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Trabajo y prioridades

ONU Mujeres es la organización de las Naciones Unidas dedicada a promover la


igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Como defensora mundial
de mujeres y niñas, ONU Mujeres fue establecida para acelerar el progreso que
conllevará a mejorar las condiciones de vida de las mujeres y para responder a
las necesidades que enfrentan en el mundo.

ONU Mujeres apoya a los Estados Miembros de las Naciones Unidas en el


establecimiento de normas internacionales para lograr la igualdad de género y
trabaja con los gobiernos y la sociedad civil en la creación de leyes, políticas,
programas y servicios necesarios para garantizar que se implementen los
estándares con eficacia y que redunden en verdadero beneficio de las mujeres y
las niñas en todo el mundo. Trabaja mundialmente para que los Objetivos de
Desarrollo Sostenible sean una realidad para las mujeres y las niñas, y promueve la
participación de las mujeres en igualdad de condiciones en todos los ámbitos de la
vida. La Entidad se centra en cinco áreas prioritarias:

 aumentar el liderazgo y la participación de las mujeres;


 poner fin a la violencia contra las mujeres;
 implicar a las mujeres en todos los aspectos de los procesos de paz y
seguridad;
 mejorar el empoderamiento económico de las mujeres;
 y hacer de la igualdad de género un aspecto central en la planificación y la
elaboración de presupuestos nacionales para el desarrollo.
Asimismo, ONU Mujeres coordina y promueve el trabajo del sistema de las
Naciones Unidas en pos de la igualdad de género y en todos los debates y
acuerdos relativos a la Agenda 2030. La Entidad trabaja para lograr un mundo más
inclusivo con la igualdad de género como elemento fundamental de los Objetivos
de Desarrollo Sostenible.

Condición de las mujeres


La igualdad de género no es solamente un derecho humano básico, sino que su
logro tiene muchísimas consecuencias socioeconómicas. El empoderamiento de
las mujeres impulsa economías prósperas y estimula la productividad y el
crecimiento. Aun así, las desigualdades de género siguen estando fuertemente
arraigadas en la sociedad. Las mujeres encuentran obstáculos para conseguir
trabajos dignos y enfrentan discriminación laboral y brechas salariales de género.
A menudo, no pueden acceder a la educación básica y a la atención médica. Las
mujeres sufren violencia y discriminación en todas partes del mundo. Están
subrepresentadas en los procesos de toma de decisiones políticas y económicas. 

Durante muchas décadas, las Naciones Unidas logró importantes avances en pos
de la igualdad de género, entre ellos, acuerdos históricos como la Declaración y la
Plataforma de Acción de Beijing, y la Convención sobre la Eliminación de Todas las
Formas de Violencia contra la Mujer (CEDAW).

Con el objetivo general de empoderar y realizar los derechos de las mujeres y las
niñas de todo el mundo, las tareas principales de ONU Mujeres son:

 Brindar apoyo a los organismos intergubernamentales, como la Comisión


de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, para la formulación de
políticas, normas y estándares de alcance mundial.
 Colaborar con los Estados Miembros en la implementación de estos
estándares mediante asistencia técnica y económica adecuada para los
países que lo soliciten, y entablar alianzas eficaces con la sociedad civil.
 Dirigir y coordinar el trabajo del sistema de las Naciones Unidas  en cuanto a
la igualdad de género, además de promover la rendición de cuentas, lo que
incluye mediante la continua supervisión de los avances en todo el sistema.

Perspectiva histórica
Durante muchos años, las Naciones Unidas enfrentó profundos desafíos en su
lucha por la promoción de la igualdad de género en todo el mundo. Entre estos
desafíos se incluían un financiamiento inadecuado y la falta de algún factor de
impulso reconocido que dirigiera las actividades de las Naciones Unidas en las
cuestiones relativas a la igualdad de género. En julio de 2010, la Asamblea General
de las Naciones Unidas creó ONU Mujeres, la Entidad de las Naciones Unidas para
la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres, para que abordara
dichos desafíos. Con este acto, los Estados Miembros de las Naciones Unidas
dieron un paso histórico acelerando los objetivos de la Organización relativos a la
igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. La creación de ONU
Mujeres surgió como parte del programa de reforma de las Naciones Unidas, que
reunió recursos y mandatos que generaran un mayor impacto. Se erige y se basa
sobre el importante trabajo de cuatro organismos anteriormente independientes
del sistema de las Naciones Unidas, que se centraban exclusivamente en la
igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres:
 División para el Adelanto de la Mujer (DAM)
 Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación para la Promoción
de la Mujer (INSTRAW)
 Oficina del Asesor Especial en Cuestiones de Género y Adelanto de la Mujer
(OSAGI)
 Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM)

Los grandes pequeños pasos en la historia


El reconocimiento de los derechos sociales y laborales de las mujeres, ha sido y está
siendo un proceso largo y arduo, logrado históricamente a través de huelgas,
movilización y manifestaciones las cuales tenían como objetivo final conseguir lo que
parece justo y evidente: la igualdad de género.
La lucha por la imparcialidad tuvo su primer hito en 1893. En esa fecha Nueva Zelanda
se proclamó como el primer país en el cual la mujer tuvo derecho a voto sin
restricciones. Estados Unidos se unió en 1920 por medio de la Decimonovena
Enmienda a la Constitución (casi 30 años después). En España por esa época se daba
una situación paradójica: la ley permitía a las mujeres españolas ser parlamentarias,
ocupar un escaño en el Congreso de los Diputados, pero no podían ejercer su derecho a
voto. Esta anormalidad democrática se solventó en 1933 gracias a la contribución de
Clara Campoamor, abanderada del movimiento sufragista.

Otro hito marcado en la historia se logró en 1911, cuando se celebró, aunque no de


forma oficial, el primer Día Internacional de la Mujer Trabajadora, como forma de
apoyo a la valentía y determinación de las mujeres. La iniciativa buscaba la igualdad de
derechos civiles y oportunidades académicas para la mujer, pero no fue hasta el 8 de
marzo de 1977, 66 años después, cuando la ONU consiguió marcar en el calendario el
actual “Día de la Mujer”. En 2015, se estableció el 11 de febrero, como una segunda
fecha en apoyo al género el “Día Internacional de la Mujer y la Niña en la ciencia”. La
iniciativa de la ONU “Por un planeta 50-50 en 2030. Demos el paso por la igualdad de
género”, comenzada en ese mismo año, y con ella se espera que para el año 2030, el
entorno laboral se encuentre en completo equilibro respecto a la igualdad de
oportunidades para cada género y pide a los gobiernos que aborden las dificultades que
impiden progresar a mujeres y niñas y, por tanto, alcanzar su pleno potencial.
A día de hoy el 80% de las empresas españolas tiene menos de un 50%
de mujeres en su plantilla y, en un 46% de estas, solo hay entre un 1 y
un 10% de mujeres en puestos de responsabilidad

La visibilidad de la mujer en el mercado actual


Las primeras universidades se originaron en el siglo XI. Es sorprendente conocer que
las mujeres no tuvieron posibilidad de ingresar en una universidad hasta el siglo XX,
con algunas excepciones únicamente en naciones de mayor desarrollo. En la
actualidad, los datos proporcionados por múltiples estudios reflejan que las mujeres
disponen de una preparación y capacitación igual a la de los hombres e incluso
superior si cabe. Cuentan con una tasa inferior de abandono escolar y el número de
graduadas en educación superior alcanza el 53% en España, frente al 43% de hombres.
De hecho, en la actualidad en España el 38,4% de las mujeres entre 24 y 64 años tienen
título universitario frente al 33% de los hombres.
A pesar del creciente número de tituladas superiores, la presencia de la mujer en áreas
técnicas sigue siendo todavía baja. El acceso y la participación de las mujeres desde el
punto de vista laboral en el área conocida con el acrónimo STEM (en inglés, Science,
Technology, Engineering, and Mathematics), se encuentra estancado. Según el
Ministerio de Educación, que advierte que, en Informática la participación ronda el
10%, y en Ingeniería y Tecnología, el 7,5% son mujeres frente al 14,5% de hombres,
según el informe Científicas en Cifras.

Uno de los principales motivos por el cual una chica no elige un estudio relacionado
con el ámbito STEM, no es el dinero, sino la carencia de referentes femeninos que
sirvan de ejemplo a nivel profesional. Exceptuando quizá a Marie Skłodowska-Curie,
apenas se dan a conocer mujeres científicas y expertas en los libros de texto y en los
medios de comunicación. Y si llegasen a nombrarlas, estas se presentan como personas
“raras”, completamente dedicadas a su trabajo y con poca vida personal, o resaltando
que el aspecto físico y la inteligencia no pueden ir unidos. Es por tanto muy
probablemente que las jóvenes no se sientan identificadas con estas pioneras. Si estas
chicas escarbasen en la historia se encontrarían con grandes mujeres que consiguieron
hacer avanzar la sociedad, con todos los elementos en su contra y grandes dificultades.
Destacadas referentes a tener en cuenta son: Ada Lovelace, creadora del primer 
programa de computación; Elisa Leonida Zamfirescu, ingeniera que sobresalió por ser
una de las primeras mujeres del mundo en alcanzar esta profesión; Hedwig Eva Maria
Kiesler, conocida como Hedy Lamarr, actriz de cine e inventora de la primera versión
del espectro ensanchado que permitiría las comunicaciones inalámbricas de larga
distancia; Valentina Vladímirovna Tereshkova,  primera mujer en ir al espacio,
habiendo sido seleccionada entre más de cuatrocientos aspirantes para pilotar
el Vostok 6; Mª del Pilar Careaga Basabe, primera ingeniera titulada de España;
Margarita Salas Falgueras, bioquímica española quién continuó los estudios Severo
Ochoa acerca del ADN; Ángela Ruiz, creadora de la Enciclopedia Mecánica, lo que hoy
se puede considerar la antecesora del libro electrónico. 

El simple hecho de involucrar a las mujeres puede aumentar la


efectividad de los proyectos hídricos en seis o siete veces respecto a los
que no lo hacían

Desgraciadamente esta falta de referentes continúa en la actualidad. En los medios de


comunicación solamente resuenan nombres masculinos como sinónimo de éxito: Jeff
Bezos (creador de Amazon), Elon Musk (creador de Tesla), Mark Zuckerberg (creador
de Facebook), Reed Hastings (creador de Netflix), Richard Dawkins (biólogo y
divulgador científico), Stephen Hawking (físico), Donald Knuth (científico de
computación), entre un largo etc. Los nombres de mujeres exitosas no suelen
promocionarse o salir a la luz. Es importante dar a conocer su talento y presencia para
que sirvan de motivación al resto de mujeres. Visibilizar el talento femenino es una
pieza clave para impulsar el área STEM entre otras. Shafi Goldwasser (científica de
computación, premio Turing 2012 por sentar las bases de la criptografía), Grace
Murray Hopper (creadora del lenguaje COBOL), Sheryl Sandberg (jefa de operaciones
de Facebook), Julia Hartz (creadora de Eventbrite), Melanie Perkins (creadora de
Canva), Isabel Aguilera (presidenta de Google Iberia 2006-2008), son nombres que
deberíamos destacar y tener presentes.

Afortunadamente cada vez más mujeres estudian estos títulos tradicionalmente


masculinos, y como consecuencia, el número de mujeres en todo tipo de puestos está
aumentando. Pero la formación superior de la mujer no se refleja en su justa medida
en el mercado laboral.  A día de hoy el 80% de las empresas españolas tiene menos de un
50% de mujeres en su plantilla y, en un 46% de estas, solo hay entre un 1 y un 10% de
mujeres en puestos de responsabilidad.
Estudios recientes han concluido que las empresas donde participan por igual hombres
y mujeres son más productivas y sostenibles, comparado con aquellas en las que
predominan las plantillas y cargos dominados principalmente por hombres. Un gran
ejemplo que apoya este estudio se encuentra reflejado un momento específico de la
historia reciente. En 2008 Islandia atravesó una grave crisis económica que conllevó
una refundación de las estructuras de estado y poderes económicos, dominados hasta
la fecha por hombres, liderada por dos mujeres, Elín Sigfúsdóttir y Birna Einarsdóttir.
El distinto punto de enfoque aportado por ellas y las diferencias en pensamiento
respecto a lo que debería tener más importancia a la hora de tomar decisiones,
solventaron lo que un equipo únicamente masculino fue incapaz. Este hecho muestra
la importancia de la paridad en cualquier ámbito, tanto empresarial como político,
donde los diferentes puntos de vista pueden llegar en conjunción y harmonía a la
solución óptima de un problema o impulsar ideas novedosas. Es por tanto una tarea
obligada del mundo actual conseguir alcanzar la igualdad de género en el ámbito
educativo, laboral y socioeconómico.

Teóricamente las mujeres y hombres son iguales ante la ley en los países desarrollados,
pero aun así queda mucho por hacer para tener una igualdad real en la práctica. Existen
diversos motivos que impiden la escala de las mujeres en altos puestos y es difícil
señalar un único obstáculo. En una encuesta reciente el 49% de los encuestados señaló
la maternidad como primer impedimento, seguido de falta de conciliación (47 %), una
cultura dominada por hombres en el sector (47%), una cultura dominada por hombres
en las empresas (45%), falta de ambición (17%) y falta de conocimiento (13%). 
La maternidad supone un gran freno hoy en día para millones de mujeres que desean
desarrollar una carrera directiva. El papel de los hijos complica la conciliación de la vida
laboral con la familiar, suponiéndole además una mayor dificultad para disponer de
tiempo extra para enriquecer su formación y “networking”, llegando a provocar que la
mujer ponga límites e incluso abandone su carrera profesional. Las mujeres no deberían
elegir entre ser madre y crecer profesionalmente. Las responsabilidades familiares no
compartidas implican una mayor carga de responsabilidad para la mujer, algo que les
impide acceder al mercado laboral en igualdad de condiciones. A esto hay que sumarle
la brecha salarial entre hombres y mujeres, que alcanza el 23% en España, como otra
gran dificultad que juega un papel importante a la hora de que uno de los dos
progenitores asuma más carga familiar. Un estudio publicado recientemente encontró
que si se compara los salarios de hombres y mujeres que hacen el mismo trabajo, las
mujeres trabajan sin remuneración un mes de cada año. Si se entiende que ser madre y
ser padre tienen las mismas responsabilidades, como sucede en otros países
(principalmente del norte de Europa), ser madre ya no obstaculizará el desarrollo
profesional de las mujeres. Los horarios de trabajo flexibles, sin reducir la
responsabilidad del personal, o el trabajo a distancia siempre que sea posible, ayudan a
garantizar un equilibrio entre la vida laboral y personal para todos, no sólo para las
mujeres. Estos y otros aspectos ya han calado en las políticas de nuestras empresas
pero a nivel efectivo la concienciación resulta baja y muchos indicadores muestra que
estamos lejos de la paridad de género.
Teóricamente las mujeres y hombres son iguales ante la ley en los
países desarrollados, pero aun así queda mucho por hacer para tener
una igualdad real en la práctica

Como medida, para incrementar en los próximos años la presencia y participación de


mujeres en puestos de directivos, comités de dirección y consejos de administración, el
Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad ha puesto en marcha la iniciativa
“Más mujeres, mejores empresas”. Esta iniciativa busca que las compañías implanten
en su organización diversas actuaciones para tratar de eliminar los obstáculos que
todavía a día de hoy limitan la promoción profesional de las mujeres. Acciona, Agua de
Alicante, Aguas de Barcelona, Empresa Metropolitana de gestión del ciclo integral del
agua, Aqualia, FCC e Iberdrola son solo una pequeña muestra de las empresas
españolas que se han sumado a esta iniciativa.

Para evitar posibles sesgos discriminatorios, el Instituto de la Mujer y para la Igualdad


de Oportunidades, ha puesto en marcha un proyecto para promover el uso del
currículum anónimo o ciego, donde no haya información acerca del género, solamente
sus logros personales y formación. Con este proyecto también se pretende sensibilizar a
empresas y organizaciones sobre la existencia de los sesgos de género, a veces
inconscientes, de cómo detectarlos y combatirlos.

La importancia de la presencia femenina en el sector agua


Tradicionalmente, el sector del agua ha sido un sector altamente masculinizado. En
parte, porque se encuentra muy vinculado a la ciencia, la ingeniería y la tecnología,
formaciones con poca presencia femenina. Afortunadamente, desde hace unos años se
requieren otros perfiles profesionales relacionados con los RRHH y la administración
en el tratamiento de aguas residuales, potabilización o temas más generales de gestión
del agua, que permiten la formación de equipos multidisciplinarios. Sin embargo, es
una tarea pendiente promover la contratación de mujeres técnicas e ingenieras para
lograr una paridad real en todos los puestos.

En estudios realizados a lo largo de más de dos décadas se ha concluido que el papel de las
mujeres en el sector del agua implica mejoras más sustanciales en el liderazgo,
transparencia y sostenibilidad de los suministros de agua cuando los hombres y las
mujeres participan en igual medida, si se compara con los casos en los cuales las mujeres
están involucradas marginalmente o nada. De hecho, en una evaluación realizada por el
Banco Mundial, ha demostrado que el simple hecho de involucrar a las mujeres puede
aumentar la efectividad de los proyectos hídricos en seis o siete veces respecto a los que no
lo hacían. Un ejemplo lo tenemos en Baluchistán (Pakistán) donde se contó con un
equipo compuesto exclusivamente por mujeres, las cuales propusieron reutilizar un
nuevo tanque de agua en terrenos no utilizados para proporcionar agua para tuberías
públicas que no funcionaban. Este plan no solo fue más rentable que el plan original
desarrollado por un grupo de hombres, sino que condujo a una mejor gestión del agua
y mejoras en la calidad de vida. Cuatro años más tarde este pueblo construyó una
nueva escuela para niñas, invirtiendo en el empoderamiento femenino y fomentando la
presencia de la mujer en la política. La investigación también muestra que las mujeres
comparten el agua de manera más equitativa que los hombres, especialmente en
tiempos de escasez.
Es por tanto un hecho que la contribución de las mujeres a la gestión del agua es
claramente fundamental.  Para promover la inserción femenina en este sector se han
realizado diversas convenciones internacionales remarcando y dando a conocer de
forma internacional la importancia de las mujeres como líderes, expertas y mediadoras
en el acceso equitativo del agua en todos sus usos. Podemos nombrar como ejemplos
destacables la Conferencia del Agua de la Naciones Unidas en Mar de Plata (1977), La
Década Internacional de Agua Potable y Saneamiento (1981 – 90) y la Conferencia
Internacional de Agua y Medio Ambiente de Dublín (1992). En esta última se otorgó a
las mujeres el reconocimiento de su rol central en el manejo y control de los recursos
del medio ambiente.

En España, la presencia femenina en el sector hídrico comienza a


hacerse notar cada vez más, aunque de forma lenta. Cada vez más
empresas de este sector confían en la profesionalidad femenina y
contrata al personal sin tener en cuenta su género

A nivel político el rol de la mujer en la administración y gestión del agua, puede ayudar a
defender, legislar y financiar políticas que promulguen políticas inclusivas del agua en
todos los aspectos de la planificación, el desarrollo y la gestión de los recursos hídricos.
Buen ejemplo de ello lo encontramos en la figura de Maria Mutagamba, ministra del
Estado de Uganda para el agua, quien desarrolló estrategias de género de cinco años
para el sector del agua. Estas estrategias hicieron posible que las mujeres ocupasen
puestos clave en los comités de toma de decisiones y brindaron orientación para
integrar las preocupaciones de las mujeres en los sectores de agua y saneamiento. Con
la implementación de la primera ronda de estrategias, el acceso de los ugandeses al
agua potable aumentó del 51% al 61% en solamente dos años. Estos ejemplos resaltan
cuán crítico es que las políticas inclusivas provengan de las principales organizaciones.
Sin embargo, construir una igualdad en las legislaturas requiere tiempo y esfuerzo. Las
barreras que hay que superar incluyen estigmas sociales sobre el liderazgo femenino y
grupos políticos partidistas (principalmente en países subdesarrollados) que no están
dispuestos a incluir a las mujeres entre sus filas.
Recientemente, en 2018, en respuesta a la subrepresentación de la mujer en esta
industria, surgió la primera "H2O Women Conference" en California, para que las
mujeres líderes en el sector del agua colaboren, coordinen, se eduquen y se apoyen
mutuamente. Este evento es solo para mujeres y solo por invitación. La conferencia
muestra a las principales mujeres profesionales, su trabajo y sus contribuciones para
avanzar en la industria del agua. Está prevista la segunda edición de esta conferencia
en octubre de 2020 en Santa Bárbara.
En España, la presencia femenina en el sector hídrico comienza a hacerse notar cada vez
más, aunque de forma lenta. Cada vez más empresas de este sector confían en la
profesionalidad femenina y contrata al personal sin tener en cuenta su género. Un
ejemplo de ello es la empresa Aqualia, dentro de la iniciativa anteriormente comentada
“Más mujeres, mejores empresas”. El 21,72% de la plantilla en 2015 eran mujeres, con
un 40% de chicas en el departamento de Innovacion y Tecnologia (I+D). Barmatec,
también es buena representación de esta inclusividad en el sector del agua, con una
representación femenina del 50% del personal (el 50% con titulaciones en física e
ingeniería), siendo Lidia Piqué la directora general. Otro ejemplo es la Asociación
Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS), donde existe un
equilibrio real en el número de mujeres y hombres en el personal: 5 mujeres y 6
hombres. Cabe destacar que, en la AEAS, dos mujeres ocupan puestos de
responsabilidad: Cristina Berasategui a cargo de las comunicaciones y Gari Villa-Landa
a cargo de los asuntos internacionales. Gari Villa-Landa es una referente actual en el
sector del agua. A parte de ser representante de AEAS en la Federación Europea de
Asociaciones Nacionales de Servicios de Agua (EurEau) y la Asociación Internacional
del Agua (IWA), es miembro del Comité Directivo de la "Iniciativa de gobernanza del
agua" de la OCDE.
La integración de la mujer en la gestión de los recursos hídricos en los
países del primer mundo es claramente alentadora, debido a la gran
conciencia social que hay sobre los derechos de la mujer

La integración de la mujer en la gestión de los recursos hídricos en los países del primer
mundo es claramente alentadora, debido a la gran conciencia social que hay sobre los
derechos de la mujer. En cambio, no ocurre lo mismo en los países considerados
tercermundistas. Respecto a la gestión del agua y el medio ambiente, en los países
subdesarrollados, en las zonas rurales, la mujer se encarga, además de cultivar, de
buscar agua y usarla para tareas domésticas como la limpieza, la cocina y el lavado.
Este simple hecho las convierte en las principales encargadas de tomar decisiones
sobre el agua a nivel familiar y cotidiano. En este tipo de países ellas han logrado
destacar favorablemente en relación a la gestión del agua. Cuando ellas la gestionan,
sus comunidades obtienen resultados mediblemente mejores: sistemas de agua que
funcionan mejor, mayor acceso al recurso, beneficios económicos y ambientales. Por
ejemplo, en la India las mujeres han sido recientemente capacitadas y autorizadas
como mecánicas de bombas manuales. Sus clientes las califican como más accesibles y
receptivas que los mecánicos masculinos, debido a que muchas de estas mujeres
entienden que una bomba manual rota hace que las niñas y las mujeres tengan que
viajar distancias más largas para recoger agua, perder tiempo productivo y aumentar
los riesgos para su seguridad personal. Como resultado, en las áreas atendidas por
mecánicas femeninas, hay más mantenimiento preventivo y menos fallas. En Malawi,
los comités de agua compuestos principalmente por mujeres monitorean la condición
de las tuberías de agua que se encuentran a lo largo de los senderos que usan varias
veces al día, informando fugas de agua y la necesidad de reparaciones.  Las mujeres en
el distrito Magelang de Java, Indonesia, acabaron por resolver ellas mismas los
problemas en el sistema de agua existente debido a la falta de compromiso de las
autoridades políticas. Sus soluciones se convirtieron en la base para una modificación
completa del sistema de agua, y estas mujeres ahora son participantes activas en la
gestión de los sistemas de agua de la comunidad. Aún así hoy en día las mujeres
representan menos del 17 % en el sector hídrico en estos países.
Un informe de 2014 de la Asociación Internacional del Agua encontró que en 15 países en
desarrollo había un déficit de personal en las profesiones de administración, contabilidad,
finanzas e ingeniería. En este informe se concluyó que cuando las mujeres rellenaron
esas vacantes, demostraron su potencial como gerentes, profesionales de finanzas,
especialistas en cobranza, ingenieros de agua y comercializadoras de un producto que
conocen bien debido a que son principalmente las que se encargan de su
administración en el núcleo familiar y relacionándolos con otros aspectos como la
seguridad, optimización del tiempo, ahorro económico y previsiones de futuro.
Conclusiones del papel de la mujer en este sector que ya habían sido probados en el
primer mundo 20 años atrás, y que se vuelven a repetir.
Podemos concluir que las mujeres por sí solas muestran grandes aptitudes en el sector
del agua, como se puede notar en los diversos casos ejemplificados, ya sea en el primer
mundo mediante el acceso a la educación superior, políticas de igualdad, conciencia
social por la paridad, o en países subdesarrollados mediante la obligada
administración del agua debido a su situación sociocultural. Además, a nivel global la
mujer ha demostrado su valía en cualquier puesto de trabajo relacionado con el agua.
El siguiente paso es que se le de visualización a estas mujeres para que sean referentes
de la siguiente generación y por tanto obtener la sociedad ideal en la que no importe el
género sino la capacidad de la persona en cada sector al que se quiera dedicar.
La necesidad de infraestructura a nivel mundial es enorme.
Ahora bien, en un sector tradicionalmente dominado por los
hombres, ¿cómo puede asegurarse la representación
femenina?
Al escuchar la palabra “infraestructura”, no es extraño pensar en una obra
en la que trabajan hombres. A pesar de que cada vez hay más graduadas
en ingeniería, muy pocas terminan dedicándose profesionalmente a la
ingeniería civil.

En parte, lo anterior sucede debido a los prejuicios que todavía


obstaculizan la participación femenina en los proyectos de
infraestructura, puesto que los hombres aún no nos ven como a un igual.
La disparidad comienza en la universidad y continúa en las obras. Como
ingeniera, conozco la situación de primera mano, por lo que soy
consciente de los retos que afrontamos las mujeres en este sector.

Por ejemplo, ante posibles comentarios desagradables de nuestros colegas


que trabajan en la misma obra, debemos actuar con profesionalidad por
temor a parecer demasiado sensibles.

Por otro lado, las condiciones sanitarias inapropiadas pueden tener


efectos disuasorios, ya que no se tienen en cuenta las necesidades de las
mujeres. A menudo resulta complicado conseguir que en las obras se
instale un baño separado para uso femenino; lo normal es que los
contratistas pidan a las mujeres que compartan el baño con sus colegas
porque el número de hombres que trabajan en el proyecto es mayor.
MUJERES: AHORA ES EL MOMENTO

Construyen las infraestructuras gracias a las cuales las comunidades son resilientes al clima, continúan siendo
las principales cuidadoras en muchos países del mundo y constituyen casi la mitad de la población mundial.
Hablamos de las mujeres.

Si bien trabajar en la construcción acarrea ciertos riesgos para todos los


empleados, a menudo se considera que las mujeres son especialmente
vulnerables para desempeñar funciones en las obras. Los empleadores
suelen recurrir a este estereotipo para disuadir a las mujeres de trabajar
en la construcción, para lo que además aducen razones de falta de
seguridad pese a que los posibles peligros son los mismos tanto para
hombres como para mujeres.

Igualmente, las ingenieras que desean participar en las operaciones de


ayuda o desarrollo, que por lo general se llevan a cabo en algunos de los
lugares más desafiantes del mundo, se enfrentan a la creencia de que las
mujeres no pueden o no quieren trabajar en estas condiciones. En
consecuencia, las oportunidades que reciben con respecto a los ingenieros
suelen ser menores, pues se piensa que las mujeres somos demasiado
débiles o incapaces de trabajar en estos entornos durante horas.
LA BATALLA CONTRA LOS ESTEREOTIPOS

La pregunta que debe plantearse es cómo superar estos obstáculos.


Además, es preciso pensar no solo en cómo lograr que aumente el número
de mujeres en el sector de la ingeniería civil, sino también de qué forma
asegurar que permanecen en el puesto de trabajo y que contribuyen al
diseño y la implementación de infraestructura.

Como parte de mi trabajo en UNOPS, gestioné un proyecto de


infraestructura en Burundi, un país en el que carecían de una fuente
segura de acceso a electricidad y agua potable y en el que la libertad de
movimiento estaba limitada. Si animamos a las ingenieras cualificadas a
solicitar puestos en lugares como este, podremos librar la batalla contra
los estereotipos que afirman que las mujeres no pueden o no quieren
trabajar en entornos difíciles.

Asimismo, el apoyo institucional es fundamental. Tengo la suerte de


formar parte de una organización que alienta a sus trabajadoras a solicitar
puestos en cualquier lugar en el que se implementen proyectos de
infraestructura, independientemente de las características del destino.

Pero sobre todo necesitamos que haya más representación femenina en


los puestos de dirección para que inspiren y orienten al resto de colegas y
para que garanticen el cumplimiento efectivo de la legislación en materia
de igualdad de acceso
Es habitual que las mujeres que trabajan en obras de construcción
no se sientan cómodas a la hora de denunciar una conducta
inapropiada. Por consiguiente, allí donde se ejecutan los proyectos
que gestiono promuevo un ambiente de trabajo libre para facilitar
que las empleadas informen sobre este tipo de situaciones a fin de
que puedan resolverse».
Otro de mis objetivos es garantizar que la representación laboral de
mujeres y hombres sea igualitaria. En Burundi, me aseguré de que los
contratos y los sueldos se establecían según el trabajo realizado y no en
función de si la persona era hombre o mujer, de modo que no hubiera
diferencias de condiciones entre los empleados y empleadas que
desempeñaran las mismas funciones. De igual forma, mediante la
imposición de normas de higiene, logré que se colocaran instalaciones
sanitarias femeninas y masculinas y precisé que nuestras operaciones se
regían por el principio de la igualdad de género.

La ingeniería civil es una profesión muy gratificante, ya que contribuir a la


construcción de todo tipo de infraestructuras a sabiendas de que
beneficiarán a un gran número de personas produce una sensación de
emoción imposible de describir con palabras. Por eso, debemos evitar que
los estereotipos impidan que las mujeres opten por estudiar ingeniería
civil, pues de lo contrario las privaríamos de la satisfacción del ejercicio de
este trabajo.
Avanzan con paso firme mujeres y niñas en
la ciencia Inaplazable disminuir la brecha
de género en las STEM
13 de Febrero de 2022

Durante muchos años se han venido realizando diversos esfuerzos por reducir la brecha de
género en los sectores de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM, por
sus siglas en inglés), siendo todavía un reto por atender.

Según datos de ONU Mujeres, en todo el mundo sólo 33 por ciento del personal de
investigación está compuesto por mujeres. Además, reciben menos fondos de investigación
que los hombres y tienen menos probabilidades de lograr un ascenso.

Aunque estos últimos años han sido atípicos debido a la emergencia sanitaria mundial por el
COVID-19, en la Universidad de Guadalajara (UdeG) se han puesto en marcha estrategias
que buscan impulsar la innovación y el desarrollo tecnológico, fortaleciendo la participación de
la mujer en la ciencia.

Entre estas acciones se encuentra la creación de la Coordinación General de Investigación,


Posgrado y Vinculación (CGIPV), que ha venido a reforzar los múltiples esfuerzos
universitarios por reducir la brecha de género, en particular en la ciencia y el emprendimiento.
Esta iniciativa eleva a nivel de prioridad universitaria la investigación, el posgrado, el
emprendimiento y la transferencia tecnológica y de conocimiento.

Actualmente, en esta Casa de Estudio se tienen en total 17 investigadoras nivel III en el


Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Durante su convocatoria 2021, tres de las
investigadoras universitarias subieron al nivel III, de acuerdo con la Coordinación de
Investigación.

Los trabajos de algunas reconocidas científicas del CUCS y del CUCEI han sido citados en
algunas de las mayores bases de datos bibliográficas de resúmenes y citas de artículos de
revistas científicas como Scopus y Web of Science.

De las 46 revistas inscritas en el Programa de Revistas Científicas Universitarias, dirigido por


la Oficina de Transferencia Tecnológica y de Conocimiento (OTT UdeG), 47 por ciento son
encabezadas por mujeres universitarias. Entre éstas se encuentran las revistas Comunicación
y sociedad, y México y la cuenca del Pacífico, ambas editadas por el Centro Universitario de
Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH); así como Paakat, revista de tecnología y
sociedad del Sistema de Universidad Virtual (SUV).

De las 197 invenciones disponibles en la cartera tecnológica de la OTT UdeG, hasta diciembre
de 2021, 69 tienen participación de mujeres académicas. A su vez, en el mismo año se
entregaron un total de 33 solicitudes de invención, de las cuales, diez tienen participación de
mujeres académicas.

A través de las acciones emprendidas por la Coordinación de Posgrado se logró la paridad de


género en la matrícula de inicio de curso para el calendario 2021-B –nivel posgrados–, al
alcanzar 50 por ciento de participación de las mujeres en el ámbito académico-científico de un
total de 5 mil 830 estudiantes.

Fomentar el emprendimiento y la innovación conlleva impulsar el deseo de crear proyectos


científicos y de investigación. Es por esto que desde la CGIPV, a través de la Unidad de
Centros de Emprendimiento e Innovación (UCEI), se creó la primera Red de Centros de
Emprendimiento e Innovación; de su totalidad, 41 por ciento tiene como responsables a
mujeres universitarias. De las 190 personas que se certificaron en la modalidad 2 del
Programa Institucional “Gestión de Talento y Emprendimiento 2021”, 45 por ciento son
mujeres.

Otro de los esfuerzos más importantes de la UCEI fue establecer alianzas estratégicas para
fortalecer la formación de nuestra comunidad universitaria en la cultura del emprendimiento.
Por ejemplo, el programa DreamBuilder, el cual registró 95 por ciento de participantes
universitarias.

Con estas acciones se demuestra que las mujeres están dando pasos firmes para avanzar
desde diferentes ámbitos para posicionarse en el desarrollo de la ciencia. Todavía falta mucho
por hacer, pero la UdeG va por el camino correcto para impulsar la innovación y el desarrollo
tecnológico mediante sus investigadoras, científicas y académicas.

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