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Aborto

¿Qué es un aborto?
El aborto consiste en la interrupción del embarazo y se puede producir tanto de forma
espontánea como inducida. Sea cual sea el caso, el aborto concluye con la expulsión
del feto a través del canal vaginal.

Aborto espontáneo
El aborto espontáneo es aquel que no se da de forma intencionada, sino a causa de una serie
de complicaciones en el feto o en la madre. Generalmente ocurre durante las 12 primeras
semanas de gestación y no precisa de ningún tipo de intervención quirúrgica, pero a partir
de la semana 20 pasa a denominarse muerte fetal. La tasa de aborto espontáneo se
encuentra entre el 15 y el 20 por ciento entre aquellas mujeres que saben que están
embarazadas.

Causas de un aborto espontáneo


Hay que tener en cuenta que más de la mitad de los óvulos fecundados no son viables y se
expulsan de forma espontánea; para la mayoría de las mujeres esto pasa desapercibido ya
que los únicos signos que se dan de este hecho es un sangrado ligeramente mayor del
habitual durante la menstruación.
Las causas de un aborto espontáneo pueden ser varias, aunque lo más común es que se deba
a problemas en los cromosomas u otros factores como niveles hormonales
anómalos, diabetes no controlada, incompetencia del cuello uterino o algunos
medicamentos. Otro tipo de causas pueden ser infecciones, obesidad, problemas físicos en
los órganos reproductores de la madre, problemas con la respuesta inmunitaria o
enfermedades graves.
La edad también puede ser un factor determinante: a mayor edad, mayor es la probabilidad
de sufrir un aborto espontáneo, especialmente a partir de los 40 años. El haber sufrido un
aborto espontáneo anteriormente también puede aumentar las posibilidades de volver a
sufrirlo.
Los abortos espontáneos son más comunes de lo que se cree popularmente. Solo en Estados
Unidos se producen casi un millón al año, lo que significa uno de cada cuatro embarazos,
tal y como recoge una encuesta realizada por investigadores de la Escuela de Medicina
Albert Einstein de la Universidad Yeshiva, en Nueva York, y publicada en mayo de 2015
en Obstetrics & Gynecology. El estudio, en el que participaron un millar de adultos
estadounidenses, revela algunas de las falsas creencias que hay en torno a este tipo de
abortos. Así, el 22 por ciento de los encuestados creía incorrectamente que opciones de
estilo de vida durante el embarazo (como fumar o consumir drogas o alcohol) son la causa
más común de aborto espontáneo. Un 76 por ciento pensaba que el estrés puede ser el
desencadenante y, un 64 por ciento, que levantar objetos pesados durante la gestación
puede malograr un embarazo, al igual que el uso previo del dispositivo intrauterino (28
por ciento) o de anticonceptivos orales (22 por ciento).
Sin embargo, no hay evidencias científicas que demuestren que las circunstancias anteriores
aumenten el riesgo de un aborto involuntario. Sí está probado, en cambio, que los motivos
genéticos están detrás del 60 por ciento de los casos. Otras causas establecidas son
anomalías estructurales del útero, trastornos endocrinos como el hipotiroidismo, y
autoinmunes como anticuerpos antitiroideos.
Existen síntomas que pueden indicar un aborto espontáneo como lumbalgia, dolor
abdominal, cólicos o sangrados vaginales.
Si el aborto se da durante las primeras semanas, normalmente el tejido se expulsa por la
vagina de forma natural sin necesidad de intervención. En el caso contrario, se puede
precisar de una cirugía como el legrado o medicamentos para terminar de expulsar los
restos que queden en el útero. Esto es lo que se conoce como un aborto séptico y debe
tratarse rápidamente ya que de lo contrario puede provocar infecciones, fiebre, sangrado
vaginal, cólicos o flujo vaginal fétido.

Muerte fetal
Cuando el aborto ocurre con posterioridad a las 20 primeras semanas de gestación se
conoce como muerte fetal y en estos casos siempre se requiere de cirugía para extraer el
feto del útero. Es un caso extraordinario, pues sólo ocurre en menos del 1 por ciento de los
embarazos.
Los primeros síntomas de una muerte fetal se suelen mostrar al detectar un menor
movimiento del bebé o espasmos y dolores en la pelvis, la espalda o el vientre. Factores
como el tabaquismo, la hipertensión arterial o la diabetes pueden aumentar las
probabilidades de que esto ocurra, pero también se puede producir por preclampsia y
eclampsia, enfermedades infecciosas, anomalías congénitas graves, posmadurez o lupus,
entre otras patologías.

Aborto inducido
El aborto inducido es aquel que se realiza por propia voluntad de la mujer. Hay dos
formas de interrumpir un embarazo:

Aborto médico
Se toma un medicamento para llevar a cabo el aborto. Sólo se puede hacer durante las
nueve primeras semanas de embarazo. El más común es la mifepristona,
una hormona que bloquea la progesterona. Este y otros medicamentos se toman durante
tres sesiones en una clínica bajo la supervisión de un médico, y pueden surgir algunos
sangrados vaginales a causa de los medicamentos. Otros efectos de este tratamiento son
cólicos, diarrea o malestar estomacal, y en raras ocasiones, fiebre alta. El aborto médico
tiene una efectividad aproximada del 97 por ciento.

Aborto quirúrgico
Se realiza una cirugía para extraer el feto. Existen dos métodos frecuentes de aborto
quirúrgico:
 Aspiración con vacío manual
La aspiración con vacío manual se puede hacer durante las 12 primeras semanas de
embarazo y consiste en la extracción de todo el tejido que contiene el útero con un
instrumento succionador de manera manual.
 Dilatación y evacuación
Este tipo de aborto quirúrgico se puede practicar tras el primer mes de embarazo pero
siempre antes de la semana 13. Consiste también en la extracción del tejido que reviste el
útero, pero se realiza a través de una máquina.
En ambos casos, se dilata el cuello del útero y se introduce un tubo a través del cual se
succiona todo aquello a eliminar para completar el aborto. Tras esta operación pueden
surgir algunos sangrados así como cólicos menstruales. La efectividad del aborto quirúrgico
es cercana al 100 por cien.

Después de un aborto
Una vez el aborto se ha llevado a cabo, se suele realizar un examen del útero adicional para
determinar si queda tejido fetal en el útero. También se estudia si los restos expulsados
correspondían a un feto o a una mola hidatiforme, una masa de células que son el
resultado de un óvulo no desarrollado correctamente. En caso de que queden restos, se
recurre a un legrado.
Al cabo de las tres o cuatro semanas de haber sufrido un aborto, el ciclo menstrual vuelve
a la normalidad.
¿Qué es el aborto?
La palabra aborto proviene del término latino (abortus), ab: privación, y ortus: nacimiento. Su
traducción sería: sin nacimiento.
Por lo tanto, el aborto es la interrupción del desarrollo del embrión durante el embarazo,
cuando aún no ha alcanzado la madurez fetal, o capacidad suficiente para vivir por fuera del
útero.

¿Qué es aborto legal en colombia?


La Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) o aborto legal es el procedimiento donde se
busca terminar de manera consciente con un embarazo en curso. Muchos países son
restrictivos sobre estas prácticas, lo que hace que algunas mujeres recurran a interrupciones o
abortos de forma ilegal e insegura, poniendo en grave peligro su vida y su salud.
En cambio, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en los países donde las
mujeres tienen acceso a servicios seguros, la probabilidad de muerte como consecuencia de
un aborto o interrupción es de 1 por cada 100.000 procedimientos.

¿Qué diferencia existe entre la ive y el aborto?


Hablar de aborto y de Interrupción voluntaria del embarazo (IVE) pareciera, en principio, lo
mismo, pero hay que tener en cuenta que detrás de la palabra ABORTO, se esconden una
serie de imaginarios relacionados con la ilegalidad, el miedo y, en el peor de los casos, el
delito. La expresión IVE, Interrupción Voluntaria del Embarazo, permite analizar una realidad
desde el campo de la ética, la libertad y la autonomía de las mujeres y posibilita una decisión
desde la mirada de los derechos sexuales y reproductivos que, ante todo, son derechos
humanos.

¿Qué tipos de abortos existen?


Existen dos tipos de abortos: el espontáneo o natural y el inducido.
El aborto espontáneo ocurre cuando un embrión o feto es expulsado del útero de la mujer por
causas naturales relacionadas, en la mayoría de los casos, con la salud y la edad de la mujer
gestante.
El aborto inducido, en cambio, es aquél que se realiza de manera voluntaria con asistencia
médica o sin ella. Es recomendable que este tipo de aborto se realice siempre con asistencia
médica para evitar prácticas inseguras que pongan en riesgo la vida de la mujer.

¿Cuáles son los tipos de procedimientos que existen


para la ive y de qué dependen?
Los procedimientos varían de acuerdo con el tiempo del embarazo, las condiciones de salud
de la mujer y el acceso a proveedores o a centros de salud que puedan ofrecer de manera
adecuada y segura el procedimiento. Existen dos técnicas para realizar la IVE:
• Con medicamentos
• Quirúrgico
Antropología
La antropología (del griego ἄνθρωπος ánthrōpos, «hombre (humano)», y
λόγος, logos, «conocimiento») es la ciencia que estudia al ser humano de una
forma integral, de sus características físicas como animales y de su cultura, que es
el rasgo único no biológico. 1 Para abarcar la materia de su estudio, la antropología
recurre a herramientas y conocimientos producidos por las ciencias sociales y
las ciencias naturales. La aspiración de la disciplina antropológica es producir
conocimiento sobre el ser humano en diversas esferas, intentando abarcar tanto
las estructuras sociales de la actualidad, la evolución biológica de nuestra especie,
el desarrollo y los modos de vida de pueblos que han desaparecido y la diversidad
de expresiones culturalesy lingüísticas que caracterizan a la humanidad.
Las facetas diversas del ser humano implicaron una especialización de los
campos de la Antropología. Cada uno de los campos de estudio del ser humano
implicó el desarrollo de disciplinas que actualmente son consideradas como
ciencias independientes, aunque mantienen constante diálogo entre ellas. Se trata
de la Antropología física, la Arqueología, la Lingüística y la Antropología social.
Con mucha frecuencia, el término Antropología solo se aplica a esta última, que a
su vez se ha diversificado en numerosas ramas, dependiendo de la orientación
teórica, la materia de su estudio o bien, como resultado de la interacción entre la
Antropología social y otras disciplinas.
La antropología se constituyó como disciplina independiente durante la segunda
mitad del siglo XIX. Uno de los factores que favoreció su aparición fue la difusión
de la teoría de la evolución, que en el campo de los estudios sobre la sociedad dio
origen al evolucionismo social, entre cuyos principales autores se
encuentra Herbert Spencer. Los primeros antropólogos pensaban que así como
las especies evolucionaban de organismos sencillos a otros más complejos, las
sociedades y las culturas de los humanos debían seguir el mismo proceso de
evolución hasta producir estructuras complejas como su propia sociedad. Varios
de los antropólogos pioneros eran abogados de profesión, de modo que las
cuestiones jurídicas aparecieron frecuentemente como tema central de sus obras.
A esta época corresponde el descubrimiento de los sistemas de parentesco por
parte de Lewis Henry Morgan.
Desde el final del siglo XIX el enfoque adoptado por los primeros antropólogos fue
puesto en tela de juicio por las siguientes generaciones. Después de la crítica
de Franz Boas a la antropología evolucionista del siglo XIX, la mayor parte de las
teorías producidas por los antropólogos de la primera generación se considera
obsoleta. A partir de entonces, la Antropología vio la aparición de varias corrientes
durante el siglo XIX y el XX, entre ellas la escuela culturalista de Estados Unidos,
el Estructural-funcionalismo, el Estructuralismo antropológico, la Antropología
marxista, el Procesualismo, el Indigenismo, etc.
La antropología es, sobre todo, una ciencia integradora que estudia al ser humano
en el marco de la sociedad y cultura a las que pertenece, y, al mismo tiempo,
como producto de estas. Se le puede definir como la ciencia que se ocupa de
estudiar el origen y desarrollo de toda la gama de la variabilidad humana y los
modos de comportamientos sociales a través del tiempo y el espacio; es decir, del
proceso biosocial de la existencia de la especie humana.

Historia
Durante el siglo XIX, la llamada entonces Antropología general incluía un
amplísimo espectro de intereses, desde la paleontología del cuaternario al folclore
europeo, pasando por el estudio comparado de los pueblos aborígenes. Fue por
ello una rama de la Historia Natural y del historicismo cultural alemán que se
propuso el estudio científico de la historia de la diversidad humana. Tras la
aparición de los modelos evolucionistas y el desarrollo del método científico en las
ciencias naturales, muchos autores pensaron que los fenómenos históricos
también seguirían pautas deducibles por observación. El desarrollo inicial de la
antropología como disciplina más o menos autónoma del conjunto de las Ciencias
Naturales coincide con el auge del pensamiento ilustrado y posteriormente
del positivismo que elevaba la razón como una capacidad distintiva de los seres
humanos. Su desarrollo se pudo vincular muy pronto a los intereses
del colonialismo europeo derivado de la Revolución industrial.
Por razones que tienen que ver con el proyecto de la New
Republic norteamericana, y sobre todo con el problema de la gestión de los
asuntos indios, la antropología de campo empezó a tener bases
profesionales en Estados Unidos en el último tercio del s. XIX, a partir del
Bureau of American Ethnology y de la Smithsonian Institution.
El antropólogo alemán Franz Boas, inicialmente vinculado a este tipo de
tarea, institucionalizó académica y profesionalmente la Antropología en
Estados Unidos. En la Gran Bretaña victoriana, Edward Burnett Tylor y
posteriormente autores como William Rivers y más tarde Bronisław
Malinowski y Alfred Reginald Radcliffe-Brown desarrollaron un modelo
profesionalizado de Antropología académica. Lo mismo sucedió en
Alemania antes de 1918.

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