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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0446/2017-S3

Sucre, 26 de mayo de 2017

SALA TERCERA

Magistrado Relator:    Dr. Ruddy José Flores Monterrey

Acción de libertad

Expediente:                 18902-2017-38-AL

Departamento:            La Paz

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

El accionante denuncia la amenaza a su derecho a la libertad personal y la vulneración de sus


derechos al debido proceso, a la igualdad en el proceso y a la defensa, por cuanto el Juez
demandado mediante Auto de 30 de marzo de 2017, ordenó se expida mandamiento de apremio
en su contra, para el pago de gastos extraordinarios, siendo que no correspondía, ya que: i) Fue
emitido pese a encontrarse en trámite y pendiente de resolución el recurso de reposición con
alternativa de apelación que planteó contra el Auto de 2 de marzo de 2017, que le ordenaba
cubrir el 50% de Bs1991.- exigidos por la madre de su hijo menor de edad por concepto de
gastos extraordinarios; y, ii) Asumiendo equivocadamente que se trataba de un pago de
asistencia familiar y no de un gasto extraordinario, ordenando además que dicho mandamiento se
ejecute en días y horas extraordinarias, con facultades de allanamiento y de forma contradictoria,
que su persona cubra el total de los Bs1991.- y no así del 50%, como inicialmente dispuso.

En consecuencia, corresponde determinar en revisión, si se debe conceder o denegar la tutela


solicitada.

III.1. Sobre el apremio corporal para el pago de gastos extraordinarios por parte de la o el
obligado

El ordenamiento jurídico boliviano autoriza la privación de libertad por incumplimiento de pago


de obligaciones de asistencia familiar, a través del apremio corporal, atendiendo la naturaleza de
dicha obligación y entendiendo que su oportuno suministro es de interés social y humano (SC
0316/2011-R), al encontrarse destinada a garantizar: “…lo indispensable para la alimentación,
salud, educación, vivienda, recreación y vestimenta…” (art. 109.I del CF) del o los beneficiarios.

Así, el Código de las Familias y del Proceso Familiar, estableció que: “Cuando la o el obligado
haya incumplido el pago de la asistencia familiar, a petición de parte, la autoridad judicial
ordenará el apremio corporal hasta seis (6) meses, y en su caso podrá ordenar el allanamiento del
domicilio en el que se encuentre la o el obligado. Para el cumplimiento del apremio corporal se
podrá solicitar el arraigo de la o el obligado” (art. 127.II del CF). Y en el mismo sentido el art.
415.III del CF, regula que en la ejecución de la asistencia familiar: “La autoridad judicial, a
instancia de parte o de oficio y sin otra substanciación, dispondrá el embargo y la venta de los
bienes de la o el obligado en la medida necesaria para cubrir el importe de las pensiones
devengadas, todo sin perjuicio de emitir el mandamiento de apremio respectivo con facultades de
allanamiento y de ser necesario con rotura de candados o chapas de puertas. La vigencia del
mandamiento es indefinida y podrá ejecutarse por cualquier autoridad”.

Sin embargo, con relación al pago de gastos extraordinarios, la legislación de la materia ha


establecido que: “Cuando la o el beneficiario solicite el pago de gastos extraordinarios
relacionados a necesidades emergentes imperativas o ineludibles, podrán ser pagados por la o
el obligado en proporción a sus posibilidades por acuerdo de partes o determinación judicial”
(art. 118 del CF) [el resaltado es nuestro]. Resulta necesario hacer notar por un lado, que si bien
la legislación de la materia incluye esta regulación dentro del Título VII, Capítulo Único, relativo
a la Asistencia Familiar, resulta claro que no se puede equiparar a dicho instituto por las
siguientes razones:

- El concepto de gasto extraordinario es indeterminado, inespecífico y su cuantía ilíquida por su


propia naturaleza, y requiere de una previa determinación objetiva en cada momento y caso;

- Puede requerir del consentimiento del otro progenitor para su materialización, o el aviso
posterior a este, una vez efectuado y/o exigido el pago correspondiente;

- Por su naturaleza, los gastos extraordinarios están destinados a cubrir las necesidades
imperativas e ineludibles no contempladas por la asistencia familiar.

- Si bien la norma refiere que la forma de pago puede darse por acuerdo de partes, o en su
defecto, por determinación judicial, también deben aplicarse dichas salvedades en la
determinación misma de las “necesidades emergentes imperativas o ineludibles” que serán
asumidas como gastos extraordinarios;

- La diversidad y pluralidad de casos que puede asumirse como un gasto extraordinario, y que
pueden incluir gastos suntuosos, impiden asumir por analogía, el interés social y oportuno
suministro prescrito para el caso de la asistencia familiar en el art. 127.I del CF;

Por otro lado, resulta necesario considerar la garantía constitucional por la cual, “No se impondrá
sanción privativa de libertad por deudas u obligaciones patrimoniales, excepto en los casos
establecidos por la ley” (art. 117.III de la CPE), articulado que concuerda con lo también
establecido en el art. 23.III de la misma Norma Suprema, cuyo tenor refiere: “Nadie podrá ser
detenido, aprehendido o privado de su libertad, salvo en los casos y según las formas
establecidas por la ley…” (el subrayado es nuestro).

Desprendiéndose de dichas previsiones constitucionales, el principio de reserva legal que en


materia de privaciones de libertad se configura como absoluto, dada la importancia de la libertad
personal como condición para el cabal disfrute de los demás derechos.

En el mismo sentido, la Convención Americana sobre Derechos Humanos consagra el referido


principio de reserva legal en su art. 7.2, de la siguiente manera: “Nadie puede ser privado de su
libertad física, salvo por las causas y en las condiciones fijadas de antemano por las
Constituciones Políticas de los Estados Partes o por las leyes dictadas conforme a ellas”
(énfasis agregado). Al respecto, la jurisprudencia interamericana estableció que: “La Corte ha
señalado que al remitir a la Constitución y leyes establecidas ‘conforme a ellas’, el estudio de la
observancia del artículo 7.2 de la Convención implica el examen del cumplimiento de los
requisitos establecidos tan concretamente como sea posible y ‘de antemano’ en dicho
ordenamiento en cuanto a las ‘causas’ y ‘condiciones’ de la privación de la libertad física. Si la
normativa interna, tanto en el aspecto material como en el formal, no es observada al privar a
una persona de su libertad, tal privación será ilegal y contraria a la Convención Americana, a
la luz del artículo 7.2.” (Caso Espinoza Gonzáles Vs. Perú. Sentencia de 20 de noviembre de
2014. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Parr. 109).

De dichas premisas constitucionales y convencionales, y el análisis comparativo entre los


institutos de la asistencia familiar en relación a los gastos extraordinarios, este Tribunal advierte
que no es posible dar curso al apremio corporal para el cobro de los mismos, debido por un lado,
a aquellas características referidas que los distinguen del instituto de asistencia familiar, y sobre
todo, en razón a que la ley no regula expresamente el apremio corporal como medida de
ejecución de la obligación de abono de dichos gastos extraordinarios.

No obstante lo anterior, resulta evidente que urge una regulación normativa específica respecto a
los mecanismos legales para exigir el cumplimiento de los gastos extraordinarios por parte de la
Asamblea Legislativa Plurinacional, en la que se determine los alcances de su incorporación
dentro del régimen de asistencia familiar, y en su caso, si le son aplicables las medidas de
ejecución en caso de impago por parte de la o el obligado, entre otros aspectos.

III.2. Análisis del caso concreto

El accionante denunció en el presente caso, que el Juez demandado dispuso su apremio corporal
encontrándose en trámite y pendiente de resolución del recurso de reposición contra el Auto que
le ordenó cubrir el 50% del costo demandado por la madre de su hijo por concepto de gastos
extraordinarios, es decir, sin que el referido Auto se encuentre ejecutoriado; además que sin
seguir el “curso normal”, ordenó que dicho mandamiento se ejecute en días y horas
extraordinarias y con facultades de allanamiento, así como dispuso contradictoriamente que su
persona cubra el total de los Bs1991.- y no así del 50%, como inicialmente dispuso.

El Juez de la causa y demandado en la presente acción, sostuvo al respecto que únicamente


observó lo estipulado por la norma contenida en el art. 127.I del CF, es decir que: “La obligación
de asistencia familiar es de interés social. Su oportuno suministro no puede diferirse por recurso
o procedimiento alguno, bajo responsabilidad de la autoridad judicial”.

Ahora bien, tanto del contexto fáctico y argumentativo como de la reclamación del accionante, se
advierte que la autoridad demandada asume que la ejecución de pago de gastos extraordinarios se
equipara al previsto para la asistencia familiar, en lo que respecta a la medida de apremio
corporal, así como al interés social de la misma y su oportuno suministro.

Sin embargo, conforme lo razonado en la presente Sentencia Constitucional Plurinacional,


resulta evidente que dicha analogía de procedimientos es inviable al tener ambos institutos, el de
la asistencia familiar y de los gastos extraordinarios, diferente naturaleza y alcance, y también,
debido a que la medida de apremio corporal y la prohibición de diferir el oportuno pago por parte
de la o el obligado está circunscrita de forma expresa y específica únicamente a la asistencia
familiar, y no así al pago de gastos extraordinarios.

Así también, la aludida inviabilidad de analogía de procedimientos de ejecución entre la


asistencia familiar y gastos extraordinarios, responde a la garantía de reserva legal en materia de
privaciones de libertad, por la cual, tanto la Constitución Política del Estado, como las normas
del bloque de constitucionalidad -glosadas en el Fundamento Jurídico precedente-, refrendan que
toda privación o limitación del ejercicio del derecho a la libertad debe estar expresamente
regulada por la ley.

En ese sentido, al no encontrarse reconocido por ley el apremio corporal como medida de
ejecución ante el impago de gastos extraordinarios, en el caso, se tiene que la orden de
expedir mandamiento de apremio contra el ahora accionante, deviene en ilegal, y por ello, es
indebida y atenta contra el derecho a la libertad del accionante, siendo irrelevante analizar el
momento en que dicha orden fue emitida, la contradicción en el porcentaje del monto que se
debía pagar y la forma de ejecución del apremio, ya que en cualquier caso, en la problemática
analizada conforme a lo expuesto supra, la medida de apremio por incumplimiento del pago de
gastos extraordinarios resulta en una amenaza objetiva al derecho a la libertad del accionante, y
por ello, susceptible de tutela constitucional.

En base a los razonamientos expuestos, resulta necesario que el legislador establezca un


procedimiento específico, para el procedimiento de ejecución de los gastos extraordinarios, a fin
de su adecuado tratamiento y cumplimiento a favor del o los beneficiarios.

En consecuencia, el Tribunal de garantías, al conceder la tutela solicitada, aunque con otros


fundamentos, adoptó la decisión correcta.

POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Tercera; en virtud de la autoridad que le
confiere la Constitución Política del Estado y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional; en revisión, resuelve:

1º CONFIRMAR la Resolución 22/2017 de 6 de abril, cursante de fs. 54 a 59, pronunciada por


el Tribunal de Sentencia Penal Décimo de la Capital del departamento de La Paz; y en
consecuencia, CONCEDER la tutela solicitada.

2º Exhortar a la Asamblea Legislativa Plurinacional, regule el procedimiento de ejecución de


los gastos extraordinarios.

3° Por Secretaría General de este Tribunal, ofíciese con la presente Sentencia a la Asamblea
Legislativa Plurinacional para su observancia.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional

Fdo. Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez

MAGISTRADA

Fdo. Dr. Ruddy José Flores Monterrey

MAGISTRADO

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