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Josué 24:15
Pero, si a ustedes les parece mal servir al Señor, elijan ustedes mismos a
quiénes van a servir: a los dioses que sirvieron sus antepasados al otro lado del
río Éufrates, o a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ustedes ahora
habitan. Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor.
Hay muchas evidencias alrededor de nosotros que nos advierten que la familia se está
muriendo
Estamos viendo la formación de la soga que ahorcará a la familia, y estamos viendo que
se está cavando su tumba y la mayoría de nosotros parece que lo aprobamos y estamos
contentos.
Hay un libro que se llama “La muerte de la familia” el autor dice: “no necesitamos la
familia, que se destierre la familia completamente de la humanidad, porque es la
herramienta principal del imperialismo, oprime y esclaviza a la mujer; que no haya
distinción de sexos, que se acaben los matrimonios, que se quite la palabra maternidad
de todos los idiomas, que se vaya todo tipo de amor entre la humanidad porque son los
aliados de esta opresión.
Si la familia llegara a desaparecer; ¿Quién va a llorar a los hijos? ¿Quién los enseñará a
socializar? ¿Quién enseñará los valores morales?
En la próxima generación, el 95% de las camas en los hospitales serán ocupados por
personas con enfermedades mentales, habrá más asesinatos de personas que están en
autoridad, la violencia intrafamiliar determinará, incluyendo asesinato intrafamiliar y
suicidio.
Hace 30 años, un matrimonio de 500 se divorciaba, (entre los cristianos), ahora las
estadísticas son, 1 de dos matrimonios se divorcia, exactamente igual que los
incrédulos.
La familia es una institución de Dios para alcanzar la plenitud de las personas y criar a
los hijos saludablemente; es donde podemos tener intimidad, gozo, amor, confianza,
seguridad; donde aprendemos a socializar, y construimos nuestros valores morales.
¿Se puede salvar la familia? ¿Se debe salvar la familia? ¿Vale la pena luchar por la
familia? Si la respuesta a estas preguntas es “Sí”, entonces la siguiente pregunta es:
¿Cómo? = En Dios, en su Palabra, aplicando los principios para su matrimonio que se
encuentran aquí.
v. 18 “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución, antes bien, sed llenos del
Espíritu”
Aquí hay un contraste muy claro: No embriagarse con vino vs ser llenos del
Espíritu. ¿Por qué?
Zeuz dios en la mitología griega, tuvo un hijo, Dionisio, que fundó una religión de “éxtasis
y emocionalismo” esta religión dominó todo el imperio griego.
Así era como la gente se quitaba sus inhibiciones, se olvidaba de sus culpas, miedos y
preocupaciones, y pensaban que cuando estaban borrachos tenían plena comunión con
Zeuz.
Este culto pagano tenía a Pablo en mente cuando escribió: “No os embriaguéis con vino,
en lo cual hay disolución, antes bien, sed llenos del Espíritu”
Ser llenos del Espíritu significa tener nuestra alma inmersa y dominada por la Palabra de
Dios.
Si ustedes saben la Palabra de Dios y la obedecen, entonces van a ser controlados por
el Espíritu Santo, que es el autor de esta palabra.
Efectivo 5:19 “Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales,
cantando y alabando al Señor en vuestros corazones”
v. 20 “Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor
Jesucristo”
Aquí se describe una persona positiva, contenta, alegre, feliz, agradecida, quiero
decirles algo… es muy difícil pelear con una persona así. Es muy agradable vivir con
una persona a el esposo anhelará llegar a casa lo más pronto posible.
2) ENEMIGOS DE LA FAMILIA:
a) El egoísmo.
Nota 1: ¿Qué es el egoísmo? Es buscar lo propio. Es buscar la
satisfacción personal. Es aquella actitud que sólo espera recibir
todo el tiempo. Es la indiferencia ante la crisis del otro.
Nota 2: El amor de Dios en el corazón del hombre es la solución,
porque el amor cubre multitud de faltas. El amor nos hace pensar
más en el otro que en nosotros mismos. Por amor Dios dio a su
precioso Hijo. Con el amor de Dios es que podemos vencer nuestro
ego.
Muchos de los problemas que estamos enfrentando en nuestra familia es
por causa de nuestras propias malas decisiones y no debemos culpar a
nuestro Dios (Proverbios 19:3) sino que con humildad debemos buscar su
ayuda
Toda nuestra familia tiene que comprender que la oración no es una opción,
o una de las tantas formas para enfrentar las dificultades, sino que es
verdaderamente una necesidad (Lucas 18:1) Necesitamos orar en familia
siempre.
La oración nos abre la oportunidad para que nuestra familia reconozca que
nuestro Dios puede hacer posible lo imposible (Marcos 11:24)
Una familia que nos se congrega, que no busca al Señor en su casa, es decir
en en la iglesia, es una familia que está perdiéndose de grandes bendiciones
Muchos padres y madres de familia pensamos que podemos vivir como nos
da la gana y ni nuestros hijos ni nadie tiene derecho de decirnos que no está
bien lo que hacemos (Nehemías 9:16)
Igualmente hay hijos e hijas que no reconocen sus malos caminos, sino que
en su propia opinión sus caminos son rectos (Proverbios 30;12)