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4) Clasificación y evaluación
La primera parte de este capítulo trata sobre la forma en que se clasifican diversos tipos de
conducta desadaptada. La clasificación de un problema clínico depende de ciertos factores,
como su conjunto particular de características y su severidad. La segunda parte del capítulo
revisa las herramientas y las técnicas (por ejemplo, entrevistas y pruebas) que se utilizan para
obtener la información clínica necesaria
El diagnóstico es un paso importante en el proceso de identificación y clasificación de una
condición clínica. Un diagnóstico correcto es útil, no sólo como una forma de clasificar una
condición,
sino también como base de un tratamiento eficaz. El diagnóstico
equivocado de Robert Bjorklund llevó a la estigmatización y a una
terapia inadecuada. El diagnóstico correcto, trastorno del estado de
ánimo bipolar, llevó al tratamiento que le permitió a Bjorklund
participar completamente en la vida de la comunidad y promover
su educación. Cuando se le dio el tratamiento adecuado, la depresión de Pete Harnisch mejoró.
El diagnóstico correcto orientó el
tratamiento que también hizo maravillas con su pitcheo.
El hecho de que en ocasiones se realicen diagnósticos equivocados no niega el valor del
proceso. Al hacer un diagnóstico, el clínico trata de contestar la siguiente pregunta: ¿Cuál es el
problema
del paciente? Todos pueden apreciar el significado personal de esta
pregunta porque todos han tenido la experiencia de ir al médico para encontrar la causa del
conjunto de síntomas que experimentan.
Cuando el médico indica cuál es el problema y receta con seguridad
una medicina para eliminarlo, los pacientes suspiran con alivio.
En este capítulo se estudia el proceso de diagnóstico aplicado
a los problemas conductuales, cognitivos y emocionales. El capítulo tiene dos partes: un
examen del sistema de diagnóstico psiquiátrico actual, y un examen de los tipos de
información y
procedimientos utilizados para hacer un diagnóstico.
Se comenzará con el sistema de diagnóstico utilizado para clasificar las condiciones clínicas. Los
sistemas de diagnóstico son de particular valor porque representan intentos para organizar lo
que una
gran cantidad de trabajadores clínicos saben acerca de los diferentes
tipos de problemas con los que tratan. La clasificación de los problemas personales se basa en
la evaluación de lo que dicen los pacientes
y su conducta. Se toman en cuenta tanto las condiciones de vida actuales como las experiencias
del pasado. Sin embargo, la clasificación
no es simplemente un ejercicio intelectual. Tiene efectos de gran alcance en las vidas de las
personas que muestran conducta desadaptada, y también en las actividades de los
trabajadores clínicos.
Los trabajadores clínicos valoran el diagnóstico y la clasificación porque, con frecuencia, el
aislamiento de un conjunto diferenciado de características que define los problemas de una
persona pone en claro el camino del tratamiento.
La clasificación es necesaria en todas las ramas del conocimiento. En
el área de la personalidad y la conducta anormal, la clasificación se
basa en la evaluación de lo que dicen los pacientes y la forma en que
se comportan; también toma en cuenta los eventos que han experimentado tanto en el
presente como en el pasado. En la psicología anormal,
la clasificación del trastorno de una persona se conoce como diagnóstico. El diagnóstico sitúa el
trastorno de la persona dentro de un sistema o conjunto de trastornos ya existente.
Ventajas y desventajas de la clasificación Un sistema de
clasificación ideal para la conducta anormal debería agrupar las conductas que tienen causas
similares. Debido a que no hay suficiente conocimiento sobre las causas de muchos trastornos
en el área de la psicología anormal, la clasificación aún es descriptiva. Un sistema de
clasificación descriptivo es importante para la comunicación con respecto del tratamiento, en
la investigación y para propósitos estadísticos, aún cuando no se enfoca en la causa del
trastorno. Si los agrupamientos en un sistema son incorrectos debido al conocimiento
incompleto, se les dificulta a los investigadores detectar las verdaderas
relaciones entre los trastornos. La importancia otorgada a la clasificación puede generar el
etiquetamiento del paciente y puede dar como
resultado la estigmatización.
Vulnerabilidad, resiliencia y afrontamiento Al clasificar
a los individuos es importante tener en cuenta los desencadenantes
del estrés que experimentan, así como su vulnerabilidad, resiliencia y
habilidades de afrontamiento.
El enfoque multiaxial Un sistema de clasificación multiaxial está diseñado no para proporcionar
una simple etiqueta, sino para resumir
la información sobre varios aspectos de los antecedentes y la conducta
de la persona. El sistema de diagnóstico utilizado para la mayoría de los
propósitos en los Estados Unidos, el Manual Diagnóstico y Estadístico
de los Trastornos Mentales (DSM), utiliza un sistema multiaxial.
DSM-IV-TR La versión actual del DSM, el DSM-IV-TR, tiene cinco ejes: El eje I, trastornos
primarios, excepto aquéllos que se incluyen
en el eje II; eje II, trastornos de la personalidad y retraso mental; eje
III, condiciones médicas relevantes; eje IV, problemas psicosociales y
ambientales; y eje V, una evaluación global del funcionamiento psicológico, social y
ocupacional, en la actualidad y en el año anterior.
Las principales categorías de diagnóstico El eje I incluye grupos de trastornos del desarrollo,
trastornos cognitivos graves,
trastornos mentales por una condición médica, trastornos por uso de
sustancias, esquizofrenia y otros trastornos psicóticos, trastornos del
estado de ánimo, trastornos por ansiedad, trastornos somatoformes,
trastornos facticios, trastornos disociativos, trastornos sexuales, trastornos de la alimentación,
trastornos del sueño, trastornos del control de
los impulsos que no se clasifican en ninguna otro apartado, trastornos
adaptativos y factores psicológicos que afectan el estado físico. El eje
II incluye trastornos de la personalidad y retraso mental.
Evaluación del enfoque multiaxial del DSM El enfoque
del DSM-IV-TR implica utilizar criterios de diagnóstico descriptivos
altamente específicos para cada categoría. Este enfoque aumenta la
confiabilidad de los diagnósticos entre los clínicos. El DSM-IV-TR es
más completo que las ediciones anteriores e incluye muchos más trastornos y subdivisiones de
diferentes trastornos; se requiere más investigación para saber si se justifican estas
clasificaciones adicionales.
Investigación sobre la clasificación Son importantes tanto la confiabilidad (consistencia) y la
validez o adecuación de los sistemas de clasificación. El sistema utilizado al igual que las
características del clínico afectan la confiabilidad de la clasificación. Para el
diagnóstico y los planes de tratamiento se deben tomar en cuenta factores sociales, culturales,
étnicos y raciales. Aunque el DSM-IV-TR
trata hasta cierto punto con variaciones culturales, se debe prestar mayor atención a estos
factores. Además, se debe investigar la identidad
étnica del paciente.
Evaluación: la base de la clasificación
Ya que ningún instrumento de evaluación por sí solo es perfecto, se
han desarrollado diferentes formas para caracterizar a los individuos.
Los métodos principales incluyen las entrevistas, pruebas de inteligencia, pruebas
neuropsicológicas, evaluación conductual y de la personalidad, así como enfoques más
especializados.
La entrevista Las entrevistas diagnósticas (en ocasiones llamadas entrevistas de evaluación) se
usan para recopilar información y
evaluar la conducta. El clínico trata de determinar la razón por la cual
el paciente buscó ayuda, su estado ánimo y su visión sobre la vida, los
antecedentes del problema y cómo funciona el en la actualidad. La entrevista terapéutica se
dirige a modificar la conducta y actitudes desadaptadas. Las características personales del
entrevistador así como las
del paciente determinan cómo procederá la entrevista. Es importante
que el clínico tenga sensibilidad cultural, por ejemplo, en relación con
las creencias culturales del paciente y a los factores étnicos/raciales.
Éstos pueden afectar tanto la respuesta del paciente como el diagnóstico del clínico y las
recomendaciones de tratamiento. En el examen
del estado mental, el clínico evalúa el contenido del pensamiento del
paciente, el estado de ánimo, la percepción, el juicio y el insight. En algunas circunstancias, un
formato de entrevista estructurada como el
Plan de entrevista diagnóstica (DIS) o entrevista clínica estructurada para el DSM (SCID) es útil
para aumentar la equivalencia a través
de entrevistas, y para ayudar a asegurar que se recopilen los mismos tipos de información
acerca de cada paciente.
5) Estrés, afrontamiento y conducta desadaptada
En este capítulo analizaremos lo que sucede a las personas cuando se deben enfrentar a
eventos indeseables
y que implican retos. Algunas personas muestran resiliencia bajo estrés; otras parecen muy
vulnerables al
estrés o los abruma. Cómo afronta una persona las influencias estresantes ya sea que se
desarrolle o no una
condición clínica relacionada al estrés. Se describen
tres condiciones y su tratamiento.
Estrés y afrontamiento
La manera en cómo las personas afrontan el estrés depende de su vulnerabilidad y resiliencia.
La vulnerabilidad aumenta la probabilidad de
una respuesta desadaptada al estrés; la resiliencia la disminuye. Tener un
concepto de sí mismo positivo, gozar de nuevas experiencias y tener
buenas relaciones interpersonales contribuye a la resiliencia.
Habilidades de afrontamiento Las habilidades de afrontamiento se refieren a la capacidad de
una persona para manejar diferentes tipos de situaciones. Las personas que afrontan de
manera eficaz
usualmente tienen una variedad de técnicas a su disposición y pueden
escoger la más apropiada para la situación. También aprenden a dirigir sus pensamientos
hacia la solución de problemas y pueden evitar la
distracción causada por el miedo y la preocupación.
El proceso de afrontamiento El afrontamiento es un proceso que incluye la adquisición de
información pertinente, consideración de alternativas, decisión del curso de acción y la
conducta. Niveles altos de activación emocional muchas veces interfieren con la
eficacia del proceso de afrontamiento.
Apoyo social El apoyo social, el sentimiento de que somos importantes para otras personas,
que nos valoran y que nos aman puede
ayudar a que la gente sea menos vulnerable al estrés. La seguridad de
contar con apoyo social también alienta a las personas a desarrollar
nuevas maneras de afrontamiento durante periodos que no son muy
estresantes. Muchos investigadores han demostrado la relación
entre la disponibilidad de apoyo social y la salud tanto psicológica
como física.
Situaciones desencadenantes del estrés
y transiciones en la vida
El estrés puede tener efectos indeseables en la conducta, el pensamiento y el funcionamiento
corporal. Diferentes personas reaccionan a los
desencadenantes del estrés de distintas maneras, de modo que la correlación entre los
desencadenantes particulares y sus efectos en los diversos síntomas corporales frecuentemente
es baja. Para las personas
es especialmente difícil manejar varios desencadenantes de estrés que
ocurren casi al mismo tiempo. Además, los efectos acumulativos de
estos estresores en un periodo prolongado también pueden tener un
efecto negativo en la salud mental y física de la persona. A menudo se
emplean cuestionarios para evaluar qué eventos ha experimentado una
persona en el pasado reciente, y la manera en que los percibió y reaccionó ante ellos.
Situaciones desencadenantes de estrés El estrés puede
surgir ya sea de situaciones específicas o de transiciones del desarrollo.
Los eventos estresantes varían en muchas dimensiones: duración, severidad, predecibilidad,
grado de pérdida de control, confianza en sí
mismo y aparición repentina del estrés. Los accidentes, los desastres naturales y las guerras
pueden provocar altos niveles de estrés y generar
un trastorno. El estrés también puede ser resultado de una crisis personal, como ser víctima de
una violación o sufrir una pérdida.
Transiciones en la vida Las transiciones en la vida, como asistir a la universidad, obtener un
trabajo, tener un bebé y cambiar de domicilio también pueden ser estresantes. La adolescencia
es una época
de estrés particular como consecuencia de cambios físicos, cambios de
rol y cambios en las relaciones entre padres e hijos.
Reacciones clínicas ante el estrés
Los trastornos que parecen relacionarse más con el estrés son los trastornos adaptativos,
trastornos por estrés agudo y trastornos disociativos.
Trastorno adaptativo Un trastorno adaptativo es una reacción al estrés reciente y por lo
regular desaparece cuando el nivel de
estrés disminuye. Los síntomas comunes de este tipo de trastorno son
depresión, ansiedad, conducta desorganizada o imprudente, problemas
de sueño, deterioro en el desempeño y retraimiento social.
Los síntomas comienzan dentro de las primeras
cuatro semanas después del trauma y pueden durar de dos días a cuatro semanas.
Trastornos disociativos Las alteraciones temporales repentinas
de la conciencia que borran experiencias dolorosas son características de los trastornos
disociativos. En este grupo se incluyen cuatro
condiciones: amnesia disociativa, fuga disociativa, trastorno de la personalidad disociativa y
despersonalización. La amnesia disociativa implica
pérdidas de memoria extensas, pero selectivas, que no tienen ninguna causa orgánica
conocida. Este trastorno se asocia reiteradamente
con un estrés abrumador. En una fuga disociativa, la persona pierde su
identidad, abandona su hogar y establece una nueva vida en un lugar
distante. Por lo general, la fuga termina de manera repentina cuando
la persona “despierta” en forma súbita sin recordar los eventos ocurridos durante la fuga. A
menudo el trastorno de identidad disociativo
parece estar relacionado con experiencias traumáticas de la niñez. En
este trastorno, la persona asume personalidades alternas, las cuales pueden o no tener
conciencia unas de otras. La despersonalización implica un estado parecido al de soñar, en el
que la persona tiene una sensación de que está separado tanto de sí misma como de la
realidad.
Este estado puede ser persistente o recurrente; además, con frecuencia
es difícil identificar la fuente del estrés.
Tratamiento de problemas relacionados
con el estrés
Se emplean diversas estrategias, ya sea solas o en combinación, para tratar los trastornos
relacionados con el estrés.
Terapia de apoyo En la terapia de apoyo, el terapeuta ofrece
aceptación y adopta una actitud no crítica para dar al paciente la oportunidad de relajarse lo
suficiente como para participar en la solución
de problemas.
Fármacos Los fármacos y sedantes actúan en el sistema nervioso para permitir que la persona
sienta una reducción temporal del estrés. Con frecuencia, el tratamiento se combina con
psicoterapia.
Entrenamiento en relajación El entrenamiento en relajación es una estrategia estructurada
para reducir la tensión, la cual ayuda a disminuir sentimientos de estrés para que la persona se
pueda enfocar en la solución de problemas.
Desensibilización sistemática La desensibilización sistemática es un proceso diseñado para
eliminar el miedo en situaciones específicas por medio de la combinación de técnicas de
relajación e imaginación de los estímulos que se asocian con la ansiedad.
Modificación cognitiva La modificación cognitiva es el proceso de aprender a pensar o analizar
las situaciones que provocan ansiedad de manera distinta.
Intervención social La intervención social no sólo implica el
tratamiento del individuo con el problema, sino que también incluye
a otras personas de su contexto social (generalmente los miembros de
su familia).
Retos en el tratamiento de problemas relacionados con
el estrés El tratamiento apropiado de los problemas relacionados
con el estrés requiere de planes cuidadosos basados en evaluaciones objetivas de los métodos
terapéuticos. A menudo, las combinaciones de
enfoques de tratamiento son útiles (por ejemplo, psicoterapia y medicamentos). El estrés es
muy personal y las reacciones a él dependen de
la constitución psicológica y física del individuo. Estudiar la resiliencia de las personas y su
ingenio para vencer los retos puede mejorar el
entendimiento y el tratamiento de los trastornos relacionados con estrés.

8) Trastornos de la preocupación por el cuerpo


Trastornos somatomorfos
Los trastornos somatomorfos son dolencias corporales para las cuales
no se puede encontrar ninguna causa física real. Se incluyen bajo esta clasificación los
trastornos del dolor, de somatización, de conversión y dismórficos corporales, así como la
hipocondría.
Trastornos del dolor Los trastornos del dolor involucran reportes de dolor extremo y incapacita
al individuo, ya sea sin ningún síntoma orgánico identificable, o con síntomas que son
exagerados basándose en los síntomas orgánicos encontrados. Estos trastornos pueden
ser agudos o crónicos y son difíciles de diagnosticar. En la actualidad,
el modelo biopsicosocial del dolor es comúnmente aceptado, y se
enfoca en las maneras en las que los factores psicológicos y sociales
desencadenan el dolor. La manera en que las personas interpretan el
dolor y su manera de afrontarlo tienen influencia en el ajuste general.
Aunque el trastorno del dolor crónico se puede tratar con medicamentos, a menudo es más
eficaz utilizar un enfoque psicológico. Los
principales métodos utilizados son el condicionamiento operante, la terapia cognitivo-
conductual, la biorretroalimentación y la psicoterapia
de apoyo.
Trastornos de somatización Los pacientes con trastornos
de somatización (también llamado síndrome de Briquet) experimentan múltiples dolencias
corporales crónicas o recurrentes. Estas dolencias
probablemente se presenten de una manera dramática y exagerada.
Por lo general, estos trastornos van acompañados por un patrón de
personalidad histriónica y dificultades en las relaciones sociales.
Trastornos de conversión Los síntomas de los trastornos de
conversión reportan la pérdida parcial o total de funciones corporales
básicas, como, por ejemplo, parálisis en alguna parte del cuerpo o pérdida de una función
sensorial como la capacidad de ver. Esta pérdida
no parece ser controlada de manera voluntaria, aunque los síntomas no
puedan ser explicados físicamente. Un síntoma del trastorno de conversión es la belle
indifférence, una falta de preocupación de lo que parecen ser síntomas físicos que afectan al
individuo.
Hipocondría Las personas que sufren de hipocondría muestran
miedos poco realistas a enfermarse y se preocupan excesivamente por
su salud. La mejor ayuda es establecer una buena relación con su terapeuta quien les
proporciona seguridad, cuestiona sus ideas sutilmente
y los motiva a evitar ir al médico con preocupaciones hipocondríacas.
Trastornos dismórficos corporales Las personas que sufren
de trastornos dismórficos corporales se preocupan por sus defectos
corporales imaginarios o exagerados. Experimentan gran angustia sobre su supuesta
deformidad. Su angustia es una consecuencia de la
preocupación por su imagen corporal, la que incluye la inquietud de
que tienen una notoria anormalidad física. Demostrar que esta preocupación es injustificada
podría ayudar a quien padece este trastorno,
así como alentarlos a cuestionar algunos de los componentes de su
imagen corporal. La dismorfia muscular es una clase de este trastorno. En dicho trastorno los
hombres se preocupan por la amplia discrepancia entre sus propios cuerpos (o su percepción de
ellos) y un tipo
de cuerpo más musculoso el cual ellos piensan es admirado por otros.
Trastornos facticios y fingimiento
En los trastornos facticios los síntomas son inducidos voluntariamente por el paciente, en un
esfuerzo por recibir atención y cuidado. El síndrome Munchausen es una forma extrema de este
trastorno, en el cual
la persona deliberadamente estimula la enfermedad fingiendo síntomas
y hasta manipulando los resultados de exámenes médicos. El fingimiento difiere de los
trastornos facticios en que la persona reporta los
síntomas para lograr alguna meta específica, como un convenio con una
aseguradora.
Trastornos de ansiedad
La experiencia de la ansiedad
La ansiedad incluye preocupación, miedo, aprensión, pensamientos
intrusivos, síntomas físicos, y sentimientos de tensión. Con frecuencia
parece tener un carácter automático que proviene más del individuo
que de los factores situacionales. Las razones que producen la ansiedad
con frecuencia no son claras para la persona ansiosa.
Trastorno de ansiedad generalizada
Una persona que padece del trastorno de ansiedad generalizada experimenta preocupaciones
y temores vagos pero intensos que persisten
por un largo periodo, por lo menos seis meses. Los síntomas incluyen
tensión motora, reactividad autonómica, aprensión por el futuro e hipervigilancia. Por lo
general, el curso del trastorno de ansiedad generalizada es prolongado, con duraciones de
hasta 20 años. Las terapias
cognitiva, psicodinámica y conductual pueden ser útiles, así como los
medicamentos, para reducir la ansiedad. Si embargo, el uso prolongado de drogas puede
producir efectos secundarios significativos.
Trastorno de angustia
Las crisis de pánico son severas crisis de ansiedad que ocurren de improviso e incluyen síntomas
físicos severos, así como miedos intensos que con frecuencia incluyen preocupación por morir,
enloquecer o comportarse de manera descontrolada. Las personas con trastorno de angustia
experimentan crisis de pánico inesperadas y, por lo tanto, se incrementa su nivel de ansiedad
porque se preocupan de que se pueda presentar otra crisis. Algunas crisis de pánico se pueden
evitar con la imipramina, un fármaco para tratar la depresión. Tanto el trastorno de ansiedad
generalizada como el trastorno de angustia se pueden manifestar en familias.
Fobias Las personas que padecen fobias tienen miedos relacionados con objetos, personas o
situaciones específicas. Con frecuencia, las fobias se desarrollan gradualmente o empiezan con
una crisis de ansiedad generalizada. Estos padecimientos son trastornos comunes que afectan
dos veces más a las mujeres que a los hombres. Además, a menudo empiezan antes de la edad
adulta y tienen probabilidad de volverse crónicas. Las fobias se pueden agrupar en tres
principales grupos: fobias específicas, fobias sociales y agorafobia. Fobias específicas Las fobias
específicas son las más comunes. Este grupo incluye miedos irracionales variados, como el
miedo intenso a cierto tipo de animal o a estar en un espacio cerrado. Las fobias específicas
pueden surgir de una situación previa que provocó miedo o ansiedad y que involucró al tipo de
persona o situación que más tarde se asocia con la fobia. Los procedimientos que usan el
enfoque del condicionamiento clásico para aparear los estímulos fóbicos con la respuesta de no
ansiedad son con frecuencia usados exitosamente para tratar las fobias específicas. Fobias
sociales Las fobias sociales se caracterizan por un miedo intenso que incapacita y avergüenza
cuando se interactúa con otros. El temor a sonrojarse en una situación social y el miedo a
comer frente a otros son dos fobias sociales especialmente difíciles de tratar con éxito.
Agorafobia La agorafobia es el término utilizado cuando las personas desarrollan miedo a
encontrarse en situaciones desconocidas. Muchos agorafóbicos tienen miedo de dejar sus
hogares, por lo que su capacidad para realizar actividades normales de la vida es severamente
limitada. Existen dos tipos principales de agorafobia: con o sin crisis de pánico. En el primer
grupo, las crisis de pánico con frecuencia empiezan primero y conducen a la agorafobia. Como
mencionamos, las crisis de pánico pueden ser tratadas con drogas antidepresivas. La
agorafobia puede tratarse exitosamente con técnicas conductuales en las que se expone al
agorafóbico al estímulo que produce el miedo, bajo condiciones controladas, con el apoyo del
terapeuta. Trastorno obsesivo-compulsivo Las personas que sufren de trastorno obsesivo-
compulsivo no pueden controlar su preocupación por ideas específicas, o son incapaces de
evitar la realización repetida de un acto en particular o una serie de actos, lo cual afecta su
capacidad para realizar actividades normales. La conducta obsesiva es la incapacidad de dejar
de pensar en una idea o tema en particular. El tema de estos pensamientos es muchas veces
desagradable y vergonzoso para la persona que los siente. La conducta compulsiva es la
necesidad de realizar ciertas conductas una y otra vez. Muchas compulsiones son contar,
ordenar, revisar, tocar y lavar. Los rituales compulsivos pueden ser muy elaborados y contener
muchas actividades. Los trastornos obsesivo-compulsivos tienden a empezar en los últimos
años de la adolescencia y los primeros de la edad adulta, y son igualmente comunes entre
hombres y mujeres. Las drogas relacionadas con la serotonina son útiles en algunos pacientes,
como lo son las intervenciones psicológicas que incluyen la exposición y la evitación de la
respuesta. Trastorno por estrés postraumático El trastorno por estrés postraumático (PTSD)
puede ocurrir después de estar expuesto a un estrés excesivo como un desastre natural,
accidente serio o la participación en una batalla u otras situaciones relacionadas con la guerra.
Los síntomas del PTSD varían ampliamente, pero pueden incluir sueños recurrentes, flashbacks,
falta de concentración y problemas emocionales. Las personas que padecen del PTSD después
de una experiencia estresante pueden haber tenido un historial de trastornos psicológicos
previos. Factores de vulnerabilidad Aunque el PTSD es ahora ampliamente reconocido como
una reacción relacionada con el estrés de un trauma, el diagnóstico es controvertido porque
con frecuencia es difícil evaluar las contribuciones relativas de la situación traumática y la
vulnerabilidad psicológica con que el individuo llega a dicha situación. Algunos expertos creen
que el diagnóstico se da a la ligera. El requisito del DSM-IV-TR que distingue el PTSD de otros
trastornos por estrés agudo es que los síntomas persistan por más de un mes antes de
diagnosticarlo. La experiencia postraumática Los expertos discrepan sobre la utilidad del
interrogatorio inmediato y otras intervenciones terapéuticas para los involucrados en eventos
traumáticos. En algunos casos, estas intervenciones pueden entorpecer el proceso de curación
normal. Sin embargo, la psicoterapia y la terapia conductual iniciada algunos meses después
de la experiencia pueden ayudar a algunos pacientes con PTSD a considerar más objetivamente
su experiencia traumática. Interpretación y tratamiento de los trastornos de ansiedad La
perspectiva psicodinámica Los teóricos con orientación psicodinámica sugieren muchas
posibles causas de los trastornos de ansiedad, entre las cuales se incluyen percepción de
inutilidad e incapacidad para afrontar las situaciones de la vida, miedo al abandono o a la
pérdida del amor, pérdida repentina de apoyo emocional e impulsos inaceptables que, aunque
sean inconscientes, amenazan con convertirse en conscientes. Freud definió varios mecanismos
de defensa que pueden jugar un papel importante en los trastornos obsesivo-compulsivos.
Entre ellos se pueden mencionar el aislamiento, la anulación y la formación reactiva. Los
terapeutas con esta orientación típicamente tratan estos trastornos con la psicoterapia dirigida
a ayudar a los clientes a llegar a comprender las raíces inconscientes de su ansiedad.

9) Variantes y trastornos sexuales


El comportamiento sexual aceptable tiene un significado diferente para cada persona y los
conceptos sobre la sexualidad han sufrido grandes cambios a través de los años. Los factores
biológico, cognitivo, emocional y social se combinan para influir en el comportamiento sexual
que se encuentra entre lo normal y lo desviado. En este capítulo se examinarán varios tipos de
conducta sexual, entre ellos la ansiedad e infelicidad que influyen sobre el ajuste sexual, la
conducta que es desviada pero privada o que hiere u ofende a otros.

Panorama cambiante de la conducta sexual La historia muestra que las opiniones sobre la
sexualidad algunas veces han sido permisivas y otras restrictivas. Algunos individuos como
Freud y Ellis tuvieron gran influencia en las opiniones sobre la sexualidad. Estudios sobre la
conducta sexual La mayoría de la información sobre las prácticas sexuales proviene de estudios
de investigación. Como se sabe que los patrones de las prácticas sexuales han cambiado con el
tiempo, se requieren frecuentes estudios que se enfoquen en muestras representativas de la
población. Homosexualidad: un ejemplo del panorama cambiante del comportamiento sexual
La conducta homosexual se refiere al comportamiento sexual con miembros del mismo sexo.
Los estudios indican que para las personas no es inusual tener por lo menos alguna experiencia
de conducta homosexual en su vida. Los individuos que prefieren la actividad sexual con
miembros de su mismo sexo por largos periodos son conocidos como homosexuales. El término
gay se utiliza con frecuencia para referirse a esta conducta porque tiene asociaciones menos
negativas. Muchas personas que se dicen gay adoptan esta etiqueta autoimpuesta en la
adolescencia. Bisexualidad: una variante sexual poco estudiada La conducta bisexual es una
orientación en la cual la pareja preferida es algunas veces del mismo sexo y otras del otro. Los
patrones de la bisexualidad incluyen ya sea un cambio de una relación prolongada de cierto
tipo a otra, o los dos tipos de relaciones de manera simultánea. Orígenes de la orientación
sexual Es probable que la orientación sexual sea el resultado de muchos factores
determinantes, en los que intervienen los factores psicosociales y biológicos. Disfunción sexual
Se le llama disfunción sexual a la discapacidad persistente del interés o respuesta sexual. La
disfunción sexual está con frecuencia asociada con la ansiedad por el desempeño o las
inhibiciones culturales. Tipos de disfunción sexual Los problemas sexuales pueden ocurrir en
cualquiera de las cuatro etapas de la respuesta sexual: el deseo, la excitación, el orgasmo y la
resolución. La disfunción eréctil se refiere a la incapacidad del hombre para mantener una
erección hasta que se complete el coito. Las mujeres pueden padecer problemas de excitación
sexual inhibida que tiene como resultado la incapacidad de mantener una respuesta de
lubricación y dilatación. Un problema que a menudo presentan las mujeres es su frecuente
incapacidad para alcanzar el orgasmo.

Tratamiento de la disfunción sexual Cuando una persona


busca terapia para un trastorno o disfunción sexual, el clínico debe obtener antecedentes
médicos y sociales detallados. La terapia sexual a
menudo se lleva a cabo trabajando con la pareja y no sólo con uno de
sus integrantes. El terapeuta intenta reducir el miedo a fracasar y enfocarse en el placer
sensual en lugar de en el acto mismo. Una manera común de llevarlo a cabo es el uso del
enfoque sensato, una técnica de entrenamiento sexual desarrollada por Masters y Johnson en
su trabajo
precursor en terapia sexual. Los elementos conductuales y cognitivos son
ampliamente usados en la actualidad para tratar la disfunción sexual. Algunos terapeutas
utilizan un enfoque que combina estos elementos con
una perspectiva psicodinámica más tradicional. A pesar de que se necesita más investigación
para confiar totalmente en el éxito de la terapia sexual, los enfoques de Masters y Johnson y el
enfoque cognitivo
conductual parecen prometedores. Muchos terapeutas creen que los aspectos de la relación
entre los miembros de la pareja pueden ser un importante factor en el resultado negativo de la
terapia.
Trastorno de la identidad sexual
La identidad sexual se refiere al concepto sexual que una persona tiene de sí misma, esto es, el
sentimiento de ser hombre o mujer.
Problemas de la identidad sexual en la niñez En el
trastorno de identidad sexual en niños, los niños que no han alcanzado la pubertad expresan
extrema angustia por su género y un intenso deseo de pertenecer al sexo opuesto.
Problemas de identidad de género en los adultos Anteriormente, el DSM se refería al trastorno
de identidad sexual en los
adultos sólo como transexualismo. El transexualismo se refiere al deseo intenso por parte de
los adultos de cambiar no sólo su identidad sexual, sino también su condición anatómica. Los
adultos que padecen
el trastorno de identidad sexual no transexual están incómodos con su
sexo y con frecuencia visten de manera travestista (es decir, usan ropas del sexo opuesto). Sin
embargo, no se preocupan por cambiar sus
características sexuales físicas como los transexuales.
Las parafilias
El término parafilia significa “atracción por lo desviado”. El DSM-IVTR define algunos tipos
específicos de parafilias.
Fetichismo El fetichismo se refiere al uso de un objeto inanimado como fuente primaria de
excitación y consumación sexual.
Fetichismo travestista El fetichismo travestista se refiere a la
búsqueda de estimulación sexual a través del travestismo. Los travestis fetichistas continúan
identificándose con su sexo biológico, y cuando no usan ropas del sexo opuesto, muestran
conductas e intereses
consistentes con las de su sexo.

10) Trastornos de la personalidad

Clasificación de los trastornos de la personalidad


Los trastornos de la personalidad son formas duraderas, desadaptadas
e inflexibles de relacionarse con el entorno. Estos trastornos se diagnostican en el eje II del
DSM-IV-TR. Muchas personas que padecen
trastornos de la personalidad también presentan un diagnóstico en el
eje I. Los trastornos de la personalidad se pueden dividir en tres categorías: conductas extrañas
o excéntricas; conductas dramáticas, emocionales o erráticas; y conductas ansiosas o
temerosas.
Conductas extrañas o excéntricas
Trastorno paranoide de la personalidad Las personas que
padecen trastorno paranoide de la personalidad son suspicaces y desconfían de los demás,
además de ser hipersensibles; esperan que se
aprovechen de ellas y buscan significados ocultos en comentarios o
eventos inofensivos.
Trastorno esquizoide de la personalidad Las personas
diagnosticadas con trastorno esquizoide de la personalidad son retraídas y aisladas, prefieren
trabajar solas y no parecen interesadas en
sostener relaciones estrechas y cálidas con otras personas.
Trastorno esquizotípico de la personalidad El trastorno esquizotípico de la personalidad se
relaciona con formas extrañas
de pensar, percibir, comunicarse y comportarse, pero estas desviaciones no son tan extremas
como las que se observan en individuos diagnosticados con esquizofrenia. Algunas
investigaciones sugieren que
este trastorno puede ser una forma leve de esquizofrenia.
Conductas dramáticas, emocionales o erráticas
Trastorno histriónico de la personalidad Las personas que
padecen de trastorno histriónico de la personalidad son egocéntricas, manipuladoras y tienen
relaciones interpersonales tormentosas.
Trastorno narcisista de la personalidad Los factores que
son importantes en el diagnóstico del trastorno narcisista de la personalidad son el sentido
extremo de la importancia de sí mismo, necesidad de atención constante, fragilidad de la
autoestima y falta de empatía por otros.

Trastorno antisocial de la personalidad El trastorno antisocial de la personalidad se caracteriza


por un historial de conducta
crónica y continua que viola los derechos de los demás. Dicho historial
comienza antes de los 15 años y continúa en la edad adulta. De adultos, estas personas siguen
cometiendo actos antisociales en contra de
otras personas y sus propiedades, son propensos a ser imprudentes e
irresponsable y a carecer de remordimiento por perjudicar a otras
personas. Sin embargo, muchos actos de conducta criminal y antisocial
son cometidos por personas que no encajan en la clasificación del trastorno antisocial de la
personalidad. La psicoterapia tradicional no parece ser eficaz para los individuos que padecen
este tipo de trastorno.
Conductas ansiosas o temerosas
Trastorno de la personalidad por evitación Las personas diagnosticadas con trastorno de la
personalidad por evitación tienen baja autoestima, se preocupan por una evaluación negativa
de
otras personas y evitan las interacciones sociales. Aunque desean el
afecto y las relaciones estrechas, el temor al rechazo parece evitar que
esas personas busquen dichas relaciones.
Trastorno de la personalidad por dependencia Los individuos con trastorno de la personalidad
por dependencia carecen
de confianza en su capacidad para funcionar en forma independiente.
Para mantener sus relaciones dependientes, están dispuestos a someter sus propias
necesidades y deseos a los de otras personas.

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