Está en la página 1de 11

Cultura y Sociedad

Las ciencias sociales en su propósito de ser ciencia utilizan los métodos y conceptos propios de las ciencias
naturales. La palabra sistema nos trae la idea de un conjunto de elementos o partes interdependientes, de tal
modo que los efectos producidos en alguna de sus partes repercuten en el resto. Así aparecen el sistema cultural
y el sistema social. La sociedad supone un conjunto de individuos que actúan y viven de una manera
organizada. La sociedad es un requisito indispensable pero no suficiente como para la existencia de cultura. La
combinación de los sistemas (social y cultural) es la que da singularidad al hombre. La sociedad y el contacto
con otras sociedades, son las que permiten la evolución de la cultura para su transmisión generacional. La
cultura es lo que colorea, moldea y crea la imagen de la sociedad en que vivimos
.Características de la cultura:
1°) La cultura se aprende, por eso no está relacionada con características biológicas o de raza, sino q se adquiere
desde q nacemos.
2°) La cultura es esencialmente simbólica, tiene mucho de lenguaje, de comunicación y este cruce constante
tiene alto valor simbólico
.3°) La cultura es funcional, ya q brinda respuesta a los problemas humanos para vivir adecuadamente.
4°) La cultura es normativa, a través de normas o principios se hace posible la convivencia de los individuos,
algunas están escritas (códigos) y otras no lo están pero todos sabemos lo que es correcto. La misma sociedad se
encarga de evitar las desviaciones por control social informal.
5°) La cultura tiene un sistema de valores. Es una guía y un estímulo para el comportamiento colectivo.
6°) La cultura es dinámica. Debe de mantener una actitud de cambio para ser funcional.
7°) La cultura tiende a mantenerse sin cambios. Es una relación de tensión entre el cambio y la continuidad.

PARADOJAS DE LA CULTURA
(Una paradoja, del latín paradoxus (que, a su vez, tiene su origen en la lengua griega), es una figura retórica que consiste
en la utilización de expresiones que envuelven una contradicción. Esto quiere decir que, más allá de las condiciones
contradictorias, los factores presentados resultan válidos, reales o verosímiles.)

Para entender la naturaleza de la cultura, hay que resolver una serie de paradojas:

-La cultura es universal en la experiencia del hombre, sin embargo cada manifestación local o regional de
aquella es única. El hecho de que se diga que el hombre es un “animal constructor de cultura”, es un
reconocimiento de la universalidad de la misma, que es un atributo de todos los seres humanos. Pero cada
cultura es el resultado de las experiencias particulares de la población, pasada y presente, que vive de acuerdo
con ella. Por tanto, la universalidad de la cultura es un atributo de la existencia humana, donde jamás dos
culturas son iguales.
-La cultura es estable, y no obstante, la cultura es dinámica también, y manifiesta continuo y constante cambio.
Las únicas culturas estáticas son las muertas. No tenemos más que mirar en nuestra propia cultura para ver
cómo el cambio viene sobre nosotros, a menudo de tan sutil que no lo sospechamos hasta que proyectamos el
presente sobre el pasado. Pero la cultura es a la vez cambiante y estable. La estabilidad puede ser entendida solo
cuando se mide el cambio respecto al conservatismo.

Con MAYUSCULA Y MINUSCULA

La cultura es algo aprendido y no heredado genéticamente, sino transmitido en el seno de la sociedad, requisito
indispensable para que se produzca el fenómeno de cultura, de su evolución y transmisión de generación a
generación.

1
Cultura es comportamiento aprendido, son formas de actuar, de hacer las cosas, de preverlas, de pensarlas,
evaluarlas, de resolver problemas. Cada sociedad tiene un sistema de valores para jerarquizar las opciones ante
situaciones críticas, que la hace actuar colectivamente, lo que demuestra que el comportamiento es aprendido
desde su nacimiento.
Cultura con Mayúscula
Es la cultura humana de todos los hombres en el sentido universal, de toda la humanidad. Todos los hombres y
todos los grupos poseen cultura y potencialmente pueden alcanzar los mismos objetivos.
Cultura con Minúscula
Son aquellos conjuntos o sistemas de comportamientos propios de un grupo o sociedad diferentes de otros por
su típico comportamiento. Pluralidad cultural
La cultura tiene x finalidad hallar una ecuación para resolver el problema de la vida. Todas las culturas son
diferentes, y la mayor o menor complejidad de sus tecnologías no son parámetros para determinar q son pueblos
“incultos”.
EVOLUCIONISMO Y RELATIVISMO CULTURAL

La "otredad cultural"
La antropología puede ser definida como la ciencia que estudia los otros culturales. Esta otredad hace referencia
a una diferencia cultural que puede darse en términos de distancia geográfica, como otra sociedad (exótica), tal
es el caso de los primeros estudios de la Antropología.
Pero, aunque la distancia geográfica sea mínima o inexistente, también podemos hablar de otredad cultural en la
misma sociedad del antropólogo.
Las situaciones coloniales planteadas en oportunidades concretas a lo largo de la historia de la humanidad nos
muestran signos evidentes del surgimiento de la otredad cultural.
Para los aborígenes americanos, para las culturas precolombinas, por ejemplo, la otredad estaba encarnada por
ese europeo que llegaba hasta sus costas.
Una otredad que se caracterizaba por una diferente lengua, diferentes costumbres, diferente escala axiológica,
diferentes valores y dogmas religiosos, etc.

Relativismo cultural:
Qué es Relativismo:
El relativismo es una corriente filosófica que afirma que todos los puntos de vista son igualmente válidos, por lo
tanto, toda verdad es relativa a cada individuo.
Relativismo cultural
El relativismo cultural afirma que todos los conceptos, actitudes y valores de una cultura no pueden ser
entendidos ni ser interpretados fuera de su contexto cultural, porque son parte de un sistema simbólico amplio,
complejo y específico. Un ejemplo esclarecedor es el hecho de que los aztecas se bañaban todos los días, en
contraste con los españoles, que se jactaban de no bañarse casi nunca en la vida.
El relativismo cultural es un término complejo que defiende la diversidad cultural, afirmando la inexistencia de
jerarquías culturales, o sea, que no existe superioridad ni inferioridad cultural, que todo punto de vista es válido
y debe ser interpretado según su contexto.

El relativismo cultural es una corriente de pensamiento que consiste en entender las bases culturales distintas a
las nuestras para ponernos en el lugar del otro.
2
El relativismo cultural es una propuesta teórica y metodológica del antropólogo Franz Boas (1858-1942), quien
expone que para explicar, estudiar y analizar cada cultura se debe tener en cuenta sus particularidades e historia.

Esta corriente o método antropológico para entender un sistema cultural nace como una reacción al
evolucionismo etnocentrista que compara y concede un valor superior a la propia cultura frente a la ajena.

Se enfatiza la identidad cultural y la diversidad cultural, ya que no existe una única perspectiva y cada cultura
debe ser explicada en sus propios términos.

La cultura está compuesta por formas de vida, estructuras sociales, creencias y medios de comunicación
simbólica. Estas variables se basan en los cánones del relativismo donde no existe un absolutismo ético ni
moral.

Las formas de vida son los procedimientos por los cuales una sociedad asegura su existencia y su adaptación al
medio físico. Como ejemplo de relativismo cultural podemos mencionar cómo para una población urbana los
avances tecnológicos, como la canalización del agua potable, no son vistos como un avance en las poblaciones
rurales donde existe una cultura de respeto por la naturaleza, por ende, se prefiere no interferir tecnológicamente
en ella.

En relación a la estructura social, por ejemplo, las jerarquías sociales o de familia también cambian según la
cultura, esto lo podemos ver reflejado en el mayor respeto que las culturales orientales tienen para y con sus
ancianos.

Por un lado es ventajosa esta posición en el sentido que promueve la tolerancia y el respeto por las culturas,
pero, por otro se corre el riesgo de admitir cualquier costumbre, en aras de esa tolerancia, aún cuando esa
costumbre atente contra la dignidad de los seres humanos.

Evolucionismo Cultural
Se entiende por evolución cultural la transformación a lo largo del tiempo de elementos culturales de una
sociedad (o una parte de esa). La cultura se puede definir como el desarrollo de los usos, costumbres, religiones,
valores, organización social, tecnología, leyes, lenguajes, artefactos, herramientas, transportes, se desarrolla por
la acumulación y transmisión de conocimientos para la mejor adaptación al medio ambiente.
Las tesis evolucionistas aplicadas a las ciencias sociales fueron una consecuencia de dos grandes aportaciones
científicas de mediados del siglo XIX: el evolucionismo que planteó para la biología Darwin y la
filosofía positivista de Auguste Comte. En ese contexto se formularon los estadios evolutivos de autores como
el estadounidense Lewis Morgan (1818-1881) y el británico Edward Burnett Tylor (1834-1917), quienes, con
algunos matices diferenciales plantearon la existencia de tres estadios principales en el desarrollo cultural de los
grupos humanos, denominados de menor a mayor nivel de desarrollo: salvajismo, barbarie y civilización.
Salvajismo/Cultura primitiva es un término antropológico desfasado (de la antropología clásica más que de la
posterior antropología cultural), que se aplicaba para designar a la cultura, que careciera de los principales
signos de desarrollo económico, social e institucional en el sentido identificado como "modernidad". Es
utilizado habitualmente en plural (culturas primitivas). También se utilizan los términos sociedades
primitivas y pueblos primitivos, que habitualmente se asocian a los pueblos indígenas. 
Más adelante la etnología y antropología tradicionales, con una terminología ya desfasada y
una eurocéntrica visión de las sociedades primitivas, denominó barbarie a un estadio de evolución cultural de
las sociedades humanas, intermedio entre el salvajismo y la civilización.

3
Si se utiliza en un sentido amplio, civilización pasa a ser sinónimo de cultura (englobando las visiones del
mundo o ideologías, las creencias, los valores, las costumbres, las leyes e instituciones), que se suele aplicar con
carácter más general.
La consideración de la desigualdad de las culturas tuvo en gran medida éxito gracias a su adaptación
como ideología justificadora propia de un momento en el que los europeos -los de Europa y las clases
dominantes de origen europeo de las nuevas naciones de América- estaban extendiendo su dominio colonial por
el resto del mundo. A finales del siglo XIX era un tema cultural muy extendido el de la existencia de razas
inferiores y superiores, junto con otras teorías sociales hoy desacreditadas como la eugenesia y el darwinismo
social. No obstante, a partir de la primera mitad del siglo XX se fueron abriendo camino planteamientos
antropológicos innovadores, destacadamente el relativismo cultural. 
ETNOCENTRISMO
El etnocentrismo es un concepto elaborado por la antropología para mencionar la tendencia que lleva a una
persona o grupo social a interpretar la realidad a partir de sus propios parámetros culturales. Esta práctica está
vinculada a la creencia de que la etnia propia y sus prácticas culturales son superiores a los comportamientos de
otros grupos.
Una visión etnocentrista juzga y califica las costumbres, las creencias y el lenguaje de otras culturas de acuerdo
a una cosmovisión considerada como deseable (que siempre es la propia). Las diferencias entre uno y otro
grupo constituyen la identidad cultural.
El etnocentrismo es una tendencia común a cualquier grupo humano. Resulta usual que los elementos de la
propia cultura sean calificados o comentados en términos positivos, describiendo de forma negativa las
creencias y costumbres ajenas. Las prácticas de uno mismo son consideradas normales y hasta lógicas, a
diferencia de los comportamientos exóticos y poco entendibles del otro.
Los antropólogos y otros científicos sociales deben esforzarse por no caer en el etnocentrismo a la hora de
analizar las culturas que les resultan ajenas. El investigador debe luchar constantemente contra la tentación de
considerar su propia estructura cultural como normal o superior para realizar un trabajo objetivo. El
etnocentrismo también impide el aprendizaje (no puedo aprender de algo que considero inferior o menos
valioso que lo que ya tengo).
El respeto por la propia identidad no implica tener una visión etnocéntrica del mundo: por el contrario, valorar
las diferencias culturales es una forma de realzar nuestra propia historia.

Etnocentrismo y relativismo cultural

Desde sus orígenes, la antropología ha luchado para combatir el etnocentrismo que pondera a unas culturas
sobre otras y genera una gran discriminación y disparidad en torno de las necesidades de los pueblos; donde
quienes consiguen mayores beneficios son los grupos hegemónicos.
El etnocentrismo es un universal cultural; en todas partes hay personas que creen que su forma de entender la
vida y costumbres es la correcta en detrimento de aquellos grupos que no las compartan. De hecho consideran
que aquellos comportamientos diferentes son extraños o salvajes.
Existe además otro concepto que se conoce como relativismo cultural, que está ubicado en el extremo opuesto
al etnocentrismo. Esta corriente de pensamiento afirma que ninguna cultura debe ser juzgada a partir de los
patrones de otra.
Como todo razonamiento extremo, también el relativismo cultural puede ser negativo porque puede ser
tolerante con aquellos comportamientos que atentan contra la vida o la libertad de los individuos que forman

4
parte de un pueblo. Es decir que, desde este punto de vista, deberíamos aceptar las ideas preponderantes de la
Alemania nazi, al igual que aceptamos las que provienen de la Grecia clásica.
Es importante que los antropólogos, desde un punto de vista objetivo, sensible y ante todo, transcultural,
estudien una cultura, pero sin ignorar aquellos valores que tienen que ver con la justicia y la ética, los cuales
deben apuntar a la defensa de la individualidad de todas las personas en cualquier ámbito cultural.
Podría decirse que dentro de una postura etnocentrista, la forma de acercarse a otra cultura sería desde una
postura autoritaria que considera que todo aquello que se aleje de la propia sociedad es primitivo, inmaduro y
hasta despreciable. Cabe mencionar que estos pensamientos niegan el proceso de la hominización y la historia
de la diversidad humana.
Por su parte el relativismo cultural afirma que los rasgos característicos de un lugar deben analizarse
únicamente dentro del sistema que pertenecen y que son tan dignos de respeto como los de cualquier otro.
Qué es Estereotipo:
Un estereotipoes una imagen, idea o modelo generalmente asociado a un grupo social, que es atribuido a
sus conductas, cualidades y habilidades, así como a otras características que lo identifican y que, por lo
general, son inmutables.
La palabra, como tal, se compone de las raíces griegas στερεός (stereós), que significa ‘sólido’, y τύπος (týpos),
que se traduce como ‘impresión’ o ‘molde’.

En este sentido, los estereotipos son un conjunto de ideas, actitudes y creencias preestablecidas que son
aplicadas, de manera general e indiferenciada, a determinados individuos, catalogándolos y encerrándolos
dentro de ciertas categorías sociales, ya sea por su nacionalidad, etnia, edad, sexo, orientación sexual o
procedencia.
Por esta razón, las concepciones estereotipadas acerca de las personas pueden llegar a confundirse con los
prejuicios, ideas y opiniones preconcebidas, ya que, los estereotipos pueden acabar por convertirse en etiquetas
peyorativas o despectivas que causan un impacto negativo en los demás.
Asimismo, los estereotipos pueden entenderse como las suposiciones inmediatas que, sin rigor ni profundidad,
nos hacemos a partir de la consideración de determinados aspectos superficiales de una persona, como la
apariencia, el nivel de ingresos, el comportamiento o la sexualidad.

Así, nos encontramos con ciertos personajes estereotipados como, por ejemplo, los frikis, los nerds, las rubias
tontas, los científicos locos, los artistas atormentados, entre otros.
No obstante, el estereotipo también puede derivar en ciertas actitudes indeseables, como la discriminación y
la intolerancia hacia aquellos que son de una raza distinta, que vienen de otro país, que profesan otras religiones
o que tienen inclinaciones sexuales diferentes, como el racismo, la xenofobia, la intolerancia religiosa o la
homofobia, respectivamente.
Sin embargo, también existen estereotipos positivos como, por ejemplo, el de los jugadores de fútbol
brasileños, que siempre son de gran calidad, profesionalismo e inspiración.
Antiguamente, en el siglo XVIII, un estereotipo era la impresión tomada de un molde de plomo que se utilizaba
en imprenta en sustitución del tipo original. De allí, que un estereotipo sea la impresión o marca sólida de la
apariencia de las personas, su ropa, su conducta, su cultura o género que dejan en los otros.

Estereotipos en literatura y arte


En la literatura y en el arte, los estereotipos pueden considerarse clichés, es decir, personajes predecibles, que
atienden a determinados modelos de conducta, como, por ejemplo, el héroe o el villano. Un cliché es una idea,
frase o expresión que, debido a que ha sido muy usada o repetida, ha perdido su fuerza o novedad y se ha
convertido en un tópico o lugar común. La palabra, como tal, proviene del francés cliché, que refiere a un
estereotipo o tipo de imprenta. Sinónimos de cliché podemos usar las palabras estereotipo, “lugar común” y
repetición.

5
Estereotipos y medios de comunicación
En los medios de comunicación y la publicidad es común que las personas que trabajan en ellos respondan a
determinados estereotipos, bien de belleza, bien de carisma. Así, en un programa o un comercial suelen
reproducirse determinados estereotipos a los cuales el público está habituado: la bella, el galán, el comediante,
entre otros.

IDELOGÍA
Como ideología se designa, en Filosofía, el estudio del origen de las ideas. La palabra, como tal, proviene del
griego ἰδέα (idéa), que significa ‘idea’, y -logía, de vocablo λόγος (lógos), que se traduce como ‘estudio’ o
‘tratado’.
Una ideología, en este sentido, es un sistema de pensamiento que se compone de un conjunto de ideas o
principios sobre los que se fundamenta una manera particular de ver y abordar la realidad. De allí que tenga
aplicación en los más diversos campos de la actividad humana, como la política, la economía, la religión o
la cultura.
Las ideologías constan, por un lado, de una base teórica que comprende el conjunto de ideas, creencias o
principios a través de los cuales se mira la realidad y se consideran los aspectos que necesitan ser transformados
en ella; y, por otra parte, complementan su teoría con un programa de acción donde se asientan los pasos según
los cuales el ideal a que se aspira podría ser alcanzado.
La palabra ideología, no obstante, también puede usarse para hacer referencia a las ideas que caracterizan el
pensamiento de un individuo, una colectividad o, incluso, de un periodo histórico: ideología marxista, ideología
neoliberal, ideología fascista.
Las ideologías, por otro lado, también caracterizan el sistema de pensamiento filosófico, político, económico,
etc., bajo el cual se puede identificar a un movimiento cultural, un partido político, una escuela filosófica, etc.

Ideología dominante

Una cosmovisión es el conjunto de opiniones y creencias que conforman la imagen o concepto general


del mundo que tiene una persona, época o cultura, a partir de la cual la interpreta su propia naturaleza y la de
todo lo existente. Una cosmovisión define nociones comunes, que se aplican a todos los campos de la vida,
desde la política, la economía o la ciencia hasta la religión, la moral o la filosofía.
Ideología dominante o discurso dominante es la ideología o discurso que dominan frente a otras ideologías o
discursos con los que compiten por la hegemonía cultural. Habitualmente es la ideología que defiende los
intereses de las clases dominantes,
La hegemonía cultural es un concepto de la filosofía marxista, paralelo a lo que el sociólogo Pierre
Bourdieu llamaba violencia simbólica, que designa la dominación de la sociedad, culturalmente diversa, por
la clase dominante, cuya cosmovisión —
creencias, moral, explicaciones, percepciones, instituciones, valores o costumbres— se convierte en
la norma cultural aceptada y en la ideología dominante, válida y universal. La hegemonía cultural justifica
el statu quo social, político y económico como natural e inevitable, perpetuo y beneficioso para todo el mundo,
en lugar de presentarlo como un constructo social que beneficia únicamente a la clase dominante.
La hegemonía cultural es un término desarrollado por Antonio Gramsci para analizar las clases sociales y
la superestructura. Proponía que las normas culturales vigentes de una sociedad son impuestas por la clase
6
dominante, de manera que no deberían percibirse como naturales o inevitables, sino reconocidas como
una construcción social artificial y como instrumentos de dominación de clase.
El concepto de lo "discursivo" está fuertemente relacionado con la "comunicación de ideas". En una sociedad
como la sociedad postindustrial, una sociedad de la comunicación donde hay diferentes y numerosos
"discursos", "relatos" o "narrativas" competitivas (particularmente en el ámbito de lo identitario, como pueden
ser los del feminismo, el racismo, el nacionalismo, el comunalismo3) que se disputan la hegemonía o "dominio
discursivo" (discursive dominance); si ninguno de tales discursos competitivos se impone en la psyche de la
gente, se produce la discordia (discord).
Un discurso dominante es una formación discursiva vencedora, la que sobrevive al mayor rango de críticas en
distintos medios y foros.

DIFERENTES ESPECIES DE CAPITAL: CULTURAL, SOCIAL, POLÍTICO, ECONÓMICO


En la sociología de Pierre Bourdieu, un campo es un espacio social de acción y de influencia en el que
confluyen relaciones sociales determinadas, es una red de relaciones objetivas entre posiciones. Estas
posiciones se definen en su existencia y en las determinaciones que les imprimen a sus ocupantes por la
situación actual o potencial en la estructura de distribución de poder o capital, y por las relaciones objetivas con
las demás posiciones. La noción de campo, en Bourdieu, implica pensar en términos de relaciones. Estas
relaciones quedan definidas por la posesión o producción de una forma específica de capital, propia del campo
en cuestión.
El conjunto estructurado de los campos, que incluye sus influencias recíprocas y las relaciones de dominación
entre ellos, define la estructura social. Un campo es un sector determinado de la actividad social (estructuras
simbólicas); ejemplos específicos de campos analizados por Bourdieu o sus discípulos han sido el arte,
el sistema educativo, los medios de comunicación de masas o el mercado de la vivienda¹. En cada uno de estos
sectores, los individuos participantes desarrollan actividades —como por ejemplo la producción de obras de arte
o la gestión de galerías de arte, pero también la crítica artística, la visita a museos, las conversaciones sobre arte
o la posesión de objetos más o menos artísticos— en las que ponen en juego los recursos de los que disponen —
sus habilidades para hacer, entender o apreciar lo artístico—, buscando obtener los bienes que solo este campo
específico puede proveer.
La noción de Pierre Bourdieu (en adelante PB) sobre capitales que ostentan los agentes que les permite
participar en un determinado campo social. Bourdieu admite que existen diferentes tipos de capitales, válidos
para diferentes campos. Asimismo admite la capacidad de conversión de los capitales, es decir, la posibilidad de
invertir un tipo de capital para obtener otro a cambio. Aquí recuperamos cuatro especies de capital: cultural,
social, económico y político. Cada una de estas especies de capitales se relaciona con las dotaciones de
conocimientos, de relaciones sociales, de condiciones materiales de existencia y de poder que poseen los
agentes en diversos grados, en correspondencia con la posición que ocupan en la estructura social.
El capital en PB se puede entender como cualquier tipo de recurso capaz de producir efectos sociales, en cuyo
caso es sinónimo de poder. Por tanto, la propuesta no se limita al capital material, al trabajo cosificado en
objetos materiales, representable mediante el equivalente general -el dinero-, sino que considera como capital a
todo aquello que pueda valorizarse. Todo puede valorizarse en la medida que haya alguien dispuesto a
valorarlo, a apreciarlo, a reconocerlo. La valoración será arbitraria, pues es necesario creer en ella, sin necesidad
objetiva de que así sea, pero eso no quiere decir que sea. La relación entre capital y poder merece un estudio
mucho más detallado, en el que de momento no entraremos.

7
PB habla de "ilusiones bien fundadas" (PB, 1980; MARTÍN E IZQUIERDO, 1993). Ilusiones, porque la
valoración no es una propiedad deducida directamente de la naturaleza de las cosas, sino que provienen de una
creencia en que las cosas tienen valor, y que el interés por las cosas está en la naturaleza de los hombres. Bien
fundadas, porque al ser una creencia colectiva, se cumple el teorema de Thomas "basta que algo sea
considerado como real para que sean reales sus consecuencias". PB considera que “una de las tareas de la
sociología estriba en determinar cómo el mundo social constituye la libido biológica, pulsión indiferenciada, en
libido social, específica” (PB, p. 143; 199)
LA ESTRUCTURA O COMPOSICIÓN DEL CAPITAL
El capital puede presentarse en distintas formas: capital económico, cultural, social y simbólico, siendo la
combinación entre ellas su estructura o composición. Excepto el capital económico, las restantes formas
comparten la propiedad de no ser reconocidas, que su intercambio se ajusta más a las prácticas del don* (en las
que el interés de los intercambios, si existe, debe ser disimulado) que a las del comercio. Están fuera del
mercado puramente económico, es decir, que en las estrategias para su acumulación no hay un interés explícito,
su mérito está en que son desinteresadas. Por tanto, la diferencia pertinente entre capital económico y el resto de
formas de capital está en la oposición interés conocido y socialmente reconocido vs desinterés (PB, 1983) o
interés que si es explícito es socialmente reprobable, al menos como tipos ideales.
A pesar de que el capitalismo se caracteriza por su esfuerzo por colonizar con el equivalente dinero todos los
espacios del mundo de vida, como ha estudiado Polanyi (1944). Por supuesto que se puede buscar el dinero más
por el prestigio que le acompaña ("es un profesional que gana tantos millones al año, debe ser realmente
bueno") que por el dinero en sí. Tanto el capital cultural como el social pueden buscarse por los beneficios
monetarios que reporta (estrategia más frecuente), aún a costa de cierta devaluación ("sólo estudian en la
universidad para encontrar trabajo y ganar dinero", "sólo tiene amigos por el interés").
Veamos a continuación con más detalle las formas económicas, culturales, sociales y simbólicas del capital.
El capital económico es el reconocido socialmente como capital, es decir, como medio para ejercer el poder
sobre recursos o personas (apropiación de bienes y servicios), sin necesidad de ocultar esta dominación para que
sea legítima , claramente objetivado, con derechos bien definidos, como medio de apropiación más extendido.
Es la forma que más se intenta extender debido a las ventajas que supone en el cálculo racional de expectativas
de los actores, especialmente cuando las relaciones sociales son sumamente impersonales y, por tanto, no
pueden basarse en el conocimiento personal de aquellos con los que se intercambia. Evita todo el esfuerzo
necesario para ocultar el interés en el intercambio, “la economía económica resulta más económica en la medida
en que permite ahorrarse el trabajo de elaboración simbólica que tiende objetivamente a disfrazar la verdad
objetiva de la práctica” (PB, 169; 1994). La objetivación y el reconocimiento facilitan su conversión en otras
formas de capital, transformación posible por la mediación del tiempo. La adquisición de otras especies de
capital necesita de tiempo (el verdadero equivalente universal), por lo tanto, es necesario contar con tiempo que
no esté sujeto a la necesidad económica, tiempo libre, de no trabajo. Este tiempo libre de la necesidad del
trabajo que permite al capital económico su conversión a otras formas de capital. El capital económico se
expresa a través del equivalente dinero, símbolo establecido para su representación, estando sujeto a la lógica de
la escasez, se valora por la ley de la oferta y la demanda. Es el medio para apropiarse de recursos que son
vividos como escasos ante una demanda supuestamente infinita. Que no haya necesidad de ocultar el interés
explícito en la dominación no quiere decir que sean legítimo comerciar con todo. La apreciación de lo que es
legítimo comerciar dependerá tanto de normas sociales como de habitus.
El habitus es uno de los conceptos centrales de la teoría sociológica de Pierre Bourdieu. Por tal podemos
entender "disposiciones" o esquemas de obrar, pensar y sentir asociados a la posición social. El habitus hace que
8
personas de un entorno social homogéneo tiendan a compartir estilos de vida parecidos. Por ejemplo, en un
estudio sobre la fotografía, Bourdieu y sus colaboradores encontraron que los gustos ante lo que es una foto
bella u horrible están determinados tanto por el nivel educativo de las personas como por su ocupación. En su
obra magna, La distinción (e.o. 1979) estudia los usos culturales de la Francia de los años 1970 a partir de este
tipo de supuestos.
Por habitus, Bourdieu entiende el conjunto de esquemas generativos a partir de los cuales los sujetos perciben el
mundo y actúan en él. Estos esquemas generativos generalmente se definen como "estructuras estructurantes
estructuradas"; son socialmente estructuradas porque han sido conformados a lo largo de la historia de cada
agente y suponen la incorporación de la estructura social, del campo concreto de relaciones sociales en el que el
agente social se ha conformado como tal. Pero al mismo tiempo son estructurantes porque son las estructuras a
partir de las cuales se producen los pensamientos, percepciones y acciones del agente. Dicha función
estructuradora se sostiene sobre los procesos de diferenciación en cuanto a las condiciones y necesidades de
cada clase. Esto hace que la eficacia preponderada de las prácticas culturales asumidas como propias respecto
de las que no, actúe como tamiz (criterio de selección) de la cultura hegemónica (reconocimiento arbitrario,
social e histórico de su valor en el campo de lo simbólico) ya que, según Bourdieu, la cultura importa como un
asunto que no es ajeno a la economía ni a la política.
La idea es que las ventajas que supone el intercambio explícito en sociedades donde es muy difícil establecer el
control mediante redes sociales informales, lleva a la generalización del capital económico.
El capital cultural puede presentarse en tres formas: incorporado a las disposiciones mentales y corporales,
objetivado en forma de bienes culturales, y por último, institucionalizado, al estar reconocido por las
instituciones políticas, como ocurre con los títulos académicos. El capital cultural incorporado es el más
intransferible, está "hecho carne", es la forma de hablar, de andar, de saber hacer uso de las modas para siempre
resultar elegante, distinguido..., el saber comportarse en las más variadas situaciones, y todo de forma no
deliberada, no consciente, para no resultar pedante, pretencioso, o cursi (por señalar algunos resultados de su
búsqueda calculada). Por tanto, es una forma de capital sujeta a los límites del cuerpo físico de su poseedor, que
no puede circular, es decir, no puede venderse de forma explícita en el mercado, aunque sea una habilidad por la
que se puede obtener dinero (u otros recursos), como por ejemplo, pasando más fácilmente todas aquellas
selecciones de personal que implican un reconocimiento de habitus como son las entrevistas para acceder a una
beca o a un puesto de trabajo. El capital cultural objetivado, no está formado sólo por los bienes culturales,
propiamente dichos, que podrían estar almacenados en las cajas de seguridad de un banco (como hacen algunas
empresas de inversión), y que por tanto serían puro capital económico. Consiste en disponer de los "medios de
consumo" de esos objetos culturales, de las disposiciones y conocimientos que permitan apreciarlos de forma
legítima. Espero que quede claro, aparte del estilo rebuscado y confuso de PB, el habitus viene a ser un conjunto
de formas de obrar, pensar y sentir relacionados con ciertas condiciones de existencia. Por último, el capital
cultural institucionalizado se asemeja a un título de una propiedad intransferible, pues certifica un valor
homogéneo para todos los que lo poseen con un grado fácilmente medible de conversión en capital económico,
como ocurre en la relación entre titulación académica y las escalas de funcionarios.
En cuanto al capital social, siguiendo el mismo texto de PB (1983), es el agregado de los recursos actuales o
potenciales de que se dispone por pertenecer a un grupo, por la red social más o menos institucionalizada de que
se disfrute. Su volumen dependerá del tamaño de la red de conexiones que pueda movilizar y del volumen de
las otras formas de capital que ese grupo posea. Por tanto, el capital social no es independiente completamente
de otras formas de capital, aunque sí es irreductible a ellas. Esta red puede ser tanto implícita como estar
bastante institucionalizada. Pueden ser amigos más o menos íntimos o miembros de un club con rígidas normas
de acceso, siendo la nobleza -en épocas premodernas- la forma más institucionalizada de capital social. El
9
acceso de nuevos miembros a la red puede variar por completo su definición . Por esto, en las sociedades
modernas, en las que es más difícil la exclusión explícita de una persona de un grupo, han surgido mecanismos
que garantizan la homogeneidad de contactos sociales, como por ejemplo, mandar los hijos a determinada
escuela, pasar las vacaciones y ratos de ocio en determinados lugares... de manera que los contactos más
probables sean con personas de una posición social equivalente.
El capital simbólico es "la forma que toman los distintos tipos de capital en tanto que percibidos y reconocidos
como legítimos" (PB, 1987), lo define como la acumulación de cultura propia de una clase, que heredada o
adquirida mediante la socialización, tiene mayor peso en el mercado simbólico cultural, entre más alta es la
clase social de su portador. El término fue empleado por primera vez en el libro "La Reproducción", de Pierre
Bourdieu y Jean-Claude Passeron, publicado en 1973. El concepto también es multifacético y sirve para muchos
propósitos de factores analíticos. Se trata de un tema muy discutido que se utiliza en diferentes vías de
investigación empírica, ya que puede abarcar muchos ámbitos sociológicos.
Sería cualquier forma de capital en tanto que no reconocida como producto de una acumulación arbitraria.
Como ocurre en barrios WASP (blancos, anglosajones y protestantes) en EE.UU., cuando pasado cierto umbral
de inmigrantes, que "contaminan" el capital social del vecindario (se redefine la red), los WASP, ante esta
devaluación se marchan. Su posesión es percibida como natural. PB (1977) ilustra este tipo de capital con la
Duquesa de Guermantes (personaje de Proust), que haga lo que haga siempre será distinguido, porque lleva
incorporada en su forma de ser unas disposiciones totalmente distinguidas. Este capital opera según la lógica de
la distinción, la diferenciación, por lo que es vano perseguir su igual distribución. Sus derechos son mucho más
difusos, pues a diferencia del económico no están definidos/defendidos por las instituciones políticas, y
normalmente están vinculados a la persona o a la posición social. No puede circular (comprar y venderse como
cualquier mercancía), aunque produce un "efecto halo", el cual proporciona cierto valor a las personas que se
relacionan con el propietario, como ocurre cuando se es amigo, o subordinado, de una persona con prestigio. Es
la forma que adoptan el resto de especies de capital cuando su posesión es percibida como "natural", donde
"natural" quiere decir según los esquemas necesarios para participar en los campos donde ese capital produce
efectos.
En los países de capitalismo avanzado, dos son las especies de capital que jerarquizan la estructura social de sus
sociedades: el capital económico y el capital cultural. Por supuesto, esto no quiere decir que todas las
sociedades se estructuren sobre estas especies de capital. PB (1994) aclara que para estudiar la estructura social
de los regímenes de socialismo real cabe esperar que el eje del capital económico no sea muy relevante, siendo,
por el contrario, mucho más importante el capital social, en su forma de capital político. Lo mismo viene a decir
de las socialdemocracias nórdicas. Por tanto, en contra de las acusaciones de falta de validez externa de su
teoría, PB considera que su método es lo suficientemente general como para estudiar cualquier formación
social, es tan adecuado para estudiar Japón como para estudiar la Kabila.

Tipos de capital en Bourdieu(síntesis)


En el capítulo Las Formas de Capital1 del libro Poder, Derecho y Clases Sociales (1983), Bourdieu distingue
tres principales formas de capital:

 Capital económico: es tener cierto control sobre recursos económicos. Este tipo de capital es convertible en
dinero, y es una fuente esencial del poder político y la hegemonía.2
 Capital social: son recursos por lo regular intangibles basados en pertenencia a grupos, relaciones, redes de
influencia y colaboración. Bourdieu describe el capital social como "un capital de obligaciones y relaciones
sociales”.

10
 Capital cultural: son las formas de conocimiento, educación, habilidades, y ventajas que tiene una persona
y que le dan un estatus más alto dentro de la sociedad. En principio, son los padres quienes proveen al niño
de cierto capital cultural, transmitiéndole actitudes y conocimiento necesarios para desarrollarse en el
sistema educativo actual. Es lo que diferencia a una sociedad de otras, en ella se encuentran las
características que comparten los miembros de dicha sociedad, tradiciones, formas de gobierno, distintas
religiones, etc. Y el cual se adquiere y se refleja en el seno familiar y se refuerza en las escuelas y
situaciones de vida diaria.
Más adelante, Bourdieu añade a la lista el capital simbólico, que consiste en una serie de propiedades
intangibles inherentes al sujeto que únicamente pueden existir en medida que sean reconocidas por los demás.
Éste solo se puede logra reunir después de la adquisición de los otros capitales. Es el prestigio acumulado o
poder adquirido por medio del reconocimiento de los agentes del campo.
La combinación entre los distintos tipos de capital es lo que caracteriza la estructura o composición. Todas ellos
son transformables en otros tipos de capital.

*Ensayo sobre el don, en su forma completa Ensayo sobre el don, forma y función del intercambio en las
sociedades arcaicas; también conocido como El don o El regalo, en el es un libro de Marcel Mauss publicado
por primera vez en 1925 que trata sobre los métodos de intercambio en las sociedades arcaicas. Es reconocido
como el estudio de carácter etnográfico, antropológico y sociológico más temprano e importante sobre
la reciprocidad, el intercambio y el origen antropológico del contrato.
El ensayo de Mauss trata la manera en que el intercambio de objetos entre los grupos articula y construye las
relaciones entre ellos. Sostuvo que donar o dar un objeto (don) hace grande al donante y crea una obligación
inherente en el receptor por la que tiene que devolver el regalo. La serie resultante de los intercambios que se
dan entre los individuos de un grupo -y entre otros grupos distintos- establece una de las primeras formas de
economía social y solidaridad social utilizada por los seres humanos. El don establece fuertes relaciones de
correspondencia, hospitalidad, protección y asistencia mutuas.

11

También podría gustarte