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Índice
1. Introducción
1.1 Planteo del Problema
1.2 Justificación
2. Desarrollo
2.1. Estado del arte
2.3. Metodología
2.3.3. Método
2.3.6. Muestra
2.3.7. Variables
2.3.8. Instrumentos
3. Conclusiones
4. Bibliografía
5. Anexos
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1. INTRODUCCIÓN
Las actitudes hacia la igualdad de género engloban aspectos clásicos como el ámbito
privado, el ámbito de lo público o los valores y estructura de la pareja, como así también las
actitudes hacia la asunción, por parte de personas homosexuales, de roles tradicionalmente
asociados a personas heterosexuales, como los conyugales o los parentales, así como el
derecho a la libre opción en la orientación sexual. Las actitudes favorables hacia la igualdad
de género serían aquellas que promueven el igualitarismo entre género, y las desfavorables
aquellas que no.
1.2 Justificación
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relaciones patológicas que terminan adentradas en este fenómeno. Vivimos en una sociedad
en la que el machismo está instaurado no solo en la mentalidad de los hombres, sino en la
mayoría de los miembros de la sociedad, incluyendo a las mujeres. Está presente en los
discursos de las personas que hablan en género masculino, también en las publicidades. Es
un patrón que se repite y está sumamente arraigado a las personas y los medios de
comunicación. A pesar de que esto mejoró con el paso del tiempo, sigue instaurado y se
manifiesta de forma quizás no tan explícita, tomando formas encubiertas. Al ser un
fenómeno tan masivo, es difícil de erradicar. Un buen primer paso para terminar con este
conflicto sería entender qué sucede en el psiquismo de un sujeto que ejerce violencia y qué
sucede en las mujeres que lo sufren. Evaluar que patrones se repiten, luego ver en qué
contextos se fomenta, así actuar directamente en aquellos entornos y prevenir de antemano
algo que puede ser perjudicial para el sujeto y para otro en un futuro.
Para saber el por qué de este fenómeno es importante cuestionar las bases y en qué
etapa de la vida se crea la representación de género. En este trabajo se pretende investigar si
el tipo de escolarización incide sobre las actitudes hacia la igualdad de género. Al
responder esta pregunta se puede saber si el entorno en edades tan importantes respecto a
este tema como la pre adolescencia y la adolescencia propiamente dicha afectan a la
representación de género. Los niños y adolescentes pasan la mayor parte de su día en la
escuela. Es por eso que los patrones que se repitan en este ámbito pueden ser significativos
para el psiquismo de los alumnos. Uno crece yendo a la escuela. Uno va formando su
autoestima, su identidad, su percepción respecto a los otros. La interacción con los
compañeros de la escuela es una de las primeras salidas del círculo familiar, y las relaciones
que tengan entre ellos van a moldear la forma que tenga el sujeto de interactuar con pares
en un futuro. Es así que afirmamos que la escuela tiene un papel importante en la formación
del psiquismo, entonces nos cuestionamos si las representaciones que uno tiene sobre varón
y mujer son moldeadas en esta etapa fundamental de la vida de cada persona.
Es interesante pensar en la actitud de la mujer frente a los roles del hombre y la mujer, ver
su percepción respecto a lo masculino y lo femenino. Entendiendo su postura frente a estos
temas podemos pensar el porqué de la masividad de este fenómeno. Como fue mencionado
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anteriormente, el machismo está presente tanto en hombres como mujeres y en este trabajo
de investigación se busca una aproximación a entender el porqué.
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2. DESARROLLO
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incluso en algunos casos se mostraban pequeñas diferencias a favor de las escuelas mixtas.
Los resultados de los estudios de mayor calidad, entonces, no aprueban la visión de las
escuelas de un solo sexo como proveedoras de beneficios en comparación con las escuelas
mixtas.
Otro estudio realizado este año fue el de los autores Reina Capdevila, Roser
Vendrell, Laura Ciller & Gaby Bilbao la Vieja, titulado “La evaluación de la equidad de
género en Educación Infantil: estudio paralelo en el Departamento de La Paz (Bolivia) y en
la Comunidad Autónoma de Cataluña (España)”. El objetivo es estudiar la equidad de
género en la práctica educativa de estos dos contextos. Los resultados obtenidos indican
cómo son de complejas las condiciones que inciden en la educación para la equidad de
género, ya que se observa como el contexto cultural condiciona nuestro comportamiento.
Por ello, la importancia de que se realice una evaluación de la equidad de género de forma
frecuente en los equipos docentes a fin de favorecer cambios positivos al respecto. Sabemos
que los modelos ofrecidos por los adultos a lo largo del desarrollo de los niños tienen un
gran valor. Por lo tanto más que vigilar los discursos verbales debemos controlar nuestra
conducta a fin de poder ofrecer modelos que favorezcan la educación en valores,
concretamente en la equidad de género.
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En 2015, Manago realiza un trabajo de investigación al que titulan “Values for
gender roles and relations among high school and non-high school adolescents in a Maya
community in Chiapas, México” en el que busca describir los valores de los roles de género
y las relaciones entre sexos entre los adolescentes que crecen en una comunidad maya del
sur de México en la que se introdujo la escuela secundaria en 1999. Los resultados
revelaron que los adolescentes no matriculados en la escuela secundaria tienden a priorizar
los roles asignados y complementarios de género y enfatizan la importancia de la
mediación familiar en las relaciones entre sexos. En cambio, los adolescentes que sí estaban
matriculados en la escuela secundaria tendían a priorizar los roles de género equivalentes y
elegidos, y enfatizaban la responsabilidad personal y la realización personal en las
relaciones entre personas del mismo sexo. Las percepciones de los riesgos y las
oportunidades cambiaban según el género: las niñas evaluaron favorablemente la expansión
de las opciones de roles de las mujeres adultas, pero vieron riesgos en las negociaciones
personales de las relaciones entre sexos; los niños enfatizaron la pérdida del rol de ama de
casa de las mujeres, pero evaluaron favorablemente las nuevas oportunidades para la
intimidad en las relaciones sexuales cruzadas
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en lectura, incluso cuando el nivel socioeconómico es «controlado». En cuanto al tamaño
de estas brechas de género, se advierte que varía de país a país, con mayor intensidad que
en los países desarrollados. Por un lado, los países con alta disparidad en matemática
también presentan una alta desigualdad en lectura. Además, las niñas son más afectadas que
los niños por las condiciones socioeconómicas. En lectura, la situación es diferente según el
contexto sociocultural de la escuela. A partir de estos resultados empíricos los autores
sugieren que las cuestiones de género en el aprendizaje escolar deberían ser incluidas en la
agenda política de los países de América Latina.
En otro estudio realizado este mismo año titulado “US principals’ attitudes about
and experiences with single-sex schooling”, Fabes, Pahlke, Borders y Galligan (2015)
resaltan la falta de evidencia científica que respalde el uso de la educación de un solo sexo,
pero aún así, el número de escuelas públicas de un solo sexo en E.E.U.U ha aumentado. El
objetivo es esclarecer porqué los responsables de esta toma de decisiones han
implementado este tipo de educación. Los resultados indicaron que los directores que
tenían experiencia con la escuela de un solo sexo tendían a tener actitudes más positivas
sobre la escolaridad de un solo sexo, lo consideraban más eficaz y solían evocar
fundamentos de género esencialistas para el uso de la escolaridad de un solo sexo en mayor
medida en comparación con los directores de escuelas mixtas. Sin embargo, tanto los
directores de escuelas diferenciadas como los de escuelas mixtas notaron problemas con la
escolaridad de un solo sexo. Se concluyó que la escolaridad de un solo sexo no es una
solución milagrosa para la reforma educativa y que cuando se implementa la escolarización
de un solo sexo, generalmente los problemas se sustituyen por otros.
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generales, el profesorado no está siguiendo una práctica co-educativa en las aulas desde una
perspectiva de género y la familia en su gran mayoría presenta actitudes tradicionales,
donde la figura materna es la encargada del cuidado de los hijos y las tareas del hogar. Los
autores resaltan que se requiere una mayor profundización del papel de estos agentes
sociales en el estudio de los modelos de aprendizaje social de los estereotipos y roles de
género.
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género en el contexto escolar: Una nueva medida para el diagnóstico de relaciones de
género en educación”. El propósito del estudio es desarrollar y validar la Escala de
Preferencias Relacionales de Género (EPRG), con el fin de obtener datos válidos y fiables
que permitan reconocer la predisposición de las chicas y los chicos adolescentes a
relacionarse con sus iguales; y, si las relaciones que establecen están condicionadas por la
socialización diferencial de género que propone el patriarcado. La obtención con ACM de
mapas “micro-sociométricos” facilita la interpretación de resultados, coincidentes con otras
aproximaciones teóricas, identificando las “distancias sociales” entre personas, categorías y
géneros. Los resultados destacan actividades relacionales que muestran patrones de género
muy marcados tales como compartir la ropa o elegir pareja, así como las conductas
relacionales asociadas a la diferenciación inequívoca inter-intra géneros.
En 2014 los autores Bigler, Hayes & Liben emprenden una investigación bajo el
título de “Analysis and Evaluation of the Rationales for Single-Sex Schooling” cuyo
contexto son las enmiendas aprobadas como parte de la Ley Que Ningún Niño Se Quede
Atrás en 2006 hicieron legales algunas formas de educación pública de un solo sexo (SS)
en los Estados Unidos. Los proponentes ofrecen una serie de argumentos a favor de dicha
escolarización. Los objetivos del trabajo son identificar y evaluar cinco amplias razones
para la educación de un solo sexo. Los autores llegaron a la conclusión de que la evidencia
empírica no respalda las afirmaciones de los proponentes, pero sí da una idea de diferentes
maneras de mejorar la coeducación. Específicamente, se arroja en los resultados que los
supuestos beneficios de la escolaridad en SS surgen de factores confundidos con, pero no
causalmente, vinculados a la composición de un solo sexo; también lleva a impugnar las
afirmaciones de que el sexo biológico es un marcador efectivo de las diferencias relevantes
para la instrucción; muestra argumentos para pensar que el sexismo por parte de maestros y
pares persiste en contextos de escuelas de un solo sexo; y da aportes para criticar la noción
de que el género per se "desaparece" en contextos de escuelas de un solo sexo. También se
abordan las implicaciones sociales del uso de la educación segregada por sexo y los autores
concluyen que los factores que se consideran beneficiosos para los estudiantes deben
implementarse dentro de las escuelas mixtas.
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En un estudio reciente (Basu, Zuo, Lou, Acharya & Lundgren, 2017) titulado
“Learning to Be Gendered: Gender Socialization in Early Adolescence Among Urban Poor
in Delhi, India, and Shanghai, China” se buscaba entender el proceso de socialización de
género en la adolescencia temprana. El estudio se ubicó en dos comunidades urbanas
desfavorecidas en Delhi, India y Shanghai, China, y formó parte del estudio Global Early
Adolescent Study de varios países (15). Los niños y niñas que crecían en la misma
comunidad fueron dirigidos a diferentes caminos durante su transición de la adolescencia
temprana a la tardía. Los adolescentes y los padres en ambos sitios identificaron a las
madres como el actor principal, socializar a los adolescentes sobre cómo vestirse y
comportarse y qué roles de género jugar, aunque los padres también se mencionaron como
influyentes. Las interacciones entre el sexo opuesto fueron restringidas y las violaciones
impuestas por la violencia física. En Delhi, los roles de género y la movilidad se aplicaron
más estrictamente para las niñas que para los niños. Las restricciones en las interacciones
de sexo opuesto fueron rígidas tanto para niños como para niñas en Delhi y Shanghai. Las
sanciones, incluidas las golpizas, por violar las normas sobre las relaciones niño-niña eran
más punitivas que las relacionadas con la vestimenta y la conducta, especialmente en Delhi.
Las expectativas de educación y carrera fueron notablemente más equitativas en Shanghai.
(Basu et al., 2017)
En otro estudio reciente Díaz de Greñu Domingo & Martínez (2018) en su trabajo
de investigación “Estereotipos del profesorado en torno al género y a la orientación sexual”
señalan que en el ámbito educativo continúan detectándose numerosas muestras de sexismo
y homofobia. Los autores consideran fundamental descubrir y erradicar los prejuicios que
el profesorado continúa transmitiendo, especialmente, a través del currículum oculto. Los
resultados revelan que los estereotipos permanecen aún arraigados pese a los esfuerzos por
mostrar un clima de igualdad. Los autores expresan la importancia de continuar la
investigación en esta línea para dar así con un sistema educativo de calidad que responda a
las demandas sociales.
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2.2 Marco Teórico
Marta Lamas (2000) señala que la biología muestra que, aparentemente, los seres
humanos se distinguen en dos sexos; sin embargo, son más las combinaciones que resultan
de las cinco áreas fisiológicas, de las cuales depende lo que, en términos generales y muy
simples, se ha dado en llamar el "sexo biológico" de una persona: genes, hormonas,
gónadas, órganos reproductivos internos y órganos reproductivos externos (genitales). Estas
áreas controlan cinco tipos de procesos biológicos en un continuum, y no en una dicotomía
de unidades, cuyos extremos son lo masculino y lo femenino.
Judith Butler (1997) afirma que no importa cuál sea la insolubilidad biológica que el
sexo parezca tener, el género es un constructo cultural: por tanto, el género no es ni el
resultado causal del sexo ni tan aparentemente fijo como el sexo.
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La clasificación de masculino y femenino funciona sólo si tomamos en cuenta los
órganos sexuales internos y los caracteres sexuales "secundarios" como una unidad; pero si
imaginamos las múltiples posibilidades a que pueden dar lugar las combinaciones de las
cinco áreas fisiológicas que ya señalamos, veremos que nuestra dicotomía hombre/mujer
es, más que una realidad biológica, una realidad simbólica o cultural (Lamas, 2000).
Según Marta Lamas (2000) género es un término derivado del inglés (gender), que
entre las personas hispanoparlantes crea confusiones. En castellano género es un concepto
taxonómico útil para clasificar a qué especie, tipo o clase pertenece alguien o algo; como
conjunto de personas con un sexo común se habla de las mujeres y los hombres como
género femenino y género masculino. Rubin (1986) define al género como el conjunto de
disposiciones por el que una sociedad transforma la sexualidad biológica en productos de la
actividad humana y en el que se satisfacen esas necesidades humanas transformadas.
El concepto de género, según Fischer, Reuber & Dike (1993), considera que las
influencias culturales, los procesos de socialización y las características psicológicas son
factores clave que influyen en el hecho de ser hombres o mujeres.
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Los sistemas de género/sexo son los conjuntos de prácticas, símbolos,
representaciones, normas y valores sociales que las sociedades elaboran a partir de la
diferencia sexual anátomo-fisiológica y que dan sentido a la satisfacción de los impulsos
sexuales, a la reproducción de la especie humana y en general al relacionamiento entre las
personas (De Barbieri, 1993)
Phillips y Imhoff (1997) encontraron que, en el campo laboral, las mujeres con una
ideología de género tradicional tienen menos aspiraciones profesionales y dan menos
importancia a su carrera profesional. Esto puede ser una explicación para las diferencias
que existen en el campo laboral respecto al género. En el año 2009, Mendoza Cota &
García Bermudez, realizaron un estudio de discriminación salarial en Mexico en el cual
encontraron que debido a la discriminación salarial las mujeres perciben 12.4% menos de
salario que los hombres con iguales características en términos de capital humano. En la
región norte se estimó 7% de menores ingresos, para la región centro fue de 11.2% y la
región sur presenta el nivel más alto que es de 18.3%, corroborando de esta forma la
situación de desigualdad de ingreso por género existente entre las regiones analizadas.
15
2009). A pesar que desde mediados del siglo XX los roles sociales de hombres y mujeres se
han vuelto más parecidos, especialmente debido a la creciente participación femenina en el
mundo del trabajo y en funciones de mayor prestigio social (Eagly, Wood y Johannesen-
Schmidt, 2004), el sexismo hacia ellas no ha desaparecido, sino que ha virado hacia formas
más encubiertas, pero igualmente dañinas (Formiga, 2006). De acuerdo con los hallazgos
del estudio de Hofstede (1980) e investigaciones posteriores (Moya et al., 2002; Omar et al.
2007; Vaamonde, en prensa), las personas en Latinoamérica se orientan a los valores
colectivistas, aceptando mayores niveles de distancia al poder que los países
norteamericanos o europeos. Moya et al. (2001) examinaron las asociaciones entre el
sexismo y algunos índices culturales en muestras provenientes de 20 países. Asimismo,
observaron que el sexismo se relaciona fuertemente con individualismo-colectivismo y con
distancia al poder: a mayor distancia al poder, mayores montos de sexismo entre los
sujetos.
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Pastor y Martinez Benlloch (1991) señalan que han habido reivindicaciones de
igualdad en todas las esferas de la vida social y personal y cada vez más críticas a los
valores androcéntricos, llevadas a cabo por un movimiento feminista cada vez más amplio
y potente. Lo cual ha provocado cambios lo suficientemente profundos como para que
resulte cada vez menos probable en nuestra cultura que las personas manifiesten
públicamente su acuerdo con estereotipos desfavorables para las mujeres (Crawford, 1995;
Deaux, 1985). Evidentemente, esto no significa que hayan cesado las actitudes
discriminatorias, pero si puede considerarse un indicador de que lo deseable socialmente es
mantener posturas más o menos igualitaristas (Sola et al., 2003).
Bem (1971), a partir de la investigación de los roles de género creó una medida que
llamó “Inventario de Roles Sexuales de Bem”, donde proponía características
significativamente deseables para hombres y mujeres. Relacionaba lo masculino con:
personalidad fuerte, dominante, independiente, confiado de sí mismo, capaz de sostener,
autosuficiente, analítico, apto para el liderazgo, apto para decidir, entre otras. En cuanto a
lo femenino, lo relacionaba con características tales como: alegre, tímida, sensible,
comprensiva, compasiva, cálida, tierna y apacible.
Existen rasgos asociados a cada género. Por ejemplo, se puede utilizar el adjetivo
femenino para referirse a los ademanes de una persona o a un estilo de arte o de decoración.
No es necesario hacer explícito cómo son los ademanes femeninos para que la gente
entienda su significado, porque existe un consenso cultural en torno a ese concepto (López
Zafra & López Sáez, 2014)
Los rasgos que se construyen en los contextos sociales revelan la identidad de las
personas, contienen a la vez elementos asociados a los atributos, a los roles, a los espacios
de actuación, a los derechos y obligaciones y a las relaciones de género. Se plantean de
manera explícita, a través del proyecto educativo, de la normativa y de la reglamentación,
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es decir, parten del discurso de la institución escolar, o, por lo general, son fragmentos del
currículo oculto o escondido (Flores Bernal, 2005)
Según Flores Bernal (2005), el contexto escolar constituye uno de los espacios que
más poderosamente influye en la construcción de la identidad personal de hombres y de
mujeres, y de su futuro proyecto de vida. La sala de clase es un ámbito en el que niñas y
niños dependen de una persona adulta dotada de mucho poder, y que está relacionada de
forma directa con el futuro de dichos niños/as a largo plazo, es por eso que difícilmente
puede evitar participar en los procesos en los que las relaciones normales y las
clasificaciones entre los sexos son definidas en todo momento (Stanworth, 1981). Cada
persona posee un acervo infinito de roles, entre los cuales elige uno de acuerdo al contexto,
con el tipo de relaciones que en dicho contexto se generan (Flores Bernal, 2005). Desde
esta perspectiva, en las diversas instituciones uno aprende a ser hombre o mujer, es decir,
aprende los roles y actitudes asociadas a los sexos (Stromquist, 1998).
Hansot & Tyack (1988) señalan que en la historia temprana de Estados Unidos, por
el 1600 y 1700, tanto la escuela primaria como la secundaria se desalloraban en escuelas
principalmente diferenciadas, de los cuales la gran mayoría era solo de hombres. La razón
por la cual no se creía en la educación de mujeres era porque se consideraba una mala
inversión, relacionado a una pérdida de tiempo y esfuerzo (Bigler, Hayes & Liben). En
1650 las leyes escolares establecieron las escuelas comunes y las gramáticas. Estas últimas
preparaban a los alumnos para una educación universitaria. Las mujeres también quedaban
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excluidas de estas escuelas (Monaghan, 1988). Conway (1974) afirma que las instituciones
religiosas fomentaban la educación tanto de hombres como mujeres, en gran parte para su
entrenamiento religioso, como por ejemplo, la lectura de la biblia. Estas instituciones veían
a la escuela segregada como el escenario óptimo para ese entrenamiento (Cooper, 2008).
El autor Acha, O (2001) señala que para la Iglesia, la mujer se definía por el atributo
de la concepción de criaturas humanas, el instinto de maternidad le era circunstancial. Sin
embargo, esta idea no era exclusiva del pensamiento católico, sino que pertenecía a la
ideología de género dominante en casi todos los sectores sociales. La maternidad validaba
una feminidad a la cual no se le asignaba ni fuerza ni inteligencia. Al instituir como
precepto moral la pertenencia de la mujer al hogar, a su rol de madre o esposa, la Iglesia
creía dignificar a quienes, de no ser por este precepto, estarían indefensas en un mundo de
hombres naturalmente mejor dotados (Acha, O., 2001)
La principal razón por la cual se crearon las escuelas mixtas fue porque la mayoría
de las regiones de los Estados Unidos no podía sostener una escuela diferenciada, por temas
económicos (Bigler, Hayes & Liben, 2004)). Para 1918, todos los estados tenían leyes
obligatorias que forzaban la creación de pequeñas escuelas que albergaran tanto a hombres
como mujeres (Gray, 1973). Para principios del siglo XX, la mayoría de los niños
estadounidenses asistían a escuelas mixtas (Tyack & Hansot, 1990).
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Algunos defensores de la escolarización diferenciada sostienen que estos contextos
producen ventajas en el rendimiento académico por razones que aún no están identificadas
(Bigler, Hayes & Liben, 2004).
Mael (1988) afirma que existen estudios que demuestran diferencias preexistentes
entre los antecedentes familiares de los estudiantes de escuelas mixtas y los de escuelas
diferenciadas. Comparados con alumnos de escuelas mixtas, los alumnos de escuelas
diferenciadas tienen padres con mayor cantidad de años de educación e ingresos más altos
(Smithers & Robinson, 1995). En una era en la que incluso las escuelas públicas dependen
de la recaudación de fondos privados para acompañar sus presupuestos, la afluencia del
cuerpo de padres de una escuela también se asocia típicamente con la afluencia de la
escuela propiamente dicha y la posibilidad de disponer de programación especial como
tutorías, clubes, oportunidades de enriquecimiento, etc. (Bigler, Hayes & Liben, 2004). Es
quizás por esta razón que el nivel socioeconómico de la escuela sumado al nivel
socioeconómico del alumnado es un poderoso vaticinador del rendimiento académico
(Bradley & Corwyn, 2002). Además, si seguimos los estudios de Castañeda Abascal et al.
(1999), ellos sostienen que a mayor nivel socioeconómico menores diferencias de género.
Riordan et al. (2008) argumentan que los alumnos de escuelas diferenciadas tienen
mayores logros y están más motivados académicamente que aquellos que asisten a escuelas
mixtas. Bigler, Hayes & Liben (2004) sostienen que a esta afirmación hay que adicionar los
procesos selectivos de admisión que tienen las escuelas diferenciadas, por los cuales
aquellos alumnos que tienen bajos niveles de rendimiento académico tienen menos
posibilidades de cumplir con los requerimientos solicitados que aquellos alumnos con
niveles más altos.
20
Hayes & Liben, 2004). Otro argumento que presentan los defensores es que los niños
muestran una tasa más lenta de maduración de las habilidades cognitivas que las niñas y
por lo tanto carecen de muchas de las habilidades cognitivas que las niñas de la misma edad
generalmente han adquirido (Gurian, Henley, & Trueman, 2001).
Distintas investigaciones indican que los varones, como grupo, tienen más
problemas de autorregulación y atención que las chicas (Matthews, Ponitz, & Morrison,
2009). Estas interrupciones quitan tiempo de instrucción de los profesores y desvían su
atención de aquellos estudiantes que tienen buena conducta (Brophy & Good, 1974). Sin
embargo, la dependencia del sexo biológico para clasificar estudiantes no garantiza que el
aula de todas las niñas esté libre de interrupciones, y también las clases solo de varones
tendrían mayores concentraciones de alumnos con problemas de disciplina (Bigler, Hayes
& Liben, 2004)
Stanworth (1981) constata que, si bien hoy en día, las mujeres se educan en
establecimientos mixtos y siguen el mismo currículo, salen de la escuela con expectativas
distintas y convencionales del trabajo entre sexos. Hay una polarización de las mujeres
hacia lo humanístico-artístico, y de los hombres hacia la ciencia y la tecnología, siendo este
patrón más marcado en las escuelas mixtas que las de un solo sexo.
21
Marsh (1989) notó que los hombres tienen mejores niveles de autoestima en lo que
se refiere a matemáticas y a habilidades físicas, en tanto las mujeres se perciben superiores
en el área social y de lectura.
Por otra parte, estudios centrados en los/las docentes subrayan que la concepción
estereotipada de los roles sociales da lugar, en aquellas, a la existencia de expectativas
inconscientes que influyen en la orientación de los y las jóvenes, y en prácticas
discriminatorias (Bracamonte & Rojas, 1996).
Para poder conseguir un cambio es necesario saber educar desde la equidad, esto es,
concienciar a las nuevas generaciones y desarrollar en el alumnado una conciencia crítica
que le haga capaz de detectar y saber eliminar toda práctica sexista (Espín, 2006)
22
2.3 Metodología
Para este trabajo de integración final, los sujetos que decidan participar, lo harán de
manera voluntaria. Toda la información que se recoja, será confidencial en todos sus
aspectos y no se usará para ningún otro propósito fuera de esta investigación. Se les
entregará un consentimiento informado para que firmen y además, se preservará la
identidad de las participantes utilizando un nombre ficticio para identificarlas
2.3.6 Muestra
2.3.7 Variables
23
La variable actitudes hacia la igualdad de género se mide a través del cuestionario
de actitudes hacia la igualdad de género (Sola, A. De, Martínez Benlloch, I., & Meliá
Navarro, J. L., 2003). Pueden ser tanto favorables como desfavorables, dependiendo de la
puntuación en cada factor de la escala. La puntuación para cada sujeto se calcula
obteniendo la media de las respuestas a los ítems contestados. Cuanto más elevadas son las
puntuaciones, más favorables son las actitudes hacia la igualdad de género. En cambio,
cuando la puntuación es menor, las actitudes hacia la igualdad de género son más
desfavorables.
2.3.8 Instrumentos
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Factor VI. Sexualidad y libertad personal. Sus contenidos están relacionados con las
supuestas diferencias entre los géneros en terrenos tales como los impulsos
sexuales, la seguridad y la libertad personal, la capacidad de acción y la toma de
decisiones. Componen el factor los ítems 2*, 18*, 21*, 23 y 26.
Está compuesto por una escala Likert del 1, desacuerdo total, al 7, acuerdo total. Los
individuos que respondan al cuestionario tienen que marcar la opción que corresponda con
su opinión personal.
También se realizará una entrevista semidirigida para obtener datos sobre la vida
personal del sujeto que puedan ser relevantes.
25
desfavorables hacia la igualdad de género, por su diferencia con la puntuación media (5,6).
Rosario es la integrante con la puntuación más baja, de 4,03, lo que indicaría que presenta
actitudes más desfavorables hacia la igualdad de género
Una de las puntuaciones más altas es la de Mercedes, de 6,7, junto con Luz (6,6),
seguidas por Carmela y Camila, ambas con puntuaciones de 6,2 y Amparo, con 6, estos
valores, que se encuentran por encima de la media son indicadores de que estas
participantes presentan actitudes favorables hacia la igualdad de género. María es la
participante con la puntuación más alta (6,87), por lo tanto es la que presenta actitudes más
favorables hacia la igualdad de género, por su diferencia con la media, de 1,87, y su
cercanía al puntaje más alto (7).
26
Clara A. 5,03
Angeles 5,1
- EDAD
Gráfico 1: Edad
23 22
15%
85%
- RELIGIÓN
27
Gráfico 2: ¿Mantiene en la actualidad creencias
religiosas?
NO
25%
SI
75%
- PAREJA
SI
35%
NO
65%
28
En pareja Media
SI 5,34
NO 5,73
- FAMILIA
NO
30%
SI
70%
29
Gráfico 5: ¿Tiene hermanos varones?
SI NO
10%
90%
A continuación, iré detallando uno a uno los ítems que componen el cuestionario:
Del total de la muestra, el 65% manifiesta estar totalmente de acuerdo con esta
afirmación. Un 25% manifiesta estar bastante en desacuerdo y un 10% está algo de
acuerdo. De la muestra que no mantiene creencias religiosas en la actualidad, el 80%
manifestó estar totalmente de acuerdo con esta afirmación. En cambio, de las participantes
30
que sí mantienen creencias religiosas, solo un 60% manifestó estar totalmente de acuerdo.
Este ítem tiene una puntuación media total de 6,55. Esta puntuación es una de las más altas,
lo que indicaría que la mayor parte de la muestra tiene actitudes igualitarias respecto a este
ítem.
10%
Acuerdo total
Algo de acuerdo
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
65%
Algo en desacuerdo
Bastante en desacuerdo
Descuerdo total
- ÍTEM 2: No hay manera de cambiar el hecho de que una mujer que sale sola de
noche, siempre tendrá más probabilidades que un hombre de encontrarse con
problemas
31
Gráifco 7: Respuestas al ítem 2
Descuerdo total
Bastante en desacuerdo
10% 10%
15%
Algo en desacuerdo
25%
Ni de acuerdo ni en
desacuerdo
5%
Algo de acuerdo
Acuerdo total
-ÍTEM 3: La idea de que Cristo hubiera podido ser una mujer debería ser
perfectamente aceptable.
El 40% de las participantes está en total, bastante o algo de acuerdo con esta
afirmación. Un 45% está ni de acuerdo ni en desacuerdo. Solo un 15% manifiesta estar
bastante en desacuerdo. Las personas que mantienen creencias religiosas en la actualidad
tienen una puntuación media más baja (4,47) que aquellas que no las mantienen (5,2), es
decir actitudes menos igualitarias. Sin embargo, ninguno de los dos grupos muestra
actitudes favorables porque la puntuación media de la respuesta está por debajo de la media
(4,65)
Acuerdo total
Algo de acuerdo
5% Ni de acuerdo ni en desacuerdo
Algo en desacuerdo
10%
45% Bastante en desacuerdo
Descuerdo total
32
-ÍTEM 4: Por su propia naturaleza, las mujeres siempre se preocuparán más por el
ámbito de lo privado y por las personas que tienen cerca que por los asuntos políticos
o ciudadanos y las abstractas cuestiones morales de justicia o injusticia
5% Bastante en desacuerdo
5%
20% Algo en desacuerdo
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
55%
Algo de acuerdo
Bastante de acuerdo
15%
Acuerdo total
-ÍTEM 5: Pese a que pueda parecer duro, ni ahora ni nunca debe permitirse que las
parejas homosexuales adopten niños, ya que puede resultar perjudicial que ambos
padres sean del mismo sexo
El 45% de la muestra está en total desacuerdo con esta afirmación. Un 25% está en
bastante desacuerdo y un 5% está algo en desacuerdo. El 15% no está de acuerdo ni en
desacuerdo y el restante 10% se divide entre algo de acuerdo y bastante de acuerdo. El 80%
del grupo que no mantiene creencias religiosas en la actualidad está en total desacuerdo con
la afirmación. Este ítem tiene una puntuación de 5,72, una de las más altas.
33
Gráfico 10: Respuestas al ítem 5
Desacuerdo total
5%
5% Bastante en desacuerdo
15%
Algo en desacuerdo
45%
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
5%
Algo de acuerdo
Bastante de acuerdo
25%
Acuerdo total
-ÍTEM 6: Seguramente es natural que sean las mujeres las que se ocupen
prioritariamente del hogar y los hijos, porque los niños necesitan de la madre durante
los primeros años de vida
Desacuerdo total
Algo en desacuerdo
15%
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
5%
Algo de acuerdo
35%
Acuerdo total
34
ÍTEM 7: Los hombres están peor dotados que las mujeres para el cuidado de los niños,
los enfermos y los ancianos
Bastante en desacuerdo
15% 5%
Algo en desacuerdo
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
Bastante de acuerdo
65%
Acuerdo total
-ÍTEM 8: Es normal que, ante una operación grave, se prefiera un cirujano varón, ya
que, cuando la vida está en juego, es mejor inclinarse por opciones ya probadas
El 90% de la muestra está total, bastante o algo en desacuerdo con esta afirmación.
Un 70% de ellas manifestaron total desacuerdo. El restante 10% se divide en aquellas que
no están de acuerdo ni en desacuerdo y aquellas que están algo de acuerdo. La puntuación
media es de 6,35, otra de las más altas, lo que indica actitudes igualitarias respecto al
género.
35
Gráfico 13: Respuestas al ítem 8
Desacuerdo total
Bastante en desacuerdo
5%
10% 5%
Algo en desacuerdo
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
10%
Algo de acuerdo
Bastante de acuerdo
70%
Acuerdo total
Bastante en desacuerdo
10%
Algo en desacuerdo
25% 45%
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
Algo de acuerdo
Acuerdo total
-ÍTEM 10: Las mujeres jamás podrán valorar los hombres dulces, sumisos y hogareños.
El 85% de la muestra está en total desacuerdo con esta afirmación. Un 10% está en
bastante desacuerdo, y un 5% está en acuerdo total. Este ítem tiene una puntuación media de 6,6,
lo cual indica que es uno de los ítems con actitudes más igualitarias hacia el género.
36
Gráfico 15: Respuestas al ítem 10
Desacuerdo total
Bastante en desacuerdo
10%
5%
Algo en desacuerdo
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
Algo de acuerdo
Bastante de acuerdo
85%
Acuerdo total
-ÍTEM 11: Como jueces los hombres siempre serán más imparciales que las mujeres
El 80% de la muestra está en total desacuerdo con esta afirmación. Un 10% no está
de acuerdo ni en desacuerdo, y el restante 10% se divide entre aquellas que están bastante
en desacuerdo y bastante de acuerdo. Al igual que el ítem anterior, es uno de los que tiene
la puntuación más alta (6,4). Todas las integrantes del grupo que no mantiene creencias
religiosas hoy en día respondieron que están totalmente en desacuerdo con esta afirmación.
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
Algo de acuerdo
Bastante de acuerdo
-ÍTEM 12: En general, si una mujer no está casada ni vive en pareja suele ser porque
no ha encontrado a nadie que se enamore de ella.
Un 75% de la muestra está en desacuerdo total con la afirmación. Un 10% está algo
en desacuerdo. El restante 10% se divide en aquellas que no están de acuerdo ni en
37
desacuerdo, y las que están algo de acuerdo. Tiene una puntuación de 6,4, lo que indica que
es una de los ítems con respuestas más favorables.
Desacuerdo total
5% Bastante en desacuerdo
10% 5%
Algo en desacuerdo
5%
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
Algo de acuerdo
Acuerdo total
-ÍTEM 13: Aunque no quieran reconocerlo, las mujeres siempre se sentirán más
atraídas por los hombres fuertes y viriles
Algo en desacuerdo
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
Algo de acuerdo
25%
5% 25% Bastante de acuerdo
Acuerdo total
38
-ÍTEM 14: El modelo femenino que propone la Iglesia, con sus valores de castidad,
obediencia, maternidad y sacrificio, es sustancialmente correcto y vale la pena
seguirlo
Bastante en desacuerdo
15%
Algo en desacuerdo
10%
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
5% Algo de acuerdo
Bastante de acuerdo
70%
Acuerdo total
-ÍTEM 15: Es deseable que en un matrimonio el hombre sea varios años mayor que la
mujer
39
Gráfico 20: Respuestas al ítem 15
Desacuerdo total
Bastante en desacuerdo
5%
25%
Algo en desacuerdo
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
10%
Bastante de acuerdo
Acuerdo total
Algo en desacuerdo
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
Algo de acuerdo
Acuerdo total
-ÍTEM 17: Debería permitirse a los chicos y chicas elegir libremente su orientación
sexual: heterosexualidad, bisexualidad u homosexualidad.
Un 65% de la muestra está en acuerdo total con la afirmación, un 15% está bastante
de acuerdo y un 10% está algo de acuerdo. El restante 10% se divide entre aquellas mujeres
40
que manifestaron no estar de acuerdo ni en desacuerdo y aquellas que están bastante en
desacuerdo. Tiene una puntuación alta, de 6,25.
Bastante de acuerdo
5%
10% 5%
Algo de acuerdo
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
Descuerdo total
-ÍTEM 18: Es natural que los padres tiendan a conceder más libertad a los hijos
varones, ya que las chicas siempre correrán peligros mayores
La mitad de la muestra está algo de acuerdo con la afirmación Un 15% está bastante
de acuerdo. El 25% está bastante en desacuerdo y el restante 10% está dividido en aquellas
que están en total o algo en desacuerdo. Es uno de los ítems con la puntuación más baja, de
3,9.
Bastante en desacuerdo
15% 5%
25%
Algo en desacuerdo
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
Algo de acuerdo
5%
Bastante de acuerdo
50%
Acuerdo total
-ÍTEM 19: En la pareja, antes o después habrá problemas si la mujer es varios años
mayor que el hombre, ya que las mujeres suelen perder antes su atractivo sexual
41
La mitad de la muestra está en total desacuerdo con la afirmación. Un 20% está en
bastante desacuerdo, otro 20% no está de acuerdo ni en desacuerdo. El restante 10% se
divide entre aquellas que están algo de acuerdo y algo en desacuerdo. Tiene una puntuación
de 5,9, apenas por arriba de la media.
Bastante en desacuerdo
20% 5%
Algo en desacuerdo
Acuerdo total
-ÍTEM 20: En las dinastías profesionales familiares, en las que hay varias generaciones
de médicos, abogados, empresarios o artesanos, es preferible que sea el varón el que
continúe la tradición familiar, ya que, seguramente, tiene más posibilidades de éxito
Bastante en desacuerdo
10%
5%
Algo en desacuerdo
15%
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
Algo de acuerdo
Acuerdo total
-ÍTEM 21: Es más adecuado que el varón tome la iniciativa en las relaciones sexuales
42
El 50% de la muestra está totalmente en desacuerdo con la afirmación. Un 25% está
bastante en desacuerdo. Un 10% no está ni de acuerdo ni en desacuerdo. El restante 15%
está en acuerdo total o bastante de acuerdo. El ítem tiene una puntuación de 5,9.
Nuevamente, el grupo de las mujeres que no mantienen creencias religiosas el día de hoy
tienen la puntuación más alta (7)
Bastante en desacuerdo
10%
5%
10% Algo en desacuerdo
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
50%
Algo de acuerdo
Bastante de acuerdo
25%
Acuerdo total
-ÍTEM 22: Con un índice de paro tan elevado sería preferible no insistir tanto en la
incorporación de las mujeres al mundo laboral, para así evitar el riesgo de que en
algunas familias entren dos sueldos y en otras ninguno
43
Gráfico 27: Respuestas al ítem 22
Desacuerdo total
5% 5% Bastante en desacuerdo
5%
Algo en desacuerdo
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
Algo de acuerdo
Bastante de acuerdo
85%
Acuerdo total
-ÍTEM 23: Por su propia naturaleza, el varón necesita masturbarse más que la mujer
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
Acuerdo total
-ÍTEM 24: Debería considerarse normal que una persona homosexual (hombre o
mujer) fuese presidente de gobierno
44
Gráfico 29: Respuestas al ítem 24
Acuerdo total
Algo de acuerdo
50%
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
Algo en desacuerdo
Descuerdo total
Bastante en desacuerdo
10% 15%
Algo de acuerdo
Bastante de acuerdo
20% 15%
Acuerdo total
-ÍTEM 26: En general, los varones suelen tener impulsos sexuales más fuertes
Un 30% de la muestra está en total desacuerdo con la afirmación. Otro 20% está
bastante o algo en desacuerdo. Un 35% está algo de acuerdo y un 5% está bastante de
45
acuerdo. El restante 10% no está ni de acuerdo ni en desacuerdo. Tiene una puntuación de
4,75 lo que indica actitudes poco igualitarias hacia el género.
Bastante en desacuerdo
5% 30%
Algo en desacuerdo
35%
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
Algo de acuerdo
Acuerdo total
-ÍTEM 27: Las mujeres deberían poder ejercer el sacerdocio y ocupar puestos en la
jerarquía eclesiástica, incluyendo el papado.
5% Bastante de acuerdo
10% 30%
Algo de acuerdo
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
5% Bastante en desacuerdo
20%
Descuerdo total
46
-ÍTEM 28: A la hora de la verdad, las mujeres siempre dedicaran más energía al
bienestar de sus hijos y su familia que al trabajo
Algo en desacuerdo
15%
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
Algo de acuerdo
Acuerdo total
-ÍTEM 29: A pesar de todo el respeto que merecen, es natural que no se permita el
matrimonio entre homosexuales
El 65% de la muestra está en desacuerdo total con esta afirmación. Un 20% está
bastante en desacuerdo. Un 10% no está ni de acuerdo ni en desacuerdo y el restante 5%
está algo en desacuerdo. No hay respuestas que manifiesten acuerdo. La puntuación es de
6,4 lo que indica actitudes igualitarias hacia el género.
47
Gráfico 34: Respuestas al ítem 29
Desacuerdo total
5% Bastante en desacuerdo
10%
Algo en desacuerdo
20%
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
Algo de acuerdo
65%
Bastante de acuerdo
Acuerdo total
-ÍTEM 30: El concepto de Dios debería ser tanto masculino como femenino
Un 35% de la muestra está en total acuerdo con esta afirmación. Un 15% está
bastante de acuerdo. Otro 15% está bastante en desacuerdo con la afirmación. Un 25% no
está ni de acuerdo ni en desacuerdo. El restante 10% está algo de acuerdo. Tiene una
puntuación levemente por debajo de la media, de 5,15.
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
25%
Algo en desacuerdo
Descuerdo total
48
Puntuación de los distintos factores que componen el Cuestionario de Actitudes hacia la
Igualdad de Género
49
Valores y estructura de pareja SI 5,74
NO 6,38
Ámbito de lo privado SI 5,45
NO 6,3
Ámbito de lo público SI 5,76
NO 6,52
Sexualidad y libertad personal SI 5,38
NO 6,22
50
Análisis del test proyectivo de la figura humana
Agustina P: El primer dibujo que realizó fue el del hombre. Ambas figuras presentan un
buen grado de humanización. Ninguna de las dos presenta gran cantidad de detalles pero si
una buena integración de las figuras. La figura del hombre tiene un tamaño mayor a la de la
mujer.
Rosario C.: Presenta diferente grado de detalle entre una figura y otra. La figura masculina
es de mayor tamaño que la femenina, y contiene detalles propios del hombre. La figura de
la mujer no presenta detalles propios de lo femenino.
Agustina S.: La figura de la mujer presenta mayor complejidad y completud que la del
hombre. Contiene más detalle en la vestimenta, resaltando lo femenino, y está más
integrada. También tiene mayor tamaño que la del hombre.
Mercedes: Ambas figuras presentan una adecuada integración y un buen grado de detalle.
No sólo se resalta lo femenino y masculino en los detalles, sino también en la figura en sí.
La figura del hombre tiene un mayor tamaño que la de la mujer.
51
Virginia: Dibuja primero la figura masculina. Ambos presentan el mismo nivel de
integración, pero la figura de la mujer presenta mayor grado de detalle, sobre todo en la
vestimenta.
Celina: La figura de la mujer es de mayor tamaño que la del hombre. En lo corporal hay
poco indicador de lo femenino y masculino, más allá del cabello y los rasgos faciales
marcados en el hombre.
Amparo: Ambas figuras se encuentran desnudas, los cuerpos se encuentran bien integrados
y diferenciados uno de otro. No se observa diferenciación en el grado de detalle entre una y
otra.
María: Se observa una pequeña diferencia en el grado de detalle de la figura femenina. Pero
no hay diferencia entre la integración de una y otra.
Nicole: El primer dibujo fue de la figura masculina. Ambas figuras presentan detalle y una
buena integración de las partes.
Clara A.: Ambas figuras se encuentran bien integradas y presentan un alto grado de detalle,
de complejidad.
Ángeles: Hay diferencia en las figuras en cuanto a lo corporal. Están delimitadas las figuras
del hombre y la mujer. La figura masculina es de mayor tamaño que la de la mujer, y
presenta una musculatura y una postura diferente.
Delfina: Ambas figuras presentan un alto grado de detalle, La figura del hombre es un poco
mayor que la de la mujer, pero ambas figuras están integradas.
52
Victoria: Ambas figuras tienen un buen grado de detalle, con énfasis en las vestimentas de
ambos sexos.
53
la mujer como progenitora, capaz de crear vida. (Asha, 2001). La mujer que se destaca por
ser madre es aquella que se caracteriza por su sumisión, ternura, calidez, etc. en contraste
con el hombre trabajador que es el sustento del hogar (Bem, 1971). Este modelo se
encuentra alejado de aquel que rige en la actualidad en el que se vela por la creciente
participación femenina en el mundo del trabajo y en funciones de mayor prestigio social
(Eagly, Wood y Johannesen-Schmidt, 2004). La Iglesia plantea un estereotipo tradicional
del hombre y la mujer, que es justamente contra lo que se lucha hoy en día promoviendo la
igualdad de género. A pesar de que ambos grupos obtuvieron puntajes dentro de todo altos,
el aspecto de la religión apareció como influyente en los puntajes de todas las dimensiones
que componen el cuestionario.
54
El factor de Orientación Sexual que se refiere a aspectos relacionados con la
igualdad de derechos entre personas de distinta orientación sexual obtuvo una puntuación
de 5,61. El ítem del factor con la puntuación más baja es el 5* (Ver gráfico 10), que afirma
que pese a que pueda parecer duro, ni ahora ni nunca debe permitirse que las parejas
homosexuales adopten niños, ya que puede resultar perjudicial que ambos padres sean del
mismo sexo. El ítem 24 (Ver gráfico 29) afirma que debería considerarse normal que una
persona homosexual (hombre o mujer) fuese presidente de gobierno, y obtuvo el mismo
puntaje que el ítem 5*. Sin embargo, una puntuación de 5,61 es alta y cercana a la media. Si
se comparan los grupos de personas que mantienen creencias religiosas en la actualidad y
las que no, vemos una diferencia de 0,85, a favor de las mujeres que no las mantienen.
Estos puntajes podrían relacionarse con la mirada de la Iglesia ante la mujer. El ítem 5*
habla de la crianza de un hijo por parte de personas homosexuales. La puntuación baja que
se manifiesta en las mujeres religiosas podría relacionarse con el papel de madre que
cumplen las mujeres en la Iglesia, este atributo a la feminidad de concebir vida, como
señala Asha (2001). Podría ser este pensamiento de la mujer como madre que llevó a que
las mujeres que mantienen creencias religiosas no estén completamente de acuerdo con la
idea de dos personas homosexuales adoptando a un hijo. El otro ítem, el 24, habla de la
normalidad de una persona homosexual de ocupar un cargo como presidente. El modelo
tradicional que plantea la Iglesia, sobre la concepción de vida y el matrimonio entre el
hombre y la mujer, siguen los principios de la biología, es por esto que la homosexualidad
no está bien vista en algunos de los miembros más ortodoxos de la Iglesia. Sin embargo,
por los avances de la actualidad, existe más tolerancia respecto a la diversidad, y es por eso
que los puntajes obtenidos en estos ítems no son bajos, pero al ser de una temática tan
actual y sensible, esto era lo esperable. Es posible que, luego de tantos años de educación
con una base religiosa, en los cuales el modelo tradicional de una pareja compuesta por un
hombre y una mujer era transmitido como lo usual y lo correcto, esto haya impactado en la
formación de una percepción de género, y genere que, a pesar de los avances en la inclusión
de personas homosexuales, algo de este modelo tradicional persista en el psiquismo de los
sujetos.
55
de género, tanto dentro de la Iglesia como en la propia concepción de la deidad; y el factor
del Ámbito de lo Privado que integra contenidos que aluden a la supuesta diferencia entre
los sexos, en interés y capacidades, en relación al ámbito de lo privado.
El ítem con la puntuación más baja del factor de simbolismo religioso es el número
3 (Ver gráfico 8), con un puntaje de 4,65, que afirma que la idea de que Cristo hubiera
podido ser una mujer debería ser completamente aceptable. Teniendo en cuenta que la
mayoría de las participantes de la muestra mantienen creencias religiosas, es entendible que
este ítem tenga la puntuación más baja. La lectura de la biblia es una de las prácticas más
comunes en las escuelas católicas, y segregadas por sexos, esto es algo que proviene de sus
orígenes, en donde se consideraba este ámbito como el escenario óptimo para este
entrenamiento (Conway, 1974; Cooper, 2008). En la Biblia no se habla de Dios como
persona, pero se da a entender como masculino, es por eso que para estas mujeres que
tienen la lectura de la Biblia inculcada, puede ser difícil pensar en Dios como femenino. El
ítem con la puntuación más alta es el número 14* (Ver gráfico 19), con un puntaje de 6,3,
que afirma que el modelo femenino que propone la Iglesia, con sus valores de castidad,
obediencia, maternidad y sacrificio, es sustancialmente correcto y vale la pena seguirlo.
Vale destacar que todas las mujeres pertenecientes al grupo que no mantiene creencias
religiosas en la actualidad, manifestaron estar totalmente en desacuerdo con esta
afirmación. Mientras que el grupo de las mujeres religiosas obtuvo puntajes más variados,
pero altos. Podemos pensar en las reivindicaciones de igualdad en las esferas sociales y
personales llevadas a cabo por un movimiento feminista, que señalan Pastor y Martinez
Benlloch (1991), como causante de la actitud igualitaria hacia el género que se manifiesta
en este ítem. Es este movimiento cada vez más amplio y potente el que, según Crawford
(1995) y Deaux (1985) ha provocado cambios lo suficientemente profundos como para que
resulte cada vez menos probable que las personas de nuestras culturas manifiesten
públicamente su acuerdo con estereotipos desfavorables para la mujer.
El otro factor con puntuación cercana a la media es el del Ámbito Privado. El ítem
con la puntuación más baja es el número 6* (Ver gráfico 11), con una puntuación de 4,1,
que afirma que seguramente es natural que sean las mujeres las que se ocupen
prioritariamente del hogar y los hijos, porque los niños necesitan de la madre durante los
primeros años de vida. Nuevamente se pone en juego el papel de la maternidad como
56
fundamental en la mujer (Acha, 2001), modelo promovido por la Iglesia, presente en la
educación de las mujeres participantes de la muestra. El papel de la mujer como la
encargada de cuidar a los hijos no es solamente promovido por la Iglesia, sino que es una
idea que rige en una gran cantidad de personas, a pesar de que eso hoy en día esté
cambiando, es una de las ideas que más se mantiene a pesar del movimiento feminista del
Siglo XXI. El ítem con la puntuación más alta (6,4) es el número 7* (Ver gráfico 12) que
afirma que los hombres están peor dotados que las mujeres para el cuidado de los niños, los
enfermos y los ancianos. Esta afirmación está relacionada a las cualidades afectivas que se
atribuyen a los hombres y mujeres.. Según Lamas (2000), es por la clasificación cultural de
femenino y masculino que se atribuyen características exclusivas a uno y otro sexo en
materia de moral, psicología y afectividad. Bem (1971) señalaba que lo femenino estaba
asociado a ser sensible, comprensiva, compasiva, cálida, tierna y apacible. En rasgos
generales, se piensa en las mujeres como poseedoras de estas características, razón por la
cual podría pensarse en ellas como mejores cuidadoras de niños, enfermos o ancianos Un
puntaje alto en un ítem de esta índole indicaría actitudes igualitarias hacia el género, es
decir, que no se atribuyen características distintas a hombres y mujeres en cuanto al
cuidado de otros.
Los factores con las puntuaciones más altas son el de Valores y Estructura de
Pareja, y el de Ámbito Público. El primero está relacionado a aspectos normativos acerca
de la pareja, y a ciertas características de los sujetos que los harían deseables, o no, como
compañeros potenciales, a los ojos del otro sexo. El ítem con la puntuación más baja es el
13* (Ver gráfico 18), de 4,65, que afirma que aunque no quieran reconocerlo, las mujeres
siempre se sentirán más atraídas por los hombres fuertes y viriles. Es decir, que en este
caso, las mujeres presentan actitudes menos igualitarias. El ítem con la puntuación más alta
es el 10* (Ver gráfico 15), que afirma que las mujeres jamás podrán valorar los hombres
dulces, sumisos y hogareños. Por lo tanto, en este ítem, las participantes presentaron
actitudes más igualitarias con respecto al género. Sin embargo, ambos factores son de la
misma índole, están relacionados a los atributos culturales hacia el hombre y la mujer, lo
masculino y lo femenino. También vale la pena destacar que en el factor anterior, el ítem
con la puntuación más alta era el número 7*, es decir que presentaba las actitudes más
igualitarias hacia el género, y afirmaba que los hombres están peor dotados que las mujeres
57
para el cuidado de niños, enfermos y ancianos. Nuevamente, podemos relacionar estos
ítems con los atributos a lo masculino que propone Bem (1971) entre ellos, personalidad
fuerte, dominante, independiente, confiado de sí mismo, capaz de sostener, autosuficiente.
Estas características, al ser propias de lo masculino, son indicadoras de virilidad, de
fortaleza. Mientras que la dulzura y la sumisión son atributos relacionados a lo femenino.
Podríamos pensar en una diferencia entre estos ítems presente por lo dispar de la redacción.
Mientras los ítems 10* y 7* tienen una formulación que implica certeza, utilizando
afirmaciones firmes o palabras como “jamás” que son más determinantes, el ítem 13*
afirma que “aunque no quieran reconocerlo, las mujeres siempre se sentirán más atraídas
por los hombres fuertes y viriles”. La incorporación de la frase “aunque no quieran
reconocerlo”, es la que marcaría la diferencia. Es cierto que el feminismo ha provocado
cambios lo suficientemente profundos como para que resulte cada vez menos probable que
las personas de nuestras culturas manifiesten públicamente su acuerdo con estereotipos
(Crawford, 1995; Deaux 1985), pero al encontrarnos con puntuaciones tan distintas en
ítems de una mismo índole, podemos pensar en el mantenimiento del sexismo en la
actualidad, pero de forma encubierta, como señala la autora Formiga (2006).
58
a los jóvenes de restricciones autoimpuestas en sus comportamientos de roles de género. .
La sala de clase es un ámbito en el que niñas y niños dependen de una persona adulta
dotada de mucho poder, y que está relacionada de forma directa con el futuro de dichos
niños/as a largo plazo, es por eso que difícilmente puede evitar participar en los procesos en
los que las relaciones normales y las clasificaciones entre los sexos son definidas en todo
momento (Stanworth, 1981). Cada persona elige el rol que va a cumplir de acuerdo al
contexto, con el tipo de relaciones que en dicho contexto se generan (Flores Bernal, 2005).
Si tenemos en cuenta esto, podemos pensar que en las diversas instituciones uno aprende a
ser hombre o mujer, es decir, aprende los roles y actitudes asociadas a los sexos
(Stromquist, 1998). El sistema escolar un ambiente muy importante para promover una
mayor valoración y un mayor desarrollo de ciertas competencias académicas, como
matemáticas, ciencias y computación, entre otras (Alcalay & Milicic, 1996). Stanworth
(1981) constata que las mujeres que se educan en establecimientos mixtos y siguen el
mismo currículo, salen de la escuela con expectativas distintas y convencionales del trabajo
entre sexos. Hay una polarización de las mujeres hacia lo humanístico-artístico, y de los
hombres hacia la ciencia y la tecnología, siendo este patrón más marcado en las escuelas
mixtas que las de un solo sexo. Esta teoría fue apoyada por Marsh (1989) quien notó que
los hombres tienen mejores niveles de autoestima en lo que se refiere a matemáticas y a
habilidades físicas, en tanto las mujeres se perciben superiores en el área social y de lectura.
Si seguimos los estereotipos de género, el hombre tendría atributos que facilitarían su
desempeño en el ámbito laboral, tales como ser autosuficiente, analítico, apto para el
liderazgo, apto para decidir, entre otros (Bem, 1971). Es por estos estereotipos, que en una
escuela mixta puede fomentarse más una orientación vocacional en hombres que en
mujeres, o hacer hincapié en ciertos trabajos para los hombres y otros para mujeres. Si
tenemos esto en cuenta, resulta entendible que las mujeres que se educaron en una escuela
sin la presencia de hombres, tengan más aspiraciones a futuro en cuanto al éxito
profesional, al ser fomentadas en los últimos años de secundario a elegir una carrera que les
sea grata y puedan proyectar una vida laboral exitosa, si es que así lo desearan. Esto
explicaría los puntajes altos en ítem en particular, y el resto de los ítems que componen el
factor del ámbito público.
59
Análisis de los puntajes obtenidos en el cuestionario de actitudes hacia la igualdad de
género de cada participante y los tests proyectivos
Clara G.: Obtuvo una puntuación media de 5,76, que se encuentra levemente por encima
de la media. En el dibujo de la figura humana ambos dibujos tienen poca integración, pero
no se encuentran diferencias entre uno y otro. Tanto el cuestionario como el dibujo indican
que presenta actitudes igualitarias hacia el género.
Luz: Presenta una de las puntuaciones más altas del CAIG (6,6). En el DFH, ambas figuras
presentan una producción completa, y tienen buen grado de detalle. Por lo tanto, en ambos
instrumentos, la integrante de la muestra presenta actitudes igualitarias
60
embargo, la puntuación de 5,47 se encuentra cercano a la media, por lo tanto podríamos
pensar en que la integrante presenta actitudes igualitarias de todos modos.
Mercedes: Es la segunda puntuación más alta del CAIG (6,77). En el DFH presenta figuras
con una buena integración y grado de detalle. La figura del hombre es mayor que la de la
mujer, pero también tiene detalles propios de lo masculino. La figura de la mujer presenta
detalles propios de lo femenino. Están delimitados los géneros pero ambos tienen una
adecuada integración, complejidad y completud. Estos datos coinciden con los obtenidos en
el CAIG, de que la integrante presenta actitudes igualitarias.
Victoria B: Obtuvo un puntaje de 5,6 en el CAIG, igual que la media. En el DFH la figura
de la mujer presenta una mejor integración y mayor grado de detalle que el hombre. El trato
diferencial hacia la mujer en el DFH podría verse como una cuestión compensatoria, de
enfatizar en la mujer para alcanzar al hombre, pensando en desigualdades impuestas de por
sí en la sociedad actual. Teniendo en cuenta esta lectura, podría pensarse que la participante
presenta actitudes igualitarias.
Virginia: Obtuvo un puntaje de 5,2, en el CAIG, que se encuentra por debajo de la media.
En el DFH ambas figuras presentan el mismo nivel de integración, pero la mujer presenta
mayor grado de detalle. Sin embargo, la primera figura en dibujar fue la del hombre. Estos
datos podrían coincidir con el bajo puntaje del CAIG, y concluir que Virginia presenta
actitudes menos igualitarias.
61
Amparo: Obtiene un puntaje de 6 en el CAIG, por encima de la media. Las figuras del DFH
no presentan diferencias significativas entre una y otra, ambas están bien integradas y
presentan detalles. Los datos de ambos instrumentos condicen y permiten inferir que
Amparo presenta actitudes igualitarias.
María: Obtuvo el puntaje más alto del CAIG, de 6,87. No hay diferenciación entre la
integración de una figura y otra, si una pequeña diferencia en el grado de detalle de la
figura femenina para con la masculina. Estos datos condicen con el puntaje alto del CAIG e
indicarían que la integrante presenta actitudes igualitarias en cuanto al género.
Nicole: Obtuvo el segundo puntaje más bajo del CAIG (4,73). Ambas figuras presentan
detalle y una buena integración de las partes. Sin embargo, el primer dibujo fue el del
hombre. Este dato condice con el puntaje bajo del CAIG y permite inferir que la
participante tiene actitudes menos igualitarias que las otras integrantes de la muestra.
Clara A.: Obtuvo un puntaje de 5,03 en el CAIG, que se encuentra dentro de los más bajos,
lo que indicaría actitudes desigualitarias. No se encuentran diferencias significativas entre
las figuras del DFH, ambas presentan detalle y una buena integración de las partes. No hay
correlación entre los datos del CAIG y de la técnica proyectiva.
Delfina: Presenta una puntuación baja en el CAIG, de 4,97. En el DFH, la figura del
hombre es apenas mayor que la de la mujer. Más allá de eso, no presenta diferencias
significativas entre una y otra. Estos datos llevan a inferir que la integrante tiene actitudes
desigualitarias hacia el género.
Justina: Presenta una puntuación de 5,23 en el CAIG, que se encuentra por debajo de la
media. En el DFH ambas figuras se encuentran integradas, pero el hombre tiene un mayor
62
tamaño y musculatura. Los datos de ambos instrumentos se correlacionan y llevan a inferir
que la participante presenta actitudes menos igualitarias hacia el género.
Valentina: Obtuvo una puntuación de 5,13 en el CAIG, que se encuentra por debajo de la
media. En el DFH no se encuentran diferencias significativas entre una figura y otra, ambas
presentan un alto grado de detalle. Sin embargo, el dibujo presenta varios borrones y exceso
de detalle, por lo que podría pensarse en una cuestión de ansiedad en el momento de
realizar la técnica, relacionándolo con el encubrimiento de cuestiones menos igualitarias. Si
tenemos en cuenta estas cuestiones, se puede pensar en una correlación entre los resultados
del CAIG y el análisis interfigura del DFH.
63
3. CONCLUSIONES
3.1 Limitaciones y recomendaciones
64
3.2 CONCLUSIONES FINALES
En cuanto a las creencias religiosas, todas las participantes manifestaron haber sido
educadas en base a ellas, por haber asistido a un colegio católico. El 75% de ellas
manifiesta mantener esas creencias en la actualidad, y el restante 25% no. Existe una
diferencia entre los puntajes de estos dos grupos en todos los factores que componen el
CAIG, lo que indicaría que las mujeres que mantienen creencias religiosas en la actualidad
tienen actitudes menos igualitarias respecto al género que aquellas que no. Sin embargo, la
base religiosa está presente en todas ellas, es por eso que algunas cuestiones más
tradicionales que la Iglesia promueve están presentes en gran parte de las integrantes de la
muestra.
65
géneros en terrenos tales como los impulsos sexuales, la seguridad y la libertad personal, la
capacidad de acción y la toma de decisiones, las mujeres de la muestra presentan actitudes
desigualitarias con respecto al género. Podría pensarse en una relación entre este puntaje y
la situación actual de Argentina, si tenemos en cuenta los estudios de DerGhougassian, K.et
al. (2015), en los cuales se refleja el crecimiento de los índices de casos de violencia de
género en el país.
Por otro lado, el factor con la puntuación más alta es el del Ámbito Público, es decir
que en las cuestiones relacionadas a la capacitación y adecuación de cada uno de los sexos
en aspectos referidos al ámbito de lo público, las mujeres que integran la muestra presentan
actitudes más igualitarias con respecto al género. Dentro del ámbito público se encuentran
las cuestiones laborales. Estas temáticas han sido investigadas por varios autores en los
últimos años, tales como Phillips e Imhoff (1997), que hablaban de la ideología de género
tradicional en las mujeres y como esta se relacionaba con tener menores aspiraciones
profesionales y dar menos importancia a la carrera profesional propia. Siguiendo esta línea,
Mendoza Cota & García Bermúdez (2009) realizaron un estudio de discriminación salarial
en México en el cual se presentaban diferencias importantes entre los sueldos de mujeres y
hombres de un mismo puesto. Sin embargo, por la movilización que comenzó a mediados
del siglo XX respecto a los roles de hombres y mujeres, la participación femenina en el
mundo del trabajo y en funciones de mayor prestigio social ha estado en constante
crecimiento (Eagly, Wood y Johannesen-Schmidt, 2004). La lucha por los derechos de la
mujer en el ámbito laboral es una de las más impulsadas y de las que ha tenido mayor
alcance a nivel mundial. El puntaje alto que obtuvieron las integrantes de la muestra en el
factor relacionado a estos aspectos, puede deberse a estos avances.
66
colegios diferenciados, ha sido también cumplido de forma satisfactoria. Se realizó una
evaluación de estas actitudes a partir de los puntajes del cuestionario, tanto general como
individualmente, teniendo en cuenta también las variables que podían llegar a influir como
la religión, la estructura familiar y la presencia o ausencia de pareja. Con respecto al otro
objetivo específico del trabajo, que consistía en evaluar las actitudes de mujeres de 22 y 23
años de escuelas diferenciadas hacia el género femenino, masculino y la igualdad entre
ellos, no se considera cumplido de forma satisfactoria. El CAIG no mide específicamente la
actitud de la mujer hacia lo femenino y masculino, y al ser cuantitativo, algunos aspectos
más específicos pueden pasar por alto. En cuanto a la técnica proyectiva, que podría haber
dejado más datos para un análisis de la actitud específicamente hacia lo masculino y lo
femenino, la falta de tiempo imposibilitó la profundización en algunas cuestiones. Tal es el
caso de las integrantes de la muestra que presentaron puntajes bajos en el CAIG y sus
dibujos no parecían tener diferencias significativas uno de otro.
67
era una cuestión puramente religiosa, sino que estaba presente en casi todos los sectores
sociales. Al instituir como precepto moral la pertenencia de la mujer al hogar, a su rol de
madre o esposa, la Iglesia creía dignificar a quienes, de no ser por este precepto, estarían
indefensas en un mundo de hombres naturalmente mejor dotados (Acha, O., 2001).
Partiendo de esta base, a la mujer se le atribuyen estereotipos desfavorables. Se generaliza y
se habla de la mujer como creada para concebir vida cuando no es la meta final de todas las
mujeres, se la reduce a ser madre, cuando en la actualidad la mujer lucha por obtener los
mismos derechos que el hombre, por ejemplo, trabajar y ganar el mismo sueldo. A partir de
estas teorizaciones y los datos obtenidos en la investigación se concluye que el contexto de
la escuela diferenciada podría favorecer la igualdad de género, pero al seguir modelos
religiosos y tradicionales, no llega a aprovechar la cuestión del ámbito femenino para así
fomentar la igualdad de derechos de las mujeres.
68
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Universidad del Salvador: Facultad de Psicología y
Psicopedagogía
5. ANEXO
Composición de la cátedra:
Profesora Titular: Dra. Marta Guberman
Profesor Tutor: Dra. Marta Guberman
Lic. Estrella Vidal
Alumna: Sofía Guevara
E-Mail: sofiguevara_10@hotmail.com
Entrega Final: 11 de junio del 2018
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