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Universidad Técnica de Manabí

“Facultad de Ciencias Humanísticas”

Nombre:
García Intriago Teresa Guillermina.
Carrera:
Derecho (Online).
Asignatura:
Ciencia Penal.
Nivel:
3er Semestre.
Paralelo:
“D”.
Docente:
Abg. Enrique García.
Evolución Histórica Del Derecho Penal

(De la antigüedad hasta la actualidad)

Introducción

En el presente ensayo veremos los conceptos de Ciencia Penal, quisiera comenzar con la

delincuencia es conocida por la gente desde que existe la sociedad, desde los primeros

grupos de personas, esto se ve en todas las sociedades. Es uno de los aspectos constantes de la

vida social, tanto es así que hoy la delincuencia ya no se considera una anomalía de los grupos

sociales, sino un fenómeno natural en cualquier sociedad organizada, y sólo un aumento o

disminución repentina de la delincuencia puede ser anormal. Por lo tanto, se sugiere que su

persistencia y coherencia son características del fenómeno criminal. El liderazgo generalmente

heredado por los abogados en la historia del derecho penal es: la venganza privada; santa

venganza; represalias públicas; protección del poder absoluto; El período humanitario y la etapa

científica. Como todos sabemos, la sociedad es una forma de vida natural y necesaria para las

personas, en la que las funciones y actividades individuales deben ajustarse de tal

manera que sea posible la convivencia, se eviten los conflictos, se resuelvan los conflictos y se

promueva la cooperación. Por tanto, si el hombre desea vivir en sociedad para la

protección y el desarrollo, es obvio que en una sociedad organizada para este fin debe

poder hacer todo lo que sea suficiente para satisfacer sus necesidades y el deber de

respetar a los demás, el poder e incluso los esfuerzos por satisfacer necesidades colectivas

forman un orden jurídico con un conjunto de normas y reglas que hacen posible

y beneficiosa la convivencia. Así, según Ignacio Villalobos, en su libro "Código Penal Mexicano",

define el derecho penal como "una rama del derecho público del Estado cuyas normas tienen

como objetivo preservar la integridad política de la comunidad". El orden social se combate

mediante castigos y otras medidas apropiadas en respuesta a conductas

que dañen o pongan en peligro a las personas. El castigo en un sentido subjetivo es un atributo
de la soberanía, y los Estados tienen el deber de reprimir el crimen mediante el mismo; aunque

objetivamente consta de un conjunto de normas y reglas que regulan la implementación de esta

cualidad: el objetivo principal del Estado como organización política de la sociedad es la creación

y mantenimiento del orden jurídico; por tanto, su esencia es la utilización de medios adecuados

para este fin. En el desarrollo del derecho penal tal como hoy lo conocemos, este ttuvo que

pasar por las distintas etapas mencionadas en los puntos anteriores; de este desarrollo

surgió la “escuela penal”, este es “un organismo de ideas contrapuestas sobre la legitimidad del

derecho a castigar. Antes del siglo XVIII sólo existían opiniones o conjeturas sobre los crímenes,

las penas, su fundamento y finalidad, y no fue hasta 1764 que se expresaron opiniones

o especulaciones con otros fines políticos, funcionales y prácticos que las especulaciones

puramente filosóficas. Esta investigación aborda el análisis del derecho penal en general, su

origen y evolución, las doctrinas esgrimidas por las diferentes escuelas que han dedicado

estudios al delito y al delincuente. El derecho penal y su relación con la Constitución, sobre todo

en un Estado Constitucional como en la actualidad es el Ecuador. Es muy importante la doctrina

de los que hacen nacer el derecho de castigar de un pacto celebrado entre el Estado y el

delincuente, entre el Estado y la sociedad. Esta teoría llamada teoría del pacto o contrato social,

fue sustentada, entre otros, por Rousseau y, en general, por los enciclopedistas, en Francia; por

Becaria en Italia, por Hobbes en Inglaterra y por Fichte, en Alemania, etc. La teoría del contrato

social fue, en especial, explicada de tres modos y, respectivamente, por tres doctrinas. La

primera doctrina fue desenvuelta por el célebre jurisconsulto holandés del siglo XVII, Hugo, que

decía derivar el derecho de castigar el propio delincuente, ya que aquel que comete un delito,

se obliga espontáneamente a cumplir la pena, una vez que ningún delito grave puede

permanecer impune. La segunda doctrina afirma que los ciudadanos, así como se constituyen

en Estado, se sujetan a la tutela del soberano respecto de sus derechos primarios y adquiridos,

y se someten a las condiciones legales necesarias para el goce de la tutela.


Desarrollo

Como la mayoría de las ramas del derecho, el derecho penal no siempre

existió, no existió en tiempos primitivos, en la naturaleza humana, no se utilizaban conceptos

como delito, ley y castigo. En sociedades primitivas, por razones obvias de ignorancia cultural.

En las épocas lejanas de la humanidad los crímenes no se resolvían; Norma

"daños", es decir, todo aquello que afecte directamente algo tangible para las personas que

molesta o causa irritación o molestar o agravar a un hombre, como resultado rresponde al

comportamiento reflejo instintivo sin control ni medición. La misma reacción que cuando un

animal salvaje o animal es herido, para ilustrar un caso extremo, imaginemos un

caballo haciendo algo delante de un humano. Instinto animal, cuando la gente no puede

controlar su ira, reacciona así, los sentimientos se estropean, no hubo intervención de las

autoridades adecuadamente. (Bryan, 2022)

El desarrollo del derecho penal conocido como “venganza privada” aabsolutamente"; y como

ejemplo de lo anterior, lo describimos vívidamente comportamiento es la rivalidad

fratricida que existe entre pprobablemente los pueblos primitivos de la amazonia ecuatoriana.

(Rocha, 2014).

“El Derecho Penal y por ende la pena, deben constituir la última ratio entre los instrumentos de

que dispone el Estado para garantizar la pervivencia de la sociedad, debiendo implicar, como

consecuencia lógica, que el derecho penal esté subordinado a la insuficiencia de los otros medios

menos lesivos y restrictivos para el individuo de que dispone el Estado; luego entonces, la

subsidiariedad, es una exigencia político-criminal que debe ser afrontada por el legislador.” En

los últimos tiempos han cobrado fuerza las ideas que propugnan una reforma del Derecho Penal.

No se trata de uno más de los fenómenos asociados a la época del postmodernismo, reformar

los fines del Derecho Penal, las maneras en que se manifiesta y sobre todo la necesidad de

deslindar aquellas conductas que merecen ser reprobadas a través de una ley penal son algunos

de los pilares de dicha reforma penal. Al respecto un ilustre profesor ofrece su visión de la
reforma penal en cuanto a cuales han de ser sus principales postulados en relación con un

derecho penal de última ratio. La sanción penal constituye la respuesta estatal, socialmente

condicionada, ligada en su concepción, contenido, objetivos, aplicación y ejecución al desarrollo

material y cultural de la sociedad que la instituye, aplica y ejecuta. El sistema de sanciones debe

ser lo suficientemente flexible para permitir al Tribunal una aplicación individualizada y

diferenciada de la sanción, sin vulnerar el principio de la igualdad real de todos ante la Ley. El

nivel de la conminación penal señalado en la Ley debe hallarse en relación con las funciones de

protección que incumben al Derecho Penal y a la sanción penal. La sanción de privación de

libertad debe quedar limitada para los casos de infracciones más graves y para aquellos

sancionados a los que su medio de vida social, laboral y familiar no sean favorables para su

reeducación. La sanción penal debe reservarse para la protección, en la esfera del Derecho

Penal, de aquellos comportamientos considerados intolerables por la sociedad, por amenazar o

poner en peligro fundamentales relaciones sociales. (Mir, 2003)

La legitimación de la pena, consiste exclusivamente en que es necesaria para el mantenimiento

del orden jurídico como condición básica para la convivencia de las personas en la comunidad.

El poder del Estado se aniquilaría a sí mismo y si ella dejara de tener poder coactivo, se rebajaría

hasta convertirse en una mera recomendación sólo éticamente vinculante. Debe añadirse que

contribuyen también a ello las demandas de justicia de la comunidad, que no soportaría convivir

como si no hubiera habido injusto alguno, llegando a advertir este autor que así es como "el

camino a la venganza privada quedaría abierto". (Lenin, 2018)

La pena nunca logra por completo la reinserción del delincuente, al contrario, podemos decir

que las prisiones en vez de formar, deforman, o como dicen algunos, la prisión se convierte para

el delincuente en una universidad de delitos. No existe un equilibrio materialmente proporcional

entre el daño que causa el infractor y el que sufre el mismo como consecuencia de la pena

derivada del ilícito penal. “En contra de la eficacia de la pena podrían alegarse los elevados

porcentajes de reincidencia pese al cumplimiento de una pena anterior”67 No obstante, negar


la utilidad de la pena seria como mandar al derecho penal a mejor vida. Indudablemente la pena

no solo constituye un factor de disuasión en la persona del infractor, no ya como un mero

castigo, sino más bien con un fin reeducador y prevencionista. “Independientemente de que las

condenas no sean un factor decisivo, si constituyen medios importantes del sistemas de medidas

para la lucha contra la delincuencia. (Ramos, 2017)

Hay que ver si la pena es necesaria o no (Principio de necesidad).No se trata de establecer una

relación entre culpa moral y castigo como en las teorías absolutas, en que la teoría de la pena

se convierte en teorías matemáticas, tampoco adecuar la pena únicamente a la evitación de un

posible daño futuro. Aquí las teorías de la pena serian casi teorías de probabilidades. Lo ideal es

establecer ahora vías alternativas al sujeto para la resolución de los conflictos sociales actuales,

eso es más que matemáticas y probabilidades. Es un problema humano como diría Juan Bustos

Ramírez. Lo que se tendría que plantear un estado democrático si quiere seguir siéndolo. En este

sentido encontramos algunas teorías o tesis sobre la pena que van desde las prevencionistas

hasta las retribucionistas. En cuanto a la prevención van desde un nivel general hasta uno

particular. Parten de que la pena debe imponerse para realizar la justicia, sin tomar en cuenta

fines de utilidad social, estas últimas teorías tienen o asignan a la pena la misión de prevenir

delitos como medio de protección de determinados intereses sociales. Sin embargo las tesis

retribucionistas caen necesariamente bajo las críticas de un derecho penal de mínima

intervención. Para tener una idea mínima de las tesis retribucionistas pues no queremos

abundar en este sentido, hemos de decir que las mismas parten de que el mal no debe quedar

sin castigo y el culpable debe encontrar en el su merecido. Hay que ver si la pena es necesaria o

no (Principio de necesidad).No se trata de establecer una relación entre culpa moral y castigo

como en las teorías absolutas, en que la teoría de la pena se convierte en teorías matemáticas,

tampoco adecuar la pena únicamente a la evitación de un posible daño futuro. Aquí las teorías

de la pena serian casi teorías de probabilidades. Lo ideal es establecer ahora vías alternativas al

sujeto para la resolución de los conflictos sociales actuales, eso es más que matemáticas y
probabilidades. Es un problema humano como diría Juan Bustos Ramírez. Lo que se tendría que

plantear un estado democrático si quiere seguir siéndolo. En este sentido encontramos algunas

teorías o tesis sobre la pena que van desde las prevencionistas hasta las retribucionistas. En

cuanto a la prevención van desde un nivel general hasta uno particular. Parten de que la pena

debe imponerse para realizar la justicia, sin tomar en cuenta fines de utilidad social, estas

últimas teorías tienen o asignan a la pena la misión de prevenir delitos como medio de

protección de determinados intereses sociales. Sin embargo las tesis retribucionistas caen

necesariamente bajo las críticas de un derecho penal de mínima intervención. Para tener una

idea mínima de las tesis retribucionistas pues no queremos abundar en este sentido, hemos de

decir que las mismas parten de que el mal no debe quedar sin castigo y el culpable debe

encontrar en el su merecido. Necesariamente ha de existir el derecho penal, pero no debemos

de tenerlo siempre a mano para la primera trasgresión del orden establecido por las leyes. El

derecho penal debe y tiene que ser la última de las respuestas, no debemos olvidar que afecta

bienes tan sagrados como la libertad, el patrimonio e incluso la vida. Ya no estamos en los

tiempos en que como decía Binding el estado podía decidir a su arbitrio lo que quería punir y

como lo quería hacer. Frente a estas actitudes gubernativas y jurídicas se abren paso en la

doctrina jurídica internacional diversas corrientes de pensamiento que tienden sobre todas las

cosas a colocar en el centro de la represión penal a aquellas conductas que entrañan un mayor

peligro para la sociedad. El Derecho penal mínimo es una de estas tendencias modernas. Ahora

bien, la aplicación en su mínima expresión del derecho penal lleva a plantearse en primer lugar

cuales conductas van a reprimirse y qué criterios se han de tener en cuenta para hacer una

selección de tal magnitud. Las funciones de tutela del Derecho Penal no son satisfechas por las

penas sino por las prohibiciones en la medida en que se considere que las penas son

instrumentos idóneos, al menos en parte, para hacer respetar las prohibiciones, es decir, en la

medida en que se acoja el paradigma general preventivo de la función de las penas. La figura del
bien jurídico se alza como el elemento principal a tener en cuenta a la hora de aplicar o no el

derecho penal.

El Derecho Penal tiene como objetivo establecer el respeto de los bienes jurídicos considerados

vitales para la convivencia pacífica de la sociedad. Así mismo, encauza las conductas humanas

para el desarrollo de aquella. Más específicamente podemos decir que el Derecho Penal tiene

por finalidad eliminar de la vida colectiva ciertos hechos antijurídicos, de tan alta gravedad, que

importan una categórica perturbación o violación del ordenamiento jurídico. Podemos agregar

que el Derecho, en general, tiene como finalidad la de regular la conducta humana, para que

cada cual cuente libremente con las condiciones más favorables para su desarrollo en la

sociedad. Sin embargo, hay autores como KELSEN, que niegan toda característica finalista en el

Derecho, y por ende, también la excluyen del Derecho Penal, indicando que el finalismo es

propio de la Política o de la Sociología, pero que no tiene relación alguna con el Derecho. (Borja,

2017)

El carácter de normativo se debe a que esta disciplina se expresa a través de normas jurídicas

que mandan o prohíben. Aquí se da una situación especial, la cual es aclarada por BINDING.

Contrariamente a lo que usualmente se cree, el delincuente no quebranta la ley penal, sino que

procede en conformidad a la conducta descrita en ella, es decir, cumple la ley penal. Lo que

realmente quebranta o viola el delincuente es la norma, que está antes y por encima del

precepto y que se expresa como un imperativo jurídico. Así por ejemplo, al decir el artículo 391

del Código Penal “el que mate a otro” en realidad lo que hace es castigar a quien viola la norma

que indica no matar. (Ricardo, 2014)

Es un Derecho de última ratio (sistema discontinuo de ilicitudes). El Derecho Penal no cubre

todo el ámbito de lo ilícito, sino que el legislador penal selecciona de entre los quebrantamientos

de las normas establecidas por otras ramas del Derecho aquellas que son portadoras de un

ataque a bienes jurídicos vitales, y los erige en delitos asignándoles una pena. Es importante

tener en cuenta que no existe una ilicitud penal propiamente tal, distinta de la ilicitud civil. Lo
ilícito es un concepto unitario en todo lo ancho del ordenamiento jurídico, aun cuando sus

consecuencias sean diferentes. Lo que ocurre es que el Derecho Penal, toma, recoge algunos de

estos actos ilícitos, a los cuales, por ser atentatorios a bienes jurídicos vitales, les aplica una

sanción penal. (Zambrano, 2008)

La función del Derecho Penal es proteger o amparar aquellos bienes jurídicos de mayor jerarquía

y significación social (bienes jurídicos vitales). El Derecho Penal, una vez dadas las normas por

los Derechos Constitutivos, se circunscribe a dar el respaldo de su eficaz sanción, para procurar

el respeto de aquellos. Esta sanción se determina en forma proporcional, según la importancia

del bien jurídico transgredido y la gravedad del ataque. La circunstancia de que el Derecho Penal

no sea constitutivo, no debe entenderse en el sentido que él cumpla una función de segunda

categoría en relación con las restantes ramas del Derecho, por el contrario, su tarea es de una

jerarquía sobresaliente, puesto que a él le están confiados la preservación y el respeto de los

valores sobre los que descansa toda la convivencia humana. “El Derecho Penal es autónomo en

la determinación de los hechos punibles sometidos a sus sanciones” es soberano en la acuñación

de los tipos”. Que sea un Derecho Penal de actos, significa que la ley penal castiga la

perpetración de una acción ilícita y culpable, cualquiera sea la personalidad de su autor, sin

perjuicio de tomarla en cuenta para determinados aspectos, como por ejemplo, para la

aplicación de la pena, para determinar la concurrencia de algunas circunstancias modificatorias

de responsabilidad penal, entre otros. En una posición opuesta, se habla de Derecho Penal de

autor, en los casos en que se castiga a un sujeto únicamente por reunir determinadas

características personales que la propia ley describe y frente a las cuales se les conecta una pena.

En otros términos, se le aplica una sanción al individuo porque su personalidad se encuadra en

uno de esos tipos de autor, aunque no haya ejecutado una conducta ilícita y culpable. Se

sanciona a las malas personas, pues respecto de ellos existe una especie de presunción de

peligrosidad. Así por ejemplo: personas con vicios, malas costumbres, etc. En nuestro país,

apreciado el ordenamiento jurídico penal en forma conjunta, se puede concluir que nuestro
Derecho Penal es de actos, aun cuando para algunos aspectos se tome en cuenta la personalidad

del sujeto. Existieron algunos atentados a este principio en nuestro país con los delitos de

vagancia y mendicidad de los artículos 305 y 306 del Código Penal. Estas disposiciones se

encuentran actualmente derogadas. (Durán-Chávez, 2021)

Conclusiones

Para concluir de acuerdo a la definición legal establecida en el artículo 1º inciso 1º del Código

Penal, delito es “toda acción u omisión voluntaria penada por la ley”. Esta definición ha sido

objeto de variadas críticas, principalmente porque no contiene todos los elementos que

conforman el delito y, además, porque hace referencia a la pena, no siendo ésta un elemento

del delito, sino una consecuencia de aquel. Es por ello que en doctrina prefiere definirse al delito

como toda conducta típica, antijurídica y culpable. Se trata de una definición de tipo descriptiva,

la cual comprende todos los elementos que integran el delito. Delincuente es el individuo que

ejecuta una conducta considerada por la ley como delito y por lo mismo, quien será objeto de

la sanción penal. Quedan comprendidos no sólo quienes directa e inmediatamente realizan la

conducta delictiva, sino que también, quienes colaboran a ella o determinan su ejecución. Es

necesario agregar que “solamente pueden ser tenidos por delincuentes aquellos individuos que

hayan alcanzado un grado de desarrollo psíquico que les permita comprender la naturaleza y el

alcance de sus actos y determinarse con esa comprensión y los que no padezcan de una

alteración en su psiquismo que los prive de esas posibilidades de comprensión y

determinación”30 . Finalmente, es importante tener en cuenta que el Derecho Penal no estudia

la persona del delincuente, las razones por las cuales éste delinque, ya que tal estudio es

abordado por la Criminología. Actualmente el Derecho Penal, para cumplir su función, se vale

de dos instrumentos: las penas y las medidas de seguridad o corrección. Por tal razón se sostiene

que es de doble vía. Sin embargo, como se podrá constatar al analizar estas materias, las penas

continúan siendo el recurso más importante con que cuenta el ordenamiento jurídico penal para

asegurar la convivencia pacífica de la sociedad. Sin perjuicio de la referencia que en la cátedra


pueda realizarse a las medidas de seguridad y corrección que el legislador ha consagrado para

casos particulares, ellas no serán objeto de un estudio conjunto en este apunte, pues su examen

se realizará al tratar las materias respecto de las cuales han sido contempladas. Sólo

dedicaremos algunas líneas para una mayor diferenciación con la pena. En efecto, para evitar la

comisión de delitos no basta con la vía represiva, sino que resulta indispensable la adopción de

medidas tendientes a prevenir la comisión de delitos, eliminando los factores que favorecen la

delincuencia, preocupándose de los sujetos que puedan llegar a cometer actos delictivos o que

tengan tendencia a ejecutarlos. Por otro lado, existen sujetos que por ser inimputables no

pueden ser objetos de sanción penal, tales como los menores y los enfermos mentales, aun

cuando ellos puedan ejecutar conductas típicas y antijurídicas lesionando bienes jurídicos de

gran envergadura. En tales casos se requiere de medidas de aseguramiento que impidan la

realización de actos dañosos. Tomando en consideración lo antes expuesto, se puede señalar

que las medidas de seguridad y corrección, son instrumentos preventivos, dispuestos por la ley,

que tienen por objeto impedir que ciertos sujetos cometan en el futuro hechos delictuosos, o

bien, evitar que algunos inimputables tengan comportamientos antijurídicos.


Bibliografía
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