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¿Qué es el aborto?

La palabra aborto proviene del término latino (abortus), ab: privación, y ortus: nacimiento.
Su traducción sería: sin nacimiento.
Por lo tanto, el aborto es la interrupción del desarrollo del embrión durante el embarazo,
cuando aún no ha alcanzado la madurez fetal, o capacidad suficiente para vivir por fuera
del útero.

¿Qué diferencia existe entre la ive y el aborto?


Hablar de aborto y de Interrupción voluntaria del embarazo (IVE) pareciera, en principio, lo
mismo, pero hay que tener en cuenta que detrás de la palabra ABORTO, se esconden una
serie de imaginarios relacionados con la ilegalidad, el miedo y, en el peor de los casos, el
delito. La expresión IVE, Interrupción Voluntaria del Embarazo, permite analizar una
realidad desde el campo de la ética, la libertad y la autonomía de las mujeres y posibilita
una decisión desde la mirada de los derechos sexuales y reproductivos que, ante todo, son
derechos humanos.

¿Qué tipos de abortos existen?


Existen dos tipos de abortos: el espontáneo o natural y el inducido.
El aborto espontáneo ocurre cuando un embrión o feto es expulsado del útero de la mujer
por causas naturales relacionadas, en la mayoría de los casos, con la salud y la edad de la
mujer gestante.
El aborto inducido, en cambio, es aquél que se realiza de manera voluntaria con asistencia
médica o sin ella. Es recomendable que este tipo de aborto se realice siempre con
asistencia médica para evitar prácticas inseguras que pongan en riesgo la vida de la mujer.

¿Qué es aborto legal en colombia?


La Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) o aborto legal es el procedimiento donde se
busca terminar de manera consciente con un embarazo en curso. Muchos países son
restrictivos sobre estas prácticas, lo que hace que algunas mujeres recurran a
interrupciones o abortos de forma ilegal e insegura, poniendo en grave peligro su vida y su
salud.
En cambio, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en los países donde las
mujeres tienen acceso a servicios seguros, la probabilidad de muerte como consecuencia
de un aborto o interrupción es de 1 por cada 100.000 procedimientos.

Causas de un aborto espontáneo


Hay que tener en cuenta que más de la mitad de los óvulos fecundados no son
viables y se expulsan de forma espontánea; para la mayoría de las mujeres esto
pasa desapercibido ya que los únicos signos que se dan de este hecho es un
sangrado ligeramente mayor del habitual durante la menstruación.
Las causas de un aborto espontáneo pueden ser varias, aunque lo más común es
que se deba a problemas en los cromosomas u otros factores como niveles
hormonales anómalos, diabetes no controlada, incompetencia del cuello uterino o
algunos medicamentos. Otro tipo de causas pueden ser infecciones, obesidad,
problemas físicos en los órganos reproductores de la madre, problemas con la
respuesta inmunitaria o enfermedades graves.
La edad también puede ser un factor determinante: a mayor edad, mayor es la
probabilidad de sufrir un aborto espontáneo, especialmente a partir de los 40 años.
El haber sufrido un aborto espontáneo anteriormente también puede aumentar las
posibilidades de volver a sufrirlo.
Los abortos espontáneos son más comunes de lo que se cree popularmente. Solo
en Estados Unidos se producen casi un millón al año, lo que significa uno de cada
cuatro embarazos, tal y como recoge una encuesta realizada por investigadores de
la Escuela de Medicina Albert Einstein de la Universidad Yeshiva, en Nueva York,
y publicada en mayo de 2015 en Obstetrics & Gynecology. El estudio, en el que
participaron un millar de adultos estadounidenses, revela algunas de las falsas
creencias que hay en torno a este tipo de abortos. Así, el 22 por ciento de los
encuestados creía incorrectamente que opciones de estilo de vida durante el
embarazo (como fumar o consumir drogas o alcohol) son la causa más común de
aborto espontáneo. Un 76 por ciento pensaba que el estrés puede ser el
desencadenante y, un 64 por ciento, que levantar objetos pesados durante la
gestación puede malograr un embarazo, al igual que el uso previo del dispositivo
intrauterino (28 por ciento) o de anticonceptivos orales (22 por ciento).
Sin embargo, no hay evidencias científicas que demuestren que las circunstancias
anteriores aumenten el riesgo de un aborto involuntario. Sí está probado, en
cambio, que los motivos genéticos están detrás del 60 por ciento de los casos.
Otras causas establecidas son anomalías estructurales del útero, trastornos
endocrinos como el hipotiroidismo, y autoinmunes como anticuerpos
antitiroideos.
Existen síntomas que pueden indicar un aborto espontáneo como lumbalgia,
dolor abdominal, cólicos o sangrados vaginales.
Si el aborto se da durante las primeras semanas, normalmente el tejido se expulsa
por la vagina de forma natural sin necesidad de intervención. En el caso contrario,
se puede precisar de una cirugía como el legrado o medicamentos para terminar
de expulsar los restos que queden en el útero. Esto es lo que se conoce como
un aborto séptico y debe tratarse rápidamente ya que de lo contrario puede
provocar infecciones, fiebre, sangrado vaginal, cólicos o flujo vaginal fétido.

Muerte fetal
Cuando el aborto ocurre con posterioridad a las 20 primeras semanas de gestación
se conoce como muerte fetal y en estos casos siempre se requiere de cirugía para
extraer el feto del útero. Es un caso extraordinario, pues sólo ocurre en menos del 1
por ciento de los embarazos.
Los primeros síntomas de una muerte fetal se suelen mostrar al detectar un
menor movimiento del bebé o espasmos y dolores en la pelvis, la espalda o el
vientre. Factores como el tabaquismo, la hipertensión arterial o la
diabetes pueden aumentar las probabilidades de que esto ocurra, pero
también se puede producir por preclampsia y eclampsia, enfermedades
infecciosas, anomalías congénitas graves, posmadurez o lupus, entre otras
patologías.

Aborto inducido
El aborto inducido es aquel que se realiza por propia voluntad de la mujer. Hay
dos formas de interrumpir un embarazo:
Aborto médico
Se toma un medicamento para llevar a cabo el aborto. Sólo se puede hacer durante
las nueve primeras semanas de embarazo. El más común es la mifepristona,
una hormona que bloquea la progesterona. Este y otros medicamentos se toman
durante tres sesiones en una clínica bajo la supervisión de un médico, y pueden
surgir algunos sangrados vaginales a causa de los medicamentos. Otros efectos de
este tratamiento son cólicos, diarrea o malestar estomacal, y en raras ocasiones,
fiebre alta. El aborto médico tiene una efectividad aproximada del 97 por ciento.
Aborto quirúrgico
Se realiza una cirugía para extraer el feto. Existen dos métodos frecuentes de
aborto quirúrgico:
 Aspiración con vacío manual
La aspiración con vacío manual se puede hacer durante las 12 primeras semanas
de embarazo y consiste en la extracción de todo el tejido que contiene el útero con
un instrumento succionador de manera manual.
 Dilatación y evacuación
Este tipo de aborto quirúrgico se puede practicar tras el primer mes de embarazo
pero siempre antes de la semana 13. Consiste también en la extracción del tejido
que reviste el útero, pero se realiza a través de una máquina.
En ambos casos, se dilata el cuello del útero y se introduce un tubo a través del
cual se succiona todo aquello a eliminar para completar el aborto. Tras esta
operación pueden surgir algunos sangrados así como cólicos menstruales. La
efectividad del aborto quirúrgico es cercana al 100 por cien.

Después de un aborto
Una vez el aborto se ha llevado a cabo, se suele realizar un examen del útero
adicional para determinar si queda tejido fetal en el útero. También se estudia si los
restos expulsados correspondían a un feto o a una mola hidatiforme, una masa de
células que son el resultado de un óvulo no desarrollado correctamente. En caso de
que queden restos, se recurre a un legrado.
Al cabo de las tres o cuatro semanas de haber sufrido un aborto, el ciclo
menstrual vuelve a la normalidad.

Según la Organización Mundial de la Salud, el aborto provocado es definido


como el resultante de maniobras practicadas deliberadamente con ánimo de
interrumpir el embarazo. Estas maniobras pueden ser realizadas por la propia
embarazada o por otra persona.

La salud psicológica y física de la mujer se ve afectada por el aborto de aquel


que siempre será para ella, a lo largo de toda su vida, su propio hijo, haya o no
nacido.

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La vida sexual de la mujer y de la pareja en sí también se ve afectada. Se han


descrito graves alteraciones en las relaciones sexuales y en el deseo sexual de
numerosas mujeres que abortaron voluntariamente en estudios de la
Universidad de Ginebra, en Polonia y en China. 

A continuación un listado de otras posibles consecuencias psicológicas que


conlleva el aborto provocado. 

1. Sentimiento de culpabilidad.

2. La mujer presenta reacciones de hostilidad, de enojo o de tristeza.

3. Desea castigarse buscando relaciones abusivas o aislándose de sus amigos


y familia.

4. Algunas mujeres experimentan anorexia nervosa.

5. Experimentan insomnio, pensando en el aborto o en el bebé.

6. Pierden la capacidad de concentrarse, en los estudios o en el trabajo.

7. Planteamientos suicidas e intentos de suicidio

8. Sienten la necesidad de reemplazar al niño abortado y tratan de


embarazarse nuevamente cuanto antes posible para tener un nuevo bebé que
reemplace al que fue abortado.

9. Algunas mujeres sienten odio hacia sus parejas a los cuales culpan por el
aborto.

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