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Introducción

Un aborto, a veces denominado interrupción voluntaria, es un proceso médico por el


cual se acaba con un embarazo evitando así la formación y nacimiento de un ser vivo,
decisión obligada a tomarse por ciertos factores que afectan tanto a los padres
(especialmente a la madre) como a él bebe. Este en la mayoría de países sigue siendo
ilegal, siendo aceptada solo bajo motivos especiales y poco antes de las 25 semanas.
Su práctica se basa en la administración de medicamentos que afectan al útero de
diversas maneras, con la continuación de un legrado únicamente en un hospital o
clínica especializada y con licencia, aun así, llevando varios riesgos consigo.

Existen casos en los que la persona se rehúsa a abortar, ya que en su moral y en


muchas ocasiones religión no es correcto (esto varía dependiendo del punto de vista de
cada uno). Lastimosamente son pocas las mujeres que al tomar esta decisión poco
después no deciden abandonarlos dejándolos a su suerte o en manos de personas sin
la vocación para criarlos, lo que nos lleva al ya conocido “trabajo infantil”, enfocándonos
principalmente en Guatemala que presenta el 70% de la población total en estas
condiciones. Muchas de estas actividades ponen en riesgo su salud, exponiendo a los
niños, niñas y adolescentes a diversos riesgos como horarios largos, además de
impedir o dificultar su asistencia al sistema educativo, condenándolos a ser adultos con
poca capacidad de competir laboralmente por su falta de preparación e instrucción.
El aborto

El aborto consiste en la interrupción del embarazo y se puede producir tanto de forma


espontánea como inducida. Sea cual sea el caso, el aborto concluye con la expulsión
del feto a través del canal vaginal.

¿Por qué puede ser necesario abortar?

La Ley del Aborto de 1967 explica por qué puede ser necesario abortar. La ley estipula
que un aborto puede ser necesario:

● Si continuar con el embarazo supondría un mayor riesgo para la vida de la mujer


que acabar con el embarazo. Tanto en su salud física o mental
● Si existe un riesgo real de que el hijo, si naciera, tuviera una discapacidad física
o mental grave.

En la práctica, esto proporciona a los médicos un amplio grado de flexibilidad para


remitir a las mujeres a que aborten. Tomar la decisión de abortar es una elección
personal y difícil. Por lo tanto, existe un gran conjunto de servicios de orientación,
información y consejos para ayudar a las mujeres a tomar la decisión correcta.

En el RU, el aborto es legal durante las primeras 24 semanas del embarazo


dependiendo de las circunstancias, pero la mayoría se realiza mucho antes de dicho
plazo. El 90 por ciento de los abortos se practican antes de las 13 semanas, y el 98 por
ciento antes de las 20 semanas. Cuanto antes se practica el aborto, más fácil y seguro
es realizar la intervención. Sin embargo, es importante tener el tiempo suficiente para
considerar todas las opciones, de manera que se pueda tomar la decisión correcta. Las
menores de 16 años pueden abortar sin decírselo a sus padres. Pero dos médicos
deben creer que es lo que más le conviene y que comprende perfectamente lo que eso
implica.
Un aborto médico (hasta las 9 semanas) consiste en la administración de dos
medicamentos. La mifepristona bloquea la hormona que hace que la capa del útero sea
adecuada para la fecundación. La prostaglandina (que se administra 48 horas después)
descompone la capa del útero que se expulsa, junto con el embrión, por medio del
sangrado vaginal. Puede haber náuseas, vómitos o diarrea. La interrupción del
embarazo por aspiración (de 7 a 15 semanas) se practica mediante una aspiración
suave que extrae el feto del útero. Para su extracción se usa un tubo pequeño de
plástico conectado a una bomba de aspiración. Después, se puede sangrar durante un
periodo de hasta 14 días. La dilatación quirúrgica y extracción (a partir de las 15
semanas) consiste en la apertura sueva del cuello uterino y el uso de un fórceps y tubo
de aspiración para extraer el feto. También es posible que se sangre después.

Existen dos opciones para los abortos tardíos, que se practican entre las 20 y 24
semanas.
La primera es un aborto quirúrgico en dos fases, y la segunda un aborto provocado
médicamente, parecido a tener un aborto espontáneo hacia el final del embarazo.

riesgos:
Los riesgos de abortar para la salud son pocos, sobre todo si se hace durante las
primeras 12 semanas del embarazo. Y, normalmente, abortar no afecta la posibilidad
de volver a quedarse embarazada en el futuro. Las hemorragias (pérdida excesiva de
sangre) se dan en 1 de cada 1.000 abortos; los daños del cuello uterino en 10 de cada
1.000 abortos y los daños del útero, en abortos quirúrgicos, se dan en 4 de cada 1.000
abortos. Las infecciones son el mayor riesgo después de abortar. Se pueden producir si
no se extrae completamente el feto. Si no se cura, una infección puede causar
enfermedad inflamatoria de la pelvis. Dicha enfermedad puede causar esterilidad o un
embarazo ectópico (cuando el bebé se desarrolla en una trompa de Falopio).
Normalmente se usan antibióticos para tratar la infección. Después de un aborto, se
aconseja no tener relaciones sexuales con coito durante dos semanas. Si después de
abortar, tiene problemas físicos o emocionales deberá consultar con su médico de
familia.
existen varios tipos de aborto los cuales son:

Aborto espontáneo
El aborto espontáneo es aquel que no se da de forma intencionada, sino a causa de
una serie de complicaciones en el feto o en la madre. Generalmente ocurre durante las
12 primeras semanas de gestación y no precisa de ningún tipo de intervención
quirúrgica, pero a partir de la semana 20 pasa a denominarse muerte fetal. Hay que
tener en cuenta que más de la mitad de los óvulos fecundados no son viables y se
expulsan de forma espontánea; para la mayoría de las mujeres esto pasa
desapercibido ya que los únicos signos que se dan de este hecho es un sangrado
ligeramente mayor del habitual durante la menstruación.

Las causas de un aborto espontáneo pueden ser varias, aunque lo más común es que
se deba a problemas en los cromosomas u otros factores como niveles hormonales
anómalos, diabetes no controlada, incompetencia del cuello uterino o algunos
medicamentos. Otro tipo de causas pueden ser infecciones, obesidad, problemas
físicos en los órganos reproductores de la madre, problemas con la respuesta
inmunitaria o enfermedades graves.

La edad también puede ser un factor determinante: a mayor edad, mayor es la


probabilidad de sufrir un aborto espontáneo, especialmente a partir de los 40 años. El
haber sufrido un aborto espontáneo anteriormente también puede aumentar las
posibilidades de volver a sufrirlo.

Existen síntomas que pueden indicar un aborto espontáneo como lumbalgia, dolor
abdominal, cólicos o sangrados vaginales.

Si el aborto se da durante las primeras semanas, normalmente el tejido se expulsa por


la vagina de forma natural sin necesidad de intervención. En el caso contrario, se
puede precisar de una cirugía como el legrado o medicamentos para terminar de
expulsar los restos que queden en el útero. Esto es lo que se conoce como un aborto
séptico y debe tratarse rápidamente ya que de lo contrario puede provocar infecciones,
fiebre, sangrado vaginal, cólicos o flujo vaginal fétido.

Aborto inducido
El aborto inducido es aquel que se realiza por propia voluntad de la mujer.
Hay dos formas de interrumpir un embarazo:

Aborto médico.
Se toma un medicamento para llevar a cabo el aborto. Sólo se puede hacer durante las
nueve primeras semanas de embarazo. El más común es la mifepristona, una hormona
que bloquea la progesterona. Este y otros medicamentos se toman durante tres
sesiones en una clínica bajo la supervisión de un médico, y pueden surgir algunos
sangrados vaginales a causa de los medicamentos. Otros efectos de este tratamiento
son cólicos, diarrea o malestar estomacal, y en raras ocasiones, fiebre alta. El aborto
médico tiene una efectividad aproximada del 97 por ciento.

Aborto quirúrgico
Se realiza una cirugía para extraer el feto. Existen dos métodos frecuentes de aborto
quirúrgico:

Aspiración con vacío manual


La aspiración con vacío manual se puede hacer durante las 12 primeras semanas de
embarazo y consiste en la extracción de todo el tejido que contiene el útero con un
instrumento succionador de manera manual.

Dilatación y evacuación
Este tipo de aborto quirúrgico se puede practicar tras el primer mes de embarazo pero
siempre antes de la semana 13. Consiste también en la extracción del tejido que reviste
el útero, pero se realiza a través de una máquina.
En ambos casos, se dilata el cuello del útero y se introduce un tubo a través del cual se
succiona todo aquello a eliminar para completar el aborto. Tras esta operación pueden
surgir algunos sangrados, así como cólicos menstruales.

Una vez el aborto se ha llevado a cabo, se suele realizar un examen del útero adicional
para determinar si queda tejido fetal en el útero. También se estudia si los restos
expulsados correspondían a un feto o a una mola hidatiforme, una masa de células que
son el resultado de un óvulo no desarrollado correctamente. En caso de que queden
restos, se recurre a un legrado.

Al cabo de las tres o cuatro semanas de haber sufrido un aborto, el ciclo menstrual
vuelve a la normalidad.

Trabajo infantil en Guatemala

El término trabajo infantil, se define como todo trabajo que priva a los niños de su
niñez, su potencial y su dignidad, en ocasiones perjudica su desarrollo físico y
psicológico, interfiere con su escolarización, al privarles de la posibilidad de asistir a
clases. En muchos casos, son niños y niñas, a quienes se les obliga a abandonar los
estudios, de forma prematura o en algunos casos, les exigen combinar ambas
actividades, el estudio con un trabajo pesado, lo que puede consumir gran cantidad de
su tiempo.

El Departamento de Trabajo de Estados Unidos, reconoce a Guatemala como uno de


los 8 países de América Latina y el Caribe, que presentan avances poco significativos
en la lucha contra el Trabajo Infantil, dentro de los 26 países analizados en la región y
otros 130 países a nivel mundial.

la Comisión Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil, (Conapeti),


es la entidad encargada de coordinar e implementar la hoja de ruta para hacer de
Guatemala un país libre de Trabajo Infantil. Esta constituye en una estrategia nacional,
donde participan diferentes instituciones, públicas, privadas y de cooperación
internacional.

Uno de los participantes principales es el Ministerio de Trabajo y Previsión Social de


Guatemala (Mintrab), el cual asumió el compromiso de dar seguimiento a dicha
estrategia, para el período 2016-2020. Es una herramienta que permitirá alcanzar los
objetivos a largo plazo, todo en el marco de coordinación interinstitucional con las
distintas entidades del Estado relacionadas con el tema, para lograr los resultados
propuestos y lograr erradicar el trabajo infantil, en el país.

El Mintrab, dentro de sus acciones en la estrategia mencionada, realizó en el último


año, 5 mil 734 visitas de inspección a empresas a nivel nacional, en la búsqueda del
rescate de niños trabajadores. Actividades que se realizan para prevenir sobre el
trabajo infantil, dichas revisiones estuvieron a cargo de la Inspección General de
Trabajo (IGT). El resultado consistió en el rescate de 99 personas entre menores y
adolescentes trabajadores, de quienes 28, eran víctimas de las peores formas de
trabajo infantil. Normalmente El trabajo de menores, se concentra en actividades como
la agricultura (71%), que incluye la pesca, la silvicultura, la ganadería y la acuicultura.
17% trabajan en el sector de servicios y el 12% en el sector industrial, principalmente,
la minería.

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