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Cultura y socialización

Alfredo Alfageme

Sólo un «nativo» hace interpretaciones de primer orden:


se trata de su cultura
Geertz (1988: 28)

El concepto sociológico de cultura1

Cultura es el conjunto de elementos, materiales e inmateriales, que constituyen el modo


de vida de las personas en una sociedad, en todas sus facetas. Es un concepto amplio y
abierto puesto que, al abarcar todas las facetas de la vida, hablamos de ámbitos tan
dispares como la alimentación, el lenguaje, el arte, la religión, el comportamiento sexual,
etc. Precisamente, las relaciones entre unos y otros ámbitos de la vida humana,
aparentemente distantes muchos de ellos, dan sentido o hacen necesario el recurso a un
concepto general, el de cultura, que los engloba.

Poco tiene que ver el concepto sociológico de cultura con el uso coloquial que se hace a
menudo del mismo término para hacer referencia a los conocimientos o habilidades de
las personas. De acuerdo con este uso coloquial, habría personas más o menos «cultas».
Sin embargo, el concepto sociológico de cultura no permite establecer gradaciones de
«superioridad-inferioridad» sino, simplemente, el reconocimiento de diferencias.

La tecnología, por ejemplo, es uno de esos elementos culturales. Probablemente, algunos


elementos tecnológicos se encuentran entre los que más tienden a difundirse con éxito de
unas culturas a otras, con más facilidad que el lenguaje o que las ideas y tradiciones más
arraigadas, en la medida en que se descubre su funcionalidad para la satisfacción de
necesidades y no entran en conflicto con otros elementos. En estrecha relación con la
tecnología, se encuentran las formas de organización social. Las diferencias entre
culturas en cuanto a complejidad y desarrollo tecnológico son grandes. No obstante, de
la existencia de estas diferencias, por grandes que sean, no se deduce que unas culturas
sean superiores a otras, pues ello implica un juicio de valor –es decir, cultural– acerca de
lo que es mejor y por qué.

El lenguaje es un elemento cultural fundamental. Es un sistema simbólico que permite la


comunicación y, como tal, refleja los demás elementos culturales, a la vez que los
configura. Es, además, el principal instrumento de transmisión cultural. Por razones
obvias, el lenguaje es una de las principales señas de identidad de los pueblos. La gran
variedad lingüística que presenta el continente europeo, por ejemplo, se propone a
menudo como uno de los principales problemas que dificultan la construcción europea.

Los valores y creencias son también culturales. Cualquier idea acerca de lo que es bueno
o deseable corresponde al ámbito de los valores. La libertad individual, la confianza en
la ciencia o la igualdad de oportunidades son, por ejemplo, valores bastante extendidos
en las culturas occidentales. Las religiones, de forma más o menos directa o indirecta,

1
Para ampliar este tema, puede consultarse cualquier manual de sociología. Recomendados: Macionis y
Plumer, 2012; Giddens, 2018.

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han estado a lo largo de la historia y están actualmente en la base de múltiples valores y
creencias en diferentes culturas.

Las culturas, además, están plagadas de normas (formales o informales, escritas o no).
Éstas regulan la conducta y la interacción de los individuos en el curso de la vida
cotidiana, proscribiendo o prescribiendo determinados comportamientos en diferentes
situaciones.

Concepto sociológico de cultura

 Modo de vida de las personas en


una sociedad, en todas sus facetas

 Incluye elementos más bien


materiales (tecnología, arte, …) e
inmateriales (lenguaje, valores y
creencias, normas sociales, …)

Diversidad cultural y etnocentrismo

La diversidad cultural humana es, sencillamente, extraordinaria. Las necesidades


naturales de los seres humanos son similares o muy parecidas para todos ellos, pero el
modo de satisfacerlas varía muchísimo de unas sociedades a otras. La mayor extensión
de algunos elementos culturales o el carácter dominante de algunas culturas no debe
ocultar este hecho. Desde la Antropología, se suele atender especialmente al estudio de
las culturas humanas, por minoritarias o primitivas que sean, y se trata de encontrar
regularidades o proponer generalizaciones a distintos niveles, dentro de aquella
diversidad.

Se entiende por etnocentrismo el hábito de juzgar otras culturas a partir de los parámetros
o elementos de la cultura propia. El comportamiento etnocéntrico se puede considerar
natural o, cuando menos, normal en cualquier cultura. Digamos que hay que hacer un
esfuerzo extra para tratar de evitar el etnocentrismo, cosa que no siempre es posible o
que, en última instancia, probablemente, nunca lo es.

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DIVERSIDAD CULTURAL

 La diversidad cultural humana


es extraordinaria

 Etnocentrismo: juicio o análisis


de otras culturas a partir de los
elementos o parámetros de la
cultura propia

La superación del etnocentrismo conduce, por otra parte, al debate nunca resuelto del
relativismo cultural. ¿Todo comportamiento o costumbre es igualmente aceptable o
válido? (Pensemos, por ejemplo, en el trabajo infantil, o en el trato que reciben las
mujeres en algunas culturas). En la práctica, lo que se pretende, desde la Sociología o la
Antropología, es el acercamiento a otras realidades culturales con una mentalidad abierta,
evitando los juicios rápidos y fáciles. Analizar o comprender una realidad no significa
aceptarla o justificarla.

El manejo del concepto de cultura desde diferentes perspectivas teóricas

El concepto de cultura, en general, se maneja más cómodamente desde planteamientos


sociológicos funcionalistas. Los elementos culturales son funcionales y mantienen unida
a una sociedad. Desde posiciones críticas, sin embargo, se pone el acento en las
posibilidades de manipulación cultural desde los centros de poder. La cultura puede ser
modelada, en parte al menos, en función de los intereses de la clase dominante.

Las subculturas (manifestaciones culturales diferentes o «desviadas» con respecto a la


cultura mayoritaria, que distinguen a un sector de la población) pueden ser objeto de
interpretaciones funcionales, en tanto que contribuyen a especificar y reafirmar los
valores culturales de la mayoría. Y pueden ser objeto a su vez, desde orientaciones
críticas, de interpretación reaccionaria, como contraculturas que albergan un rechazo de
la cultura o de los valores dominantes.

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EL CONCEPTO DE CULTURA DESDE
DISTINTAS PERSPECTIVAS TEÓRICAS

 La cultura y las subculturas como


elementos básicos de cohesión social
(visión funcionalista)

 La dominación cultural y las


contraculturas (visión crítica)

 La construcción cultural en el curso


de la vida cotidiana de las personas
(interaccionismo simbólico)

Finalmente, la construcción cultural, en el curso de la vida cotidiana de las personas,


constituye el fundamento mismo del paradigma interpretativo o interaccionismo
simbólico dentro de la Sociología. La cultura condiciona el comportamiento de los
individuos, al tiempo que es construida por éstos.

El proceso de socialización

El concepto de socialización hace referencia al proceso de absorción, por parte de los


individuos, de los elementos que conforman una cultura. Los seres humanos somos el
resultado de interacciones y determinaciones complejas entre elementos naturales
(innatos o heredados genéticamente) y aprendidos (a través del proceso de socialización
en el seno de escenarios o entornos culturales). No hay lugar para simplificaciones de las
cosas.

Frente a otras especies, el ser humano es especialmente indefenso al nacer. En relación


con ello, el tiempo de crianza necesario para la supervivencia es especialmente largo,
propiciando una transmisión relativamente amplia de elementos culturales. Esto pone de
manifiesto que, para la especie humana, naturaleza y cultura son inseparables. Esta
primera etapa del proceso de socialización parece especialmente relevante. Algo ocurre
durante los primeros años de vida, aunque no se sepa muy bien qué es, que tiene especial
importancia en la construcción de la personalidad. De hecho, las aportaciones clásicas
más relevantes (las de Sigmund Freud, George H. Mead y Jean Piaget, por ejemplo)
centran sus propuestas en la etapa infantil. Esto, sin embargo, es compatible con el
reconocimiento, muy extendido actualmente, de que el proceso de aprendizaje y
adaptación continúa durante toda la vida, hasta la vejez. Por otra parte, durante todo el
proceso de socialización, incluso en sus primeras fases, las personas no sólo absorben
una cultura sino que, a la vez, son seres activos desde el principio.

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SOCIALIZACIÓN
 Proceso de absorción y aprendizaje
de los elementos que conforman
una cultura
 Dura toda la vida, a pesar del
especial interés de las primeras
etapas
 Los individuos son seres activos
desde el principio

El proceso de socialización nos convierte en seres humanos y, por lo tanto, nos


proporciona la oportunidad de ser libres, a pesar de que, paradójicamente, nos conduce
de una manera determinada. Un buen ejemplo de ello es el lenguaje, que se configura
como herramienta de pensamiento y de comunicación.

Por si te resulta sugerente, para entender el proceso de socialización de los individuos,


imagina que el cerebro humano es como un gran salón de actos, o un estadio, en el que
va a tener lugar un acontecimiento muy importante (la experiencia de la vida). Las
entradas no están numeradas y, por tanto, quienes llegan primero tienden a ocupar los
mejores sitios. Quienes llegan después, tienen que conformarse con sitios peores. A
menudo quedan, no obstante, buenos lugares a los que acceder. Algunos espacios son
buscados con insistencia, y conseguidos con astucia, negociación, … Otros pueden ser
ocupados violentamente, … Lo que llega primero, se asienta bien, pero todo puede
cambiar …, ¿me explico?, ¿te sirve? … (Si no es así, olvídalo)

Principales agentes de socialización en las sociedades occidentales contemporáneas

Probablemente, el agente de socialización más universal es la familia puesto que, como


hemos visto, es imposible la supervivencia humana en ausencia de alguna forma de
familia durante las primeras etapas de la vida. A su vez, los grupos de iguales (formados
por personas que tienen algún rasgo relevante en común, como la edad o intereses
comunes y que, por tanto, se comunican más entre ellas) pueden haber jugado un papel
reseñable en distintas culturas.

Sin embargo, en las sociedades occidentales, a lo largo del proceso de industrialización,


las relaciones entre los individuos y la sociedad se han complicado de forma espectacular.

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En semejante contexto, han emergido nuevos agentes de socialización que, sin sustituir
a la institución familiar y a los grupos de iguales, han adquirido un protagonismo
creciente. Se trata de la escuela y de los medios de comunicación de masas. La familia,
no obstante, mantiene un papel relevante, merced al entorno afectivo, probablemente
insustituible, que proporciona a los niños y niñas de corta edad. Los grupos de iguales,
por su parte, adquieren especial importancia, quizás, en la adolescencia, cuando las y los
jóvenes empiezan a relacionarse entre ellos al margen del entorno escolar.

Agentes de socialización en las


sociedades contemporáneas

 Tradicionales
 La familia
 Los grupos de iguales

 Modernos
 La escuela
 Los medios de comunicación

La escuela, como decía, ha adquirido un papel especialmente relevante. Es obligatoria


hasta la adolescencia en la práctica totalidad de las sociedades industrializadas. La
mayoría de las familias no entenderían hoy la educación de sus hijos e hijas al margen
de la escolarización obligatoria. La institución escolar, por su parte, no sólo transmite
enseñanzas formales, sino también otras que se conocen como curriculum oculto
(disciplina, competitividad, sometimiento a una autoridad, etc.). Los medios de
comunicación de masas, finalmente, proporcionan oportunidades sin precedentes –muy
especialmente a las personas y grupos más poderosos– de transmisión de información,
simultáneamente, a una gran cantidad de individuos. Las posibilidades de manipulación
de las masas son evidentes.

Socialización y curso vital

Es discutible que se pueda generalizar en cuanto a la existencia de una serie de etapas del
ciclo vital puesto que, en parte al menos, se trata de una cuestión cultural. Es por ello que
se abre camino la llamada perspectiva del ‘curso vital’ (en lugar de ‘ciclo vital’).
Probablemente, la única etapa claramente universal es la infancia, merced al largo
periodo de dependencia que caracteriza a la especie humana. La generalización de la
adolescencia, sin embargo, es mucho más discutible. Al margen de un indudable proceso
de transición de la etapa infantil a la etapa adulta, la adolescencia se constituye como

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«etapa problemática», al parecer, en las sociedades industriales. Por su parte, la «vejez»
se construye también socialmente, a partir sobre todo de las políticas de jubilación por
razón de la edad.

Por otra parte, el curso vital ‘tradicional’ estructurado en tres fases (aprendizaje, empleo
y retiro), que nos podría parecer natural, está siendo cuestionado, entre otras razones, por
su carácter sexista (García-Pastor y Alfageme, 2016). De hecho, tiene su origen en las
sociedades industriales, y parte de una clara división sexual del trabajo. Así, ese curso
vital trifásico representa la vida tradicional de los hombres, asumiendo que la otra mitad
de la población, las mujeres, se ocupa de forma natural de las tareas domésticas y de
cuidados por las que no se percibe un salario y para las que no se establece un retiro. El
contexto actual e irreversible de igualdad entre mujeres y hombres requiere formas de
organización diferentes, reformas o cambios que no siempre son bien comprendidos.

Bibliografía

GARCÍA-PASTOR, B Y ALFAGEME, A. (2016): Más allá de las medidas para la


conciliación. El retiro temporal del trabajo remunerado como política de
igualdad. Castellón, Acen. Madrid, Instituto de la Mujer.
GEERTZ, C. (1988): La interpretación de las culturas, Barcelona, Gedisa.
GIDDENS, A Y SUTTON, P. W. (2018): Sociología, Madrid, Alianza.
MACIONIS, J. J. Y K. PLUMMER (2012): Sociología, Madrid, Pearson.

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