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¿Qué es la igualdad de género? ¿en qué consiste?

Autor : Noemí García Cabezas - Equipo de comunicación y contenidos de Ayuda en Acción 6-3-2018
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La igualdad de género es un concepto que cada vez encontramos más en nuestro día a día: en las noticias, en nuestros
puestos de trabajo, en las redes sociales… Pero, ¿alguna vez te has preguntado qué significa exactamente? ¿Por qué se
sigue reivindicando la igualdad de género si todas las leyes reconocen los mismos derechos a hombres y mujeres? ¿Qué
diferencia hay entre igualdad y equidad? Hoy queremos que cuando acabes de leer este artículo, tengas bien claras todas
las respuestas.

Según Naciones Unidas, la igualdad de género se refiere a “la igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades
de las mujeres y los hombres, y las niñas y los niños”. Por tanto, el sexo con el que hayamos nacido nunca va a
determinar los derechos, oportunidades y responsabilidades que podamos tener a lo largo de nuestra vida. La igualdad de
género es por tanto un principio jurídico universal, mientras que la equidad de género introduce además un componente
ético para asegurar una igualdad real que de alguna forma compense la desigualdad histórica que el género femenino
arrastra en cuanto a representación política o mercado laboral, entre otras. La equidad debe aplicarse en el género tal
como se aplica en otros ámbitos, como por ejemplo en el sistema tributario, donde cada persona paga más o menos en
función de lo que tiene.

Aunque las cuestiones de género llevan años en la agenda internacional, es un hecho que las mujeres y las niñas, sufren
discriminación y violencia por el simple hecho de haber nacido mujer en todo el mundo. El informe de la OCDE
“Perseguir la igualdad de género: una batalla cuesta arriba” lo deja bien claro cuando asegura que ningún país en el
mundo, ni siquiera aquellos más igualitarios, ha alcanzado aún la igualdad de género. Precisamente los Objetivos de
Desarrollo Sostenible, que deben cumplirse en 2030, establecen en su objetivo número 5 “lograr la igualdad entre los
géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas”.

El último informe del Foro Económico Mundial (FEM) presentado en 2017 asegura que la brecha existente en cuanto a
igualdad de género se refiere, no se cerrará hasta dentro de –al menos– 100 años. La cifra es muy negativa porque,
además, es la primera vez en los últimos 10 años se da un retroceso.

Para medir la diferencia en cuanto a igualdad de género, podemos fijarnos en cinco aspectos concretos: la participación
política de las mujeres, el acceso a la educación, el acceso al mercado de trabajo, la violencia de género y por último, la
legislación existente destinada a asegurar medidas que garanticen la equidad de género.

Igualdad de género: participación política

La participación política de las mujeres es una de las asignaturas pendientes en todo el mundo. Resulta curioso (y muy
satisfactorio) saber que el país con mayor igualdad de representación de ambos sexos en su Parlamento es Ruanda, con un
64% de mujeres diputadas; le sigue Bolivia, uno de los países donde Ayuda en Acción trabaja, con más del 52% de
mujeres diputadas.

Igualdad de género: acceso a la educación

Un tercio de los países en desarrollo aún no han logrado paridad de género en el acceso a la enseñanza primaria, pese al
avance que se dio gracias a los Objetivos del Milenio (2000-2015). África Subsahariana es una de las zonas prioritarias de
trabajo para Ayuda en Acción; allí muchas niñas aún tienen graves dificultades para matricularse en el colegio, y más aún
en enseñanzas secundarias: a medida que las niñas van convirtiéndose en mujeres, la brecha de género y la desigualdad
son cada vez mayores (en muchos casos, por ejemplo, las niñas son obligadas a casarse como única salida a una situación
de extrema pobreza). Se estima que cada día, 37.000 niñas son obligadas a casarse, lo que supone más de 15 millones al
año.

Igualdad de género: acceso al mercado de trabajo y desigualdad salarial

Según Naciones Unidas, existe una diferencia salarial del 24% entre  mujeres y hombres en todo el mundo.

El Informe del FEM al que antes hacíamos mención reconoce que si hablamos de igualdad de género en el ámbito laboral,
si continúa la tendencia actual, llegaremos a conseguirla en el año 2234. Sin duda, no lo veremos.
Igualdad de género: violencia machista

La violencia de género es el aspecto relacionado con igualdad de género que más afecta a la población en la mayoría de
países. Las cifras que proporciona Naciones Unidas hablan de que el 35% de mujeres en todo el mundo han sufrido
violencia física y/ o sexual por parte de sus parejas o de otras personas. La violencia en el ámbito de la pareja es solo la
punta de un iceberg que comienza a reflotar gracias a la visibilización de casos en todos los aspectos de la vida durante
los últimos años, especialmente en ámbitos representativos como la cultura.

Sin embargo, existen otros tipos de violencia sexual que se llevan a cabo de forma sistematizada en diferentes culturas,
como es la mutilación genital femenina, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta hoy en día a 200
millones de niñas y mujeres.

Igualdad de género: legislación

Hasta hace cuatro años, aún había 52 países en el mundo en el que la igualdad de derechos y deberes entre hombres y
mujeres no estaban reconocidos en sus Constituciones.

En España, además de tener el principio de igualdad reconocido en nuestra Constitución, también contamos con la Ley
3/2007 para la igualdad efectiva de hombre y mujeres, que no hace más que añadir motivos para poder llegar a la igualdad
de género en nuestro país.

Igualdad de género: movilidad humana

En 2016 había en el mundo 244 millones de personas migrantes; casi la mitad de ellas son mujeres. En Centroamérica y
México, la cifra de mujeres migrantes llega incluso hasta el 52% de mujeres migrantes.

En la primera década del siglo XXI, la cifra de mujeres migrantes aumentó en un 80%, exponiéndolas a situaciones en la
que parten en desventaja con respecto a los hombres. Las cifras y la especial vulneración de estas mujeres migrantes, la
mayoría de las veces en situación de pobreza, no se acompaña de medidas legislativas para protegerlas de manera
especial.

¿Qué podemos hacer para lograr la igualdad de género?

En Ayuda en Acción apoyamos a las mujeres para que accedan o completen su educación, se conviertan en
emprendedoras que generen ingresos para sus familias, reciban los tratamientos médicos que necesitan, o conozcan y
ejerzan sus derechos. Y lo hacemos tanto en África, América Latina y Asia, como también en España.

Si eres mujer, puedes trabajar por la igualdad de género implicándote directamente en asociaciones y organizaciones que
trabajan por la igualdad entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de la vida. Si no tienes posibilidad de dar un paso
más e implicarte en el activismo ciudadano, puedes hablar de este tema con tus amistades y familia, dando a conocer los
obstáculos a los que el género femenino se enfrenta cada día.

Si eres hombre, también puedes implicarte igualmente en movimientos feministas, porque trabajar para lograr una
igualdad real entre hombres y mujeres es una tarea en la que todas las personas debemos estar implicadas. Además,
puedes (y debes) establecer relaciones respetuosas y saludables con las mujeres, porque al final, no se trata de otra cosa
que tratarnos de igual a igual.

Si ocupas puestos de responsabilidad pública, puedes trabajar cada día para crear normas y políticas que ayuden a que
la igualdad sea por fin una realidad. Si trabajas en la enseñanza, puedes educar en valores para que la infancia crezca
sabiendo que su género no determinará su futuro. Si trabajas en medios de comunicación puedes informar desde un
punto de vista inclusivo sin reproducir roles de género.

Conseguir que exista igualdad de género no es una tarea imposible, pero requiere de la implicación de toda la
ciudadanía. Seas quien seas, puedes sumarte para que millones de mujeres y niñas en el mundo dejen de ser invisibles.
¿Por qué se llama FEMInismo y no Igualitarismo?
5 enero, 2017 Heidy Simons
Autora: June Leeloo

A veces, cuando se intenta desprestigiar el movimiento de alguna manera o al menos poner en duda su validez,
siempre surge la misma duda…

«¿Si se busca la igualdad por qué no se llama algo así como Igualitarismo? La palabra FEMInismo
discrimina a los hombres porque no les incluye, solo nombra a las mujeres»

Primero simplemente decir  que antes de opinar sobre un tema es bueno al menos saber algo sobre el…  así si
surge un debate constructivo, se establece un contexto común.

A mí personalmente me molesta esta pregunta, ya que tengo la sensación de que cualquier término que
empiece con Fem- parece que molesta. Que incita a que se inicie una guerra de sexos o un debate por lo
menos. Es curioso que nos digan que la palabra «feminismo» excluye a los hombres porque no les nombra
cuando toda la vida la historia de la humanidad ha sido la historia «del hombre» y cuando nos quejamos nos
dicen que somos unas exageradas… El socialismo también busca la igualdad entre todos los seres humanos, y
no os veo quejaros tanto por el nombre.

  Empezaremos siempre con definiciones de nuestra quizá no tan querida y no tan feminista RAE:

igualdad

Del  lat.  aequalĭtas, -ātis.

1. f.  Conformidad de algo con otra  cosa en naturaleza, forma, calidad o cantidad.


2. f.  Principio que  reconoce la equiparación  de  todos los ciudadanos en derechos y obligaciones.

Bien, como vemos, igualdad es equiparación, es decir que algo  NO es igual, que no tiene las mismas
características si se compara con otro u otros. Y quiere poseer esas mismas características. Una vez que se
hacen las acciones oportunas son IGUALES/SEMEJANTES/EQUIVALENTES.

Por lo tanto el igualitarismo pediría la semejanza y equivalencia de derechos y obligaciones en todas las
situaciones de la vida.

El problema y la genialidad de género, es que NO somos iguales. No tenemos ni las mismas características
físicas, ni biológicas, ni las mismas necesidades, ni malditas las ganas de ser iguales que los hombres…

Una cosa es la igualdad, y otra es la EQUIDAD:

equidad

nombre femenino

1. Cualidad que consiste en dar a cada uno lo que se merece en función de sus méritos o condiciones.

«es un país de desigualdades donde no hay equidad en la distribución de riqueza y cultura»

2. Cualidad que consiste en no favorecer en el trato a una persona perjudicando a otra.

El término “feminismo” no busca excluir, no rechaza al hombre ni mucho menos. Simplemente, visibiliza
a ese 50% de la población sistemáticamente ignorada hasta hace poco. Y dar visibilidad como mínimo con
el término es básico, porque pretender denominar “igualitarismo” al feminismo anula lo que realmente se
pretende (y no, no es estar por encima de los hombres) e invisibiliza de nuevo, negando la causa, negando el
sometimiento y la opresión, negando la necesidad de reconocer a la mujer socialmente como tal, no “igualarla”
al hombre.

El feminismo busca la equidad, es decir, según las características de cada persona, que tenga sus derechos
sin que esto sea el menoscabo de otra persona. 

Un ejemplo muy fácil de entender sería que el tema de la regla. Aunque para muchas personas sea un tema
tabú, las mujeres cis cada mes durante unos días sangramos por la vagina. No es algo de lo que escandalizarse,
ni estamos enfermas, es algo natural. Para algunas personas es extremadamente doloroso y molesto, por no
mencionar que es bastante caro: el material higiénico (compresas y tampones) tiene un impuesto de
lujo. ¿Es justo? ¿No es razonable que se pida que se rebaje el precio de algo que es de primera necesidad
aunque solo sea para UN género? (es decir, la mitad de la población mundial). Una política feminista sería
quitar el impuesto de lujo a los tampones y compresas: no menoscaba los derechos de nadie
aunque beneficia a un sólo género. Sin embargo, si un estado que se supone que vela por los derechos y
libertades de sus ciudadanos no piensa en ello, está siendo discriminatorio e injusto.

Por lo que el feminismo, no se puede llamar igualitarismo porque no busca que TODO sea igual, que la mujer
se adapte a las normas y reglas masculinas de la sociedad, sino que cada uno tenga sus propios derechos y
libertades según sus características.

El feminismo no se llama humanismo ni igualitarismo porque feminismo, humanismo, e igualitarismo son tres
teorías distintas. ¿Hubo algo antes que el feminismo que promoviera y exigiera igualdad de derechos para
todas las personas independientemente de su sexo? Pues no, no lo hubo.

El humanismo es una rama de la filosofía (y la ética) que aboga por la igualdad, la tolerancia y la laicidad
(lo que se conoce comúnmente como «la separación de iglesia y estado»). El humanismo reconoce que los
seres humanos no «necesitan» de la religión para desarrollar sistemas morales o establecer un comportamiento
moral. Los humanistas abogan por la educación, la tolerancia, la política representativa (en contraposición a la
monarquía) y la libertad de pensamiento (en contraposición al dogma religioso). Muchos humanistas eran
también grandese misóginos y su concepción de la igualdad se limitaba a la igualdad entre los varones.

El igualitarismo es una forma de filosofía política que defiende que  todos los seres humanos son iguales
en esencia y por lo tanto tienen el mismo derecho a iguales recursos como los alimentos, la vivienda, el
respeto, el estatus social). Puedes facilitar a todo el mundo los mismos elementos y perpetuar la desigualdad y/o
la inequidad. El igualitarismo, aun siendo un concepto ético fundamental, no tiene generalmente en cuenta las
desigualdades a través de una perspectiva interseccional.

Como apunte histórico de la necesidad de que se llame feminismo: el término procede de una palabra
inventada para designar despectivamente a aquellos hombres que apoyaban la causa de las ciudadanas. El
adjetivo «feminista» lo utiliza por primera vez con fines políticos y periodísticos Alejandro Dumas hijo en su
panfleto ‘El hombre-mujer’ de 1872, escrito antifeminista en el que debate, entre otros temas, sobre el adulterio
y se posiciona en contra del divorcio.

Para asumir que es necesario el feminismo, hay que ser conscientes primero que no vivimos en un mundo
ni “igualitario” ni equitativo. Que históricamente la mujer ha vivido en un puesto de sumisión, subyugación,
y ocultamiento. Igual que hemos asumido que existe el racismo, se puede ser consciente de que existe la
misoginia sin que esto sea un ataque para nadie.

De la misma manera me gustaría aclarar aunque sea muy obvio que el Feminismo no es lo contrario al
machismo. El Feminismo NO busca la superioridad en todos los aspectos de la vida de la mujer sobre el
hombre, ni existe hoy por hoy sistema hembrista alguno que otorgue poder a las mujeres para discriminar
sistemáticamente a los hombres. La definición de machismo es:
machismo

1. nombre masculino

Actitud o manera de pensar de quien sostiene que el hombre es por naturaleza superior a la mujer.

Y el de feminismo es:

feminismo

nombre masculino

Doctrina y movimiento social que pide para la mujer el reconocimiento de unas capacidades y unos
derechos que tradicionalmente han estado reservados para los hombres.

No es más ciego/a que el que no quiere ver.

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