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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

FACULTAD DE HUMANIDADES
DEPARTAMENTO DE PEDAGOGÍA
LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA Y ADMINISTRACIÓN EDUCATIVA
CURSO: ADMINISTRACIÓN DE PERSONAL
LICDA. ALBA SEBASTIANA ROSARIO CALDERÓN
JORNADA VESPERTINA
CICLO IX

“ENSAYO EL ROL DE LA MUJER EN EL ÁMBITO LABORAL”

Nómina de Integrantes
No. Carnet Apellidos y Nombres
1 201509865 López Enríquez, Morelia Mishell

Guatemala 2022
La actitud de la mujer trabajadora que labora dentro de la empresa, ante la falta de
oportunidades de ascenso
La discriminación de que es objeto la mujer en el ámbito laboral es un problema latente e
innegable en nuestra sociedad, el cual se presenta en mayor o menor grado dentro de la
empresa; lo que constituye un factor negativo para su desenvolvimiento laboral hacia niveles
superiores, dentro de la misma. Se consideró de suma importancia realizar una investigación que
plantee soluciones que coadyuven a la eliminación de estos factores negativos, que condicionen
efectos psicológicos (frustración, fracaso inseguridad y otros) en la mujer trabajadora y por lo
tanto permitan su mejor desenvolvimiento intelectual y cultural.

La participación de la mujer en pro de un cambio del papel que desempeña dentro de la


sociedad
Uno de los movimientos de más importancia en la historia de la humanidad es la revolución
Francesa, en la que se declaró la igualdad de derechos humanos; en él la mujer jugó un papel
de suma importancia, pero el hecho de participar tan activamente no la hizo recibir toda la
relevancia histórico-social que implicaba haber iniciado y colaborado en un evento de tanta
significación universal, pudiendo habérsele abierto las puertas para lograr la igualdad entre
hombre y mujer y así también su acceso al poder político y económico. Más adelante, en la
Revolución Industrial, se requirió la incorporación de la mujer a la producción fabril,
constituyéndose como un proletariado femenino que tuvo un valor enorme en el desarrollo de la
sociedad. Por primera vez, se le permitió compartir el mundo exterior con su compañero del sexo
masculino. Con el ingreso de la mujer al mundo del hombre se modificaron los tradicionales
patrones de masculinidad y feminidad, pero dichos patrones de diferenciación aún continúan
influyendo poderosamente al seleccionar las ocupaciones para la mujer. Las ocupaciones a las
que tuvo acceso la mujer, fueron y siguen siendo una extensión de las tareas que cumple dentro
del hogar. Siguiendo la trayectoria del trabajo de la mujer, se observa que durante los períodos
de guerra, cuando se dan las necesidades de mano de obra, la mujer pasa a ocupar los puestos
que por razones forzosas el hombre se vio obligado a abandonar, desempeñándolos tan
eficientemente como el hombre mismo. Pasado este período de guerra, el hombre y la mujer
vuelven a sus puestos.
Movimiento feminista
Entre los movimientos feministas más relevantes se pueden mencionar, el que se inició en
Inglaterra, cuyo propósito principal fue lograr el derecho al voto, propósito que desvirtuó al
movimiento feminista, ya que al tener este único objetivo, dejó fuera otros más importantes, como
son la igualdad de derechos y de oportunidades. El movimiento de liberación femenina,
especialmente el norteamericano, ha perdido su valor y prestigio al no fincar la lucha por la
igualdad entre hombre y mujer, sino por una indistinción en ambos por lo cual dicho movimiento
se ha caracterizado por ser una cruzada de liberación sexual, razón por la cual ha perdido
seriedad, impidiendo la participación global y decidida de la mujer. Todo proyecto serio de
liberación de la mujer, debe iniciarse basándose en que la liberación no significa sólo igualdad
sino también poder. La emancipación de la mujer implica reducir el poder del hombre. El trabajo
es el único medio que va a permitirle a la mujer autonomía, librarse de la sujeción que ejerce el
hombre sobre ella. “Emanciparse significa poder o no significa nada”. Se oye decir a menudo que
la “liberación de la mujer” no puede llevarse a cabo, sin la “liberación del hombre” pero no
debemos olvidar que si bien hombres y mujeres son oprimidos por otros hombres, las mujeres
son oprimidas por todos los hombres.

La mujer en la época actual


Al analizar brevemente los documentos emitidos por la ONU, OIT; UNESCO, Leyes, etc.,
promoviendo los derechos de la mujer se encuentra un conjunto de disposiciones que no hacen
distinción alguna entre hombre y mujer y tratan de los intereses del hombre. Al observar las
normas que específicamente se aplican a mujeres, muchas de ellas. La Asamblea General de
las Naciones Unidas, mediante la resolución aprobada el 18 de diciembre de 1972, declaró en
1975 “El año internacional de la mujer”, proponiendo los siguientes objetivos: 1) Promover la
igualdad entre el hombre y la mujer. 2) Asegurar la completa integración de la mujer en el
desarrollo enfatizando su responsabilidad en el desarrollo económico, social, cultural tanto a nivel
nacional y regional como internacional. 3) Reconocer la importancia de la creciente contribución
de la mujer en el desarrollo de buenas relaciones de cooperación entre los estados y el
fortalecimiento de la paz mundial. El lema del año es “igualdad, desarrollo, paz”. No obstante,
todos los esfuerzos realizados a nivel internacional y el interés creciente de los gobiernos para
suprimir los obstáculos que limitan la vida de la mujer, continúan existiendo situaciones que
diferencian a los dos sexos. En América Latina y especialmente en Guatemala, las condiciones
materiales de trabajo y de participación de la mujer en los procesos de cambio, no ha significado
la concreción de oportunidades, ni la promoción a niveles superiores dentro de su empleo. Se
puede observar que las mujeres laboran en condiciones en las que no se necesita una mayor
calificación o preparación, orientando sus actividades de trabajo a las 3 Paredes H.Q: Izaguirre,
P. y Vargas D., Participación de la mujer en la América Latina, pág. 15 6 ocupaciones
consideradas tradicionalmente como femeninas. El continuar con estas estructuras sociales
reduce el desarrollo económico y social del país, ya que impide el aprovechamiento de una fuerza
de trabajo que engloba un sector importante de la población económicamente activa, como es el
sector femenino. La mujer no tiene las mismas oportunidades, ni el mismo trato, que el hombre
en las actividades de sectores públicos y privados, a pesar de que no existen restricciones legales
que impidan su acceso. La poca participación de la mujer en el desarrollo económico, se debe a
diversos factores tales como el número de hijos, la ausencia de oportunidades de empleo, el
énfasis tradicional en relación con el empleo de la mujer, la discriminación de la mujer con hijos,
el acceso limitado a la capacitación profesional y a niveles ocupacionales con remuneraciones
más altas, orientación profesional inadecuada, la edad y el estado civil. La lucha por el derecho
a trabajar y a formar un hogar, ya no va dirigido contra obstáculos externos, sino a los obstáculos
internos de la mujer, provocando un conflicto psicológico que plantea el decidir sobre dos
alternativas importantes, que tradicionalmente se han excluido una a la otra. La elección de
carrera, plantea interrogantes sobre: si esta decisión limita sus posibilidades de formar un hogar
y una familia; por lo tanto pese a que todos los campos de actividades que impliquen superación
intelectual son accesibles a la mujer, ésta continúa eligiendo profesiones consideradas
tradicionalmente como femeninas, y que implican estar al servicio del hombre. Otro de los
problemas a que la mujer debe enfrentarse es a competir o no con el hombre, e infringir la regla
tradicional de superioridad masculina frente a la cual ella deberá mantenerse en una situación
intelectual inferior. No es el hecho real de que el hombre sea superior ni el que la mujer se crea
inferior. En la mujer casada se presenta la alternativa de trabajar o no trabajar; por una parte
descuidar sus ocupaciones hogareñas, o bien perder la oportunidad de desarrollarse intelectual
o socialmente.

El trabajo como factor de integración de la personalidad


El trabajo constituye un factor decisivo de la integración de la personalidad, contribuyendo a
integrarla en forma positiva, o bien a destruir los elementos potenciales en el desarrollo del
hombre. A través del trabajo se establece una relación subjetiva. Esta relación subjetiva del
hombre hacia el trabajo y su actitud hacia el mismo, depende de las condiciones sociales
objetivas dentro de las cuales se desarrollo dicho trabajo. Que el trabajo resulte satisfactorio o
frustrante depende de las situaciones sociales. Por otra parte, estas condiciones sociales se
traducen en una relación subjetiva del hombre con respecto al trabajo y determinan los motivos
de la actividad del trabajo, así como el tipo de relación humana con otros hombres y conforma
actitudes, tanto dentro del trabajo como en relación de las demás personas. De allí que el trabajo
se traduce en una serie de expresiones transformadoras o deformantes de la personalidad. La
motivación es una acción hacia algo, corresponde al plano inconsciente y actúa como un resorte
para la acción. Requiere para activarse, de un estímulo externo o incentivo.

Motivos que impulsan a la mujer a buscar empleo


Cada vez es mayor la cantidad de mujeres de todas las clases sociales, que en Aldea Santo
Tomas Milpas Altas, están formando parte de la población económicamente activa. Los motivos
principales de esta manifestación son: 1. La falta de recursos económicos que existen en las
familias, debido a que son muy numerosas. 2. El alto costo de vida. 3. Las madres solteras se
ven obligadas a llevar el sustento a sus hogares. 4. La irresponsabilidad por parte de los padres
y esposos de no proporcionar lo mínimo para el sustento de su familia.

Psicológicos y económicos
La mujer académicamente preparada se verá impulsada a trabajar por su satisfacción personal,
la cual implica independencia económica y mejorar de estatus social; por lo que no se pueden
separar los motivos económicos. Tanto la mujer casada no preparada, como la preparada
académicamente buscaran empleo fuera de su hogar, porque los ingresos del marido no
alcanzan para sufragar los gastos familiares y uno de los motivos que las impulsan a trabajar son
las presiones económicas, otro sería mejorar el nivel de vida; No se debe olvidar que muchas
mujeres casadas de clase acomodada, deciden trabajar bajo la presión de la sociedad, mucho
más que obligadas por la presión económica que representa un salario insuficiente.

Discriminación de la mujer en el campo laboral


Siendo el tema centrado de este trabajo, la discriminación de la mujer es importante analizar los
hechos y las actitudes de los patronos y compañeros de trabajo, ante la posibilidad de que la
participación de la mujer en el ámbito laboral sea más extensiva.

Por parte del patrono


En general, las objeciones a la participación de la mujer en el campo de trabajo, Las tres
principales razones por las que la mujer es discriminada dentro del ámbito laboral son: a)
Discriminación salarial. b) La edad; c) Desigualdad en el desenvolvimiento físico con el hombre.
El ausentismo en el trabajo: Se debe a factores materiales y psicológicos tales como: la atmósfera
negativa en el trabajo, la falta de relaciones positivas entre el personal, la dirección y la situación
general del trabajo, o sea la relativa facilidad para que puedan conseguir otro empleo. Lo que se
podría evitar en gran parte mejorando las relaciones del trabajo, las condiciones materiales,
remuneración justa, estabilidad laboral y la atmósfera general de la empresa. El porcentaje de
ausencias considerablemente más alto es en mujeres casadas con hijos, comparado con las
mujeres solteras y los hombres. Se considera conveniente tomar en cuenta, que la mujer casada
con hijos realiza dos actividades: el trabajo del hogar y el trabajo fuera de éste. A este respecto
es recomendable el empleo de la mujer casada en trabajos de jornada especial, que le permita
desempeñar eficientemente su trabajo dentro de la empresa, así como el trabajo que desempeña
en su hogar. Una solución para limitar el ausentismo que no sea por enfermedad, tanto de
hombres como de mujeres, sería el contar con una tarde libre periódicamente, que permita
efectuar gestiones que no se pueden realizar en fin de semana. Las razones por las cuales la
mujer se caracteriza por su poca responsabilidad profesional son:

1. Porque no se le da la debida importancia al trabajo que realiza, por lo que el efecto


psicológico de esta apreciación hace sentir a la mujer que su trabajo no es tan serio como
el realizado por el hombre.
2. El salario que devenga, es siempre menor que el del hombre, aún desempeñando el
mismo tipo de trabajo.
3. La experiencia colectiva de sexo femenino con relación a las posibilidades de subir en el
escalafón, que son casi inexistentes a menos que posea cualidades excepcionales y que
éstas se combinen con buena suerte.
La falta de continuidad en el trabajo, o sea, los cambios dentro del personal, trae consigo un
alza de los gastos de administración de cualquier negocio, implica pérdida de tiempo, reducen
la eficiencia y disminuyen la moral de las otras trabajadoras. No obstante que la mujer se ha
caracterizado por su falta de responsabilidad profesional se debe señalar que lentamente,
está cambiando estas actitudes que tiene sus raíces en la tradicional división del trabajo entre
ambos sexos, aunque se sigue dificultando el acceso de la mujer a muchas actividades
laborales, porque ésta empieza a tomar conciencia de la importancia que tiene su
participación en la vida económica de la sociedad. El número de inconvenientes que surge al
comparar la situación de la mujer con la del hombre, nos lleva a la conclusión clara e
imposible de evadir que la mujer aún no se ha integrado plenamente al sistema
económicamente activo actual.
Por parte de los compañeros de trabajo
Uno de los obstáculos principales que se da es el miedo a superar a un hombre en el trabajo
debido a que ella ya tiene las normas con las que debe trabajar. Además de la visión
tradicional que se tiene de la mujer, la cual es una de las causas por la que los compañeros
discriminan a la mujer que trabaja, es porque existe el temor de verse desplazados de sus
puestos por una mujer con igual o superior capacidad. El mejorar el estatus laboral de la
mujer, representa para el hombre, pérdida de poder; lo cual significa pérdida del dominio de
un campo que ha sido tradicionalmente del hombre. Entre las manifestaciones
discriminatorias masculinas, se pueden mencionar: dudar de la capacidad intelectual y
creativa de la mujer; el hombre supone que toda mujer que contesta el teléfono es siempre
una simple secretaria; Toda mujer sentada en una oficina llena de hombres tiene que ser la
secretaria de alguien enviada allí para tomar apuntes; considerando como un objeto de
propiedad a la secretaria; referirse a la compañera de trabajo como a un objeto decorativo en
la oficina. Se podría continuar enumerando otras manifestaciones de discriminación
masculina, donde se observa el menosprecio a la mujer y la consideración de que el sexo
femenino es más débil, menos emprendedor y menos creativo. Es sorprendente que la gente
haya comenzado a poner en tela de juicio formalmente y con éxito, los fundamentos de esta
situación; pero lastimosamente también encontramos situaciones de discriminación por parte
de la mujer hacia sus compañeros de trabajo. La falta de confianza es sí misma, a menudo
las hace perder la confianza en otras mujeres, de esta manera no quieren ver a mujeres en
posiciones importantes, políticas y profesionales. Muchas mujeres discriminan a otras porque
sin darse cuenta, han aceptado que la evolución de la mujer sea determinada por el hombre.
Mujeres que han llegado a niveles administrativos superiores, han adoptado la manera de
pensar y actuar del hombre y no han procurado que los recursos femeninos se desarrollen y
se utilicen más ampliamente. Disfrutan del hecho de ser “especiales”, de haber obtenido
puestos que normalmente se niegan a la mujer y ven en las compañeras del mismo sexo,
posibles rivales. Se observa que estas personas, por su acceso al mando y al favor
masculino, están en mejor posición para promover la causa de la mujer; pero como una
contradicción son las menos inclinadas a hacerlo.

Actitud de la mujer frente al trabajo


La actitud fundamental que tiene la mujer frente al trabajo, es tomarlo como una solución
transitoria para satisfacer sus necesidades, mientras se presenta la oportunidad de dejar de
hacerlo; lo que permite que no se le tome en serio dentro de su trabajo. Si la mujer quiere
ocupar el lugar que desea y que le corresponde en la sociedad, debe participar de manera
activa en la misma de acuerdo a sus capacidades y aptitudes; uno de los requisitos
esenciales es que debe adoptar una actitud más positiva y realista en relación a su carrera,
ya que será tomada en serio solamente cuando comprenda que el dedicarse a una profesión
es también un modo de ganarse la vida. La notable pérdida que se observa en las
capacidades y facultades de la mujer se debe a que no ha cultivado estas capacidades y
facultades, por lo que se le otorgan trabajos que no requieren conocimiento o sólo una
preparación elemental; se incrementaría notablemente su valor como elemento de trabajo si
se dedicara en cuerpo y alma a sus capacidades profesionales durante la mejor parte de su
vida.
Obstáculos al ascenso de la mujer dentro de la empresa
1. Generalmente el hombre es quien está asociado a la palabra dirección y esto es un
estereotipo que impide fundamentalmente la ascensión de la mujer en la jerarquía de la
empresa. 2. Los requisitos para confiar a una mujer un puesto directriz son mayores que
los del hombre, por lo que se encuentran más hombres incompetentes en puestos de
mando que mujeres en las mismas circunstancias. 3. La manifestación de un conflicto de
competencia, ya no solamente entre hombres sino también con las mujeres. 4.El mito de
que es más difícil trabajar con mujeres. 5. La creencia de que la introducción del
sentimentalismo afecta las decisiones de la administración. 6. La no aceptación a la mujer
por parte del jefe por considerarla de menor categoría. Los obstáculos a la ascensión de
la mujer no se dan abiertamente, pues la empresa se cuidará de ocultar sus tácticas
discriminatorias, por lo que posiblemente se le da la oportunidad para optar por el puesto,
pero esta no significa que dicho puesto le sea otorgado.

Aspectos psicosociales en la actividad laboral de la mujer


La actividad de la mujer en la vida económica, ha sido un proceso de evolución social a
largo plazo, que ha tomado varios años y que trajo consigo un mejor aprovechamiento de
las capacidades productivas de un gran sector de la sociedad, como es el sector femenino
y por lo tanto, elevó el nivel de vida de la comunidad. No cabe la menor duda que si la
proporción de gente empleada aumenta en modo significativo, la gente disfrutará de una
mejor situación económica y estará psicológica y socialmente mejor equilibrada; ya que
en nuestra sociedad mueren prematuramente hombres, como resultado de exceso de
trabajo y preocupaciones, en tanto que las mujeres han de organizarse para protestar
contra la falta de oportunidades para trabajar. Los efectos psicosociales del aumento de
la participación femenina en la vida económica de su país, no son menos importantes que
las implicaciones de tipo material y bien podrían ocasionar un cambio. La discriminación
que sufre la mujer en el ámbito laboral, es uno de los principales factores responsables
de los sentimientos de inseguridad y mutuo alejamiento social, así sucede que una vez
sus hijos van a la escuela, ellas se cuestionan el papel que les corresponde en la
comunidad, creándoles un conflicto emocional, como es sentirse inútil dentro de una
sociedad organizada. Si éstas mujeres continúan con una carrera, entonces tendrán una
posición dentro de la sociedad, experimentarían un cambio en sentido positivo y las
jóvenes se verían libres de tensiones psicológica y la ansiedad que les produce el
conflicto matrimoniocarrera, podrían estructurar sus vidas elaborando un plan a largo
plazo y por consiguiente, verse realizadas tanto a niveles psicológicos como sociales.
Uno de los efectos psicológicos negativos de la mujer al trabajar, es la duda acerca de la
feminidad que tradicionalmente ha sido asignada y aceptada. Un efecto psicológico
positivo, es la eliminación del sentimiento de minusvalía, al contar con un trabajo
remunerado, que le va a proporcionar independencia y prestigio económico y social, así
como un sentimiento de propósito que es esencial para la satisfacción del ser humano,
en una sociedad en la cual la obligación de contribuir en forma constructiva al esfuerzo
social, ha venido a convertirse en una característica aceptada y que además se mide con
normas profesionales y sobre la base de resultados efectivo

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