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INTRODUCCIÓN
El parto prematuro es uno de los mayores desafíos clínicos actuales de la Medicina Perinatal
(incluyendo a Obstetras y Neonatólogos). La mayor parte de las muertes neonatales ocurren en
recién nacidos pretérmino (RNPT), y la prematuridad es un factor de alto riesgo de deficiencia y
discapacidad, con las repercusiones familiares y sociales que esto implica.
Un RNPT es aquel que nace antes de completar la semana 37 de gestación. Dentro de este grupo
encontramos al RNPT tardío (cuya edad gestacional es de entre 34 y 37 semanas), moderado
(EG entre 29 y 33 semanas) e inmaduro (menor de 28 semanas de EG). La EG se puede relacionar
con el peso al nacimiento, pudiendo hablar entonces de pretérmino de peso elevado,
normal/adecuado o bajo para su edad gestacional. Cada uno de estos grupos se relaciona con
una mortalidad determinada.
La mayor parte de los partos prematuros ocurren por parto prematuro espontáneo o tras
amniorrexis prematura. La etiología muchas veces es desconocida o multifactorial. Algunos
factores de riesgo son: la existencia de partos pretérmino previos, la situación socio-económica
desfavorable de la madre, la raza negra, la gestación múltiple espontánea o inducida, la edad de
la madre menor de 16 años o mayor de 35 y las complicaciones maternas y fetales (entre ellas
destacan la hipertensión materna, el retraso del crecimiento intrauterino y el polihidramnios).
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Cristina Delicado Hernández (5ºD)
CASO CLÍNICO
Se trata de una recién nacida de 29 semanas + 4 días de edad gestacional que fue hospitalizada
en la UCI Neonatal por prematuridad.
Antecedentes:
La madre ingresa en el hospital de Albacete a las 27 semanas + 3 días de gestación por rotura
prematura de membranas (LA claro). Durante el ingreso:
Perinatal inmediato:
El nacimiento se produce a las 29 semanas + 4 días de edad gestacional, 408 horas tras la
amniorrexis. Nace mujer con esfuerzo respiratorio espontáneo pero débil con frecuencia
cardiaca > 100 lpm. La puntuación en el Test de Apgar al minuto de vida es de 6 y a los 5 minutos
de 8. Se administra Ventilación con Presión Positiva Intermitente (VPPI) hasta que puede
realizarse la conexión a Ventilación Mecánica No Invasiva (VMNI) tipo BiPAP (presión positiva
con dos niveles de presión) en la incubadora de transporte, con FiO2 de un 30%.
Exploración al ingreso:
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Cristina Delicado Hernández (5ºD)
Tratamiento inicial:
Evolución:
La paciente tiene necesidades crecientes de oxígeno para mantener saturaciones por encima
del 90%, por lo que se administra Surfactante (200 mg/kg) a las 2 horas y media de vida por
técnica MIST. Tras ello, se puede reducir la FiO2 administrada al 25%.
La tensión arterial media se mantiene por debajo de lo normal para su edad gestacional (TAm =
22 mmHg), por la que se administra suero salino fisiológico a 10 mL/kg. Tras la expansión de
volumen, se consigue una TAm de 27 mmHg, por lo que se inicia la administración de Dopamina
en perfusión continua a 5 μg/kg/min.
Al día siguiente, la paciente mantiene una SatO2 adecuada con FiO2 del 21% y una TAm en rango
gracias al soporte vasoactivo (TAm = 33-40 mmHg). Está afebril, con buen estado general y sin
distrés. Ha iniciado la diuresis.
Se inicia la meconiorrexis tras estimulo rectal a las 22 hdv. La paciente está ictérica, con una
bilirrubina a las 22 hdv de 6,3 mg/dL. El grupo sanguíneo de la madre es A, Rh -, la paciente es A
Rh + y el Coombs directo es negativo (ictericia no inmune). La fototerapia está indicada con
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Cristina Delicado Hernández (5ºD)
niveles superiores a 5,8 mg/dL para su edad gestacional por lo que se inicia fototerapia simple
con protección ocular.
DISCUSIÓN
PATOLOGÍA PREVALENTE EN EL RN PRETÉRMINO:
La patología del RN pretérmino se basa en dos características propias de este: su inmadurez y el
alto riesgo de hipoxia, debidos a su vez al acortamiento gestacional y a la ineficacia de la
adaptación respiratoria postnatal respectivamente. Es frecuente que el test de Apgar sea bajo y
que se necesite reanimación neonatal.
RESPIRATORIA:
La función pulmonar del RNPT está comprometida por diversos factores:
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Cristina Delicado Hernández (5ºD)
NEUROLÓGICA:
El SNC inmaduro del RNPT se caracteriza por:
Por todo lo anterior, el sangrado a nivel subependimario es más frecuente en estos pacientes,
el cual se puede manifestar como una hemorragia intraventricular (HIV) o un infarto
hemorrágico en los peores casos. La leucomalacia periventricular es el daño hipóxico de la
sustancia blanca. La sintomatología neurológica del RNPT es generalmente sutil e inespecífica,
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con escasos signos focales. Por ello, el estudio del SNC pretérmino con técnicas ecográficas
simples y Doppler, constituye una rutina asistencial en estos pacientes.
La permeabilidad aumentada de la barrera hematoencefálica hace que estos niños sean mas
susceptibles de sufrir kernicterus con cifras de bilirrubinemia relativamente bajas. A su vez, la
hiperbilirrubinemia es más frecuente en estos pacientes por la inmadurez hepática y a demora
del tránsito digestivo.
CARDIOVASCULAR:
La hipotensión arterial precoz es más frecuente cuanto menor es el peso del RN. Esta
hipotensión puede estar relacionada con la incapacidad del sistema nervioso autónomo de
mantener un adecuado tono vascular o con otros factores como la hipovolemia, la sepsis y/o la
disfunción cardiaca, más frecuentes en estos pacientes. Como regla general, la TA media debe
ser igual o superior a las semanas de EG. El tratamiento actual es tema de controversia e incluye
drogas vasoactivas (Dopamina, Dobutamina o Adrenalina) y suero fisiológico como expansor de
volumen (10-20 mL/kg).
El ductus arterioso persistente (DAP) es una patología prevalente en los RNPT, debido en parte
a la insensibilidad al aumento de la oxigenación. Los inhibidores de la síntesis de prostaglandinas
(como el Ibuprofeno) estarán indicados en casos de repercusión hemodinámica del
cortocircuido. En casos refractarios se puede proceder al cierre quirúrgico.
GASTROINTESTINAL:
La maduración de la succión y su coordinación con la deglución se completa a las 32-34 semanas.
Además, estos niños tienen problemas de tolerancia enteral con escasa capacidad gástrica,
reflujo gastroesofágico y evacuación lenta (secundaria a una pobre motilidad intestinal). Sin
embargo, el tubo digestivo es capaz de acelerar su maduración con el estímulo de la
alimentación, consiguiéndose una digestión eficaz de forma rápida. El déficit más persiste es el
de la absorción de las grasas y las vitaminas liposolubles. Los pilares básicos de la alimentación
del prematuro son la alimentación trófica precoz y los soportes nutricionales parenterales, junto
con el uso de leche materna fortificada.
Por otro lado, la prematuridad es el factor de riesgo individual más importante para la
Enterocolitis Necrotizante (EN). En su patogenia intervienen factores madurativos, vasculares,
hipoxémicos e infecciosos. Por su gravedad, es muy importante un diagnóstico y tratamiento
precoces.
OFTALMOLÓGICA:
La retinopatía del pretérmino (ROP) se debe a la detención de la vascularización de la retina en
el momento del nacimiento y el posterior crecimiento desordenado de los neovasos. La
frecuencia y gravedad de la ROP es mayor cuanto menor es la EG.
Los niños prematuros son una población de riesgo oftalmológico por el potencial daño de las
áreas visuales centrales y por la mayor prevalencia de alteraciones de la refracción, por lo que
deben ser revisados periódicamente.
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HEMATOLÓGICA:
La serie roja del RNPT tiene valores promedios inferiores a los del RNT, con una tasa de
eritroblastos aumentada. Los hematíes van descendiendo progresivamente como consecuencia
de la hemolisis fisiológica y las extracciones hemáticas repetidas, lo que puede condicionar la
aparición de una anemia precoz. La anemia tardía del pretérmino (a partir de los 15 días de
vida) se produce por una hiporregeneración medular sumado a lo anterior. El uso de
suplementos férricos y eritropoyetina consigue disminuir el número de transfusiones
necesarias.
INMUNOLÓGICA:
El RNPT tiene una incapacidad para limitar la infección a un territorio orgánico por la inmadurez
de su sistema inmunológico (tanto la inmunidad innata, celular y humoral, como la específica,
anticuerpos de transferencia materna). Esto hace que la infección neonatal sea sinónimo de
sepsis. Si tenemos en cuenta las manipulaciones médicas que estos pacientes precisan, con
procedimientos invasivos multiples y largas estancias hospitalarias, la posibilidad de adquirir una
infección es alta. Además, la respuesta limitada a la infección compromete su pronóstico. Es por
ello que la profilaxis y el tratamiento antibiótico precoz se hacen todavía más importantes en
este grupo de pacientes.
METABÓLICA:
En el RNPT hay una mayor tendencia a la hipotermia debido a:
En el RNPT, el agua representa el 80% de su peso. Además, estos niños tienen riñones inmaduros
con una baja capacidad de reabsorción del sodio y agua filtrada, de excreción de ácidos y de
excreción controlada de fósforo y calcio. Aunque las necesidades hídricas sean elevadas, deben
manejarse con aportes controlados porque las sobrecargas están implicadas en la patogenia del
DAP, la EN y la broncodisplasia. Se deben dar aportes suplementarios de calcio y fosforo acordes
a las pérdidas renales, además de vitamina D, para conseguir una adecuada mineralización ósea
y evitar la osteopenia del pretérmino.
Los RNPT tienen escasos depósitos de glucógeno lo que, unido a la interrupción del aporte de
glucosa umbilical, hace que se produzcan hipoglucemias con frecuencia. Además, los
prematuros más extremos tienen una pobre capacidad de regulación de la insulina, por lo que
es necesario el control estrecho en estos pacientes.
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SEGUIMIENTO:
Se considera recién nacido de alto riesgo al que tiene mayor probabilidad de presentar
problemas, fundamentalmente sensoriales y del neurodesarrollo, durante su infancia. Estos
niños necesitarán un seguimiento diferente al diseñado para niños sanos. Este grupo de
pacientes está constituido principalmente por menores de 1.500 g o menos de 32 semanas de
edad gestacional, por ser los que presentan una mayor morbilidad.
CRECIMIENTO Y ALIMENTACIÓN:
Los RN con peso menor de 1500 g o con una edad gestacional inferior a las 32 semanas presentan
un patrón de crecimiento en los primeros años de vida diferente al de los niños nacidos a
término o los prematuros de mayor peso o edad gestacional. Un crecimiento postnatal óptimo
se asocia con un mejor estado de salud y desarrollo neurológico. Los niños con una ganancia de
peso insuficiente en los primeros años de vida presentan un peor desarrollo cognitivo y los que,
por el contrario, ganan excesivo peso, tienen un riesgo mayor de presentar en la edad adulta
obesidad, enfermedad cardiovascular y diabetes. Por tanto, la alimentación debe proporcionar
las calorías necesarias para aproximarse lo máximo posible a un patrón de crecimiento normal,
evitando la ganancia insuficiente o excesiva de peso.
La lactancia materna (LM) exclusiva hasta los 6 meses está recomendada también para los niños
prematuros o enfermos. Por ello, se recomienda que el niño se alimente con LM hasta los 6
meses de edad corregida y, posteriormente, se complemente con otros alimentos hasta los 2
años o hasta que la madre y el niño deseen.
En los niños que no se produce una ganancia ponderal correcta con LM exclusiva, que presenten
osteopenia de la prematuridad o no hayan alcanzado el P10 al alta, se recomienda que reciban
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leche materna suplementada con fortificantes o que se sustituya alguna de las tomas por
fórmulas de prematuros.
ADMINISTRACIÓN DE SUPLEMENTOS:
La enfermedad metabólica osea de los prematuros se previene con los suplementos de calcio y
fosforo que contienen las leches de prematuros y los fortificantes de LM que se administran
durante el ingreso hospitalario. Cuando se establece el crecimiento rápido de estos niños es
necesario garantizar un aporte adecuado de vitamina D para evitar la aparición de raquitismo.
Por tanto, actualmente se recomienda administrar desde los 25 días y hasta el año de edad
corregida 400UI/día de vitamina D.
Además, serían convenientes revisiones reiteradas por el médico de Atención Primaria para la
detección de defectos de refracción, estrabismo y ambliopía, más frecuentes en estos niños.
CRIBADO AUDITIVO:
El cribado auditivo neonatal antes del alta se recomienda en todos los RN y normalmente se
realiza con las otoemisiones acústicas, aunque los potenciales auditivos de tronco cerebral es la
prueba de elección.
Los menores de 1.500 gramos o menores de 32 semanas de gestación, tienen un mayor riesgo
de sordera grave. El cribado con otoemisiones acústicas tiene una serie de limitaciones en este
grupo de niños:
a) Por un lado, con las otoemisiones se obtienen falsos negativos porque no se explora la
vía retrocloclear, donde se detecta la causa del déficit auditivo en un porcentaje
importante de niños menores de 1500 g y/o 32 semanas de EG.
b) Por otro lado, hasta en el 13 % de los niños de muy bajo peso aparecen falsos positivos
en la prueba de otoemisiones.
Por tanto, independientemente de con qué instrumento se realice el cribado universal, en este
grupo de niños debe valorarse con potenciales auditivos de tronco cerebral.
Además, aunque el cribado se pase, parece existir un riesgo de pérdida auditiva progresiva en
esta población, por lo que es conveniente hacer un seguimiento de la adquisición del lenguaje y
se recomienda volver a realizar una prueba objetiva de audición a los 2 años de edad corregida.
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OTROS:
→ Se debe vigilar la aparición de otros problemas que se dan con más frecuencia en este
grupo de pacientes: las infecciones respiratorias, la anemia, la osteopenia y el
raquitismo, el reflujo gastroesofágico y las hernias inguinoescrotales.
→ Se debe seguir la evolución de las patologías que el niño presente en el momento del
alta, como las respiratorias o intestinales.
→ Evaluación de la situación socio-familiar y prestación de ayudas para la optimización del
ambiente familiar del niño.
BIBLIOGRAFÍA
1. S. Rellan Rodríguez, C. Garcia de Ribera y M. Paz Aragón Garcia. Asociación Española de
Pediatría (AEP), Sociedad Española de Neonatología. (2008). El recién nacido prematuro.
Protocolos Diagnósticos Terapeuticos de la AEP: Neonatología, 68-77.
2. Faura, J. S., Peinador, Y. M., Alonso, C. P., González, P. G., Galiana, G. G., & Jiménez, A.
(2019). Evaluación y seguimiento del recién nacido prematuro menor de 1.500 gramos
y/o menor de 32 semanas de gestación. Pediatría Integral, 120-127.
3. Apuntes de clase.
4. El caso clínico corresponde a una paciente real que fue atendida en la UCI Pediátrica y
Neonatal del CHUA durante mi Rotatorio en Prácticas.
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