Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Metodología
Conclusión
Señala la doctrina penalista más clásica que una vez producida la comisión de un
delito nace una relación punitiva entre el Estado, titular del “ius puniendi” y sujeto
activo, y el autor del delito, lado pasivo de la relación, quedando sometido al
ejercicio de tal potestad pública superior. Recordaré brevemente que todas las
potestades públicas derivarían de la superior denominada “imperio”. Por ende, la
extrapolación de la relación punitiva al campo penitenciario produciría el
nacimiento relación jurídico- penitenciaria.
Metodología
El presente trabajo no contiene metodología, el autor no hace referencia a ningún
tipo de metodología utilizada.
Conclusiones
Toda vez que la relación jurídico-penitenciaria tiene su origen en la relación
punitiva y en el ejercicio del “ius puniendi” estatal, los derechos de los sujetos del
lado pasivo de esta última, dependerán directamente el sentido y finalidad que
atribuyamos a la pena privativa de libertad.
Es claro que las fuentes del ordenamiento jurídico español a la luz de la teoría
general del derecho no son directamente extrapolables al derecho penitenciario
por la reserva de ley que rige en el mismo.
alemana del siglo XIX, siendo adoptada por la doctrina española en los años
setenta del siglo pasado, cuando precisamente había sido puesta en tela de juicio
por el Tribunal Federal, por vulnerar principios básicos del estado de derecho.
En los países pioneros, como Estados Unidos y los nórdicos, en abanderar el ideal
rehabilitador, a pesar de los esfuerzos materiales y humanos adscritos a tal fin, se
produjo durante la década de los años setenta del siglo pasado, en términos
generales, el abandono, en prácticamente todos los ordenamientos penitenciarios
de nuestro entorno, de la finalidad de reeducación reinserción de las penas
privativas de libertad.
A pesar de que la idea de los derechos humanos sea tan antigua como la propia
historia de las civilizaciones, en la afirmación de la dignidad de la persona y en la
lucha contra las formas de opresión, el derecho Internacional de los derechos
Humanos (DIDH) constituye un movimiento reciente. Su inicio fue debido a las
consecuencias de las atrocidades ocurridas en la Segunda Guerra Mundial, donde
se hizo necesaria la reconstrucción de los derechos humanos como referente ético
para orientar el orden internacional, este proceso de internacionalización tiene
como precedentes tres marcos, el surgimiento del Derecho Humanitario, la Liga de
las naciones y la organización Internacional del Trabajo. Ahora bien, su
consolidación solo vino con el surgimiento de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) por medio de la Carta de las Naciones Unidas en 1945. Con la
creación de este organismo se consagraron y postularon ordenamientos jurídicos
para viabilizar el sistema de protección internacional de los derechos humanos.
A partir de este movimiento de internacionalización referente a la protección de los
Metodología
El presente trabajo no contiene metodología, el autor no hace referencia a ningún
tipo de metodología utilizada.
Conclusiones
La prohibición de la tortura ocupa un lugar primordial dentro del Derecho
Internacional de los Derechos Humanos (DIDH). Esto se refleja en el hecho de
existir una gran cantidad de instrumentos que la prohíben y en la promulgación de
normas internacionales destinadas a combatir específicamente esta práctica,
Asimismo, se observa la preocupación por reforzar esta prohibición en los
instrumentos internacionales referentes a los sistemas regionales de protección se
contempla que esta preocupación no fue limitada solo en prohibir esta práctica
Por lo que respecta a la definición del concepto de tortura, puede valorarse que la
Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura da un paso más
allá al incluir la definición en dicho instrumento. Cabe considerar que la definición
mencionada en este instrumento es más amplia que las dispuestas en otros
instrumentos del DIDH (como por ejemplo la Convención contra la Tortura). En
relación al elemento material, este instrumento interamericano eliminó la palabra
“grave” en relación al dolor o sufrimiento ocasionado por la tortura. En un primer
conclusiones.
Metodología
El presente trabajo no contiene metodología, el autor no hace referencia a ningún
tipo de metodología utilizada.
Conclusiones
Existe una corriente que afirma que la pena de muerte se encuentra abolida en la
legislación mexicana, lo cual quedó asentado y manifestado con lo que se logra
apreciar que en Nuestro País existe la pena de muerte la cual se encuentra
establecida en nuestra Ley Fundamental y en el Código de Justicia Militar.
Pero a todo esto se suma el hecho que el estado mexicano debe dictar las
medidas inherentes para salvaguardar los derechos de cada individuo y dentro de
estos el derecho primordial que es el de la vida, con lo cual resultaría ilógico el
pensar en un estado que proponga como medio de estabilidad social la pena de
muerte lo cual traería consigo la desaparición del estado de derecho y por
consecuencia inseguridad social y la perdida de las garantías que se consagran
en nuestro favor. Pues si por una parte el propio estado se opone a la existencia
de la esclavitud dentro de nuestro país por considerarlo una pérdida de la dignidad
humana la aplicación de la pena capital trae consigo la perdida de todo sentido de
humanidad y congruencia respecto de una democracia donde se vea por la
estabilidad y respeto entre individuos.
La comunidad, el acreedor engañado, se hará pagar lo mejor que pueda, con esto
puede contarse el delincuente es ante todo un infractor alguien que ha
quebrantado, frente a la totalidad el contrato y la palabra con respecto a todos los
bienes y comodidades de la vida en común, de lo que hasta ahora había
participado, el delincuente es un deudor que no solo no devuelve las ventajas y
anticipos que se le dieron sino que incluso atenta contra su acreedor por ello a
partir de ahora no sólo pierde como es justo todos aquellos bienes y ventajas
ahora, antes bien, se le recuerda la importancia que tales bienes poseen.
Los jueces pertenecen desde luego al poder judicial del estado, no obstante, no
parecen coincidir del todo con las medidas de los otros poderes en materia penal,
es muy llamativo que las referencias a otros poderes, cuando las hubo, apuntaran
más al gobernador y no al congreso local, esto puede servir para continuar la
discusión sobre la primacía del ejecutivo sobre los otros poderes en las entidades
federativas
Metodología
Conclusión
se comprobó que la figura del delincuente como enemigo público se ha