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3ra edición
Aumentada y corregida
DIOS ES UN TIRANO
3ra edición
Aumentada y corregida
JOSÉ HERMINIO
JASSO ÁLVAREZ
Primera edición, julio 2021
ISBN: 978-84-18791-19-2
Hecho en México
Made in Mexico
En la foto podemos ver al Autor en las épocas en las
que escribía poemas. Muy bien acompañado, traba-
jando como gente decente y en plena acción dentro de
la Penitenciaría del Estado. Bien vestido, esbelto, abste-
mio 100%. Poniendo el ejemplo como servidor público
y como miembro de nuestra sociedad. Sin duda, eran
otras épocas. ¡¡Qué épocas!!
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Mis disculpas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
¿Soy Real?. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
Abuelita (prólogo) . . . . . . . . . . . . . . . 30
Abuelita . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
Yo condeno el terrorismo . . . . . . . . . . . 58
¿Qué estamos haciendo aquí? (prólogo). . 71
¿Qué estamos haciendo aquí?. . . . . . . . . 75
15
PRÓLOGO
18
Ya con el tiempo, las cosas fueron mejo-
rando y ya no escribí poemas de media carta,
sino de ocho o catorce cuartillas.
Se tarda uno su rato en escribirlos y más en
leerlos.
Pero al encontrarlos, a sabiendas de que
algunos tenían más de 50 años de haber sido
escritos, se me vino a la cabeza algo que me
pasó con mi afición a la fotografía, cuando
alguien me preguntó que qué hacía con tanta
foto y solo le contesté que guardarlas para ver
luego qué hacía con ellas.
Ese alguien me sugirió que las expusiera al
público y me gustó la idea, convirtiéndome en
un asiduo expositor de fotografías y triunfador
en más de un concurso de fotografía.
Así que sin necesitar que alguien me tenga
que preguntar que qué voy a hacer con tantos
poemas, me decidí a publicarlos para el disfrute
o disgusto de quienes tengan la buena o mala
fortuna de leerlos.
Por no ser un profesional de la composi-
ción, se me pasó ponerle fecha a cada una de
mis obras, pero algunas describen hechos que
por sí solos me ubican en el tiempo y lugar,
como los que escribí cuando era director de la
Penitenciaría del Estado.
Otros los escribí como estudiante de la
Facultad de Derecho y de la Facultad de Filo-
sofía de la Universidad de Guadalajara.
19
Terminé la carrera de Derecho, pero la de
Filosofía no, porque como estudiaba y traba-
jaba, no me ajustó el tiempo, la capacidad y la
paciencia para tanta carga de responsabilidad.
En fin, si tuviste la paciencia de leer este
prólogo, estoy seguro de que tendrás la pacien-
cia de leer lo que expresa mi estado de ánimo
mental en el momento en el que me sentaba a
escribir lo que ya tienes en la mano.
Y aprovecho para iniciar una campaña de
distribución de libros. Que no se queden guar-
dados en la biblioteca personal de nadie. Hay
que dar oportunidad para que más personas
lean lo que ya leíste.
Como decía aquel anuncio: “Si te gustó,
regálaselo a un amigo, pero si no te gustó, regá-
laselo a un enemigo”.
Sé que tengo otros temas sobre los cuales
escribir, pero ¿me quedará tiempo? Más vale que
aproveche la oportunidad que se me presentó y
no que deje lo escrito para que forme parte del
montón de cosas que van a pasar por la tritura-
dora cuando el Tirano me llame a cuentas.
20
MIS DISCULPAS
(PRÓLOGO)
22
Me atreví a intentar poner una mano donde
no debía y la muchacha hasta lloró porque se
sintió vejada en su castidad e inocencia.
El llanto fue tan sincero que me llenó de
pena y de vergüenza por mi atrevimiento,
aunque yo creyera que era algo inocente, que
llegando a mi casa descargué mi necesidad de
pedir perdón en las líneas que vas a leer.
Me imagino que después de leer lo que
escribí, te va a interesar saber si sirvió de algo
el verso.
Pero esa ya es otra historia y no sé si me
anime a platicarla, pero lo único que puedo
decir es que…, es que…
No, mejor no te digo.
23
MIS DISCULPAS
No me supe aguantar,
fue mucha la tentación,
yo estaba muy excitado.
¿Que no quieres tú pasar
por lo que nunca has pasado?
25
¿SOY REAL?
(PRÓLOGO)
27
¿SOY REAL?
29
ABUELITA
(PRÓLOGO)
31
ABUELITA
32
Cuando un amor que cada día crece,
de pronto desaparece,
porque alguien llegó a morir,
se convierte en un sufrir
y es el alma la que grita,
aunque no sea en voz alta,
¡Abuelita! ¡Abuelita!
¡Cómo nos haces falta!
Pero,
como lo dijeron todos,
ya para qué lamentarnos,
más nos vale resignarnos,
ya se fue, de todos modos.
Te nos fuiste,
te nos moriste,
nos tomaste descuidados,
no estábamos preparados,
creíamos sinceramente
que vivirías eternamente,
hacíamos siempre a un lado,
dejamos siempre olvidado,
que la vida está prestada,
que la línea está trazada
y aunque a nadie le ha gustado,
nuestro día está señalado.
Tú pedías la unidad,
tú buscabas comprensión
y no encontraste hermandad,
encontraste división,
y tuviste un sufrimiento,
que no paró ni un momento.
Para ti fue una pasión,
ver esa separación,
que por cosas terrenales
te causaban muchos males,
y por un maldito coraje,
34
nunca oyeron tu mensaje.
Unos,
sin estar peleados,
siempre viven apartados.
Y unos,
en sus desatinos
creen que nacieron finos.
Otros,
sin ser malas Gentes,
se apartan por corrientes.
Tú señalaste un camino.
Tú nos guiabas con buen tino.
Con tu verticalidad,
nos pedías cordialidad.
Y nosotros, ¿qué te dimos?
Frialdad hasta entre primos.
Y alguna vez entre Hermanos,
llegamos hasta las manos.
Y otros,
con el alma herida,
peleados ya de por vida.
Algunos,
teniendo sus propias razones.
35
No veíamos tus emociones.
Algunos,
teniendo problemas tantos,
no veíamos tus llantos.
Algunos,
con gran ligereza
nunca vimos tu tristeza.
Algunos,
haciendo a un lado el amor,
nunca vimos tu dolor.
Algunos,
mientras decíamos amarte,
siempre vivimos aparte.
Algunos,
por su terquedad,
causamos tu ceguedad.
Algunos,
por su finura,
cavamos tu sepultura.
Inclusive en la ocasión,
de ser tu cuerpo velado,
nadie abrió su corazón,
y tu cuerpo amortajado
no vio esa sinrazón
36
de cada quien por su lado.
Y eso me puso a pensar,
y me puse a recordar
tu postura y entereza
que se afirmaba en los Años,
enfrentando tantos daños
que trae la naturaleza.
En cambio,
¡ah!, injusticias de este Mundo,
con nuestra falta de vista,
nuestro amor fue egoísta
aunque se sienta profundo.
37
Tu amor,
aunque ya no se sienta,
valía por ciento sesenta.
Tu afecto,
que bien prodigabas,
nunca lo dividías,
igual a todos tratabas,
lo pueden jurar mis tías.
Tus hijos,
lo sé muy bien,
pensarán esto también.
Tus hijos,
estoy seguro,
pensarán en el futuro.
Tus hijos
no han de querer
que les pueda suceder,
que en su propia casa
les pase lo que aquí pasa.
38
Porque
me pongo a pensar,
que
¿qué clase de afrenta
le pudo a un tío pasar
que a sus hijos no presenta?
Y así,
ya, ¿qué más decimos?
Te pregunto en tu partida:
¿Qué pesó más en tu vida?
¿Tus penas acumuladas?
¿Tus alegrías separadas?
¿Tantos felices momentos?
¿O los muchos sufrimientos?
39
el cariño que te tengo,
para siempre lo sostengo.
Faltándonos ya tu amor,
¿quién será el conciliador?
Al no existir ya tu ser,
¿nos volveremos a ver?
Sin ti,
ya nada es lo mismo.
Sin ti,
crece más el abismo
y nuestro único consuelo
es que ya estés en el Cielo.
Y pensar,
que tu cariño sería infinito
si no fuéramos mortales.
Solo nos queda desear
que estés ya con mi Abuelito
donde todos son iguales.
Si yo pidiera opiniones,
si yo buscara razones,
40
entre tus hijos,
y los hijos de tus hijos,
en tu familia que es tanta,
para todos fuiste santa
y no habrá a quien no le cuadre,
si te llamo, Santa Madre.
41
PAPÁ, ¿CÓMO SE APELLIDA
DIOS? (PRÓLOGO)
43
PAPÁ, ¿CÓMO SE APELLIDA
DIOS?
Papá,
¿cómo se apellida Dios?
¿Pérez?
¿Márquez?
¿Gómez?
¿De las Altas Torres y de los Góngora?
Papá,
¿tiene apellido Dios?
¿Méndez?
¿López?
¿Núñez?
¿Conde de la Ínsula de Córdova?
Papá,
¿Cuántos nombres tiene Dios?
¿ José?
¿ Jesús?
¿Salvador?
¿ Juan, Carlos, Rodrigo, Luis?
44
Cuando menos lo esperaba,
cuando más tranquilo estaba,
llegó mi hija y me asustó
pues todo eso preguntó,
y para mal no quedar
esto pude contestar:
Mira, M’ija.
Todos los que aquí vivimos,
todos los que aquí nacimos,
de Padre y Madre venimos.
Y de todos es bien sabido,
que de ellos nos viene el apellido.
Mira, M’ija.
En este Mundo tan grande
y tan pequeño a la vez,
antes que un niño ande,
ya debe saber quién es.
45
Somos tantos los humanos,
que por ahí alguien inventó,
la forma de distinguir
a uno de otro,
sin que existiera
para otros la manera,
de poderse confundir.
No lo hacemos numerando,
no lo hacemos marcando,
no lo hacemos clasificando.
Dentro del desorden
que implican tantos nacimientos
encontramos que hay orden
a la hora de irlos registrando.
El nombre te distingue
entre tus propios hermanos.
El nombre te diferencia
entre los de tu propia casa,
pero eso del apellido,
para tantos que han vivido,
siempre les ha servido
para que no los confundan,
para que no los revuelvan.
Tú eres una,
en número,
tú eres una,
como Persona,
tú eres una,
como individualidad,
47
tú eres una,
en el concepto de los demás,
tú eres una,
en el aprecio que te tienen,
tú eres una, entre todos,
tú eres única entre todos.
De ahí la importancia
de que todos tengan Nombre,
de que tengas Apellido.
¿Me has entendido?
En este Mundo de mortales
no es el rostro solamente,
ni la talla de la gente,
lo que nos quita lo iguales.
Mira, M’ija.
Los que este Mundo habitamos,
los que nos creemos humanos,
vemos que de todos modos,
somos Iguales todos.
No es la Carne la diferencia,
no es la ropa,
no es la estatura,
no es el color de tu piel,
no es el color de tus ojos,
no es lo que llevas en ti,
sino lo que va fuera de ti.
49
No eres tú,
no es tu persona,
lo que te hace ser distinta,
pues lo que te ha distinguido,
desde el día en que has nacido
son tu nombre y apellido.
Tú y Yo
los necesitamos
porque estamos entre iguales,
porque estamos entre hermanos,
porque estamos entre humanos.
Pero
Dios,
M’ija,
Él no es igual a nosotros,
Él no se compara a otros,
Él se encuentra en otra altura,
Él tiene otra estatura.
50
ya no digamos, por verlo,
tan solo por entenderlo.
Y te digo francamente,
reconozco mi impotencia,
aunque lleno de paciencia,
mi escasa y humana mente
no alcanza con su ciencia
a comprenderlo como ente.
Y si no lo puedo entender,
si no lo podemos ver,
si es imposible imaginarlo,
si es imposible comprenderlo,
déjame, hija, decirte,
que no puedo explicarte,
tal como tú quisieras,
o como tú lo entendieras,
porque es por todos aceptado
que Dios tiene su secreto
debidamente guardado,
y en eso, yo no me meto.
Se asegura,
se afirma,
jurando veracidad,
que allá,
donde quiera que esté Dios,
está la Santísima Trinidad.
Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¿Que de dónde sale tanto?
No es solo uno, ni dos,
pero todos son un Dios.
¿No lo entiendes?
¿No lo entiendes un poco?
Yo tampoco.
Pero lo dicen en serio,
que esto es un misterio.
Y espero que tengan tino,
si es un misterio Divino.
Por eso,
ya me doy por complacido
si te ha quedado entendido,
que de todos es sabido
que Dios no tiene apellido.
54
YO CONDENO EL TERROSIMO
(PRÓLOGO)
57
YO CONDENO EL TERRORISMO
Planeta Tierra
Vas cayendo a un abismo,
a un abismo que aterra,
que es el del Terrorismo.
¡Injusticia!,
claman.
¡Tierra!,
reclaman.
¡Religión!,
proclaman.
¡Cierto es!
Algo existe de injusticia,
cuando hay pueblos hambreados,
cuando hay Pueblos Marginados.
60
de llegar a la barbaridad
secuestrando a unos Atletas?
¡ Justicia!
¿En el crimen?
¡ Justicia!
¿En el secuestro?
¡Tierra!
¿Matando niños?
¡Tierra!
¿Matando indefensos?
¡Religión!
¿Contra el derecho natural?
¡Religión!
¿Matando a sus hermanos?
¡Diálogo!,
pide el Mundo.
¡Al terror!,
un ¡No! rotundo.
“¡Mataremos al traidor!,
buscando en eso la Gloria”,
olvidando que la historia
la escribe el vencedor.
¿Orgullo?
¿Fiereza?
Qué contrariedad
para esta humanidad,
que pregona el humanismo
y fomenta el terrorismo.
65
El mundo ya quedó loco,
quien no asesina, se suicida.
¿Para qué vale una vida?,
ya eso se estima muy poco.
“¡Queremos liberación!”
“¡No queremos opresión!”
“¡Dennos participación!”
66
recuerda que él es tu hermano
y hermano de tus hijos.
Pero
mueren unos
y
surgen otros,
la pasión nunca termina,
vive siempre el fanatismo,
cuyo comando conmina
¡a sembrar el terrorismo!
67
y aceptando su Filosofía
dan su vida por perdida.
¿Es valor?
¿Es locura?
¿Es temeridad?
¿Es insensatez?
¿Es arrojo?
¿Es demencia?
Pónganse a considerar
en dónde está la razón.
Pónganse a analizar
sin meter el corazón.
68
Los crímenes son de ambos bandos,
los de arriba y los de abajo,
cada quien con su trabajo
creyendo en los resultados.
Termina ya la pendencia,
que dejen ya de matarse.
¿Que no pueden arreglarse
solo usando inteligencia?
69
Una vida recibieron
y una vida que quitan,
y estoy seguro que gritan:
“¿Para qué, pues, me la dieron?”.
Esperemos solamente
que no exporten magnicidios
y alejen sus homicidios
de nuestro presidente.
70
¿QUÉ ESTAMOS HACIENDO
AQUÍ? (PRÓLOGO)
71
que a alguien se le ocurrió que era un horno de
llamas eternas.
¿Y el cielo dónde está? Los telescopios
modernos que están ubicados en el espacio,
toman fotos de galaxias ubicadas a millones de
kilómetros o años luz de kilómetros y las fotos
están tomadas para todos lados en el espacio y
el universo parece no tener fin. No se ve nada
que pudiera ser “el cielo”.
Si lo analizamos con detenimiento,
haciendo a un lado los ritos y los dogmas,
sabiendo que en la tierra se quedan nuestros
ojos, ya sea porque los incineraron o porque se
los comieron los gusanos, ¿con qué ojos vamos
a ver a Dios?
Si creemos en que el alma se separa del
cuerpo y nadie la ve porque es algo insubstan-
cial, ¿el alma tendrá capacidad de viajar a donde
quiera que sea que deba viajar?
¿Todo es solo pura imaginación?
Es imposible creer que estemos aquí solo
porque una célula que alguien tuvo que crear,
evolucionó hasta crear un organismo tan per-
fecto, que nadie en el mundo es capaz de crearlo
por sus propios métodos. El método de repro-
ducción nos dice que aquí hay una inteligencia
y capacidad imposible de entender y de igualar.
Todo lo que vemos en el mundo, desde el reino
animal y vegetal, es algo maravilloso. Y el uni-
verso, el sistema solar, que tiene una función
72
que nadie en el mundo puede controlar, pero
que está hecho con una perfección asombrosa,
que nadie puede entender cómo es que fun-
ciona, porque nos pueden explicar los porqués
de las estaciones del año, pero nadie sabe cómo
se crearon o establecieron para que cada año
funcionen como reloj.
El sol, la luna, los demás planetas, la redon-
dez de cada objeto en el espacio, la rotación, la
traslación y algo muy importante ¿cómo es que
no se caen de donde están? ¿qué los sostiene?
La atracción solar y de un planeta entre
otro. ¿Por qué no chocan el uno contra el otro??
Estoy seguro de que sí hay un Dios o como
deba llamarse, que creó todo esto.
Yo no creo en la evolución. Creo firme-
mente en la mano y en la inteligencia y el poder
divinos.
Pero lo importante de mi pregunta es: ¿qué
estamos haciendo aquí?
La idea es tratar de entender a que está
jugando Dios con nosotros.
“Hagamos al hombre a nuestra imagen y
semejanza” quiere decir que Dios tiene manos,
ojos, piernas, corazón y, a lo mejor, hasta sis-
tema digestivo, con todo lo que esto significa.
La duda, siempre la duda.
¿Cómo fueron creados los primeros
hombre y mujer?
73
Porque si no creo en la evolución, ¿debo
creer en la historia de Adán y Eva?
Ya sé que muchos me dirán que cuando me
muera voy a ver todo eso. Y ahí regresamos a lo
mismo: ¿con que ojos voy a ver todo eso?
74
¿QUÉ ESTAMOS HACIENDO
AQUÍ?
Este mundo,
es un misterio rotundo.
¿Qué dio origen a la vida?
Es una verdad perdida.
¿Quién puede,
sin que su lengua ruede,
y sin orientarnos mal,
decir cuál es el objeto
de la vida terrenal?
75
Las subidas y bajadas,
los éxitos y fracasos,
las ilusiones soñadas
y todo ese frenesí.
¿Para eso estamos aquí?
Yo alzo al cielo los brazos
y sin esperar respuesta
reitero la cuestión esta:
¿Cómo caímos aquí?
77
darnos la oportunidad
de gozar su majestad.
Soplo de vida,
Alma,
Entendimiento,
Capacidad de reproducción,
Inteligencia,
Movimiento,
todas estas características
que tiene la humanidad,
no las tiene por casualidad.
79
Y esto hay que afirmarlo
en contraposición
al cuento ese medio malo
de la evolución.
No es posible aceptar,
sin caer en algo vano,
que todo el género humano,
esta especie tan perfecta,
comenzó en su despertar
siguiendo la línea recta,
y aceptando en forma pura
lo que le ordena natura.
82
¿A quién se le habrá ocurrido,
que todos los que vivimos,
de casualidad salimos
por el tiempo transcurrido?
No somos aparición.
Todo esto debe ser resultado
de alguien que con un objeto,
que se tiene reservado,
nos tiene aquí trabajando,
atenidos a la suerte
y cada quien preguntando,
¿qué hay después de la muerte?
Si hablamos de evolución,
no nos queda más respuesta,
que toda la gente muerta
ya ha cumplido su función.
83
Se le incinera o entierra,
y ahí, abajo de todos,
en nuestro organismo ocurren
cambios de muchos modos.
Al pensar en el deceso
no podemos evitar
meditar y meditar,
¿venimos solo para eso?
Nacen y mueren,
las flores,
los árboles,
los frutos,
el día,
la noche,
84
los hombres,
las mujeres,
los volcanes,
los ciclones.
No por sufrir de uno que otro mal,
sino por cumplir con el ciclo natural.
85
No cualquiera está conforme
con aquello que el destino
ya le puso en el camino.
Aunque este se deforme,
por la búsqueda constante
de mejoría cada instante.
Existen contradicciones
de quienes creen ver visiones,
unos dicen que es finito
otros dicen que infinito,
pero en lugar de alegar,
¿quién lo puede comprobar?
86
Así estamos con el hombre
y su origen desconocido,
pues quien lo dé por sabido
que explique por qué existe hambre.
Yo todavía pregunto,
a quien no se dé abasto,
¿Para qué es tanto gasto,
y tratar de ordenar los elementos,
si no tenemos alimentos?
Yo no aseguro aquí
que exista otra vida,
que exista infierno y cielo,
aunque pongo mucho celo
en la cuestión repetida,
¿qué estamos haciendo aquí?
Células encantadoras
que, no teniendo ni manos,
89
han producido hermanos,
y dan vida a todas horas.
90
¿No es mucha casualidad
que por equivocaciones
toda esta humanidad
tiene fuertes corazones?
91
y afirmar con frenesí
que ya todo estaba ahí.
No se explican, ni poquito,
el origen del mosquito.
No aclaran, y no me extraña,
el origen de la araña.
92
¿Tenía el pez inteligencia?
¿Acaso cree en eso la Ciencia?
Ya tenemos, y celebro,
lo que permite entender,
lo que nos permite ver,
lo que nos permite hablar,
y sin poder explicar
el origen del cerebro.
Algunos en su terquedad
teorizan con ardor
que no fue casualidad,
solo fue casual error.
93
Todo porque hicieron teatro
con razones que son malas.
Que a una mosca de dos alas,
con rayos, le hicieron cuatro.
Definitivamente he resuelto,
después de eso que veo,
94
que hasta que me vean ya muerto,
si no lo veo, no lo creo.
Pobre de la humanidad
que aunque duro se le arrecie,
se cree reina de la especie
pero es pura vanidad.
95
ya vendrán hombres mejores,
con muchos más conocimientos.
He llegado a comprobar
que lo que quiero saber
es difícil de probar,
imposible a mi entender.
Tranquilo yo me encontraba
con esta filosofía,
cuando sentí que me hablaba
una voz que me decía:
“Deja de filosofar,
deja ya de molestar,
que el pueblo crea lo que quiera,
aunque de dudas se muera.
Has de estar muy preocupado
sentadote en tu casa.
¿Y sabes qué es lo que pasa?
Es que estás desocupado”.
97
DIOS ES UN TIRANO
(PRÓLOGO)
98
que nunca vamos a conocer en esta vida, pero
que vamos a verlo y gozarlo en la otra.
Aquí ya empieza el misterio.
Y si te atreves a dudar de esos misterios
celestiales e indescifrables de la vida, te expo-
nes a que te excomulguen.
O sea, que la tiranía en las creencias se
extiende hasta la tierra.
Imposible olvidar aquel sistema de aprendi-
zaje de la religión en nuestras tierras: “O crees
o mueres”
Pero uno se pone a pensar y a analizar, si
Dios me dio un cerebro para pensar ¿Por qué
va a estar prohibido pensar?
Si Dios nos dio uso de razón ¿Por qué va a
estar prohibido razonar?
Buscar la respuesta lógica y sencilla a los
misterios de la divinidad.
Desde la creación del universo y del ser
humano y los animales y los bienes de la natura-
leza: Oxígeno, agua, viento, Nubes y la riqueza
de la tierra que produce árboles y frutos y los
demás cultivos.
La reproducción humana y del reino animal
y vegetal.
Todos son misterios inescrutables para la
poca inteligencia del hombre ante tanta mara-
villa.
99
Todo eso obliga a tratar de imaginar cómo
puede ser quien quiera que sea que nosotros
identificamos como un Dios.
El único e indivisible Dios, aunque luego
nos dicen que son tres personas distintas y un
solo Dios verdadero.
Un Dios que sabe y conoce todo: Pasado,
presente y futuro de cada cosa y de cada persona.
Pero luego nos dicen que la humanidad
había ofendido gravemente la ley de Dios por
que se entregó al mal.
Al desorden moral y social.
Guerras por aquí y por allá.
Pero con todo y esas ofensas graves, que en
el caso de Sodoma y Gomorra fueron castiga-
das con fuego y azufre que cayó del cielo, Dios
decidió que en vez de aventarnos fuego y azu-
fre o alguna otra calamidad, como nos quiere
tanto a sus hijos humanos, en vez de castigar-
nos cruelmente, tal y como nos lo merecíamos,
mejor mandó a su hijo para que lo matáramos
y mediante ese sacrificio asumido por Jesucristo
para lograr el perdón de nuestros pecados, fue
como podemos estar en este mundo dos mil años
después como si no hubiéramos hecho nada.
Aquí es ineludible recordar el Evangelio
Según San Marcos 11:12, donde nos narra que
el mismo Jesucristo habló en parábolas a los
príncipes de los Sacerdotes, los escribas y a los
ancianos diciéndoles que un hombre plantó un
100
viñedo y lo dio a cultivar a unos campesinos y
cuando les mandó cobrar lo que correspondía
por el favor, los campesinos golpearon a cada
mensajero que el Señor les mandaba, hasta que
el Señor, pensando que a su hijo si lo respetarían,
lo mandó a cobrar y los campesinos lo mataron
creyendo que al quedarse el Señor sin heredero,
ellos se quedarían con las tierras prestadas.
El mismo Jesucristo, según lo narra San
Mateo, explicó que lo lógico es que el Señor
fuera a exterminar a esos campesinos mal agra-
decidos y malhechores, para dejar que otros
campesinos cultivaran la tierra a sabiendas de
lo que les podía pasar si repetían la conducta de
los recién exterminados.
Con esto surgen 2 preguntas ineludibles.
La primera es: Si Dios es tan sabio y tan
poderoso que conoce el pasado, el presente y el
futuro de todas las cosas y las personas, ¿Cómo
es posible que se enoje por la conducta de los
seres humanos, si el debió haber sabido cómo
se iban a comportar pasado el tiempo.
Y si ya sabía cómo íbamos a ser los humanos
de ingratos, ¿Para qué nos creó?
Y la segunda es: ¿Si es el ser más poderoso
que podamos imaginar ¿Porqué en vez de man-
dar otro tipo de señal que impactara a los huma-
nos, mandó a su hijo para que lo matáramos?
101
La historia sagrada nos da a entender que
Dios ya sabía el destino de Jesucristo y para eso
lo mandó.
Y Jesucristo ya sabía su destino, por eso
pidió -según San Marcos- que si fuera posi-
ble no le llegase aquella hora, que no le diera
a beber ese cáliz, “pero que no sea lo que yo
quiera, sino lo que tú quieras”.
San Mateo lo narra así: “Padre Mío, si este
cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, que se
haga tu voluntad”.
San Lucas lo narra así: “Padre, si quieres,
aparta de mi este cáliz, pero que no se haga mi
voluntad, sino la tuya.
Entonces solo podemos concluir que Dios,
en su sapiencia divina, mandó a su propio hijo
para que estos infieles y no merecedores de
compasión, lo mataran.
Qué clase de Padre se atrevería a hacer eso
en este mundo.
Nadie.
Solo los tiranos de la antigüedad se mata-
ban entre ellos mismos para quedarse con el
trono, el poder y las riquezas.
Si algo protegemos es a nuestros descen-
dientes.
Ese es un misterio histórico que he tratado
de desentrañar.
El gran secreto de la vida y la religión.
102
Aclaro que soy católico bautizado en Santa
Cruz de Juventino Rosas, Guanajuato.
Me confirmó el entonces Obispo Don José
Garibi Rivera en la Catedral de Guadalajara.
Hice mi primera comunión en el templo de
San Francisco de Sales de esta ciudad.
Recé miles de veces mis 3 Aves Marías antes
de dormirme.
Con mi abuelita y mi mamá he de haber
rezado mil veces el rosario.
Fui monaguillo.
Muchos años hice ejercicios espirituales.
Me casé por la Iglesia Católica.
Mis hijos están bautizados.
O mejor dicho, soy católico de a de veras.
No soy hereje, ni apóstata.
Pero como tenemos derecho al libre albe-
drío, ejerzo ese derecho queriendo encontrar
una explicación a por qué, si Dios nos quiere
tanto, permite tantas guerras, tantos males,
tanta injusticia, tanta pobreza, tantas catástro-
fes naturales y tantas diferencias extremas entre
los seres humanos.
Porqué nacen tantos niños con síndrome
de down, sordomudos, ciegos, con parálisis
cerebral y con tantas otras deficiencias natura-
les, que solo van a convertir su vida y la de sus
padres, en puro sufrimiento.
Porque se mueren tantos niños de cáncer,
de polio, de una simple caída, por ser atrope-
103
llados y ahora hasta por ser acribillados en una
de esas matanzas modernas.
Ya ni que decir de tanto adulto muerto en
el mundo por el famoso covid, ébola, tubercu-
losis, lepra, etc., etc.
Y para acabarla de amolar, todavía hay que
agradecerle a Dios que nos los quitó.
Ya no hablemos de uno mismo y los esfuer-
zos para crecer en edad y sabiduría.
En patrimonio y descendencia.
Tratando de hacer algo por los demás.
Y de repente, si tienes la suerte de “enfer-
marte”, la vida te da la oportunidad de despe-
dirte de tus seres queridos.
Pero de que te mueres, te mueres.
A pesar de cadenas de oraciones, misas
encomendando tu salud a Dios.
Porque otros caen fulminados por un ata-
que cardiaco, un derrame cerebral, un acci-
dente o un asesinato de los de ahora.
Ni tiempo de despedirse.
Ahí es donde me pregunto que tan válido
es que repitamos aquello de: “Hágase Señor tu
Voluntad”.
No nos pregunta si queremos nacer y
menos nos pregunta si nos queremos morir.
Realmente, viendo que las oraciones no tie-
nen respuesta, porque millones de Católicos se
unen al Papa para orar pidiendo que se acabe la
104
pandemia y resulta que si se acaba, va a ser por
las vacunas aplicadas.
No va a faltar quien diga que Dios permitió
que se crearan las vacunas.
Pero entonces las oraciones ¿Quién las
escucha? ¿Quién las atiende?
Lo importante es que creemos firmemente
en que aquí, en este mundo, en esta vida, solo
impera un voz y una voluntad.
La de Dios.
Y por eso me atrevo a decir que Dios es un
tirano.
No nos deja opinar en nada.
No podemos pedir que aleje de nosotros el
cáliz que vemos que nos va a dar a tomar.
Ni Jesucristo pudo, menos nosotros.
En nuestro calendario tenemos la fecha del
28 de diciembre, en la que con horror recor-
damos la masacre que el tirano de Herodes
mandó hacer al ordenar la muerte de todos los
niños menores de 2 años, para evitar el creci-
miento del que le dijeron que iba a ser el Rey
de los Judíos.
Dios permitió que para salvar a su hijo,
Herodes matara a una inimaginable cantidad
de niños, había menores de 2 años en esa época
en Judea.
¿Qué culpa tenían esos niños y sus almas?
Pero ¿A qué se atenía Herodes?
105
Solo que hubiera un precedente similar
venido de más alto.
Y lo había.
La Biblia registra que Moises narra en el
libro de Éxodo, que Dios mandó a su legión de
Ángeles a matar a todos los primogénitos de la
tierra de Egipto, incluyendo al hijo del Faraón.
¿Dios ordenó una masacre de ese tamaño
para liberar al “pueblo escogido?
Si a Herodes lo calificamos como tirano
por atreverse a matar a miles de niños por una
causa política, ¿Qué podemos pensar de Dios
que mandó matar más niños que Herodes?
Esos niños, fueran de donde fueran, no
tenían la culpa de haber nacido donde nacie-
ron y menos culpa tenían de cualquier conflicto
entre un Faraón y Moises.
¿Por qué tenían que pagar los niños las cul-
pas de los padres?
¿Qué clase de gobernante, divino o humano,
puede tomar y ejecutar ese tipo de decisiones
de gobierno?
Solo un tirano.
Por eso y muchas cosas más, se me ocurre
pensar que en la Capilla Sixtina, en la escena
que casi todos interpretan como que Dios le está
pasando a Adán el soplo de la vida, yo me atrevo
a diferir y considero que el dedo flamígero que le
vemos a la figura de Dios, está dando a entender
que lo que Adán recibe no es el soplo de vida,
106
sino la advertencia de que “TE VAS A MORIR”
y no tienes para donde hacerte.
Aquí yo soy el único que manda.
Todo esto me hace pensar en que cuando,
según la Biblia, Dios dijo: “Hagamos al Hom-
bre a nuestra imagen, conforme a nuestra seme-
janza”, no lo dijo porque Dios tenga cabeza,
tronco y extremidades, sino porque el hombre
y la mujer iban a cumplir las actitudes de ejercer
dominio sobre los peces del mar, sobre las aves
del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra
y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
Creced y multiplicaos. Llenad la tierra y
sojuzgadla.
Y la descendencia de Adán y Eva tomó al pie
de la letra el encargo de sojuzgar la tierra y a sus
habitantes, porque de algún lado debe haber
surgido en el hombre la ambición de ser tirano.
¿Por qué tanto ser humano quiere ser el
que domine a sus semejantes en el territorio
en donde vive?
¿Por qué hay quienes extienden su tiranía
por 30 o 40 años dominando por la fuerza a
una población y eliminando al que se atreve a
oponerse o a simplemente opinar en contrario?
¿De dónde le viene al ser humano esa pre-
sunción de que son designados por Dios para
ser como son al gobernar un país?
Dicen que hijo de tigre, pintito.
Entonces, hijo de Dios, ¿tiranito?
107
DIOS ES UN TIRANO
No hay libertad,
¡no la hay!
Esto puede asegurarse
sin temor a equivocarse.
Que la planificación
permite la concepción,
según el criterio de los padres.
Y aseguran los humanos
que eso hace niños más sanos.
110
Muchos años han pasado.
¿Errores?
Miles he cometido.
¿Aciertos?
No conté los que he tenido.
Pero sí estoy muy seguro
de que siempre he obrado
sin presumir de ser puro,
sí alejado del pecado.
De eso que alguien inventó
para alterar las conciencias,
levantando un gran muro
que separe el bien del mal.
El bien.
El mal.
¿Quién ha marcado la pauta?
¿De dónde nace ese afán
que tiene la gente cauta
de prevenir contra el mal,
o si no al infierno irán?
Mi familia,
tanto que los quiero.
Mi casa,
tanto trabajo que me costó.
Mi prestigio,
tanto que luché por él.
Mis amigos,
tanto que los aprecio.
112
Todo lo que hice,
todo lo que conseguí,
todo por lo que luché,
¡todo!, ¿se va a acabar así?
113
¿Es esto un juego?
Si es, ¿quién mueve las piezas?
¿Quién da la vida?
¿Quién la quita?
Unos dicen que Dios,
otros que Alá,
allá le llaman Jehová.
Otros más materialistas,
sin comprender el origen,
sin tener un solo dato,
contando con mente aviesa,
dicen, ¡la naturaleza!
Yo capacité mi mente,
yo adiestré mis manos,
yo ayudé a mis hermanos,
todavía recientemente.
115
Hice lo mejor que pude,
di lo que pude dar.
Amé como se debe amar
y todo aquí se sacude.
No quiero oír al doctor,
no quiero oírle que hable,
que no diga más, ¡por favor!,
que mi mal es incurable.
Terminante decisión,
la que alguien tomó por mí.
No importa el buen corazón,
tu vida se acaba aquí.
¡Me voy!
Está bien, ¡me voy!
Dejo todo lo que hice.
Dejo a todos los que quise,
pero grábense bien en la mente,
esto que digo muy sinceramente.
Dicho con el corazón,
dicho con sinceridad,
pongo en ello mi razón
y siento que es la verdad.
Levanto enérgica mi mano
117
ante el Dios de mis antepasados,
que deben sentirse honrados,
de escuchar que así reclamo:
118
DEPORTE ABOMINABLE
(PRÓLOGO)
121
Ya no es necesario salir de la casa para apos-
tar, porque ya se puede hacer desde la propia
computadora o desde el propio teléfono celular.
Se juntan miles o millones de personas a
vitorear al “Canelo” y se enojan si no ven sangre
en los guantes o en los rostros.
Si no hay sangre, no sirvió la película.
Para presumir que vi una pelea digna de mi
atención, se necesita ver los rostros y los ojos y
pómulos hinchados por los golpes.
Solo nos falta regresar al Coliseo Romano,
para divertirnos viendo a los leones destro-
zando a los cristianos o ver a los gladiadores
matando al contrario.
¿A dónde vamos? Cada día hay deportes
más crueles.
Las películas y los juegos virtuales están lle-
nos de muertos.
El crimen organizado ya no se tienta el cora-
zón para destrozar cuerpos y tirarlos en plena
calle de cualquier ciudad o llegan armados para
matar a todo el que se les atraviese por enfrente
en eventos sociales y hasta en velorios.
Estamos perdiendo nuestra capacidad de
asombro en las masacres que nos está tocando
ver y los asesinos están perdiendo el límite que la
humanidad ponía para no agraviar a tanta gente.
El deporte abominable se ha extendido a
todas las actividades, en todo el mundo.
¡Dios nos agarre confesados!
122
DEPORTE ABOMINABLE
No es que yo me asombre,
ni digo que sea mala suerte,
el que sean causa de muerte
los solos puños de un hombre.
No es posible aclarar
quién es culpable primero,
el que mata por matar
o el que mata por dinero,
123
Si de peleas se trata,
no importa si nadie mata,
sangre queremos ver,
gritan a más no poder,
sangre queremos que salga
para que esto la pena valga.
En el mundo conocemos
hombres que son toda bondad,
y en el mundo conocemos
quienes son toda maldad.
124
No solo es competencia,
no es solamente vigor,
en esto lo que da calor
es solamente violencia.
125
Yo me atrevo a asegurar
que lo que él llama crueldad,
es solo debilidad
que no puede superar.
Pero la humanización
no consiste en dejar de golpear
ni consiste en dejar de gritar,
no se hace por compasión.
Solo de pretexto sirve
para quien del boxeo vive.
Si hablan de humanizar,
no es por humanidad,
es fingir una humildad
por no dejar de ganar.
126
el box, deporte de reyes,
se disfruta con pasión.
Si el boxeo es calificado
por el éxtasis que crea,
no existe mejor pelea
que en donde hay un noqueado.
Y si es pelea encomiable
cuando la sangre aparece,
es pelea inolvidable
cuando un boxeador perece.
128
VIDA, ME COBRAS LO
QUE NO TE DEBO
(PRÓLOGO)
129
¿Tendré la oportunidad de ir a la escuela?
¿Tendré la oportunidad de ir a la Univer-
sidad?
¿Habrá comida en mi casa para no tener que
ir a buscarla en la calle?
¿Habrá casa para mí y mis hermanos?
¿Quién decide en el cielo a quién le toca
sufrir desde el nacimiento y a quién no?
Nos enseñan que desde el nacimiento ya
venimos marcados para lo que nos espera y va
a ser de cada uno de nosotros en el futuro.
Bien hecho para aquellos que nacen entre
pañales de seda y desde niños no les falta nada.
Pero, ¿qué podemos decir de aquellos que
nacen en la indigencia y desde que nacen les
hace falta todo?
Desde que nacen la vida les empieza a
cobrar el haber nacido.
¿Y el niño qué culpa tiene?
¿Por qué no todos nacemos con las mismas
oportunidades ante la vida?
¿Por qué parece que yo estoy pagando por
los pecados de otros?
El puro color de la piel ya es una distinción
que nadie se merece.
Si alguien tuvo la mala suerte de nacer en un
ambiente no propicio para el buen desarrollo
cultural y moral, lo más seguro es que va a ter-
minar en alguna prisión.
130
O sea, a muchos, la vida les cobra algo que
ellos no deben.
Lo viví cuando fui director de la Peniten-
ciaría del Estado.
Por eso se me ocurrió escribir al respecto.
En esa época -1980- publicaron este texto
en el suplemento cultural dominical de EL
INFORMADOR de Guadalajara y en un perió-
dico que se llamaba testimonio.
Debo imaginar que mucha gente lo leyó.
Y ahí permaneció guardado.
Hasta ahora que se me ocurrió ponerlo a la
consideración de las nuevas generaciones y de
las no tan nuevas que no leían los medios en los
que se publicó.
A lo mejor la vida les cobró algo que no
debían y por eso no tuvieron la oportunidad
de leerlo antes, pero ahora la vida les vuelve a
cobrar y en castigo me van a tener que leer.
131
VIDA, ME COBRAS
LO QUE NO TE DEBO
Vida,
apareces en forma subrepticia,
escondida,
y a veces no traes más que injusticia.
Vida,
¿por qué me has tratado en esa forma?
Naturaleza,
¿quién decide cuál vida se deforma?
132
Me han condenado y llenado de tristeza,
y reclamo a quien me dio esta mala suerte,
pues me juzgan e imponen un castigo fuerte,
no sé si por delito o por pobreza.
Vida,
tratan de decirnos que nos tienes amor.
Sociedad,
te encargas de transformar todo en dolor.
Felicidad,
si todos tenemos derecho a una porción,
¿por qué no existes para los que estamos en
prisión?
Vida,
¿por qué nos haces todavía pagar con sangre,
los siglos y siglos que hemos sufrido hambre?
133
No sé qué pecados cometió mi Madre,
ni tampoco los que cometió mi Padre.
¿Por qué imponerme a mí la maldición
de castigo hasta la quinta generación?
Vida,
¿por qué me infliges este tormento,
si ya toda mi vida ha sido sufrimiento?
Vida,
¿por qué te ensañas con nosotros tanto
y sumes a nuestra familia en llanto?
Vida,
¿por qué todos me ven como un maldito,
solo porque cometí un delito?
134
¿Cómo puedo llegar a la readaptación
cuando sin causa me acusan de violación?
Vida,
¿cómo esperas que te tenga yo paciencia
si todos me agreden con violencia?
135
Vida,
me revelo a ti con ardor
porque aún desconozco el amor.
Me alzo contra lo establecido
después de tanto que he sufrido.
Me levanto encolerizado
porque ya estoy desesperado.
Vida,
te hago la reclamación,
¿por qué todos vivimos en prisión?
Vida,
por eso te reclamo.
¿No hay nadie que me diga “Te amo”?
Me hablan de readaptación
y me ofrecen educación.
A mí, que caí tan bajo,
me están ofreciendo trabajo.
Se acaba en mí la pendencia,
cumplo con mi penitencia.
Me han hecho entrar en razón
por mi socialización.
Ya la vida no es igual,
hay trabajo y diversión,
y con un esfuerzo real
se acaba la corrupción.
139
140
141
¡SOY INOCENTE!
(PRÓLOGO)
142
supuesto, pierden el trabajo. No se puede repi-
car y andar en la procesión.
Dicen que la cárcel está llena de inocentes.
Tal vez sí, tal vez no.
Pero los que tenemos el encargo de cuidar-
los, no somos los que los juzgamos.
Por la razón que sea que están ahí no es
nuestra responsabilidad.
Nuestro trabajo es procurar que los que han
perdido la libertad, vean y reconozcan que si
existen seres humanos dispuestos a trabajar
honestamente para ayudarles en el proceso de
readaptación.
Y hay muchos casos en los que, abusando
de la manipulación, quieren obtener privilegios
derivados de la compasión.
Un día un interno me pidió ciertos favores
clamando que a él lo habían detenido por que
llevaba una poquita de mariguana para los reu-
mas de su abuelita.
Se me ocurrió revisar su expediente para ver
que había de cierto y descubrí que, si llevaba
mariguana, pero llevaba una troca entera.
Así ha de haberle dolido el reuma a la abue-
lita.
Los estudios te previenen para evitar con-
tagiarte de la compasión.
Pero un día de esos tranquilos, en el que no
había visita y ya estaban cerrados los juzgados,
143
se me ocurrió pensar en la posibilidad de que
en un caso si hubiera sido injusta la justicia.
Y me imaginé lo que pensaría el que fue
acusado equivocadamente.
Pensé en un posible caso, no en todos, por-
que ¿qué dicen todos los privados de la liber-
tad? ¡soy inocente!
144
¡SOY INOCENTE!
¡Soy inocente!
Le reclamé al Agente,
quien me dijo con enfado:
¡Quedas bien arrestado!
¡Soy inocente!
No me traten mal,
así le grité al Agente,
al que le dicen Fiscal.
145
Esta vez no he hecho nada,
lo juro mil y una veces;
verán que queda aclarada
mi conducta, ante los Jueces.
A la Autoridad apelo,
que cuide de mí con celo,
ya que soy un convencido
y mi actuar he corregido.
146
Pero, eso sí, les juro
que no me han de doblegar.
Y si van a investigar
verán un pasado puro.
Si esos antecedentes
que guardan en el archivo
me persiguen mientras vivo,
así, nunca habrá inocentes.
Comprenda mi situación
y ayúdeme, por favor.
Se lo pido con ardor,
evite mi perdición.
147
Yo, que he sido condenado,
veo el futuro contrahecho.
¿Que la justicia no se ha hecho
para el hombre que es honrado?
Yo me siento readaptado
y me acojo a su bondad.
Que cambié, lo he demostrado
incorporado a la Sociedad.
148
No me juzgue por mis yerros,
o problemas del pasado.
No me diga mata perros
por uno que haya matado.
149
Para curar todos mis males
ocupé de la bondad
y la generosidad
de las Trabajadoras Sociales.
150
De su juicio sabio y probo
depende ya mi destino,
que su conciencia y su tino
me liberen de ese robo.
Se lo digo a mi ciudad,
mientras valgan mis derechos;
creo en esta Sociedad
que castiga por los hechos.
151
Gracias a Usted, Señor Juez,
demostramos a la gente
lo que ya dije otra vez.
Gracias. ¡Soy Inocente!
152
153
CONSEJO TÉCNICO
(PRÓLOGO)
154
Si le tocaba leer a una trabajadora social, de
repente se encontraba con textos y palabras que
no acostumbraba usar en ninguna situación.
Pero como era parte de nuestro desempeño
profesional, teníamos que escuchar exacta-
mente lo escrito en el expediente, para poder
estimar la peligrosidad del interno y las causas
por las que fue juzgado.
Todo tenía que ver con el funcionamiento
del aparato administrativo que sostenía la vida
interna de esa ciudad dentro de la ciudad.
Describir y mostrar la vida dentro de “Obla-
tos”, debe ser objeto de una presentación dife-
rente y lo más completa posible.
Por hoy, nomás hablamos del Consejo Téc-
nico y de su función.
155
CONSEJO TÉCNICO
157
Veo con desesperación
con qué frecuencia se usa,
o mejor dicho, se abusa
del término manipulación.
158
CLÁSICO EN OBLATOS
(PRÓLOGO)
159
Ante el privilegio de verlo tan cerquita, me
encomendé a sus virtudes y a su santidad y creo
que ahí se concretó y autorizó en el cielo el pri-
mer milagro que hizo en vida quien después
llegó a Santo.
Gracias a su visita y a su bendición, a los dos
días fui nombrado director de la Penitenciaría.
Con ese milagro entendí que la encomienda
era trabajar con una honestidad a prueba de todo
y en beneficio de los internos y la sociedad.
Ahí fue donde se me ocurrió el lema de
nuestro trabajo:
“Servir para readaptar.
Readaptar para servir”.
Y como los deportes eran y siguen siendo
un factor muy importante en la vida interna de
un reclusorio, me gustaba acompañar de vez en
cuando a los internos en la práctica de alguno
de esos deportes que no implicaran lastimar
al prójimo, como el box, ya que de lo que se
trataba era de fomentar la práctica sana de acti-
vidades físicas que evitasen el deterioro de la
salud que causa el sedentarismo.
Y como los internos se enteraron de que
yo jugaba fútbol, todos los domingos con un
grupo de amigos, en forma de solicitud atenta
y respetuosa, me retaron a jugar contra ellos.
Lo platiqué con los amigos y estuvieron de
acuerdo.
160
Para darle emoción al trato, quedamos en
que yo jugaría el primer tiempo con el equipo de
mis amigos y el segundo con el de los internos.
De ahí viene el título de “Clásico”.
El marcador quedó 1-0.
¿Quién ganó?
161
CLÁSICO EN OBLATOS
162
Jorge Maigre es el defensa
y Matus es el extremo.
La cosa se pone tensa,
es equipo sin un remo.
Lo que sí es de primera,
con puro jugadorazo,
es toda la delantera
en donde viene al centro Jasso.
163
La esperanza de la falla
que ellos cometerán
en Luis Maigre se halla,
y si no, en Ricardo Herrán.
En la media el profesor
y en el extremo Carmelo,
reflejan un solo anhelo,
ganar en el marcador.
164
¡Ya verás cuando salgas!
Al árbitro le gritaron,
pero no asustan al barbas,
por valiente lo encerraron.
165
Y con nuestra camiseta
el Dire grita a la porra:
Hoy solo tengo una meta,
o anoto gol o a la gorra.
El árbitro da el pitazo
y el segundo tiempo empieza.
Hay que admirar la limpieza,
no se han dado ni un trancazo.
Pero no se desalientan
los equipos y esto sube.
No hay en el cielo nube
y las porras los avientan.
166
El gol fue definitivo,
y el pueblo dice por dentro
al término del encuentro:
¡No se fue el equipo vivo!
167
168
Dios es un tirano
se terminó de imprimir en octubre de 2021
en los talleres de Ediciones de la Noche
www.edicionesdelanoche.com