Está en la página 1de 18

2020

Universidad Nacional Santiago del


Estero
Facultad de Ciencias Médicas

Asignatura:
Medicina Preventiva y Social

SALUD OCUPACIONAL
Equipo Docente:

Profesor Adjunto: Picón, María Gabriela

Jefes de Trabajos Prácticos: Artaza, Gisela - Coronel, María Florencia- Méndez, Lorena -
Nieva, Natalia Jorgelina
SALUD OCUPACIONAL

De acuerdo con la ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD, la Salud Ocupacional es una actividad


multidisciplinaria dirigida a promover y proteger la salud de los/as trabajadores/as mediante la prevención y
el control de enfermedades y accidentes y la eliminación de los factores y condiciones que ponen en peligro
la salud y la seguridad en el trabajo. Además, procura generar y promover el trabajo seguro y sano, así como
buenos ambientes y organizaciones de trabajo realzando el bienestar físico mental y social de los/as
trabajadores/as y respaldar el perfeccionamiento y el mantenimiento de su capacidad de trabajo. A la vez
que busca habilitar a los/as trabajadores/as para que lleven vidas social y económicamente productivas y
contribuyan efectivamente al desarrollo sostenible, la salud ocupacional permite su enriquecimiento
humano y profesional en el trabajo.

También es definido como la “Rama de la Salud Pública que tiene como finalidad promover y mantener el
mayor grado de bienestar físico, mental y social de los trabajadores en todas las ocupaciones; prevenir todo
daño a la salud causado por las condiciones de trabajo y por los factores de riesgo; y adecuar el trabajo al
trabajador, atendiendo a sus aptitudes y capacidades”.

Relación del trabajo con la salud1

El trabajo es fuente de salud. Mediante el trabajo, las personas logramos acceder a una serie de cuestiones
favorables para la mantención de un buen estado de salud. Una comunidad o un país mejoran el nivel de
salud de su población cuando aseguran que todas las personas en condiciones de trabajar puedan acceder a
un empleo que satisfaga no sólo sus necesidades económicas básicas, sino que llene también los otros
aspectos positivos del trabajo, de los cuales aquí sólo se enumeran algunos.

- Salario: el salario permite a su vez la adquisición de bienes necesarios para la mantención y


mejoramiento del bienestar individual y grupal; en las formas de trabajo no asalariado, el producto
del trabajo puede servir directamente una necesidad o ser intercambiado por otros bienes.
- Actividad física y mental: los seres humanos necesitamos mantenernos en un adecuado nivel de
actividad física y mental, en forma integrada y armónica, para mantener nuestro nivel de salud; en
ese sentido, cualquier trabajo es mejor para la salud que la falta de trabajo.
- Contacto social: un adecuado bienestar social es imposible sin un contacto con otros, que a su vez
tiene múltiples beneficios: cooperación frente a necesidades básicas, apoyo emocional, desarrollo
afectivo, etc.
- Desarrollo de una actividad con sentido: el trabajo permite que las personas podamos “ser útiles”
haciendo algo que estamos en condiciones de hacer y que sirve a una finalidad social; desde ese
punto de vista, el trabajo permite “pertenecer” a la comunidad y sentirse satisfecho con sus
resultados.
- Producción de bienes y servicios necesarios para el bienestar de otros individuos y grupos: todos los
trabajos producen algo para otros, por lo tanto, mejoran el bienestar de los demás.

El trabajo puede causar daño a la salud.

Las condiciones sociales y materiales en que se realiza el trabajo pueden afectar el estado de bienestar de
las personas en forma negativa. Los daños a la salud más evidentes y visibles son los accidentes del trabajo.
De igual importancia son las enfermedades profesionales, aunque se sepa menos de ellas. Los daños a la
salud por efecto del trabajo resultan de la combinación de diversos factores y mecanismos.

1
Parra M (2003). Conceptos básicos en salud laboral. Organización Internacional del trabajo. Primera
Edición. Santiago. Chile.
Existe un riesgo intrínseco de materiales, máquinas y herramientas: pueden ser muy pesadas o de mucho
volumen, las superficies pueden ser cortantes e irregulares, la complejidad de máquinas y herramientas
puede hacer muy difícil su manejo. También influyen las características fisicoquímicas de máquinas y
herramientas y las formas de energía que utilizan. Los pisos húmedos, resbalosos y/o en mal estado, locales
mal iluminados, ausencia de normas de trabajo seguro; falta de elementos de protección personal y de
maquinaria segura o en buen estado, son factores de riesgo que generan gran cantidad de accidentes. Las
características de temperatura, humedad, ventilación, composición del aire ambiental, etc. son factores que
influyen en accidentes y enfermedades.

Al conjunto de factores nombrados hasta aquí les llamaremos factores materiales de riesgo, porque
dependen de características materiales del trabajo, independientes de las personas que usen los elementos
de trabajo. Pero son los seres humanos quienes aportan un conjunto de factores que llamamos factores
sociales del riesgo. Dentro ellos consideramos aspectos individuales de las personas: cuánto han aprendido y
son capaces de aplicar adecuadamente para realizar su trabajo (calificación), edad, sexo, actitud hacia el
trabajo y actitud frente al riesgo.

Otro aspecto que se determina en la relación con otras personas, lo llamaremos riesgo dependiente de la
organización del trabajo y de las relaciones laborales. Factores de la organización del trabajo pueden ser
determinantes del daño a la salud. Una jornada extensa (o un ritmo acelerado) puede resultar en fatiga del
trabajador que se ve así expuesto a una mayor probabilidad de accidentarse. Los excesivos niveles de
supervisión y vigilancia pueden terminar por desconcentrar al trabajador de su tarea. Otro factor importante
es la claridad de las órdenes de trabajo y la coherencia entre los distintos niveles de mando.

Un trabajo intenso demanda mayor esfuerzo respiratorio que implica mayor probabilidad de aspirar
sustancias tóxicas. El horario en que se desarrolla la jornada influye también en las capacidades de respuesta
a eventos imprevistos y de tolerancia a agentes nocivos. De las relaciones de trabajo, un factor
determinante puede ser la forma y el nivel de salarios. El salario a trato o por pieza es un factor importante
de accidentes laborales en muchos talleres. Los bajos salarios, además de producir descontento y poca
adhesión al trabajo (lo que lleva a descuidar las normas), inducen al trabajador a prolongar su jornada en
horas extra que resultan en fatiga y menor capacidad de responder a eventualidades. Además, limitan el
acceso a bienes que mantienen o mejoran la salud.

Como se ve, existen muchas formas a través de las cuales el trabajo puede afectar negativamente la salud,
no solamente produciendo accidentes del trabajo y enfermedades profesionales. Sin embargo, la legislación
diseñada para proteger la Salud Laboral generalmente sólo considera estas dos formas de daño.

El trabajo puede agravar problemas de salud.

El trabajo también puede agravar un problema de salud previamente existente. Existen muchas
enfermedades causadas por más de un agente directo. En una enfermedad cardiovascular (hipertensión
arterial, por ejemplo) intervienen factores como el cigarrillo, el exceso de colesterol y el sedentarismo que,
por sí mismos, pueden gatillar la enfermedad, pero características del trabajo como los turnos de noche, la
jornada extensa o el exceso de calor o de frío pueden ser agravantes del problema.

Las llamadas “enfermedades comunes” muchas veces tienen una causa directa en el trabajo. Cuestión que,
si se analiza con precisión, puede aplicarse a la gran mayoría de patologías del adulto que reconocen
factores ambientales. En este campo de la salud laboral es necesario desarrollar y profundizar
investigaciones que logren precisar los mecanismos causales y las relaciones entre trabajo y salud tanto
física como mental. Otra forma de daño importante es la aparición de malestares persistentes que no se
constituyen en una enfermedad precisa, aunque alteran el estado de bienestar. Por ejemplo, dolores de
cabeza después de trabajar en ambientes mal ventilados o con poca luz, la vista cansada, la fatiga muscular.
A la larga, estos malestares crónicos van limitando las capacidades de tolerancia, de respuesta y de trabajo
mismo y es probable que el desgaste que llevan asociado implique una reducción en las expectativas de
vida. En el mismo sentido opera la posibilidad de contar con una alimentación adecuada o con tiempo para
recrearse.

Epidemiologia

Los trabajadores constituyen la mitad de la población del mundo y son los máximos contribuyentes al
desarrollo económico y social. Su salud no está condicionada sólo por los peligros en el lugar de trabajo, sino
también por factores sociales e individuales y por el acceso a los servicios de salud.

En muchos países, más de la mitad de los trabajadores están empleados en el sector no estructurado, en el
que carecen de protección social para recibir atención sanitaria y no existen mecanismos de aplicación de las
normas sobre salud y seguridad ocupacionales.

Los servicios de salud ocupacional encargados de asesorar a los empleadores respecto del mejoramiento de
las condiciones de trabajo y el seguimiento de la salud de los trabajadores abarcan principalmente a las
grandes empresas del sector estructurado, mientras que más del 85% de los trabajadores de empresas
pequeñas, del sector no estructurado, el sector agrícola y los migrantes de todo el mundo no tienen ningún
tipo de cobertura de salud ocupacional.

Algunos riesgos ocupacionales tales como traumatismos, ruidos, agentes carcinogénicos, partículas
transportadas por el aire y riesgos ergonómicos representan una parte considerable de la carga de
morbilidad derivada de enfermedades crónicas: 37% de todos los casos de dorsalgia; 16% de pérdida de
audición; 13% de enfermedad pulmonar obstructiva crónica; 11% de asma; 8% de traumatismos; 9% de
cáncer de pulmón; 2% de leucemia; y 8% de depresión.

Anualmente, 12,2 millones de personas, mayormente de países en desarrollo, mueren en edad laboral a
causa de enfermedades no transmisibles.

En la mayoría de los países, los problemas de salud relacionados con el trabajo ocasionan pérdidas que van
del 4 al 6% del PIB. Los servicios sanitarios básicos para prevenir enfermedades ocupacionales y relacionadas
con el trabajo cuestan una media de entre US$18 y US$60 (paridad del poder adquisitivo) por trabajador.

Aproximadamente un 70% de los trabajadores carecen de cualquier tipo de seguro que pudiera
indemnizarlos en caso de enfermedades y traumatismos ocupacionales.

Las investigaciones han demostrado que las iniciativas en el lugar de trabajo pueden contribuir a reducir el
ausentismo por enfermedad en un 27% y los costos de atención sanitaria para las empresas en un 26%.

Los centros de atención primaria de salud pueden dispensar algunas intervenciones esenciales para proteger
la salud de los trabajadores, especialmente el asesoramiento para mejorar las condiciones de trabajo, la
detección de enfermedades ocupacionales y la vigilancia de la salud de los trabajadores, si bien en la
mayoría de los países la atención se centra todavía en el tratamiento médico, más que en la prevención.

Morbimortalidad en el trabajo en la Argentina

La Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) es un organismo creado en 1995 por la Ley N° 24557,
dependiente de la Secretaría de Seguridad Social del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la
Nación. Esta institución se encarga, entre otras funciones, de supervisar y fiscalizar el ejercicio de las
Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (ART), mantener el Registro Nacional de Incapacidades Laborales y
elaborar los índices de siniestralidad. De acuerdo a cifras de la SRT, durante el año 2010 se notificaron
630.766 casos a los Registros de Accidentes y Enfermedades Laborales, de un total de 7.966.922
trabajadores cubiertos. Estas cifran estarían marcando un aumento del número de casos con respecto a
1997, año en que fueron notificados 365.395 (SRT, 2010b). No obstante, si se analiza la incidencia de
accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, la tasa del año 2010 fue de 54,9 casos cada mil
trabajadores cubiertos, y muestra un descenso con respecto a 1997 donde la tasa fue de 70,9 (SRT, 2010a).

Tabla1. Notificación de casos según tipo de evento. Argentina, 2010.

Tipo de Evento Casos


Accidente de trabajo 466565
Accidente in itinere 111608
Reagravación 30580
Enfermedades profesionales 22013
Total 630766

El análisis de los indicadores también muestra que hubo un abrupto descenso en la incidencia de accidentes
de trabajo y enfermedades profesionales entre los años 2001 y 2003, que en el 2002 alcanzó el valor de 51,7
casos por mil trabajadores cubiertos, el más bajo de la serie histórica. Este marcado descenso coincide con la
crisis económica, política y social en Argentina, cuando el índice de desocupación en el país había alcanzado
un máximo histórico (Bertranou y Paz, 2007).

A partir del año 2004, la incidencia de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales se mantiene
estable hasta el 2008, cuando se registra un nuevo proceso de descenso que llega a 54,9 casos cada mil
trabajadores cubiertos en el año 2010. En ese año, se notificaron 466.565 accidentes en el trabajo y 111.608
en el trayecto; asimismo, se notificaron 22.013 casos de enfermedades profesionales, número que como se
mencionó anteriormente podría estar subestimado (Tabla 3). En el 2010 la SRT (2010a) registró, además,
871 casos de trabajadores fallecidos, de los cuales 491 fueron en ocasión del trabajo. A pesar de las
limitaciones propias del registro, las cifras revelan que, en la Argentina, muere un trabajador cada dos horas
a causa del trabajo y cada 15 segundos se produce un accidente laboral. La mayoría de los accidentes de
trabajo fatales en Argentina ocurren en la población masculina; solo el 6% de los casos corresponden a
mujeres (Biasi, 2011). El grupo de edad entre 14 y 24 años registra las tasas más altas de accidentes
laborales, tanto para hombres como para mujeres (Biasi, 2011). Asimismo, según datos de la Primera
Encuesta Nacional de Empleo, Trabajo, Condiciones y Medio Ambiente Laboral de la Argentina, los
trabajadores menos cualificados y los inmigrantes presentan los porcentajes más altos de accidentes y
enfermedades laborales dentro del conjunto de los trabajadores (Iñiguez, 2010).

Según la forma de ocurrencia de los casos notificados, cabe destacar que el 60% de las causas más
frecuentes corresponden a pisadas, choques o golpes de objetos (31%), caídas de personas (18%) y
esfuerzos excesivos (12%) (Tabla 2).

Tabla 2. Notificación de casos según forma de ocurrencia. Argentina 2010

Forma de Ocurrencia Frecuencia Porcentaje


Pisadas, choques o golpes de 196318 31,1%
objetos
Caídas de personas 115459 18,3%
Esfuerzos excesivos 78336 12,4%
Atrapados por un objeto o entre 22563 3,6%
objetos
Caídas de Objetos 22266 3,5%
Exposición a/ o contacto con, 8566 1,4%
temperaturas extremas
Exposición a/ o contacto con, 8459 1,3%
sustancias nocivas o radiaciones
Exposición a/ o contacto con, la 1128 0,2%
corriente eléctrica
Otras formas de accidente 153016 24,3%
Sin datos 24655 3,9
Total 630766 100%

Los tres grupos de enfermedades más frecuentes, entre las que se encuentran las enfermedades del oído,
osteomusculares y respiratorias, concentran el 77% de los casos (Tabla3).

Tabla 3. Enfermedades profesionales según principales diagnósticos de la lesión. Argentina 2010.

Clasificación Internacional de Cantidad Porcentaje


Enfermedades (agrupada)
Enfermedades del oído y apófisis 7255 33%
mastoides
Enfermedades del sistema 4933 22,4%
osteomuscular y del tejido
conjuntivo
Enfermedades del sistema 4817 21,9%
Respiratorio
Traumatismos, envenenamiento y 1133 5,1%
otras de causas externas
Enfermedades del Sistema 905 4,1%
Nervioso
Resto de diagnósticos 2970 13,5%
Total 22013 100%

Al indagar sobre las posibles causas de dichas enfermedades y su vínculo con el trabajo, se encontró que
algunas investigaciones internacionales identifican al ruido ocupacional como la principal causa de pérdida
auditiva en la población adulta (Hernández Díaz, González Méndez, 2007; Ferrite, 2009). En Argentina, el
ruido constituyó el agente causal del 32% de las enfermedades profesionales notificadas en el año 2010
(SRT, 2010a).

En el caso de las enfermedades osteomusculares, también conocidas como trastornos musculoesqueléticos


o Lesiones por Esfuerzo Repetitivo (LER), la mayor parte de los estudios a nivel internacional reconocen
entre sus principales causas los movimientos repetitivos, los esfuerzos localizados y las posiciones
antiergonómicas (Gutiérrez Henríquez, Flores Rivera y Monzó Eyzaguirre, 2010; De Souza et al., 2011;
Almeida et al., 2012; Muñoz Poblete, Venegas López, 2012). A su vez, se identifica a la lumbalgia, la
tendinitis y cervicalgia como las más prevalentes de este grupo (Gutiérrez Henríquez, Flores Rivera y Monzó
Eyzaguirre, 2010; Almeida et al., 2012; Muñoz Poblete, Venegas López, 2012). La SRT (2010a) destacó que
los movimientos repetitivos y las acciones forzadas constituyeron en el 2010 el 18,6% de los agentes
causantes de enfermedades profesionales notificadas en Argentina.

Las enfermedades del aparato respiratorio conformaron el tercer grupo más informado a la SRT en el 2010
en el país (21,9% de los diagnósticos). Existe una amplia gama de trastornos respiratorios asociados al
trabajo que abarcan el asma, la tuberculosis y las enfermedades producidas por la inhalación de polvo de
diversa índole, denominadas neumoconiosis (Martínez González, Rego Fernández, 2000; Cascante, Hueto,
2005; López Espinosa et al., 2005). Dentro de estas últimas se destaca la silicosis, causada por la aspiración
de polvo de sílice, y la asbestosis, causada por la inhalación de fibra de amianto (Gibbs, Berry, 2007; Artieda,
Beloqui y Lezaun, 2005; ISC-UFBA, 2012). Algunos tipos de cáncer, como el mesotelioma, también asociado a
la exposición a amianto, y el cáncer de pulmón producido por intoxicación por benceno (Carvalho et al.,
1995; Rodríguez, 2005) constituyen a su vez enfermedades respiratorias con alta prevalencia a nivel
internacional, sobre todo en el sector industrial (Artieda, Beloqui y Lezaun, 2005; ISC-UFBA, 2012).

Clasificaciones de los riesgos de trabajo2

A continuación, clasificaremos los riesgos del trabajo de un modo que permita su identificación en un local
de trabajo cualquiera. En primer lugar, denominaremos riesgo laboral a todo aquel aspecto del trabajo que
tiene la potencialidad de causar un daño. Esta potencialidad se conoce ya sea por el historial de la empresa
en donde se encuentra presente el riesgo o por los antecedentes tomados de otras realidades. Un riesgo
profesional es aquella situación de trabajo que puede romper el equilibrio físico, mental y social de las
personas.

De un adecuado análisis de los riesgos se desprenden medidas de prevención apropiadas para reducirlos o
eliminarlos. Existen muchas formas de clasificar los riesgos y en este documento se considerarán tanto los
aspectos materiales y técnicos del local y del puesto de trabajo como los aspectos sociales que afectan al
trabajador o trabajadora, según el cuadro siguiente:

FACTORES DE RIESGO COMENTARIO


Condiciones generales e infraestructura sanitaria Protección climática adecuada, disponibilidad de
local de trabajo instalaciones sanitarias, de agua potable, de
comedores
Condiciones de seguridad Condiciones que influyen en los accidentes,
incluyendo las características de máquinas, equipos
y herramientas, seguridad general del local y del
espacio de trabajo y riesgos de las fuentes de
energía.
Riesgos del ambiente físico Condiciones físicas del trabajo, que pueden
ocasionar accidentes y enfermedades. Por ejemplo,
ruido, vibraciones, condiciones de temperatura
(calor - frio).
Riesgos de contaminación química y biológica Exposición directa a contaminantes químicos
(inflamables, corrosivas, irritantes o toxicas) o
biológicos (zoonosis o transmitidas de persona a
persona), por ser parte del proceso de trabajo
Carga de trabajo Exigencias de las tareas sobre los individuos:
esfuerzo físico, posturas de trabajo, manipulación
de carga, exigencias de concentración.
Organización del trabajo Forma en que se organizan las tareas y se
distribuyen tiempo de trabajo funciones y ritmo

En cuanto a la carga de trabajo, el trabajo requiere la utilización de energía humana, que se traduce en la
realización de un esfuerzo físico y mental determinado. Podemos definir la carga de trabajo como “el
conjunto de requerimientos mentales y físicos a que se ve sometido un trabajador o una trabajadora para la
realización de su tarea”. Acotar la carga de trabajo exclusivamente a los requerimientos “durante la jornada”

2
Parra M (2003). Conceptos básicos en salud laboral. Organización Internacional del trabajo. Primera
Edición. Santiago. Chile.
excluye una situación bastante frecuente en muchos trabajos (y en particular a los que acceden mujeres):
los requerimientos físicos y mentales directamente relacionados con la tarea se continúan más allá de la
jornada, en el espacio del hogar. Por ejemplo, el trabajo docente.

La carga de trabajo como factor de riesgo se va a estudiar en dos aspectos: la demanda de esfuerzo físico y
las demandas mentales o psicológicas del trabajo. Como factores de riesgo, ambos aspectos pueden agravar
o ayudar en la recuperación de enfermedades profesionales y enfermedades comunes no laborales. Cuando
producen fatiga y malestares inespecíficos, aumentan el riesgo de accidentes; cuando se controlan
adecuadamente, aumentan la productividad y la satisfacción con el trabajo.

Demanda de esfuerzo físico

En el trabajo se da una combinación de posturas, movimientos y fuerzas que se traducen en esfuerzo físico.
Para mantener una postura determinada, el organismo necesita realizar un esfuerzo sostenido, que es más
intenso mientras más estática es la postura y mientras mayor fuerza debe sostener. Realizar movimientos
también demanda un esfuerzo físico: son más exigentes los movimientos que se realizan a mayor velocidad,
usando menos grupos musculares, en postura estática y venciendo una mayor fuerza que se le opone. La
fuerza que se realiza en el trabajo también implica esfuerzo físico: el levantamiento de objetos pesados
obliga a realizar fuerzas, pero también mantener una postura en contra de objetos que oponen resistencia y
en contra de la fuerza de gravedad.

Los problemas aparecen cuando se le exige a las personas que permanezcan en una misma postura durante
un tiempo excesivo, en malas posturas o que realicen movimientos y fuerzas más allá de sus capacidades.

Demanda de esfuerzo mental

El trabajo, como actividad orientada al fin de obtener un producto o producir un servicio siempre produce
una demanda de actividad mental. Esta demanda es clara en trabajos en que las personas deben aplicar
mucho esfuerzo a interpretar datos, pero también es clara en los denominados “trabajos manuales”. En
ellos las personas deben percibir su entorno y estar atentos a las señales que éste entrega, interpretando la
información dada por las características de los materiales o procesando instrucciones. Incluso el trabajo más
simple obliga a pensar, a recordar los conocimientos adquiridos, a resolver problemas de manera creativa.

Se considera que un esfuerzo mental excesivo o inadecuado, requerido por algunos trabajos, implica un
mayor riesgo, porque además de aumentar la probabilidad de accidentes y enfermedades, generan bajas de
productividad y mayor insatisfacción con el trabajo.
CONTROL DE SALUD DEL TRABAJADOR

A las prácticas del control de salud habitual según grupo etareo y de riesgo se deberá tener en cuenta otros
aspectos específicos de la actividad laboral:

Antecedentes laborales del trabajador: constituyen una condición binaria de causa-efecto para diagnosticar
enfermedad ocupacional. Interesa interrogar cuánto tiempo el trabajador ejerce la ocupación actual, y en
forma retrospectiva y cronológica frente a cada ocupación ejercida se indagará tipo de riesgo y de
protección, tiempo de exposición y posible patología asociada

Anamnesis dirigida por órganos y aparatos

Sistema Nervioso: mareos, vértigos, sincopes, pérdidas de conocimiento, neuralgias, etc. Respiratorio: tos y
broncoespasmo con esfuerzos físicos, disnea, fatiga.
Cardiocirculatorio: palpitaciones, dolor torácico, fatiga con el ejercicio, síntomas de insuficiencia venosa, etc.
Metabólico: metabolopatias conocidas, obesidad.
Genitourinario: incontinencia de orina con el esfuerzo.
Piel: lesiones que impidan el correcto uso de EPIs o de Equipos de trabajo.
Osteomuscular: Presencia de dolor y descripción del mismo (intensidad, localización, irradiación,
características), inflamaciones o deformaciones articulares, limitaciones de movimiento, pérdida de fuerza.
Estado Psicológico: alteraciones del ánimo, trastornos del sueño, etc.

Examen Físico

Examen físico completo, que abarque todos los aparatos y sistemas, similar al de control de salud del adulto
normal, pero también debe dirigida según los síntomas manifestados durante la anamnesis y el tipo de
trabajo, por ejemplo, la exploración de las regiones anatómicas implicadas en el caso de ser un trabajador
expuesto a Carga Física.

Tener en cuenta:

Valoración antropométrica: Peso, Talla, Índice de Masa Corporal (IMC), medición de pliegues cutáneos.
Examen osteoarticular. Observar los contornos articulares y ver si son normales o existen deformidades.
Anotar la presencia de atrofias, cicatrices y amputaciones. La existencia de tumefacción, posturas,
desviaciones, dismetrías. Palpación y percusión de puntos dolorosos. Exploración de la Movilidad Activa y
Pasiva. Fuerza Muscular. Valoración de la marcha.
Exploración neurológica. Exploración de pares craneales.
Exploración cardiovascular general: TA, auscultación cardiopulmonar, pulsos periféricos.

Exploraciones complementarias

Se realizarán según valoración individual: analítica de sangre y orina, electrocardiograma (ECG),


espirometría, electromiograma (EMG), pruebas de imagen (Radiografía, Ecografía, RMN, TAC).
SISTEMA DE PROTECCIÓN INDIVIDUAL Y COLECTIVA3

Equipos de Protección Personal (EPP):

Son dispositivos, materiales e indumentaria personal destinados a cada trabajador para protegerlo de uno o
varios riesgos presentes en el trabajo y que puedan amenazar su seguridad y salud. Los EPP son una
alternativa temporal y complementaria a las medidas preventivas de carácter colectivo.

Los Elementos de Protección Colectiva y Personal, tienen como función principal proteger diferentes partes
del cuerpo, para evitar que un trabajador tenga contacto directo con factores de riesgo que le pueden
ocasionar una lesión o enfermedad. El empleador está obligado a proporcionar a sus trabajadores EPP
(Equipos de protección personal), con la finalidad de evitar accidentes de trabajo y enfermedades
profesionales. Es importante señalar que los EPP deben ser adecuados a las labores que realizan los
trabajadores y en función a los riesgos a los que están expuestos durante sus labores. Asimismo, se deben
tener en cuenta las medidas antropométricas del trabajador que los utilizará y deben ser de buena calidad.

Protección de lesiones cerebrales

Los cascos pueden proteger a sus empleados de impactos al cráneo, de heridas profundas y de choques
eléctricos como los que causan los objetos que se caen o flotan en el aire, los objetos fijos o el contacto con
conductores de electricidad. Asimismo, el reglamento de OSHA requiere que los empleadores se cercioren
de que los trabajadores cubren y protegen el cabello largo con el fin de evitar que se agarre en piezas de
maquinaria como las correas y las cadenas

Protección de lesiones en los pies y las piernas

Además del equipo de protección de pies y del zapato de seguridad, las polainas (de cuero, de rayón
aluminizado u otro material adecuado, por ejemplo) pueden ayudar a evitar lesiones y proteger a los
trabajadores de objetos que se caen o que ruedan, de objetos afilados, de superficies mojadas o resbalosas,
de metales fundidos, de superficies calientes y de peligros eléctricos.

Protección de lesiones a los ojos y a la cara

Las gafas de seguridad pueden ayudar a proteger a los trabajadores de ser impactados por fragmentos, las
astillas de gran tamaño, las chispas calientes, la radiación óptica, las salpicaduras de metales fundidos, así
como los objetos, las partículas, la arena, la suciedad, los vapores, el polvo y los resplandores.

Protección de pérdida auditiva

Utilizar tapones para oídos u orejeras puede ayudar a proteger los oídos. La exposición a altos niveles de
ruido puede causar pérdidas o discapacidades auditivas irreversibles así como estrés físico o psicológico. Los
tapones para oídos de material alveolar, de algodón encerado o de lana de fibra de vidrio son fáciles de
ajustar correctamente. Limpie los tapones con regularidad y reemplace los que no pueda limpiar.

Protección de lesiones de las manos

3
Extraido el 27- 07-2019 de http://virtual.senati.edu.pe/pub/cursos/sstr/UNIDAD_1/MANUAL-U1.pdf
Los trabajadores expuestos a sustancias nocivas mediante absorción por la piel, a laceraciones o cortes
profundos, abrasiones serias, quemaduras químicas, quemaduras térmicas y extremos de temperatura
nocivos deben proteger sus manos.

Protección de lesiones a todo el cuerpo

En ciertos casos los trabajadores deben proteger la mayor parte de su cuerpo contra los peligros en el lugar
de trabajo, como en el caso de exposición al calor y a la radiación así como contra metales calientes, líquidos
hirvientes, líquidos orgánicos, materiales o desechos peligrosos, entre otros peligros. Además de los
materiales de algodón y de lana que retardan el fuego, materiales utilizados en el equipo de protección
personal de cuerpo entero incluyen el hule, el cuero, los sintéticos y el plástico.

Cuándo usar la protección respiratoria

Cuando los controles de ingeniería no son factibles, los trabajadores deben utilizar equipo respiratorio para
protegerse contra los efectos nocivos a la salud causados al respirar aire contaminado por polvos, brumas,
vapores, gases, humos, salpicaduras o emanaciones perjudiciales. Generalmente, el equipo respiratorio tapa
la nariz y la boca, o la cara o cabeza entera y ayuda a evitar lesiones o enfermedades. No obstante, un ajuste
adecuado es esencial para que sea eficaz el equipo respiratorio. Todo empleado al que se le requiera hacer
uso de equipos respiratorios debe primero someterse a un examen médico.

Equipos de protección colectiva (EPC)

Es aquella que tiene como fin proteger a un colectivo de trabajadores, por lo que se traduce en protección
de zonas específicas del centro de trabajo. Estas protecciones se deben establecer en el punto donde se
haya identificado el peligro, actuando de esta manera sobre el origen del riesgo. También, en ocasiones, se
puede actuar sobre el medio de transmisión del peligro, evitando la exposición de los trabajadores a los
agentes que puedan producir daño a la salud. Ejemplo de estos serían las barandas, sistemas de extracción
de aire, paneles de absorción acústica

Prevención de Fatiga y problemas musculo esqueléticos.

Para prevenir la fatiga y la aparición de problemas musculo esqueléticos derivados del esfuerzo físico, se
deben adoptar medidas de control sobre:
• Postura: Promover variedad de posturas y movimientos.
• Tiempo de exposición: Promover esquemas de pausas y rotación a tareas que aumenten la variedad y el
dinamismo de posturas, fuerzas y movimientos.
• Movimientos en forma repetitiva: Cualquier parte del cuerpo que se hace trabajar muchas veces en cortos
períodos de tiempo, se daña por la falta de reposo adecuado entre un movimiento y otro.
• Exigencia de fuerzas excesivas: Cada grupo muscular se encuentra capacitado para realizar fuerzas dentro
de un cierto rango; se debe promover el uso de equipos de apoyo.
• Forma de realización de las fuerzas: La capacidad de una zona muscular para realizar una fuerza también
depende de la postura en que se realice dicha fuerza: mientras más mala es la postura, más disminuye la
capacidad de realizar fuerzas; se debe entrenar a las personas en la realización de esfuerzos físicos.

Prevención en los trabajadores de la Salud

El personal de la salud abarca tanto los profesionales como no profesionales que tienen contacto con los
pacientes y/o con materiales potencialmente infectantes. Por sus características laborales, este personal
está expuesto a contraer enfermedades infecciosas a través de la vía aérea (sarampión, rubéola,
tuberculosis, influenza, tos convulsa, difteria, varicela), por contacto con sustancias contaminadas (hepatitis
A) o por transmisión parenteral (hepatitis B, hepatitis C, VIH). Por esta razón, es fundamental que el equipo
de salud tenga las vacunas al día, incorpore prácticas de cuidado de la salud e implemente medidas de
bioseguridad, precauciones estándares y precauciones basadas en la transmisión. Todas las buenas prácticas
y procedimientos esenciales asumidos en forma personal e institucional, salvaguardan la salud de los
trabajadores y protegen a los pacientes.

Programa de vacunación del personal de la salud

Vacuna Antihepatitis B.

El personal de la salud puede adquirir hepatitis B a través de la inoculación parenteral o la exposición al virus
por mucosas o piel no intacta, siendo mayor el riesgo por inoculación y su frecuencia dependerá del estado
de la fuente. En el caso de contacto con antígeno de superficie (AgHBs) positivo, la probabilidad de
enfermedad clínica es del 1 al 6% y del 23 al 37% de presentar evidencia serológicas de infección. Entre el 5
y el 10% del personal infectado desarrollará formas crónicas que pueden derivar en serias complicaciones y
comprometer la vida (cirrosis y hepatocarcinoma) si no se diagnostican y tratan con los antivirales indicados.

Indicaciones para el personal de salud: Esquema de 3 dosis y dos meses después de administrada la 3ª dosis,
debe comprobarse la presencia de anticuerpos protectores (Anti HBs cuantitativo). El 90% del personal de la
salud vacunado presenta títulos protectores (AntiHBs ≥10 mUI/ml). Los niveles de anticuerpos pueden
disminuir con el tiempo, pero la protección persiste por un fenómeno de memoria inmunológica, por lo que
no son necesarios nuevos controles serológicos ni refuerzos cuando haya respondido inicialmente a la
vacunación y no presente inmunocompromiso. En el caso que no respondiera a la vacunación, debe
repetirse el esquema y determinar de nuevo el anti-HBs cuantitativo para verificar la respuesta.

No respondedores: Aquellas personas que luego de haber recibido por segunda vez un esquema completo
de la vacuna hepatitis B persistiendo una serología negativa; o título inferior 10 mUI/ml, son considerados
como “no respondedores”. En estos casos ante una situación de riesgo o contagio, siempre deberán recibir
profilaxis postexposición con gammaglobulina específica contra la hepatitis B (IGHB). En caso de sufrir
herida percutánea o exposición de mucosas con fuente positiva o de alto riesgo no se deben indicar
esquemas adicionales de vacunación, en estos casos, se sugiere además investigar la presencia de HBsAg y
anti core IgG. En todos los casos de exposición a material biológico debe evaluarse la fuente de la misma y
el estado inmunológico del personal expuesto, a fin de decidir la implementación de profilaxis post-
exposición para la infección por hepatitis B.

Vacuna contra Hepatitis A

En Argentina, debido a la baja circulación del virus de hepatitis A, no se considera dentro de la vacunación
de rutina para el personal de la salud. Es importante destacar que la prevención de la transmisión en las
instituciones de salud se basa en la adherencia a las precauciones estándares, especialmente el lavado de
manos y el uso de guantes para el manejo de pacientes y sus secreciones.

Indicaciones para el personal de salud: La vacunación de hepatitis A consiste en un esquema de dos dosis,
separadas entres si por 6 meses. Solo se recomienda para grupos de alto riesgo como el personal de
laboratorio que trabaje con muestras que contengan virus, investigación con primates salvajes,
manipuladores de alimentos y empleados de maestranza que manejen residuos y servicios sanitarios. Se
recomienda realizar estudio serológico (hepatitis A IgG) para descartar infección previa dada la alta
frecuencia de formas asintomáticas; en estos casos no es necesaria la vacunación.
Vacuna Antigripal

El personal de salud infectado es un agente activo en la transmisión del virus a pacientes con riesgos de
desarrollar complicaciones. Estudio realizado en Argentina durante la pandemia por Influenza AH1N1 2009
mostró que el personal de la salud tuvo mayor tasa de internación por infección respiratoria aguda grave
que la población general.

OBJETIVOS DE LA VACUNACIÓN ANTIGRIPAL EN EL PERSONAL DE SALUD


1- Evitar la transmisión a los pacientes con riesgo aumentado de desarrollar complicaciones de
la influenza.
2- Disminuir la morbi-mortalidad en el personal de la salud.
3- Reducir el ausentismo laboral preservando la integridad del sistema de salud.

Indicaciones para el personal de salud: Se debe administrar todos los años en época preepidémica. Por
tratarse de una vacuna a virus inactivados trivalente (Influenza A H1N1 y H3N2 e Influenza B), puede
utilizarse en embarazadas y en huéspedes inmunocomprometidos.

Vacuna Triple Viral (Sarampión, Rubeola y Parotiditis)

Si bien la incidencia de estas enfermedades ha descendido desde la incorporación de la vacuna triple y doble
viral al CNV, sigue existiendo posibilidad de transmisión en las instituciones de salud. La vacuna triple viral
debe administrarse a todo el personal que no esté inmunizado.

Indicaciones para el personal de salud: El esquema recomendado es de 2 dosis de triple viral separadas por
un intervalo mínimo de 1 mes. Está contraindicada durante el embarazo. Para el personal sin carnet de
vacunación debe administrarse en las siguientes situaciones:
a. Evidencias serológicas de inmunidad (sarampión IgG, rubeola IgG). En el caso que no se disponga del
recurso y no haya otras evidencias de inmunidad previa se podrá realizar la vacunación sin estudio previo.
b. Otra documentación por escrito de esquema completo de vacunación (dos dosis de triple viral, la primera
luego de cumplir un año de vida y la segunda al menos un mes más tarde o una dosis de triple viral y otra de
doble viral).

Pautas ante el contacto con pacientes que cumplen los criterios de caso sospechoso de sarampión

El personal de salud no vacunado o con serología negativa, debe realizarse la profilaxis post-exposición
administrando 1 dosis de vacuna triple o doble viral dentro de las 72 horas de producido el contacto.
Cuando se entra en contacto con un paciente de caso sospechoso de sarampión, estando embarazada o
inmunodeprimido se deberá utilizar gammaglobulina sérica humana (0.25ml/kg o 0,5 ml/kg
respectivamente, máximo 15 ml) dentro de los 6 días de la exposición. Ante la exposición a un caso de
rubeola o parotiditis, la profilaxis post exposición no garantiza una efectividad adecuada.

Vacuna contra la Varicela

El virus varicela zóster es responsable de la varicela y el herpes zóster. Su transmisión se produce por
contacto con secreciones respiratorias, líquido vesicular o por aerosoles. Se han descripto brotes
nosocomiales originados en pacientes, personal de la salud o visitas. Si bien es considerada una enfermedad
moderada en niños puede presentar formas graves y ser causa de muerte en adultos e
inmunocomprometidos.

Indicaciones para el personal de salud: El esquema es 2 dosis separadas por 4 a 8 semanas. No debe
administrarse a mujeres embarazadas o personal con algún factor de inmunocompromiso. Se considera que
el personal no es susceptible y no requiere vacunación en las siguientes situaciones: - Antecedente clínico de
varicela. - Evidencia serológica de enfermedad previa (varicela zóster IgG) - Constancia de vacunación
documentada por escrito con 2 dosis.

Es fundamental preguntar sobre el antecedente clínico en las personas no vacunadas. Si la respuesta es


positiva, no es necesario vacunar, sin embargo, si la respuesta es negativa, se recomienda realizar el estudio
serológico antes de vacunar. En el caso que el personal de salud presente erupción cutánea luego de la
vacunación (dado a que la tasa de transmisión del virus vacunal es baja) no es necesario aislarlo. Sin
embargo, en casos que el personal de salud presente erupción localizada, se sugiere que no atienda a
pacientes inmunocomprometidos. Si la erupción es generalizada, se debe evitar el contacto con todos los
pacientes hasta la resolución de la erupción.

Todo el personal que refiera contacto con casos de varicela o zóster debe ser evaluado para determinar su
susceptibilidad al virus. En caso de no ser inmune deberá ser vacunado dentro de las 72 horas del contacto.
La vacuna no es eficaz si se administra más allá de los 5 días.

Vacuna Triple Bacteriana Acelular (dTpa)

El objetivo de la vacunación al personal de salud es disminuir la transmisión de Bordetella pertussis y la


morbimortalidad por coqueluche en lactantes pequeños. Su importancia reside en que el personal de la
salud puede constituirse en reservorio de la infección por tos convulsa al comportarse como portador
asintomático o presentar formas atípicas que no son diagnosticadas ni tratadas correctamente.

Indicaciones en el personal de salud

Está indicada 1 dosis de refuerzo con dTpa cada 5 años a todo personal de salud que asista niños menores
de 1 año de vida. La evaluación de la evidencia científica respecto a la duración de la protección en jóvenes
y adultos sanos ha demostrado una caída significativa de los títulos de anticuerpos en un período de 3-5
años post vacunación.

La inmunización contra tétanos y difteria (vacuna dt) debe completarse con 1 dosis cada 10 años de vacuna
doble adulto. En caso de haber pasado más de 10 años de la última dosis se aplicará un refuerzo, no siendo
necesario repetir un nuevo esquema primario.

Vacuna contra Meningococo

El personal de salud está expuesto a infecciones por meningococo en el caso de contacto con secreciones
respiratorias durante la realización de maniobras de riesgo de pacientes con infecciones meningococicas
(microbiólogos , personal de laboratorio etc). La vacuna deberá ser seleccionada en base a los serogrupos de
meningococo más frecuentes según los datos epidemiológicos y a la efectividad de las vacunas.

.
PROMOCIÓN DE AMBIENTES SALUDABLES DE TRABAJO

La Organización Mundial de la Salud define un ambiente de trabajo saludable como aquel donde se tienen
en cuenta:
• Temas de salud y seguridad en el entorno físico del trabajo
• Temas de salud, seguridad y bienestar en el entorno psicosocial del trabajo
• Recursos de salud personal en el lugar de trabajo
• Maneras de participar en la comunidad para mejorar la salud de los trabajadores, sus familias y otros
miembros de la comunidad.

Cada vez más, el lugar de trabajo es usado como un entorno para promover la salud y las actividades de
salud preventivas, no solo para prevenir accidentes laborales, sino para evaluar y mejorar la salud general de
los empleados.
Hay cuatro escenarios clave donde se pueden tomar acciones para promover los ambientes de trabajo
saludables.
El ambiente físico de trabajo se refiere a la estructura, aire, maquinaria, mobiliario, etc. Estos factores
pueden afectar la seguridad y la salud física de los trabajadores.
El entorno psicosocial de trabajo incluye la organización del trabajo y la cultura institucional que pueden
afectar el bienestar mental y físico de los empleados.
Los recursos personales de salud consisten en el entorno propicio, los servicios de salud, la información, los
recursos, las oportunidades y la flexibilidad que brinda una institución para apoyar los esfuerzos de sus
empleados de mejorar o mantener sus prácticas de estilos de vida saludable y para apoyar su estado actual
de salud física y mental.
La participación de la institución en la comunidad comprende las actividades que ésta realiza para mejorar la
seguridad, el bienestar y la calidad de vida de los trabajadores y sus familias.
A lo largo de los años se ha visto que la salud individual está claramente ligada a la salud comunitaria, es
decir la salud de la comunidad y el entorno donde una persona vive, trabaja y pasa su tiempo libre. La salud,
la seguridad y el bienestar son fundamentales para los trabajadores y sus familias y también para la
productividad, la competitividad y las sostenibilidad de las empresas y por ende para la economía de los
países. Los cambios medioambientales y socioeconómicos de las últimas décadas como ser la masificación
del consumo y el desarrollo tecnológico, han promovido estilos de vida no saludables incluyendo el
sedentarismo, la obesidad y el consumo de tabaco. También ha aumentado claramente el estrés relacionado
con el trabajo, factor clave en el ausentismo laboral. Un gran número de adultos trabaja y pasa 8 horas o
más de su día en un ambiente laboral. Por esto, es importante que el mismo sea un espacio que ayude a
contrarrestar esta tendencia y promueva actividades saludables como ser la actividad física, la alimentación
saludable y el no consumo de tabaco.

Situación en Argentina y Estrategia Nacional de Prevención y Control de Enfermedades Crónicas No


Trasmisibles
A comienzos del año 2009, el Ministerio de Salud de la Nación, a través de la Dirección de Promoción y
Protección de la Salud, puso en marcha una estrategia destinada a la prevención de las enfermedades
crónicas no transmisibles en la población general (Resolución Ministerial N° 1083/09). Esta estrategia
comprende un conjunto de acciones de promoción de la salud sobre la población a través del “Plan Nacional
Argentina Saludable”. Dicho Plan promueve el control de los principales factores de riesgo y determinantes
sociales de las enfermedades crónicas, en particular el consumo de tabaco, la alimentación inadecuada y la
inactividad física.
Está demostrado que pequeñas modificaciones de estos factores de riesgo a nivel poblacional producen
grandes beneficios en la salud pública en relación a la disminución de la enfermedad cardiovascular,
diabetes y algunos tipos de cáncer. También se sabe que las intervenciones integrales o abarcativas son las
que mayor impacto tienen en el control de los factores de riesgo. Una de las estrategias del Plan Argentina
Saludable son las intervenciones integrales en sitios de trabajo y estudio.
Antecedentes de Lugares de Trabajo Saludables en Argentina

El principal antecedente en nuestro país está relacionado con la promoción de espacios laborables libres de
humo de tabaco. Dentro del marco del Programa Nacional de Control de Tabaco, el Ministerio de Salud y
Ambiente de la Nación lanzó en septiembre del 2004 la iniciativa “Registro de Instituciones y Empresas libres
de humo de tabaco” con el objetivo de fomentar los ambientes de trabajo libres de tabaco. Se publicó en
ese momento un manual para implementar ambientes libres de humo de tabaco. Los adultos pasan la
mayor parte del día en el ambiente laboral y esta estrategia ha demostrado ser enormemente efectiva en
mejorar la salud de los trabajadores, disminuir el consumo en fumadores y promover la cesación.
Otra iniciativa llevada a cabo por el Plan Nacional Argentina Saludable ha sido la promoción de las
universidades saludables a través de la capacitación del personal y los alumnos. En septiembre del 2009 se
realizó el primer taller en la ciudad de Jujuy y en noviembre se repitió el taller en la ciudad de San Juan. En
junio de 2010, se realizó un taller en la ciudad de Neuquén y otro en Río Grande. Se capacitaron hasta la
fecha más de 100 funcionarios y 200 estudiantes.
Beneficios de Los Lugares de Trabajo Saludables

Implementar ambientes donde no se permite fumar, se fomenta la actividad física y la alimentación


saludable tiene innumerables beneficios.

ACTIVIDAD FISICA PLANIFICADA ALIMENTACION SALUDABLE AMBIENTES LABORALES 100%


SISTEMATICA LIBRES DE HUMO DE TABACO
Mejora la movilidad articular, Mejora el rendimiento laboral Se adecuan a las políticas
mejora la resistencia, aumenta la gracias al adecuado aporte de nacionales e internacionales que
densidad de los huesos (previene energía y nutrientes. van en el mismo sentido
la osteoporosis)
Mejora la fuerza muscular Mejora el bienestar físico y Ofrecen una imagen coherente
mental. de establecimiento saludable y
promotor de la salud de su
personal
Disminuye la presión arterial Previene enfermedades no Protegen la salud de los no
transmisibles relacionadas con la fumadores.
mala alimentación (diabetes
mellitus, hipertensión,
enfermedades cardiovasculares,
obesidad, cáncer)
Mejora el peso corporal, Aumenta la satisfacción de todos Reducen el consumo de tabaco
disminuyendo el riesgo de los que trabajan por sentirse entre los fumadores en
obesidad cuidados por la institución. aproximadamente un 29%.13
Disminuye el riesgo de Reduce los costos en salud, los Reducen los costos en salud
cardiopatía coronaria y de gastos médicos y los del ocasionados por enfermedades,
accidente cerebrovascular ausentismo laboral. los gastos médicos y el
ausentismo laboral.
Disminuye las lesiones Modifican la conducta social y
disminuyen la aceptación social
del consumo de tabaco.
Disminuye el riesgo de diabetes, Aumentan la satisfacción de
hipertensión y cáncer de colon todos los que trabajan por
sentirse cuidados por la
institución.
Mejora el perfil lipídico Generan mensajes educativos y
promueven los hogares libres de
humo de tabaco entre su
personal.
Mejora el proceso de Mejoran la productividad al
envejecimiento fisiológico reducir el ausentismo por
enfermedades relacionadas con
el tabaco.
Disminuye la mortalidad por Protegen a la institución contra
todas las causas demandas ocasionadas por
enfermedades o muertes debido
a la exposición al humo de
tabaco.
Mejora el funcionamiento Disminuyen los costos de
corporal y la independencia de las mantenimiento de materiales,
personas de edad avanzada pintura, muebles, alfombras,
computadoras (entre otros
insumos) y limpieza que llevan
aparejados el acto de fumar
dentro de un edificio
Contribuye al bienestar Disminuyen el riesgo de
psicológico, reduce el estrés, la incendios.
ansiedad y los sentimientos de
depresión y soledad
En las instituciones: aumenta la
productividad, disminuye el
ausentismo, disminuye la
rotación de la mano de obra,
disminuye los costos médicos y
mejora en la relación
Institucional.
BIBLIOGRAFIA

- Parra M (2003). Conceptos básicos en salud laboral. Pp 1-19, Organización Internacional del
trabajo. Primera Edición. Santiago. Chile.

- Ministerio de Economía y Competitividad (2015). Guía Práctica de Salud Laboral para la valoración
de: aptitud en trabajadores con riesgo de exposición a carga física. Ed: Escuela Nacional de
Medicina del Trabajo Instituto de Salud Carlos III –Madrid. España.

- Ministerio de Salud de Nación. Manual de Lugares de Trabajo Saludables. Recuperado el 18 de Julio


2019 de:

http://www.msal.gob.ar/images/stories/bes/graficos/0000000482cnt-2013-01_manual-lugares-
trabajo-saludables.pdf

- Ministerio de Salud de la Nación. Salud Ocupacional. Recuperado el 18 de Julio de 2019 de:

http://www.msal.gob.ar/index.php/home/salud-ocupacional

- Organización Mundial para la Salud (2007). Salud de los trabajadores: Plan de Acción Mundial.
Recuperado el 18 de Julio de 2019 de:

https://www.who.int/occupational_health/WHO_health_assembly_sp_web.pdf

- Organización Mundial para la Salud. Protección de la Salud de los trabajadores. Recuperado el 03 de


Agosto de 2019 de:

https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/protecting-workers'-health

- OPS- OMS (2013). La salud de los trabajadores de la salud .Recuperado el 25 de Julio de 2019 de:

https://www.paho.org/arg/images/gallery/pub69.pdf?ua=1

- OPS- Ministerio de Salud de la Nación Argentina. Vacunas en la práctica Médica. Módulo 6. Otros
grupos Poblacionales.

- SENATI. Fundamentos de la Seguridad y salud en el Trabajo. Recuperado el 03 de Agosto de 2019


de:

http://virtual.senati.edu.pe/pub/cursos/sstr/UNIDAD_1/MANUAL-U1.pdf

También podría gustarte