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Este documento analiza las ideas de John Locke sobre la desigualdad y la soberanía. Locke argumentó que en el "estado natural" original, todos los hombres eran libres e iguales, pero la codicia y violencia llevaron a un "estado de guerra", por lo que los hombres acordaron formar sociedades políticas y elegir gobernantes para garantizar la vida, libertad y propiedad de todos, sobre la base de un contrato entre iguales. Sin embargo, si los gobernantes no cumplían con este mandato, el pueblo podía revocar su autoridad y
Este documento analiza las ideas de John Locke sobre la desigualdad y la soberanía. Locke argumentó que en el "estado natural" original, todos los hombres eran libres e iguales, pero la codicia y violencia llevaron a un "estado de guerra", por lo que los hombres acordaron formar sociedades políticas y elegir gobernantes para garantizar la vida, libertad y propiedad de todos, sobre la base de un contrato entre iguales. Sin embargo, si los gobernantes no cumplían con este mandato, el pueblo podía revocar su autoridad y
Este documento analiza las ideas de John Locke sobre la desigualdad y la soberanía. Locke argumentó que en el "estado natural" original, todos los hombres eran libres e iguales, pero la codicia y violencia llevaron a un "estado de guerra", por lo que los hombres acordaron formar sociedades políticas y elegir gobernantes para garantizar la vida, libertad y propiedad de todos, sobre la base de un contrato entre iguales. Sin embargo, si los gobernantes no cumplían con este mandato, el pueblo podía revocar su autoridad y
Zapata, A., & Rojas, R. (2013). ¿ Desiguales desde siempre?
Miradas históricas sobre la desigualdad. Lima.
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y fortalecían, fue surgiendo una suerte de programa de demandas de libertades
comerciales y de seguridad jurídica de los bienes que restringieran las facultades del rey para imponer contribuciones o confiscar los capitales. En medio de estos cambios aparece la figura de John Locke (1632-1704), pen- sador que contribuyó con las ideas que inspiraron la Revolución Gloriosa (1688- 1689), así como con las reformas políticas que limitaron aún más las atribuciones del rey, elevaron al Parlamento como el primer poder político de la sociedad in- glesa y consagraron en la “Declaración de derechos” las libertades y los derechos ciudadanos.35 En su Segundo tratado sobre el gobierno civil (1689), Locke planteó que la soberanía emanaba del pueblo, y, apelando a la tradición del derecho na- tural, sostuvo que todos los hombres tenían derechos universales e inmutables, como eran a la vida, la libertad y la propiedad. Locke partió de la idea de que hubo un tiempo, antes de la aparición de la “sociedad política”, en que los hom- bres vivían en el “estado de la naturaleza” o “estado natural”, cuando eran libres e iguales. Este “estado natural” fue definido como un “estado de perfecta igualdad en el que no hay superioridad ni jurisdicción de uno sobre otro, cualquier cosa que uno pueda hacer para que se cumpla esa ley, será algo que todos los demás tendrán también el mismo derecho de hacerlo”.36 Sin embargo, como los indi- viduos tomaban la justicia en sus manos, pues no existía “sociedad política” y la codicia de algunos hombres generó una incontrolable violencia, el “estado natu- ral” devino “estado de guerra” y anarquía. Esta situación hizo necesario que los hombres convengan en elegir a un gobernante que garantice la vida, la libertad y los bienes de los contratantes, y asimismo que se delegue a un cuerpo de magistra- dos la redacción de las leyes y a un cuerpo autónomo de jueces la administración de las controversias judiciales.37 Cuando esto ocurre los hombres se constituyen en una sociedad civil o política. Evidentemente, la elección de las autoridades suponía una comunidad de iguales, de individuos con los mismos derechos que realizan un contrato político. El hombre tuvo que renunciar a su libertad, pero el Gobierno le garantizó “la igualdad en que todos los hombres se encuentra relati- vamente a la jurisdicción”.38 Ahora bien, Locke planteó que los gobernantes eran elegidos para aplicar las leyes, y si estos no cumplían ese mandato se producía la ruptura del contrato político, y podía revocarse su autoridad, retornando el