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OCLUSION

RESUMEN

UNIVERSIDAD AUTONOMA DE DURANGO

AXEL ALBERTO ALVAREZ JAUREGUI


3-A
27 DE MARZO DE 2023
A lo largo de la historia la descripción del lugar exacto del eje de bisagra
mandibular ha sido un tema de debate. En un principio la primera definición
de relación céntrica situaba los cóndilos en su posición más posterior dentro
de la cavidad glenoidea, estando determinada principalmente por los
ligamentos, por lo que se conoce también como posición ligamentosa. La
ventaja de dicha posición es su fácil reproductibilidad en la clínica, sirviendo
como referencia para la elaboración de prótesis en pacientes edéntulos
carentes de guías oclusales. Sin embargo, esta posición no es fisiológicamente
adecuada por varias razones. No parece lógico que el eje de bisagra se sitúe en
una posición articular forzada de retrusión ya que los principales músculos que
intervienen en el posicionamiento mandibular son los de cierre, dado que este
hueso está suspendido del cráneo, y la mayoría de estos carecen de fascículos
que traccionen de la mandíbula en dicha dirección. Así mismo la zona retro
discal no está preparada para recibir cargas debido a que el tejido retro discal
es laxo, ricamente vascularizado e inervado y el grosor de la lámina ósea de la
zona posterior de la cavidad glenoidea es de escaso grosor. Durante muchos
años en odontología se aceptó esta posición como fisiológicamente óptima
ignorando que esta venía definida por el límite de distensión del ligamento
articular, y en ninguna otra articulación se considera ideal para la función una
posición bordante. Más recientemente han surgido nuevas definiciones de la
relación céntrica como son la posición de Dawson, la posición propuesta por
Gelb y la musculoesquelética. Dawson defiende que el cóndilo debe estar en
su posición más superior dentro de la cavidad glenoidea, la
musculoesquelética sitúa la relación céntrica en la posición más supero-
anterior mientras que Gelb mantiene que los cóndilos se encuentran en su
posición óptima cuando se trasladan aproximadamente la mitad del trayecto
sobre las pendientes posteriores de las eminencias articulares delante de las
cavidades glenoideas. Todas estas definiciones hacen referencia a la posición
del disco articular como adecuadamente colocado interpuesto anterior al
cóndilo, entre este y la superficie articular de las eminencias articulares. Gelb
sostiene que los cóndilos se encuentran en su posición óptima cuando sufren
cierto grado de traslación debido a que los complejos discales siguen el
desplazamiento condilar y las fuerzas aplicadas al hueso se disipan de manera
más eficaz. El área de la eminencia articular tiene una lámina ósea bastante
gruesa de lo que se infiere que es una zona capaz de recibir fuerzas intensas.
Sin embargo, para colocar el cóndilo de atrás adelante en contacto con las
pendientes posteriores de las eminencias se deben contraer los músculos
pterigoideos externos inferiores. La fuerza resultante de los músculos
elevadores tiene una dirección ascendente y algo anterior por lo que para
estabilizar los cóndilos a medio camino en las eminencias la fuerza de los
pterigoideos externos debe superar las de los potentes músculos elevadores,
generando una actividad antagonista que resultaría en fatiga y trastornos
musculares. Al igual que en el resto de articulaciones, la estabilidad posicional
de la ATM la proporcionan los músculos que la atraviesan impidiendo una
luxación de la misma. Por lo tanto, la dirección resultante de las fuerzas de
estos músculos determina la posición articular funcional ideal. Los principales
músculos que ejercen esta función en la ATM son los elevadores.
Cuando el cierre mandibular en relación céntrica crea una situación oclusal
inestable se realiza una readaptación neuromuscular saneando los cóndilos de
la posición musculoesquelética, pero logrando una situación oclusal más
favorable. Por tanto, el mantener los cóndilos en relación cántica depende en
gran medida de la estabilidad oclusal. Una oclusión estable debe permitir una
correcta y eficaz función reduciendo al mínimo las lesiones de las distintas
partes del sistema masticatorio. La oclusión ideal es la que se conoce como
oclusión mutuamente protegida. Esta oclusión se llama así debido a que en
dicho patrón oclusal el sector posterior recibe toda la carga en máxima
intercuspidación, protegiendo así a los anteriores de las intensas fuerzas
verticales, y el grupo anterior contacta y provoca una des oclusión posterior
en los movimientos excéntricos, protegiendo así a los grupos posteriores de
soportar fuerzas laterales para las que no están preparados. Los dientes
posteriores están situados más cerca del eje de bisagra, por tanto, más
próximos al fulcro de la palanca que forma la articulación de la ATM y del punto
en el que se aplican las fuerzas de cierre. Esto implica que las fuerzas
masticatorias son más intensas en ellos que en los anteriores. Su morfología y
distribución radicular son ideales para recibir y disipar dicha carga siempre que
sea vertical, ya que el ligamento periodontal transforma la fuerza de presión
vertical en tensión dentro del alveolo, fuerzas a las cuales responde
favorablemente el hueso.
Los dientes anteriores están situados en la arcada mucho más vestibulizados.
Esto impide que reciban las fuerzas en sentido vertical. Si recibiesen la carga
oclusal en máxima intercuspudación sin estar protegidos por el grupo
posterior, estas intensas fuerzas generaría presión en el lado vestibular de los
alveolos, provocando reabsorción ósea y un colapso vestibular de dichas
piezas. Sin embargo, su morfología, posición y proporción corono radicular los
hace más favorables para disipar las fuerzas intermitentes laterales. Estas
fuerzas son las que reciben cuando se realizan movimientos excéntricos
entrando en contacto y des ocluyendo los sectores los sectores posteriores.
Esto es lo que se conoce como guía canina en los movimientos laterales y guía
anterior en los de prolusión, ya que son los caninos y los incisivos los
encargados de guiar los movimientos excéntricos mandibulares y des ocluir,
protegiendo así, los grupos posteriores. Otra característica de este tipo de
oclusión es que es muy estable en máxima intercuspidación, por tanto,
estabilizando la posición mandibular con la que coincida, y contactan todos los
dientes de las arcadas, levemente los anteriores y en mayor medida los
posteriores, repartiendo así las fuerzas masticatorias entre todas las piezas.
Cuando aplicamos una fuerza de retrusión sobre la mandíbula en dicha
posición la tensión la soportan las fibras horizontales internas del ligamento
temporomandibular. Si este ligamento está tenso y no laxo debido a repetidos
traumas o posiciones forzadas, la posición de máxima retrusión, la superior
máxima o de Dawson y la musculoesquelética serán prácticamente iguales.
Dependiendo de la morfología y salud articular estas posiciones distarán en
mayor o menor grado. En todo caso la posición en la que el cóndilo está
realmente en relación céntrica es la musculoesquelética ya que es la más
estable, está apoyado contra la eminencia articular, la cual tiene una gruesa
lámina ósea para absorber las fuerzas, y sin desplazamientos
anteroposteriores puede realizar el movimiento de apertura puro en eje de
bisagra desde la posición en la cual puede iniciar la traslación que acompaña a
la apertura más amplia.
CARRANZA FA, NEWMAN MG. Periodontología clínica de Glcikman. México.
interamericana McGraw-Hill. 1998.
M' E GÓMEZ DE FERRARIS, A. CAMPOS MUÑOZ: Histología y embriología
bucodental, 2' edición, 2002, editorial panamericana.

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