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Ficha N°3:

Relaciones entre las ciencias sociales y el


campo de la salud
En las fichas anteriores empezamos trabajando la concepción de
ciencia ampliamente, sus características, su clasificación. Luego,
avanzamos hacia una cuestión muy específica y exclusiva de la
profesión como lo es la medicina basada en la evidencia. En esta
ficha, dimensionamos la importancia de que un/a profesional de la
salud conozca aspectos específicos de la metodología de la
investigación (búsqueda bibliográfica, sistematización del material,
lectura crítica, diseños de investigación, resultados, limitaciones de los
estudios científicos) para poder tomar decisiones -las mejores
posibles- habiendo recopilado y analizado la evidencia que se ha
publicado en relación con un tema en particular, motivo de su interés.

En este nuevo material del tema de la medicina en relación con la


ciencia y la metodología de la investigación, viraremos nuestra
perspectiva para analizar la medicina como una ciencia social. El
recorrido que hemos estado haciendo intentaba, en los dos escritos
anteriores, enmarcar a la medicina como una disciplina que cumple
estrictamente los pasos del método científico, cómo se diagnóstica,
cómo se trata médicamente a un/a paciente, cómo se previenen
enfermedades, cómo se pronostican estados o situaciones está
basado en la evidencia, es decir, en conclusiones de antecedentes
científicos. Sin embargo, no hemos tenido en cuenta que el objeto de
estudio de la medicina son las personas, los seres humanos. Si bien
el/la médico/a estará destinado/a a trabajar sobre el hígado, las
vías respiratorias, el apéndice o lo que fuera dentro de un
organismo, éste está enmarcado en una persona integral que vive
en sociedad, tal como hemos podido también apreciar en el
contenido desarrollado en la Unidad I.

Comenzaremos, entonces, a justificar por qué la medicina,


particularmente, y las ciencias de la salud, en general, se enmarcan
también dentro de las Ciencias Sociales.
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Históricamente, la ciencia de la salud ha estado ligada a las ciencias
naturales, representantes de lo experimental y del método empírico,
como hemos venido desarrollando hasta ahora.

Se la ha considerado, desde una perspectiva dualista, extrapolando


la salud y la enfermedad. Una característica también de la medicina
que la ha emparentado con las ciencias naturales ha sido su visión
centrada en los fundamentos de la fisiología, la química y la biología.

Sin embargo, a partir del siglo XX, se inició una


,
perspectiva mucho más integral, sosteniendo y
adhiriendo a la idea de que los aspectos sociales,
culturales, políticos y económicos tienen incidencia
directa sobre los procesos de salud y enfermedad de
las personas y de las comunidades. Un hito en la
evolución de la ciencia médica es dejar de pensar a la
salud y/o a la enfermedad como entidades
individuales y excluyentes, para avanzar hacia la
concepción de proceso -conjunto de fases
sucesivas, concatenadas que permiten alcanzar
una meta o un objetivo-, tal como ya estudiaste en
la Unidad I, en tema Historia social del proceso
salud, enfermedad, atención, cuidado.

Empecemos definiendo a las Ciencias Sociales:


Son una rama del campo de conocimiento integrado por diversas
disciplinas que establecen distintas relaciones para explicar,
interpretar y comprender los hechos, fenómenos y procesos
sociales. Cada una de estas disciplinas estudia al sujeto como un
ser social y delimita la realidad en sus aspectos históricos,
geográficos, sociológicos, jurídicos, políticos, económicos,
antropológicos y psicológicos.

En las disciplinas de ámbito social (etnografía, sociología, geografía,


historia, psicología, economía, entre otras) existen diferentes
problemáticas, cuestiones y limitaciones que no se pueden explicar, ni
comprender profundamente con la metodología de las ciencias
naturales.

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Dentro de esta perspectiva, se entiende que las personas construimos
modelos, conceptos, esquemas para otorgarle sentido a la experiencia
y, a medida que avanzamos en las etapas evolutivas, cambiamos esas
estructuras iniciales y las moldeamos en base a las distintas
situaciones de vida que enfrentamos. Todas estas experiencias no
pueden escapar al atravesamiento social, histórico y cultural de un
tiempo determinado.

La articulación inicial entre las ciencias sociales y la medicina es


reconocida bastante antes del siglo XX, sin embargo, la formalización
de esta rama del conocimiento estaba escasamente fundamentada,
sus métodos y procedimientos no se consideraban entre los cánones
exigidos por la ciencia.

Hasta ese momento, pueden encontrarse muy pocos desarrollos


teóricos y la medicina o la salud aparecían, por primera vez, entre los
sociólogos, antropólogos y psicólogos de esa época. Existen registros
de que algunos médicos estaban interesados en las condiciones
sociales y ambientales como factores posibles de generar
enfermedad, traspasando la barrera de lo biológico, pero fueron los
pioneros en este tipo de pensamiento. El perfil del/la profesional
médico/a humanista o epidemiólogo/a se construye en base a la
sensibilidad por el sufrimiento y enfermedad ajena, pero también
ligado a las propias limitaciones del tratamiento médico. A partir de los
avances tecnológicos en la medicina, como fueron los antibióticos y las
precisiones en los métodos de diagnóstico y tratamientos, disminuyó
la necesidad de esa mirada más dirigida a lo humano en su versión
integral. La industrialización y sus problemas sociales concomitantes
llevaron a diversos/as investigadores/as a estudiar la influencia de
factores como la pobreza y la ocupación en el estado de salud.

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Desde los comienzos de la historia la medicina, se ha configurado
como una profesión de servicio con una orientación filantrópica
(entendida como la tendencia a buscar el bien de las personas de
manera desinteresada). En su dimensión social, la tarea esencial de
la medicina gira en torno a la educación de la comunidad en y
para la salud.

Esta afirmación incorporó al ámbito de lo médico las dimensiones


social y cultural como elementos determinantes de la calidad de vida
y el bienestar de las personas y las comunidades.

La nueva concepción de la salud se configura como fenómeno social,


como emergente del entramado complejo de relaciones
intersubjetivas de los actores sociales, en un horizonte histórico-social
particular.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) es la organización


internacional especializada en salud pública de las Américas.

Brinda cooperación técnica en salud a sus países miembros.


Combate las enfermedades transmisibles.
Ataca los padecimientos crónicos y sus causas, fortalece los
sistemas de salud y da respuesta ante situaciones de emergencia y
desastres.
En su propósito está lograr que cada persona tenga acceso a la
atención de salud que necesita, promueve y apoya el derecho de
todos a la salud.

Sostiene que una buena salud es el mejor recurso para progresar


personal, económica y socialmente. Esta declaración implica la idea de
la mirada más hacia un plano social, cultural, económico y comunitario
haciendo énfasis en que la salud y la enfermedad no dependen
exclusivamente del individuo particular y de sus condiciones
físicas/biológicas, sino en la comprensión de que también es el
resultado y la consecuencia de condiciones ambientales,
económicas, sociales que determinan una condición.
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La primera Conferencia Internacional sobre la Promoción de la Salud
reunida en Canadá –en la ciudad de Ottawa, en noviembre de 1986-
emitió la conocida Carta, que ya te presentamos anteriormente,
intentando mejorar la propuesta en base a lo acordado previamente y
conocida como la declaración de Alma Ata. Este documento
reconoce la promoción de la salud consiste como la proporción a los
pueblos de los medios necesarios para mejorar su salud, sosteniendo
el principio de que para alcanzar un estado adecuado de bienestar
físico, mental y social un individuo o grupo debe ser capaz de
identificar y realizar sus aspiraciones, de satisfacer sus
necesidades y de cambiar o adaptarse al medio ambiente.

Se cambia la perspectiva de alcanzar la salud como un objetivo y se la


piensa como una gran fuente de riqueza que se consigue y sostiene en
la vida cotidiana.

Cualquier mejora en las condiciones de salud requiere de


mejoras en la paz, la educación, la vivienda, la alimentación, el
medio ambiente, la justicia social y la equidad. Cada uno de
estos factores puede funcionar como favorecedores u
obstaculizadores de los estados de salud y enfermedad.

En la Carta de Ottawa se sostiene que la promoción de la salud busca


que todas las personas desarrollen su mayor potencial de salud
tomando en cuenta los activos de la comunidad y las condiciones
sociales subyacentes que determinan una mejor o peor salud - los
Determinantes Sociales de la Salud que estudiaste en la Unidad I-
sabiendo que para alcanzar la equidad es necesario una redistribución
del poder y de los recursos.

Recordemos que la Organización Mundial de la Salud define los


determinantes sociales de la salud (DSS) como "las circunstancias
en que las personas nacen crecen, trabajan, viven y envejecen, incluido
el conjunto más amplio de fuerzas y sistemas que influyen sobre las
condiciones de la vida cotidiana".
.
5
Estas fuerzas y sistemas incluyen políticas y sistemas económicos,
programas de desarrollo, normas y políticas sociales y sistemas
políticos. Las condiciones anteriores pueden ser altamente diferentes
para varios subgrupos de una población y pueden dar lugar a
diferencias en los resultados en materia de salud. Es posible que sea
inevitable que algunas de estas condiciones sean diferentes, en cual
caso se consideran desigualdades, tal como es posible que estas
diferencias puedan ser innecesarias y evitables, en cual caso se
consideran inequidades y, por consiguiente, metas apropiadas para
políticas diseñadas para aumentar la equidad.

Los Determinantes Sociales de la Salud han definido cuatro líneas de


acción esenciales para la promoción en salud:

Fortalecer entornos saludables: Escuelas, universidades,


viviendas, lugares de trabajo y cualquier otro espacio común en el
que las personas participen cotidianamente y en el que se puedan
producir cambios tendientes a promover salud y bienestar. En
estos entornos interactúan los factores sociales, económicos,
ambientales, organizacionales y personales.

Facilitar la participación y el empoderamiento de la


comunidad: Esta línea de acción sostiene que la participación y la
toma de decisiones acerca de la propia salud son por sí mismas
promotoras de salud. Estimula el trabajar en red, refuerza el papel
de las comunidades y potencia sus activos y capacidades para que
puedan abogar por sus necesidades y perspectivas. Hace hincapié,
en esta misma dirección, en emponderar a las personas para que
se involucren y sean partícipes de sus procesos de salud y
enfermedad.

Fortalecer la gobernanza y la acción intersectorial y abordar


los determinantes sociales de la salud: Existe evidencia empírica
de que determinados aspectos sociales individuales, como el
contar con un trabajo digno, las condiciones de la vivienda, la
posibilidad de acceder a la educación, tener un nivel de ingresos
económicos adecuado para cubrir necesidades básicas y, además,
aspectos sociales macro, como contar con espacios verdes,
servicios públicos como acceso al agua potable, la red de gas, luz,
tienen una incidencia directa sobre la salud de las personas.
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Estos aspectos se relacionan directamente con las políticas
públicas y desempeñan un papel clave en la promoción de la salud
por su capacidad para actuar sobre los entornos, trabajar
intersectorialmente, integrar la participación comunitaria y adaptar
las intervenciones a las necesidades y contextos específicos de la
población.

Fortalecer los sistemas y servicios de salud: A partir de la carta


de Ottawa, el enfoque se centra en la promoción de la salud y
empieza a fortalecerse la idea de que los centros y sistemas de
salud deben proveer más que servicios exclusivamente médicos y
clínicos para centrarse en las necesidades de las personas y de las
comunidades de un modo integral. Se pone el énfasis en que cada
persona que llega al sistema de salud es una oportunidad para
detectar dificultades/necesidades en su entorno más amplio
(vivienda, familia, necesidades básicas).

Con lo descripto hasta aquí, no podemos dejar de enmarcar a la


medicina como una disciplina absolutamente ligada a los aspectos
sociales, y hasta podríamos aventurarnos a afirmar que sus prácticas
están determinadas por las condiciones sociales. La medicina tiene la
posibilidad de visibilizar las causas sociales, políticas y económicas de
la salud, descentrándose de las causas biológicas individuales, y
ampliar la perspectiva hacia condiciones sociales y políticas.

La medicina como disciplina ligada a lo social busca entender cómo las


condiciones sociales y económicas impactan en la salud y requiere de
un abordaje interdisciplinario en las intervenciones y el seguimiento
de las personas y sus familias. Desde estas perspectivas, los/as
médicos/as deben demostrar conocimientos que exceden a lo
asistencial para ayudar a afrontar problemas que no son médicos
sino una condición biológica, psicológica, social, económica, de género,
cultural y espiritual y reconocerlas como influencia sobre sus
enfermedades actuales o futuras.

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A continuación, les compartimos dos enlaces en los que deben
ingresar y leer con atención lo que allí se expresa. Los mismos servirán
para completar y comprender mejor esta temática.

Publicación de SURCOS, Asociación Civil de Argentina,


comprometida con el mejoramiento de la salud desde una
perspectiva comunitaria:

Aportes de la salud
comunitaria a la
clínica médica -
SURCOS.org

Publicación de New Medical Economics, un medio de


comunicación digital, editado por la empresa Health
Economics S.L. y dirigida por el Dr. José María Martínez
García, economista y doctor en Medicina, con una amplia
experiencia profesional en el mundo de la gestión sanitaria:

La investigación
cualitativa en
Ciencias de la Salud -
New Medical
Economics

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Investigación social en el campo de la salud

La medicina, como una ciencia social, sostiene como principio que las
condiciones sociales y económicas tienen un efecto importante en
la salud y en la enfermedad, y estos aspectos deben estar sujetos
a la investigación científica. Claramente, los diseños de investigación
cuantitativos, es decir, basados en los procedimientos y cálculos
estadísticos, son una herramienta capaz de aportar evidencia sobre
estas asociaciones o sobre la causa y el efecto de la enfermedad. Los
métodos cualitativos propios de las ciencias sociales ofrecieron
también precisión y aportaron claridad y profundidad a la
comprensión del proceso de salud y enfermedad desde la perspectiva
de los propios enfermos y sus comunidades.

Al empezar a reconocer a la salud como un valor social, los métodos


de investigación cualitativa se centran en conocer cómo ese valor es
definido por los diversos grupos sociales, la naturaleza de los deseos y
esperanzas de las diferentes comunidades con respecto a la salud, y el
grado en el que estos fines se logran o se frustran. También reconocer
el lugar que ocupa la salud como valor en los diferentes grupos
sociales y las expectativas que se generan en campos tales como el
cuidado médico, la nutrición, y la educación
para la salud. En párrafos anteriores
enumeramos las líneas centrales de los
determinantes sociales en salud y señalamos la
importancia de la participación y del
empoderamiento de los sujetos y de los grupos
para tomar decisiones en relación con las
políticas en salud. Así, la investigación se pone
al servicio de la comprensión de estos procesos
al interior de un grupo social particular.

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Dentro de la Facultad de Medicina de la UNT, hemos observado, a
través de las experiencias de los/as alumnos/as de la pasantía rural,
cómo las campañas de prevención o las convocatorias para programas
nacionales de seguimiento de algunas patologías o condiciones de un
grupo fracasan a pesar de ser buenas ideas, haber recibido
presupuesto suficiente y generar facilidades para el acceso al sistema
de salud o a la información proporcionada. Quizás, el trabajo con un
grupo, la escucha atenta, la observación, la articulación
interinstitucional (escuela, familia, hospital, centros comunitarios,
entre otras instituciones significativas para un grupo) sean soluciones
tendientes a dar respuesta a los emergentes de esa población o a
adecuar las campañas o los programas a las características y
necesidades particulares de ese conjunto. Lo importante es que la
problemática y las soluciones no lleguen externamente, sino que
sean reconocidas y apropiadas -en el sentido de hacerlas propias-
por la comunidad objeto de la intervención. Ésta sería una manera de
concretar el empoderamiento y la participación de una comunidad en
sus propios procesos de salud y enfermedad.

La metodología de la investigación cualitativa tiene mucho para


aportar en este sentido. El objeto de estudio de las metodologías
cualitativas es el discurso, el lenguaje, en tanto expresa los
sentimientos, las vivencias, las opiniones, las experiencias, los
significados. Como podemos ir imaginando, este modo de investigar
presenta diferencias con el método de las ciencias naturales o el
método que describíamos en la medicina basada en la evidencia.
Particularmente, el problema o la pregunta de
investigación que inicia un estudio no es tan
específica ni precisa, a medida que se introduce en
el contacto con las personas y sus discursos se va
refinando en base a los emergentes que surgen en
la interacción entre las personas de la comunidad y
el/la investigador/a. La investigación cualitativa no
pretende respuestas numéricas, medición o
reconocer la causa y el efecto, por eso sus
instrumentos de medición no son estandarizados,
como lo son un análisis clínico, un test o un
cuestionario con respuestas prefijadas.
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El objetivo de la metodología cualitativa aporta un enfoque holístico e
integral de los fenómenos o situaciones (enfermedad, dolor,
muerte, bienestar, entre muchos otros asociados a la medicina)
resaltando los significados personales y sociales, las prácticas
individuales y culturales y el entorno material o el contexto. Se pone al
servicio de grupos ocultos o vulnerables para visibilizar sus situaciones
en particular.

La investigación cualitativa consiste en un conjunto de


prácticas materiales e interpretativas que hacen visible el
mundo.

Estas prácticas transforman el mundo en una serie de


representaciones, incluyendo anotaciones de campo, entrevistas,
conversaciones, fotografías, grabaciones y memos. Esto significa que
los/as investigadores/as cualitativos/as estudian cosas en su lugar
natural en el mundo, intentando entender o interpretar fenómenos de
acuerdo con los significados que las personas les adjudican.

Para la investigación cualitativa la realidad es subjetiva y múltiple. El/la


investigador/a está inmerso/a en el contexto de interacción en el que
está interesado/a en investigar. Los procedimientos que utiliza para
construir evidencia empírica es el reconocimiento de categorías y
conceptos emergentes en forma inductiva a lo largo de todo el
proceso de investigación. El análisis de los datos es de profundidad y
en detalle y siempre enmarcado en el contexto en el que surge.

El uso de las metodologías cualitativas suplantan algunas falencias


importantes de las cuantitativas sobre todo en temas o situaciones
que son de difícil acceso a través de cuestionarios o encuestas como
podrían ser las situaciones de abuso sexual, las prácticas de los
pueblos originarios, la violencia doméstica, las enfermedades
terminales, la discapacidad, entre muchos otros temas sensibles.

Dentro de los métodos de los que la investigación social puede utilizar


para obtener los datos vamos a listar y a caracterizar solo algunos de
ellos:
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Investigación narrativa:

Se trata de un diseño cualitativo específico, en el que la narrativa se


entiende como textos orales o escritos que ofrecen un reporte de un
evento/acción o de una serie de eventos/acciones conectadas
cronológicamente. Las historias narrativas cuentan experiencias
personales o muestran identidades personales de individuos. Los/as
investigadores/as narrativos/as coleccionan historias de individuos
sobre sus experiencias de vida y pueden incluir documentos,
conversaciones grupales, historias basadas en diálogos con quien
investiga.

Los datos narrativos tienen diversos formatos: entrevistas,


observaciones, documentos, fotos, pinturas y otras formas de datos.
La cronología es importante en las narrativas, los y las participantes
pueden referirse al presente, pasado o futuro.

Un ejemplo que puede servirles es la dinámica que generó un profesor


de la facultad pidiéndole a los y las estudiantes que redactaran un
escrito sobre el médico o la médica que cada uno/a quería ser. Ese
relato analizado podrá develar expectativas, miedos, deseos,
imposiciones externas e internas de los y las estudiantes.

Investigación Fenomenológica:

La investigación fenomenológica describe el significado común que


diferentes individuos tienen de sus experiencias en relación con un
concepto o fenómeno. Los/as fenomenólogos/as describen lo que
tienen en común participantes cuando experimentan una
determinada situación. El propósito básico de la fenomenología es
reducir las experiencias individuales frente a un fenómeno (dolor,
insomnio, enojo, enfermedad) a una descripción de la esencia
universal del fenómeno. Los y las investigadores/as recogen datos de
personas que experimentaron el fenómeno, y desarrollan una
descripción de la esencia de la experiencia para todos los individuos.
La descripción consiste en el “qué” y el “cómo” de la experiencia.

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Investigación – Acción:

La investigación-acción participativa reconoce la riqueza de los


recursos que los miembros de la comunidad aportan a los procesos de
conocer, crear conocimiento y actuar sobre ese conocimiento para
lograr un cambio. La comunidad es la unidad básica de la identidad,
las soluciones y la práctica. “Comunidades” se entienden como grupos
con intereses o cultura compartida.

La investigación-acción participativa produce conocimiento para la


comunidad científica y para la sociedad, estableciendo una dialéctica
en la que ambos, los grupos sociales y la comunidad científica, tienen
un papel en la producción y apropiación del conocimiento. La
participación utilizada en enfoques de investigación-acción
participativa se entiende como una manera de redistribuir el poder y
construir un poder compartido. Apunta a un cambio del poder en la
sociedad, ya que el control de la producción de conocimiento se
desplaza hacia los y las afectados/as por los problemas.

Colectivamente conocen, problematizan, comprenden, actúan y


transforman las condiciones que afectan sus vidas. El proceso de
investigación-acción participativa debe, por tanto, empoderar a la
gente, dándole un mayor control sobre su vida.

Representaciones Sociales:

El concepto de representación social designa una forma de


conocimiento específico, el saber de sentido común, cuyos contenidos
manifiestan la operación de procesos generativos y funcionales
socialmente caracterizados. En sentido más amplio, designa una forma
de pensamiento social. Las representaciones sociales constituyen
modalidades de pensamiento práctico orientados hacia la
comunicación, la comprensión y el dominio del entorno social,
material e ideal. La representación siempre es portadora de un
significado asociado que le es inherente.

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Al ser formulada por sujetos sociales, no se trata de una simple
reproducción sino de una complicada construcción en la cual tiene un
peso importante, además del propio objeto, el carácter activo y
creador de cada individuo, el grupo al que pertenece y las
constricciones y habilitaciones que lo rodean.

Todas estas maneras de investigar con el fin de acercarnos a las


comunidades y a los grupos para conocer sus propios procesos de
salud y enfermedad cuentan con herramientas para recolectar la
información para analizarla y luego intervenir. Entre estas
herramientas, mencionamos:

-Observación: Captar el mundo externo a través de la información


que le aportan los sentidos. Esta información se internaliza y se
organiza en el cerebro en términos de imágenes, sonidos, texturas,
sabores y olores. La mirada es un acto sensitivo que selecciona
imágenes de manera inconsciente. La acción de ver implica un acto de
conciencia en el que el entorno percibido no pasa inadvertido al ojo
que mira. Observar es un acto de voluntad consciente que selecciona
una zona de la realidad para ver algo. Implica un acto total que utiliza
además de la vista, el oído, el olfato y las categorías culturales
internalizadas que le permiten ordenar y dar sentido a lo que percibe.

-Notas de campo: Es muy necesario llevar registros y elaborar


anotaciones durante los eventos y, de no ser posible, lo más pronto
posible después del campo. Los registros de notas deben ordenarse
(tema, período o evento). Agregar fecha y hora. Guardar materiales de
audio y video ordenadamente. Tomar fotografías, elaborar mapas y
diagramas sobre el contexto, comunidad o ambiente físico.

Pueden registrarse los movimientos de los participantes observados.


Incluir nuestros propios términos, palabras, sentimientos y conductas
en las anotaciones. Volver a leer las notas y anotar nuevas ideas,
comentarios u observaciones.

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Las notas de campo contienen las narraciones de aquello que es visto
y oído por quien investiga en el escenario observado. Además del
registro de las descripciones de las situaciones observadas, lo
característico de esta técnica de observación es que incluye el registro
de los comentarios de quien investiga sobre lo observado, así como las
interpretaciones provisorias que se realizan sobre el material
registrado. Las notas de campo incluyen información descriptiva de la
situación y también un material que expresa la reflexividad de quien
observa.

-Entrevista: La entrevista, en tanto técnica de recolección de datos, se


encuadra dentro de las técnicas de autoinformes, ya que se basa en
las respuestas directas que los actores sociales dan al investigador o la
investigadora en una situación de interacción comunicativa. Las
investigaciones basadas en entrevistas son relevantes para la
investigación social y cultural porque permiten obtener información
provista por los propios sujetos, y con ello se obtiene un acceso más
directo a los significados que éstos le otorgan a su realidad. Mediante
la entrevista quien investiga obtiene descripciones e informaciones
que proveen las mismas personas que actúan en una realidad social
dada. Por lo tanto, a través de las entrevistas se obtiene información
sobre ideas, creencias y concepciones.

Desde el punto de vista de la naturaleza de la información, mediante


esta técnica se puede acceder al conocimiento de hechos o situaciones
reales, así como a la expresión de deseos, expectativas, fantasías,
anticipaciones y creencias que forman el mundo interno de las
personas, muchas veces referidas a hechos que no han sucedido.

La técnica de entrevista le permite al investigador o la investigadora


acceder a hechos, descripciones de situaciones o interpretaciones de
sucesos o fenómenos (internos o externos) a los que no se podría
acceder de otro modo.

-Análisis documental: serie de métodos y técnicas de búsqueda,


procesamiento y almacenamiento de la información contenida en los
documentos.
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Una presentación sistemática, coherente y suficientemente
argumentada de nueva información en un documento científico. No
debe entenderse ni agotarse la investigación documental como la
simple búsqueda de documentos relativos a un tema. La investigación
documental constituye una estrategia metodológica que emplea la
investigación científica para realizar la revisión de antecedentes de un
objeto de estudio y para reconstruirlo conceptualmente.

La investigación documental, en tanto estrategia metodológica para


analizar y recolectar datos abre un abanico de posibilidades, sobre
todo dentro del campo de la investigación social y humanística. A
través de la observación y el análisis de la “documentación” nos
permite volver la mirada hacia un tiempo pasado para, de este modo,
comprender e interpretar una realidad actual (sincrónica) a la luz de
acontecimientos pasados.

A modo de cierre

Para finalizar, nos interesa destacar que la medicina, como disciplina


profesional, permite la posibilidad de ser abordada
metodológicamente desde enfoques cuantitativos y cualitativos
de investigación. Incluida dentro del espectro de las ciencias sociales
tiene mucho camino por andar e incorporar para hacer más efectivas
sus intervenciones, ampliando y enfocando la mirada hacia los
valores, las creencias, las experiencias y los significados
construidos por una comunidad en particular.

En la medida en que la investigación otorgue voz a los diferentes


grupos humanos, se podrá comprender de qué están compuestos los
fenómenos que atraviesan, para intervenir apropiadamente desde
esos aspectos particulares y subjetivos. Emponderar y estimular la
participación será el gran desafío para generar soluciones eficaces y
apropiadas que acompañen los procesos de salud, enfermedad,
atención y cuidado.
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Bibliografía
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investigación cualitativa en salud: perspectiva crítica y reflexiones
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VEGA ROMERO, R. Informe comisión Determinantes sociales de
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