de ellas en países de ingresos medios y bajos. Muchas más intentan hacerlo provocando una gran tragedia que afecta en primer lugar a los familiares generando en ellos efectos duraderos, así como a sus comunidades y países. Siguiendo a la OMS (World Health Organization, WHO, 2014) existen mitos, creencias que están muy arraigados en nuestra sociedad y que pueden dificultar la lucha para la prevención del suicidio y aumentar la concienciación en la sociedad que permita una atención suficiente como merece el problema. Mitos del suicidio: Solo las personas con trastornos mentales se suicidan: No todas las personas con un trastorno mental se quitan la vida, muchas de ellas no pasan por la etapa de depresión o alteración en su estado emocional. La mayoría de los suicidios suceden repentinamente, sin advertencia previa: Este mito es totalmente falso, la persona que entra en un estado de animo o sentimiento de soledad, tristeza y desinterés de su vida muestran cambios en su conducta, o lo advierten de forma mental, tenemos que saber reconocer las advertencias que muestran. Hablar del suicidio es una mala idea y puede interpretarse como estímulo: Hablar abiertamente pueda dar a otras personas tiempo para reflexionar sobre su decisión buscando prevenir la acción suicida. Quienes hablan de suicidio, no tienen la intención de cometerlo: Esto es completamente falso, las personas que tienen la oportunidad de expresarlo están buscando pedir ayuda o apoyo para salir adelante. Mito, el que lo dice no lo hace: Criterio equivocado, ya que conduce a minimizar las amenazas suicidas, que pueden considerarse erróneamente como chantajes, manipulaciones, alardes, etc. Prevención del suicidio: Los enfoques psicológicos o psicosociales juegan un papel muy importante, ya que la comunicación y las relaciones interpersonales forman parte central de la prevención, y estas son herramientas esencialmente psicológicas. Sensibilizar a la población a cerca de que el tema no es un tabú, sino una forma de buscar alternativas o salida para no tomar una decisión errónea. Acérquese a las personas que lo necesitan y anímelas a hablar a su manera y a su ritmo. No dejar de lado las advertencias por más mínimas que parezcan. No callar las acciones de una persona con estos pensamientos, sin buscar ayuda de algún superior o cercano. Referencias bibliográficas Anseán, A. (2014). “Suicidios: Las Muertes Invisibles. Propuesta para una Estrategia de Prevención del Suicidio en el SNS”, en Anseán, A. (ed.) Suicidios: manual de prevención, intervención y postvención de la conducta suicida, pp. 27-34. http://www.injuve.es/sites/default/files/adjuntos/ 2019/06/3.el_suicidio_en_la_adolescencia_un_problema_de_salud_publ ica_que_se_puede_y_debe_prevenir.pdf Barrero, P., & Sergio, A. (2005). Los mitos sobre el suicidio. La importancia de conocerlos. Revista colombiana de psiquiatria, 34(3), 386–394. http://www.scielo.org.co/scielo.php? script=sci_arttext&pid=S0034-74502005000300005