Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Realidad Mundial
11
ESCUELAS PROFESIONALES:
ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS ING. ELECTRÓNICA Y TELECOMUNIC.
INGENIERÍA DE SISTEMAS INGENIERÍA MECÁNICA Y ELÉCTRICA
EL ABORTO
Se entiende por aborto al proceso mediante el cual la gestación de un embrión se ve interrumpida por
diferentes causas. Se finaliza el embarazo de forma abrupta y el feto muere y es expulsado del
organismo de la gestante. Puede producirse por causas naturales, de manera espontánea, o
ser inducido deliberadamente. La palabra proviene del latín abortus, que significa ‘privación del
nacimiento’.
Existe una gran cantidad de causas de aborto, tanto naturales como provocadas por la acción humana.
Así, podemos encontrar casos de embarazos deseados que se malogran por algún motivo o bien
situaciones en que se produce un embarazo no intencionado y que la persona en cuestión no quiere
continuar.
Cuando es natural generalmente se produce en las doce catorce semanas, es decir antes de que se
cumpla el tercer mes de gestación. En casos interrupción voluntaria los plazos pueden variar según la
ley vigente en cada país y los supuestos y circunstancias que rodean al embarazo y la decisión de
interrumpirlo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el aborto peligroso como una intervención destinada
a la interrupción de un embarazo practicada ya sea por personas que carecen de la preparación
necesaria o en un entorno que no reúne las condiciones médicas mínimas, o ambas cosas a la vez. En
esa definición se plasman conceptos esbozados por primera vez en una consulta técnica de la OMS
efectuada en 1992.
“El aborto es algo natural que convive con la maternidad y convive con las mujeres, pero el aborto
peligroso o en condiciones de riesgo es un problema de salud pública. Anualmente 10 mil abortos se
realizan en condiciones de riesgo”
“En países como Ecuador y Perú y en algunos de América Latina, es ilegal el aborto y la mujer que está
en proceso de gestación al acudir a abortos clandestinos, generalmente hecho por empíricos o por
médicos que no cumplen con todos los requisitos básicos, presentan problemas de muerte, de infección,
de infertilidad a largo plazo, lo que ocasiona un problema hacia el individuo, la sociedad y el Estado”
“El aborto es un problema de salud pública, de justicia social y sobre todo de derechos a la salud y de
las mujeres a decidir sobre sus cuerpos” destacó Raquel Tizziani, titular de la nueva cátedra. “Decimos
que aborto es un problema de salud pública, porque el aborto es la principal causa de muerte materna.
En el mundo se producen 22 millones de abortos inseguros, lo que provoca 47 mil muertes, de las
cuales 9200 corresponden a muertes maternas en Latinoamérica y el Caribe (LAC) cada año”, agregó.
El aborto puede ser clasificado desde diferentes puntos de vista o desde la disciplina de análisis
o aplicación. Desde un punto de vista del proceso clínico anormal o patológico evoluciona desde
los primeros síntomas y signos, por los cuales se sospecha que un embrión o feto podría ser
expulsado desde el útero. Esta clasificación se usa más por el equipo de salud que atiende en
las maternidades o servicios de ginecología donde ocurre estos eventos. Aquí hay una tercera
definición funcional que se refiere al proceso de expulsión, ya sea del embrión o del feto.
A. Como proceso
Síntomas o Amenaza de aborto: Corresponde a la primera etapa o primeros síntomas o signos
de anormalidad de un embarazo. Por ejemplo, pérdida de sangre proveniente del interior del
útero por desprendimiento del embrión recién implantado por desprendimiento de la placenta.
Otro signo es el dolor abdominal tipo contracción uterina. En general en esta etapa el problema
es reversible en la mayoría de los casos. Se trata con reposo y antiespasmódicos.
Aborto en evolución: Es una etapa más avanzada en la cual los síntomas son más intensos y
hay modificaciones anatómicas del cuello del útero que pueden llevar a la salida del contenido
uterino, embrión o feto y sus anexos. En general el pronóstico es malo para la reversibilidad del
proceso.
Aborto inevitable: Es el proceso de expulsión del embrión o feto a través del cuello uterino y las
acciones corresponden a la atención de la mujer para prevenir complicaciones como hemorragia
o infecciones.
Aborto incompleto: En esta condición queda al interior del útero algunas o partes de las
estructuras embrionarias fetales o de los anexos. Es necesario vaciar estos contenidos para
evitar el riesgo de hemorragias o infecciones y otras complicaciones a más largo plazo.
Aborto Penalizado:
En esta figura legal el proceso de aborto voluntario o la interrupción de la vida embrionaria o
fetal está prohibida y su ejecución constituye un delito penado por la sociedad a través de la ley
y de los artículos y penalidades del código de Derecho Penal.
Aborto Despenalizado:
En esta condición, la sociedad a través de la ley decide no penalizar la interrupción del
embarazo o de la vida embrionaria o fetal. Desde un punto de vista de la filosofía del derecho el
aborto, siempre es un hecho negativo y la sociedad decide si constituye causal de pena o no.
Algo semejante al homicidio en defensa propia. Si éste ocurre, el homicidio no es legalizado,
sino que la sociedad decide que, en ciertas circunstancias o condiciones, este hecho negativo
no es punible. En las legislaciones acerca del aborto despenalizado existe desde las más
limitadas por problemas de salud de la madre en los cuales el no interrumpir el embarazo se
pone en riesgo la vida de la madre o por inviabilidad fetal o corta viabilidad neonatal o después
de producido el nacimiento, por daños genéticos o embriológicos o por causas sociales
delictivas como la violación. Es lo que se entiende por causales Limitadas de aborto
despenalizado.
Hay legislaciones en que basta el deseo de la mujer embarazada y los requisitos se basan sólo
en la edad del embarazo. Es lo que se entiende por causales Amplias de aborto despenalizado.
Universidad Nacional Tecnológica de Lima Sur Realidad Mundial
TIPOS DE ABORTO
Es posible realizar una clasificación de diferentes tipos de aborto en función de diferentes criterios,
tales como si es natural o provocado, los mecanismos empleados para interrumpir el embarazo o las
razones que provocan su realización.
1. Aborto espontáneo
Se denomina aborto espontáneo a aquel tipo
de aborto o interrupción del embarazo debido
a causas naturales, no siendo voluntario ni
provocado. Puede deberse a alteraciones
cromosómicas del feto, enfermedades o
malformaciones de la madre, infecciones
(como en el aborto séptico). La aparición de
este tipo de abortos suele ocurrir en las doce
primeras semanas.
Sin embargo, si el desprendimiento o muerte del feto se produce a lo largo del desarrollo del feto
suele aparecer junto a una hemorragia importante y dolor en el útero, el cual se abre para abrir paso a
los restos. En algunos casos los restos del feto no son completamente expulsados (especialmente si
son abortos tardíos), en cuyo caso será necesario realizar
una intervención.
5. Aborto terapéutico
Se denomina aborto terapéutico aquel que se realiza bajo el supuesto de que el embarazo supone un
riesgo para la salud e incluso la supervivencia de la madre. También se denominan del mismo modo
aquellos abortos que se practican ante la presencia de alteraciones o enfermedades graves del feto
que imposibilitan su supervivencia o su desarrollo normativo.
Estos son algunos puntos importantes para comprender cómo solicitar la interrupción voluntaria del
embarazo:
La resolución establece que el aborto terapéutico se practica cuando la vida y la salud de la
gestante está en riesgo. Entendiéndose como salud un estado de completo bienestar físico,
mental y social, y no solamente como la ausencia de afecciones o enfermedades, según
aclara la Organización Mundial de la Salud.
Solo pueden acceder a la intervención quienes
tengan 22 semanas de embarazo o menos.
El protocolo establece 11 causales para
acceder al aborto terapéutico. Entre ellos
cuando el embarazo se desarrolla fuera del
útero o cuando impide el tratamiento médico
para alguna condición que padezca la
gestante. Por ejemplo, si la gestante tiene
cáncer y necesita quimioterapia.
El/La médico/a tratante que durante la atención
de la gestante advierta que el embarazo pone
en riesgo la vida de la gestante o causa en su salud un mal grave y permanente, informará a
Universidad Nacional Tecnológica de Lima Sur Realidad Mundial
la paciente sobre el diagnóstico, el pronóstico, los riesgos graves para su vida o su salud y los
procedimientos terapéuticos que correspondan. Es decir, el personal médico tiene la
obligación de informar a la usuaria que tiene derecho a solicitar el aborto terapéutico si así lo
desea.
A petición de la gestante el médico/a tratante debe presentar la solicitud escrita del caso a la
Jefatura del Departamento de Gíneco-Obstetricia con conocimiento de la Dirección General, la
cual convocará a una Junta Médica para evaluar la petición. La Junta Médica estará
conformada por tres profesionales médicos/as y, al menos, un Ginecoobstetra que presidirá el
grupo.
Si la Junta Médica aprueba la solicitud, la gestante deberá firmar un consentimiento antes de
realizar la intervención. El lapso desde que la gestante solicita el aborto terapéutico hasta que
se realiza la intervención no debe exceder de seis días calendarios.
Si la solicitud es negada, la paciente puede solicitar al Director General del establecimiento de
salud la conformación de una nueva Junta Médica que debe evaluar y decidir en un plazo
máximo de 48 horas.
La gestante tiene derecho a cambiar de decisión en cualquier momento del proceso.
Si el embarazo se produce fuera del útero (ectópico, ovárico o cervical) no es necesario
convocar a una Junta Médica para realizar el aborto terapéutico.
6. Aborto legal
En España, el aborto es libre hasta las catorce semanas y posteriormente a ello solo podrá
interrumpirse legalmente en casos de riesgo para la vida de la embarazada, anomalías en el feto
graves y/o incompatibles con la vida o determinadas enfermedades o malformaciones.
7. Aborto ilegal
En el aborto incompleto parte del feto o de los productos de la gestación permanecen dentro del
útero, quedando restos en el interior. Puede ser inducido o natural (en este último suele ser más
frecuente cuanto más avanzada está la gestación antes de su interrupción).
REFERENCIA:
CESOLAA (2017), Aborto: Mitos y realidades, Universidad de Chile, Santiago de Chile: Cemera.
La postura de la Iglesia Católica sobre este tema es de sobra conocida, pero en la mayoría de los casos
comprendida solo parcialmente o con un sesgo que impide acogerla en forma abierta y sin prejuicios.
Es indudable que en su aceptación influye notablemente la fuente y el enfoque a través del cual se
recibe, o el filtro mediante el cual tales conocimientos se transmiten. Sin embargo, la noción primigenia
y esencial de amor a la vida no procede sin más de la doctrina cristiana, sino que está contenida en ella
precisamente por pertenecer a la conciencia natural del ser humano, sea quien sea, sin importar su
proveniencia, raza o credo religioso. De ahí que el rechazo a la enseñanza católica proceda no pocas
veces de un prejuicio hacia todo lo que tenga un origen o motivación religiosa, sin importar realmente su
contenido ni su importancia.
Un primer criterio fundamental, de naturaleza antropológica, que guía a la Iglesia en estos temas, es la
convicción de que “la ley moral natural evidencia y prescribe las finalidades, los derechos y los deberes
fundamentados en la naturaleza corporal y espiritual de la persona humana. Esta ley no puede
entenderse como una normatividad simplemente biológica, sino que ha de ser concebida como el orden
racional por el que el hombre es llamado por el Creador a dirigir y regular su vida y sus actos y, más
concretamente, a usar y disponer del propio cuerpo”.
Universidad Nacional Tecnológica de Lima Sur Realidad Mundial
El Catecismo de la Iglesia Católica dice al respecto:
“La vida humana es sagrada, porque desde su inicio comporta la acción creadora de Dios y permanece
siempre en una especial relación con el Creador, su único fin. Sólo Dios es Señor de la vida desde su
comienzo hasta su término; nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de
modo directo a un ser humano inocente”.
“La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la
concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos los
derechos de la persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida”.
Es necesario, ante todo, partir de la convicción de que la posición de la moral católica y la enseñanza de
la Iglesia en estas cuestiones está fundada sobre la razón, el sentido común, y los resultados seguros
de las ciencias humanas, todo ello iluminado y orientado por la fe, por la palabra de Dios y por la
experiencia de personas expertas. Por lo tanto, requiere y merece, por nuestra parte, un alto grado de
confianza, porque ella misma es guiada conscientemente por el intento de conocer y hacer la voluntad
de Dios sobre la persona. De este modo la Iglesia se encuentra en condiciones “no sólo de aprender de
los descubrimientos científicos, sino también de trascender su horizonte; ella está segura de que su
visión más completa respeta la compleja realidad de la persona humana, que en su dimensión espiritual
y corpórea ha sido creada por Dios, y por su gracia, llamada a ser heredera de la vida eterna”.
La Iglesia no va contra nadie; su enseñanza no puede ser vista como un rechazo al progreso o una
arbitrariedad irracional y ciega. Como Madre y Maestra advierte o previene contra las conductas y
actitudes que lesionan o degradan al ser humano, que van contra la misma naturaleza y contra las leyes
que rigen el curso de la humanidad. En su larga experiencia pastoral y humana, la Iglesia ha conocido
de cerca la infelicidad en la que se encuentran muchas personas que han recurrido al aborto, y las
tristes consecuencias a las que conduce el empeño de tantos en hacer creer a esas personas que la
opción elegida es la única posible en sus circunstancias y que en breve plazo las secuelas habrán
desaparecido sin dejar rastro. Quien conoce de cerca a una persona que ha abortado y sabe de primera
mano sus sentimientos más íntimos, no puede negar que le invade habitualmente una sensación de
fracaso, de insatisfacción y de inseguridad, en el intento de olvidar a “ese posible hijo”.
Universidad Nacional Tecnológica de Lima Sur Realidad Mundial
Como es lógico, la Iglesia no puede permanecer indiferente ante el desarrollo demográfico de la
humanidad, y la mejor manera de hacerse presente es mantener firme su posición respecto a la
natalidad y la protección de la vida, postura que no puede ser modificada por la presión de la legislación
civil, o de la moda social, o de falsas razones del corazón, ante las personas que sufren. Más que ir
contra algo, se trata de ir a favor de algo: la vida, la persona misma, la familia, la sexualidad
responsable, la naturaleza de las cosas, las situaciones que requieren una atención especial. Pero hay
que saber con total claridad que el juicio moral del Magisterio eclesiástico sobre esta materia ha sido
siempre el mismo; no ha cambiado con el paso del tiempo.
Referencia:
https://personaybioetica.unisabana.edu.co/index.php/personaybioetica/article/view/922/1002