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Presentación

Nombre:

Niulbi María

Apellidos:

Cepeda Pérez

Asignatura:

Psicología Clínica 1

Matricula:

12-3330

Facilitador

Alexandra Rodríguez

Fecha de entrega:

13-11-2018
INTRODUCCION

En la psicología clínica y de la salud una de las más importantes aplicaciones


del modelo es su uso para el diagnóstico de los trastornos de personalidad.
Sus partidarios consideran que las dimensiones son continuas (las personas
con trastornos tienen puntuaciones extremas en determinadas dimensiones de
personalidad o combinaciones peculiares de éstas -por ejemplo baja Afabilidad
y bajo Tesón-), lo cual es contrario al enfoque médico tradicional, que cree que
los trastornos de personalidad son categorías distintas y separadas. Los
estudios realizados sugieren que el modelo, y en concreto el NEO-PI-R,
pueden emplearse para detectar trastornos de personalidad, ya que aportan
una amplia información sobre conductas, hábitos y actitudes desadaptadas.
Realizar un resumen de los siguientes temas y sub-temas:

A. Evaluación clínica.

La evaluación clínica, aunque no carente de problemas, puede constituir un


medio muy válido y fiable para obtener información muy valiosa para el
tratamiento de los pacientes. En una evaluación reciente de la literatura de
investigación psicológica y médica sobre los tests clínicos, Meyer, Finn, et
al.
(2000) llegaron a la conclusión de que la evaluación psicológica resulta igual
de predictiva que los exámenes médicos. Por ejemplo, los exámenes
neuropsicológicos son tan fiables para la detección de la demencia como las
técnicas de resonancia magnética, mientras que el Cuestionario Multifásico
de personalidad de Minnesota (MMPI-2), el test de personalidad más
ampliamente usado, resulta comparable a los resultados obtenidos por el
test de creativita, muy utilizado en la práctica médica.

La evaluación clínica es un procedimiento mediante el que los clínicos,


utilizando tests psicológicos, así como la observación y las entrevistas,
elaboran un resumen de los síntomas y problemas de su cliente. El
diagnóstico clínico es el proceso mediante el que un clínico alcanza una
clasificación sintética.

La evaluación constituye un proceso continuo, y puede resultar de gran


importancia en otras etapas del tratamiento por ejemplo, para evaluar la
eficacia de durante la evaluación clínica inicial, se intenta identificar las
principales dimensiones del problema del paciente, y predecir el curso
probable de los acontecimientos bajo diversas condiciones. Es en esta
etapa inicial donde hay que tomar decisiones cruciales, tales como qué
tratamiento se aplicará, si el problema requerirá hospitalización, si será
necesario incluir en el tratamiento a otros miembros de la familia, etc.
Muchas veces tales decisiones se tienen que tomar con mucha rapidez,
como por ejemplo en situaciones de emergencia, y sin que todavía se
disponga de toda la información necesaria.
B. Elementos básicos de la evaluación clínica

¿Qué es lo que necesita saber un clínico?

Por supuesto, lo primero que necesita es identificar el problema. ¿Se trata de


un problema coyuntural derivado de algún factor estresante de carácter
ambiental, como puede ser un divorcio o el desempleo, una manifestación de
un trastorno más permanente, o una combinación de ambos? ¿Existe alguna
evidencia de que se haya producido un deterioro reciente en el funcionamiento
cognitivo? ¿Cuánto dura este problema y cómo se está enfrentando la persona
al mismo? ¿Ha solicitado anteriormente algún tipo de ayuda al respecto?
¿Existen indicaciones de que se trata de algún tipo de conducta de auto-
abandono y de deterioro de la personalidad o, por el contrario, esa persona
está haciendo todo lo posible para enfrentarse con el problema? ¿Cómo está
afectando ese problema a la capacidad de la persona para desempeñar sus
papeles sociales? ¿Se ajusta el conjunto de síntomas a alguno de los patrones
diagnósticos del DSM-4-T

C.Relación entre evaluación y diagnóstico

Resulta importante realizar una clasificación adecuada del problema por


diversas razones. En muchos casos, es necesario elaborar un diagnóstico
formal para que una compañía de seguros se haga cargo del problema. Desde
un punto de vista clínico, conocer el tipo de trastorno que tiene una persona
permite planificar y organizar el tratamiento apropiado. Desde un punto de vista
administrativo, resulta esencial conocer todo el abanico de problemas
característicos de una población, para poder generar recursos para su
tratamiento.
Por ejemplo, si la mayoría de los pacientes de una clínica están diagnosticados
con trastornos de personalidad, entonces tanto el personal como el entorno
físico o los recursos de esa clínica deberían ajustarse a esa elevada
prevalencia. De esta manera, es necesario conocer lo mejor posible cuál es la
naturaleza de las dificultades con las que nos enfrentamos, lo que incluye una
clasificación diagnóstica si ello resulta posible.

C. Recogida del historial social

En la mayoría de los casos, resulta mucho menos importante la asignación a


una categoría diagnóstica formal perse, que disponer de una comprensión clara
de la historia individual, el funcionamiento intelectual, las características de
personalidad, y las presiones y recursos ambientales de esa persona. Esto es,
una evaluación adecuada supone mucho más que una etiqueta diagnóstica.
Por ejemplo, debería incluir una descripción objetiva de la conducta de esa
persona. ¿Cómo suele comportarse ante los demás? ¿Se observan excesos en
su conducta, como comer o beber demasiado? ¿Existen deficiencias
importantes, por ejemplo, respecto a sus habilidades sociales? ¿Su conducta
es apropiada y responde a las demandas de la situación? Los excesos, las
deficiencias y los ajustes a la situación, resultan dimensiones esenciales que
deben observarse para poder comprender el trastorno que ha llevado a esa
persona hasta nuestra consulta.

D. Factores de personalidad.

La evaluación debería incluir una descripción de cualquier característica de


personalidad importante. ¿Responde habitualmente esa Persona de manera
desviada ante determinados tipos de situación, por ejemplo, aquellas que
exigen el sometimiento a una autoridad legítima? ¿Existen rasgos de
personalidad o patrones de conducta que predispongan a esa persona a una
conducta inadaptada? ¿Llega a implicarse con los demás hasta el punto de
perder su identidad, o está tan absorta en sí misma que no le resulta posible
establecer relaciones íntimas? ¿Es capaz de aceptar la ayuda de los demás?
¿Es capaz de expresar un afecto auténtico, y de aceptar la responsabilidad del
bienestar de otras personas? Este tipo de cuestiones constituye el núcleo de
muchos de los esfuerzos de la evaluación.
E. Contexto social

También resulta importante evaluar el contexto social en el que actúa la


persona. ¿A qué tipo de demandas ambientales se enfrenta, y qué tipo de
apoyos y de factores estresantes existen en su vida? Por ejemplo, para una
esposa con la enfermedad de Alzheimer resulta prácticamente imposible ser el
cuidador principal de unos niños, sobre todo si carece de ayuda.
Por lo tanto, resulta imprescindible integrar los diversos y a menudo
incompatibles elementos de información que vamos obteniendo sobre los
rasgos de personalidad, los patrones de conducta, o las demandas
ambientales, que afectan a esa persona, dentro de un cuadro coherente y
significativo. Algunos clínicos se refieren a este cuadro como una formulación
dinámica, debido a que no sólo describe la situación actual, sino también
incluye hipótesis sobre lo que está provocando que esa persona actúe de esa
manera desajustada. En este punto de la evaluación, el clínico debería
disponer ya de una explicación plausible, por ejemplo, por qué un hombre
normalmente pasivo y moderado estalla repentinamente en cólera y empieza a
romper muebles.
La formulación también debería permitir al clínico establecer hipótesis sobre la
conducta futura de su cliente Siempre que sea posible, las decisiones respecto
al tratamiento deberían adoptarse con el consentimiento y la aprobación del
cliente. Sin embargo, cuando nos encontramos ante un trastorno grave, puede
que sea necesario hacerlo sin su participación o, en algunos casos
extraordinarios, incluso sin consultar a los miembros de la familia. Como ya se
ha dicho, resulta muy importante conocer cuáles son los recursos y los puntos
fuertes de nuestros pacientes; en definitiva, qué pueden aportar al tratamiento
para mejorar todavía más su eficacia. Debido a que el abanico de factores que
pueden influir sobre la causa y el mantenimiento de la conducta inadaptada es
tan amplio, la evaluación requiere la coordinación de procedimientos físicos,
psicológicos y ambientales. Sin embargo, como ya se ha dicho, la naturaleza
de la evaluación clínica depende del problema y de los recursos disponibles
para el tratamiento.
G. Confianza y entendimiento entre el clínico y el cliente.

Para que la evaluación psicológica resulte eficaz y proporcione una


comprensión clara de la conducta y de los síntomas, el cliente debe sentirse
cómodo con el clínico. En una situación de evaluación clínica, eso significa que
el cliente debe tener la sensación de que los exámenes que está realizando
permitirán una mejor comprensión de sus problemas, y debería saber también
cómo se utilizarán esas pruebas y cómo las incorporará el psicólogo a la
evaluación clínica. Por esa razón el psicólogo debería explicar a su cliente qué
ocurrirá durante la evaluación, y de qué manera la información obtenida podrá
proporcionar una imagen más clara de los problemas a los que éste se
enfrenta.

H. Que incluye la evaluación del organismo físico

En algunas situaciones y ante ciertos problemas psicológicos, puede ser


necesario realizar una evaluación médica para descartar la posibilidad de que
determinadas anomalías físicas sean las causantes del problema. Dicha
evaluación incluirá exámenes físicos de carácter general y específico, dirigidos
a valorar la integridad estructural (anatómica) y funcional (fisiológica) del
cerebro en cuanto Sistema orgánico de mayor implicación en la conducta
(Rozensky, Sweet, y Tovian, 1997)
I. Que son las entrevistas de evaluación.

La entrevista de evaluación, que suele considerarse como el elemento


central del proceso evaluador, consiste en mantener una interacción cara a
cara con el cliente, a partir de la cual el clínico puede obtener información
sobre diversos aspectos de su situación, de su conducta y de su
personalidad. Esta entrevista puede consistir tan sólo en unas cuantas
preguntas muy sencillas, o también adoptar un formatomás extenso y
pormenorizado. Tiene un carácter relativamente abierto, de manera que el
entrevistador va adoptando en cada momento decisiones sobre la siguiente
pregunta a partir de las respuestas que va dando el cliente; aunque también
puede seguir un formato más estructurado que garantice que se recogerá la
información deseada. En este último caso, el entrevistador puede elegir
entre una serie de formatos muy estructurados y estandarizados, cuya
fiabilidad está establecida a partir de una serie de investigaciones previas.
Tal y como lo utilizamos aquí, el término fiabilidad simplemente quiere decir
que dos o más entrevistadores han evaluado a la misma persona y han
llegado a conclusiones muy similares, algo que, por otra parte, no siempre
está garantizado.

J. Entrevista estructurada y no estructurada.

Bien muchos clínicos prefieren tener libertad para ir haciendo preguntas


siguiendo su propio criterio, la investigación ha demostrado que las entrevistas
estructuradas permiten obtener resultados mucho más fiables. Entre los
clínicos existe un exceso de confianza respecto a la validez de sus propios
métodos y juicios (Garb, 1989; Taylor y Meaux, 1997). Sin embargo, en la
mayoría de los casos resulta mucho más sensato recurrir a una entrevista
cuidadosamente estructurada en virtud de una serie de objetivos, que permite
explorar la presencia de determinados síntomas, y que establece también el
tipo de relación que se debe mantener con el cliente. La fiabilidad de la
entrevista de evaluación todavía puede mejorarse recurriendo a escalas de
estimación que permitan cuantificar los datos. Por ejemplo, puede resultar
interesante valorar al cliente en una escala de 3, 5 o 7 puntos respecto a su
autoestima, ansiedad y otras características. Este formato tan estructurado
resulta especialmente eficaz para ofrecer una impresión global, un «perfil» del
sujeto y de su situación vital, y poner de manifiesto la existencia de problemas
o de crisis específicas tales como dificultades matrimoniales, dependencia de
drogas, o fantasías de suicidio que suelen exigir una intervención terapéutica
inmediata. Los entrevistadores pueden cometer errores cada vez que tienen
que elegir preguntas y procesar la información. De hecho, es frecuente que
diferentes clínicos propongan diagnósticos diferentes a partir de los datos que
han obtenido de un mismo paciente. Esta es la razón fundamental por la que
las últimas versiones del DSM (la III, la III-R, laIV, y la IV-TR) prefieren
proponer una estrategia «operacional» de evaluación, que especifique cuáles
serán los criterios para el diagnóstico, y proporcione directrices específicas
para llevarlo a cabo resulta poco Recomendable en este tipo de evaluación. La
estrategia operacional permite un diagnóstico más fiable, aunque sea a costa
de una menor flexibilidad por parte del entrevistador.
2. Realice un mapa mental del tema evaluación psicosocial,
des la página 108 hasta la 121.

La evaluación psicosocial intenta proporcionar


Una imagen realista de la interacción de una persona con su entorno
social

La observación clínica de la Test proyectivos de


conducta personalidad existe
Una de las herramientas de una gran cantidad de tests
evaluación más tradicionales y diseñados para medir
Más útiles es la observación características personales
directa de la conducta de un distintas a las intelectuales.
Paciente.

Tests objetivos de personalidad:


los tests objetivos están estructurados esto es, suelen recurrir a
Cuestionarios, auto-informes, o escalas, donde las preguntas
Están cuidadosamente preparadas, mientras que las respuestas suelen ser de
elección múltiple.
3. Elabora una síntesis del sub tema la integración de los
datos procedentes de la evaluación desde la página 122 hasta
130.

La integración de los datos de los datos procedentes de la evaluación

Una vez recogidos los datos de la evaluación es necesario interpretar su


significado para poder integrarlos en un modelo coherente, imprescindible
para planificar o modificar el tratamiento. Los clínicos privados normalmente
asumen ellos solos esta ardua tarea. Pero en un hospital estos datos
normalmente se evalúan en reuniones de trabajo a las que acude un equipo
interdisciplinar (probablemente un psicólogo clínico, un psiquiatra, un
trabajador social y otro personal especializado en salud mental). Al poner en
común toda la información que han recogido, pueden analizar si sus
resultados se complementan entre sí hasta llegar a dibujar una imagen
definitiva, o si por el contrario que dan lagunas o discrepancias que
requieran una mayor investigación.

Aspectos éticos de la evaluación

Las decisiones que se adoptan a partir de los datos de la evaluación pueden


tener implicaciones de largo alcance. La decisión del equipo puede determinar
si una persona con una depresión grave será hospitalizada o podrá
permanecer con su familia, o si una persona acusada de un delito será
declarada competente para comparecer en un juicio. Así pues, una decisión
derivada de una evaluación adecuada es algo más que una elaboración teórica
La clasificación de la conducta patológica

La clasificación resulta esencial en cualquier ciencia, ya se trate de estudiar


elementos químicos, plantas, planetas o personas. Al disponer de un sistema
de clasificación convencional, podemos estar seguros de que al menos se
produce una buena comunicación. Si alguien te dice vi un perro corriendo por la
calle, no resulta difícil producir Una imagen mental muy similar a la de ese
perro, y no porque proceda de ese perro en concreto, sino que proviene de
nuestro conocimiento de cómo se clasifican los animales. Por supuesto que
hay muchas razas de perros y que además éstos pueden variar muchísimo en
cuanto a su tamaño, color, longitud del pelo, etc.; sin embargo, tenemos muy
pocas dificultades para reconocer cuáles son las características esenciales de
la «perrez».

Fiabilidad y validez

Para que un sistema de clasificación resulte eficaz es necesario que tenga


fiabilidad y validez. La fiabilidad significa que un instrumento de medida
produce siempre el mismo resultado cada vez que se utiliza para medir la
misma cosa. Si su báscula muestra un peso muy diferente cada vez que se
sube a ella, probablemente deba considerarla como una medida muy poco
fiable de su masa corporal. En el contexto de la clasificación, la fiabilidad es un
indicador del grado en que diferentes observadores coinciden en que la
Conducta de una persona se ajusta a un diagnóstico determinado. Si este
acuerdo no llega a producirse, quiere decir que el criterio de clasificación no es
lo suficientemente preciso como para establecer la presencia de ese trastorno.
La estrategia prototípica.

Un Prototipo es una entidad imaginaria que describe un combinación idealizada


de características que aparecen unidas de una manera más o menos regular.
Recuérdese nuestro anterior ejemplo de «perrez». Los prototipos forman parte
de nuestra experiencia cotidiana. Cualquiera de nosotros puede generar la
imagen mental de un perro, aunque sabemos que nunca hemos visto ni
veremos dos perros idénticos. Así pues, ningún miembro de un grupo definido
mediante un prototipo tendrá
todas las características del mismo, incluso aunque ocupen una posición muy
céntrica. Por otra parte, puede que algunas características estén compartidas
con otros prototipos por ejemplo, hay muchos otros animales además de los
perros que también tienen rabo.
Nombre: Lourdes
Apellidos: Matías Rodríguez

4. Realiza informe de evaluación clínica, integrando:

*Datos generales de la historia clínica del paciente/cliente.

Para ubicar los datos correspondientes al motivo de consulta,

diagnóstico y tratamiento, tomar como referencia uno de los casos

presentados en el cap. 1 del libro de texto básico. Argumentar sobre la

importancia de la historia clínica del paciente/cliente para la evaluación (no

psicométrica), el diagnóstico y tratamiento.


Sexo: Femenino.

Edad: 29 años de edad.

Estado Civil: Soltera.

Grado académico: Estudiante Universitario


Teléfono: 809-675-1090

Fecha de evaluación: 29 Septiembre de 2018.

Fecha del informe: 29 de Septiembre de 2018.

Evaluador/a: Niulbi Cepeda

I- Motivo de la consulta:

 La joven Lourdes siente preocupación a la idea de encontrarse ante un


problema de drogas.

II- Historial clínico:

Lourdes una estudiante de Derecho de veintinueve años. Es una chica


atractiva, que viste con buen gusto, y también destaca en sus estudios. De
acuerdo a su comportamiento se pensaría que disfruta de una vida sin
problemas. Sin embargo Lourdes bebe alcohol desde los catorce años y fuma
marihuana a diario. Aunque se describe a sí misma como una simple bebedora
social, llega a beberse cuatro o cinco vasos de vino cada vez que sale con sus
amigos, y un par de copas cada noche cuando está en su casa viendo la
televisión. Con frecuencia falta a las primeras clases de la mañana porque se
siente demasiado mal como para salir de la cama, y algunas veces ha llegado a
perder la conciencia. Aunque ella niega que tenga cualquier tipo de problema
con el alcohol, admite que sus amigos y familiares han empezado a mostrarse
preocupados al respecto y le han sugerido buscar ayuda. Sin embargo,
Lourdes suele responder ´´yo no soy una alcohólica porque nunca bebo por la
mañana´´. La semana pasada decidió dejar por completo de fumar marihuana
porque empezó a preocuparle la idea de encontrarse ante un problema de
drogas. Sin embargo, le resulta imposible dejarla y está empezando de nuevo a
fumar porros con regularidad.

III- Actitud ante la evaluación:

 Se describe como una bebedora social.


 Considera que la cantidad de alcohol que consume esta dentro de lo
normal.
 El uso de marihuana le resulta una forma de escape ante los prejuicios
sociales.
 Denota preocupación por las consecuencias negativas que pueda
presentar.

IV- Diagnóstico:

 Dependencia al alcohol y a las drogas en específico a la marihuana.

V- Tratamiento:

 Terapias conductuales individual.


 Terapias de familia.
 Terapias cognitiva y manejo de contingencia.

VI- Firma:

Niulbi Cepeda

CONCLUSIÓN
Las perspectivas teóricas y causales de la conducta patológica descritas en
este trabajo son construcciones diseñadas para orientar a los psicólogos al
momento de estudiar las conductas patológicas. Cada una de esas
perspectivas destaca la importancia desde su propia posición.

La interinidad teórica y la adhesión a una perspectiva determinada


supone una ventaja importante: asegura la coherencia de la práctica clínica y
de los esfuerzos de investigación. Una vez dominada, la metodología supone
una excelente guía a través de la compleja red de problemas humanos. Pero
esa adhesión a una teoría específica también tiene desventajas. Al excluir otras
posibles explicaciones, los investigadores se ciegan ante otros errores que
pueden resultar igualmente importantes. Y sin embargo, ninguna de las teorías
de las que disponemos hasta la fecha permite explicar todo el ámbito
psicopatológico.

Por ello en la evaluación clínica se realiza una investigación exhaustiva


tomando en cuenta todos los ámbitos: social, biológico y psicológico. El
ambiente, el historial hereditario y la propia percepción del individuo son puntos
clave para determinar una patología, en definitiva hay que evaluar las
diferentes perspectivas y en ocasiones realizar el diagnostico como resultado
de una combinación de varias perspectivas.

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