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2. Los imaginarios sociales son, a priori, ambivalentes con respecto a la sociedad misma:
son y no son funcionales a ésta, por el hecho de no contar jamás con una “eficacia
política” o decisional propia. Se trata aquí sobre todo de la relación entre imaginarios
sociales e ideología.
Hablar de “sociedad” cuando se quiere poner en tela de juicio la funcionalidad o no de determinada
forma de la conciencia, es decir un imaginario social, es una formulación poco realista. La ideología
adopta formas que no necesariamente son generadas por la “sociedad” en su conjunto ni es la “sociedad”
la que recibe sus afectos. Surge de unas condiciones materiales concretas y beneficia o afecta de acuerdo
a unos intereses particulares que dan su origen, aún más hablando de política y siendo mediada por el
estado.
La verdad objetiva existe y la ciencia se encarga de desarrollar el proceso para llegar a ella.
La subjetivación de los fenómenos sociales, carece de importancia al estudiar un fenómeno en
concreto, pues se parte de identificar elementos objetivados que dan origen al fenómeno e
igualmente elementos objetivados consecuenciales. La verdad objetiva existe y la ciencia se
encarga de desarrollar el proceso para llegar a ella.
La materia antecede a la idea. Como la materia sólo puede captarse en tanto multiplicidad de
entes empíricos, la materialidad es siempre materialidad mediada
Imaginarios Sociales de Cotidianidad.
1) Responsabilidad sobre personas por pertenencia familiar.
2) Otorgar el título de fascismo a todo. (Opuesto a la democracia, Jerárquico, Impositivo,
“Opresor”)
3) Banalidad en formas de consumo. (Comprendiendo que en el gusto no hay razón)