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TEMA 4: LA ESPAÑA DEL SIGLO XIX: LA

CONSTRUCCIÓN DEL RÉGIMEN LIBERAL


Como en otros países de Europa, durante la 1ª mitad del s.XIX se produjo en España el fin del Antiguo
Régimen y la construcción de un nuevo Estado liberal. A lo largo de este siglo España se vio inmersa en
diferentes conflictos: una guerra contra el imperialismo napoleónico, un conflicto civil entre liberales y
absolutistas (las guerras carlistas) y una guerra de emancipación de las colonias americanas.

A. ¿Cómo se implantó el liberalismo en España?


El estallido de la Guerra de la Independencia (1808-1814) fue el desencadenante de la crisis
del Antiguo Régimen en España.
A. UNA MONARQUÍA CONSTITUCIONAL

El primer intento de régimen constitucional se produjo durante la Guerra de la Independencia.


La oposición a que el trono español estuviese ocupado por un hermano de Napoleón, José
Bonaparte, motivó la formación de Juntas que, reunidas en Cádiz, aprobaron la Primera
Constitución española.

El segundo intento se produjo durante la Primera Guerra Carlista (1833-1839) donde se


pusieron en juego dos modelos de estado. Con la victoria de los liberales defensores de Isabel
II se implantó durante su reinado una monarquía constitucional

B. LA ALTERACIÓN DEL LIBRE JUEGO POLÍTICO.

Los liberales estaban divididos en moderados y progresistas, que iban ocupando el poder.
Aunque esta alternancia se veía adulterada por una serie de prácticas que hacían difícil la
consolidación de un régimen político estable. Entre ellas destacamos:

 La constante intervención de la Corona.


 La existencia de una camarilla, que influía en la Corte en beneficio propio.
 El sufragio censitario, donde sólo votaban el 1% de la población.
 La gran influencia que ejercían determinadas familias por su posición política o
económica, en el nombramiento de los candidatos y en los resultados electorales
(caciquismo).

C. EL PAPEL ARBITRAL DEL EJÉRCITO

El papel del ejército en las guerras otorgó a determinados militares un gran prestigio que
comportó su intervención en la vida política. Militares como Espartero, Narvaez, O’ Donnell o
Prim se convirtieron en líderes políticos.

Los partidos en la oposición, a menudo, recurrían a un pronunciamiento militar para forzar al


monarca a entregarles el poder.

D. UNAS CONSTITUCIONES POCO DURADERAS:

Cada tendencia liberal quería establecer su modelo de Estado en una constitución propia.

Cuando los progresistas llegaban al poder promulgaban una constitución progresista. Cuando
llegaban los moderados, hacían lo propio.
Esta tendencia perduró durante todo el siglo lo que comportó cambios constitucionales
frecuentes. Tan sólo la de 1876 tuvo un carácter más flexible como resultado de un consenso
entre ambas tendencias.

B. Guerra y Revolución liberal 81808-1814)


La crisis de la monarquía de Carlos IV
Un año después de la llegada al trono de Carlos IV se inició la Revolución francesa. Por
temor al contagio de las ideas liberales, el rey de España se unió a la coalición
internacional contra Francia. Sin embargo, las tropas españolas fueron vencidas por el
ejército de la Convención francesa.
La derrota provocó un cambio de estrategia y Manuel Godoy, primer ministro de
Carlos IV, optó por una alianza con Napoleón para enfrenarse a Inglaterra. La firma del
Tratado de Fontainebleau permitió el paso de tropas francesas por España para
invadir Portugal.

La invasión napoleónica

La presencia de tropas francesas en territorio español y las intrigas de Fernando, el hijo mayor
de Carlos IV, contra su padre provocaron el popular Motín de Aranjuez. El resultado fue la
abdicación del rey en su hijo Fernando VII.

Napoleón aprovechó estas discrepancias para reunir en Bayona a Carlos IV y Fernando VII
consiguiendo que ambos aceptaran abdicar en su hermano José Bonaparte.

José I puso en marcha determinadas reformas con el apoyo de algunos liberales españoles, los
llamados afrancesados.

La Guerra de la Independencia

El 2 de mayo de 1808, el pueblo de Madrid se levantó en armas. Su ejemplo fue seguido en


todo el país, iniciando la Guerra de la Independencia. Sus fases más importantes fueron:

 Resistencia popular. Se formaron guerrillas* (nombre que designaba a los que se


oponían a la invasión).
 Ofensiva francesa
 Victorias angloespañolas

LAS CORTES DE CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812

Las abdicaciones de Bayona dieron el trono español a un monarca extranjero. Este vació de
poder estimuló la formación de unas Juntas locales para rechazar la invasión y crear un
gobierno legítimo que representarse al pueblo español.

En 1810 se convocó una reunión de Cortes en Cádiz con la finalidad de redactar una
Constitución.

En Cádiz se reunieron representantes de las Juntas de todo el país. La Constitución, aprobada


en 1812, establecía la soberanía nacional, la división de poderes, el sufragio universal
masculino.

También aprobaron una serie de reformas destinadas a abolir el Antiguo Régimen, a poner fin
a los privilegios de la sociedad estamental y a implantar un régimen liberal en España.
¡Viva la Pepa!

La aprobación de la Constitución se produjo el 19 de marzo de 1812, día de San José.

Desde entonces, el grito de ¡Viva la Pepa! se convirtió en una aclamación de los principios
liberales y de los ideales de las Cortes de Cádiz.

C. Fernando VII: el regreso al absolutismo (1814-1833)


Fernando VII regresó a España en 1814. Su objetivo era reinar como un monarca absoluto,
pero la difusión de las ideas liberales durante la Guerra de la Independencia dificultó su
pretensión de restaurar el absolutismo.

El Sexenio Absolutista (1814-1820).

Tras recuperar el trono, Fernando VII derogó la Constitución de 1812 y anuló la obra reformista
de las Cortes de Cádiz.

Su acción de gobierno fue acompañada de la represión de los liberales, los cuales llevaron a
cabo diversos pronunciamientos que fracasaron. Muchos de sus participantes tuvieron que
exiliarse.

El Trienio Liberal (1820-1823).

En 1820, con el pronunciamiento del coronel Rafael del Riego en Cabezas de San Juan (Sevilla)
el rey se vio obligado a aceptar la Constitución de 1812.

Fernando VII fue contrario a la nueva situación, pidió ayuda a los monarcas absolutos de
Europa para derrotar a los liberales. En 1823, la Santa Alianza envió a los Cien Mil Hijos de San
Luis, unas tropas al mando del duque de Angulema, que instauraron de nuevo el absolutismo.

La Década Ominosa (1823-1833)

La última década del reinado de Fernando VII comportó el regreso al absolutismo. Sin
embargo, los problemas políticos y económicos llevaron a la monarquía absoluta a su crisis
definitiva.

A nivel económico, la guerra contra los franceses había debilitado la economía y dejó la
Hacienda en bancarrota. Además, la independencia de las colonias americanas privó a las arcas
del Estado de una importante fuente de ingresos.

El nacimiento en 1830 de Isabel, la hija de Fernando VII, provocó un conflicto dinástico porque
la Ley Sálica* impedía reinar a las mujeres. Para asegurarle el trono, Fernando VII dictó la
Pragmática Sanción*, que abolía esta prohibición y convertía en heredera a su hija.

Los sectores se opusieron a esta decisión y reclamaron el trono para Carlos, hermano del rey

LA INDEPENDENCIA DE LA AMÉRICA HISPANA

La crisis del Antiguo Régimen en España coincidió con el movimiento de independencia de las
colonias en América.

El levantamiento estuvo dirigido por la burguesía criolla (descendientes de españoles nacidos


en América)
El movimiento emancipador estuvo dirigido por militares liberales, entre los que destacaron
Simón Bolívar, Antonio José de Sucre y José de San Martín.

La pérdida de las colonias significó un duro golpe para la Península porque perdió su prestigio
como potencia colonial y se vio privada de los mercados americanos y de importantes ingresos
para la Hacienda.

Causas del movimiento independentista

 Difusión de los principios de libertad e igualdad de la Revolución francesa, así como la


proclamación de la independencia de Estados Unidos en 1776.
 Descontento de la burguesía criolla
 Acaparamiento de la mayoría de los cargos de la Administración colonial por españoles
peninsulares.
 Debilidad de la monarquía española.

4.Desarrollo de la industria y aumento del comercio


A. EL SURGIMIENTO DEL CARLISMO

A la muerte de Fernando VII en 1833, los grupos sociales favorables al absolutismo se negaron
a reconocer a Isabel, de tres años, como legítima sucesora a la Corona, y apostaron por Carlos
María Isidro, e iniciaron una sublevación contra el gobierno de María Cristina de Borbón que
ejercía la regencia* en nombre de su hija.

La regente buscó el apoyo de los liberales (llamados isabelinos o cristinos). De este modo, se
formó un gobierno liberal moderado que emprendió reformas.

El nuevo Gobierno liberal tuvo el apoyo de la mayoría del ejército, que se mantuvieron fieles a
la monarquía establecida. Pero sobre todo contó con la ayuda de la burguesía y los sectores
populares de las ciudades.

B. LAS BASES SOCIALES DEL CARLISMO

El carlismo fue un punto de encuentro de diferentes sectores sociales reacios al liberalismo.


Entre los privilegiados, la nobleza rural y el clero. Y entre los no privilegiados estaban los
agricultores.

Los carlistas tuvieron seguidores sobre todo en los medios rurales más tradicionales, mientras
las grandes ciudades permanecieron fieles a Isabel II y defendieron la opción liberal.

Su fuerza residía en el País Vasco, Navarra y en zonas montañosas de Cataluña, Aragón y


Valencia, que defendían sus antiguas tradiciones y el mantenimiento de sus fueros.

C. LAS GUERRAS CARLISTAS.

Durante el siglo XIX se sucedieron dos grandes guerras carlistas y un alzamiento localizado en
Cataluña:

 La primera guerra carlista fue la más importante de todas ellas. El levantamiento se


inició en el País Vasco, y a pesar de contar con militares experimentados como
Zumalacárregui, los carlistas fueron derrotados por las tropas liberales del general
Espartero. La paz se firmó en el Convenio de Vergara.
 A pesar de su derrota, los carlistas continuaron organizados
 La segunda guerra carlista se inició ante la nueva vacante en el trono español tras el
exilio de Isabel II y la construcción del Estado Liberal (1833-1868)

5.Isabel II y la construcción del Estado Liberal (1833-1868)


Durante la minoría de edad de Isabel II (1833-1843) se inició la construcción de u Estado
Liberal en España, que se institucionalizó durante la Década Moderada y entró en crisis a partir
de 1856.

La regencia de María Cristina (1833-1840)

María Cristina se apoyó en los liberales moderados, que iniciaron tímidas reformas. Sin
embargo, una serie de levantamientos militares y de revueltas populares provocaron que
entregara el poder a los liberales progresistas.

El líder de los progresistas, Mendizábal, inició la abolición del Antiguo Régimen: reforma fiscal,
desamortización de los bienes de la Iglesia. También se suprimieron el diezmo, los privilegios
de la Mesta, las aduanas interiores y los gremios.

Una nueva Constitución de carácter progresista reconoció la soberanía nacional, aunque con
sufragio censitario, la división de poderes con la existencia de dos Cámaras (Congreso de
Diputados y Senado).

La regencia de Espartero (1840-1843)

En 1837, los moderados subieron al poder. Un movimiento de oposición forzó la dimisión de


María Cristina y el nombramiento como regente del progresista general Espartero en 1840

El talante autoritario del nuevo regente generó una fuerte oposición. Entonces, se decidió el
adelanto de la mayoría de edad de Isabel II y su proclamación como reina.

La Década Moderada (1843-1854)

Su llegada al trono significó el predominio de los moderados, bajo la dirección del general
Narváez. Las nuevas Cortes proclamaron una Constitución moderada.

Varias medidas ayudaron a consolidar un sistema político de carácter moderado y centralista.

Otras reformas fueron la de Hacienda, que centralizó los impuestos en el Estado, se elaboró un
Código penal y se creó un sistema de instrucción púbica nacional. También se firmó un
Concordato con la Santa Sede. Para mantener la ley en el medio rural se creó la Guardia Civil
(1844) por el Duque de Ahumada.

La deriva autoritaria de sus líderes (Narváez y Bravo Murillo), la fuerte influencia de las
camarillas y el falseamiento electoral hicieron que los progresistas recurriesen de nuevo al
pronunciamiento militar.

El Bienio Progresista (1854-1856)

En 1854, el general O’Donnell encabezó una revuelta popular contra los moderados. Fue el
pronunciamiento de Vicálvaro, en el que participó la Milicia Nacional y se formaron Juntas
revolucionarias.

Isabel II cedió a las presiones y dio el poder a los progresistas, quienes recurrieron de nuevo a
Espartero. Se llevaron a cabo reformas económicas con tres leyes fundamentales:
- Una nueva desamortización que afectó a los bienes comunales y de los Ayuntamientos
(Desamortización de Madoz, 1855).

- Una ley de Ferrocarriles y una ley de Minas para impulsar la red ferroviaria y la explotación
minera.

La descomposición del sistema (1856-1868)

Una nueva crisis del gobierno de Espartero impulsó a la reina a confiar el gobierno a O’Donnell,
que había creado la Unión Liberal, un nuevo partido de carácter centrista.

Desde 1856, unionistas y moderados se alternaron en el poder, mientras que los progresistas
quedaron marginados.

La oposición al régimen moderado se amplió y nacieron nuevos grupos entre los excluidos del
sistema, como los demócratas y los republicanos.

6. El Sexenio Democrático (1868-1874)


En septiembre de 1868, la crisis de la monarquía isabelina condujo a la “Gloriosa Revolución”,
una insurrección para derrocar a Isabel II y democratizar el sistema político.

Sin embargo, los gobiernos surgidos de la revolución no consiguieron dar estabilidad al nuevo
sistema democrático.

A. LA REVOLUCIÓN Y EL GOBIERNO PROVISIONAL (1858-1859)

La Revolución de 1868 fue dirigida por el almirante Topete, y los generales Prim y Serrano.

Las tropas leales a la reina fueron vencidas y ésta tuvo que exiliarse junto con su heredero
Alfonso

Ese mismo año se creó un Gobierno provisional con la misión de democratizar el sistema
político. En 1869 aprobaron una nueva Constitución de carácter democrático. En ella se
recuperaba la soberanía nacional, se incorporaba el sufragio universal masculino y se
otorgaban amplios derechos y libertades. La iglesia se separaba del Estado.

La Constitución establecía la monarquía constitucional como forma de Estado, por lo que fue
necesario buscar un nuevo rey.

B. LA MONARQUÍA DE AMADEO I (1870-1873)

La opción elegida fue Amadeo de Saboya. Unos días antes de la llegada del nuevo rey, su
principal valedor, el general Prim fue asesinado.

Amadeo I contó con el apoyo de progresistas, unionistas y demócratas.

Sin embargo, tuvo que hacer frente a una fuerte oposición: los moderados y parte de la Iglesia
se mantuvieron leales a los Borbones. Los carlistas aprovecharon la oportunidad para
proclamar rey a Carlos VII, dando inicio una nueva guerra, mientras que los republicanos
aspiraban a proclamar la República.
Ante la gran cantidad de problemas, a los que se unió una insurrección independentista en la
isla de Cuba, Amadeo I decidió renunciar ala Corona y abandonar el país.

C. LA PRIMERA REPÚBLICA 81873-1874)

Ante la abdicación del rey, las Cortes votaron la proclamación de la República, aunque la
mayoría de los diputados se reconocían como monárquicos.

La República fue recibida con entusiasmo por los sectores populares de las grandes ciudades y
el gobierno republicano puso en marcha un programa de reformas económicas y sociales.

Las elecciones de 1873 fueron ganadas por los republicanos federales y las Cortes redactaron
un proyecto de constitución federal que repartía las competencias legislativas entre el
gobierno central y las repúblicas federadas, que nunca llegó a aprobarse.

Tuvo cuatro presidentes (Figuera, Pi y Margall, Salmerón y Castelar), pero una serie de
problemas imposibilitaron su consolidación:

 Las divisiones en el republicanismo.


 La dificultad de hacer frente a la insurrección en Cuba y el inicio de una nueva guerra
carlista en 1872.
 Una insurrección cantonal* en Cartagena
 La oposición de los monárquicos que conspiraron para preparar la restauración de la
monarquía en Alfonso, el hijo de Isabel II.

En enero de 1874 el general Pavía disolvió las Cortes y entregó la presidencia del gobierno al
general Serrano, que intentó estabilizar una república conservadora y presidencialista.

7. La Restauración borbónica (1874-1902)


En diciembre de 1874, el pronunciamiento en Sagunto del general Martínez Campos
proclamaba rey a Alfonso XII, e iniciaba la restauración de la monarquía borbónica.

El sistema canovista

El ideólogo de la restauración monárquica fue Antonio Cánovas del Castillo.

Uno de los primeros objetivos fue la pacificación del país. En 1876 se puso fin a la guerra
carlista, y en 1878, a Paz de Zanjón acabó con la insurrección cubana.

Se proclamó la Constitución de 1876. El texto proponía la monarquía constitucional, con


soberanía compartida entre las Cortes y el rey.

Se trataba de un texto moderado.

Para impedir los pronunciamientos militares de etapas anteriores, el ejército quedaba


subordinado al poder civil.

Bipartidismo y turno pacífico

El funcionamiento político se basaba en la alternancia en el poder de dos partidos dinásticos:


el Conservador, liderado por Cánovas, y el Liberal, encabezado por Sagasta.

Ambos partidos coincidían en lo esencial: defensa de la monarquía, de la Constitución, de la


propiedad privada y de un Estado centralizado y unitario.
Conservadores y liberales se alternaban en el poder mediante el llamado turno pacífico.

El caciquismo y el falseamiento electoral

La alternancia en el poder de conservadores y liberales quedaba asegurada mediante el


caciquismo. Se daba en las zonas rurales.

Los caciques que podían ser tanto conservadores como liberales conseguían la elección del
candidato gubernamental a través de todo tipo de trampas: falsificar actas, comprar votos,
amenazar a los electores, …

El surgimiento de los nacionalismos

El afianzamiento del Estado centralizado provocó el surgimiento de movimientos nacionalistas


que reivindicaban el reconocimiento de su propia identidad:

 En Cataluña.
 En el País Vasco.
 En Galicia.

La crisis de 1898

En 1895 estalló una nueva insurrección en Cuba. En esta ocasión, los insurrectos contaron con
el apoyo de Estados Unidos.

En 1898, Estados Unidos declaró la guerra a España, tras el hundimiento del acorazado Maine
en La Habana, España sufrió una rápida derrota y la firma del Tratado de París selló la
independencia de Cuba, Filipinas y Puerto Rico.

El fracaso de 1898 provocó en la sociedad española un estado de frustración y pesimismo.


Como reacción surgieron movimientos regeneracionistas, que pedían una verdadera
democratización del Estado y el fin del caciquismo y la corrupción.

8. Castilla y León en la política española del siglo XIX


La Guerra de la Independencia y el reinado de Fernando VII

A principios del siglo XIX, Castilla y León se vio afectado por el estallido de la Guerra de la
Independencia.

En las zonas rurales hubo levantamientos y las partidas de guerrilleros fueron muy numerosas.
Entre ellas destacaron las dirigidas por Juan Martín Díaz, el Empecinado, y Jerónimo Merino,
conocido como el cura Merino.

La guerra dejó una situación de desolación en la región por el elevado número de víctimas y la
miseria de la población, así como por los saqueos de ciudades y del patrimonio artístico.

La guerra carlista y el régimen liberal

Cuando Isabel II heredó la Corona de Fernando VII, se inició la primera guerra carlista, que en
Castilla y León tuvo episodios destacados. Los carlistas llegaron a tomar Soria, El Burgo de
Osma e incluso Valladolid.

La causa del carlismo fue apoyada por los sectores más conservadores de la región, pero no
tenía partidarios en las ciudades. En Castilla y León, el régimen liberal se fue consolidando
porque favorecía a la burguesía, tanto textil como triguera, que le faba su apoyo.
La facción moderada del liberalismo gobernó durante el reinado de Isabel II, y estableció una
nueva estructura territorial

Las ideas liberales pusieron las bases para el desarrollo de la enseñanza a lo largo del siglo XIX.
Un destacado grupo de personajes de origen castellano y leonés fueron protagonistas de la
reforma educativa de esta época.

De entre ellos sobresale la figura del zamorano Claudio Moyano, que llegó a ser diputado a
Cortes, alcalde de Valladolid y rector de la universidad, y que, en 1857, decretó la Ley de
Instrucción Pública, que declaraba obligatoria la enseñanza primaria.

Los problemas durante la Restauración monárquica

Con la Restauración de la monarquía en la persona de Alfonso XII, llegó el turno de partidos en


el poder y también la manipulación electoral y el caciquismo.

El caciquismo organizó el entramado social y la práctica política. La fuerza de los caciques se


basa en la dependencia que ejercían en el ámbito rural y en una buena parte analfabetos.

El regionalismo

Los primeros sentimientos regionalistas de Castilla y León surgieron entre algunos grupos de
intelectuales, a finales del siglo XIX, y fueron recogidos en la obra El problema nacional, de
Ricardo Macías Picavea, un santanderino afincado en Valladolid.

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