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Renacimiento

Hombre de Vitruvio o Estudio de las proporciones ideales del


cuerpo. Leonardo Da Vinci,1490.

Se conoce como Renacimiento al movimiento cultural y


artístico que surgió en Italia ente los siglos XIV y XVI. Se
extendió a toda Europa, especialmente, en países como
Alemania, los Países Bajos, Inglaterra, Francia, España y
Portugal. En este sentido, el Renacimiento toma su nombre
del afán por recuperar la grandeza cultural del pasado
grecorromano, tiempo en que la península italiana era el
centro del poder imperial. Florencia, Roma, Venecia, Génova,
Nápoles y Milán fueron escenarios cruciales en su desarrollo.
El Renacimiento se oponía a los valores de la Edad Media,
período caracterizado por la consolidación de una cultura
teocéntrica y antindividualista. En contraposición, los
renacentistas lucharon por rescatar los valores y prácticas de
la antigüedad clásica, y promover el antropocentrismo y el
individualismo. El Renacimiento ayudó al desenvolvimiento del comercio en el Mediterráneo y a la
formación de una economía calificada por algunos como protocapitalista. También supuso el
reimpulso de la investigación científica, la secularización de la sociedad, el apogeo de las
universidades y la separación de los conceptos de arte y artista respecto de artesanía y artesano.

Características del Renacimiento

Antropocentrismo: El Renacimiento propone el paso de una sociedad y cultura teocéntrica hacia


una sociedad antropocéntrica, en la cual el ser humano sea visto como el centro del universo. El
antropocentrismo se basó filosóficamente en el humanismo antropocéntrico.

Secularización de la sociedad: fue el proceso mediante el cual los sectores civiles de la sociedad
fueron ganando mayor influencia política, económica y, especialmente, cultural, con respecto al
poder detentado hasta entonces por la clase clerical.

Valoración de la antigüedad clásica: el Renacimiento rescató muchos documentos producidos en


la antigüedad clásica escritos en latín, griego y árabe, los cuales fueron traducidos a las lenguas
vulgares en beneficio de la secularización. Además, se abocaron al estudio del arte grecorromano.

Aparición de la idea del gentilhombre: el Renacimiento creó el ideal del hombre múltiple y docto
que debía conocer sobre todas las materias.

Racionalismo y cientificismo: los renacentistas estaban convencidos de que todo puede ser
explicado a través de la razón y la ciencia. Por ello florecieron las ciencias y destacaron científicos
como Nicolás Copérnico, Galileo Galilei, Alonso de Santa Cruz, Miguel Servet y el propio Leonardo
Da Vinci.
Individualismo: el Renacimiento favorece la idea de la autoconcepción, autovaloración,
autocalificación y autodistinción del hombre. No debe confundirse con el individualismo
consumista.

Humanismo antropocéntrico

El humanismo es un movimiento intelectual, filosófico y cultural que tiene estrecha relación con el
Renacimiento. Se trata de una doctrina filosófica que consiste en la valoración del hombre y la
búsqueda de su bien. Este había nacido en la Edad Media, pero para entonces se concebía como un
humanismo teocéntrico. El Renacimiento, en cambio, propuso el humanismo antropocéntrico, que
consistía en la valoración del ser humano como individuo y sujeto, con independencia de
justificaciones externas. Entre sus principales promotores se puede mencionar a Erasmo de
Rotterdam, Tomás Moro y Leonardo Bruni, entre otros.

Mecenazgo

Durante el Renacimiento, no solo se retomaron los valores de la Antigüedad Clásica, sino algunas
costumbres. Entre ellas, fue fundamental el desarrollo del mecenazgo, una forma de patrocinio de
la producción artística o científica, que trae beneficios, tanto materiales como simbólicos, al
inversionista. El término proviene de Cayo Cilnio Mecenas, quien vivió en tiempos del emperador
César Augusto, célebre en la historia por promover y patrocinar de las artes. Sin embargo, la
iniciativa privada del patrocinio artístico desapareció con el imperio, y recayó casi totalmente en la
Iglesia cristiana hasta el Renacimiento, cuando los civiles asumieron el protagonismo.

Renacimiento en las bellas artes

Los artistas del Renacimiento investigaron y reinterpretaron los valores plásticos del arte
grecorromano, lo que les permitió aplicarlos no solo a las técnicas ya conocidas, sino a las nuevas
técnicas y soportes de su tiempo, motivo por el cual la pintura destacó particularmente.

Características generales del arte del Renacimiento

• Percepción del arte como objeto y forma de conocimiento.


• Imitación del arte clásico grecorromano en todas las disciplinas.
• Estudio de la anatomía humana.
• Naturalismo (observación e imitación de las formas naturales).
• Simetría, equilibrio y proporción.
• Estudio de la geometría espacial.
• Perspectiva en punto de fuga.
• Gusto por la luz diáfana (en detrimento de la luz colorida del gótico).
• Desarrollo de los temas profanos como mitología, historia y paisaje (este siempre
subordinado a la representación principal).
Artistas más representativos del Renacimiento

Gioconda o Mona Lisa, Leonardo Da Vinci, hacia 1503-1519.

En la pintura destacaron Giotto, Fra Angelico, Sandro Botticelli, Leonardo


Da Vinci, Rafael Sanzio, Tiziano, El Bosco, Giorgio Vasari, Jan Van Eyck, etc.

Piedad, Michelangelo Buonarroti, 1499.

En la escultura destacaron Miguel Angel Buonarrotti (también pintor


y arquitecto), Lorenzo Ghiberti, Donatello, Verrocchio y Antonio
Pollaiuolo, entre otros.

Cúpula del Duomo de la Catedral de Santa María


del Fior, Filippo Brunelleschi, 1436.

En la arquitectura destacaron Andrea Palladio,


Filippo Bruneleschi, Leon Battista Alberti, Donato
d'Angelo Bramante y muchos más.

En literatura

El Renacimiento literario en sus obras buscaba la sencillez, la claridad, y la naturalidad. Con el


Renacimiento, surgieron grandes genios de la literatura, entre ellos: Maquiavelo, autor de El
Príncipe; Michael de Montaigne y su obra Ensayos; Boccaccio y el Decamerón; Francesco Petrarca y
el Cancionero, entre otros.

Considerado uno de los mayores dramaturgos de todos los tiempos, figura el inglés William
Shakespeare, quien escribió tragedias como Romeo y Julieta y Hamlet, y comedias como La fierecilla
domada o El sueño de una noche de verano.

En España, se conoce como Siglo de Oro a un período de elevadísima fecundidad literaria, que
coincidió con buena parte del Renacimiento, y se extendió hasta el siglo XVII aproximadamente. Son
del Siglo de Oro los escritores Miguel de Cervantes, Sor Juana Inés de la Cruz, Lope de Vega,
Francisco Quevedo, Góngora, Garcilaso de la Vega, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Ávila, entre
otros.
La principal característica de la literatura renacentista es el regreso a la cultura clásica grecolatina
que se experimenta en todo el campo de las artes, el pensamiento y la filosofía europea. La
revalorización del humanismo, relativamente dejado de lado durante la Edad Media, constituye así
un “renacimiento” cultural, de allí el nombre con que se conoce esta época.

Conviene apuntar que, en la difusión de las ideas del Renacimiento, participó como hecho clave la
invención de la imprenta, hacia 1440, por el alemán Johannes Gutenberg.

En este periodo, además, surgen nuevas formas literarias, como la novela, tal como es actualmente
conocida; aparecen nuevos géneros, como el ensayo; y se crean nuevos modelos, como el soneto y
el verso endecasílabo. Algunos de los géneros literarios más cultivados de la época son la poesía
lírica y la poesía mística de temática religiosa; la novela de caballerías, la pastoril y la pícara, así como
el teatro y el ensayo.

Características de la literatura renacentista

• Es recuperada la tradición cultural clásica grecolatina, lo cual es vivido como un


renacimiento del humanismo.
• El hombre ocupa el centro del mundo (visión antropocéntrica), lo que contrasta con la idea
de la Edad Media según la cual Dios era el centro del universo (teocentrismo).
• La razón pasa a estar por encima de la fe; el espíritu crítico y racionalista será sumamente
valorado.
• La filosofía platónica es aprovechada para el cristianismo.
• Se revalorizan los modelos clásicos recogidos en la Poética de Aristóteles.
• La naturaleza es vista e idealizada como símbolo de perfección.

Autores y obras del Renacimiento

• Erasmo de Roterdam, Elogio de la locura (1511).


• Tomás Moro, Utopía (1516).
• François Rabelais, Gargantúa y Pantagruel (1534).
• Anónimo, Lazarillo de Tormes (1554).
• Michel de la Montaigne, Ensayos (1580).
• Edmund Spencer, La reina del hada (1590).
• Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha (1605).
• William Shakespeare, Macbeth (1606)
• San Juan de la Cruz, Noche oscura.
Barroco
Se denomina así a un periodo histórico, artístico y cultural caracterizado por una gran exuberancia
ornamental que se manifestó en el arte, la literatura, la música y la arquitectura abarcando los siglos
XVII y XVIII. Surgió en Italia extendiéndose al resto de Europa y América. En un principio, el término
barroco tenía un matiz peyorativo, con el cual daba a entender su desmesura expresiva. En este
sentido, la palabra proviene etimológicamente del portugués barroco, que significa ‘perla irregular’.
También se apunta su origen del francés baroque, que es una figura de silogismo de los escolásticos.
Por otro lado, barroco también se designa a aquello que está excesivamente recargado u
ornamentado. Finalmente, es importante indicar que cuando nos referimos a Barroco,
específicamente como periodo histórico, debe escribirse con mayúscula inicial. En el resto de los
casos, debe escribirse en minúscula.

En literatura

La literatura barroca es un estilo de composición caracterizado por presentar un lenguaje muy


ornamentado, abundante en figuras retóricas y con una fuerte complejidad. Algunos de los más
prominentes autores fueron Luis de Góngora (1561-1627), Francisco de Quevedo (1580-1645), así
como sor Juana Inés de La Cruz (1648-1695).

En arte

Las meninas, Diego de Velázquez, 1656

En el arte, particularmente en el ámbito de las


artes plásticas, barroco se denominó el estilo
opuesto al clasicismo, que se caracterizó por
presentar gran complejidad y dinamismo formal,
así como una enorme ornamentación y
efectismo. Se desarrolló tanto en Europa como
en América entre los siglos XVII y XVIII. Algunas
de las figuras más representativas de este periodo fueron Michelangelo Caravaggio (1571-1610) y
Diego de Velázquez (1599-1660). A pesar de ser despreciado en su época como sucedió con el arte
gótico, el arte barroco vuelve a ser apreciada en el siglo XX. Por otro lado, el barroco como corriente
artística, se desarrolló después del renacimiento y antes del neoclasicismo.

En arquitectura

Fontana di Trevi, Roma, Italia, 1732-1762

La arquitectura barroca se desarrolló entre los


siglos XVII y XVIII, inicialmente en Italia y Europa,
y posteriormente en América. Como tal, se
caracterizó por mostrar el lujo de la iglesia
católica, lo burgués de los países protestantes y
formó parte de la arquitectura de las monarquías
presentes en la época. La arquitectura barroca
representa composiciones de gran complejidad formal, tenía un particular gusto por la línea curva,
la irregularidad y la exuberancia ornamental. Uno de los mayores representantes italianos fue Gian
Lorenzo Bernini (1598-1680).

Música

La música barroca se denominó un estilo musical caracterizado por su riqueza expresiva y la


complejidad extraordinaria de sus recursos musicales. En este sentido, la música barroca dio lugar
a la aparición de nuevos recursos expresivos, géneros y composiciones, como la ópera, el concierto,
el oratorio, la cantata y la sonata. Como tal, se desarrolló fundamentalmente entre los siglos XVII y
XVIII. Algunos de sus máximos exponentes fueron el italiano Antonio Vivaldi y Johann Sebastian
Bach (1685-1750).

Neoclasicismo
Corriente literaria y artística nacida en Europa en el siglo XVIII, inspirada en los valores y el arte de
la Antigüedad clásica o grecorromana. Tuvo manifestación en las distintas disciplinas artísticas,
como la literatura, la arquitectura, la pintura, la escultura y la música. Fue la expresión estética
del Iluminismo o Ilustración, motivo por el cual se le acogió en muchos países de América, como
Estados Unidos, que encontraban en los valores políticos de este movimiento la inspiración para la
independencia. Pretendía desarrollar un arte comprometido con valores universales, especialmente
el racionalismo (culto a la razón) y la secularización del Estado, de manera que inicialmente el
neoclasicismo se percibía a sí mismo como un movimiento revolucionario.

Así como los pensadores de la Ilustración, los artistas neoclásicos entendieron el racionalismo como
una bandera para combatir el fanatismo que había causado las recientes guerras de religión en
Europa. En ese sentido, la Antigüedad Clásica era vista una vez más como un modelo a imitar, ya
que en ese momento de la historia nacieron la filosofía, la ciencia y la democracia. Aquel renovado
interés por el pasado grecorromano surgía de los recientes descubrimientos de las ruinas de
Herculano y Pompeya, ocurridos en 1738 y 1748 respectivamente.

Por ello, para oponerse al arte barroco (arte de la Reforma y la Contrarreforma), caracterizado por
una decoración excesiva (horror vacui), el abuso de la línea curva y las formas abiertas y el uso de
múltiples puntos de fuga, el neoclasicismo preferiría el orden, la proporción y la simetría. Sin
embargo, cuando el Estado secular comenzó a mostrar rasgos autoritarios e irracionales, y
especialmente cuando Francia (Napoleón) pretendió extender su dominio al resto de Europa, el arte
del neoclasicismo sufrió un serio descrédito y fue juzgado como proselitista, frío y sin alma. Fue así
como el Romanticismo hizo su aparición, cuyo precedente inmediato fue el movimiento Sturm und
Drang hacia finales del siglo XVIII.

En la literatura

La literatura neoclásica se centra mayormente en la filosofía, conocidos como los grandes


representantes del Iluminismo. Entre ellos se destacan: Voltaire, Rousseau y Montesquieu. La
producción literaria de este período tiende al culto a la razón y el rechazo a los dogmas religiosos.
Se caracteriza principalmente por sus fábulas y obras de teatro, aunque la poesía neoclásica también
gozó de gran popularidad. Podemos destacar algunos de los autores neoclásicos como, por ejemplo,
el dramaturgo español Leandro Fernández de Moratín (1760-1828) con obras como, La comedia
nueva de 1796 y El sí de las niñas: comedia en tres actos de 1805.

En la pintura
La muerte de Marat, Jacques Louis-David, 1793

En la pintura neoclásica, predominó el dibujo y la forma sobre el color.


Se cultivaron fundamentalmente temas históricos y mitológicos
usando, generalmente, la pintura al óleo, aunque también hubo
pinturas al fresco.

En la escultura

Cupido y Psique, Antonio Canova, 1794

En la escultura neoclásica, hubo una predilección por el


mármol blanco. Las figuras esculpidas evocaban estéticas
sencillas enfatizando en la pureza de líneas y en la belleza
clásica, abordando temas sobre la mitología
grecorromana y expresiones alegóricas.

En la arquitectura

Catedral de San Isaac, Auguste de Montferrand, 1818-


1858

La arquitectura neoclásica se caracterizó por rescatar


la idea de la funcionalidad y el pragmatismo de la
arquitectura de la Antigüedad Clásica (Grecia y Roma).

De esta manera, las estructuras arquitectónica


plasman el rechazo hacia el ornamento excesivo de la
época que le antecedió, denominada Barroco.

Asimismo, proliferaron los edificios civiles, como palacios de gobierno, parlamentos, museos,
academias, etc., pues todos los nacientes gobiernos del siglo XVIII en adelante aspiraban a integrarse
en la universalidad de los valores modernos que representaba el racionalismo neoclásico.

Música clásica y neoclasicismo

El movimiento musical que corresponde al período neoclásico se llama clasicismo musical y la


música característica del mismo es llamada música clásica, aunque este término suele usarse
erróneamente para referir a toda la música académica. El clasicismo musical se desarrolló en
Europa entre 1750 y 1820. Sus mayores exponentes fueron Joseph Haydn, W.A. Mozart y Ludwig
van Beethoven, quien acabó por convertirse en una figura de transición hacia el romanticismo
musical.

Romanticismo
Como Romanticismo se conoce el movimiento cultural que se desarrolló desde las últimas décadas
del siglo XVIII y que se prolongó durante buena parte del siglo XIX. Surgió principalmente en
Alemania, el Reino Unido y Francia, y de allí se extendió a otros países de Europa y América.

Se caracterizó por la exaltación de la libertad, la individualidad, la subjetividad y la sentimentalidad,


frente a la objetividad y el racionalismo del pensamiento de la Ilustración, además de un fuerte
rechazo a la tradición clásica proveniente del Neoclasicismo. Se expresó en distintos campos de la
actividad humana, no solo en el arte, con la música, la literatura y la pintura, principalmente, sino
también en el campo de la política y las ideas, con el liberalismo. Por otro lado, como romanticismo
también se denomina la cualidad de romántico o cierta sentimentalidad excesiva característica de
los amantes. Cuando la palabra se usa para referirse al periodo histórico y al movimiento cultural,
debe escribirse en mayúscula.

En literatura

El Romanticismo tuvo su expresión en la literatura de la época. Se caracterizó por reaccionar al


clasicismo tradicional y al racionalismo; por impulsar renovaciones formales tanto en la poesía como
en la narrativa y el teatro; por el interés en temas populares, nacionales, históricos y fantásticos;
por su defensa de la libertad y de la originalidad creadora, y por el gusto por lo exótico y su culto del
subjetivismo y el idealismo. Durante el Romanticismo se cultivaron géneros como el artículo de
costumbres, la leyenda, la biografía, la novela histórica, la novela gótica, la novela de aventuras y el
folletín o novela por entregas. También tuvieron particular preeminencia géneros como el teatro y
la poesía.

Representantes del Romanticismo

Algunos de los autores románticos más influyentes en la literatura fueron:

• los alemanes Johann Wolfgang von Göethe (1749-1832) y Friedrich Schiller (1759-1805),
• el estadounidense Edgar Allan Poe (1809-1849),
• el francés Víctor Hugo (1802-1885),
• los británicos Lord Byron (1788-1824), Walter Scott (1771-1832) y John Keats (1795-1821),

Y en nuestra lengua:

• el español Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870);


• el colombiano Jorge Isaacs (1837-1895);
• los argentinos Esteban Echeverría (1805-1851) y José Hernández (1834-1886);
• el cubano José María Heredia (1803-1839);
• el chileno Alberto Blest Gana (1830-1920);
En el arte

El caminante sobre el mar de nubes, Caspar David


Friedrich, 1818

El Romanticismo en el arte, como en la literatura,


comparten las mismas características de predilección
por la individualidad, la subjetividad y la exaltación de
los sentimientos, la libertad, lo exótico y lo
sobrenatural.

En este sentido, las pinturas del romanticismo se


caracterizan por oponerse a la estética objetiva del
neoclasicismo rescatando el patriotismo y la sabiduría
popular de la edad media. Además, tienen una fuerte
preferencia por lo diferente, lo excéntrico, lo oscuro y
exalta, sobre todo, la libertad individual, política y
artística.

Algunos de los artistas más reconocidos del


Romanticismo son: el español Francisco de Goya (1746-1828), el inglés William Blake (1757-1827) y
el francés Eugene Delacroix (1798-1863).

Realismo
Es una corriente filosófica, artística y literaria que ha tenido expresiones en las más diversas esferas
de actividad humana, como en la pintura, la literatura y en el derecho. Se sitúa a mediados del siglo
XIX y se caracterizó por una acelerada transformación como consecuencia del triunfo de la
revolución industrial, la aparición del proletariado, la división de la burguesía, el desarrollo de la
prensa y la concurrencia de nuevas teorías sociales e ideologías (nacionalismo, liberalismo,
socialismo, positivismo, marxismo, etc.). La aparición de la prensa en el siglo XIX, favorecida por la
alfabetización de la sociedad, le dio a la novela realista amplia difusión. Divulgada inicialmente por
capítulos, la novela realista encontró buena acogida, pues trataba los temas que preocupaban a los
lectores, principalmente burgueses, y al periodismo. El realismo se propuso representar y analizar
la realidad de manera objetiva y crítica, en oposición al idealismo romántico. Los escritores realistas
se detenían a observar las contradicciones surgidas en su contexto y deseaban mostrar la realidad
en ciernes. Por ello, rechazaban el idealismo del movimiento romántico, considerado evasivo y
egocéntrico. La novela fue la expresión más difundida y popular del realismo literario. Sin embargo,
también se expresó en el cuento, el teatro y la poesía. En todas sus manifestaciones, reivindicaba el
lenguaje directo y la realidad concreta como tema.

Nace en Francia, pero se extendió a otros países de Europa occidental y América. Entre ellos,
Inglaterra, Rusia, España, Portugal, Alemania y Estados Unidos, entre otros. El programa del
realismo penetró también las artes plásticas. Sin embargo, la pintura realista no tuvo la misma
receptividad que la literatura, que influyó en otras corrientes como el naturalismo y se mantuvo
vigente por varias décadas.
Realismo y naturalismo

El realismo y el naturalismo son corrientes artísticas y literarias complementarias de vanguardia del


siglo XIX y comienzos del XX. El naturalismo surge a partir del realismo, y se caracteriza por agudizar
los propósitos del realismo, que se preocupó por hacer una representación fiel y minuciosa de la
sociedad. Así, el naturalismo es una forma de realismo más acentuada, que trata de reproducir la
realidad siguiendo los métodos de la ciencia experimental para descubrir las leyes que rigen la
conducta de las personas.

Características

El realismo literario se caracterizó por su compromiso social, la representación de la realidad tal


como era percibida, el afán de objetividad y la claridad del discurso. Todo esto se despliega en los
siguientes puntos.

Compromiso moral, político y humanitario. Preocupado por los problemas sociales, el realismo
literario se caracteriza por un declarado compromiso moral, político y humanitario. Piensa en el
escritor como alguien con la responsabilidad de denunciar las contradicciones sociales y las
injusticias.

Representación de la realidad. La realidad concreta es vista como materia de creación, sin excluir
los elementos desagradables. Los escritores prefieren aquellos aspectos evadidos frecuentemente
en el arte romántico, tales como los problemas y contradicciones sociales.

Para el realismo, todo elemento de la realidad es digno de representación. No se oculta nada solo
porque pueda parecer desagradable, pobre, feo, escandaloso o inmoral. Esto no quiere decir que el
realismo sea grotesco o vulgar. Por el contrario, la objetividad en la descripción favorece el cuidado
de la forma del discurso.

Cientificismo y objetividad. La investigación científica fue parte de los recursos que utilizaban los
escritores para garantizar la objetividad. Ningún detalle podía quedar sujeto a la especulación. Un
ejemplo es Flaubert, quien para narrar con detalle la muerte de Madame Bovary, se documentó en
la literatura médica de la época.

Verosimilitud. El cientificismo y la objetividad narrativa están atadas a la búsqueda de verosimilitud.


Ni la fantasía ni la elucubración tienen cabida en el realismo. La realidad descrita debe ser creíble,
percibida como una posibilidad real para el lector, ya sea porque se identifique en ella, ya sea porque
le obliga a reconocer la realidad social silenciada en el orden establecido.

Predominio del narrador omnisciente. La literatura realista prefiere el narrador omnisciente. Esto se
debe a dos factores. Por un lado, el narrador omnisciente sabe más que los personajes y esto
permite abundar en detalles o enfoques. Por otro lado, como el narrador omnisciente no participa
en la acción, favorece la sensación de objetividad, sea que se limite a narrar los hechos o que los
sancione.

Linealidad narrativa. La estructura narrativa del realismo suele ser lineal. Significa que la línea
temporal del relato acostumbra a ser cronológica, sin saltos temporales. Esto no impide que puedan
ser presentados al lector antecedentes, recuerdos o pensamientos del pasado que expliquen una
determinada acción.
Lenguaje claro, objetivo y directo. Los escritores del realismo optan por el uso del lenguaje directo.
Prefieren describir las cosas de manera clara y objetiva, aun cuando puedan abundar en detalles
explicativos y descripciones pormenorizadas. Se prescinde de la ambigüedad discursiva y se
exponen claramente las cosas tal como son entendidas por el autor.

Personajes comunes. El realismo fija su atención en los personajes comunes. Suele preferir los
personajes de la clase media y burguesa o de los sectores populares. Los personajes nobles dejan
de ser centrales o reciben un tratamiento diferente. Los personajes mitológicos o legendarios, tan
presentes en la literatura del pasado, son retirados del realismo.

Temas del realismo. Los realistas se ocupan de representar la realidad social. Sin embargo, el tema
que concentrará la mayor atención será la burguesía. Son presentes asuntos como las
transformaciones sociales, la pobreza y la exclusión; las tensiones entre la aristocracia y la
burguesía; la ambición y el ascenso social; la crisis de las instituciones sociales –como el matrimonio
(adulterio y divorcio)–; el rol social de la mujer; etc.

Obras más importantes del realismo literario

Rojo y negro, de Stendhal: es la historia de Julien Sorel, un joven hijo de un humilde carpintero que
destaca por sus habilidades intelectuales. En medio de la transición entre el Antiguo Régimen y la
revolución, la historia muestra a un Sorel ansioso por ascender socialmente.

Eugenia Grandet, de Honorè Balzac: Eugenia Grandet es hija de un rijo inversionista. Su corazón
pertenece a su primo Charles, pero dos familias de alcurnia se disputan la mano de la joven. Eugenia
se rebela contra el dictamen social.

Madame Bovary, de Gustave Flaubert: Madame Bovary, de posición económica modesta, es una
infatigable lectora. Deseosa de una vida cosmopolita y apasionada, como los personajes librescos,
se casa con el médico Charles Bovary. Pronto, descubre que está condenada al mundo doméstico.

Oliver Twist; de Charles Dickens: Oliver Twist es un niño huérfano que se enfrenta a un mundo
hostil. Oliver escapa a la ciudad de Londres, y allí conoce el submundo del hampa. El joven
demostrará sus inconmovibles valores éticos.

Crimen y castigo, de Dostoyevski: Rodión Ramanovich Raskolnikov es un joven estudiante,


perteneciente a una familia con escasos recursos. Para evitar que su hermana se case por dinero
para ayudar, Rodión decide asesinar y robar a una vieja rica y despiadada. Pero todo se complica.

Guerra y paz, de León Tolstoi: la novela inicia en el contexto de la invasión napoleónica a Rusia. Se
trata de una novela de dimensiones monumentales, en la que se registran las experiencias de varias
familias nobles rusas a lo largo de medio siglo.

El jardín de los cerezos, de Antón Chejov: es una pieza de teatro que retrata a una familia
aristocrática rusa arruinada. Deberán decidir entre rematar su hacienda o convertirla en un centro
vacacional, lo que implica destruir el jardín de los cerezos, símbolo de la tradición familiar.

Doña Perfecta, de Benito Pérez Galdós: Doña Perfecta es viuda y madre de Rosario, decide casarla
con su sobrino Pepe. Entre los jóvenes nace un natural afecto, pero Pepe, ingeniero citadino, choca
con la intolerante Doña Perfecta y el cura del pueblo, vigilante de sus propios intereses.
El crimen del padre Amaro, de Eça de Queirós: Amaro es un joven sacerdote encomendado a una
parroquia tradicional portuguesa. Amparado en el clericalismo de la aristocracia local, se entrega a
sus pasiones y corrompe a Amelia, una joven devota e ilusa, arrastrada al sufrimiento.

Las aventuras de Tom Sawyer, de Mark Twain: el joven huérfano Tom Sawyer vive en un pueblo de
Misisipi a cargo de su tía Polly. Tom choca con el orden establecido de los adultos. La experiencias
que vive junto a su amigo Huckleberry Finn, lo llevarán a convertirse en un adulto.

Con el tiempo, el espíritu crítico del realismo puso en duda la objetividad del movimiento. Esto dio
lugar a una nueva corriente llamada naturalismo. El naturalismo no significó el fin del realismo, sino
que ambas corrientes convivieron.

La diferencia programática estaría en que le naturalismo se propondría retratar y mostrar la realidad


circundante sin hacer juicio moral o ético sobre ella. Algunos de sus grandes exponentes fueron
Émile Zola y Guy de Maupassant. Realismo en filosofía

En el arte

El taller del pintor, Gustave Courbet, 1855

En el arte, el realismo es una corriente artística que


se caracteriza por representar objetiva y
minuciosamente la realidad y a vida cotidiana de
las personas, centrándose en personas comunes,
trabajadores y campesinos, como una manera de
denuncia de la injusticia y miseria social. Fue una
corriente artística contraria al romanticismo y sus
mundos de ensueño y glorificación del pasado. Su mayor exponente fue Émile Zola (1840-1902) en
la literatura y en la pintura Gustave Courbet (1818-1877).

El modernismo
Como movimiento literario, el modernismo tuvo su
origen en 1880 en América Latina; fue el primer
movimiento dentro de este arte que adquiriría tal fuerza
que contagiara a muchos países, contándose los
principales núcleos de creación literaria de Europa,
como lo eran España y Francia.

El principal referente de este movimiento fue Rubén


Darío, un poeta nacido en Nicaragua, quien, tras publicar
en 1888, Azul, inició una corriente a la que sumarían otros importantes poetas de su continente,
como José Martí y Manuel Gutiérrez Nájera.

El objetivo de este nuevo estilo literario, era desprenderse de los modelos españoles y se apoyaron
mayoritariamente en modelos de corriente subversiva como el simbolismo y el parnasianismo
francés. Algunos de los autores más seguidos por los modernistas eran Théophile Gautier, Paul
Verlaine, Walt Whitman y Edgar Allan Poe. Al modernismo también se lo conoce como Art Nouveau.

Sus objetivos

La base del modernismo se encontraba en una intención rupturista con los estilos predominantes
de la época. La búsqueda de una nueva estética, inspirada en la naturaleza y con elementos de la
revolución industrial, marcó el cambio de paradigma. El modernismo buscaba impulsar el cultivo del
arte más natural, separado de las construcciones burguesas. De hecho, el culto a la belleza y la
utilización de imágenes armoniosas son una de las características más destacadas de este giro
literario. Se buscaba el acercamiento de la belleza artística a los objetos cotidianos, de modo tal que
el arte fuera accesible a todas las clases sociales. No apelaba, de todas formas, a las técnicas de
producción masiva.

Otras características del modernismo fueron el uso de líneas curvas, la asimetría, la utilización de
motivos exóticos y la tendencia a la sensualidad y a los placeres de los sentidos. En este
movimiento, el tema del amor adquirió un tono más erótico y sensual, alejándose de las imágenes
románticas, tan de moda en aquella época.

Otra cuestión bastante significativa en la creación poética fue la evocación de lugares lejanos y de
tiempos arcaicos, y la utilización de elementos propios de la mitología grecolatina, así como también
de personajes de épocas pasadas.

Por otro lado, se hizo hincapié en la perfección de la forma y el esteticismo, así como también en el
lenguaje culto. Todas herencias del parnasianismo. En lo que respecta a la musicalidad de los versos,
solían utilizarse como recursos poéticos el ritmo, la aliteración y la onomatopeya.

Entre los autores más destacados del modernismo hispanoamericano podemos mencionar a
Delmira Agustini, Julián del Casal, José Asunción Silva, Julio Herrera y Reissig, Amado Nervo,
Leopoldo Lugones y los citados Martí y Gutiérrez Nájera.

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