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Fuentes de las obligaciones

 Contrato: Los contratos son una especie de convenio. Un contrato es un


acuerdo de voluntades entre dos o más personas para producir o transferir
obligaciones y derechos. En esta sección nos referimos a los contratos
civiles que se rigen por los el Código Civil Federal, Códigos Civiles de las
entidades federativas, Código Federal de Procedimientos Civiles y Códigos
Procesales de las entidades federativas que resulten aplicables en el
ámbito de su competencia.
 Declaración unilateral de la voluntad: Otra de las formas que dan origen a
una obligación es la declaración unilateral de la voluntad, respecto de la
cual algunos juristas opinan que la obligación, por tratarse de una relación
jurídica, no puede darse si no existe un acuerdo de voluntades; frente a tal
opinión, otros autores aceptan que una obligación puede ser creada por la
sola voluntad de una de la partes, afirmando que alguien puede ser
obligado por la simple declaración de su voluntad; y una tercera postura,
nos indica que la manifestación de voluntad no obliga a su autor hasta en
tanto esa manifestación de voluntad es aceptada por aquel a quien va
dirigida, es decir, que la declaración unilateral de voluntad es o constituye
una fuente de obligaciones, pero solamente en casos excepcionales.
 Enriquecimiento ilegítimo: Esta deriva de un hecho voluntario lícito,
mediante el cual aquel que sin causa se enriquece en perjuicio de otro, está
obligado a indemnizarlo de su empobrecimiento en la medida que él se ha
enriquecido. El enriquecimiento ilegítimo básicamente estriba en que no
existe una causa eficiente que justifique la disminución de un patrimonio y
el aumento de otro, y que además no exista una causa jurídica que explique
el desplazamiento total o parcial de un patrimonio al de otra persona, por lo
que tal fuente de obligaciones tiene como elementos.
 Gestión de negocios: Esta fuente de obligaciones estriba en la intervención
voluntaria de una persona que no tiene mandato ni obligaciones en los
negocios de otra persona que está ausente o bien impedida para atender
sus negocios, con la finalidad de evitar le sean causados perjuicios o que
con tal intervención ésta obtenga beneficios. Este hecho jurídico genera
obligaciones a cargo de los sujetos que intervienen en esta figura jurídica,
como lo constituye el gestor del negocio y el dueño del negocio, el primero
tiene la obligación de desempeñar su encargo con toda la diligencia que
emplea en sus negocios propios, debe además actuar de conformidad a los
intereses del dueño del negocio, debe también avisar de su gestión al
dueño y esperar que éste decida si está de acuerdo o no con su gestión,
tiene el deber de continuar con su gestión hasta que concluya el asunto, así
como a rendir cuentas de su gestión y si el dueño desaprueba la gestión
realizada, deberá restituir las cosas en el estado en que originalmente se
encontraban e indemnizar al dueño los perjuicios causados por su
intervención; el dueño del negocio tiene como obligación la de pagar los
gastos hechos por el gestor, siempre y cuando el negocio se hubiese
gestionado de manera útil, y además deberá responder de las obligaciones
contraídas por el gestor con motivo de su administración.
 Actos ilícitos: Cualquier acto ilícito que ocasione o depare un daño
cualquiera a otro sujeto de Derecho debe conllevar el nacimiento de la
consiguiente obligación de reparar o indemnizar dicho daño. Esto se
expresa a veces con el brocardo latino de “neminem laedere” aunque los
problemas y planteamientos actuales , de responsabilidad extracontractual
son mucho más complejos que los reflejados en el mundo jurídico romano.
 Actos ilícitos que dañan por el uso de cosas peligrosas: El que obrando
ilícitamente o contra las buenas costumbres cause daño a otro, está
obligado a repararlo, a menos que demuestre que el daño se produjo como
consecuencia de culpa o negligencia inexcusable de la víctima. Cuando una
persona hace uso de mecanismos, instrumentos, aparatos o substancias
peligrosas por sí mismos, por la velocidad que desarrollen, por su
naturaleza explosiva o inflamable, por la energía de la corriente eléctrica
que conduzcan o por otras causas análogas, está obligada a responder del
daño que cause, aunque no obre ilícitamente, a no ser que demuestre que
ese daño se produjo por culpa o negligencia inexcusable de la víctima.
 Responsabilidad por hechos ajenos: Los patrones son responsables de los
accidentes del trabajo y de las enfermedades profesionales de los
trabajadores sufridas con motivo o en el ejercicio de la profesión o trabajo
que ejecuten; por tanto, los patrones deben pagar la indemnización
correspondiente, según que hayan traído como consecuencia la muerte o
simplemente la incapacidad temporal o permanente para trabajar. Esta
responsabilidad subsistirá aun en el caso de que el patrón contrate el
trabajo por intermediario. Incumbe a los patrones el pago de la
responsabilidad que nace de los accidentes del trabajo y de las
enfermedades profesionales, independientemente de toda idea de culpa o
negligencia de su parte.

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