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¿QUE LE FALTA A MI FAMILIA?

Josué 24:15
Pero, si a ustedes les parece mal servir al Señor, elijan ustedes mismos a
quiénes van a servir: a los dioses que sirvieron sus antepasados al otro lado del
río Éufrates, o a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ustedes ahora
habitan. Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor.

Introducción: La predicación de sermones para la familia y para el hogar es


muy importante, pues no podemos ignorar las maquinaciones del enemigo
contra la familia. Los temas cristianos al respecto deben enseñarse en la
iglesia con frecuencia. A continuación un sermón sobre la familia, estudio que
edifica nuestra vida cristiana.   

No podemos negar las dificultades familiares, tampoco podemos hacer


a un lado las tristes estadísticas de la realidad familiar de hoy, se
multiplican los divorcios, adolescentes lideran pandillas, niñas de once
y doce años son madres, son impresionantes los altos niveles de
violencia intrafamiliar, etc.

Y esta realidad contrasta con la voluntad de Dios para las familias ya


que el Señor dio su vida por todos. “Cree en el Señor Jesucristo y serás
salvo tú y toda tu casa” lucha por tu familia Dios está contigo. 

La célula de la sociedad es la familia. Esta generación de principios del siglo 21 está


siendo testigo de la muerte de la familia.

Hay muchas evidencias alrededor de nosotros que nos advierten que la familia se está
muriendo

Esas evidencias van marchando descaradamente en un desfile ante nuestros ojos:


divorcios, la liberación sexual, esterilización, violencia intrafamiliar, infidelidad,
homosexualidad, la liberación femenina, los derechos de los niños, el amor libre, el
matrimonio de homosexuales, etc.

Estamos viendo la formación de la soga que ahorcará a la familia, y estamos viendo que
se está cavando su tumba y la mayoría de nosotros parece que lo aprobamos y estamos
contentos.

Hay un libro que se llama “La muerte de la familia” el autor dice: “no necesitamos la
familia, que se destierre la familia completamente de la humanidad, porque es la
herramienta principal del imperialismo, oprime y esclaviza a la mujer; que no haya
distinción de sexos, que se acaben los matrimonios, que se quite la palabra maternidad
de todos los idiomas, que se vaya todo tipo de amor entre la humanidad porque son los
aliados de esta opresión.
Si la familia llegara a desaparecer; ¿Quién va a llorar a los hijos? ¿Quién los enseñará a
socializar? ¿Quién enseñará los valores morales?

Dr. Armand Nicolai de la Escuela de Medicina de Harvard dice: El incremento de madres


solteras que trabajan fuera de casa, el cambio constante de lugar de residencia, el
dominio de la televisión en la casa, la ausencia de control de la sociedad, la confusión
moral de la sociedad, la falta de comunicación en la familia, y el divorcio; están haciendo
familias incapacitadas, desintegradas, con enfermedades emocionales.

En la próxima generación, el 95% de las camas en los hospitales serán ocupados por
personas con enfermedades mentales, habrá más asesinatos de personas que están en
autoridad, la violencia intrafamiliar determinará, incluyendo asesinato intrafamiliar y
suicidio.

Los sociólogos, consejeros y familiares están intentando detener la caída de la familia


por medio de libros, cursos para padres en las escuelas, sermones en las iglesias,
seminario para matrimonios, pero hasta ahora no lo han logrado, y han declarado a la
familia como una especie en peligro de extincion.

Hace 30 años, un matrimonio de 500 se divorciaba, (entre los cristianos), ahora las
estadísticas son, 1 de dos matrimonios se divorcia, exactamente igual que los
incrédulos.

La familia es una institución de Dios para alcanzar la plenitud de las personas y criar a
los hijos saludablemente; es donde podemos tener intimidad, gozo, amor, confianza,
seguridad; donde aprendemos a socializar, y construimos nuestros valores morales.

¿Se puede salvar la familia? ¿Se debe salvar la familia? ¿Vale la pena luchar por la
familia? Si la respuesta a estas preguntas es “Sí”, entonces la siguiente pregunta es:
¿Cómo? = En Dios, en su Palabra, aplicando los principios para su matrimonio que se
encuentran aquí.

Yo no estoy aquí para darles mi opinión, ni la opinión de consejeros, ni de consejeros


matrimoniales; que a veces caen en charlatanería; Estoy aquí para mostrarles la
sabiduría y la verdad de Dios para este matrimonio.

v. 18 “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución, antes bien, sed llenos del
Espíritu”

Aquí hay un contraste muy claro: No embriagarse con vino vs ser llenos del
Espíritu. ¿Por qué?

Zeuz dios en la mitología griega, tuvo un hijo, Dionisio, que fundó una religión de “éxtasis
y emocionalismo” esta religión dominó todo el imperio griego.

El culto establecido por Dionisio, terminaron, orgías, perversiones sexuales, música,


baile pero sobre todo VINO. El nombre romano de Dionisio fue Baco, por eso los
romanos llamaban a esos cultos: “Bacanales” porque principalmente eran orgías y
borracheras.

Así era como la gente se quitaba sus inhibiciones, se olvidaba de sus culpas, miedos y
preocupaciones, y pensaban que cuando estaban borrachos tenían plena comunión con
Zeuz.
Este culto pagano tenía a Pablo en mente cuando escribió: “No os embriaguéis con vino,
en lo cual hay disolución, antes bien, sed llenos del Espíritu”

Ser llenos del Espíritu significa tener nuestra alma inmersa y dominada por la Palabra de
Dios.

Col. 3:16 “La Palabra de Cristo más en abundancia en vosotros”

Si ustedes saben la Palabra de Dios y la obedecen, entonces van a ser controlados por
el Espíritu Santo, que es el autor de esta palabra.

Y cuando tengan miedo, preocupación y culpa, no corran a la vinatería, mejor recurran a


la Biblia y estén llenos del Espíritu Santo.

Efectivo 5:19 “Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales,
cantando y alabando al Señor en vuestros corazones”

v. 20 “Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor
Jesucristo”

Aquí se describe una persona positiva, contenta, alegre, feliz, agradecida, quiero
decirles algo… es muy difícil pelear con una persona así. Es muy agradable vivir con
una persona a  el esposo anhelará llegar a casa lo más pronto posible.

¿CÓMO VENCER A LOS ENEMIGOS DE LA


FAMILIA?
1) LAS CRISIS O PRUEBAS LLEGAN A TODAS LAS FAMILIAS: 
a) El hogar de José y María enfrentó dificultades (Mateo 1:18-
19).
Nota: Aunque éste matrimonio fue diseñado en el cielo, tuvo
crisis que superar. Tanto que José pensó abandonar secretamente
a María (fue influenciado por los celos, y creyó que había sido
engañado, luego Dios le enseña que el embarazo de María era una
obra del Espíritu Santo). En la presencia de Dios conocemos el
consejo de Dios ante la crisis familiar.   

b) El hogar de Nabal y Abigail era un matrimonio difícil (1


Samuel 25:2-3,17).  
Nota 1: Nabal era un hombre soberbio y terco, altivo y obstinado,
y seguramente maltrataba a sus trabajadores y esposa. Era un
matrimonio con unas relaciones ásperas y muy difíciles. Buen
número de hogares se disuelven por el orgullo que no permite
aceptar los errores y tampoco permite pedir ayuda.
Nota 2: También vemos por ejemplo que la crisis llegó un día a la
familia de Adán y Eva cuando el hermano mayor se llenó de odio
hacia el menor hasta matarlo. Cuando las diferencias no son
atendidas pueden crecer de tal manera que traen destrucción
familiar. Pero con Dios podemos superar las dificultades en
la familia.      
Nota 3: También un día a la tierra donde habitaba Abraham con
Sara llegó la sequía y por ende la escasez, hablamos entonces de
una crisis económica. Ante ésta el hogar puede verse tentado a
cometer graves errores por decisiones apresuradas poniendo en
riesgo todo el patrimonio y futuro familiar. No te apresures, ora,
medita las Escrituras y sigue el consejo de Dios.  

     
2) ENEMIGOS DE LA FAMILIA:  
a) El egoísmo.
Nota 1: ¿Qué es el egoísmo? Es buscar lo propio. Es buscar la
satisfacción personal. Es aquella actitud que sólo espera recibir
todo el tiempo. Es la indiferencia ante la crisis del otro.   
Nota 2: El amor de Dios en el corazón del hombre es la solución,
porque el amor cubre multitud de faltas. El amor nos hace pensar
más en el otro que en nosotros mismos. Por amor Dios dio a su
precioso Hijo. Con el amor de Dios es que podemos vencer nuestro
ego.       

b) El exceso de compromisos y agotamiento físico.   


Nota: Ante el activismo no hay tiempo para la familia (ni
tiempo de calidad). El stress generado por las altas velocidades de
la sociedad actual produce mucha presión y relaciones ásperas en
casa. 

Ponemos el hacer por encima del ser. Se presenta descuido en la


relación de pareja. Por eso debemos reorganizar la agenda y
darle tiempo de calidad a la familia. 

   

c) El mal uso del dinero.


Nota: La ausencia de un presupuesto familiar. La ausencia de
una correcta planificación financiera. Darle más valor a los
tesoros materiales que al tesoro familiar (tu cónyuge y tus hijos
son un tesoro que Dios te ha encomendado). 

La mala administración ante el fracaso provoca iras y caos en el


hogar, o el éxito en los negocios puede producir descuido familiar
y conyugal. Dios nos quiere bendecir en todo, pero es necesario
administrar bien lo que el Señor nos da. 
d) La falta de comunicación en la familia.   
Nota: Es uno de los más grandes enemigos de la familia, es la
mayor causa de consulta a psicólogos y consejeros, la pregunta es
¿por qué no hay comunicación en el hogar? ¿O por qué se pierde?
Por falta de respeto y valoración al otro. Por el maltrato físico y
verbal. Por la soberbia y orgullo (como el caso de Nabal). Por el
desorden en las prioridades de vida. Es vital sentarse, escuchar y
valorar lo que el otro quiere decirnos. 
 
e) La inmadurez emocional y financiera.
Nota: El matrimonio es un compromiso serio, pero ante éste,
podemos ver muchas personas con una estructura mental
inconstante, insegura, infantil y variable (con una ausencia casi
total de instrucción respecto al matrimonio). También personas
sin una responsabilidad financiera, sea una profesión u oficio, es
decir personas que no les preocupa el sostenimiento de su casa ni
el avance de ésta. 

¿QUE LE FALTA A MI FAMILIA?


) NOS HACE FALTA HUMILDAD (VS 14A)

Lo primero que el Señor quería de su pueblo es que se humillaran, y esto


significa que había mucha soberbia en él corazón de su pueblo.

Lastimosamente en muchas familias cristianas lo que más hace falta es la


humildad, y en los tiempos de crisis y dificultad la humildad es necesaria para
poder reconocer que:

 
 Muchos de los problemas que estamos enfrentando en nuestra familia es
por causa de nuestras propias malas decisiones y no debemos culpar a
nuestro Dios (Proverbios 19:3) sino que con humildad debemos buscar su
ayuda

 La verdadera solución a los problemas y crisis de nuestra vida está en


nuestro Dios, lo demás son remiendos, salidas de emergencia, falsas
ilusiones, vanas promesas, que al final lo único que traen a nuestra familia
es frustración y amargura (Isaías 31:1-3) la verdadera ayuda y protección
para nuestra familia solamente viene del Señor (vs 6)

II) NOS HACE FALTA ORACIÓN


Es triste pero es una realidad que en muchas familias cristianas aun en
tiempos de crisis lo que menos hay es tiempo para orar en familia.

Lastimosamente en muchas de nuestras familias cristianas lo que hay es


abundancia de televisión, abundancia de redes sociales, abundancia de
juegos en linea, abundancia de música, pero hay escasez de oración.

Toda nuestra familia tiene que comprender que la oración no es una opción,
o una de las tantas formas para enfrentar las dificultades, sino que es
verdaderamente una necesidad (Lucas 18:1) Necesitamos orar en familia
siempre.

La oración nos abre la oportunidad para que nuestra familia reconozca que
nuestro Dios puede hacer posible lo imposible (Marcos 11:24)

Tenemos que comprender que la oración en familia es una conexión directa


con el Reino de los cielos en nuestro hogar (Mateo 18:20) muchas veces
este versículo lo aplicamos únicamente a la iglesia, pero el primero lugar
donde este versículo se hace realidad es en nuestra propia casa.

La oración en familia nos ayuda a perdonarnos y poder convivir en armonia


con nuestros familiares (Marcos 11:25) y eso traerá bendición a nuestro
hogar.
III) NOS HACE FALTA BUSCAR A DIOS EN LA IGLESIA
Hoy en día las familias están tan afanadas buscando tantas cosas que se han
olvidado de lo principal: Buscar a Dios.

Pasamos las semanas y los meses buscando la provisión material en el


trabajo, en los negocios, que muchas veces no apartamos el tiempo para
buscar las cosas de Dios en la iglesia, porque no hemos creído lo que dice la
palabra del Señor (Mateo 6:33)

Dios siempre ha querido que le busquemos en familia en el lugar que él ha


establecido (Deuteronomio 12:4-8) y en la actualidad el lugar donde
debemos ir en familia para buscar y a adorar a nuestro Dios es la iglesia
donde nos congregamos.

Una familia que nos se congrega, que no busca al Señor en su casa, es decir
en en la iglesia, es una familia que está perdiéndose de grandes bendiciones

No caigamos en la mala costumbre de muchas familias


cristianas (Hebreos 10:25)
IV) NOS HACE FALTA DEJAR NUESTROS MALOS CAMINOS 
Como familia cristiana tenemos que comprender que no solo se trata de
llamarnos cristianos, sino de vivir como hijos de Dios (Filipenses 2:15)

Muchos padres y madres de familia pensamos que podemos vivir como nos
da la gana y ni nuestros hijos ni nadie tiene derecho de decirnos que no está
bien lo que hacemos (Nehemías 9:16)

Igualmente hay hijos e hijas que no reconocen sus malos caminos, sino que
en su propia opinión sus caminos son rectos (Proverbios 30;12)  

En muchas familias cristianas ya sus miembros se están congregando


con constancia, algunos ya están sirviendo en ministerios de su iglesia,
ya están ofrendando y diezmando con fidelidad, pero el Señor nos hace
un llamado directamente a nuestra vida (Jeremías 7:1-3)
Como familia tenemos que tomar la decisión de ya no seguir viviendo
como todos viven sino que tenemos que marcar la diferencia (Jeremías
15:19)

La familia es diseño de Dios, nació en su corazón, algunas veces


enfrenta crisis, pero es allí donde debemos acercarnos a Dios, escuchar
su consejo y seguir su dirección con un corazón manso ante Su voz,
confiando en Su poder y amor. Podemos derrotar estos enemigos
de la familia, Jesús está con nosotros. 

Esto requiere humildad para reconocer nuestras errores y pedir


perdón, diligencia y compromiso para poner por obra los
mandamientos del Señor en el interior de nuestra casa. Veremos
entonces el diseño de Dios fluir en casa y por tanto Sus bendiciones.
Con la ayuda de Dios podemos vencer los enemigos de la familia y los
obstáculos y dificultades en el hogar. 

3) Dios nos instruye para vencer toda adversidad en la familia. 


La verdad es que no quisiéramos enfrentar crisis familiares; pero, la adversidad
llega a nuestra casa, y podemos reaccionar de diversas maneras. No podemos
ignorar a los enemigos de la familia. Pero, lo correcto es acudir a Cristo,
fortalecernos en él, y en su presencia recibiremos la sabiduría y poder para
enfrentar la dificultad.     
a) Dios nos ayuda a tomar decisiones correctas.   
Nos dice la Escritura en Mateo 2:13-15 “Después que partieron ellos, he aquí
un ángel del Señor apreció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y
a su madre, y huye Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga… él tomó al
niño y a su madre y fue a Egipto… estuvo allá hasta la muerte de Herodes;
para que se cumpliese la Escritura”.  
En el contexto de este pasaje bíblico, se nos habla de la visita que realizaron
los sabios del oriente al niño Jesús, estos rindieron adoración al Señor, y
después de presentar sus ofrendas volvieron a su lugar de origen, las lejanas
tierras del oriente.   
La Biblia nos dice que Herodes les había pedido a ellos que cuando
encontrarán al niño se lo informaran, pero ellos siendo avisados en sueños por
Dios, regresaron a su tierra sin hablar con Herodes. El plan de Hedores era
matar al niño Jesús. En este asunto, podemos observar la intervención divina,
Dios estaba protegiendo la familia de José, María y Jesús. Dios es quien cuida a
nuestras familias. 
La palabra de Dios nos dice que Dios envió un ángel, el cual vino a José en
sueños y le dijo que debía ir a Egipto y permanecer allá hasta que Dios volviese
a hablar (en un sentido simbólico, Egipto generalmente se asocia con lo malo,
pero en este caso, Dios lo usó para preservar la vida del niño Jesús. En ciertas
ocasiones, no es fácil comprender lo que Dios dice, nosotros debemos creerle y
obedecerle. 
La Escritura nos enseña que José y su familia permanecieron en Egipto hasta la
muerte de Herodes (lo que nos recuerda, que Dios es quien se encarga de
nuestros enemigos). Todas estas cosas sucedieron conforme a lo que estaba
escrito en el libro del profeta Oseas, y este detalle que menciona la Biblia es
importante, pues nos recuerda que el plan de Dios con nosotros está
registrado en su libro, poderoso es él para cumplir lo que ha dicho. 
(Te invito a leer: Jesús visita el hogar de Simón fariseo.). 
b) Dios es nuestra fortaleza y ayuda. 
Nos dice la palabra de Dios según el evangelio de Mateo 2:16-18 “Entonces,
Herodes al verse engañado por los magos, se enojó en gran manera, y
dio órdenes de matar a todos los niños menores de dos años que
estuviesen en Belén y en sus alrededores conforme al tiempo que él le
había preguntado a los magos. 
De esta manera, se cumplió lo que había sido dicho por el profeta
Jeremías, cuando declaró: Voz fue oída en Ramá, grande lamentación,
lloro y gemido; Raquel que llora a sus hijos, y no quiso ser consolada, 
porque ellos murieron”.   
Es importante, observar y destacar que aquello produjo enojo en la
vida de Herodes, tanto que lo llevó a dar órdenes de muerte desde su
posición de gobernante (sin duda, estaba siendo influenciado por el
diablo). 
Herodes es figura de un gobierno de muerte y destrucción. En este
caso, se levantó contra las familias, específicamente, contra los hijos.
El reino de las tinieblas procura la destrucción de los hijos de Dios, y de
su descendencia.  
Debemos también resaltar, pues es importante, lo que nos dice el
versículo diecisiete, es decir, que esto ya había sido profetizado por el
Señor a través del profeta Jeremías. Nuevamente la Biblia nos dice que
se cumplió lo que estaba escrito. Recordemos que todo como está
escrito en la Biblia, se cumplirá. 
Vemos entonces, que aquel tiempo de lloro, lamentación y dolor, ya
estaba profetizado. Sin duda, son aquellas profecías que no queremos
escuchar, pero que Dios declara advirtiéndonos de las dificultades que
vendrán. Dios es bueno y nos fortalece y ayuda en todo tiempo.
Debemos aquí, recordar las palabras por el Espíritu Santo que declara
el apóstol Pablo, pues nos insta a fortalecernos en Dios: “Fortaleceos
en el Señor, y en el poder de su fuerza… para que podáis estar firmes
contra las asechanzas del diablo” Efesios 6:10-11. Debemos ser
conscientes, de que los planes de Dios enfrentan obstáculos y enemigos
en la tierra, pero mayor es el que está en nosotros, en Cristo somos
más que vencedores. 
c) Dios es nuestro escudo, y nos defiende de nuestros
enemigos. 
La palabra de Dios, nos dice en el evangelio según San Mateo 2:19-21
“Pero, después de la muerte de Herodes, un ángel del Señor vino en
sueños a José en Egipto, y le habló diciendo: Levántate, toma al niño y
a su madre, y vuelve a la tierra de Israel, porque han muerto los que
deseaban y procuraban la muerte del niño. José, entonces, tomando al
niño y a su madre, regresó a la tierra de Israel”. 
Dios todo lo hace bien y perfecto en su tiempo. En el momento
indicado, Dios envió un ángel que se le apareció en sueños a José, y le
informó que podía volver a la tierra de Israel, pues había muerto
Herodes (éste hombre murió de una terrible enfermedad que le causó
tormentos hasta su fallecimiento).   
Cuando somos ofendidos, traicionados, maltratados, podemos
albergar el enojo y el deseo de venganza; pero, no debemos tomar
venganza por nosotros mismos, pues Dios da el pago a cada uno
conforme a sus obras, es lo que dice la Biblia. 
La tradición y la historia enseñan, que Herodes vivió una triste y
violenta historia familiar, fue un hombre cruel y sanguinario, y todo
aquello fue la cosecha de lo que había sembrado. Por eso, ante la
adversidad y oposición, ora, Dios se ocupará de los obstáculos y de los
que hacen oposición a tu vida o familia. Dios salva y libra nuestras
familias. 
Debemos destacar una hermosa virtud en José, él fue sensible a la
dirección del Señor. Él tomó al niño y a su madre y volvió a Israel.
Vemos a José, María y Jesús, la familia, unida a pesar de las
dificultades, caminando juntos, sin recriminarse ni acusarse unos a
otros. Seguramente aquel viaje fue difícil, pero Dios estaba con ellos, y
eso es lo más importante. La presencia de Dios en la familia, nos
levanta en victoria y bendición.     
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d) Seguir Obedecer a Dios genera poderosas bendiciones. 
La palabra de Dios nos dice ahora según el evangelio de Mateo 2:22-23 “Pero,
escuchando José que Arquelao reinaba en Judea en lugar de Herodes
su padre, tuvo miedo de ir allá; pero, avisado por revelación en
sueños,  se dirigió a la tierra de Galilea, y vino y vivió en la ciudad que
se llama Nazaret, y todo esto, para que se cumpliese lo que estaba
escrito en los profetas, que había de llamarse nazareno”. 
Es importante, tener en cuenta que el ambiente en la tierra de Israel no
era del todo ideal, pues en Judea gobernaba Arquelao, hijo del recién fallecido
Herodes. El nombre “Arquelao” significa: príncipe del pueblo. Nombre que nos
deja ver que su anhelo era la gracia y favor del pueblo, y no el de Dios, él no
era un hombre temeroso de Dios.  
Ante este panorama, José recibió la dirección de Dios para ir a la tierra de
Galilea. Esto nos recuerda, la importancia de contar con la dirección del Señor;
darle el primer lugar al consejo divino significa bendición y protección para
nosotros y para nuestra familia. Siempre las cosas salen mejor cuando
seguimos a Dios.   
La palabra de Dios, nos enseña que José y su familia habitaron en la ciudad de
Nazaret, para que se cumpliese lo que estaba escrito. Recordemos entonces,
que nuestra vida está escrita en los libros del Señor, él desea que su poderoso
propósito se cumpla en nosotros y en nuestra familia; por eso, es tan
importante procurar un corazón manso, humilde, sensible a Dios y que siga su
dirección.    
Podemos concluir diciendo que como José, debemos procurar la sabiduría y
dirección del Señor para llevar a nuestra familia por el camino correcto, el
camino de la salvación, de la bendición y de la vida para todos. La voluntad de
Dios es lo mejor para nosotros y para nuestro hogar. 

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