un experto que velará para que las
condiciones procesales se lleven a cabo conforme a la norma jurídica.

En relación al tema que se trata, la Primera Sala Suprema Corte de Justicia de la

Nación, ha sustentado, de manera específica en la tesis 1ª. CCXXVI/2013 (10ª.),


Décima Época, que el derecho a una defensa adecuada, contenido en el artículo 20,
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apartado A, fracción IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos su
texto anterior a la reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el 18 de junio de
2008), consiste en que el inculpado tendrá derecho a una defensa, por medio de su abogado
y a que éste comparezca en todos los actos del proceso, quien tendrá la obligación de
hacerlo cuantas veces se le requiera, lo que se actualiza desde que aquél es puesto a
disposición del Ministerio Público; esto es, que no solo desde la etapa ministerial, sino que
incluso en sede judicial, y máxime en la obtención de una declaración preparatoria, deberá
contar con la asistencia efectiva del profesional, entendiéndose como tal, la presencia física
y la ayuda efectiva del asesor legal, quien deberá velar porque el proceso se siga con apego
a los principios del debido proceso, y éste no sea viciado, asegurando a la postre el dictado
de una sentencia que cumpla con los requisitos, valores y principios legales y
constitucionales que permean en el debido proceso penal; lo que deberá observarse en todas
aquellas diligencias o actuaciones y etapas procesales en las cuales es eminentemente
necesaria la presencia del inculpado, en las que activa, directa y físicamente participe o
deba participar, así como en aquellas en las que de no estar presente, se cuestionarían o
pondrían gravemente en duda la certeza jurídica y el debido proceso.

Asimismo, la referida Sala, ha considerado, de manera específica en la


jurisprudencia 1ª./J. 138/2011 (9ª.), que las transgresiones cometidas durante la
averiguación previa, constituyen violaciones procesales, en términos del artículo 173 de la
Ley de Amparo (artículo 160 de la anterior Ley de Amparo), ya que no debe pasarse por
alto la intención garantista del legislador federal, al establecer como violaciones procesales
en la última fracción de los citados artículos, los casos análogos a las fracciones anteriores a
juicio del órgano jurisdiccional de amparo, supuesto en el que pueden ubicarse las
violaciones observables en la averiguación previa, consistentes en la obtención de pruebas
viciadas, la negativa para facilitar al inculpado los datos que solicite para su defensa y que
consten en el proceso, así como la transgresión a la garantía de defensa adecuada,
violaciones que no ameritarían la reposición del procedimiento, sino la invalidez de la
declaración obtenida en su perjuicio o la de la prueba recabada ilegalmente, en tanto que su
estudio necesariamente implicaría la interpretación directa de preceptos constitucionales.

Por consiguiente, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha


considerado que, las pruebas recabadas en contravención a las disposiciones legales, deben
declararse nulas en la etapa de averiguación previa, así como las que deriven de éstas, las
cuales sólo serán eficaces en caso de que pueda advertirse objetivamente que el hecho en
cuestión sería descubierto por otra vía legal, totalmente independiente al medio ilícito y
puesta en marcha en el curso del proceso, como ocurre con las pruebas desahogadas en la
instrucción, a través de una fuente independiente, esto es, en presencia del juez, sometidas
al contradictorio de las partes, en función del respeto a los derechos fundamentales de las
víctimas, aun cuando tratándose de declaraciones judiciales se ratifiquen las versiones
ministeriales afectadas de nulidad, debido a que, por un lado, no pueden convalidarse de
esa forma las pruebas viciadas y, por el otro, porque esas declaraciones judiciales tendrán
valor exclusivamente en cuanto a los datos de convicción que por sí mismas arrojen en esa
etapa procesal.

Esto implica que los diversos testimonios desahogados durante el proceso penal
deben dividirse, descartando los aspectos que deriven y se relacionen directamente con las

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pruebas ilícitas, pero adquiriendo valor en torno a los aspectos que son obtenidos por medio
de esa fuente independiente y legal, máxime si la nulidad de las pruebas ilícitas
desahogadas en la averiguación previa no se relaciona con la credibilidad del dicho de los
diversos testigos, sino a la actuación indebida de las autoridades.

Y lo anterior cobra prevalencia, cuando dentro del proceso mismo acorde al


principio de inmediación ante la presencia del Juez de control, y de las partes del proceso.

El hecho de que se designó un defensor público para la imputada, y la defensa


publica, que no alego en su favor la violación de los derechos humanos, o aportar algún
dato de prueba, o realizar alegaciones con el hecho de que no se estaba dando cabal
cumplimiento al artículo 146 fracción II, inciso b) del Código nacional de procedimientos
penales, así como el hecho de que no se le PERMITIERA A LA DEFENSA APORTAR
LAS PRUEBAS QUE DEMOSTRARÁN FUNDADA Y MOTIVADAMETE LA
FORMA, HORA DIA Y MOMENTO EN QUÉ FUE DETENIDA ILEGALMENTE LA
QUEJOSA, , así como tampoco se aportaron las sabanas o documentos, que demostraran
las comunicaciones efectuadas o lanzadas vía radio para lograr a cabo la detención de los
quejosa.

Violaciones que impactan la tutela efectiva de la adecuada defensa, siendo


aplicable el criterio que, dicha Sala sustentó en la tesis cuyos datos y texto son los
siguientes: “Época: Décima Época Registro: 2008497 Instancia: Primera Sala Tipo de
Tesis: Aislada Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación Libro 15, Febrero de
2015, Tomo II Materia(s): Penal Tesis: 1ª. LXVII/2015 (10ª.) Página: 1414.

PRUEBAS ILÍCITAS RECABADAS EN LA AVERIGUACIÓN PREVIA. SU


EFECTO EN LAS DESAHOGADAS DURANTE LA INSTRUCCIÓN. Las pruebas
recabadas en contravención a las disposiciones legales son ilícitas, y deben declararse nulas
en la etapa de averiguación previa, así como las que deriven de éstas, las cuales sólo serán
eficaces en caso de que pueda advertirse objetivamente que el hecho en cuestión sería
descubierto por otra vía legal, totalmente independiente al medio ilícito y puesta en marcha
en el curso del proceso, como ocurre con las pruebas desahogadas en la instrucción, a
través de una fuente independiente, esto es, en presencia del juez, sometidas al
contradictorio de las partes, en función del respeto a los derechos fundamentales de las
víctimas, aun cuando tratándose de declaraciones judiciales se ratifiquen las versiones
ministeriales afectadas de nulidad, debido a que, por un lado, no pueden convalidarse de
esa forma las pruebas viciadas y, por el otro, porque esas declaraciones judiciales tendrán
valor exclusivamente en cuanto a los datos de convicción que por sí mismas arrojen en esa
etapa procesal. Esto implica que los diversos testimonios desahogados durante el proceso
penal deben dividirse, descartando los aspectos que deriven y se relacionen directamente
con las pruebas ilícitas, pero adquiriendo valor en torno a los aspectos que son obtenidos
por medio de esa fuente independiente y legal, máxime si la nulidad de las pruebas ilícitas
desahogadas en la averiguación previa no se relaciona con la credibilidad del dicho de los
diversos testigos, sino a la actuación indebida de las autoridades.

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Amparo directo en revisión 1428/2012. 21 de mayo de 2014. Mayoría de tres
votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y
Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Disidentes: José Ramón Cossío Díaz y Jorge
Mario Pardo Rebolledo, quienes formularon voto particular. Ponente: Arturo

Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Saúl Armando Patiño Lara. Esta tesis se
publicó el viernes 20 de febrero de 2015 a las 9:30 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.”

Bajo esa tesitura, es sabido que la salvaguarda de la defensa adecuada, rebasa el


campo del establecimiento de los límites propios de la función del letrado, que patrocine a
la parte acusada en un proceso, al serle exigido encaminar su desempeño de forma privativa
a los intereses de su defendido, pudiendo asesorar a varias personas siempre y cuando
guarden una unidad de intención y postura frente a la acusación que se les formula.

De modo que, es imprescindible que la actuación del defensor se encuentre


desvinculada de circunstancias que alteren su cometido en perjuicio de la parte que
representan, en virtud del riesgo que en el ámbito de su función conlleva un inadecuado
ejercicio de aquel profesional; entonces, para el caso del ejercicio múltiple de la función de
patrocinio de un abogado público, éste, así como el rector de sede Ministerial deben
observar cuidadosamente que no se encuentre en entredicho la asesoría prestada, como
sucedió en el presente caso en que no pudo ejercerse adecuadamente la defensa del la
quejosa , toda ves que EL DEFENSOR PÚBLICO DE OFICIO FUE NOMBRADO POR
LA JUEZ, DURANTE LA CELEBRACIÓN DE LA AUDIENCIA DE VINCULACIÓN
A PROCESO, Y EL DEFENSOR NI SIQUIERA CONOCIA DEL CASO, NI SE LE DIO
LA OPORTUNIDAD DE LEER EL EXPEDIENTE.

Nos ilustra al Respecto la jurisprudencia Registro digital: 2010731 Instancia:


Primera Sala Décima Época Materia(s): Constitucional, Penal

Tesis: 1ª. XX/2016 (10ª.) Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación.Libro
26, Enero de 2016, Tomo II, página 964 Tipo: Aislada

DEFENSA ADECUADA EN MATERIA PENAL. PROCEDIMIENTO A


SEGUIR PARA LA DESIGNACIÓN OFICIOSA DEL DEFENSOR PÚBLICO QUE
ASISTA AL IMPUTADO EN LA PRÁCTICA DE UNA DILIGENCIA JUDICIAL DE
DESAHOGO DE PRUEBAS, ANTE LA AUSENCIA DEL DEFENSOR PARTICULAR
PREVIAMENTE NOMBRADO.

Si al iniciarse una audiencia de desahogo de pruebas no se encuentra el defensor


particular previamente designado por el procesado, el juez del proceso, para garantizar el
ejercicio efectivo del derecho de defensa adecuada del imputado, debe nombrarle un

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defensor público para que lo asista jurídicamente observando una serie de directrices. En
principio, después de verificarse la inasistencia del defensor particular previamente
designado para intervenir en la causa penal, el juez deberá requerir al imputado para que
nombre a otro abogado que lo pueda asistir en la diligencia. Con esto se cuida la
prevalencia del derecho del imputado de designar libremente al abogado que lo defienda en
la causa penal. La respuesta del imputado puede dar lugar a tres supuestos: 1) designar a
otro abogado particular que se encuentre presente en las instalaciones del juzgado; 2)
solicitar que le sea nombrado un defensor público; 3) informar que no tiene abogado a
quien pueda encomendar su defensa, o el designado se niegue a aceptar el nombramiento
realizado por el imputado. Después de recibir alguna de las respuestas anteriores, el
juzgador deberá dictar un acuerdo de trámite en el que puede: a) tener por designado al
defensor particular nombrado por el procesado o; b) designar a un defensor público que lo
asista jurídicamente. En este mismo acuerdo, el juez tiene que requerir al profesionista en
derecho para que comparezca de inmediato en la diligencia a aceptar el cargo y asumir la
defensa del inculpado. Realizado lo anterior, la autoridad judicial deberá implementar las
medidas necesarias para que el defensor designado pueda tener acceso a las constancias que
integran la causa penal, con el fin de que conozca las circunstancias generales del caso y de
la diligencia judicial programada para celebrarse al momento de la intervención, de manera
que pueda tener los conocimientos necesarios para asesorar adecuadamente al imputado. En
caso de que se trate de una audiencia de desahogo de pruebas, la autoridad judicial deberá
diferir la audiencia, ya que en el momento de la designación eventual del defensor, éste no
conoce las particularidades del caso; el diferimiento permite que el profesional en derecho
se prepare para poder conocer las particularidades del caso. Este supuesto tiene como
excepción que la designación del defensor público sea únicamente para suplir al defensor
particular que representa a la defensa en la audiencia de desahogo de pruebas. En este
supuesto, la diligencia podrá verificarse después de que el imputado y su defensor
sostengan una entrevista y manifiesten que conocen las circunstancias del caso y tiene la
preparación previa para ejercer la defensa efectiva. De la manifestación debe dejarse
constancia en la audiencia. La autoridad judicial requerirá al defensor particular que no
asistió a la diligencia, siempre que no haya sido revocado, para que se presente en la
próxima fecha que se programe y también se le apercibirá con imponerle

Las medidas de apremio correspondientes a la ley procesal. En caso de que en la


nueva fecha señalada para que tenga verificativo la audiencia de desahogo de pruebas se
repita la inasistencia del defensor particular designado para representar la defensa adecuada
del procesado, el juzgador tendrá que repetir las anteriores consideraciones y diferir la
audiencia a una próxima fecha. La autoridad deberá imponer al defensor particular ausente
la medida de apremio que haya determinado, después de que conste que fue debidamente
notificado. En este caso, si el imputado manifiesta que debe mantenerse la designación del
defensor particular, la autoridad debe de informarle que con motivo de la inasistencia del
defensor particular, se le asignará de manera oficiosa un defensor público que podrá
acceder al expediente y se diferirá la fecha de la audiencia nuevamente, con la finalidad de
preparar la defensa del imputado y garantizar que no se le deje en estado de indefensión.
Este supuesto no se verificará si un defensor particular asume la defensa y conoce del
asunto. Esta última directriz, en primer término, permite respetar, hasta el límite de lo
posible, el derecho del imputado de nombrar un profesionista en derecho que asuma su
defensa y opera como garantía para no dejar al imputado en estado de indefensión. Las
directrices previamente planteadas son necesarias para evitar una violación al derecho
humano de defensa adecuada porque se refieren a la realización de acciones de protección,
respeto y garantía del citado derecho humano en un proceso penal.

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Amparo directo en revisión 94/2014. 3 de septiembre de 2014. Cinco votos de los
Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez
Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Jorge Mario Pardo Rebolledo.
Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Julio Veredín Sena Velázquez.

Amparo directo en revisión 3250/2013. 24 de septiembre de 2014. Cinco votos de


los Ministros

Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz
Mena, Olga Sánchez Cordero de García Villegas, quien reservó su derecho para formular
voto concurrente, y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
Secretario: Javier Mijangos y González.

Esta tesis se publicó el viernes 08 de enero de 2016 a las 10:10 horas en el


Semanario Judicial de la Federación.

En ese contexto, puede apreciarse que el derecho fundamental de defensa entraña


una obligación que no sólo gravita en la figura del Juez de control, sino en los Tribunal de
apelación, ante la evidente suplencia de la queja, como rector del proceso, sino incluso debe
tenerse en cuenta desde la investigación y sus registros, tal obligación se extiende al
Ministerio Público y al defensor, cuenta habida que, si dichas autoridades inadvierten ese
desconocimiento del expediente, y además qué se negó la admisión de todas y cada una las
pruebas ofrecidas por la suscrita, y de las que emergen de los datos de prueba, con la cuales
probaria su inocencia, se advierte una consigna de la Juez de control, y y del Ministerio
Público, de IMPUTAR Y CONDENAR A LA SUSCRITA A TODA COSTA Y SIN
IMPORTAR LAS VIOLACIONES AL DEBIDO PROCESO Y DEFENSA ADECUADA
DE LA QUEJOSA.

Actualizándose una violación al derecho de defensa efectiva, en sede Judicial en


presencia de un juzgador, al momento de calificar de legal la detención, y vincular a
procedimiento a la quejosa, faltando a uno de los cimientos fundamentales del proceso
penal en México, cierto el silencio y las omisiones no son justificantes, ante la falta de
defensa técnica.

Circunstancia que trascendió al resultado del asunto que se analiza, ya que no se le


admitieron sus pruebas ni testigos a la suscrita, que le permitieran la acreditación de su
inocencia en el delito qué se le imputa , pretendiendo hacer descansar el dictado del auto
de formal prisión, en diligencias espurias.

Designando a dicho defensor, sin que previo a ello se haga constar que tuvo
acceso a los registros de investigación, ni tuvo oportunidad , de analizar y ofrecer las
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pruebas con las que fincara la defensa de la quejosa, ni tuvo opción de enterarse si la
quejosa se le hizo saber el derecho de nombrar a un defensor de su entera elección, ello
porque no se advierte la existencia de alguna constancia afirme lo contrario, donde aparezca
la firma autógrafa de la imputado.

La juez al Asignarle al defensor público, - - - - - - - - - - - - , quien dicho sea de


paso represento de manera ornamental a la suscrita. , afecto de manera devastadora, la
garantía constitucional de un debido proceso y defensa adecuada porque en presencia de
este defensor público, se llevó a cabo una audiencia de vinculación contra mi persona,en
la cual no se permitió aportar las pruebas que demostrarian mi inocencia, ya que
únicamente la JUEZ acepto las pruebas ofrecidas por el Ministerio Público.

El punto es que fui asistida por un defensor público, quien no realizo


manifestación alguna, y peor aún según se advierte en la propia audiencia, tampoco se le
permitió por la JUEZ, ofrecer prueba alguna en favor de quejosa , , aun y cuando la quejosa
tenían a su favor el artículo 20 Constitucional apartado A, fracción IX, a fin de que la
defensa estuviera presente en todos los actos de la audiencia .

Violación al derecho de poderse defender de manera efectiva de la acusación


hecha en su contra y sobre todo cuando no se le acepto ninguna prueba.

Sobre este tópico en reiteradas ocasiones la Suprema Corte de Justicia de la


Nación ha declarado que no es válido, por lo que se deben dejar sin valor legal dichas
declaraciones.

Por lo anterior, se considera que la circunstancia de que el defensor público NO


CONOCIERA LAS CONSTANCIAS DEL EXPEDIENTE Y QUE TAMPOCO
PROMOVIERA PRUEBAS EN FAVOR DE LA QUEJOSA , afectó sus defensas, por los
motivos expresados.

Así, el derecho de defensa comprende en materia penal una “colección” de


diversos derechos específicos, entre ellos:105

101 Cfr. Arts. 14(III) de la Ley de Transparencia; y 131 del PCFPP.

102 Cfr. Arts. 14, fracciones IV y VI, de la Ley de Transparencia; y


79 del PCFPP.

103 Cfr. González Pérez, op. Cit., nota 52, p. 196; Marguénaud, op.
Cit., nota 32, p. 100; y STC 154/2000, F.J. 2. 104
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“DERECHO DE DEFENSA. SU CONCEPTO, INTEGRACIÓN Y
CONTENIDO EN EL

CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS PENALES DEL ESTADO DE


CHIHUAHUA (NUEVO SISTEMA

DE JUSTICIA PENAL)”, Primer Tribunal Colegiado en Materias Penal y


Administrativa del Décimo Séptimo Circuito, SJFG, 9ª. Época, t. XXXII, octubre de 2010,
tesis XVII.1º.P.A.68 P, p. 2985. Caracterizado en palabras de Francesco Carrara como la
“leal, completa y oportuna contestación de la acusación”, el “libérrimo campo al ejercicio
del patronato, [y el] favor para la defensa” (Il diritto penale e la procedura penale, 1873, pp.
12-13), el derecho de defensa se basa indudablemente sobre la presunción de inocencia; cfr.
Cattaneo, op. Cit., nota 70, p. 60.

105 Cfr. Martí Mingarro, Luis, Crisis del derecho de defensa, Madrid, Marcial
Pons, 2010, pp. 29-34. Además de los enunciados, el citado autor refiere como integrantes
del derecho de defensa a los correspondientes a la liberación del detenido o su puesta a
disposición judicial en un breve plazo, y al reconocimiento por el médico forense. Aunque
reconocemos que éstos tienen un aspecto defensivo, nos parece que son los derechos
fundamentales a la libertad y a la salud —por

• Derechos de información, tanto del propio contenido de los derechos del


imputado —la famosa “lectura de derechos”— como de las actuaciones del
procedimiento, pudiéndose de manera excepcional reservar los datos del
acusador;106

• Asistencia de un abogado que garantice al detenido su defensa técnicamente


adecuada desde el primer momento de la detención,107 y a la confidencialidad
entre él y dicho profesional;

• Interrogación de testigos;108

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• Derecho a no autoincriminarse y a guardar silencio;109 Aviso a un familiar u
otra persona sobre el hecho de la detención y el lugar de custodia a cada
momento de la misma;
• 110 Asistencia de un intérprete o traductor, en caso de no conocer el idioma
oficial o incluso de no entenderlo suficientemente;
• 111 y La posibilidad de tortura y tratos crueles e inhumanos— los
directamente relacionados con ellos, por lo cual no los incluimos en nuestro
catálogo.

106 Artículo 20(B), fracciones III y VI, de la Constitución. Sobre la


reserva de los datos del acusador y las exigencias para su justificación, véase TEDH, Visser
vs. The Netherlands, 14 de febrero de 2002, párrs. 43-50.

107 Artículo 20(VIII). Éste es uno de los derechos que ha sido


ejemplarmente desarrollado por el TEDH; véase Marguénaud, op. Cit., nota 32, pp. 100-
101. 108 Artículo 8.2.f) del Pacto de San José.

109 Artículos 20(B)(II) de la Constitución y 8.2.g) del Pacto de San


José. Según su desarrollo en los Estados Unidos, este derecho fundamental también
favorece a testigos o cualquier otra persona distinta del imputado, incluso en
procedimientos de índole diferente a la penal; cfr. Quinn vs. United States, 349 U.S. 155,
162 (1955); para algunos perfiles de este derecho, véase Nowak, y Rotunda, op. Cit., nota
82, p. 300. Véase también Cattaneo, op. Cit., nota 70, pp. 61-62.

110 Cfr. Art. 20(B)(II) constitucional.

111 Artículo 8.2.a) del Pacto de San José.

• Para el caso de extranjeros información sobre asistencia consular “al momento


de privar de la libertad al inculpado[,] y en todo caso antes de que éste rinda su primera
declaración ante la autoridad”.

Evidentemente, los anteriores derechos se refieren al imputado. Pero asimismo, la


reforma del 18 de junio de 2008 otorga novedosas posibilidades de defensa a la víctima,
entendiendo como corresponde que la “defensa” se refiere a todas las partes procesales en
relación con la posibilidad de hacer valer y tutelar su derecho. Entre los derechos de
defensa de la víctima destaca, por su inmediata vinculación al juicio de amparo, el derecho
de la víctima a impugnar ante la autoridad judicial las omisiones del Ministerio Público, así
como la posibilidad de pedir medidas cautelares y providencias para proteger sus derechos.

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D. Exclusión de pruebas ilícitas

La exclusión procesal de pruebas obtenidas ilícitamente, en particular


contraviniendo los derechos humanos, es manifestación del deber que tiene el Estado de
protegerlos desincentivando su vulneración. En materia penal, lo anterior se expresa en el
artículo 20(A)(IX), según el cual la “prueba obtenida con violación de derechos
fundamentales será nula”.

Una cuestión difícil para la aplicación de este último precepto será determinar
cuándo se viola un derecho fundamental. No podemos detenernos en la sutil distinción
teórica entre la “delimitación” de un derecho fundamental y su “vulneración” o
“restricción”,114 sólo podemos decir al respecto que el límite del contenido esencial de un
derecho fundamental resulta de la aplicación del principio de proporcionalidad, que
determinará si su restricción es lícita y por lo tanto no existe violación del mismo. Empero,
el fin legítimo que debe inspirar la restricción iusfundamental por la que se obtenga una
prueba, debe ser adicional a la mera investigación de un delito, sin que baste dicho objetivo
por sí solo para satisfacer dicho requisito; esto porque de lo contrario se anularía en la
práctica esta disposición constitucional: casi toda intervención en los derechos humanos
sería justificable so pretexto de efectuar dicha indagación.

Un problema especial lo puede constituir la revelación de comunicaciones


privadas por uno de sus participantes. Los párrafos undécimo y duodécimo del artículo 16
constitucional parecen permitir que las comunicaciones privadas sólo serán admitidas como
prueba cuando: (1) contengan información relacionada con la comisión de un delito,
excluyendo su uso por ejemplo en materia civil o mercantil, y (2) su intervención haya sido
autorizada o sea aportada por uno de sus participantes, pues contravenir su privacidad debe
considerarse un delito. El problema se suscita cuando se trata de comunicaciones aportadas
por un participante de ellas, sin autorización de la otra, y habiéndose registrado la voz o
perfiles corporales de esta última; pudiéndose extender esta dificultad a otra clase de
pruebas como fotografías, videograbaciones, etc. Esta revelación por los involucrados en
una comunicación, ha sido declarada conforme a la Constitución por el Máximo
Tribunal.115

No obstante, en los últimos años, la Suprema Corte ha reconocido el derecho a la


propia imagen como parte del derecho humano a la personalidad,116 el cual no fue
considerado en el precedente antes señalado. La propia imagen no solamente comprende la
representación gráfica o visible de las personas, sino también las audibles como la voz.
Entonces, permitir que un tercero haga uso de la “imagen” de una persona, presentando
procesalmente una grabación de su voz o de sus acciones, intervendrá el derecho a la propia
imagen; si esta intervención

115

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“COMUNICACIONES PRIVADAS. NO SE VULNERA EL DERECHO
FUNDAMENTAL A SU INVIOLABILIDAD CUANDO LOS PROPIOS
INTERLOCUTORES REVELAN EL CONTENIDO DE UNA COMUNICACIÓN EN LA
QUE PARTICIPARON Y DE LA CUAL PUEDE DERIVAR EL DESPLIEGUE DE UNA
CONDUCTA DELICTIVA (INTERPRETACIÓN DE LOS PÁRRAFOS NOVENO Y
DÉCIMO DEL ARTÍCULO 16 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS

UNIDOS MEXICANOS VIGENTE HASTA EL 18 DE JUNIO DE 2008)”,


Primera Sala, SJFG, 9ª. Época, t. XXVIII, octubre de 2008, tesis 1ª. XCV/2008, p. 414.

116

Véase “ACTO DE MOLESTIA. LO CONSTITUYE LA TOMA DE


FOTOGRAFÍAS A

QUIENES NO TIENEN LA CALIDAD DE DETENIDOS O PRESUNTOS


RESPONSABLES”,

Primera Sala, SJFG, 9ª. Época, t. XXX, noviembre de 2009, tesis 1ª.
CLXXXVIII/2009, p. 401.

Constituye una violación a ese derecho fundamental, se determinará a través de un


examen de proporcionalidad que llevarán a cabo los jueces ordinarios y controlarán los
constitucionales.

E. Igualdad procesal

El principio de igualdad es “uno de los valores superiores del orden jurídico, lo


que significa que ha de servir de criterio básico para la producción normativa y su posterior
interpretación y aplicación”; y “consiste en evitar […] un trato discriminatorio entre
situaciones análogas, o bien, […] efectos semejantes sobre personas que se encuentran en
situaciones dispares”. Uno de sus más importantes campos de aplicación es el procesal, en
donde toma los nombres de “igualdad procesal” o “igualdad de armas (procesales) (equality
of arms – égalité des armes)”, según la nomenclatura usada por el TEDH y el Tribunal
Constitucional español. De acuerdo con ese tribunal internacional, la igualdad procesal

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Es uno de los elementos de la noción amplísima de proceso equitativo, […y] exige
un “justo equilibrio” entre las partes: a cada una debe ofrecerse una posibilidad razonable
de presentar su causa en condiciones que no la coloquen en una situación de franca
desventaja en relación con su o sus adversarios.

Específicamente para la materia penal, el Tribunal Constitucional español se ha


referido a ese derecho de la siguiente manera:

Del principio de igualdad de armas, lógico corolario del principio de


contradicción, se deriva asimismo la necesidad de que las partes cuenten con los mismos
medios de ataque y defensa e idénticas posibilidades y cargas de alegación, prueba e
impugnación, a efectos de evitar desequilibrios entre sus respectivas posiciones procesales,
sin que sean admisibles limitaciones a dicho principio, fuera de las modulaciones o
excepciones que puedan establecerse en fase de instrucción (o sumarial) por razón de la
propia naturaleza de la actividad investigadora que en ella se desarrolla, encaminada a
asegurar el éxito de la investigación y, en definitiva, la protección del valor constitucional
de la justicia.

Este derecho fundamental también ha ocupado a los tribunales mexicanos en


diversas ocasiones. En materia penal, sobresale un reciente criterio, por el cual la Primera
Sala de la Suprema Corte lo derivó de lo dispuesto en el CFPP, y lo formuló en el sentido
de que impone conceder a las partes “iguales condiciones procesales de manera que
ninguno quede en estado de indefensión”.

La reforma penal del 18 de junio de 2008 prevé este principio en dos importantes
disposiciones del apartado A del nuevo artículo 20 constitucional. La fracción V de ese
precepto otorga a las partes el derecho a la “igualdad procesal para sostener la acusación o
la defensa, respectivamente”. Por su lado, la fracción VI prohíbe las comunicaciones ex
parte, los llamados “alegatos de oreja”, a fin de poner en iguales condiciones a todos los
involucrados en el litigio penal, en obsequio del principio de contradicción.

F. Plazo razonable

El artículo 8.1 del Pacto de San José establece que la solución de todo proceso
debe sujetarse a un “plazo razonable”. Este derecho ha sido ejemplarmente desarrollado por
el TEDH en múltiples resoluciones en materia penal y otras, buscando “que la justicia no
sea rendida con retrasos que lleven a comprometer su eficacia y credibilidad”.122

Ese tribunal internacional, a quien ha seguido la CIDH, sentó jurisprudencia en el


sentido de que la “razonabilidad” del plazo de duración de un proceso, debe definirse de
manera casuística considerando básicamente: (1) la complejidad del asunto, (2) el
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comportamiento del interesado y las autoridades, y (3) la importancia del litigio para las
partes. Sin embargo, como cualquier otro, este derecho fundamental tiene límites relativos
a las posibilidades fácticas y normativas de su satisfacción,124 debe hacerse una
ponderación de todas las circunstancias del caso, especialmente la necesidad de alguna
dilación procesal para cumplir con el debido proceso; pues “el deber del Estado de
satisfacer plenamente los

Requerimientos de la justicia prevalece sobre la garantía del plazo razonable”.125

Hay que tener en cuenta que para efectos de este derecho, en una evidente
aplicación del principio pro homine, la CIDH ha señalado el plazo procesal refiriéndose a la
total conclusión del asunto, y no sólo a su primera instancia; comenzando dicho lapso desde
la aprehensión, o si no hay privación de libertad a partir de que la autoridad conoce del
caso.126 El mismo tribunal internacional parece sostener que la tramitación del amparo
también influye para determinar si el proceso se dio en un “plazo razonable”, considerando
que su instancia también debería tenerse como integrante del mismo para estos efectos.127

El artículo 20(B)(VII) dispone que el imputado será juzgado antes de cuatro meses
por delitos cuya pena máxima no exceda de dos años de prisión, y antes de un año por
aquellos cuya prisión excediere ese umbral, a menos que solicite mayor plazo para su
defensa. En nuestra opinión, dichos plazos se refieren sólo a la primera instancia del
proceso, sin que a ello obste el referido criterio de la CIDH.

La jurisprudencia ha sostenido que el lapso de duración de un juicio de amparo es


de tres a seis meses;128 de manera que si el plazo constitucional

ELEMENTOS QUE SE DEBEN CONSIDERAR PARA DETERMINAR LA


EXISTENCIA DE LA

RESPONSABILIDAD POR DILACIÓN EN EL DICTADO DE SENTENCIAS”,


Décimo Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, SJFG,
9ª. Época, t. XXIV, septiembre de 2006, tesis I.12º.A.51 A, p. 1497.

124

Véase “DERECHOS Y PRERROGATIVAS CONTENIDOS EN LA


CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. SON
INDISPONIBLES PERO NO

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ILIMITADOS”, Pleno, SJFG, t. XXX, diciembre de 2009, jurisprudencia P./J.
122/2009, p. 1230. 125

CIDH, La Cantuta vs. Perú, 29 de noviembre de 2006, párr. 149. Véase también

“PROCESO PENAL, BREVEDAD DEL, CUANDO SE ENCUENTRA JUICIO


DE AMPARO

PENDIENTE DE RESOLUCIÓN”, Segundo Tribunal Colegiado en Materia


Penal del Primer

Circuito, SJFG, 9ª. Época, t. XX, noviembre de 2004, tesis I.2º.P.87 P, p. 2003.

126 Suárez Rosero vs. Ecuador, 12 de noviembre de 1997, párrs. 70


y 71; Herrera Ulloa vs. Costa Rica, 2 de julio de 2004, párr. 160; Tibi vs. Ecuador, 7 de
septiembre de 2004, párr. 112.

127 Cfr. Myrna Mack Chang vs. Guatemala, 25 de noviembre de


2003, párrs. 204 y 215.

128

Por todas véase “SUSPENSIÓN DEL ACTO RECLAMADO. ES CORRECTO


QUE LA

AUTORIDAD RESPONSABLE CONSIDERE COMO EL TIEMPO


PROBABLE DE DURACIÓN DEL

JUICIO DE AMPARO DIRECTO, PARA EFECTO DE


FIJAR LA GARANTÍA

CORRESPONDIENTE, EL DE TRES MESES”, Décimo Tribunal Colegiado en


Materia Civil del Primer Circuito, SJFG, 9ª. Época, t. XXVIII, julio de 2008, tesis
I.10º.C.14 K, p. 1903.

Indicado no se refiriese sólo a la primera instancia del juicio penal, la duración de


éste aunada a la de la apelación y del amparo en su caso harían que fuese irrealizable.
Además, esas instancias son manifestación del derecho de defensa (del imputado o sus
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contrapartes en su caso), que prevalece frente al de plazo razonable, de acuerdo con la
jurisprudencia de la propia CIDH y la opinión del Poder Judicial de la Federación.129 En
tal virtud, aun si consideramos conservadoramente que una causa penal debería de finalizar
en el lapso de dos años y medio, incluyendo su primera y segunda instancia ordinarias (con
un plazo igual para ambas) al igual que la de amparo, su plazo es razonable comparado con
aquellos procesos que no han tenido una duración de esa calidad.130

G. Motivación de las resoluciones judiciales

La motivación de las sentencias y autos es un derecho fundamental establecido en


los artículos 14 y 16 constitucionales, al igual que implicado por el artículo 8.1 del Pacto de
San José.131 Como es sabido, este derecho consiste en que la autoridad judicial exponga
los argumentos por los cuales demuestra que la solución que da al asunto se ajusta a las
disposiciones legales que lo rigen.132 Pero con rigor, esta exposición no debe consistir
solamente en la relación de las razones concluyentes del tribunal, sino también en un
análisis de las posturas de las partes y de los motivos que el órgano judicial tuvo para
aceptarlos o rechazarlos, en virtud del principio de contradicción.133

Considerando dilatado el plazo de seis meses: CIDH, Myrna Mack Chang vs.
Guatemala, 25 de noviembre de 2003, párr. 207. 129 Supra, nota 125. 130 Recuérdese que
la razonabilidad del plazo de un proceso se establece casuísticamente, y no puede
determinarse mediante un parámetro fijo; sin embargo, son útiles las comparaciones como
las señaladas a continuación. Haciendo partícipe de un plazo irrazonable la dilación mayor
que tres años sólo por instancias de amparo, véase CIDH, Myrna Mack Chang vs.
Guatemala, 25 de noviembre de 2003, párr. 204. Considerando irrazonables el lapso de
catorce años, nueve años y el de cuatro años y tres meses, véanse respectivamente: CIDH,
La Cantuta vs. Perú, loc. Cit., nota 125; CIDH, Bueno Alves vs. Argentina, 11 de mayo de
2007, párrs. 114 y 115; y CIDH, Suárez Rosero vs. Ecuador, 12 de noviembre de 1997,
párr. 73.

131 CIDH, Claude Reyes y otros vs. Chile, 19 de septiembre de 2006, párrs. 119
y 120.

132

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“FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN”, Segunda Sala, Apéndice 2000, t.
VI, jurisprudencia 104, p. 166.

133 Supra, nota 99.

La finalidad del requisito de motivación escrita de las resoluciones judiciales, y de


cualquier otro acto de autoridad, tiene un doble objeto: (1) permitir al ciudadano conocer
las razones de la afectación que le impone; y (2) garantizar su control a través de las
instancias impugnativas correspondientes. Con este último propósito se vincula el registro
documental de la motivación; con éste se fijan canónicamente los términos de la sentencia,
es decir su resultado y razones, permitiendo que cualquiera pueda determinar su preciso
sentido, y así se “provee de medios para la objetivación controlada de la posición adoptada
por el

Tribunal”.

La reforma del 18 de junio de 2008 incluyó en el cuarto párrafo del artículo 17


constitucional una formalidad más en relación con la motivación de resoluciones judiciales:
la obligación de “explica[rl]as en audiencia pública previa citación de las partes” (cursivas
añadidas). El sentido de este precepto nos parece muy claro: la expresión oral de las
resoluciones judiciales no debe sustituir su expresión escrita, pues lo que manda la
Constitución es una glosa sucinta de las mismas; sin que de este deber se desprenda “una
‘relajación’ en el deber de fundar y motivar las decisiones”.136 Sin duda, la modalidad
escrita es la mejor para comunicar de manera objetiva y suficientemente pormenorizada el
curso de la decisión jurídica y los argumentos que la sostienen, los cuales pueden ser
sumamente complejos; y lo que a nuestro parecer indica el referido precepto
constitucional, es que en cuanto a las sentencias definitivas, tenga significación su versión
escrita.

Podría convenir a los autos que primero se dé su emisión oral y luego se formule
su versión escrita, en aras de la celeridad del proceso. Mas no creemos lo mismo para las
sentencias definitivas, por la mayor complejidad que exige su argumentación, con base en
lo que expusimos en relación el artículo 17 constitucional.

Dados los intereses en juego, la decisión final de la controversia debe ser lo más
reflexiva posible para garantizar su objetividad material. Creemos que primero debe
analizarse la causa, luego formularse por escrito la resolución —lo que permitiría advertir
detalles, contradicciones, omisiones, etc.—, y finalmente explicarla públicamente. Esta
manera de proceder, además, evitaría que el juzgador quede comprometido por un
pronunciamiento público que con posterioridad advirtiera erróneo o inexacto, al redactar la
versión escrita de la sentencia.

Sobre este punto acontece una situación muy compleja y sutil. Como ha
establecido la jurisprudencia, las resoluciones judiciales, en particular las sentencias,
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pueden considerarse como: (1) una decisión jurídica y (2) el documento en que se plasma la
misma; por su carácter accesorio, el último está supeditado al primero, de manera que
puede ser variado para aclarar algún concepto, subsanar alguna obscuridad o imprecisión,
pero sin alterar la esencia de lo resuelto, en el entendido de que así reflejaría fielmente la
decisión que expresa. Cuando en el juicio oral el juzgador expresa su resolución en la
audiencia pública, la está emitiendo inmediatamente en los términos en que la formula
verbalmente, y sólo posteriormente los fija por escrito; en cambio, cuando adopta primero
su sentencia escrita y luego la explica, su decisión fue tomada en forma reservada, y su
exposición oral sólo es una glosa de la misma.

Nos parece que la decisión reservada de las sentencias definitivas en primera y


segunda instancias, la formulación posterior de su versión documental y su explicación
ulterior en audiencia pública; es congruente con lo exigido por el artículo 17 constitucional,
pero satisfaciendo óptimamente la impartición de justicia, y además que no constituye una
violación al principio de continuidad en el proceso penal.

Obtener una sentencia “justa”, apegada a derecho y que considere adecuadamente


las particularidades del caso, es mucho más importante que obtener una resolución
inmediata en una audiencia continua. Es preferible esperar un plazo perentorio para tener
—aun sólo en su parte resolutiva— una sentencia “correcta”, a obtener una incorrecta al
instante. Desde luego, el legislador puede establecer un lapso determinado, como hacen los
artículos 464 y 583 del PCFPP, incluso con la opción de que el plazo señalado para tener
“lista” la sentencia, es decir con redacción definitiva, se cumpla bajo pena de nulidad del
proceso y responsabilidad judicial.

La continuidad de la audiencia penal no es óbice para lo anterior, puesto que este


criterio resulta de un juicio de proporcionalidad entre dicho principio y otros derechos
fundamentales: todo proceso tiene por objeto encontrar la verdad objetiva, pues a ello
tienden las garantías del debido proceso y sus formalidades, inclusive las de seguridad
jurídica de fundamentación y motivación. Así éstas se opondrían a una acelerada resolución
del asunto, porque incluso para las propias partes es minúsculo el beneficio que dicha
fugacidad les produciría, frente al perjuicio que les ocasionaría el solo riesgo de errores en
la decisión. Además, en este examen juegan también los fines últimos del proceso penal,
previstos en el artículo 20(A)(I) constitucional, a los cuales está subordinado el de
continuidad porque sirve a su realización: esclarecer los hechos, proteger al inocente y
castigar al culpable; cuya realización se entorpecería al obligarse al juzgador a espetar una
sentencia con premura. Concluimos que imponer al juzgador una modalidad de dictado de
sentencia, en la cual pronuncie ésta inmediatamente (aunque sea en sus puntos resolutivos),
y luego proceda a la reflexión y la valoración del caso, violaría los derechos que en estas
circunstancias colisionan con el principio de continuidad, al afectarlos
desproporcionadamente y sacrificarlos por un objetivo menos importante.

Finalmente, no consideramos aplicable a la materia penal el criterio


jurisprudencial que ha admitido que las resoluciones judiciales puedan no indicar
expresamente los preceptos que las sustentan, sino que basta para su adecuada motivación
que apunten a ellos.141 Dicho criterio se ha desarrollado principalmente para las
jurisdicciones civil y administrativa, no para la penal y menos tratándose de sentencias
condenatorias. A diferencia de dichas materias, el tercer párrafo del artículo 14
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constitucional exige la “exacta” aplicación de la ley en el ámbito penal, lo que requiere la
clara e inequívoca expresión de cuáles son las disposiciones precisas que apoyan la
decisión.

H. Impugnación ordinaria

El derecho a impugnar la sentencia definitiva de un proceso penal es de fuente


internacional. La Suprema Corte lo ha reconocido, basándose primordialmente en que el
artículo 107 constitucional supone la existencia de dichos medios de impugnación, y en las
consecuencias de los derechos al debido proceso y al acceso a la justicia.142 Pero por
mucho que desearíamos que así fuese, hay que reconocer que esta interpretación es
endeble: la suposición de aquel precepto y dichos derechos fundamentales, no
necesariamente implican el

141 Considerando que es el precedente más ampliamente formulado, véase por


todas “FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN. EL CUMPLIMIENTO A DICHA
GARANTÍA TRATÁNDOSE DE RESOLUCIONES JURISDICCIONALES SE
VERIFICA SIN QUE SE INVOQUEN DE MANERA EXPRESA SUS FUNDAMENTOS,
CUANDO LOS RAZONAMIENTOS DE ÉSTAS CONDUZCAN A

LAS NORMAS APLICADAS”, Pleno, SJFG, 9ª. Época, t. XII, agosto de 2000,
tesis P. CXVI/2000, p. 143. 142

Supra, nota 93; “VÍCTIMA U OFENDIDO. CUANDO SE IMPUGNE UNA


DECISIÓN RELACIONADA CON EL DERECHO CONSTITUCIONAL A OFRECER
PRUEBAS, TIENE DERECHO A INTERPONER RECURSO DE APELACIÓN A
PESAR DE QUE LOS CÓDIGOS PROCESALES PENALES NO CONTEMPLEN ESTA
POSIBILIDAD” y “VÍCTIMA U OFENDIDO. TIENE DERECHO A IMPUGNAR LAS
DECISIONES QUE AFECTEN LOS PRESUPUESTOS DE

LA REPARACIÓN DEL DAÑO”, Primera Sala, SJFG, 9ª. Época, t. XXXIII,


junio de 2011, tesis 1ª.

LXXXVIII/2011 y 1ª. XC/2011, pp. 178 y 179 respectivamente. Véanse también


“PRINCIPIO DE

IMPUGNACIÓN DE LAS SENTENCIAS. CONSTITUYE UNA


FORMALIDAD ESENCIAL DEL PROCEDIMIENTO”, Tercer Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer Circuito, idem, 9ª. Época, t. XXXIII, marzo de 2011, tesis
I.3º.C.106 K, p. 2401; y “ACCESO A LA JUSTICIA. INTERPRETACIÓN DE LAS

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NORMAS QUE REGULAN LA INTERPOSICIÓN DE LOS RECURSOS”, Séptimo
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, idem, 9ª. Época, t.

XXXIII, mayo de 2011, tesis I.7º.C.66 K, p. 997.

Deber de establecer en términos generales instancias ordinarias de impugnación,


porque en estricta lógica esa conclusión no se desprende de ellos.143

Son importantes las diferencias entre lo establecido en el artículo 14.5 del PIDCP
y el 8.2.h) del Pacto de San José. El primer precepto reduce la garantía del recurso a la
“persona declarada culpable de un delito” y al “fallo condenatorio”; en cambio, el segundo
instrumento dispone el derecho a impugnar para “toda persona […], en plena igualdad”, y
habla del “fallo” sin calificativos; lo que extiende esa impugnación a cualquier parte del
proceso penal, especialmente a favor de la víctima. En atención al principio pro homine,
tiene preferencia la aplicación de lo dispuesto en el último instrumento.

La CIDH ha delineado los perfiles de este derecho.144 Según este tribunal, las
características del recurso a que se refiere el artículo 8.2.h) del Pacto de San José se
resumen en lo siguiente:

• Su objeto es “proteger el derecho de defensa otorgando durante el proceso la


posibilidad de […] evitar que quede firme una decisión que fue adoptada con
vicios y que contiene errores”;

• Debe otorgarse “antes de que la sentencia adquiera calidad de cosa juzgada”;

• Corresponde resolverlo a “un juez o tribunal distinto y de superior jerarquía


orgánica”, que “reúna las características jurisdiccionales que lo resuelva.

Registro digital: 2016171 Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Décima


Época Materias(s): Constitucional, Común Tesis: (IV Región)2o.13 K (10a.)
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación. Libro 51, Febrero de
2018, Tomo III, página 1524 Tipo: Aislada

PRINCIPIO DE MAYOR BENEFICIO FRENTE A FORMALISMOS


PROCEDIMENTALES Y SOLUCIONES DE FONDO DE LOS CONFLICTOS. ÉSTAS
DEBEN PRIVILEGIARSE FRENTE A AQUÉLLOS, SIEMPRE QUE NO SE AFECTE
LA IGUALDAD DE LAS PARTES, EL DEBIDO PROCESO U OTROS DERECHOS.

Durante mucho tiempo fue motivo de crítica para los tribunales de amparo que las
sentencias protectoras se concedieran por aspectos formales o procedimentales y no
por temas de fondo; lo cual motivó que mediante la expedición de la nueva Ley de
Amparo (publicada en el Diario Oficial de la Federación el dos de abril de dos mil

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trece), se estableciera en su artículo 189 que los órganos jurisdiccionales de amparo
procederían al estudio de los conceptos de violación atendiendo a su prelación lógica,
pero privilegiando en todo momento el principio de mayor beneficio; y fue en ese
contexto que por reforma al precepto 17 de la Constitución General de la República
publicada en el Diario Oficial de la Federación el 15 de septiembre de 2017, se
adicionó a dicho dispositivo un tercer párrafo, en el que se puntualizó "Siempre que
no se afecte la igualdad entre las partes, el debido proceso u otros derechos en los
juicios o procedimientos seguidos en forma de juicio, las autoridades deberán
privilegiar la solución del conflicto sobre los formalismos procedimentales.". Por tanto,
acorde con esa aspiración social y en estricto acatamiento a los artículos citados, en
los juicios o en los procedimientos relativos, todas las autoridades deben privilegiar la
solución del conflicto sobre los formalismos procedimentales, con la única limitante de
que no se afecte la igualdad de las partes, el debido proceso u otros derechos.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DE CIRCUITO DEL CENTRO AUXILIAR DE LA


CUARTA REGIÓN.

Amparo directo 411/2017 (cuaderno auxiliar 783/2017) del índice del Tribunal
Colegiado en Materias Civil y Administrativa del Décimo Cuarto Circuito, con apoyo
del Segundo Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de la Cuarta Región,
con residencia en Xalapa, Veracruz. 19 de octubre de 2017. Unanimidad de votos.
Ponente: Adrián Avendaño Constantino. Secretario: Ángel Rosas Solano.
Esta tesis se publicó el viernes 02 de febrero de 2018 a las 10:04 horas en el
Semanario Judicial de la Federación.

Lo que se traduce en una indebida fundamentación y motivación, siendo aplicable


al efecto la Jurisprudencia que instituye:

Registró No.  173565 Localización: Novena Época Instancia: Tribunales


Colegiados de Circuito Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta XXV, Enero de 2007 Página: 2127 Tesis: I.6o.C. J/52 Jurisprudencia
Materia(s): Común

FUNDAMENTACIÓN  Y MOTIVACIÓN. SU DISTINCIÓN ENTRE SU FALTA Y


CUANDO ES INDEBIDA.

Debe distinguirse entre la falta y la indebida fundamentación y motivación; toda vez


que por lo primero se entiende la ausencia total de la cita de la norma en que se
apoya una resolución y de las circunstancias especiales o razones particulares que
se tuvieron en cuenta para su emisión; mientras que la diversa hipótesis se actualiza
cuando en la sentencia o acto se citan preceptos legales, pero no son aplicables al
caso concreto y se exponen las razones que la autoridad tuvo para dictar la
resolución, pero no corresponden al caso específico, objeto de decisión, o bien,

cuando no existe adecuación entre los motivos invocados en el acto de autoridad y


las normas aplicables a éste.

SEXTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Y por ende me impide un acceso a mi derecho humano a una tutela judicial


efectiva, por lo que resulta procedente el Juicio de Amparo promovido dado que la tutela
judicial efectiva es un derecho humano reconocido en los tratados internacionales
ratificados por el Estado Mexicano que forman parte del ordenamiento jurídico interno, de
modo que amplían el catálogo de aquéllos, lo que fue uno de los objetivos de las reformas
constitucionales publicadas en el Diario Oficial de la Federación el 6 y el 10 de junio de
2011. Así, en la primera reforma se amplió expresamente la procedencia del juicio de
amparo a aquellos casos en los cuales se hubiesen violado derechos previstos en los
tratados internacionales, con independencia de que estén reconocidos o no en la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; mientras que en la segunda, se
reconoció que en México todas las personas son titulares de los derechos reconocidos en la
Constitución Federal y en los tratados internacionales ratificados por el Estado Mexicano,
por lo que la Constitución se reformó para incluir expresamente a los derechos reconocidos
en los tratados internacionales como parte del catálogo de derechos que gozan de
protección constitucional, lo cual se armonizó con la reforma en materia de amparo que

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reconoció la procedencia del juicio para reparar las posibles violaciones cometidas a dichos
derechos, siendo aplicable la Tesis que establece:

Época: Décima Época Registro: 2002096 Instancia: Tribunales Colegiados


de Circuito Tipo de Tesis: Aislada Fuente: Semanario Judicial de la Federación
y su Gaceta Libro XIII, Octubre de 2012, Tomo 4 Materia(s): Constitucional
Tesis: II.8o.(I Región) 1 K (10a.) Página: 2864

TUTELA JUDICIAL EFECTIVA. EL ACCESO A UN RECURSO EFECTIVO,


SENCILLO Y RÁPIDO, ES CONSECUENCIA DE ESE DERECHO FUNDAMENTAL.

El artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece


que todas las personas gozan de los derechos humanos reconocidos en la
Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea
parte, así como de las garantías para su protección. Por su parte, el artículo 17
constitucional prevé el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva, que supone,
en primer término, el acceso a la jurisdicción, es decir, que el gobernado pueda ser
parte en un proceso judicial y, en segundo, el derecho que tiene a obtener una
sentencia sobre el fondo de la cuestión planteada y su cabal ejecución, que deberá
ser pronta, completa e imparcial, lo cual se encuentra íntimamente relacionado con el
principio del debido proceso, contenido en el artículo 14 del señalado ordenamiento,
por lo que para dar cabal cumplimiento al derecho inicialmente mencionado, debe
otorgarse la oportunidad de defensa previamente a todo acto privativo de la libertad,
propiedad, posesiones o derechos, lo que impone, además, que se cumplan las
formalidades esenciales del procedimiento. Por tanto, el acceso a un recurso efectivo,
sencillo y rápido, mediante el cual los Jueces y tribunales tutelen de manera eficaz el
ejercicio de los derechos humanos de toda persona que lo solicite, sustanciados de
conformidad con las reglas del debido proceso legal, es consecuencia del derecho
fundamental a la tutela judicial efectiva, en tanto que asegura la obtención de justicia
pronta, completa e imparcial, apegada a las exigencias formales que la propia
Constitución consagra en beneficio de toda persona que se encuentre bajo su
jurisdicción.

OCTAVO TRIBUNAL COLEGIADO DE CIRCUITO DEL CENTRO AUXILIAR DE LA


PRIMERA REGIÓN, CON RESIDENCIA EN NAUCALPAN DE JUÁREZ, ESTADO DE
MÉXICO.

Amparo en revisión 308/2012. Juan Carlos Aparicio. 6 de julio de 2012. Unanimidad


de votos. Ponente: Alfredo Enrique Báez López. Secretario: Manuel Monroy Álvarez.

SEXTO AGRAVIO

JURISPRUDENCIAS SOSLAYADAS POR EL JUZGADO DE DISTRITO.

Tipo de Tesis: Aislada Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación


Libro 43, Junio de 2017, Tomo IV Materia(s): Común Tesis: I.6º.P.82 P (10ª.) Página:
2874

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CALIFICACIÓN DE LA DETENCIÓN EN EL SISTEMA DE JUSTICIA
PENAL ACUSATORIO. SI SE RECLAMA EN EL JUICIO DE AMPARO
CONJUNTAMENTE CON EL AUTO DE VINCULACIÓN A PROCESO Y LA
MEDIDA CAUTELAR DE PRISIÓN PREVENTIVA IMPUESTA, NO SE ACTUALIZA
LA CAUSA DE IMPROCEDENCIA POR CAMBIO DE SITUACIÓN JURÍDICA,
PREVISTA EN EL ARTÍCULO 61, FRACCIÓN XVII, DE LA LEY DE LA MATERIA.

Del artículo 211 del Código Nacional de Procedimientos Penales, se advierte que
en el sistema de justicia penal acusatorio existen tres etapas, entre ellas, la de investigación,
en la cual, si se da el supuesto de encontrarse una persona detenida, el Juez de control debe
resolver: a) La legalidad de la detención, b) La formulación de la imputación, c) La
solicitud de auto de vinculación a proceso y, en su caso, d) La solicitud de medida cautelar.
Ahora bien, si en el juicio de amparo indirecto se reclaman conjuntamente la determinación
que califica y ratifica de legal la detención, el auto de vinculación a proceso y la medida
cautelar de prisión preventiva impuesta, no se actualiza la causa de improcedencia por
cambio de situación jurídica, prevista en el artículo 61, fracción XVII, de la Ley de
Amparo, respecto de la calificación de la detención, pues se trata de actos judiciales de
naturaleza distinta y específica, por la materia a decidir en esta etapa judicial de la
investigación. En ese sentido, la legalidad de la detención del imputado deriva de la
justificación constitucional para detener a una persona por flagrancia o urgencia, y el auto
de vinculación a proceso no es una determinación que justifique, per se, la libertad de la
persona sujeta a proceso, pues en un primer momento se justifica por la calificación de la
detención y, después, una vez que se vincula a proceso con la respectiva medida cautelar;
por tanto, el auto de vinculación sólo tiene como finalidad sujetar a una persona a una
investigación judicializada, y jurídicamente no es el acto que prive o restringe la libertad;
en esa virtud, no existe el cambio de situación jurídica. Además, examinar en el juicio de
amparo indirecto la calificación de la detención, posibilita analizar los datos de prueba
resultantes de ésta y, en su caso, nulificarlos, si se declara ilegal, lo que trasciende en la
valoración probatoria que realice el Juez de control en la emisión del auto de vinculación a
proceso.

SEXTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER


CIRCUITO.

Queja 9/2017. 16 de febrero de 2017. Unanimidad de votos. Ponente: Roberto


Lara Hernández. Secretario: Víctor Hugo Sánchez Frías.

Esta tesis se publicó el viernes 09 de junio de 2017 a las 10:15 horas en el


Semanario Judicial de la Federación.

 la tesis de rubro: “AUTO DE VINCULACION A


POROCESO. SU NATURALEZA Y EFECTOS
SON DISTINTOS AL DEL AUTO DE FORMAL
PRISIÓN (NUEVO SISTEMA DE JUSTICIA
PENAL EN EL ESTADO DE OAXACA).”.--- De lo
argumentado, debe decirse que la prisión preventiva
que se pudiera decretar en el nuevo sistema
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acusatorio oral no depende del auto de vinculación a
proceso, sino de las medidas cautelares que se dicten
contra el inculpado, dada la independencia entre
ambas figuras jurídicas.--- En efecto, ahora las
medidas restrictivas de libertad son con motivo de
las medidas cautelares que se dictan durante el
proceso, las cuales tienen el carácter de excepcional,
salvo la de prisión oficiosa y su aplicación y su
aplicación es proporcional al derecho que se
pretende proteger.--- Lo anterior se fundamenta con
el numeral 10 del Código de Procedimientos Penales
para el Estado de México, que prevé:--- “Artículo
10”. (Se transcribe).--- Asimismo, el artículo 192 del
código adjetivo antes invocado, señala que la
imposición de una o más medidas cautelares se
impondrán a petición del Ministerio Público, del
ofendido o la víctima después de formulada la
imputación, ello con el objeto de garantizar el éxito
de las diligencias de investigación o la seguridad de
la sociedad, proteger al ofendido o asegurar la
comparecencia del imputado a las actuaciones del
procedimiento o ejecución de la sentencia.--- Entre
tanto el numeral 194 del Código de Procedimientos
Penales de la entidad prevé como medida cautelar la
prisión preventiva, la cual procederá:--- A. De
oficio.--- Cuando se trate de los delitos de homicidio
doloso, violación y secuestro, y su comisión en grado
de tentativa; delitos cometidos con medios violentos,
siempre que se ocasionen daños graves en las
integridad física de las personas, así como los
cometidos con armas, explosivos u otros que por su
naturaleza puedan generar peligro; y en los delitos
contra el libre desarrollo de la personalidad.--- B. A
petición justificada del ministerio público.--- En los
restantes delitos, cuando otras medidas cautelares no
sean suficientes para garantizar:--- I. La
comparecencia del imputado en el juicio;--- II. El
desarrollo de la investigación;--- III. La protección
de la víctima, de los testigos o de la comunidad, o
bien,--- IV. Cuando el imputado esté siendo
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procesado o haya sido sentenciado previamente por
la comisión de un delito doloso.--- De lo antes
expuesto, resulta evidente que el auto de vinculación
a proceso y las medidas cautelares (entre las que se
encuentra la prisión preventiva) son figuras
totalmente distintas, pues una vez formulada la
imputación el juez a petición del ministerio público,
de la víctima o del ofendido podrá imponer en
cualquier etapa del procedimiento una o más,
cuando exista la necesidad de cautela del proceso o
de protección de las víctimas.--- Además de que la
medida cautelar y en específico la prisión preventiva
procederá a petición justificada de la representación
social cuando ninguna otra medida cautelar sea
suficiente para garantizar la comparecencia del
imputado en el juicio; el desarrollo de la
investigación; la protección de la víctima, de los
testigos o de la comunidad; o bien, cuando el
imputado esté siendo procesado o haya sido
sentenciado previamente por la comisión de un delito
doloso.--- No se soslaya que dichas determinaciones
pudieran emitirse o dictarse en una misma
audiencia, pero se trataría de dos resoluciones
distintas; motivo por el cual dichos actos se tendrían
que combatir de forma autónoma, a través del
amparo indirecto, o en su caso los dos en un solo
juicio, pero en ese supuesto se tendrían que señalar
ambos como actos reclamados.--- Así también, debe
decirse que para el caso de que la medida cautelar, se
hiciera consistir en la prisión preventiva o cualquier
otra que sí límite la libertad personal, y se reclame
en el juicio de garantías el auto de vinculación a
proceso, seguramente ameritaría un tratamiento
distinto; pero esto no quiere decir que dependan una
de la otra sino que en el supuesto de concederse un
amparo liso y llano contra el auto de vinculación a
proceso, traería como consecuencia el cese de dicha
medida cautelar.--- En ese tenor, la emisión del auto
de vinculación a proceso, debido a la independencia
de las medidas cautelares que se soliciten por pate
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del Ministerio Público, y al estarse en el supuesto de
que la prisión preventiva aplicada al quejoso, es por
el delito del que se trata, en el caso que nos ocupa el
de homicidio calificado, por tal motivo no se está en
la excepción prevista en el artículo 22, fracción II de
la Ley Reglamentaria de los artículos 103 y 107 de la
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, por lo que el quejoso estaba obligado a
agotar el principio de definitividad que rige la
procedencia del juicio de amparo indirecto.---
Época: Décima Época Registro: 2013177 Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Tipo de Tesis:
Aislada Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación Libro 36, Noviembre de 2016, Tomo
IV Materia(s): Constitucional Tesis: III.2º.P.105 P (10ª.) Página: 2360

DEFENSA ADECUADA EN MATERIA PENAL. PARA GARANTIZAR ESTE DERECHO


HUMANO, DEBE QUEDAR ASENTADA EN AUTOS LA VOLUNTAD EXPRESA DEL
INCULPADO DE NOMBRAR O NO DEFENSOR PARTICULAR.

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Tipo de Tesis: Aislada Fuente: Semanario Judicial de la
Federación Publicación: viernes 22 de junio de 2018 10:28 h Materia(s): (Constitucional, Penal)

Tesis: XV.3º.14 P (10ª.)

DEFENSOR DEL IMPUTADO EN EL SISTEMA PENAL ACUSATORIO. PARA SU REMOCIÓN


DEL CARGO, EN TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 121 DEL CÓDIGO NACIONAL DE
PROCEDIMIENTOS PENALES, POR INCAPACIDAD TÉCNICA MANIFIESTA Y
SISTEMÁTICA, EL ÓRGANO JURISDICCIONAL DEBE ANALIZAR CUIDADOSAMENTE
CADA CASO CONCRETO, A FIN DE DETERMINAR SI EL NÚMERO Y TRASCENDENCIA DE
LOS ERRORES COMETIDOS SON DE TAL MAGNITUD, QUE COLOQUEN AL ACUSADO EN
RIESGO DE QUE SE PRIVE DE CONTENIDO MATERIAL SU DERECHO FUNDAMENTAL DE
DEFENSA ADECUADA.

El Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la tesis aislada P. XII/2014 (10ª.), de título y
subtítulo: “DEFENSA ADECUADA DEL INCULPADO EN UN PROCESO PENAL. SE
GARANTIZA CUANDO LA PROPORCIONA UNA PERSONA CON CONOCIMIENTOS
TÉCNICOS EN DERECHO, SUFICIENTES PARA ACTUAR DILIGENTEMENTE CON EL FIN DE
PROTEGER LAS GARANTÍAS PROCESALES DEL ACUSADO Y EVITAR QUE SUS DERECHOS
SE VEAN LESIONADOS.”, estableció que en el derecho de defensa adecuada se identifica un elemento
formal, consistente en que el nombramiento de defensor recaiga en un profesional en derecho, y uno
material, que implica que el defensor actúe diligentemente con el fin de proteger los intereses de su
defendido y evitar que sus derechos se vean lesionados. Ahora bien, frente al derecho fundamental
referido, el Estado tiene una obligación de carácter negativo, de no obstruir e impedir su
materialización, y otra de tipo positivo, de asegurar por los medios legales a su alcance, que se cumplan
las condiciones que posibiliten su ejercicio. Dentro de esta última, en relación con el elemento material
mencionado, se encuentra la facultad del órgano jurisdiccional prevista en el artículo 121 del Código
Nacional de Procedimientos Penales, de remover al defensor cuando exista una manifiesta y sistemática
incapacidad técnica, que a su vez responde a la obligación de velar por la defensa adecuada y técnica
del imputado, establecida en el numeral 17 del propio ordenamiento a cargo del juzgador; por tanto,
éste podrá ejercer la facultad de remoción indicada, cuando el defensor incurra en errores técnicos en
forma patente y clara, mediante una serie de conductas reiteradas en el mismo o similar sentido. De ahí
que uno o más errores aislados no configuren la causa de remoción citada, aun cuando revelen cierto
grado de desconocimiento del sistema penal acusatorio, porque la gravedad de la medida amerita un
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análisis cuidadoso en cada caso, a efecto de que el órgano jurisdiccional determine si el número y
trascendencia de los errores cometidos son de tal magnitud, que coloquen al imputado en riesgo de que
se prive de contenido material su derecho fundamental de defensa adecuada, privándolo de la
posibilidad de hacer frente a la imputación formulada en su contra, y si pudieran trascender al sentido
de la determinación que vaya a adoptarse en la etapa procesal correspondiente. De no obrar en esos
términos, el juzgador podría vulnerar el derecho fundamental del imputado a designar libremente al
defensor de su elección, previsto en los artículos 20, apartado B, fracción VIII, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos; 8, numeral 2, inciso d), de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, y 14, numeral 3, inciso d), del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y
Políticos, ante la posibilidad fáctica de que aquél ya no pueda nombrar a un segundo o ulterior
defensor particular, o ante el riesgo de que el nuevo que designe no cuente con los medios y tiempo
necesarios para conocer las constancias atinentes, a fin de determinar la estrategia a seguir, que
permita el ejercicio de una adecuada defensa.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO QUINTO CIRCUITO.

Amparo en revisión 8/2018. 15 de marzo de 2018. Unanimidad de votos. Ponente: Rómulo Amadeo
Figueroa Salmorán. Secretario: Héctor Gabriel Tanori González.

Nota: La tesis aislada P. XII/2014 (10ª.) citada, aparece publicada en el Semanario Judicial de la
Federación del viernes 11 de abril de 2014 a las 10:09 horas y en la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, Décima Época, Libro 5, Tomo I, abril de 2014, página 413.

Esta tesis se publicó el viernes 22 de junio de 2018 a las 10:28 horas en el Semanario Judicial de la
Federación. Época: Décima Época Registro: 2014610 Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación Libro 43, Junio de
2017, Tomo IV Materia(s): Común Tesis: (IX Región)1º.2 P (10ª.) Página: 2895

DEFENSA ADECUADA EN MATERIA PENAL. LA CONCESIÓN DEL AMPARO PARA QUE SE


REPARE LA VIOLACIÓN A ESTE DERECHO FUNDAMENTAL -EN ORDEN PREFERENTE EN
SU ESTUDIO RESPECTO DE LAS TRANSGRESIONES PROCESALES DE FORMA
PROPUESTAS EN LA DEMANDA O ADVERTIDAS DE OFICIO-, GARANTIZA MAYOR
BENEFICIO AL QUEJOSO, EN TANTO QUE DICHA REPARACIÓN GENERARÁ QUE QUIEN
SE HAGA CARGO DE SU DEFENSA TÉCNICA, DADO EL CONOCIMIENTO DEL ASUNTO,
PUEDA HACER VALER TODAS AQUELLAS VIOLACIONES PRESENTES EN EL
PROCEDIMIENTO COMETIDAS EN PERJUICIO DE SU DEFENDIDO.

Época: Décima Época

Registro: 2017222

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

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Tipo de Tesis: Aislada

Fuente: Semanario Judicial de la Federación

Publicación: viernes 22 de junio de 2018 10:28 h

Materia(s): (Constitucional, Penal)

Tesis: XV.3º.14 P (10ª.)

DEFENSOR DEL IMPUTADO EN EL SISTEMA PENAL ACUSATORIO. PARA SU REMOCIÓN


DEL CARGO, EN TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 121 DEL CÓDIGO NACIONAL DE
PROCEDIMIENTOS PENALES, POR INCAPACIDAD TÉCNICA MANIFIESTA Y
SISTEMÁTICA, EL ÓRGANO JURISDICCIONAL DEBE ANALIZAR CUIDADOSAMENTE
CADA CASO CONCRETO, A FIN DE DETERMINAR SI EL NÚMERO Y TRASCENDENCIA DE
LOS ERRORES COMETIDOS SON DE TAL MAGNITUD, QUE COLOQUEN AL ACUSADO EN
RIESGO DE QUE SE PRIVE DE CONTENIDO MATERIAL SU DERECHO FUNDAMENTAL DE
DEFENSA ADECUADA.

El Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la tesis aislada P. XII/2014 (10ª.), de título y
subtítulo: “DEFENSA ADECUADA DEL INCULPADO EN UN PROCESO PENAL. SE
GARANTIZA CUANDO LA PROPORCIONA UNA PERSONA CON CONOCIMIENTOS
TÉCNICOS EN DERECHO, SUFICIENTES PARA ACTUAR DILIGENTEMENTE CON EL FIN DE
PROTEGER LAS GARANTÍAS PROCESALES DEL ACUSADO Y EVITAR QUE SUS DERECHOS
SE VEAN LESIONADOS.”, estableció que en el derecho de defensa adecua

Por lo anteriormente expuesto y fundado a este HONORABLE CUERPO COLEGIADO


de manera respetuosa pido se sirva:

PRIMERO.- Tenerme por presentada en tiempo y forma en términos del presente


escrito, Recurso de Revisión en contra de la sentencia dictada dentro del Juicio de Amparo
824/2021 dictada por el C. Juez Quinto de Distrito de Amparo en Materia Penal en el
Estado de Puebla.

SEGUNDO.- Ordenar lo pertinente para la debida sustanciación del presente


recurso.

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TERCERO.- Previos los tramites de ley resolver el recurso de Revisión y en su
oportunidad se revoque la resolución dictada por el Juez Quinto de Distrito de Amparo en
Materia Penal en el Estado de Puebla y se me conceda el Amparo y Protección de la
Justicia de la Unión.

QUINTO. SOLICITO A ESTE H. TRIBUNAL COLEGIADO EN


MATERIA PENAL EN LA CIUDAD DE PUEBLA, SOLICITE LA FACULTAD DE
ATRACCIÓN A LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN .

HEROICA PUEBLA DE ZARAGOZA A 28 DE ABRIL DE 2023

A T E N T A M E N T E.

SANDRA NAVA JIMENEZ.

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