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Sánchez Sugía Gabriel Salvador

Análisis comparativo Platón-Wittgenstein

Se hará a continuación un análisis comparativo centrado en la arquitectura de los


siguientes dos textos: El “Hipias mayor” de Platón y el capítulo I del “cuaderno marrón”
de Wittgenstein.

Al analizar los nombrados textos se encuentra una semejanza en el objetivo que


persiguen: La problemática en el uso del lenguaje y su funcionamiento. En el diálogo
Sócrates discute con Hipias, esta discusión se da con el objetivo de esclarecer ciertas
nociones problemáticas. “¿Qué es lo bello?”,1 es una de las preguntas principales que se
plantean, en donde Hipias solo responde refriéndose a objetos que cuentan con esta
cualidad, dígase una doncella o el oro. En este punto la cuestión principal salta a la vista
pues, ¿Cómo dar una respuesta sobre conceptos de este tipo sin referirse a la experiencia?
Cuando Sócrates pregunta “¿Qué es lo bello?” lo hace con la intención de probar a Hipias
la dificultad de intentar dar una respuesta de este tipo, lo cual hace que Sócrates encause su
investigación relacionando belleza con otras nociones como son lo bueno o lo útil que al
final son desechadas por no llevar a una aclaración sobre éste punto. Hipias pareciera ser la
personificación de la gran mayoría, creemos conocer con exactitud el lenguaje en el que
nos movemos, pero una “fácil” prueba como la descrita dejaría a cualquiera en ridículo, al
demostrar la poca claridad que se tiene de la mayor parte de los conceptos que se usan en la
vida cotidiana. Conocemos lo que es la justicia por medio de determinadas situaciones que
se nos han mostrado y de las que hemos tenido experiencia, más si alguien nos preguntara:
¿Qué es la justicia? nos veríamos en la misma problemática que aparece en el “Hipias
mayor”. El diálogo no culmina en una respuesta a la pregunta planteada en un principio
sino donde Sócrates al decir “lo bello es difícil” acepta que la dificultad del asunto no pudo
ser superada de manera tan fácil, pues lo que parecía ser al principio un problema sencillo y
superficial resulta tener gran dificultad e importancia.

Pasando al “cuaderno marrón”, desde un principio, en su ejemplo de “Agustín de


Hipona”, insinua que el lenguaje no es puramente descriptivo sino que tiene una parte

1 Platón. Diálogos I, Hipias mayor. Gredos. Madrid. 1985. Pág. 413. 287d
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comunicativa. Palabras tales como “[…] ‘hoy’, ‘no’, ‘pero’, ‘quizá’.” se aprenden a partir
del comunicarse con los otros,2 de haber entrado en los “juegos del lenguaje”, pues tales
palabras no se comprenden a partir de señalar objetos concretos en el mundo (definición
ostensiva). Siguiendo la argumentación de Wittgenstein nuestro sistema de comunicación
estaría hecho a partir de “juegos del lenguaje”, esto no quiere decir que estos sean simples
partes de un lenguaje como el nuestro sino más bien son “sistemas completos de
comunicación humana”.3 Para demostrar lo anterior, Wittgenstein se da a la tarea de
diseccionar, por decirlo de alguna manera, la estructura del lenguaje. Así, distingue lo que
entiende entre palabra y preposición;4 aclara que el lenguaje no es el meramente hablado
sino que los gestos y las señas juegan un papel importante;5 sobre que el lenguaje tiene
ciertas reglas, de donde proviene su mención a los “juegos del lenguaje”.6Toda su
argumentación está sostenida sobre ejemplos en los que ciertas formas lingüísticas (“juegos
del lenguaje”) son aplicadas en situaciones de convivencia, de ahí que su objetivo principal
sea señalar la forma comunicativa del lenguaje, hay que recordar que sus modelos
ejemplifican situaciones en donde un sujeto A y un sujeto B se relacionan lingüísticamente
a partir de que comparten ciertas reglas en el uso de determinados conceptos que son
expresados mediante signos.

Ahora bien, pasemos a algunas comparaciones entre los textos. La definición que
Sócrates busca en el diálogo sobre qué es lo bello ilustran un acercamiento al lenguaje que
Wittgenstein también aborda de cierta forma: “Se le dice a alguien que la palabra ‘silla’ no
significa esta silla determinada a la que estoy señalando, tras lo cual él se pone a mirar
por la habitación en busca del objeto que denota la palabra ‘silla’ ”.7 Como recordamos

2 Ludwig Wittgenstein. Los cuadernos azul y marrón. Tecnos. Madrid. Pág. 111.

3 Ibídem. Pág. 116.

4 Ibídem. Pág. 117.

5 Ibídem. Pág. 139.

6 Ibídem. Pág. 131.

7 Ibídem. Pág. 151.


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Sócrates buscaba una definición de lo bello sin una referencia a objetos concretos que
ostentaran esa cualidad, este tipo de definiciones desde la perspectiva de Wittgenstein
serian ciertamente inútiles o más bien imposibles, pues su concepción del lenguaje, como
ya se ha mencionado, tiene su centro en la “ostensividad” y la comunicación, lo que trae
como consecuencia que los términos usados en el lenguaje tengan necesariamente un
vínculo con el mundo y por ende con los otros. Al preguntar ¿Qué es lo bello? Sócrates
intentaba traspasar cierta línea epistemológica para llegar a la esencia de lo bello, Hipias
por otra parte ilustra la dificultad y hasta la imposibilidad de llegar esa definición deseada.

El mérito o más bien la relación de ambos textos es que se encuentran en una misma
línea de investigación, pues ambos son un intento por allanar los principales problemas del
lenguaje. La aclaración de conceptos, los límites y usos del lenguaje son temas que
abordan, ciertamente desde posturas y métodos distintos dados los siglos que separan a
ambos. Estas problemáticas siguen hasta nuestros días abiertas a discusión, pues una gran
parte de los debates que tienen lugar en la filosofía se refieren a las cuestiones aquí
expuestas.

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