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Viviendo
con
Cristina Peri Rossi
UNIVERSIDAD
DE LA REPÚBLICA
URUGUAY
claudia pérez
néstor sanguinetti
Universidad de la República
(editores)
56 años
Viviendo
con
Cristina Peri Rossi
© Claudia Pérez
© Néstor Sanguinetti
© Los autores
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mientos legales previstos, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier
medio o procedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento informático, el
alquiler o cualquier forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito
del titular del copyright.
ISBN 978-9974-94-730-6
Introducción
Prólogo
Claudia Pérez...........................................................................................11
La literatura, reducto de resistencia contra la banalidad
Néstor Sanguinetti..................................................................................19
Cartografía de una emoción inesperada: Cristina Peri Rossi
gana el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso 2019
María José Bruña Bragado......................................................................27
Palimpsestos
Transtextualidades en El libro de mis primos
Vanesa Artasánchez y Claudia Etchechury...........................................61
La nueva modelización del mundo en El libro de mis primos
Claudia Panisello....................................................................................71
5
«Quédese con el ancla». Notas de lectura a Todo lo que no te pude decir
Gabriela Marrón.....................................................................................81
Navigare necesse est, vivere non necesse. Desplazamientos sígnicos
en La nave de los locos
Claudia Pérez...........................................................................................95
6
Para seguir viviendo es necesario olvidar que se vivió.
Una lectura de Los amores equivocados y Solitario de amor
Romina Serrano y Lucía Redes.............................................................175
La búsqueda de lo imposible. Aproximaciones psicoanalíticas
Soledad Silva..........................................................................................185
Vislumbrar a los desarraigados para una educación pluralista
Helena Modzelewski y Emiliano Pereira Modzelewski.....................193
Compromiso de escritura
Eros, logos y distancia en la poesía de Cristina Peri Rossi
María del Carmen González de León...................................................205
Periodismo y compromiso
Néstor Sanguinetti................................................................................215
Evohé, cuerpo y poema: las implosiones del deseo
Hebert Benítez Pezzolano...................................................................223
Querida Cris: acercamiento a través de diálogos virtuales
Margarita Muñiz Cáceres......................................................................231
Escritoras en diálogo
Espacios de sororidad. Cristina Peri Rossi: ecos, influencias, conexiones
Laura Fumagalli....................................................................................239
Palabras cruzadas sobre cuerpos en la literatura de Cristina Peri Rossi
y de una desconocida
Lourdes Peruchena................................................................................247
Buscando puntos de contacto: nuestros primos
Sylvia Riestra.........................................................................................259
7
Introducción
Exilio
A los veintinueve años me exilié
con pocas cosas:
una maleta vieja
(tan vieja como la de Walter Benjamin
como la de Antonio Machado)
un libro de versos inéditos
y muchas hojas en blanco
Lloraba en los andenes
lloraba en la calle Balmes
Barcelona
hija putativa de Vallejo.
Cristóbal Toral pintó todas las maletas
del exilio
de los inmigrantes
Barcelona, circa 2005. yo me perdí en las calles de una ciudad
Barcelona
que va a dar al mar
que es el morir y navegué en sueños
que no tienen fronteras
El amor fue la barca
Eros el barquero.
11
Prólogo
12
Prólogo
1
El célebre artículo de Adrienne Rich «Heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiana» fue escrito
inicialmente en 1978, publicado en 1980 y luego reimpreso con una introducción en 1982.
2
Pérez, Claudia. «La “maniobra reversiva” en épocas de visibilización», en simposio internacional Las
hermanas de Shakespeare: perspectivas de género en el teatro. Montevideo, 4 y 5 de octubre de 2017, sala
Delmira Agustini del teatro Solís. Disponible en: <http://sua.org.uy>.
13
Prólogo
3
Barthes, Roland (1987). «La muerte de un autor», en El susurro del lenguaje. Barcelona: Paidós.
4
Kristeva, Julia (1977). Polylogue. París: Seuil.
5
Kremer, Nathalie. «La lectura como cuadro: la microlectura entre revelación y reescritura», en Com-
plicaciones de texto: las microlecturas. Fabula lht, n.° 3, 1.° de setiembre de 2007.
14
Prólogo
Tres momentos
En 2004, Peri Rossi publica Por fin solos: una historia de amor en quince episodios.
Allí despliega uno de sus tópicos más poderosos: el Eros manía, deseo fulmi-
nante y por lo mismo, breve. En el libro se gradúan tres momentos del amor:
«Por fin solos», «Ni contigo ni sin ti» y «Punto final». Constituyen tres fases
del idilio, y por analogía en este prólogo, tres facetas y tres etapas de la poeta.
Con ánimo categorial y cronológico se ha dividido la obra de Peri Rossi
en dos grandes etapas, y cito a Verani: «la visión de un mundo en proceso de
desintegración», coincidente con el período anterior al exilio, y el posterior,
una línea autorreferencial sobre la escritura, con «las líneas dominantes de su
literatura (ludismo, erotismo, mundo infantil, sátira, parodia)».7 Tomando esta
división, Sánchez Fernández rescata una cronología que la propia Peri Rossi
6
Barthes, Roland (1981). Le grain de la voix. Entretiens (1962-1980). París: Seuil.
7
Verani, Hugo (1996). De la vanguardia a la posmodernidad: narrativa uruguaya (1922-1995). Mon-
tevideo: Trilce & Linardi y Risso.
15
Prólogo
realizara en 1993: «Yo dividiría entre la etapa en que vivía en Uruguay —yo
no había salido nunca del Uruguay— y el viaje».
Dentro del segundo período, el del exilio, Peri Rossi admite la existencia
de otro más que se encuentra en proceso de formación. Una etapa que co-
rrespondería, según lo estudiado en este trabajo, a una literatura concisa, de
formas simples y temas variados que se centran en un mismo punto (Sánchez
Fernández, 2007: 59-60).8
El primer período, que yo llamaría «Por fin solos», podría enmarcarse
desde 1963, fecha de publicación de Viviendo, hasta 1988, donde confluye
la publicación de Solitario de amor y Cosmoagonías. El descubrimiento de la
palabra poética, la desintegración, el estallido báquico, la tópica del exilio,
su extrañeza y efectos dislocativos, el cuestionamiento al mundo de las reglas
sociales, y el amor por la palabra/mujer poética, su progresivo ensimismamien-
to, que dará sus notas más enérgicas en la faceta lírica. Ciertamente existe el
pre-exilio y la primera década del mismo, dislocamientos sociales y geográficos.
Sin embargo la escritura busca su voz, explora la técnica, intenta demostrar
su maestría. Constituye una época de descubrimiento y enamoramiento de
la palabra poética.
«Ni contigo ni sin ti», la segunda etapa, desde 1988, cuando «el fantasma
deja lugar al ser real», corresponde a su asentamiento escritural, al despliegue
connotativo y al desarrollo suelto del estilo, que alcanza en los noventa su
esplendor. Conciso y potente, con un equilibrio entre el significante y el des-
pliegue connotativo, se diría que estamos ante el arte de «faire frire un tout
petit poisson», como decía Marguerite Yourcenar.9 Solitario de amor (1988)
marca una inflexión junto a Babel bárbara (1990), de estilo pleno, acabado,
ajustado entre los matices teóricos omnipresentes en la obra y el lenguaje no
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
8
Leyshack Sánchez Fernández recoge estas distinciones en su tesis doctoral, La narrativa de Cristina
Peri Rossi, Universidade da Coruña.
9
Marguerite Yourcenar cita una máxima del Taoísmo: «Gouverner un grand empire est la même chose
que faire frire un tout petit poisson», avant de préciser qu’il en est de même pour écrire un grand livre.
Le paradoxe de l’écrivain, entrevista de 1981 disponible en Youtube.
16
Prólogo
17
La literatura,
reducto de resistencia contra la banalidad
Néstor Sanguinetti
Hace cinco años —tanto y tan poco tiempo— Claudia Pérez entrevistaba, a la
distancia, a Cristina Peri Rossi. En ese entonces no lo sabíamos, pero ese texto
marcaría el comienzo de un retorno: reportajes, reseñas en la prensa, sucesivas
ediciones y reediciones de sus libros. Sin embargo, a pesar de ese regreso edi-
torial y del reencuentro con los lectores uruguayos, todavía quedaba —y aún
queda— mucho por hacer con la obra de esta escritora que ha obtenido varios
reconocimientos y premios fuera de su país, pero casi ninguno en Uruguay
desde su exilio en 1972.
En todas estas décadas, la crítica literaria nacional tampoco se ha ocupado
del estudio de su amplia producción, a excepción del trabajo que hace más de
veinte años recopiló Rómulo Cosse, Cristina Peri Rossi, papeles críticos (Linardi
y Risso, 1995), en el que casi la totalidad de los investigadores son extranjeros.
El motivo inicial de la organización del encuentro 56 años Viviendo con Cristina
Peri Rossi,1 realizado el 20 de agosto de este año en la sala Julio Castro de la
Biblioteca Nacional, fue homenajear —sobre todo celebrar— la obra de una
de las escritoras uruguayas más influyentes en la literatura hispanoamericana
actual, y que casi no ha sido estudiada en su país natal.
Claudia Pérez culminaba aquella entrevista con la pregunta: «¿Qué le dirías
a un/a joven poeta uruguayo/a?». Fiel a su estilo y a su concepción ética y
1
La actividad estuvo coordinada por Claudia Pérez, profesora del Departamento de Teoría y Metodolo-
gía de la Investigación Literaria de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (Udelar), y
Néstor Sanguinetti, representante de la Asociación de Profesores de Literatura del Uruguay. La Comisión
organizadora estuvo formada, además, por Emanuel Andriulis, Vanesa Artasánchez, Claudia Etchechury,
Lucía Redes, Teresa Samurio y Romina Serrano.
19
Introducción
estética del mundo, la escritora respondió: «Nada. No hay nada que decir. Hay
que sentir. Primero se siente y luego se sabe».2 Le sugeriría algo similar a los
lectores de este pro-logo, esta antesala al logos, a los discursos que aquí estudian
la poesía y la prosa de Peri Rossi: primero hay que leer su obra, sentirla; luego
estudiarla, pensarla, saberla. «Primero se siente y luego se sabe».
En los cincuenta y seis años que nos separan de la publicación de Vivien-
do (1963), su ópera prima, Peri Rossi ha desarrollado un estilo propio, una
voz original que ha cultivado diversos géneros: novela, poesía, relato, ensayo,
periodismo y autobiografía. Los participantes de este volumen se hicieron
eco de esta pluralidad, para estudiar su obra desde diversos ángulos. La orga-
nización del libro en siete capítulos responde a la unidad de los trabajos que
aquí se reúnen, que dialogan entre sí, pero también se abren a otras secciones
del libro, dando cuenta del fuerte entramado que subyace a esta obra y a la
interconexión de lecturas que aquí se hilan.
Pocos días después de la realización del encuentro en la Biblioteca Na-
cional, desde la Universidad de Talca (Chile) se comunicó la noticia de que,
por unanimidad del jurado, se otorgaba el Premio Iberoamericano de Letras
José Donoso 2019 a Cristina Peri Rossi, primera escritora uruguaya en recibir
este galardón. María José Bruña —integrante de ese jurado conformado por
académicos de Chile, México, España, Francia y Austria— nos relata en esta
introducción la cartografía de esa emoción inesperada.
El compromiso ético y estético ha sido una constante a lo largo de esta
literatura que nunca se ha callado ni ha sido ajena a los problemas de su tiem-
po. Parte de la responsabilidad del exilio de Peri Rossi la tuvieron los cinco
libros que había publicado en Montevideo antes de 1972. Gabriela Sosa repasa
algunos de esos textos incluidos en antologías como Cuentos de la revolución
(1971) o Indicios pánicos (1970). A partir de una carta que la escritora le envió
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
a Carlos Martínez Moreno en 1981, Sosa recuerda los debates y dilemas del
compromiso político de los escritores exiliados en tiempos de la dictadura.
Ana Belén Medori también analiza un texto de esta primera etapa y profun-
diza en el estudio de uno de los cuentos de Los museos abandonados (1969);
2
Pérez, Claudia (2014). «Allá, en Barcelona: entrevista a Cristina Peri Rossi», en Sic, revista de la Aso-
ciación de Profesores de Literatura del Uruguay, año iv, n.° 8, pp. 13-19.
20
La literatura, reducto de resistencia contra la banalidad
21
Introducción
En todo caso, podría decir que el tema más frecuente [de mi poesía] es el
deseo, como pulsión de vida y de muerte. Pero ¿hay alguna obra que no
hable del deseo, que no surja del deseo, que no reclame el deseo? Para que
un poema exista se necesitan, por lo menos, dos deseos: el deseo del poeta y
el deseo del lector, convertido en sujeto deseante (2005: 21).
Andrea Arismendi recuerda el pequeño escándalo que provocó en Monte-
video la publicación de Evohé (1971), donde mujer y palabra se con-funden,
donde la mujer pronunciada y la palabra amada son una misma cosa. En su
trabajo, Valentina Dos Santos, una de las participantes más jóvenes del en-
cuentro, se refiere a las repercusiones que en ella ha tenido, como creadora y
como mujer, la obra de Peri Rossi. Valiéndose de conceptos que provienen de
la teoría queer y la filosofía de género, Dos Santos deja en evidencia el carácter
transgresor de novelas como Solitario de amor (1988) y Todo lo que no te pude
decir (2017). También Gloria Salbarrey retoma esta última novela para referirse
al «deseo, ese pájaro volátil». Los tres artículos dialogan bajo la premisa que
Salbarrey cita al finalizar su trabajo, cuando recupera una obra de Peri Rossi
que no ha circulado mucho por estas latitudes, Fantasías eróticas: «el erotismo
[es] una creación de la imaginación y del espíritu sobre el puro instinto, brutal,
indeterminado y generalmente torpe» (1991: 40).
Pilar de León es la encargada de abrir el capítulo «Construcción de lo
femenino, construcción de lo diverso». A la luz de poemas de La noche y su
artificio (2014) revisa nociones como deseo, goce y pasión en el proceso de
construcción identitaria. Valentina Tabeira también se detiene en uno de los
libros más recientes de nuestra escritora, Los amores equivocados (2015). Tabeira
se centra en el análisis de tres cuentos en los que está implícita cierta noción
de equívoco en las relaciones amorosas: la diferencia de edad o de género, por
ejemplo; sin embargo, como ya ha dicho Peri Rossi: «Si los amores suelen ser
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
22
La literatura, reducto de resistencia contra la banalidad
3
Peri Rossi, Cristina (1993). «Acerca de la escritura», en Deslindes, n.° 2-3. Montevideo: Biblioteca
Nacional de Uruguay, pp. 71-76.
23
Introducción
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La literatura, reducto de resistencia contra la banalidad
25
Cartografía de una emoción inesperada:
Cristina Peri Rossi gana el Premio Iberoamericano
de Letras José Donoso 2019
María José Bruña Bragado1
1
Integrante del jurado por la Universidad de Salamanca, España.
27
Introducción
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Cartografía de una emoción inesperada: Cristina Peri Rossi gana el Premio por José Donoso
Peri Rossi es reconocida desde hace décadas como una de las escritoras
contemporáneas más influyentes de habla hispana, una de las más leídas en
la academia norteamericana, iberoamericana y europea, pero tiene, además,
la habilidad de no ser solo considerada por la alta cultura, sino por la cultura
popular: sus libros llegan a todo tipo de público gracias a la sensibilidad, empa-
tía y potencia de su prosa, de su poesía. Aunque su primer poemario —Evohé
(1971), mítico ya— fue un grito ritual e inaugural de la poesía homoerótica
femenina latinoamericana, Peri Rossi es también traductora —Clarice Lispec-
tor, Monique Wittig— y ha cultivado casi todos los géneros: novela, poesía,
periodismo, ensayo y cuento —Seymour Menton y Sonia Mattalía la destacaron
como una de las más relevantes autoras de relato en español—. Habitaciones
privadas (2012) o Los amores equivocados (2015) son sus últimas colecciones
de cuentos publicadas en la editorial española Menoscuarto y reeditadas en
su Montevideo natal por Casa Editorial Hum. En novela es imprescindible
destacar su magnífica alegoría sobre el exilio La nave de los locos (1984), pero
también Los museos abandonados (1969) o El libro de mis primos (1969) —muy
valorados por Benedetti o Cortázar—, y el ensayo Julio Cortázar y Cris (2014).
No contaba Peri Rossi con un premio de tanta envergadura como el José
Donoso que otorga la Universidad de Talca y es un ejercicio de justicia que lo
haya obtenido en su edición de 2019 porque esto contribuirá a la circulación,
publicación, traducción y difusión de unos textos fundamentales para entender
el siglo xx en su quiebre hacia el xxi. Las acciones poéticas, íntimas e inquie-
tantes, de Peri Rossi son también acciones políticas; son luces de resistencia
frente a lo unívoco y hegemónico, son esas luciérnagas de Pasolini, siempre
fronterizas, siempre transgresoras en medio de la homogeneización política,
sociocultural, de género. Nuestra autora reactiva, con urgencia y hedonismo, las
conexiones entre estética y política en el régimen de lo sensible contemporáneo.
29
La polisemia
del compromiso
Extrañan
el ritmo de las ciudades
el cielo opaco lleno de humo
el canto de los pájaros
extrañan el paso de las horas
el calor y el frío
a veces dicen una palabra por otra
y se asustan
cuando descubren que olvidaron
el nombre de una calle.
Se exilian de todas las ciudades
Josep Cunill. Barcelona, 1982. de todos los países
y aman las imágenes de los barcos.
1
Instituto de Profesores Artigas. Agencia Nacional de Investigación e Innovación.
33
La polisemia del compromiso
34
Cristina Peri Rossi y las atopías del compromiso
35
La polisemia del compromiso
2
El relato figuraba en su primera edición sin título.
36
Cristina Peri Rossi y las atopías del compromiso
3
En este artículo se citará la edición de «El mártir» incluida en Cuentos reunidos (2007).
37
La polisemia del compromiso
38
Cristina Peri Rossi y las atopías del compromiso
39
La polisemia del compromiso
pesar de estas diferencias, en los años ochenta los dos casos resultaron escrituras
a contrapelo de los maniqueísmos fáciles, en lo político y en lo ideológico, de
tal forma que, cuando Peri Rossi afirme en su carta que «el día en que los mitó-
manos y mesiánicos de cualquier clase puedan resistir un texto como el tuyo y
saludarlo, los hechos y la historia no habrán sido en vano» cabría preguntarse a
qué texto, a qué literatura se está refiriendo, si a la ajena o a la propia.
Referencias bibliográficas
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— (1971). «Cosa secreta», en AA. VV., Cuentos de la revolución. Montevideo: Girón,
pp. 85-140.
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
40
La poética crítica en la obra
de Cristina Peri Rossi
Lucía Delbene Azanza1
1
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (Udelar). Consejo de Educación Secundaria.
2
Todas las citas de la obra poética de Cristina Peri Rossi pertenecen a la edición de Poesía reunida.
Barcelona: Lumen, 2005.
41
La polisemia del compromiso
3
La tesis denominada La constelación crítica en la poesía uruguaya de fin de siglo se encuentra en proceso
de defensa.
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La poética crítica en la obra de Cristina Peri Rossi
4
Roberto Appratto (1997a y 1997b) y Eduardo Milán (1989).
43
La polisemia del compromiso
5
Namer, Claude y Jean Michel Fosser (1977). 15 autores latinoamericanos frente a la crítica, educsa
(citada en Achugar, 1977: 64-92).
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La poética crítica en la obra de Cristina Peri Rossi
45
La polisemia del compromiso
mi mujer
la palabra (2005: 81-82).
cosas» (2005: 369), mostrando el cisma que hay entre la palabra y la cosa,
esa brecha que el siglo xx se ocupó de mostrar como problemática, poniendo
de manifiesto la intencionalidad de los sistemas de representación que el ser
humano utiliza para comunicarse y referir al universo. Excediendo al ámbito
semiótico, el problema del signo se había instalado en el pensamiento filo-
sófico desde, al menos, Platón en adelante. Recordemos cómo en su diálogo
lingüístico Crátilo el filósofo establece la dicotomía arbitrariedad/naturalismo
46
La poética crítica en la obra de Cristina Peri Rossi
47
La polisemia del compromiso
los hombres con la confusión por querer construir una torre que los hiciera
semejantes a la divinidad. La unidad primordial de una hipotética comunión
humana prelingüística se fractura en la condenación de los idiomas. Así, en «El
bautismo» la torre personificada dialoga con la locutora: «Poeta —grita Babel—
soy la ciega de las lenguas / la Casandra en la noche oscura de los significantes»
(2005: 529), conjugando en la tradición judeocristiana la antigua filiación
entre la poesía y el oráculo, la lengua paradisíaca de la que hablaba Benjamin,
en la cual la esencia espiritual de las cosas es la traducción inmediata en el
nombre, en donde su naturaleza es simbólica antes que semiótica: «Tan lejos
se halla la denominación adánica de ser juego y arbitrariedad que, antes bien,
precisamente en ella se confirma el estado paradisíaco como aquel que todavía
no tenía que lidiar con la significación comunicativa de las palabras» (2012:
71). La caída escenificada en el conocimiento del bien y del mal, justamente,
significa para este filósofo la adquisición de una lengua mediata que está más
allá de la nominación que las cosas tienen por esencia espiritual en correlato
con el verbo creador. Para este autor, que hace casi un recorrido lingüístico
por los primeros capítulos del Génesis, el mito babélico de la confusión de las
lenguas constituye la profundización del pecado original.
Los poemas de este libro establecen una identidad mutable entre Babel,
poesía, mujer, lengua y cuerpo, que gira en torno a la revelación del origen, el
momento indecible de aquella unidad primordial donde no eran necesarios
sonidos significantes para la expresión y la comunicación, junto a la búsqueda
del sentido último de la poesía. En todas estas identidades hay una subver-
sión —en su sentido etimológico, volver hacia abajo lo que estaba arriba—,
donde la torre de Babel, imagen preponderantemente fálica, se feminiza y se
monumentaliza. Así, en «El parto», Babel personificada como una mujer par-
turienta de la palabra, es «Babel torre, Babel casa escondida» (2005: 590). La
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
indecisión entre torre y casa muestra la ambigüedad que las imágenes pueden
ostentar con respecto a la representación de la corporalidad. En «Las leyes de
la hospitalidad», Babel es portadora de ciudades: «Cuando la extranjera me
mira / mis ciudades se sumergen / oscurécense los cristales de las iglesias /que
amo tanto» (2005: 533), y en «Iconografía», alcanza dimensiones faraónicas:
«Ídolo enorme y antiguo / de pasadas religiones / desplazado en el tiempo /
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La poética crítica en la obra de Cristina Peri Rossi
49
La polisemia del compromiso
Referencias bibliográficas
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56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
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Peri Rossi, Cristina (2005). Poesía reunida. Barcelona: Lumen.
Quignard, Pascal (2012). El odio a la música. Buenos Aires: El Cuenco de Plata.
50
«Los extraños objetos voladores»,
una axiomática de la desaparición
Ana Belén Medori Castro1
¿Qué vas a hacer viejo Lautaro cuando todo el mundo se haya vaciado?
Los museos abandonados, Cristina Peri Rossi
1
Instituto de Profesores Artigas.
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La polisemia del compromiso
un cambio de paradigma: «El viejo derecho de hacer morir o dejar vivir fue
reemplazado por el poder de hacer vivir o de rechazar hacia la muerte». Este
«rechazo hacia la muerte» del que habla Foucault en Historia de la sexualidad:
la voluntad del saber (2007), Giorgi lo explica como un ejercicio de abandono,
de instalar la vida vivible en un otro territorio donde no pueden ingresar los
cuerpos, las vidas sacrificables, delegadas a una existencia cada vez más mar-
ginal, más oculta, más invisible. Hacer visible lo que está bajo amenaza de
desaparición es el gesto revolucionario que sostiene toda la antología ante la
violencia devoradora inminente.
La voz narrativa de «Los extraños objetos voladores» hace las veces de ojo
observador sobre y dentro de las vidas rurales y sacrificables de una pareja de
viejos, María y Lautaro, a partir de la instalación y estática permanencia de
un objeto marrón en el cielo. La instalación sucede repentinamente, sin nin-
gún tipo de explicación y se registra a partir de la percepción de los ojos de
Lautaro: «María —llamó el viejo. Había salido al campo—. Ven a ver lo que
yo veo» (Peri Rossi, 1969: 9).
El problema de la percepción y la distorsión de la realidad a partir de los
sentidos es reforzado por la movilidad del ojo narrativo que entra y sale de las
percepciones individuales de los personajes, quienes a su vez intentan compar-
tirlas y se enfrentan a desencuentros y contradicciones de lo que ven y cómo
lo ven, generando así un mosaico de perspectivas donde la única imagen com-
partida —por la pareja de viejos y por los personajes menores del médico y su
asistente, Alicia— es la presencia extraña, lejana, y aparentemente indiferente
del objeto marrón en el cielo. Existe una situación de tensión entre lo múlti-
ple y lo unitario en la narración, la visión se tiende a dispersar y contradecir,
asumiendo como verdad y realidad cada perspectiva que adopta. Existe una
pérdida del control de la realidad a través del ojo, pero a la vez, la coincidencia
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
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«Los extraños objetos voladores», una axiomática de la desaparición
su imposible decodificación para los ojos de los viejos que lo miran y, como
si se tratara de un espejo, se sienten mirados, controlados:
El objeto marrón se corrió lentamente en el aire, entre una nube y otra.
Andaba despacito, como mirándolos.
—A mí no me gusta que me ande mirando —dijo el viejo […]
Ella hasta encontraba divertido eso de salir y encontrar ahí delante mirándola,
aquel pájaro marrón. […]
—Es como tener compañía (1969: 23-26).
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La polisemia del compromiso
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«Los extraños objetos voladores», una axiomática de la desaparición
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La polisemia del compromiso
El camino se iba pelado, como una fruta seca. Encontraba menos pastos,
menos hierbas, menos casas, casi ningún árbol, y el cielo más marrón. «Esto
es raro», pensó [el viejo] […] «Voy a caminar con los ojos cerrados […] así las
apariencias no me engañan» […] Cuando llegó a la altura de su casa, los abrió
rápidamente. Miró hacia uno y otro lado. El camino estaba desierto. […] El
árbol, el pozo, el jardín, la casa, los canteros de las flores, la vaca, las piedras,
el pasto, la azalea, todo había desaparecido […] Tocó hacia uno y otro lado el
aire vacío. […] Se estremeció de miedo, al tocar una tierra pelada, sin nada, sin
pasto siquiera; la tierra tenía la dureza pedregosa de las rocas, como si nunca una
hierba hubiera podido nacer allí, de la esterilidad del suelo. […] En el cielo, el
sol se había borrado. [El viejo] comprendió rápidamente que iba a desaparecer,
sumiéndolo en la oscuridad más completa. «Hasta el sol, se lo llevarán, que yo
no creí», pensó, y se dio cuenta que tenía poco tiempo (1969: 73-74).
A pesar de la incomprensión, existe una conciencia de la presencia de un
otro superior que opera a través de una axiomática. En El Anti Edipo (2016),
Deleuze y Guattari definen axiomática a través de la diferenciación entre esta
y un sistema basado en códigos:
La axiomática no necesita escribir en plena carne, marcar los cuerpos y los
órganos, ni fabricar en los hombres una memoria. Al contrario que los có-
digos, la axiomática halla en sus diferentes aspectos sus propios órganos de
ejecución, de percepción (2016: 265).
En este sentido podemos relacionar a la axiomática como un modo de
operar en las sociedades de control, la dominación no necesita de una ma-
quinaria física que someta a los cuerpos en un espacio-tiempo determinado,
tampoco necesita de la incorporación de un «código de disciplina» por parte de
la existencia oprimida. Simplemente se instala sobre y dentro de la existencia a
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
dominar, se instala sobre su cabeza y dentro de sus ojos, modificando así, desde
arriba, su tierra y la percepción de lo que hay o hubo alguna vez, sobre ella.
Ni viento, ni agua, ni pozo, ni trenes, ni ovejas balando su tristeza sin madre.
Nada. El silencio bajó, como una piedra. Cuando se instaló, se dejó pesar.
Despavorido [el viejo] miró hacia el cielo. El objeto marrón también había
desaparecido. (1969: 75)
56
«Los extraños objetos voladores», una axiomática de la desaparición
Referencias bibliográficas
Deleuze, Gilles (1999). Conversaciones 1972-1990 [trad. José Luis Pardo]. Escuela
de Filosofía Universidad arcis. Disponible en: <www.philosophia.cl>.
Deleuze, Gilles y Félix Guattari (2016). El Anti Edipo: capitalismo y esquizofrenia
[trad. Francisco Monge]. Buenos Aires: Paidós.
Foucault, Michel (2007). Historia de la sexualidad: la voluntad del saber [trad. Ulises
Guiñazú]. Mexico: Siglo xxi.
Giorgi, Gabriel (2014). Formas comunes: animalidad, cultura y biopolítica. Buenos
Aires: Eterna Cadencia.
Jackson, Rosmary (1986). Fantasy: literatura y subversión [trad. Cecilia Absatz].
Buenos Aires: Catálogos.
Peri Rossi, Cristina (1969). «Los extraños objetos voladores», en Los museos aban-
donados. Montevideo: Arca, pp. 9-75.
57
Palimpsestos
1
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (Udelar). Consejo de Educación Secundaria.
2
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (Udelar).
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Palimpsestos
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Transtextualidades en El libro de mis primos
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Palimpsestos
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Transtextualidades en El libro de mis primos
podemos observar una hipálage ya que las hebras del pincel son calificadas
como dulces (adjetivo impropio para ese sustantivo) y concluye enfatizando
la sensación de suavidad con una gradación al nombrar: lienzo, lámina, tela y
piel. Por otro lado, asistimos a la violencia con que empiezan a destrozar a la
muñeca utilizando unos estiletes y pinzas en un simulacro de cirugía.
Esta oscilación entre violencia y ternura se observa, a su vez, entre las
acciones de uno de los primos, quien da órdenes a los demás y decide que los
pechos de la muñeca no son como deberían y, por lo tanto, requieren de una
«operación», y la voz del primo que narra y describe los pechos de la muñeca
desde una mirada que denota ternura: «Las puntas son como dos labios chi-
quitos y rosados que tuviera en la mitad del pecho» (1969: 98). En un mismo
espacio y tiempo del relato coexiste esta mirada de ternura con las palabras
y acciones crueles de los otros primos, que destrozan la muñeca. Es esta al-
ternancia, en una prosa que por momentos se torna poética, la que pone en
primer plano la violencia: las acciones violentas que se describen cobran fuerza
en la contraposición con la ternura y la sutileza de una de las voces que narra.
A un tiempo percibimos la sonoridad delicada y cadenciosa que se produce,
por ejemplo, al eliminar los signos de puntuación, como en la cita anterior, o
en la acumulación de enumeraciones y el uso de diminutivos, y casi simultá-
neamente percibimos las descripciones que no escatiman en crueldad al detallar
minuciosamente la «operación» llevada adelante por los primos. Este episodio
nos lleva a pensar en los procedimientos por los cuales se instrumentaliza el
cuerpo, especialmente el cuerpo femenino en cuanto al estereotipo de cómo
debe ser un cuerpo:
Yo miro hacia los costados de su pecho, donde tiene dos pequeñas lomitas,
dos cicatrices que culminan con dos puntitas rosadas, como dos marquitas
de fuego. Gastón ya está allí tocándole los pechos.
—Son demasiado duros —dice.
¿Deberían ser más blandos?
Los aprieta con la mano, palpándolos, tocándoles el material, la forma, la
consistencia. […]
—Vamos a agrandárselas —propone Gastón. E inmediatamente, todos los
primos dejamos de tocar a la muñeca, y esperamos sus órdenes (1969: 97-98).
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Palimpsestos
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Transtextualidades en El libro de mis primos
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Palimpsestos
sábanas blancas
sudario del amor que te cubría
manto sagrado
iniciar la bienaventurada ascensión
de tu piel a la eternidad
de tu vientre al círculo celestial
sentir a Dios en tus húmedas cavidades
en el grito vertiginoso
de la jauría de tus vísceras
saber
que Dios está escondido entre las sábanas
sudoroso
consagrando tu sangre menstrual
elevando el cáliz de tu vientre.
Descubrir de pronto que Dios
era una diosa,
última ascesis,
de aquí a la eternidad (2004: 33).
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Transtextualidades en El libro de mis primos
Referencias bibliográficas
Bruña, María José (2018). «Violencia y ternura en la prosa carnal de Peri Rossi: Todo
lo que no te pude decir», en Revista de la Academia Nacional de Letras de Uruguay,
año xi, n.o 14, pp. 73-82.
Genette, Gérard (1989). Palimpsestos: la literatura en segundo grado. Madrid: Taurus.
Lotman, Yuri (1982). Estructura del texto artístico. Madrid: Istmo.
Peri Rossi, Cristina (1969). El libro de mis primos. Montevideo: Cuadernos de Marcha.
— (1984). La nave de los locos. Barcelona: Seix Barral.
— (2004). Estrategias del deseo. Barcelona: Lumen.
Sommer, Doris (2004). Ficciones fundacionales: las novelas nacionales de América
Latina. Bogotá: Fondo de Cultura Económica.
Verani, Hugo (1980). «La narrativa de Cristina Peri Rossi: arte de digresión», en
Actas del séptimo Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas, vol. i,
pp. 1039-1046.
— (1982). «Una experiencia de límites: la narrativa de Cristina Peri Rossi», en Revista
Iberoamericana, vol. xlviii, n.o 118-119, pp. 303-316.
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La nueva modelización del mundo
en El libro de mis primos
Claudia Panisello1
Introducción
El argumento central de este trabajo es el análisis de los elementos que son
innovadores en El libro de mis primos con respecto al modelo tradicional del
relato y constituyen una nueva modelización del mundo. Según terminología
de Lotman, el arte constituye un sistema de modelización secundario. Existe
en Cristina Peri Rossi una nueva modelización que implica variables históricas
y culturales que la singularizan y transforman el discurso femenino anterior.
Siguiendo a Lotman en La estructura del texto artístico: «El arte es un siste-
ma de modelización secundario del mundo. No se debe entender secundario
con respecto a la lengua únicamente, sino que se sirve de la lengua natural
como material» (1982: 20). Debido a que la conciencia del ser humano está
ligada estrechamente al lenguaje, entonces «todos los tipos de modelos super-
puestos sobre la conciencia incluido el arte, pueden definirse como sistemas
modelizadores secundarios» (1982: 20). De esta manera, un texto estructu-
rado y sistemático «produce modelos, paradigmas del mundo, que tienen
sus implicaciones acerca de categorías tales como fin y principio, evolución y
permanencia, verdad y falsedad» (Cosse, 1989: 26).
En Fisión literaria: narrativa y proceso social, Rómulo Cosse señala que
el texto creado por el autor se encuentra incluido en un sistema complejo de
relaciones extratextuales que, a través de su jerarquía de normas artísticas y
no artísticas de diversos niveles, acumuladas por la experiencia de la creación
1
Consejo de Educación Secundaria.
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Palimpsestos
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La nueva modelización del mundo en El libro de mis primos
Elementos a analizar
A continuación se analizarán diferentes aspectos de El libro de mis primos (1969)
para ejemplificar la nueva modelización del mundo de Peri Rossi como escritora
de la oposición: a) la estructura externa del texto, b) la tipografía y los signos
de puntuación, c) los pasajes intertextuales y d) el análisis semántico intratex-
tual: i) las voces narrativas, ii) el sema destrucción, iii) la desacralización de los
valores tradicionales y religiosos, e) la ambigüedad de la finalización del texto.
a) La estructura externa del texto. El libro de mis primos está compuesto
por una serie de relatos, donde se comparten los géneros narrativo y lírico,
numerados en orden creciente, que si bien constituyen un cuerpo narrativo
total, nada impide leerlos en desorden. Se fractura el típico orden de la novela
tradicional de capítulos donde cada uno remite al anterior, esto significa el
fragmentarismo de la trama, y la discontinuidad del argumento, que no puede
ser resumido. Se encuentra una nueva forma de concebir la literatura, que im-
plica también una nueva ubicación y relación del escritor frente a la sociedad
de la cual forma parte, así como una nueva participación en la lectura de su
obra. En el proceso de lectura se produce un juego dialéctico de fantasía entre
autor y lector, donde el lector obtiene mayor satisfacción cuando se pone en
juego su productividad.
b) La tipografía y los signos de puntuación. La estética de la recepción
considera dos polos: el polo artístico, el texto concretado por el autor, y el
polo estético, la concreción realizada por el lector. «El lugar de la obra de arte
es la convergencia de texto y lector, y posee forzosamente carácter virtual,
puesto que no puede reducirse ni a la realidad del texto ni a las disposiciones
que constituyen al lector» (Iser, 1989: 149). La obra literaria es más que el
texto ya que adquiere vida en la concreción de su lectura y por ello posee un
carácter dinámico, ya que está condicionada a los efectos que produce. Solo
por el proceso de lectura se actualiza la obra y por eso «la obra de arte es la
constitución del texto en la conciencia del lector» (Iser, 1989: 149).
En este sentido, en El libro de mis primos por medio de la variación tipo-
gráfica del tamaño y el color se busca impactar de diversa manera al lector. En
la sección vi «El llanto», mientras el tío Andrés le pregunta al médico sobre el
llanto de Oliverio, el niño se entretiene pensando en la palabra del diagnóstico:
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La nueva modelización del mundo en El libro de mis primos
Conclusión
Podemos decir que los elementos estudiados se asocian a innovaciones que
reflejarían una nueva modelización del mundo, implicando la ruptura de
antiguos esquemas en los diferentes niveles analizados. De esta manera, los
desplazamientos en la constitución de sentido en el polo artístico generan
una modificación en el polo estético del lector mediante el descubrimiento
de percepciones nuevas a través de la lectura del texto, puesto que le plantea
una nueva propuesta sobre su comprensión del mundo.
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Palimpsestos
Referencias bibliográficas
Cosse, Rómulo (1989). Fisión literaria: narrativa y proceso social. Montevideo: Monte
Sexto.
Iser, Wolfang (1989). «El proceso de lectura», en Rainer Warning (ed.), Estética de
la recepción. Madrid: Visor.
Lotman, Yuri (1982). Estructura del texto artístico. Madrid: Istmo.
Peri Rossi, Cristina (1969). El libro de mis primos. Montevideo: Biblioteca de Marcha.
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
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«Quédese con el ancla». Notas de lectura a
Todo lo que no te pude decir
Gabriela Marrón1
I
En el cierre narrativo de Todo lo que no te pude decir, el diálogo entre Mauricio
y su psicóloga culmina del siguiente modo:
—Me gustaría hacerle un regalo —dijo.
—¿A mí? —respondió ella, sorprendida.
Mauricio extrajo una cajita de su bolsillo. La abrió de pie, frente a la psicóloga.
Dentro, había un pequeño eslabón dorado. Era un ancla. El ancla Tyzak.
—Quédese con el ancla —dijo Mauricio—. Yo tengo mareo de tierra. Y todo
no se puede decir —agregó (2017a: 194).
1
Universidad Nacional del Sur. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Argentina).
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«Quédese con el ancla». Notas de lectura a Todo lo que no te pude decir
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Palimpsestos
tenía un secreto, algo que yo no sabía que ella poseía y, sin embargo, me
concernía. […] Me desperté pensando solo en Silvia y la estilográfica. Tuve
dificultades para masturbarme, pensaba en la estilográfica todo el tiempo…
—Que tenía Silvia en sus manos y no usted —concluyó la psicóloga.
—Me compraré una así, cuando la vea. Pero creo que es única. La empezaré
a buscar por toda la ciudad.
—Es única porque es la estilográfica de Silvia —dijo la psicóloga.
—Y, por supuesto, ni me la dará, ni podré quitársela —agregó Mauricio
(2017a: 190-191).
En Todo lo que no te pude decir, Mauricio nunca escribe; Silvia nos lo pre-
senta marcando el tatuaje en su piel, y la voz narrativa nos cuenta que también
tiene el hábito de dibujar otras obsesivas líneas, en las que se halla implícito un
análogo deseo de posesión: «Dibujaba sobre cualquier papel, sobre cualquier
soporte, y sus dibujos eran siempre eróticos, sexuales, inquietantes» (2017a:
184). Pero Mauricio no escribe; quien domina la palabra escrita y se adueña
del relato es Silvia, en el capítulo que retoma el título del epistolario amoroso
de Gabriele D’Annunzio. La particularidad de la voz narrativa femenina se
verifica también a través la destinataria indirecta del relato: Laura, la amante
para quien Silvia escribe la carta.
Peri Rossi no delega jamás el poder de la escritura en Mauricio. Él desea
la estilográfica que Silvia manipula en su sueño; del mismo modo, Lucila, la
chimpancé observada y estudiada por Suárez en esa novela, desea apoderarse
de la cámara con que él la fotografía. Lucila, como Mauricio, también dibuja;
y Suárez, como Silvia, también escribe (en este caso, un tratado sobre la psico-
logía de los chimpancés en cautiverio). No obstante, la asimetría se revela de
manera inversa, y como Lucila es hembra, Peri Rossi le permite, con la misma
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
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«Quédese con el ancla». Notas de lectura a Todo lo que no te pude decir
II
En Descripción de un naufragio (1975), dentro de la secuencia de textos con
título, que interrumpe la numeración romana del i al xl, se incluye el poema
«Ancla Tyzak» (1975: 79-80); en él, la voz poética presenta a un marinero
rebelde, apellidado Tyzak, que recibe castigo con «los brazos anudados al
mástil» y «atado al bote como a una cruz». Las anclas Tyzack tienen tres uñas,
pero la alusión al número tres no termina allí: Tyzack es también una de las
más antiguas marcas inglesas de fabricación de herramientas, cuyo nombre
y logotipo remiten al trisquel celta utilizado como logo por la célebre Steam
Packet Company (imagen 1), una empresa marítima de transporte que co-
necta regularmente la isla de Man con el puerto de Liverpool desde 1830, y
que participó activamente en ambas guerras mundiales, trasladando gente a
los campos de prisioneros ubicados en la isla. La bandera de la isla de Man
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Palimpsestos
(Imagen 1)
(Imagen 2)
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«Quédese con el ancla». Notas de lectura a Todo lo que no te pude decir
III
El marinero Tyzak, castigado a causa de su rebeldía, con una feroz cuña tala-
drándole la espalda y clavado al mástil como a una cruz, evoca una suerte de
mascarón de proa, esas figuras que coleccionaba Neruda, como refiere Peri
Rossi en una de sus notas:
Neruda construyó una casa, en Isla Negra, para conservar sus objetos. En las
vigas de raulí del techo, escribió los nombres de los amigos que la Guerra
Civil le había matado o exiliado: Rafael Alberti, Federico, Miguel Hernández.
Están junto a los hermosos mascarones de proa que rescató: La Micaela, La
novia, La Cymbelina, La bonita y La sirena (2004: 6).
Las sirenas también tienen tres extremidades: dos brazos y una cola; en el
poema «Ancla Tyzak», sin embargo, el género del simbólico mascarón rebelde
no es femenino, sino masculino: es decir, no se trata de una sirena, sino de
Glauco, el pescador que se transformó en Tritón, una divinidad griega con torso
de hombre y cola de pez, que rescata a los navegantes en las tormentas y posee
el don de la profecía. Glauco se enamora de la joven Escila, ella lo rechaza, él
le pide auxilio a Circe, y la hechicera —enamorada de Glauco— transforma
a Escila en un monstruo de la cintura para abajo.
En La nave de los locos (1984), novela publicada por Peri Rossi una década
después de Descripción de un naufragio, el pasajero loco con quien Artemius
Gudröm establece un vínculo, también se llama Glauco; como el guerrero de
la Ilíada mencionado en el capítulo incial:
La sirena del barco había comenzado a aullar exactamente en el verso número
dieciocho del canto vi de la Ilíada. «¡Magnánimo Tidida! ¿Por qué me pre-
guntas sobre el abolengo?» Era Glauco a punto de enfrentarse con Diomedes.
Sirenas: doncellas fabulosas que moraban en una isla, entre la de Circe y el
escollo de Escila, y que con su dulce voz encantaban a los navegantes. Lo
recordó porque era el quinto día de navegación y la segunda escala; la Bella
Pasajera se acercó hasta él, ya con el ronroneo de la gata blanca cansada de
mar, y por decir algo, le preguntó:
—¿Qué está leyendo?
87
Palimpsestos
IV
Establecida esta segunda referencia, para finalizar solo resta mencionar un
último aspecto, relacionado con el cuento «Vía Láctea», de La rebelión de los
niños, acerca de un matrimonio y su pequeño hijo Mauricio (como el marino
de Todo lo que no te pude decir). El padre del niño concibe la realidad como
un cuadrado; la madre, como una circunferencia:
A él le parecía que el matrimonio de una persona para la cual la realidad
estuviera representada de manera incontrovertible por un cuadrado, con otra
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
(Imagen 3)
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«Quédese con el ancla». Notas de lectura a Todo lo que no te pude decir
para la cual la realidad fuera sin lugar a dudas una circunferencia, no podía
dar buenos resultados. Salvo que el círculo o la esfera se sumiera dentro del
cuadrado, con lo cual habría algunas zonas de coincidencia, manteniéndose,
sin embargo, extensas superficies sin contacto, o que, por el contrario, el
círculo absorbiera al cuadrado, quedando entonces lugares vacíos, sin comu-
nicación, dentro de la esfera (1980: 58).
Desde tiempos remotos, el cuadrado y el círculo se presentan como figu-
ras antitéticas; mientras que la construcción de un círculo ocurre de manera
natural, para construir un cuadrado es necesario realizar cálculos. El cuadrado
simboliza la habilidad y el ingenio del ser humano, el dominio de la razón y del
pensamiento; los círculos, en cambio, representan el misterio de la naturaleza.
El círculo es infinito, pero el cuadrado supone un límite, segmenta el espacio
y expresa la finitud; por otra parte, si bien el círculo expresa la unidad, como
hemos visto también permite la inscripción de la tríada. En el cuento «Vía
Láctea», que está insistentemente atravesado por el número tres, se silencia de
manera sistemática la enunciación del cuatro. La voz narrativa nos dice que
la madre, «en sus oraciones diarias incluía un ruego para que Mauricio per-
maneciera siempre de tres años, edad que le parecía ideal para ser conservada
durante toda la vida» (1980: 57) y luego agrega «cuando su madre no pudo
evitarlo, Mauricio fue cumpliendo algunos años, que finalmente sumaron siete»
(1980: 59). El motivo disparador del cuento es el momento en que el niño
mira el cielo, descubre la noción de infinito y, como el otro Mauricio, se marea
en tierra. El padre le brinda una explicación racional, que le permite recortar
espacialmente la infinitud, pero como él tiene siete años (3 + 4) redescubre la
noción de infinito a través de la potencia combinatoria de las unidades:
La página cuatro del diario crujió al doblarse, y se derramaron algunas letras
sobre la superficie de la página diez. […] Sobre el texto leído, infinidad de
otros textos podían leerse, al azar, mezclando los símbolos, las frases, como
la lana que iba y venía construía, en su movimiento, pasos de danza diversos,
estructuras del aire cambiantes, energía que se desplazaba sinuosamente, en
formas múltiples. […] ¿Qué clase de información podía suministrar un texto
si bastaba desplazar, cambiar una sola de las partes de la frase, o aún menos,
si alcanzaba con modificar el lugar de uno de los símbolos escritos para que
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Palimpsestos
el mensaje fuera otro? Al fin su madre podía estar tejiendo un pulóver una
red un bolso o una bufanda, la lana iba y venía, movimiento pendular y per-
petuo, una vez había comenzado, sí, había comenzado a tejer pero ya nadie
recordaba cuándo, ni cómo fue; nadie sabía, tampoco, cuándo acabaría, ni
qué forma al fin asumiría, después de haber sido sucesivamente ancla lazo
timón sable y espuela (1980: 61-65).
Peri Rossi no parece estar jugando a los dados con el universo porque,
tras haber evitado la mención del cuatro a lo largo del cuento, nos dice que la
página cuatro del diario se dobla (es decir, se vuelve un triángulo) y algunas
de las letras se derraman sobre la página diez; precisamente la tetraktys pitagó-
rica, el cuarto número triangular, el número perfecto (1 + 2 + 3 + 4 = 10), que
invoca la irrupción del cosmos, del orden, en medio del caos azaroso de las
combinaciones (imagen 4).
El ancla es un trisquel (triscar es enredar, mezclar, y deriva del gótico
*thriskan: «trillar», separar el grano de la paja, como al comienzo de La nave
de los locos); el lazo es una trinca (trincar es asegurar o sujetar fuertemente con
lazos); el timón de las embarcaciones, en la antigüedad, no era una rueda,
sino una pieza móvil, vertical, unida a una vara o palanca horizontal; por la
analogía de su forma, el término se asignaba también a la lanza estructural del
carro, al carro entero y a la constelación de la Osa Mayor. Tanto la espuela,
que está en los pies del escudo de la isla de Man y tiene filosas puntas en forma
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(Imagen 4)
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«Quédese con el ancla». Notas de lectura a Todo lo que no te pude decir
(Imagen 5)
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Palimpsestos
(Imagen 6)
Referencias bibliográficas
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
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«Quédese con el ancla». Notas de lectura a Todo lo que no te pude decir
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Navigare necesse est, vivere non necesse.
Desplazamientos sígnicos en La nave de los locos
Claudia Pérez1
En un artículo del año 1986 sobre La nave de los locos (1984) la crítica Mabel
Moraña señala que, además de ser «un punto culminante en su producción»
—y coincidimos— «la nueva novela recoge y ordena los fragmentos de un
universo que intenta subvertir» (1986: 204-205). Aplica este procedimiento de
ordenación al ámbito de la represión política, los condicionamientos de género
y sus dicotomías asfixiantes. Toda esa fragmentación queda ordenada en esta
novela «moderna», de gran aliento y a la altura de los grandes narradores del
siglo xx. Primer desplazamiento, ya que se trata de una transgresora hablando
el lenguaje del amo: «Soy la advenediza / la perturbadora / la desordenadora
de los sexos / la transgresora / Hablo la lengua de los conquistadores / pero
digo lo opuesto de lo que ellos dicen» (Peri Rossi, 2005: 599). Resulta rele-
vante que Moraña subraye el tópico del viaje y la figuración de alegoría para
la obra, concluyendo que el lenguaje poético funciona como un dispositivo
que desmonta la realidad. Se trataría de «un organismo que se autoconstruye
constantemente» (Cid Hidalgo, 2012: 52). Claro está que ese proceder poié-
tico y mimético actúa con elementos fácticos: viajes, descripciones, detalles
del mundo que se articulan con sueños, procedimientos dislocados, todos
ellos para dar cuenta de un estado, el de exilio. Dice Cristina en el prólogo a
su obra Estado de exilio:
La etimología de la palabra es muy expresiva: ex significa, precisamente,
quien ya no es, ha dejado de ser. Es decir, quien ha perdido toda o parte de
1
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (Udelar).
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Palimpsestos
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Navigare necesse est, vivere non necesse. Desplazamientos sígnicos en La nave de los locos
El viaje es el destino
Cuando iba a partir se desencadenó un gran viento por mar y,
al vacilar los pilotos, él fue el primero en embarcar y, ordenando
levar anclas, gritó: «navegar es preciso, vivir no es preciso»
(«πλεῖν2 ἀνάγκη,3 ζῆν4 οὐκ ἀνάγκη:»)
Vida de Pompeyo (50, 1-2), Plutarco
Esta conocida frase latina da cuenta de dos aspectos: entregarse al bien colectivo
en momentos de extrema dureza, disminuirle a la vida del Ego su aparente
totalidad. La navegación es una tecnε precisa, un arte; vivir requiere de una
serie de aprendizajes sinuosos y espaciados que la experiencia va acumulando,
sin receta. Tolkien señalaba en El Silmarillion que la desgracia de los morta-
les, lo que los hace iracundos y desesperados por el éxito es su conciencia de
mortalidad. Como sintetiza Helena González Vaquerizo:
Según Plutarco, Cneo Pompeyo (106-48 a.C.) pronunció la frase […] ante
un mar indómito y en la tesitura de arengar a sus marineros a fin de que
cumplieran su misión y que así las provisiones de cereal llegaran a Roma. La
pronunciaría, evidentemente, en latín, pero Plutarco la recoge en griego. Al-
gunos la han traducido como «Es preciso navegar, vivir no es preciso», aunque
para la posteridad ha quedado la fórmula «Navegar es necesario; vivir no es
necesario». Sin embargo, en lenguas romances como el español o el portugués
la elección de uno u otro término permite diferentes matices: navegar puede
ser un arte preciso, a diferencia del arte de la vida, pero también puede ser
una metáfora que hable de la necesidad de entrega del individuo a un fin
mayor, sea este la misión de una nación —como era el caso de los marinos
en la arenga de Pompeyo— o la creación artística —como será el del poeta
portugués Fernando Pessoa— (2014: 166).
En su artículo, González Vaquerizo se propone demostrar cómo, en distin-
tos contextos, la sentencia mencionada ha servido para fundamentar ideologías
2
Infinitivo de pléω: navegar, flotar, atravesar, nadar.
3
Sustantivo femenino: necesidad, ley natural. Caso nominativo.
4
Záω. Infinitivo presente: vivir.
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Palimpsestos
póstumo de los Hombres no esté en mano de los Valar, así como no todo
estuvo previsto en la Música de los Ainur. (Tolkien, 2010: 119)
No me detendré más en el «arquetipo del sujeto errante», como analizan
Valenzuela y Cisternas, es decir, la idea de «que La nave de los locos puede ser
leída como un diagnóstico de una condición humana extremada y limítro-
fe, a saber, un estado de confusión original de la identidad (que pasa por el
98
Navigare necesse est, vivere non necesse. Desplazamientos sígnicos en La nave de los locos
99
Palimpsestos
caídos que regaban el suelo, por el murmullo del agua de un torrente que corría
no lejos de ahí, entre musgos y arbustos de mora y por la segunda copa de
cognac. Equis le dirigió una espléndida sonrisa, una sonrisa embelesada que era
una bendición por la alegría de su presencia.
5
La primera, del año 2015, dirigida por Todd Haynes; La vie d’Adèle, del año 2013, dirigida por Abdellatif
Kechiche. El lenguaje visual erótico de la primera es sugestivo, connotativo y fomenta la participación
imaginativa del espectador; el de la segunda es explícito y denotativo y no produce el mismo efecto.
100
Navigare necesse est, vivere non necesse. Desplazamientos sígnicos en La nave de los locos
Era una vieja dama rubia y gruesa, de tez muy blanca, labios delgados y ojos
claros, pequeños, rodeados por pestañas largas y sedosas. A pesar de la edad,
de los años que habían acumulado grasa a ambos lados del cuerpo, dándole
esa apariencia compacta, rotunda, Equis adivinó la tibieza de esa gordura, el
blanco extraordinario de la piel, la contenida flaccidez de una carne que lenta-
mente se iba desmoronando, y la amó.6 (1989: 76)
Equis vio cómo, con agilidad y desenfado, la chica del día anterior, usando la
misma camisa desteñida y sucia, se acercaba, balanceando sus anchas y morenas
caderas, los cabellos húmedos pegados a las firmes líneas del rostro. Siempre
parecía recién salida de una inmersión en el mar, con residuos acuáticos en el
pelo, en los brazos, en las piernas. Las gotas transparentes de agua se fijaban
en los poros de la piel, se aferraban allí como diminutas lentes. (1989: 85)
6
El espaciado y el destacado en cursiva son míos.
101
Palimpsestos
al origen, cualquiera sea el nombre que este tome: país, patria, ciudad, hogar»
(2012: 56), imposibilitado de aceptar su nomadismo como estado de exilio.
«Nos encontramos aquí con las categorizaciones binarias, origen/suplemen-
to, que han gobernado durante siglos el pensamiento occidental» (Domínguez,
2002: 162). Si bien la posición del narrador parece responder a las categorías,
la novela plantea en ese personaje Equis un modelo masculino, heredado de la
narrativa de medio siglo, exiliado y extranjero al mundo, ajeno a «lo femenino».
102
Navigare necesse est, vivere non necesse. Desplazamientos sígnicos en La nave de los locos
Solamente será en la mano de la escena entre Marlene y Dolores del Río don-
de la objetualización se transformará en lo performativo. El estado de exilio
parece incluir también la dificultad de desfijarse de ese entramado sígnico que
divide binariamente el universo de Equis. O tal vez la mirada del narrador, y
del personaje, está permeada por los ojos de una mujer que mira a otra mujer.
Referencias bibliográficas
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Montevideo: Trilce.
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103
Palimpsestos
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56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
104
Variaciones sobre el ser deseante
Invocación
Si el lenguaje
este modo austero
de convocarte
en medio de fríos rascacielos
y ciudades europeas
fuera
el modo
de hacer el amor entre sonidos
o el modo
de meterme entre tu pelo.
Diáspora (1976)
Cristina Peri Rossi es una escritora de los años previos a la dictadura y luego,
una escritora del exilio. Cuando me propuse estudiar su obra, elegí, por su
aparente simplicidad —que no es tal— y por su impacto en los años en que
fue editado, el poemario Evohé de 1971. Esta ponencia forma parte de un
trabajo de investigación que desde hace unos años estoy realizando y que tiene
como finalidad abordar el alcance social en general y literario en particular que
el libro tuvo en el momento de su aparición, pues irrumpió como novedad
en un momento crucial de quiebre y desmoronamiento institucional para
Uruguay. La autora misma reconoce en su prólogo a la Poesía reunida (2005)
que su publicación fue un escándalo a la vez que marcó definitivamente una
época de otra manera; por un lado, evidenciaba una mirada más libre y osada
sobre la sexualidad, sobre los cuerpos, convirtiéndose en un emblema, en un
símbolo, mientras que era, por otro, censurada.
La obra ha sido estudiada desde diversas perspectivas, tales como su valor
en tanto literatura lesbiana fundacional, como parte de la tradición de la poesía
erótica, como producto agitador, inquietante, en una etapa previa a la dictadura
militar, desde su contenido simbólico, etcétera. Posturas complementarias, a
las que agregaría que este es un libro sobre la poesía misma y su alcance. Una
reflexión en clave lírica sobre la capacidad de la palabra poética, anclada en
una tradición, pero como objeto y sustancia en sí misma. La palabra, cuyos
alcances finales desconocemos, incluye siempre un gesto político; cuestionarla,
manipularla, desestabilizarla es una forma de subvertirla y de poner en evidencia
su incapacidad para nombrar absolutos.
1
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (Udelar). Consejo de Educación Secundaria.
107
Variaciones sobre el ser deseante
ma a quienes andan vagando en la montaña, los hace vibrar con sus gritos
de éxtasis y suelta al viento su voluptuosa cabellera (Eurípides, 1994: 206).
Cristina Peri Rossi elige este título para su quinta obra, editada en Uru-
guay en 1971, primera lírica y última antes de su exilio europeo. Esta, junto
a Indicios pánicos (1970), se ha afirmado, termina de perfilar el camino de
la transgresión, característico en el conjunto de publicaciones posteriores de
la autora. Indicios pánicos es un libro de hibrideces genéricas y estructurales,
108
Cuerpos subversivos, cuerpos disidentes
mientras que Evohé es, como claramente evidencian sus paratextos, un libro
de temática erótica que no solo no fue bien recibido en la época, sino que,
más adelante, durante la dictadura militar, fue prohibido: «si por un lado
reprobaban el tono erótico, por el otro le reprochaban simplemente el hecho
de escribir en tiempos de la revolución, cuando lo principal era la lucha armada
y no las historias de amor» (Martín, 2015: 25).
Hay que señalar que la poesía erótica ha tenido en nuestra literatura una
destacada complicidad en las voces de la generación del 900, por la adscripción
al Modernismo, a pesar de que se vivían tiempos de disciplinamiento, en los
que se exigía parecer antes que ser. No es, no fue en el trayecto del siglo xx, un
género especialmente cultivado. Excepcionales son algunas incursiones de la
generación del 45, hasta que en 1969 se edita Poemas sex de Milton Schinca y
en 1971 el libro de Peri Rossi. Dice la autora en su prólogo a la Poesía reunida
que en Evohé está la clave de toda su obra lírica posterior: «el ensalzamiento
del erotismo, la metafísica del amor, el acceso a la trascendencia a través de la
voluptuosidad y también la ironía, el sentido del humor, la pirueta burlona
que matiza los efectos desgarradores de la pasión» (Peri Rossi, 2005: 28-29).
En uno de los epígrafes que contiene Evohé, el primero de tres, aparece
una cita de la décima musa, la poeta Safo de Lesbos: «Otra vez Eros que desata
los miembros me tortura, dulce y amargo, monstruo invencible» (1971).2 El
epígrafe asigna prioridad al cuerpo a la vez que subraya una relación conflictiva
con este, en la medida en que se torna incontrolable bajo el impulso erótico,
mientras que la primera de las «Definiciones» del libro, «Palimpsesto» (Palin-
sesto en el original), nos sitúa en el eje temático central: «Escrito debajo de una
mujer» (2005: 31). Escritura, por lo tanto, que, invocando esa naturaleza vital
y desmesurada de lo báquico, se suma al contenido erótico, donde el cuerpo
femenino constituye la materialización del deseo, escritura sometida a la égida,
al dominio de la mujer.
«Le escribí muchos poemas / en realidad hasta sufrí un poco por ella»
(2005: 33) dice la voz lírica en «Dedicatoria i», dejándonos entrever el tono de
2
La edición de Evohé de 1971 no contiene numeración de páginas, es por esto que para las citas se tuvo en cuenta la
edición de Poesía reunida (2005). Vale la pena señalar que en la edición de Lumen no figuran los mismos epígrafes
que en la edición prínceps de Evohé: se mantiene la cita de Cocteau, pero no se incluye la de Safo y se agrega una
de Homero Aridjis.
109
Variaciones sobre el ser deseante
los siguientes poemas, en tensión con una búsqueda que, desde el comienzo,
intenta conectar la palabra poética con el cuerpo erotizado. Nexo ideal, diálogo
entre un código y una materia que, en un comienzo, es percibida casi como
se concibió la palabra hasta el Renacimiento: la palabra que nombra, hace,
ordena, crea. La palabra y la cosa son correspondientes, ecuánimes, indivisibles,
como se establece en uno de los poemas: «Las mujeres son palabras de una
lengua antigua / y olvidada» (2005: 56).
En el poema «Prólogo» leemos: «Las mujeres son libros que hay que escri-
bir / antes de morir / antes de ser devorada / antes de quedar castrada» (2005:
35).3 En este poema en particular, la voz lírica, creo, se refiere al momento del
clímax orgiástico de las bacantes, en el que, de acuerdo a las referencias clásicas,
algunas de las cuales ya mencionamos al inicio, solían sacrificar animales o,
antes que sacrificarlos, comenzar a devorarlos vivos, como consecuencia del
desenfreno ceremonial. Pero, continuando con la afirmación previa, queda
evidenciada la relación metafórica copulativa entre las mujeres, su materia y
su esencia: son libros por escribir, por componer. Ese yo lírico llama a otros
a compartir la experiencia: «Poeta, ven a ver lo que yo veo: / Hay una mujer
que canta» (2005: 46). Es así que la construcción de este nexo entre la palabra
y el cuerpo femenino se desarrolla a lo largo del poemario.
Como ejes temáticos de todo el libro se han postulado los de cuerpo-pala-
bra-ritmo o mujer y palabra o, también, el cuerpo erotizado y sus posibilidades
en tanto construcción de un imaginario novedoso. Proponemos una línea de
análisis que se podría resumir en cuatro movimientos que se reiteran a lo largo
de Evohé, casi como motivos rítmicos recurrentes.
El primero sería el de descubrimiento, de conocimiento (no en el sentido
bíblico) en el cual el yo lírico descubre al otro parcialmente, a través de dos
sentidos que no implican un acercamiento completo: el oído y la mirada.
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
3
Los últimos dos versos de la edición de Girón dicen: «antes de ser devorado / antes de ser castrado».
110
Cuerpos subversivos, cuerpos disidentes
111
Variaciones sobre el ser deseante
Referencias bibliográficas
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Peri Rossi, Cristina (1971). Evohé: poemas eróticos. Montevideo: Girón.
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
112
La Naturaleza, régimen establecido
Valentina Dos Santos1
Cristina Peri Rossi ha sido referente e influencia para la población tratada como
minoría —mujeres y lesbianas, a modo de ejemplo—, luego de la publicación
de su primer poemario, que dio lugar a un pequeño escándalo en el Uruguay
de los setenta. El problema se revestía del osado uso del erotismo, pero la llaga
estaba en la existencia del erotismo homosexual, de la mujer como sujeto de
deseo, amante de otra mujer, de su otra igual.
Intentaremos explicar a través del contemporáneo, y también polémico,
Manifiesto contrasexual (2002) de Paul Beatriz Preciado —que se sirve de la
deconstrucción derridiana—, cómo Peri Rossi provoca una visión distinta de
la mujer, considerada a lo largo de la historia del arte como objeto de inspira-
ción y de deseo, poniendo en duda tal naturaleza. Ya en Evohé (1971) queda
planteado, pero la autora continúa insistiendo en el tema, tal es el caso de su
novela más reciente, Todo lo que no te pude decir (2018). Paul B. Preciado explica
cómo las tecnologías de gobierno cambian nuestro lugar en el mundo, cómo
1
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (Udelar).
113
Variaciones sobre el ser deseante
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La Naturaleza, régimen establecido
115
Variaciones sobre el ser deseante
zándose, los mares. Soy la lava ardiente deslizándose sobre la tierra. Ella está
abajo, yo estoy arriba. Sin embargo, no experimento ninguna sensación de
poder. La cubro con mi cuerpo, como una capa de magma sobre la piedra.
Respondo a su pedido, a su breve reclamo, por tanto, no hay ningún poder.
Ella se reconcentra sobre sí misma. Cierra los ojos, frunce la frente. Sus cejas
se juntan. Yo hago un esfuerzo y descargo mi peso sobre ella (1988: 125).
116
La Naturaleza, régimen establecido
117
Variaciones sobre el ser deseante
118
La Naturaleza, régimen establecido
2
«tú o yo vestida de varón / y la otra de mujer / como consagra / el uso de la especie» (2005: 438).
119
Variaciones sobre el ser deseante
Conclusión
He intentado argumentar, a través de diferentes autores, cómo Peri Rossi
sostiene una visión transgresora a través de la obra de arte literaria, aquí es-
pecíficamente desde el año 1988 hasta 2018, pero se contempla, además, la
importancia de su primer poemario mencionado en el comienzo. Los lectores
y las lectoras pueden acceder a ese mensaje y así cuestionarse, replantearse de
diferentes maneras algo que está fijado desde el momento en que nacemos,
por el modo en el que la escritora aborda estos temas poco frecuentados en la
literatura uruguaya —si pensamos en años atrás—, muchas veces por temor al
escarnio. Permite que las mujeres, en este caso Silvia, Laura y Aída, sean vistas
desde otra perspectiva, valorizándolas y mostrándolas como seres autónomos,
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
120
La Naturaleza, régimen establecido
Referencias bibliográficas
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Wittig, Monique (2006). El pensamiento heterosexual y otros ensayos. Barcelona: Egales.
121
El deseo, ese pájaro volátil
Gloria Salbarrey1
1
Instituto de Profesores Artigas.
123
Variaciones sobre el ser deseante
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El deseo, ese pájaro volátil
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Variaciones sobre el ser deseante
simios y los humanos que surge del comentario anterior basta para desbaratar
semejantes reparos.
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El deseo, ese pájaro volátil
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Variaciones sobre el ser deseante
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El deseo, ese pájaro volátil
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Variaciones sobre el ser deseante
El deseo de saber
Cuando el deseo se hinca en la profundidad de la existencia, removiendo todos
sus cimientos, provoca preguntas insaciables, para las cuales la inteligencia
individual quizás no tenga respuestas. En cambio, la humanidad viene cons-
truyendo desde hace milenios un edificio que, por lo menos, intenta explorar.
Bien lo decía Cristina Peri Rossi en el ensayo «Imaginación frente al instinto»,
recogido en el volumen titulado Fantasías eróticas:
El erotismo es a la sexualidad lo que la gastronomía al hambre: el triunfo de
la cultura sobre el instinto, entendiendo por cultura el largo, diverso y complejo
proceso que ha elaborado la criatura humana, desde sus comienzos, para domi-
nar, transformar y guiar el instinto primitivo. […] De ahí que el erotismo sea
una creación de la imaginación y del espíritu sobre el puro instinto, brutal,
indeterminado y generalmente torpe (1991: 39-40).
Con semejante horizonte —cultura e imaginación— no hay nada incon-
fesable o indecible que pueda detener.
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56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
130
Construcción de lo femenino,
construcción de lo diverso
Oración
Líbranos, Señor,
de encontrarnos
años después,
con nuestros grandes amores.
Barcelona, 1976.
Un diálogo desarticulado y fragmentario con
los principios fundamentales de la creación
el goce, el dolor, la pasión, el deseo
Pilar de León1
1
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (Udelar). Consejo de Formación en Educación.
133
Construcción de lo femenino, construcción de lo diverso
tiempo. Ella sostiene: «La palabra tiene historia, está viva. Los escritores lo
saben bien. Las palabras no solo dicen lo que dicen, sino sobre todo, lo que
no quieren decir» (1998: 24).
Lo escritural, por tanto, subyace culturalmente a una labor ancestral: la
tarea narradora del género que nos interpela desde el lugar que ocupamos en
el mundo las mujeres. Con la dramaturga, teórica y filósofa argentina Cristina
Escofet hemos pasado parte de nuestro tiempo indagando acerca de lo que
«la propia vida individual en la piel de una generación controvertida» (2000:
15) ha podido modificar y comprender el concepto identitario y existencial
más allá de los códigos binarios. Y hemos llegado juntas a algunas conclusio-
nes, como que hablar de identidad es hablar de un yo plural, que hablar de
género es un punto de convergencia entre los arquetipos construidos y el goce
escritural y que
la palabra propia forma parte de este juego apasionante de buscarse, perderse,
no saberse, balbucearse, intuirse, soñarse, eclipsarse, estrellarse y hasta pararse
con la firmeza de una nueva Alicia y decir: «¡Qué nos corten la cabeza si hemos
de andar paseando por el mundo repitiendo libretos sin sentido!» (2000: 15).
Para Cristina Peri Rossi escribir es encontrarse. Y mudar de territorio.
Como lo manifiesta en «Estado de sitio»:
Aquella vez
—estado de sitio en la ciudad
sirenas ambulancias tanques verdes
como pesados lagartos
y el miedo creciendo como mala hierba—
134
Un diálogo desarticulado y fragmentario con los principios fundamentales de la creación
compartir el miedo
el terror el pánico
une más que compartir la felicidad
la bienaventuranza.
Desde entonces,
busco la intensidad en otra parte
y no la encuentro en las drogas
ni en el alcohol
ni en las orgías
135
Construcción de lo femenino, construcción de lo diverso
pasión y los confines del deseo propio para traducir en la escritura lo inefable,
desarticulado, de lo impuesto por el discurso social (Dejbord, 1998: 57-58).
Los desplazamientos que marca con su poesía, con sus movimientos, con
su escritura, son parte de una necesidad ambigua de identificación que se tra-
ducen en dolor, acción y aislamiento. Dirá: «Donde la ciencia explica, nosotros
proponemos goces». Y la dislocación es física y psicológica porque mientras
habla del goce, y desmonta la identidad unitaria, donde puede conectarse
con la propuesta múltiple de su identidad, es consciente de las rupturas, del
enfrentamiento, de una historia personal que la pone en el lugar de escritora,
disidente política y exiliada. Sin embargo, también le permite dar cuenta de
que apropiarse de las estructuras axiológicas del exilio la hacen aferrarse a las
palabras. Es interesante el diálogo que expresa Dejbord entre Julia Kristeva,
Julio Cortázar y eventualmente Cristina Peri Rossi, ya que entre los intelec-
tuales, según afirmaciones de los tres, habría un componente positivo en el
exilio que, por un lado, superaría el castigo impuesto transformando el hecho
en una estrategia de disidencia que asumiría el propio individuo. También
son interesantes las afirmaciones de Escofet, quien plantea que comenzó a
comprender que, para conformar una mirada propia, tenía que aprender a
mirar desde adentro, escuchando sus voces. Lo externo y lo interno confor-
man, ahora a mi entender, una estrategia en defensa del deseo y la identidad.
Esa estrategia pauta un camino fragmentario que circula y que dialoga con
las manifestaciones estéticas de Peri Rossi cuando dice lo que ya citamos: «La
palabra tiene historia, está viva. Los escritores lo saben bien. Las palabras no
solo dicen lo que dicen, sino sobre todo, lo que no quieren decir» (1998: 24).
Tierra de nadie
Ahora que todas las regiones
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
136
Un diálogo desarticulado y fragmentario con los principios fundamentales de la creación
sin banderas
sin fronteras
sin lengua identitaria
más que la lengua de la poesía.
Territorio de los sueños
donde todo está por empezar
donde todo está por explorar (Peri Rossi, 2016: 45).
Y así nos está diciendo que en la palabra ha encontrado su voz, y que este
límite discursivo: su cuerpo-su casa, la palabra-su casa se constituyen en un
fenómeno regulador y constreñido de su identidad.
Referencias bibliográficas
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Peri Rossi, Cristina (2016). La noche y su artificio. Montevideo: Civiles Iletrados.
137
La novísima literatura:
el estado de exilio como poética en Peri Rossi
Emanuel Andriulis1
1
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (Udelar).
139
Construcción de lo femenino, construcción de lo diverso
140
La novísima literatura: el estado de exilio como poética en Peri Rossi
141
Construcción de lo femenino, construcción de lo diverso
142
La novísima literatura: el estado de exilio como poética en Peri Rossi
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Skármeta, Antonio (1981). «Perspectiva de “los novísimos”», en Revista Hispanoamé-
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143
La noción de lo equivocado en «De noche, la lluvia»,
«Ne me quitte pas» y «Todo iba bien»
Valentina Tabeira1
1
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (Udelar).
145
Construcción de lo femenino, construcción de lo diverso
Yo me referí en ese libro a las asimetrías que la gente considera más vulgar-
mente como tales, caso de la diferencia de edad. Y curiosamente, se consideran
asimétricos a los amores homosexuales, donde justamente es donde hay más
simetría, dado que son dos personas del mismo sexo y del mismo género,
pero el pensamiento vulgar considera a esa clase de amor como asimétrico
(Richero, 2016).
En el cuento «De noche, la lluvia», las mujeres se encuentran en medio
de una tormenta cuando una de ellas, la más joven, hace autostop y la otra la
recoge. En todo momento entablan una conversación casi de aversión, ninguna
comprende los modos de vida de la otra o su forma de pensar. La mayor, tra-
ductora, se lamenta de estar «en medio de una carretera secundaria, a oscuras,
bajo una lluvia torrencial y con una adolescente vagabunda en mi auto» (2016:
62), mientras que la otra piensa que ella «es de las antiguas» (2016: 61). Sin
embargo, cuando la adolescente se le acerca y empieza a hablarle al oído sobre
lo que considera que es la profundidad «se turbó. Se sintió turbada. No supo
qué hacer ni qué decir» (2016: 65).
A pesar de que, en un principio, el lector no espera que las protagonistas
lleguen a un acuerdo, así lo connotan las últimas palabras del cuento «pero esta
noche ni tú ni yo estaremos solas, te lo prometo, me lo prometes, estaremos
juntas» (2016: 66). Peri Rossi lo deja librado a la interpretación del lector,
pues considera que «el erotismo asume tantas formas en la vida» (Sanguinetti,
2018: 19) que es posible que estas dos mujeres que parecían llevarse mal se
terminen comprendiendo. Es posible que no se entiendan porque, precisa-
mente, se llevan diecinueve años de diferencia, incluso la adolescente dice en
un momento: «Pareces mi madre», la otra responde: «Tengo edad para serlo»
(2016: 58). Pero no es simplemente que una de ellas dobla en edad a la otra,
sino que hay una diferencia de pensamiento. Es uno de los cuentos menos
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
146
La noción de lo equivocado en «De noche, la lluvia», «Ne me quitte pas» y «Todo iba bien»
ciertos libros tratan acerca de las conductas lesbianas», y agrega que «los libros
no tienen sexo. Tienen sexo los autores» (Pérez Sánchez, 1995: 59). Incluso
ha manifestado: «me cuesta determinar qué es lo específico de una relación
amorosa entre mujeres. A ver, vamos a entendernos: no existe un específico
lesbiano, genérico. Digamos, admite cualquier variedad, como lo admite la
heterosexualidad» (1995: 69).
Aunque el cuento no se detenga en escenas sexuales como sí lo hacen otros,
hay cierta carga erótica y sensual hacia el final. En un acercamiento casi leve,
no invasivo, la adolescente le da un beso en la mejilla y comienza a hablarle:
La noche. La lluvia. Tu voz. El goteo del agua. La música que no escuchamos.
El viento. El ruido de las ruedas en el pavimento. Los tramos iridiscentes de las
vallas. Mi piel mojada. Marianne Faithfull cantando «Solitude». Tus recuerdos
diferentes de los míos. Treinta y ocho años. Veinte, no, mentira. Diecinueve.
«En mi soledad, tú me tiendes la mano», cantaba Marianne Faithfull, antes,
en el pub. ¿Sabes? Y él como si nada. Como si ella no hubiera vivido todos
esos años para que él la estuviera escuchando en ese maldito tugurio lleno de
tías estúpidas y tíos borrachos. Ella es mucho más vieja que tú… Sabe que
los días se van. Yo también lo sé, aunque solo tengo diecinueve. Hay noches
así. Y eso es la profundidad. O la intensidad (2016: 65).
Desde una perspectiva heteronormativa, puede considerarse curioso o
extraño que sea la adolescente quien tome la iniciativa en la relación. Peri
Rossi juega mucho con los roles de poder dentro de las relaciones de cualquier
índole. Mientras que en otros casos «la distribución de roles pasivos y activos
estaría siempre subordinada al marcador de género sexual, de manera que el
hombre sería definido incuestionablemente como el portador de la mirada,
mientras que la mujer sería reducida y objetivada en cuanto simple imagen»
(Dejbord, 2005: 387). Esta vez la mujer es una imagen, pero la mirada es
de otra mujer, más joven, más inexperta, que se siente medio poeta y medio
insatisfecha consigo misma y con el mundo en el que vive.
La «usurpación» del rol del varón como observador y la mujer como
sujeto de la mirada masculina le permiten «apropiarse de estas imágenes y
recontextualizarlas desde su propia posición», recuperando así el cuerpo fe-
menino como sujeto y desligándolo de la concepción tradicional y unitaria
147
Construcción de lo femenino, construcción de lo diverso
edad, pero aquí hay aspectos distintos a la relación entre las mujeres de «De
noche, la lluvia»; por ejemplo, está el hecho de que este no es un encuentro
inesperado y fortuito, ambos varones mantienen una relación hace tiempo y
planean seguir teniéndola.
Javier le decía «No voy a dejarte nunca, nunca», con la firmeza que solo se
puede tener a esa edad. Y él sonreía con una tristeza imperceptible para el
148
La noción de lo equivocado en «De noche, la lluvia», «Ne me quitte pas» y «Todo iba bien»
149
Construcción de lo femenino, construcción de lo diverso
forma: «Todo iba bien, hasta que ella, en medio del ardor impetuoso de la
refriega amorosa, le suplicó que la llamara puta» (2016: 45). Un par de desco-
nocidos, esta vez una pareja heterosexual, se encuentran en un cuarto de hotel
para mantener relaciones sexuales. Después de que se detuvieran súbitamente,
comienzan a charlar y ella le dice que no se preocupe, que lo hizo porque le
gustaba que la llamaran puta y que a otros hombres con los que estuvo también
les gustaba llamarla así, pero al personaje masculino
150
La noción de lo equivocado en «De noche, la lluvia», «Ne me quitte pas» y «Todo iba bien»
151
Construcción de lo femenino, construcción de lo diverso
152
La noción de lo equivocado en «De noche, la lluvia», «Ne me quitte pas» y «Todo iba bien»
Referencias bibliográficas
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vol. ix, n.° 1, pp. 79-87.
153
Representaciones de lo femenino en
«Los juegos» de Los museos abandonados
Kildina Veljacic1
1
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (Udelar). Consejo de Educación Secundaria.
155
Construcción de lo femenino, construcción de lo diverso
los maniquíes rellenos de tela y otros articulados por hilos que transforman al
museo en sala de exposiciones surrealista. La Ariadna de «Los juegos» detesta
el salón medieval por el rechazo medieval de lo clásico y de su erotismo como
potencial liberación del cuerpo, del individuo, del conocimiento.
Es interesante el salón de las matronas romanas en donde la protagonista
contempla y asalta a una de las estatuas:
156
Representaciones de lo femenino en «Los juegos» de Los museos abandonados
Alineadas sobre una larga tarima, una y otra apenas se diferenciaban por el
color de las vestiduras, pero el gesto de solemnidad y de altivez era común:
representantes de lejanas y augustas familias, la dignidad y la discreción se les
deslizaba desde la piedra de los rostros complacientes a los brazos robustos,
firmes, llenos de vigor (1969: 83).
Estas matronas romanas son representantes de un modelo femenino que he-
redamos, surgido en la sociedad romana patriarcal. Las materfamilias cumplían
con su papel doméstico y reproductivo, entregadas a su marido, a la crianza
de sus hijos y a las labores del hilado. Opuesta a este modelo, el personaje de
Ariadna se parece a la puella docta a la que Catulo designa con el seudónimo
de Lesbia en sus poemas (Álvarez Espinoza, 2012: 63-66). Favorecida por la
influencia griega en el mundo romano de la República aparece la mujer culta,
capaz de escribir, danzar, hacer música y dueña de decidir a quién amar. Este
tipo de mujer es rechazada y considerada depravada por una moral de autoría
masculina. Frente a una de estas altivas estatuas, al protagonista lo asalta el
deseo:
[…] brutalmente me lancé sobre ella, derrotándola sobre el suelo. La dama
apenas se agitó, quebradas las piernas, por debajo de su túnica plegada, mis
manos la registraron hábilmente: desgarrándose la tela como el cuerpo, y por
los intersticios de los ojos nadie me miraba (1969: 83).
Allí no se esconde Ariadna ni en el salón de los animales prehistóricos. El
viaje por el museo es también un viaje en el tiempo, una búsqueda arqueoló-
gica del deseo entre restos fósiles. En su búsqueda del amor, se va destruyendo
el museo y con él la idea de la historia. El simulacro que busca detener el
tiempo, que embalsama los cuerpos con pretensiones de eternidad, queda
desarticulado, destruido.
Entre su polvo, su olor a ocre y su blancura de tumba, yo no encontré a
Ariadna. Con la furia mesurada de un hombre saturado, blandí el hacha
y comencé a quebrar, a destruir esas moles [...] astillé todo lo que hallé a
mi paso, deshice bravas articulaciones, desengarcé estructuras de vértebras
milenarias, reduje a astillas piezas enteras de animales prehistóricos. Solo el
polvo amarillento de las polillas dejé en el suelo. (1969: 84)
157
Construcción de lo femenino, construcción de lo diverso
158
Representaciones de lo femenino en «Los juegos» de Los museos abandonados
una escena salvaje en la que se devora un trozo de carne, se devoran sus propias
pieles en una muestra de erotismo antropofágico. Los restos de comida atraen
a las ratas y todo se torna una imagen apocalíptica mientras Ariadna se lleva a
la boca una presa de animal sombrío con sus manos ardientes vueltas garras.
Los juegos se suceden y nada detiene la incesante actividad de buscarse,
de hallarse, hasta el decimosexto día en que se produce un cambio: Ariadna
jurará esconderse para no ser hallada. El desafío promete una recompensa
fabulosa que se transforma en cacería en la que ella aparece «transmutada en
virgen o gama» (1969: 89).
Después de un día de inútil espera, el protagonista se lanza a los patios y
corredores hasta llegar al salón de los espejos. En el centro del museo-laberinto
se encuentra la sala de espejos deformantes, multiplicantes, al que se enfrenta
el narrador en su búsqueda desesperada por encontrar a Ariadna. El encuentro
con su propia imagen deformada, alterada, repetida al infinito lo angustia, se
torna castigo insoportable del que prontamente huye.
En el salón de los espejos pavorosos, cien hombres intranquilos de mi mis-
mo color me esperaban con sus cuerpos desnudos, dispuestos a abalanzarse
sobre mí, a contradecirme y sorprenderme con sus gestos y su impaciencia.
(1969: 92)
La identidad es cuestionada por los espejos, es el «lugar elegido para los
tormentos. Allí el cuerpo se manifestaba, ineludible: no era posible engañar,
con vanos simulacros, su imagen llena de brillo y exactitud: ese era mi hueso
sobresaliente, esa mi cara torpe, mis músculos en acecho» (1969: 93). Los
espejos son jaulas que encierran y ridiculizan los rasgos, son ojos voraces dis-
puestos a devorar a su presa.
Ariadna desaparece y el narrador es ahora un navegante solitario llevado
por la rosa de los vientos, hilado por la atracción del profundo ombligo central
hasta el estallido de una galaxia central, Ariadna transmutada que representa
la liberación de la cárcel del yo fragmentado.
En el lugar de lo monstruoso, de la multiplicidad contraria a la identidad,
entre todos los reflejos, atraviesa la luz fugaz de Ariadna, quien también es una
de las máscaras del yo, uno de sus personajes, una parte de sí.
159
Construcción de lo femenino, construcción de lo diverso
Teseo en laberinto del mito, llevado por el hilo de Ariadna para enfrentarse
al monstruoso Minotauro. Los elementos que aparecen en el mito y en el
museo-laberinto no son otros de los tantos fetiches u objetos muertos de la
historia o de la literatura, sino que son testimonio, como dice Kristeva, de «otra
de las tantas experiencias de supervivencia psíquica para quienes se jugaron
160
Representaciones de lo femenino en «Los juegos» de Los museos abandonados
161
Construcción de lo femenino, construcción de lo diverso
que se corta para que, al desaparecer Ariadna hacia el final del relato, una parte
de ella se recupere en el sí.
Es la estrategia femenina del nómade que le impide ser apresada, nombrada,
normalizada, explorada y conquistada. Su fuga, su desplazamiento introducen
un espacio de vacío que aviva el deseo, que resulta liberador y que habilita la
posibilidad de la revuelta evitando la clausura, dando lugar a nuevas formas
del decir, del ser, del estar, del relacionarse con el otro.
Para Jacques Derrida el objeto del museo esconde una promesa, algo que
promete ser descubierto, descifrado, algo desconocido que le ofrece una aureola
especial y lo hace seleccionable (1997: 36). Museo e inconsciente son lugares
del archivo en los que se observa la represión, la censura. Y en la acción operada
por los personajes míticos de Peri Rossi vemos la destrucción, la aniquilación
de la memoria, la agresión, la pulsión contraria a la conservación.
Destruido todo el museo en la búsqueda imposible de Ariadna, aún quedan
los últimos destellos. Aplastado entre las ruinas, desde el suelo, el protagonista
ve balancearse el rostro verde de una estatua:
[…] en un instante, creí ver los agudos gestos de Ariadna brillando con luz
maligna entre las telas del vestido y las gasas del rostro; la estatua se balanceó
un momento, verde, azul, tenebrosa, la sonrisa viboreante cruzándole la boca,
y con un largo, larguísimo alarido, se desintegró en el suelo, sobre la confusa
pirámide de las cosas (1969: 102).
La búsqueda de Ariadna es el deseo de lo femenino, de lo perdido, de la falta,
de lo imposible de poseer, de un ideal que se vislumbra entre los escombros. Los
relatos de Peri Rossi revisan los modelos establecidos, permitiendo reescrituras
y nuevas representaciones de la feminidad. En este museo-laberinto se dialoga
con el archivo, se lo nombra, se juega con él, se lo destruye, se es destruido. La
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
162
Representaciones de lo femenino en «Los juegos» de Los museos abandonados
Referencias bibliográficas
Álvarez Espinoza, Nazira (2012). «Una aproximación a los ideales educativos fe-
meninos en Roma: matrona docta/puella docta», en Káñina, revista de Artes y
Letras de la Universidad de Costa Rica, vol. xxxvi, n.º 1.
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— (1969). Los museos abandonados. Montevideo: Arca.
— (2007). Cuentos reunidos. Barcelona: Lumen.
163
Interdiscursividades disciplinarias.
Filosofía y psicoanálisis
Y el psiquiatra me preguntó:
—¿A qué asocia el nombre de Alejandra?—
El dulce nombre de Alejandra
el olor de los pinos y cipreses
casas rojas castillos medioevales
una dama en el umbral
muebles púrpuras
la prodigiosa simetría de los parques
una hoja siempre en blanco
delante del ojo que acaricia
la falta de sonido
las lilas de los muros
un dolor enfermizo por casi todo
el muelle gris
las cosas que solo existen en jardines
Barcelona, circa 1980. para decir cuyos nombres
es necesario empezar por Alejandra
la antigüedad de algunas piedras
respiración entrecortada
la dificultad
para hacer amigos,
en fin, medianoches fatales
en que todo nos falta
especialmente
un amigo
una amiga
inolvidables.
Diáspora (1976)
Devolver el asombro al mundo:
sujetos del rendimiento y entretiempos
en Habitaciones privadas
Mariana Aja1
Cristina Peri Rossi publica en 2012 diez relatos bajo el título Habitaciones pri-
vadas: historias que desnudan aspectos de la intimidad de los personajes que,
siempre en espacios cerrados, están atravesados por la soledad y son derrotados
en sus intentos por superar su situación de incomunicación. En algunos de
ellos, las relaciones virtuales son matriz de la historia.
En una entrevista del suplemento cultural El Norte de Castilla, en junio del
mismo año, la autora se refiere a la nueva dimensión que ha adquirido el tema
de la soledad en la era tecnológica y se pregunta: «¿Qué nos ha pasado para que
el hombre tenga que encerrarse en su cuarto y entrar en las redes sociales? Es un
reflejo de la insatisfacción de las relaciones, porque nadie escucha lo que deci-
mos». Ese fracaso del amor ligado al de la incomunicación tiene, además, otro
enclave: el de la nueva dimensión que ha adquirido la relación de las personas
con el trabajo. Los personajes que pueblan los relatos de Habitaciones privadas
son los «sujetos del rendimiento» (Han, 2012: 17) que describe el surcoreano
Byung-Chul Han en La sociedad del cansancio: personas motivadas por la idea
de iniciativa y proyecto personal se autoexplotan: sin coacción externa —supe-
rada ya la sociedad disciplinaria que describía Foucault—, voluntariamente y
creyéndose libres, son las principales víctimas de ese exceso de positividad. La
«sociedad del rendimiento» (Han, 2012: 16) produce individuos depresivos y
fracasados, inmersos en grandes bancos, multinacionales, laboratorios, aviones,
centros comerciales, torres de oficinas, gimnasios.
1
Consejo de Educación Secundaria.
167
Interdiscursividades disciplinarias. Filosofía y psicoanálisis
bosteza; ella quiere decirle algo, pero también estaba cansada. Agotados los
dos, con la música que los adormecía, así quedaron, acostados, tomados de la
mano, «mecidos por el sueño como por una barca» (2012: 74).
Siguiendo a Han, lo que entendemos por vitalidad se reduce a la mera
función y rendimiento vital, lo que deviene en una «sociedad del dopaje»
(2012: 46). El tema del consumo de sustancias adictivas está muy presente en
168
Devolver el asombro al mundo: sujetos del rendimiento y entretiempos en Habitaciones privadas
los relatos de Peri Rossi como otra de las consecuencias indefectibles de esta
«maquinaria del rendimiento» (Han, 2012: 46), además de la autoagresión y
la carencia de vínculos «propia de la progresiva fragmentación y atomización
social» (Han, 2012: 18). El filósofo surcoreano habla del «infarto del alma»
(2012: 46).
169
Interdiscursividades disciplinarias. Filosofía y psicoanálisis
Entretiempos
Lo paradójico es que en la sociedad del cansancio los instantes de goce no
están relacionados con el enriquecimiento económico que proviene de ese
esfuerzo y desgaste por cumplir con el proyecto personal o las metas labora-
les. Tampoco está presente en Habitaciones privadas el disfrute de los placeres
tradicionalmente asociados a la vida hogareña. Los brevísimos instantes de
170
Devolver el asombro al mundo: sujetos del rendimiento y entretiempos en Habitaciones privadas
171
Interdiscursividades disciplinarias. Filosofía y psicoanálisis
de la chistera globos de colores que los niños intentan atrapar» (2012: 90).
El móvil de Thomas con su acción era netamente altruista: «ofrecer uno
de esos placeres a mucha gente. La única vez en que obtendrían algo sin su-
dor, sin dolor, sin mentiras, sin inteligencia, sin seducción, sin leyes de oferta
y demanda» (2012: 98), tal como vio a un hombre en Las Vegas gozar «del
inmenso placer de ganar dinero sin esfuerzo, ni sacrificio […] como un don
172
Devolver el asombro al mundo: sujetos del rendimiento y entretiempos en Habitaciones privadas
genuino […] algo que no se debía a nada ni que obligaba a nada […] algo así
como la poesía […]» (2012: 97). Las declaraciones de Thomas de presentar
su acto como poético exasperan al abogado porque complican su defensa: «es
así como terminan los poetas, reflexionó» (2012: 91).
Es cierto que la intervención de Thomas es asimilable al gesto poético: como
acontecimiento que está «por encima y alejado del ajetreo de la lucha diaria
por la supervivencia» (Bauman, 2007: 17), allí donde es posible recuperar la
capacidad de «suscitar deseo y emociones placenteras […] provocar sensaciones,
chocar, sorprender […] para recuperar su capacidad de excitar, [la obra de arte]
debe ser […] convertida en un acontecimiento único» (Bauman, 2007: 21).
«Como la chistera de un mago» es el único relato que trae la sorpresa, la
magia: el acto poético que solo podía ocurrir puertas afuera de las habitaciones
privadas: en la vía pública. Frente al otro se devuelve el asombro al mundo. Es
el cuento preferido de Peri Rossi y tal vez sea así porque reivindica la apuesta
al triunfo de lo poético por encima de la grisácea cotidianeidad y como acto
único que acontece solo en el encuentro cara a cara.
Dice Hugo Mujica: «No, no habrá salvación si no nos dejamos arrobar por
el asombro de ver surgir desde lo que no es lo que llega a ser, si desterramos de
nuestro hacer ese crear y de nuestra mirada el asombro» (2017: 208).
Referencias bibliográficas
Bauman, Zygmunt (2007). Arte, ¿líquido? Madrid: Sequitur.
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Mujica, Hugo (2017). Dioniso. Eros creador y mística pagana. Madrid: El Hilo de
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Tanarro, Angélica (2012). «Cristina Peri Rossi: “Habitaciones privadas es un libro
antisistema”», El Norte de Castilla. Disponible en: <https://www.elnortedecas-
tilla.es>.
173
Para seguir viviendo es necesario
olvidar que se vivió Una lectura de
Los amores equivocados y Solitario de amor
Romina Serrano1
Lucía Redes2
Introducción
Una de las publicaciones más recientes de Cristina Peri Rossi es el libro de
cuentos Los amores equivocados (2016). En esta obra, la escritora nos enfrenta
a la crudeza de una serie de amores diferidos respecto al eje dicotómico que
es gobernado por una moral general y convenida. En su corrimiento, las que-
rencias y los deseos presentados por Peri Rossi se instalan devenidos y venidos
a menos, para satisfacer una mirada pesimista y platónica del amor. Tras leer
este libro de cuentos, un estado de doloroso reconocimiento lleva al lector a
percibir la dicotomía espíritu-cuerpo que condena a los personajes a hacer el
mal amor o a penar entre las latencias de un sentimiento que se corrompe con
el beso y con la herida.
Otro texto de la autora que presenta un enfoque del amor como distorsión
del paraíso del anónimo, el sujeto antes de adquirir el nombre que le asigna su
enamoramiento, es Solitario de amor (1988). En esta novela, el personaje carente
de nombre adquiere un estado de presencia a través de la repetición de él en
el Otro. El loop generado por el amor, condena o droga, brinda la identidad
del amante que en su búsqueda insistente por el cuerpo ajeno construye una
identidad para sí mismo: el anhelante.
1
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (Udelar).
2
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (Udelar).
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Interdiscursividades disciplinarias. Filosofía y psicoanálisis
Solitario de amor
Solitario de amor comienza con una cita de Lacan, «Amar es dar lo que no se
tiene a quien no es» (1988: 3), refiriéndose ese no-ser a la aceptación de la
radicalidad del otro como un otro distinto, una subjetividad que guarda rela-
ción con su propia historia. Para ello es necesario que obre una renuncia a la
fantasía de la restitución del paraíso perdido, que se busca a través de la fusión
con el amante, donde lo paradójico se configura en tener que ceder algo que
en verdad nunca se tuvo. El éxito de esta peripecia nos concedería un grado
más de conciencia y liberación, y sería el suelo que posibilita la emergencia
del amor; en cambio, su fracaso, nos lanza al mecanismo de la repetición: un
circuito atrapante que conjuga la imagen ilusoria de avanzar hacia la tierra
prometida, escondiendo tras ella, una reiteración circular.
Al comenzar la lectura de esta obra, queda casi anulada la pregunta por el
cumplimiento de esta fórmula, dado que su título nos ha arrojado directamente
a un solipsismo con el que uno espera encontrarse.
Aída encarna el objeto de deseo entronizado, en torno al cual el amante
anónimo circula orbitante. Es ella el eje de la obra, mientras que el amante
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
176
Para seguir viviendo es necesario olvidar que se vivió
177
Interdiscursividades disciplinarias. Filosofía y psicoanálisis
El sexo hace las veces de nexo entre lo real y lo imaginario, esta búsqueda
obstinada por derribar esa frontera y unificar estas dimensiones en un mismo
espacio-tiempo quiebran el orden simbólico, orden que media entre el sujeto
y los otros.
El amante, en su búsqueda implacable, también se ubica como el engranaje
fundamental que opera el re-nacimiento de Aída, su reafirmación.
La tierra prepara su eclosión mientras yo te pulso; de tu boca enrojecida,
inflamada (cráter espumoso), va surgiendo un rumor, un clamor; ajusto por
última vez las clavijas y tu grito se precipita, desde las entrañas se pronuncia,
desde la garganta, el vientre y los pulmones: el grito te nombra y te identifica,
te funda y te cimienta, te bautiza y te confirma: Aída. (1988: 20)
El lenguaje debió de nacer así, de la pasión, no de la razón. (1988: 18)
Sin embargo, Aída, que es una mujer que además es madre, asevera que «el
lenguaje lo inventaron las mujeres para nombrar lo que parían» (1988: 20),
voz que el amante oye pero no escucha, pues no deja de adorarla con devoción
hipnótica, y no se encuentra dispuesto a ceder ningún terreno ni divisar fron-
tera alguna, permaneciendo disuelto en la inmediatez de una contemplación
estética, como conquista de la verdad.
Existe una clara asimetría en los modos de vinculación amatoria entre
ambos personajes, esto queda bien expresado en la forma misma del relato,
pero también, en aquellas enunciaciones que el narrador-amante realiza en
esos intersticios muy fugaces en los que logra percibir a Aída como un sujeto.
Parecen venidos del subconsciente, como voces que se le escapan pero que
no logra escuchar. Dice, refiriéndose a Aída, que es lo único a lo cual refiere,
«Sale del amor con extraordinario vigor para las cosas cotidianas» (1988: 9) o
«Si me miras así, no podré levantarme —dice, ya de pie» (1988: 10). Mientras
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
él, que no puede ser un él, se pierde completamente al salir de Aída, se siente
violentado en el retorno al mundo, un mundo al que no puede retornar. El
sujeto ha perdido su consistencia. Se siente ahora huérfano, expulsado, extra-
viado, sin identidad.
El amor de Aída acaba por ser una droga dura que se inocula, a la cual se
vuelve adicto y cuya imposibilidad de consumo le encadena a una angustia
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Para seguir viviendo es necesario olvidar que se vivió
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Interdiscursividades disciplinarias. Filosofía y psicoanálisis
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Para seguir viviendo es necesario olvidar que se vivió
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Interdiscursividades disciplinarias. Filosofía y psicoanálisis
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Para seguir viviendo es necesario olvidar que se vivió
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Interdiscursividades disciplinarias. Filosofía y psicoanálisis
hasta su muerte, que vive y que es siempre el mismo, sin embargo, en realidad
no está nunca ni en el mismo estado ni en el mismo desenvolvimiento, sino
que todo muere y renace sin cesar en él, sus cabellos, su carne, sus huesos, su
sangre, en una palabra, todo su cuerpo; y no solo su cuerpo, sino también
su alma, sus hábitos, sus costumbres, sus opiniones, sus deseos, sus placeres,
sus penas, sus temores; todas sus afecciones no subsisten siempre las mismas,
sino que nacen y mueren continuamente (2003: 345).
Las amantes buscan estar, pero estar en una superestructura del tiempo,
quizá, estar por encima de. Lo mismo parecieran buscar los demás personajes
que hemos ido comentando. Los amores anómicos son desafíos a la mortalidad
y son desgobiernos del solitario que se acompaña de deseo y con él se sacia
para luego secarse la boca con culpa sincrónica.
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Platón (2003). Diálogos. Obra completa, vol. iii: Fedón, El banquete, Fedro. Madrid:
Gredos.
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
184
La búsqueda de lo imposible.
Aproximaciones psicoanalíticas
Soledad Silva1
Los sueños, las fantasías, el juego del niño, incluso aspectos patológicos como
el delirio vinculan el mundo del psicoanálisis con la literatura. Ambos trabajan
con el deseo y se expresan a través del lenguaje en todas sus dimensiones. En
la revista Deslindes de la Biblioteca Nacional de Uruguay, Cristina Peri Rossi
afirma:
He dicho en una entrevista que el psicoanálisis y la literatura se parecen mucho
[…]. El paciente es un narrador; el psicoanalista, un lector. […] No en vano
Freud recurrió a la literatura: encontró allí descripciones de los conflictos
humanos, fantasmas. Creo que es esto lo que estudia el psicoanálisis y lo que
debe escribir un escritor (1993: 73-74).
Freud en «El creador literario y el fantaseo» (1908) nos decía:
A nosotros los legos, siempre nos intrigó poderosamente averiguar de dónde
esa maravillosa personalidad, el poeta, toma sus materiales […] y cómo logra
conmovernos con ellos, […] si le preguntamos, no nos dará noticia alguna,
o ella no será satisfactoria; […] nos ayudará en nada a convertirnos nosotros
mismos en poetas (2014a: 127).
Más de cien años después, Peri Rossi parece contestarle a Freud en una
entrevista que se le realizó en Barcelona: «mis amigos psicoanalistas dicen que
sería una gran psicoanalista, pero yo no quiero ser psicoanalista: son ellos los
que quieren ser escritores» (Pérez Fontdevila, 2005: 190).
1
Facultad de Psicología (Udelar). Asociación Psicoanalítica del Uruguay.
185
Interdiscursividades disciplinarias. Filosofía y psicoanálisis
La búsqueda de Jorge
Para el psicoanálisis, el deseo es uno de los pilares fundamentales. Sustento de
la teoría, de la clínica y de la concepción misma de sujeto.
El deseo surge en el intento de restablecer la primera experiencia de sa-
tisfacción, momento mítico y piedra angular de la estructuración psíquica.
La moción de deseo buscará, de modo constante y por diferentes caminos, la
repetición (imposible) de esa primera experiencia.
Dicha estructuración se va construyendo a través de este movimiento ince-
sante del deseo, de las frustraciones, las ausencias, los excesos, los encuentros
y desencuentros con el otro; otro que ofrece, impone, abre, obtura. Aparece
lo dinámico y relativo donde, si bien podemos encontrar ciertos parámetros,
prácticamente nada tiene un resultado prefijado, igual a otro.
Jorge, el protagonista de La última noche de Dostoievski, en diálogo con
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
Lucía, su analista, cree haber encontrado en las salas de juego la fuente del
deseo inagotable, se podría pensar que cree que, al ganar, su deseo, en ese
momento, se cumple.
Jorge: […] el dinero circula frenéticamente, de mano en mano, pasa de uno
a otro, como el deseo. El deseo, que gira, se posa un instante, y luego, nos
abandona.
186
La búsqueda de lo imposible. Aproximaciones psicoanalíticas
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Interdiscursividades disciplinarias. Filosofía y psicoanálisis
El ojo de Javier
Peri Rossi, en su ensayo «Detente, instante, eres tan bello» (2017), hace alu-
sión a sus inicios en la escritura y a los motivos que la siguen moviendo a ello.
Intento por retener aquello pasajero y efímero, haciendo frente a la angustia
de la pérdida, de la muerte. Intento constante por su carácter de imposible.
Así como ella hace este esfuerzo a través de la palabra, Javier, en El amor es
una droga dura, lo hace mediante la fotografía.
De niño, el protagonista de esta novela, asistía diariamente a una tienda
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
188
La búsqueda de lo imposible. Aproximaciones psicoanalíticas
[…] la devoró con sus ojos […] su estómago […] (repleto del otro, en general:
la otra). (1999: 36)
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Interdiscursividades disciplinarias. Filosofía y psicoanálisis
Referencias bibliográficas
Freud, Sigmund (2014a). «El creador literario y el fantaseo», en Obras completas, vol.
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
190
La búsqueda de lo imposible. Aproximaciones psicoanalíticas
191
Vislumbrar a los desarraigados
para una educación pluralista
Helena Modzelewski1
Emiliano Pereira Modzelewski2
Introducción
Los seres humanos estamos todo el tiempo imaginando historias. Aunque no
las escribamos, dentro de nuestra mente todo el tiempo estamos haciendo
interpretaciones de las acciones de los demás, que al final del día es lo que
hace nuestras relaciones más o menos armoniosas. La clave está en lo que
imaginamos a partir de nuestra observación de las conductas o apariencias.
Lo que conjeturamos es una interpretación de los hechos que constatamos y
en ese sentido es un proceso hermenéutico que tiene lugar permanentemente.
Para una convivencia en una sociedad democrática, típicamente pluralista, esta
hermenéutica cotidiana es crucial, no solo para nuestro día a día, sino para las
decisiones o juicios que se toman, muchas veces, respecto a otros que no cono-
cemos ni comprendemos. El distanciamiento que admite la literatura permite
educar en temáticas que afectan al mundo, desarrollando así la capacidad para
la imaginación de la situación del otro, diferente a uno mismo.
Últimamente, Uruguay está tematizando la cuestión de la inmigración,
vemos cada vez más en nuestra cotidianeidad a personas provenientes de di-
versos países de nuestra América Latina. La discriminación crece, a pesar de
la apertura que caracteriza a Uruguay. Se escuchan críticas a su ocupación de
empleos, a su uso del español diferente al nuestro, a sus costumbres musicales
ruidosas. Una perspectiva imaginativa que permita conocer la realidad por
1
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (Udelar).
2
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (Udelar).
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Interdiscursividades disciplinarias. Filosofía y psicoanálisis
Fundamentación conceptual
La Declaración de los Derechos Humanos ha sido un paso imprescindible
en la historia humana tal como nos autoconcebimos actualmente, porque a
partir de ella pasamos a entender que todas las personas compartimos una
igual dignidad. Sin embargo, toda declaración debe ser llevada a la práctica
para que adquiera su justo valor, y ello no está siendo sencillo en el caso de
los derechos humanos, como es evidente en un mundo donde predomina la
discriminación, las fobias hacia diversos grupos humanos, la exclusión. Es que
para que los derechos se vuelvan tangibles, no pueden quedar expresados en
simples enunciados deontológicos. Para que formen parte cotidiana en la vida
de una sociedad donde cada uno de sus participantes en su particularidad sea
respetado, es necesario que los ciudadanos se sientan inclinados sensiblemente a
actuar de determinada manera inclusiva; deben sentirse motivados, con todo el
peso etimológico que esa palabra conlleva. En la base de nuestras motivaciones
morales están nuestras emociones, que están, a su vez, sostenidas por creencias.
Esto significa que si estas creencias se confirman o modifican a través de la
autorreflexión, las emociones que van de su mano y que constituyen nuestra
perspectiva del mundo también se confirmarán o se modificarán, llevando así
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
a un impacto en nuestras motivaciones. Pero para que tenga lugar ese proceso
se requiere un cierto desarrollo de la imaginación, que es favorecido paradig-
máticamente por la literatura.
La literatura es, así, una de las herramientas más importantes para la edu-
cación para la participación en una sociedad pluralista, una sociedad donde
las voces de todos sus participantes sean consideradas dignas de escucharse,
en particular las voces de las minorías, que generalmente pasan inadvertidas,
194
Vislumbrar a los desarraigados para una educación pluralista
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Interdiscursividades disciplinarias. Filosofía y psicoanálisis
llegados a Uruguay desde Europa del Este en la década de los años treinta y
hemos heredado de alguna manera una cierta sensación de desarraigo sin que
nos sea posible exactamente señalar lo que eso significa. Hoy día, Uruguay
se vuelve escenario de una nueva oleada de inmigración, ahora desde países
hermanos latinoamericanos. Algunas voces se alzan, al igual que en el tiempo
de nuestros antepasados, para señalarlos, porque vienen a ocupar un lugar en
una sociedad que creemos que es nuestra. No solo mostramos poca tolerancia,
sino además poco interés en escuchar sus propias voces, en permitirles salir
de su borramiento.
Para un cultivo de la inclusión social, es necesario involucrar emocional-
mente a los ciudadanos con el mundo de los diferentes grupos sociales, en
especial el mundo de las minorías, que son las particularmente borradas. Se
requiere una herramienta que permita la irrupción de lo excluido para implicar
al ciudadano. El entendimiento del sufrimiento es muy complejo, especial-
mente dadas las representaciones del mismo desde los medios de comunicación
dominantes. ¿Desde dónde acceder al conocimiento de una realidad a la que
se tienen pocas posibilidades de conocer profundamente en la vida cotidiana?
¿Cómo acceder a la intimidad, sueños, frustraciones, dolores de las diversas
minorías, de manera de implicarse emotivamente?
Una de las tantas respuestas posibles está en la literatura, que para Paul
Ricoeur consiste en «un vasto laboratorio para experiencias de pensamiento»
(1996: 148), porque la inmersión en un texto literario nos da un acceso privile-
giado a los detalles de una realidad que de otra manera está oculta, por la falta
de contacto con ella y porque los relatos dominantes no le permiten florecer.
Lo que brinda la literatura es, en definitiva, lo esencial para la comprensión
del otro: ejercitar, cultivar, la imaginación.
Esa es la función que vemos manifiesta en el esplendor típico de un ejemplo
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
196
Vislumbrar a los desarraigados para una educación pluralista
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Interdiscursividades disciplinarias. Filosofía y psicoanálisis
serva con atención, pero desde fuera. No los entiende, pero tampoco intenta
comprenderlos; solo representa lo que ve.
Después de esta primera mención, comienzan a desvelarse distintas caras
de las observaciones del narrador, singularizando a los individuos, continuando
con la idea de Shklovski. Así, nos encontramos con descripciones y expre-
siones que van formando una suerte de mosaico que va caracterizando a los
desarraigados, tales como: «la ausencia de raíces les confiere un aire particular,
198
Vislumbrar a los desarraigados para una educación pluralista
impreciso, por eso resultan incómodos en todas partes y no se los invita a las
fiestas, ni a las casas, porque resultan sospechosos» (1988: 141), o:
es cierto que en la apariencia realizan los mismos actos que el resto de los
seres humanos: comen, duermen, caminan y hasta mueren, pero quizás el
observador atento podría descubrir que en su manera de comer, de dormir,
caminar y morir hay una leve y casi imperceptible diferencia (1988: 141).
Y también:
aunque algunos al nacer poseían unos filamentos nudosos que sin duda con el
tiempo se convertirían en sólidas raíces, por alguna razón u otra las perdieron,
les fueron sustraídas o amputadas, y este desgraciado hecho los convierte en
una especie de apestados. Pero en lugar de suscitar la conmiseración ajena,
suelen despertar animadversión: se sospecha que son culpables de alguna
oscura falta, el despojo (si lo hubo, porque podría tratarse de una carencia
de nacimiento) los vuelve culpables (1988: 142).
Estas instancias permiten al receptor imaginarse a partir del lenguaje cómo
se sienten y conviven con el entorno las personas descritas, le permiten ubicarse
en uno de los dos lados y también reflexionar sobre sus actitudes respecto de
semejante situación.
Aquí se manifiesta la habilidad de la escritora, que permite que ambos ejes
que hemos tomado como orientadores de este artículo se unan y confluyan
en la clave de la narración. Porque no todas las historias contadas desde un
agente externo y que desarrollan descripciones utilizando singularizaciones
serían útiles para los fines mencionados. Se requiere también que estas narra-
ciones inserten a esos otros en el horizonte del mundo del receptor de una u
otra forma y que a su vez promuevan el cuestionamiento. Este cuento, por la
manera en que es narrado, evidencia sutilmente el hecho de que el narrador es
un arraigado que habla sobre los desarraigados, y los juicios contenidos en las
citas mencionadas más arriba son claramente juicios emitidos por los arraigados
para hablar de los otros a los que no comprenden. Al observar la narración
desde este punto de vista pueden despertarse una serie de preguntas: ¿puedo
sentirme identificado con alguno de los personajes?, ¿yo he colaborado directa
199
Interdiscursividades disciplinarias. Filosofía y psicoanálisis
Consideraciones finales
No es menor considerar los efectos positivos que en nuestra sociedad podría
tener este tipo de lecturas. Si bien el cuento puede ser interpretado polisémi-
camente, una de sus lecturas puede hacerse desde el punto de vista planteado
en el comienzo de este artículo, el tema de la inmigración. Hace ya un par
de años que nuestro país ha tenido una ola de inmigración desde Centroa-
mérica, y unos años antes también un grupo de refugiados sirios. Tuvimos la
oportunidad de conversar con un chico venezolano que se mudó a nuestro
país y supo transmitirnos, más allá del tinte fantástico del cuento, que su
sentir es similar al de los desarraigados del relato que nos ocupa. Probable-
mente el sentir de nuestros abuelos y bisabuelos haya sido el mismo cuando
les gritaban «¡Gringos!» en su camino de ida o de regreso de sus jornadas de
trabajo en los frigoríficos de la Villa del Cerro. Y probablemente Peri Rossi
haya vivido experiencias similares en su exilio. Realizar este tipo de lecturas
podría sortear las brechas que generan los sesgos que tenemos con respecto
a los otros, mejorando notoriamente el relacionamiento en nuestra vida en
sociedad y generando de esta manera una comunidad con mejores vínculos
de reconocimiento entre sus participantes.
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
200
Vislumbrar a los desarraigados para una educación pluralista
Referencias bibliográficas
Barthes, Roland (2003). El grado cero de la escritura y nuevos ensayos críticos. Buenos
Aires: Siglo xxi.
Brecht, Bertolt (1992). Brecht on Theatre: The Development of an Aesthetic [trad. J.
Willett]. Nueva York: Hill and Wang.
Butler, Judith (2004). Vida precaria: el poder del duelo y la violencia. Barcelona: Paidós.
— (2007). El género en disputa: el feminismo y la subversión de la identidad. Barcelona:
Paidós.
Peri Rossi, Cristina (1988). «Los desarraigados», en Cosmoagonías. Barcelona: Laia.
Ricoeur, Paul (1996). Sí mismo como otro. Madrid: Siglo xxi.
Shklovski, Víktor (1970). «El arte como artificio», en Tzvetan Todorov (ed.), Teoría
de la literatura de los formalistas rusos. México: Siglo xxi.
201
Compromiso de escritura
Poética
Las palabras son espectros
piedras abracadabras
que saltan los sellos
de la memoria antigua
Anne Carson en su libro Eros, el dulce-amargo plantea que los poetas griegos
arcaicos al escribir sobre el deseo dibujaban un triángulo integrado por: aman-
te, amado, y el espacio entre ellos (2015: 33). La literatura ha expresado este
aspecto del amor que, desde la poeta Safo, atravesando diferentes contextos
históricos, llega a nuestros días. El oxímoron planteado en el título elegido por
la ensayista y poeta canadiense corresponde a un verso de la poeta de Lesbos,
y no debe entenderse a partir del tópico del amor frustrado por el destino, la
adversidad o la muerte, sino al padecimiento implícito en la propia experien-
cia del deseo. Eros es triunfante y frustrado a la vez, paradoja que hace del
territorio deseante el espacio propicio para la producción poética desde la falta
y sus diferentes formas de expresión. A punto de partida del breve poema de
Cristina Peri Rossi elegido como epígrafe de este trabajo abordaré el tema de
la palabra, el deseo y la distancia en su poesía.
1
Consejo de Formación en Educación.
205
Compromiso de escritura
2
Platón se ocupa de este tema especialmente en El banquete y en Fedro.
3
Plotino retoma la concepción platónica del amor y la reconfigura en la Enéada iii.
206
Eros, logos y distancia en la poesía de Cristina Peri Rossi
207
Compromiso de escritura
4
En adelante solo indicaré número de página cuando cite de la antología de Cristina Peri Rossi La barca
del tiempo. Madrid: Visor, 2016. En otros casos citaré de las primeras ediciones.
208
Eros, logos y distancia en la poesía de Cristina Peri Rossi
209
Compromiso de escritura
Lenguaje y poesía
En el poema «Los hijos de Babel», pórtico del poemario Babel bárbara (1991),
se presenta una inversión del mito del Eclesiastés: es Dios quien está confuso
y carece de un lenguaje y una conciencia, y esto tiene consecuencia sobre su
creación:
Dios está dormido
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
y en sueños balbucea.
Somos las palabras de ese Dios
confuso
que en eterna soledad
habla para sí mismo (1991: 9).
El ser humano desciende de un Dios que no tiene la palabra sino el balbuceo
entre sueños. El origen está determinado por la deficiencia del lenguaje como
210
Eros, logos y distancia en la poesía de Cristina Peri Rossi
medio de comunicación. Como hijos del balbuceo, los seres humanos están
destinados a la incomunicación y la soledad. Me recuerda la representación de
Dios en César Vallejo como enfermo: «Yo nací un día / que Dios estaba enfermo»
en «Espergesia», o como un tahúr irresponsable de su creación en «Los dados
eternos» (1993: 64-53). En el poema de Peri Rossi se dice que somos las palabras
de ese Dios, las palabras confusas, por lo tanto nuestro ser no está definido ni
limitado. El ser humano ha heredado el ensimismamiento de Dios, la imposible
comunicación, por lo tanto, pesa sobre él una incompletud ontológica.
En «Estrategias del deseo», poema del libro homónimo, Peri Rossi afirma que
las palabras no dicen la verdad, que son como objetos, por lo tanto constituyen
símbolos o fetiches. El lenguaje funciona como un fetiche. A los efectos de este
poema, su función es análoga a las medias negras y al liguero de encaje. Es la ma-
nera en que el deseo encarna en la palabra para hacerse un camino hacia su objeto:
Las palabras no pueden decir la verdad
la verdad no es decible
la verdad no es lenguaje hablado
la verdad no es un dicho
la verdad no es un relato
en el diván del psicoanalista
o en las páginas de un libro.
Considera, pues, todo lo que hemos hablado tú y yo
en noches en vela
en apasionadas tardes de café
—London, Atoria, Arlequín—
solo como seducción
en el mismo lugar que las medias negras
y el liguero de encaje:
estrategias del deseo (2016: 184).
Del mismo libro, el poema «In memoriam» sugiere que ante el fin del amor
la palabra pierde su poder; no sirve como estrategia contra el paso del tiempo
—«Fíjalo en palabras / runas del deseo / abecedario del amor» (2016: 185)—
porque son inútiles para vencer el tiempo que todo lo arrasa, como consecuencia
el poema solo puede ser un epitafio.
211
Compromiso de escritura
La primera estrofa del poema «Trabajar cansa» de Otra vez Eros, presenta
una imagen sórdida, de muerte y descomposición del cuerpo de la mujer amada
en medio de la suciedad. El yo poético dice haber claudicado en sostener su
belleza y defenderla de la conciencia de finitud y maltrato al que el tiempo
somete a los cuerpos humanos. No será posible guardar, grabar el recuerdo de
la belleza, solo la palabra, aunque débil e impotente, edifica en la distancia:
[…]
y sé que he perdido la batalla:
solo podré conservar tu belleza
en los recónditos espacios del verso
—falos tristes—
que inútilmente tratan de reproducirla
Palabras: espejos quebrados,
de gratificación exigua (1994: 52).
El desplazamiento del goce de la vida a la literatura aparece como forzoso
y apenas compensatorio para el yo. Sin embargo, en el orden estético, la idea
poética y la idea que fabrica el poema es la de la distancia infinita entre el
sueño y lo real, entre eros y logos.
En poemas como «Mi casa la escritura» y «La invención del lenguaje»,
ambos del libro Habitación de hotel (2007), se aborda otro aspecto del tema
de la creación poética. En el primero se plantea el tránsito del lenguaje a la
escritura, este último es el hogar, el sitio donde distenderse y desear es el orden
personal mediante el cual el lenguaje se trasmuta, como en la alquimia, para
convertirse en el espacio del goce, la casa, el retorno al principio, al nacimiento.
[…]
la escritura se abre de piernas
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
me acoge me recibe
me arropa me envuelve
me seduce me protege
madre omnipresente (2006: 206).
Estos versos que cierran la penúltima estrofa formalmente representan
el abrazo en la continuidad de las acciones sin nexo, de dos en dos como
212
Eros, logos y distancia en la poesía de Cristina Peri Rossi
dos piernas, dos brazos, el regreso al origen. Porque las palabras son la única
compañía que no falla.
Por último, de «La invención del lenguaje», segundo poema de Habita-
ción de hotel, destaco la asociación del lenguaje con lo femenino, ¿por qué el
psicoanálisis ha visto en el lenguaje la ley del padre? Seguramente siguiendo
la tradición que, como vimos, viene desde la formalización del pensamiento
a través de un lenguaje dianoico, discursivo, sometido a la ley del varón.5 Para
Peri Rossi el primer lenguaje es de las madres, y no viene del logos sino de eros:
Ebrias de lenguaje
como antiguas bacantes
borrachas de palabras
que endulzan o hieren.
[…]
Saben
desde el comienzo
que el lenguaje
es grito de la voz que se hace
pensamiento
Pero nace, siempre
de la emoción
y del sentimiento (2016: 208).
El poema y la poesía moderna en general no buscan expresar la verdad
trascendente y única concebida desde el logos. El máximo acercamiento entre
deseo y palabra no proviene del discurso del que se vale la filosofía o la polí-
tica sino de la poesía, que más próxima a la voz interior, señala el misterio sin
revelarlo, haciendo resonar el silencio en la verdad-ofrenda del poema.
5
Alain Badiou analiza los límites de la dianoia, pensamiento formalizado por el discurso que desplazó
en La República de Platón a «la potencia del decir poético». El límite está en que el propio Platón debe
recurrir a la poesía para expresar su pensamiento (2009: 65).
213
Compromiso de escritura
Referencias bibliográficas
Agamben, Giorgio (2015). Infancia e historia. Buenos Aires: Adriana Hidalgo Editora.
Badiou, Alain (2009). Pequeño manual de inestética, Buenos Aires: Prometeo Libros.
Baudelaire, Charles (1996). Les Fleurs du Mal. París: Gallimard.
Carson, Anne (2015). Eros, el dulce-amargo. Buenos Aires: Fiordo.
Peri Rossi, Cristina (1991). Babel bárbara. Barcelona: Lumen.
— (1994). Otra vez Eros. Barcelona: Lumen.
— (1996). Aquella noche. Barcelona: Lumen.
— (2006). Mi casa es la escritura: antología poética. Montevideo: Linardi y Risso.
— (2016). La barca del tiempo: antología poética. Madrid: Visor.
Steiner, George (2010). Gramáticas de la creación. Madrid: Siruela.
Vallejo, César (1993). Obra poética completa. La Habana: Casa de las Américas.
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
214
Periodismo y compromiso
Néstor Sanguinetti1
1
Consejo de Formación en Educación. Universidad Católica del Uruguay.
215
Compromiso de escritura
216
Periodismo y compromiso
217
Compromiso de escritura
enjuiciar al mundo en que les tocó vivir. […] El artista trabaja más con la
sensibilidad, con la imaginación. El intelectual trabaja con la razón. Yo creo
que tengo los dos aspectos. A veces trabajo más con la razón, con la ironía y
con el humor un poco sarcástico. Me parece además que la sociedad necesita
ser criticada de esa manera (Rowinsky, 2000: 60).
La brevedad del espacio de la columna periodística obliga a la concisión del
estilo y a la precisión a la hora de seleccionar los términos de manera efectiva.
218
Periodismo y compromiso
En ese sentido, Peri Rossi hace uso del espacio con la perspicacia y la agudeza
de alguien que elige las palabras y los hechos a presentar con plena consciencia
y llena de segundas intenciones: buscar la reacción del lector, aunque esa reac-
ción sea su reflexión, que no es poca cosa. Su herramienta es el lenguaje y con
él debe seducir, en ese espacio «lo importante es la complicidad que se crea.
La escritura es un acto de amor porque es un acto de complicidad. Es un acto
de seducción, y por eso es también erótica. Yo tengo que intentar seducirte»
(2000: 51) le decía la escritora a Mercedes Rowinsky en la entrevista ya citada.
Un rasgo constante en el estilo de su obra periodística ha sido el uso de la
ironía, incluso en los temas más serios. «No es un periodismo de noticias, sino
de opinión, es decir, crítico, comprometido, sin dejar de ser irónico, jocoso,
satírico» (2003: 9). De esta manera, la denuncia se conjuga con la información
y los datos de la realidad se combinan con la visión de la autora. Mirada que, en
un doble juego, refleja las circunstancias del momento y considera las variables
que generaron esos hechos, sin dejar de contemplar cómo repercuten en (o
producen) la subjetividad del lector. Con esta faceta de su producción, Peri
Rossi lleva a cabo una triple función: informar y discutir, presentando temas
del momento, para denunciar los abusos cometidos contra los más débiles:
refugiados políticos, repatriados, mujeres, homosexuales y otras minorías y
grupos disidentes.
Un buen ejemplo es el artículo «La dificultad de juzgar» publicado hace
poco más de un año (mayo de 2018) con motivo del fallo que un tribunal de-
terminó para los acusados del caso conocido como La manada, nombre con el
que trascendió el episodio de violación sucedido en Pamplona en julio de 2016,
donde cinco hombres abusaron sexualmente de una chica de dieciocho años.
El 26 de abril de 2018 se dieron a conocer las primeras sentencias del tri-
bunal que, si bien condenó a los acusados a nueve años de prisión, no apreció
indicios de violencia y los absolvió del delito de agresión sexual tipificado en
el Código penal español. Las manifestaciones en contra del fallo no se hicie-
ron esperar, tampoco las palabras de Peri Rossi que algunas semanas después
publicó en El Mundo «La dificultad de juzgar», un texto breve y contundente,
no exento de ironía, donde señaló:
219
Compromiso de escritura
Comprendo la dificultad que deben tener sus señorías, togados y togadas, para
definir y acotar legalmente las relaciones sexuales no consentidas […] Muchos
consideran que para salir de tanta confusión la clave está en la pene-tración,
que para algo se escribe así. Si el pene no penetra, no hay violación. Pero sus
señorías dudarán de varias cosas, por ejemplo: ¿penetración vaginal o anal?
¿Se considera penetración si es por la boca? ¿Y si la víctima no pudo gritar por
tenerla tapada, se puede considerar que fue violación o no? ¡En qué aprietos
pone la virilidad masculina a nuestras señorías! (2018b: 4).
Para finalizar me referiré a otros dos artículos que también tienen a la
mujer como tema central. El primero es de enero de 2018 y criticaba el ma-
nifiesto que un centenar de artistas e intelectuales franceses firmaron contra
el movimiento Me Too iniciado en Estados Unidos para denunciar los acosos
y abusos sexuales en el ámbito hollywoodense.
El manifiesto francés huele a rancio […] qué pobre idea de la seducción tienen,
si suponen que tocarle un seno o el culo a una mujer sin su consentimiento
es una forma de seducción. Estoy segura de que muchísimos hombres pien-
san lo mismo, desde el presidente Trump a Berlusconi o a Putin. (2018a: 4)
En un artículo anterior —abril de 2016— la escritora se había referido
al episodio de Marcela y Grisóstomo de Don Quijote, donde concluyó que
el primer discurso feminista de la literatura española es el de la pastora que
«funda la hipótesis de la frigidez femenina como una reacción de la mujer a ser
tratada como objeto, uno de los temas favoritos del feminismo de la segunda
mitad del siglo xx, a partir de Simone de Beauvoir y el Segundo sexo» (2016: 6).
Estos artículos, breves y publicados en la prensa, habilitan a la reflexión, a la
denuncia y abogan por el cambio de estructuras arraigadas en la sociedad. Peri
Rossi escribe desde su posición de intelectual comprometida con los cambios
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
sociales, y vehiculiza la voz de los, en este caso las, más acalladas. Periodismo
que no permanece al margen de la vida, espíritu poético que se ocupa de los
problemas de su tiempo. Con esta mirada amplia y abarcadora —poliédrica,
caleidoscópica— nunca plana ni lineal, sino con un espesor en el propio acto de
mirar, Peri Rossi nos brinda la posibilidad de analizar la realidad desde múltiples
puntos de vista, siempre variables, siempre diversos y en continua búsqueda.
220
Periodismo y compromiso
Referencias bibliográficas
Dejbord, Parizad Tamara (1998). Cristina Peri Rossi: escritora del exilio. Buenos
Aires: Galerna.
Focault, Michel (1992). «Los intelectuales y el poder», en Microfísica del poder.
Buenos Aires: La Piqueta, pp. 78-88.
Martín, María del Cristo (2017). «El sujeto irónico como intelectual específico en los
textos periodísticos de Cristina Peri Rossi: la experiencia de Marcha y Triunfo»,
en Jesús Gómez de Tejada (coord.), Erotismo, transgresión y exilio: las voces en
Cristina Peri Rossi. Sevilla: Universidad de Sevilla, pp. 315-335.
Pérez Sánchez, Gema (1995). «Entrevista a Cristina Peri Rossi», en Hispamérica,
año xxiv, n.° 72, pp. 59-72.
Peri Rossi, Cristina. (1968) «Apuntes autocríticos», El Popular, sección «Hoy»,
Montevideo, 15 de noviembre, p. 2.
— (1971) «Violencia poca y ajena», Marcha, Montevideo, 29 de enero, p. 29.
— (1972) «La palabra mágica», Marcha, Montevideo, 06 de octubre, p. 28.
— (2003). El pulso del mundo: artículos periodísticos 1978-2002. Montevideo: Trilce
— (2016) «El discurso femenino de Marcela», El Mundo, Barcelona, 21 de abril, p. 6.
— (2018a) «Manifiesto excluyentes», El Mundo, Barcelona, 25 de enero, p. 4.
— (2018b) «La dificultad de juzgar», El Mundo, Barcelona, 22 de mayo, p. 4.
Rowinsky, Mercedes (2000). «La lectura como acto de complicidad amorosa. En-
trevista con Cristina Peri Rossi», en Revista Iberoamericana, vol. lxvi, n.° 190,
pp. 49-62.
— (2017). «Cristina Peri Rossi y su trayectoria periodística», en Jesús Gómez de
Tejada (coord.), Erotismo, transgresión y exilio: las voces en Cristina Peri Rossi.
Sevilla: Universidad de Sevilla, pp. 283-295.
221
Evohé, cuerpo y poema:
las implosiones del deseo
Hebert Benítez Pezzolano1
1
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (Udelar).
223
Compromiso de escritura
El estreno de Peri Rossi con los aforismos y epigramas de Evohé, título evocativo
de la ritualidad erótica de las bacantes griegas, establece una puesta a punto de
la retórica de ascendencia sadeana: deseo y sexualidad se enlazan de manera
indisoluble en el discurso; acto sexual y acto poético confluyen en un mismo
espacio discursivo: «La mujer pronunciada y la palabra poseída», o «La amé
/ en un corro de palabras / que en torno a ella / hicieron cerco» (2012: 306).
En su momento, Evohé promueve una disidencia profunda, que como
mínimo alcanza dos aspectos. Por un lado, denuncia las limitaciones de una
izquierda latinoamericana que disocia sus conceptos y prácticas subversivas del
carácter revolucionario de la emancipación sexual, sobre la que esa izquierda
esgrime no pocos rechazos y aun entabla persecuciones, especialmente contra
la homosexualidad (el caso Reinaldo Arenas es uno entre tantos, también en la
izquierda uruguaya, el mln, lo carcelario), por más que el mayo francés abriera
nuevos cauces para una cultura de la liberación político-sexual. Mientras que
por otro lado, en lo que podríamos entender como la lógica del erotismo poé-
tico femenino en el campo literario uruguayo, Peri Rossi lleva su disidencia a
niveles de ruptura con los desarrollos tropológicos que no solo manifiestan, sino
que ocultan, bajo la materialidad del desplazamiento, los modos «aceptados»
(incluso a regañadientes) de esa palabra deseante:
Evohé fue un pequeño escándalo en Montevideo, donde la literatura parecía
carecer de cuerpos; hasta la poesía llamada erótica (la de Delmira Agustini
o de Juana de Ibarbourou) siempre era metafórica, evasiva. La irrupción, de
pronto, de una poesía fuertemente sensual, que hablaba de piel y de sexos, del
goce físico elevado a la categoría de éxtasis místico pareció una provocación.
Nada más lejos de mi intención. No quise provocar, quise invitar (2006: 12).
Este libro es no solo el producto del grito del deseo: es ese mismo grito bajo
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
formas que, articuladas, escriben la posterioridad del gritar al que señalan como
origen. Ese grito de pronto se aparece como un modo poético de producir inusi-
tado que, además de diseminarse, deviene en título. Así, el poemario se remonta
a una raíz primaria y central que migra al lenguaje por medio del cuerpo sin
abandonar el cuerpo, desde el cual adviene una materialidad corporal sonoriza-
da, un sonar procedente de la palabra antigua de las ménades o de las bacantes,
224
Evohé, cuerpo y poema: las implosiones del deseo
como un sonido salvaje que, paradójicamente, instala una escritura que da vuelta,
invierte jerarquías: la palabra evohé no es en su poesía una pieza significante en
un sentido más o menos estabilizado de este último, sino el desborde mismo
del significar, el de una palabra que designa las raíces del grito hundidas en un
cuerpo que se resiste, según señalaré más adelante, a una modalidad orgánica.
Si bien en la poesía siempre resuena la imposibilidad del concepto, y, en
cierto modo, según Gadamer, donde suele acabar el concepto empieza el poe-
ma, en Cristina Peri Rossi el poema devora el concepto y el cuasiconcepto para
exponer su ruina: los significantes son materialidades del deseo que revelan
las heridas de una batalla. El resultado es, a mi entender y tomando como
préstamo un concepto de la física, la implosión. En términos físicos, cuando la
enorme presión de una fuerza exterior se imprime sobre un cuerpo que posee
una presión interna menor que la primera, podemos decir que este último
explota hacia adentro, es decir que por contar con menos presión en sí mismo
que la que procede de afuera ese cuerpo comprime sus paredes hacia adentro
e implosiona, o implota. En consecuencia, entenderé la presión externa como
presión de una alteridad más poderosa y ofensiva sobre ciertas formas del deseo
constituidas y comprendidas como cuerpo correlacionalmente menor, en este
caso dominantemente lésbico pero reticulado en varias voces, que se ha visto
compelido a una modificación de su consistencia corporal (el cuerpo del deseo,
su consistencia sin órganos): una presión hostil hace estallar el interior, pero
eso no deviene en la muerte del deseo, sino en la modificación del estado de
vivirlo en razón de una violencia sobre su diferencia.
El deseo se sobrecoge en la forma de la enunciación, y si bien la voz de Evohé
no se restringe a establecer los contornos de una identidad, hace estallar por el
lado de adentro la subjetividad en un yo femenino-masculino-otro, mediante
una suerte de aposición de estos términos construidos sobre lo que podríamos
reconocer como un movimiento autopoiético motivado por una diagonal
lésbica, activada en la configuración del poemario. En ella se asume una voz
lésbica, tal como ha señalado Claudia Pérez desde buen tiempo atrás (2005), en
que trabaja la ironía de la identidad unitaria, próxima a los planteos de Judith
Butler. Aunque se trata de una voz que es una parte entre otras: la parte de un
resonar múltiple que no se reduce a una identidad con sus contornos, a una
225
Compromiso de escritura
me ha conquistado
y me tiene así,
prendido de sus letras
[…]2
2
Las citas de Evohé corresponden a su primera edición (Girón, 1971) que no incluia números de página.
El destacado en cursiva es mío.
226
Evohé, cuerpo y poema: las implosiones del deseo
227
Compromiso de escritura
228
Evohé, cuerpo y poema: las implosiones del deseo
229
Compromiso de escritura
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Pérez, Claudia (2005). «Investidura y parodia en la Babel de la diversidad: elabora-
ciones de la voz lésbica», en La palabra entre nosotras. Montevideo: Ediciones
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
230
Querida Cris:
acercamiento a través de diálogos virtuales
Margarita Muñiz Cáceres1
1
Consejo de Educación Secundaria. Asociación Psicoanalítica del Uruguay.
231
Compromiso de escritura
2
Los textos de la conversación se transcriben tal como fueron escritos en WhatsApp. Las respuestas a
Cristina Peri Rossi están escritas en cursiva.
3
Lil Castagnet aclara días después de la jornada en la Biblioteca Nacional: «Les confirmo, fue el 1.° de
mayo de 1985». La oscilación entre los años se mantuvo a efectos de no variar el discurrir de la evocación.
232
Querida Cris: acercamiento a través de diálogos virtuales
plantas y animales. Mi madre también ya era viuda y se había ido a vivir allí
porque su jubilación de maestra no le daba para pagar un alquiler, y además,
vivían su hermano y la última tía abuela que me quedaba.
Me asomé a la puerta y el espectáculo me emocionó. Camiones llenos de
gente con banderas, gritos, tambores, los ómnibus repletos no cobraban y
decían «Expreso». Pasaron varios camiones y ómnibus y yo ahí en la puerta,
hasta que de uno de los camiones salió un grito: «¡Venga, profesora!». No dudé
un instante, me trepé con la ayuda de los muchachos y fui feliz, mezclada,
abrazada con ellos.
Al llegar a Colonia y Agraciada el camión paró y bajamos los ciento y pico
que viajábamos cantando y gritando. Me bajé estremecida por ver aquella mul-
titud —yo, que detesto las aglomeraciones—, y de pronto, serena, silenciosa,
vi a la que había sido una de las muchachas más hermosas y valientes antes
del 73: Marta Artagaveytia, quien me había suministrado los billetes de barco
la noche aciaga en que tuve que partir. No nos habíamos vuelto a ver. No nos
habíamos escrito. Pero nos seguíamos queriendo. Nos abrazamos silenciosa y
fuertemente como dos náufragas sobrevivientes. Un abrazo hondo, silencioso,
profundísimo. Jamás lo hubiera podido imaginar, yo, la gran fabuladora, yo la
gran intuitiva, la gran poeta. Era el desenlace de una novela nunca escrita. Un
final doloroso por lo sufrido, feliz porque la felicidad es breve como un abrazo.
Te mandé un texto único, es la primera vez que narro este episodio, pero
me gustaría que lo leyeras alguna vez en público con esa voz sensible y sensual
que tenés. Tengo una foto de la casa de San Martín por ahí, te la mandaré.
233
Compromiso de escritura
Como siempre: una sorpresa que despierta el olvido o el sitio donde este parece
habitar. Luego el encuentro con la escritura, con los trazos, esos hilos manuscritos
esperando final. Y la vida cotidiana con sus dolencias, las soledades con sus sombras
y la escritura empujada a mano para ese final. Es realmente hermoso. ¡Celebro!
Celebra, Cristina, aunque esté de cabeza todo y los dolores empujen.
Sé que soy generosa porque doy lo que tengo, pero también doy lo que
no tengo.
* * *
Este largo
lento
atardecer
suspendido
incoloro
suspendido
silencioso
234
Querida Cris: acercamiento a través de diálogos virtuales
suspendido
sin recuerdos
suspendido
sin evocaciones
suspendido
sin sonidos
suspendido
solo puede ser
la inaudible melodía de las esferas
sonando en el espacio inabarcable
del fin del mundo
largo como la eternidad.
Un regalo que coronó diciendo: «Para los tres, hace cinco minutos».
Tal vez estas breves líneas pretendan ser un acercamiento a Cristina Peri
Rossi desde esa evocación que hace de puente entre el terrorismo de Estado y
la recuperación de la democracia. La vida antes y después del exilio. El exilio
sin fin en el que ha quedado.
«Mi casa es la escritura», me ha dicho. Cada vez que leo su obra recorro esa
casa escrita que vuelve a escriturarse y se eleva por encima del olvido.
235
Escritoras en diálogo
La ángela de la guarda
Para Lil
239
Escritoras en diálogo
240
Espacios de sororidad. Cristina Peri Rossi: ecos, influencias, conexiones
consolidarse un proceso a través del cual las mujeres hemos ido avanzando, al
menos así parece, en la búsqueda de una voz propia y también en el armado y
manejo de nuestras agendas. Pasamos de ser deseadas a desear, de ser habladas a
hablar. De ser objetos de discursos ajenos a sujetos. Aunque la tensión entre ser
objeto o sujeto del deseo persiste, generando un equilibrio siempre inestable y
precario. Los personajes de Peri Rossi se desplazan entre estos polos, burlando
las dicotomías heredadas, intercambiando roles y atravesando fronteras.
Leí y releí Evohé (1971), Babel bárbara (1990) y Otra vez Eros (1994).
No me animo a trazar una línea directa entre estas lecturas y textos que yo
misma escribí posteriormente ni a entrar demasiado en el delicado y debatido
tema de las influencias y sus angustias. Pero hay ciertos párrafos eróticos en
algunos de mis cuentos que me conectan con aquellas lecturas de Peri Rossi.
Sobre todo, en lo que atañe a una sexualidad que elude el falocentrismo para
deambular por zonas del cuerpo tradicionalmente periféricas. Un erotismo
más descentrado, ¿rizomático se podría decir?
Se abrazó al hombre, que también temblaba. Él la rechazó con suavidad, pero
ella lo aferró por la nuca y besó sus labios fríos hasta que se fueron entibiando.
Lo arrastró al dormitorio, lo tendió sobre la cama y comenzó a acariciarlo.
Con renuencia, él la dejó hacer. (Fumagalli, 2006: 53)
Este párrafo y los que cito a continuación pertenecen al cuento «La secta»
(Fumagalli, 2006). «[…] lo fue desvistiendo lentamente, despertando su cuerpo
de un viejo letargo, derribando las frágiles resistencias que iban convirtiéndose
en avidez. En unas pocas horas avasalló lustros de abstinencia, siglos de sole-
dad […]» (2006: 53). Estos fragmentos forman parte de una búsqueda, casi
podría decir un proyecto, al que yo adhería en esos años. Reescribir el amor
heterosexual desde otros lugares, jugando con el desplazamiento de los roles
habituales en cuanto a la iniciativa y las dinámicas de dominación:
Lo exploró a su placer, le arrancó gemidos casi inaudibles, lo forzó a suplicar
con voz entrecortada. Lo hizo agonizar y renacer una y otra vez. Bebió de
él, respiró su aliento y devoró sus estertores. Succionó su esperma y su vo-
luntad, lo exprimió hasta consumirlo y saciada al fin lo dejó caer exhausto
[…] (2006: 54).
241
Escritoras en diálogo
una minoría que cree, o creemos, que este texto sería más divertido si […]»
(2009: 15), «Un encuentro entre Laura y x en el plano de la realidad […]
tendría derivaciones insospechadas sobre las que las narradoras no logramos
ponernos de acuerdo. Lo más sensato sería entonces, que cada una de nosotras
escribiera su propia versión del asunto» (2009: 16).
En este último cuento reconocí expresamente la influencia de Alejandra
Pizarnik, particularmente de «Textos de Sombra» (2007), y así lo aclaré en
242
Espacios de sororidad. Cristina Peri Rossi: ecos, influencias, conexiones
el epígrafe. Pero es indudable que también la sombra de Peri Rossi está ahí,
formando parte de esa red de escritoras (Pérez, 2017) que he ido leyendo a lo
largo de los años y que se van interconectando y dialogando unas con otras.
Amplio y en alguna medida incierto espacio de sororidad que se refleja en
citas, alusiones y epígrafes, que se puede rastrear en diarios íntimos y epístolas
tanto como en la obra publicada (Acosta, 2017). Una red entretejida por lazos
a veces tenues, a veces indirectos.
En otro de mis relatos, titulado «En las orillas del viento» (2009), cuando
el yo escritural se mira al espejo ve también a sus hermanas y a sus primas,
como borroneando o desdibujando los límites de su propia imagen, confun-
diéndose con ella misma:
Me gustaba usar la ropa de mis hermanas. Una pulsera, un pañuelo, un par
de zapatos. Estas transferencias no siempre funcionaban bien. El mismo
vestido sobre mi cuerpo nunca era el mismo. En ese leve desajuste estaba
yo. Mi imagen precariamente superpuesta a la de ellas, sin que los bordes
coincidieran (2009: 25).
Esta sensación se reproduce en su relación con los hombres: «Él no sabía
que había salido con tantas mujeres a la vez» (2009: 25). Con el paso del
tiempo, la dispersión de aquella red femenina juvenil termina por dejarla
«sola frente al espejo» (2009: 25), con un fuerte sentimiento de pérdida. Los
intercambios de ropa y adornos entre las amigas también reflejan, creo, ese
juego entre identidades. Espacios de sororidad que pueden rastrearse hasta
Memorias de Mamá Blanca, de Teresa de la Parra.
La resistencia de los personajes de Peri Rossi a ser encasillados es otra cons-
tante que siempre me interpeló. En un cuento fantástico que publiqué hace
un tiempo, titulado «La imagen de piedra» (2006), escribí sobre una mujer a
quien la adoración de un hombre convierte en una estatua de mármol. Miedo
a la cristalización, a la petrificación, a la inmovilidad, vinculado al miedo a
quedar atrapada en la mirada de otro, en el discurso de otro, a ser hablada por
otros. Esta renuencia a ser clasificada o catalogada como en una exposición, me
recuerda poemas de Marosa di Giorgio donde el yo lírico observa con tristeza
cómo se exponen las mariposas en un cuadro después de ser atravesadas con
un alfiler. Es esta una actitud que en ocasiones trasciende los límites de género,
243
Escritoras en diálogo
y que comparto con algunos de mis personajes masculinos, como los mellizos
del cuento homónimo con su fobia a formar parte de algún promedio o de
alguna estadística.
Creo que es este rechazo a la cristalización lo que me ha llevado última-
mente a publicar textos en un blog, para eludir la fijación que implica la letra
impresa en un papel.
Volviendo a aquella ponencia perdida, pienso en tantos textos y voces que
terminan siendo suprimidos. Todo lo que no te pude decir (2018) es el título
de uno de los últimos libros de Peri Rossi. Lo que no dijimos, lo que dijimos
y nadie escuchó, lo que deberíamos o no deberíamos haber dicho, lo que no
pudimos o no nos atrevimos a decir.
La dificultad para decir algo, el trayecto que media entre la censura y la
autocensura, es un material que utilizo cuando escribo. Espacios en blanco,
puntos suspensivos, discursos entrecortados, frases sueltas que no se sabe a
quién pertenecen y eso tampoco importa, fragmentos de historias que no tie-
nen comienzo ni final. Muchos de mis personajes ni siquiera tienen nombre,
o son identificados por una letra, como el recordado Equis de La nave de los
locos (Peri Rossi, 1984). Utilizar las palabras para decir o no decir. El eco de
Sor Juana Inés de la Cruz leída por Josefina Ludmer en Tretas del débil (1985).
El silencio como espacio de resistencia.
En los libros de Peri Rossi se puede encontrar mucho material para re-
flexionar sobre estos y otros temas. Además del impulso lúdico que señala la
crítica, su placer en jugar, explorar y entreverar las barajas.
Referencias bibliográficas
Acosta, Inés (2017). «Comentarios de Inés Acosta», en Gustavo Remedi y Claudia
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
Pérez (eds.), Derivas sobre teoría: teoría literaria y teatro hic et nunc. Montevideo:
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Fumagalli, Laura (2006). Una casa en la calle de los álamos. Montevideo: Ediciones
de Hermes Criollo.
— (2009). Otra es la voz. Montevideo: Rebeca Linke Editoras.
— (2012). «Los mellizos», en Relaciones, n.o 332-3, p. 23. Montevideo.
244
Espacios de sororidad. Cristina Peri Rossi: ecos, influencias, conexiones
Ludmer, Josefina (1985). «Tretas del débil», en Patricia Elena González y Eliana
Ortega (eds.), La sartén por el mango: encuentro de escritoras latinoamericanas.
Puerto Rico: Ediciones Huracán.
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— (2018). Microlecturas de literatura lesbiana desde el Río de la Plata. Montevideo:
Universidad de la República.
Pizarnik, Alejandra (2007). Poesía completa. Buenos Aires: Lumen.
245
Palabras cruzadas sobre cuerpos
en la literatura de Cristina Peri Rossi
y de una desconocida
Lourdes Peruchena
Una vez que tan generosamente fui convocada a participar de esta celebración
me puse a pensar deprisa si podía aceptar por tener algo interesante para aportar,
para compartir, algo que ameritara ocupar un lugar entre gente mucho más
cercana y conocedora que yo de la obra de Peri Rossi. Pensando y revisando
«papeles guardados» en una verdadera tarea arqueológica y tomando por base
la sugerencia de Claudia Pérez de plantear algo desde mi lugar de creadora y
no de historiadora decido —aunque titubeante por demasiado atrevimiento
el mío— revisitar un tópico que Peri Rossi aborda con frecuencia, solvencia y
hechicería: el cuerpo. Ahora solo faltaba lo más difícil y peligroso: qué hacer
conmigo y mis palabras frente a la magnificencia de las palabras de Cristina.
El cuerpo tambalea, todos los cuerpos tambalean: el poético perirrossiano,
los míos propios, el de carnes y huesos y el de palabras juntas, que ya ni me
atrevo a decir poético.
Entonces me pregunto cómo abordar el desafío. Qué forma darle a estas
reflexiones. Me decido a hacerlo, una vez más retomando un tópico frecuente
247
Escritoras en diálogo
tender puentes que permitan a las palabras suyas sobre el cuerpo, con el cuer-
po, cruzarse con las «palabritas» de una servidora. Cruzar y cruzarse permiten
muchos y variados destinos finales e intermedios, por qué no.
Para empezar me apoyo en Adrienne Rich cuando sostiene: «En principio,
no partir de un continente, una patria o una casa sino de la geografía más
cercana: el cuerpo».
248
Palabras cruzadas sobre cuerpos en la literatura de Cristina Peri Rossi y de una desconocida
249
Escritoras en diálogo
niña desvestida,
nuestra casa morosamente registrada
se vino abajo,
cayó
como una impresionante catástrofe de niños
como el derrumbe de un palacio sin sostén
sin cimientos
250
Palabras cruzadas sobre cuerpos en la literatura de Cristina Peri Rossi y de una desconocida
1
Sigo a Andrea Brazuna Manes en su ponencia inédita «Los Indicios pánicos de Cristina Peri Rossi. Reconstruir el
pasado reciente desde la literatura de la resistencia en el Uruguay predictatorial», ix Jornadas Interescuelas y Depar-
tamentos de Historia, Córdoba, Argentina, 2003.
251
Escritoras en diálogo
hincar sus picos y sus garras en una carne tanto más blanda, tanto más dulce
[…] (1970: 66).
El cuerpo de la mujer es presentado a través de adjetivos que destacan su
carácter indefenso ante las agresiones que podrían infligirle sus potenciales
captores. Contrapuesta a esta imagen, aparecen los agresores en tanto pájaros
«dichosos de hincar sus picos y sus garras» en ese cuerpo. Luego, la enume-
ración de diversas formas de tortura a que son sometidas las mujeres, entre
las cuales destaca la violación, como acción real y simbólica que encarna la
máxima expresión de la dominación patriarcal.
Y la desconocida dice:
eso no aúlla eso crece lento imperceptible como el musgo como el pastizal
aleve que inunda el fondo de la casa como el vientre de la jovencita violada
en la trastienda – el pico quebrado de los pájaros la carretera que flota que
aúlla transformado en lobo
el Varón
suena un villancico en la trastienda
flota la carretera
aúlla el lobo inmenso sobre la sangre caliente de su presa.
Reconstruir la historia, apelando a la sangre. Escribir con la propia sangre,
lo que deviene en el carácter testimonial, intimista, de los poemas, pues como
dice Anne Sexton en su revisión de La tierra baldía («Hurry Up Please It’s
Time») «tengo tinta mas no pluma» (Gubar, 1999: 192).
En el poema «Condición de mujer» de Otra vez Eros, dice Peri Rossi:
Soy la advenediza
la que llegó al banquete
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
Se preguntaron
quién osaba interrumpirlos
de dónde era
cómo me atrevía a emplear su lengua
[…]
252
Palabras cruzadas sobre cuerpos en la literatura de Cristina Peri Rossi y de una desconocida
Soy la advenediza
la perturbadora
[…]
la transgresora
Hablo la lengua de los conquistadores
pero digo lo opuesto de lo que ellos dicen (1994: 10-11).
253
Escritoras en diálogo
En esta escritura […] la mujer es el eje del universo […] une lo diverso, re-
concilia los contrarios, personifica el universo, y se emparenta, por medio
de logradas metáforas arquitectónicas, con las fuerzas cósmicas, con sistemas
proteicos naturales y con elementos que representan la vastedad de la natu-
raleza: su pelo es una ciudad que despide innumerables males, sus piernas
son «columnas de sal» […]; sus costados son «muelles»; «la suave alfombra
del pubis» es un bosque donde se cazan animales salvajes. El cuerpo de la
mujer ofrece para el yo protagónico uno de los escasos refugios o puntos de
apoyo ante el aparentemente inevitable, invencible caos. (Narváez, 1988: 78)
Sandra Gilbert y Susan Gubar en La loca del desván (1998) sostienen que
la mujer poeta supone una amenaza para el orden heteronormativo ya que
escribir poesía supone asumir un yo y unas cualidades socialmente consideradas
masculinas. A propósito de ello María Cinta Montagut explica:
Ser poeta […] significa para una mujer la necesidad de componer su propio
yo, su propio sujeto transgrediendo ese orden social en el que no tiene cabida.
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
Tiene que buscar una voz propia utilizando una herramienta flexible, aunque
socialmente connotada, que es el lenguaje. La mujer que escribe poesía se
ve confrontada con una lengua que marca unos límites que debe romper,
fracturar y forzar para que pueda contener la visión de la otredad (2004: 19).
254
Palabras cruzadas sobre cuerpos en la literatura de Cristina Peri Rossi y de una desconocida
255
Escritoras en diálogo
Reflexiones finales
¿Por qué estoy aquí? Tal vez porque aprendí que «todo texto se construye como
mosaico de citas, todo texto es absorción y transformación de otro texto. En
lugar de la noción de intersubjetividad se instala la de intertextualidad, y el
lenguaje se lee, al menos, como doble», en palabras de Julia Kristeva (1987:
190). O tal vez porque estoy convencida, y lo practico y creo haber aprendido
que Peri Rossi también lo cree y lo practica, que escribir es «tocar el extremo»
como sostiene Jean-Luc Nancy en Corpus, para luego preguntarse:
¿Cómo entonces tocar el cuerpo, en lugar de significarlo o de hacerlo signifi-
car? […] Escribir no es significar. Se ha preguntado: ¿cómo tocar el cuerpo?
[…] lo que hay que decir es que eso —tocar el cuerpo, tocarlo, tocar en
fin— ocurre todo el tiempo en la escritura (2003: 13).
Para agregar: «Y aunque sé distinguir la escritura del agua de rosas, no sé
de escritura que no toque. O bien, no es escritura, sino informe, exposición o
como se quiera llamar. Escribir toca el cuerpo, por esencia» (2003: 39). Por-
que mi propósito en esta comunicación apuntaba a poner sobre la mesa que
los cuerpos se tocan en esta página, o bien ella misma es el punto de contacto.
Este tocar es infinitamente indirecto, diferido […] pero queda el ínfimo y
rebelde grano, tenue, el polvo infinitesimal de un contacto por todas partes
interrumpido y por todas partes reanudado (2003: 39).
Porque como resume perfectamente Nancy:
De toda escritura, un cuerpo es la letra y, sin embargo, nunca la letra, o bien,
más atrás, más deconstruida que toda literalidad, una letricidad, que ya no
es para leer. Lo que, de una escritura y propiamente de ella, no es para leer,
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
Babel desnuda
Babel, desnuda, acaba de nacer.
Babel, desnuda, es como un niño ciego,
no tiene ojos
y mira, horrorizada,
256
Palabras cruzadas sobre cuerpos en la literatura de Cristina Peri Rossi y de una desconocida
Babel, desnuda,
palpa, toca, roza, empuja, oprime:
sus manos son las palabras
de un mudo
que en el terror del silencio
sabe que hay un secreto (Peri Rossi, 1991: 66).
257
Escritoras en diálogo
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56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
258
Buscando puntos de contacto:
nuestros primos
Sylvia Riestra
259
Escritoras en diálogo
aparecen desaparecen
bajan suben se inclinan
y yo voy sola
y a veces
me encuentro con todos (1989: 49).
La lectura de la novela de Cristina fue como ese poema, como ese sueño.
Me invitaba a entrar en su mundo y a retornar también al mío.
Me impactó la historia, el decir fluido, la observación fina, la imaginación
desbordante y distorsionante; los modos narrativos, la transgresión en un senti-
do esencial, óseo: la perspectiva dominante de un niño, más otras perspectivas,
el monólogo interior, narradores múltiples, saltos en el tiempo narrativo, un
realismo mágico muy singular, no caribeño, una mezcla de humor y melancolía,
la arbitrariedad lingüística, no arbitrariedad artística —en el uso, por ejemplo,
de una tipografía por momentos muy llamativa y necesaria—. El primer ca-
pítulo, como fragmentos de otros, está escrito en verso. El libro se anunciaba
como novela, pero yo me encontré con un texto sin el desarrollo tradicional
de la novela, centrado en el relato de fragmentos de gran intensidad. Prosa
y verso. Un texto híbrido, multiforme. Una novela con la condensación de
la poesía y del cuento. Un libro que cuenta historias —intensas— como los
cuentos, que va conformando un universo —envolvente— como las novelas,
y que tiene el poder vertebral, conmovedor de la poesía. (A partir de La casa
emplumada, mis poemas también contienen historias.) Esta fusión de tipos
y formatos de escrituras, algunas otras co-fusiones, así como el proyecto del
protagonista de hacer una obra que reuniera todo lo disperso y suelto por el
mundo, me hace pensar que en El libro de mis primos, que sería la obra de
Oliverio, subyace la idea simbolista, baudelaireana de búsqueda de una unidad
perdida: «en el taller singular, engañoso, del tío Andrés, la materia vuelve al
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
260
Buscando puntos de contacto: nuestros primos
261
Escritoras en diálogo
—solidario o cómplice—
por acallar
ese gemido interior
como diría mamá
o ese cromosoma
que sangra y no se detiene (1989: 14).
Yo me sentí impulsada, tal vez acompañada por El libro de mis primos, a
seguir explorando un mundo que me atraía y me ocupaba, el de los vínculos
familiares.
El primer capítulo de la novela de Peri Rossi es un poema, que funciona
casi como un epígrafe que adelanta un mundo en el que una primera persona
no dilucidada —a través de la anáfora «Veo»— evoca el ambiente y la atmós-
fera del libro:
[Veo] una procesión de primos,
entre los sueños de la madrugada,
trepándose a las paredes como a los pinos
[…]
y todo lo demás
todo lo demás que ya no veo,
porque una marea como un viento me lo ha llevado (1969: 11).
También el primer poema de La casa emplumada, titulado «La carta»,
funciona como un epígrafe que adelanta el mundo que se aborda y uno de
los sentidos de la escritura:
Tengo miedo a la celda
a la tapia
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
a la muerte definitiva
por eso escribo esta carta
a la cuarta quinta sexta generación
y a todas las generaciones de mi sangre
y de otras sangres
para decirles
a través de las palabras
262
Buscando puntos de contacto: nuestros primos
y del ansia
y del aire
que tuvieron una abuela
que pensó en ellos
que tuvo veintiocho años
que una tarde de octubre
todavía del siglo veinte
se puso a escribir
y temblando
reconoció sus caras
sus entretelas
y se sintió entonces más viva
a pesar del rigor de los siglos
y que quisiera tan solo
que lo supieran
tan solo un ala tibia agitándose cerca (1989: 5).
Yo creo que Cristina trata el tema de los vínculos familiares con una mirada
amorosa, a la vez que descarnada y desprejuiciada.
El libro de mis primos es el relato de la historia de una familia numerosa y de
sus integrantes, a través de la visión de Oliverio, el niño observador, reflexivo,
sensible, cuestionador y cuestionado, que quiere soñar (casi profesionalmen-
te) y ocuparse de sus sueños, para escapar de la realidad. Oliverio, regador de
llantos, poeta y revolucionario, tres oficios tristes.
Es el relato de una familia en proceso de descomposición. Amenazada
desde afuera y desde adentro. Desde afuera por una situación política que
confronta a los adultos y atrae a la mayoría de los jóvenes que, de una forma
u otra, adhiere a la transformación.
(Entre paréntesis, y en este punto, otra razón de cercanía que encuentro
con Cristina fue empezar a escribir en contextos de crisis, y referirlos literaria-
mente: los finales de los sesenta, los gobiernos autoritarios, el malestar popular
y la guerrilla en El libro de mis primos; la dictadura en el primer libro que
presenté en el concurso de la Universidad en 1985 y que se publicó recién en
1987, Ocupación del miedo. La guerrilla, la cárcel política, las desapariciones,
263
Escritoras en diálogo
Los lazos de familia son el centro de mis libros La casa emplumada (1989)
y Entre dos mares (2002). En este último, en el que se recrea la mítica historia
de la familia griega de Ítaca, aparece más o menos velada la culpa, más o menos
velada, también, la acusación.
264
Buscando puntos de contacto: nuestros primos
Entre mástiles
Dicen que tiene una idea fija
una estrella sobre la frente
—volver a la patria tierra—
pero se distrae demasiado en el camino
¿se confunde?
casi no lo sujetan
los mástiles
las cuerdas
ni sus compañeros
Penélope cuida del reino
del hijo querido
del ganado y de la casa
Dicen que la belleza de Helena
desató la guerra
diez años peleó Odiseo en Troya
diez años más tardó en volver a Ítaca
Dicen que los hombres
pelean por el honor la estirpe el suelo patrio (2002a: 25).
Otro elemento de confluencia es una especial atención y una perspectiva
controversial y revulsiva del tema de género.
La perspectiva predominantemente irónica, de un humor por momentos
delirante, a través de la enumeración y la hipérbole, y fuertemente cuestio-
nadora en la novela de Peri Rossi, donde la perspectiva es la del niño atento
y angustiado. En mis libros, la de un sujeto femenino en diferentes etapas y
roles, que señala desde la infancia una tensión con el género masculino:
En un médano de Lagomar
conocí el grave poder de los varones
ya era la hora de la leche
y mamá estaría llamándome
pero en el médano
había reunión
pájaros muertos a hondazos
265
Escritoras en diálogo
266
Buscando puntos de contacto: nuestros primos
267
Escritoras en diálogo
Levadura
Nadie acertaría ni creería la verdad
la temperatura
de esta postergación
el tiempo de levadura
de esta masa
268
Buscando puntos de contacto: nuestros primos
el pánico a la palabra
a la palabra
que se hace carne
tan de verdad
tan corruptible
—como la carne—
nadie imaginaría
esperar por ejemplo
un día claro
abierto
posible
que desaliente una insistente ala negra
que se instala —intrusa—
al oído de algunas palabras
de esas palabras sin distancia
que no se saben ubicar
palabras de rapiña
entrometidas
que no saben siquiera
eso:
mantener la palabra (2002b: 11).
Es difícil escribir cuando la palabra no se mantiene como tal, cuando
atraviesa el mundo del lenguaje, se instala en otra realidad y comanda un
proceso que lleva a idear mundos que no son los que se desean. La palabra
es testimonio, pero también adelanta el futuro. Es devastadora la capacidad
de adelantamiento, pero peor aún, el sentimiento de que la palabra tiene un
poder generador, creativo:
Tejido
Penélope tejía y destejía la misma tela
yo escribo y corrijo los mismos apuntes
el tejido le devolvía su imagen
la mantenía unida a su historia
a su familia a su casa
a la que había llegado muy joven
269
Escritoras en diálogo
y de la cual se figuraba
que habría de acordarse aun en sueños
si la abandonase
el tejido le permitía confirmar el pasado
mantenerlo presente
las palabras también retienen lo vivido
—no solo como memoria—
a veces
la escritura se hace destino
se anticipa
como esa tela sutil
acaso engañosa
que tejía Penélope
para detener el pasado
o quizá
anunciar los derroteros del futuro (2002b: 23).
En una entrevista a Cristina Peri Rossi, ella dice que «el mito que más
[la] conmueve y seduce es el de Casandra, destinada a adivinar el futuro, sin
que nadie le crea. El peor de los castigos» y que «los escritores somos muchas
veces Casandras extraviadas en el infierno de la existencia sin tener quien nos
escuche» (2017: 28).
Referencias bibliográficas
Peri Rossi, Cristina (1969). El libro de mis primos. Montevideo: Cuadernos de Marcha.
— (2006). Mi casa es la escritura: antología poética. Montevideo: Linardi y Risso.
— (2017). «Detente, instante, eres tan bello», en Jesús Gómez de Tejada (coord.),
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
Erotismo, transgresión y exilio: las voces de Cristina Peri Rossi. Sevilla: Universidad
de Sevilla, pp. 21-35.
Riestra, Sylvia (1987). Ocupación del miedo. Montevideo: Universidad de la República.
— (1989). La casa emplumada. Montevideo: Feria Nacional de Libros y Grabados.
— (2002a). Entre dos mares. Montevideo: Caracol al Galope.
— (2002b). Palabras de rapiña. Montevideo: Caracol al Galope.
270
Sobre los autores
Mariana Aja
Profesora de Literatura egresada del Instituto de Profesores Artigas, ejerce la
docencia en la educación pública.
Emanuel Andriulis
Estudiante avanzado de la licenciatura en Letras de la Facultad de Humanidades
y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República; desde 2015 formó
parte del grupo de investigación Teoría Literaria de la Diversidad coordinado
por la Doctora Claudia Pérez en el Departamento de Teoría y Metodología
de la Investigación Literaria de esa facultad. Es uno de los coautores del libro
Directoras teatrales: mitos y transgresiones. Viaje de una larga noche hacia el espacio
propio (ciddae, 2018), coordinado por la Doctora Claudia Pérez.
271
Sobre los autores
Vanesa Artasánchez
Profesora de Literatura egresada del Instituto de Profesores Artigas. Estudiante
de la licenciatura en Letras de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la
Educación de la Universidad de la República, donde se desempeña como
ayudante en el Departamento de Teoría y Metodología de la Investigación
Literaria. Actualmente dicta clases en instituciones públicas y privadas de
enseñanza media. Formó parte del grupo de investigación Teoría Literaria de
la Diversidad, coordinado por la Doctora Claudia Pérez.
272
Sobre los autores
Pilar de León
Actriz, directora de teatro, dramaturga, investigadora, con estudios avanzados
de Lingüística.
Magíster en Ciencias Humanas, opción Teoría e Historia del Teatro, por la
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de
la República, donde es asistente del Departamento de Teoría y Metodología
de la Investigación Literaria. Docente en centros del Consejo de Formación
en Educación. Participó como ponente en eventos científicos: congresos, se-
minarios y talleres. Fundadora del centro de investigación teatral Prometeus.
Publicó Metáfora y género (Susana Aliano Casales, 2018) y numerosos artículos
en libros y revistas.
273
Sobre los autores
Claudia Etchechury
Licenciada en Filosofía y estudiante avanzada de la licenciatura en Lingüística
de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad
de la República. Egresada de la tecnicatura universitaria en Corrección de
Estilo de la misma facultad, donde también integró el grupo de investigación
Teoría Literaria de la Diversidad, coordinado por la Doctora Claudia Pérez,
en el Departamento de Teoría y Metodología de la Investigación Literaria.
Actualmente investiga en el área de lenguaje y género.
Laura Fumagalli
Licenciada en Letras por la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Edu-
cación de la Universidad de la República, fue docente de Literatura Uruguaya
en esta facultad bajo la dirección de Sylvia Lago. Además de colaborar con el
dictado de cursos y seminarios, en esos años asistió a varios congresos nacio-
nales e internacionales. Publicó artículos de crítica sobre Juan Carlos Onetti,
Marosa di Giorgio, Mario Benedetti, Giselda Zani, Horacio Quiroga, entre
otros. Publicó dos libros de cuentos y también dio a conocer textos de ficción
en Cuadernos de Marcha, la revista Relaciones y otros medios de prensa. Ac-
tualmente publica sus textos en un blog.
274
Sobre los autores
Gabriela Marrón
Profesora y Licenciada en Letras por la Universidad Nacional del Sur (Bahía
Blanca, Argentina), en la misma universidad se doctoró en Letras con orien-
tación en Estudios Clásicos, su tesis se titula Claudiano. Prosérpina, un nuevo
contexto para la trama épica. Es investigadora del Consejo Nacional de Investi-
gaciones Científicas y Técnicas de Argentina. Se desempeña como asistente de
docencia en la cátedra de Lengua y Cultura Latina y en la cátedra de Cultura
Clásica del Departamento de Humanidades de la Universidad Nacional del Sur.
Helena Modzelewski
Doctora en Filosofía por la Universidad de Valencia. Profesora adjunta del
Departamento de Historia y Filosofía de la Educación de la Facultad de
Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República.
275
Sobre los autores
Claudia Panisello
Profesora de Literatura. Licenciada en Letras. Magíster en Ciencias Humanas,
opción Literatura Latinoamericana, por la Facultad de Humanidades y Cien-
cias de la Educación de la Universidad de la República con la tesis Perspectivas
femeninas en la narrativa de la escritora Sylvia Lago. Ha publicado Cartas a un
hombre desconocido (Grupo Editor cien, 2003), y participó de las publicaciones
colectivas Un cielo en tus ojos (Grupo Editor cien, 2003), Despierta el silencio
(Grupo Editor cien, 2004) y Cantos (La Garcita Azul, 2019).
Claudia Pérez
Doctora en Letras por la Universidad Nacional de La Plata, Argentina. Licen-
ciada en Letras por la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
de la Universidad de la República, donde es profesora agregada y actual direc-
tora del Departamento de Teoría y Metodología de la Investigación Literaria.
Investigadora en el Centro de Investigación, Difusión y Divulgación de las
Artes Escénicas del Teatro Solís. Investigadora de la Agencia Nacional de In-
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
276
Sobre los autores
Lourdes Peruchena
Licenciada en Historia. Magíster en Historia del Uruguay por la Facultad de
Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República,
aspirante a Doctora en Historia por la misma institución. Docente e investi-
gadora de Historia Europea Moderna del Instituto de Historia de la misma
facultad. Profesora de Historia Medieval y Temprano Moderna en el Instituto
de Profesores Artigas. En 2012 ganó el Premio Nacional de Literatura otorgado
por Ministerio de Educación y Cultura en la categoría Historia con el libro
Buena madre y virtuosa ciudadana. Maternidad y rol político de las mujeres de las
élites (Uruguay, 1875-1905) (Rebeca Linke Editoras, 2010). Autora del poe-
mario La magnolia es infinitamente más que una flor (Civiles Iletrados, 2017).
Lucía Redes
Estudiante de la licenciatura en Filosofía de la Facultad de Humanidades y
Ciencias de la Educación de la Universidad de la República y del profesorado
de Filosofía en el Instituto de Formación Docente de Pando. Profesora en
distintos centros de educación media.
Sylvia Riestra
Profesora de Literatura y poeta. Su obra ha sido premiada por la Intendencia
Municipal de Montevideo, la Universidad de la República, la Feria Nacional de
Libros y Grabados, el Ministerio de Educación y Cultura y la Fundación B’nai
B’rith. Parte de su poesía ha sido traducida al portugués, catalán, francés, italiano,
inglés, húngaro y hebreo. Los títulos que publicó son Estruendo mudo (Imago,
1983), Ocupación del miedo (Universidad de la República, 1987), La casa em-
plumada (Feria Nacional de Libros y Grabados, 1989), Entre dos mares (Caracol
al Galope, 2002), Palabras de rapiña (Caracol al Galope, 2002), Sincronías y
celebraciones (Artefato, 2006) y Tramas de la mirada (Ático, 2008).
277
Sobre los autores
Gloria Salbarrey
Profesora de Literatura egresada del Instituto de Profesores Artigas, culminó
su carrera docente como directora del liceo Rodó. Publicó libros con estudios
sobre el Romancero, Francisco de Quevedo, Francisco Espínola y Circe Maia.
Mientras residió en Barcelona realizó tareas de traducción, redacción, prepara-
ción de originales para varias editoriales. Fue colaboradora de El País Cultural.
Néstor Sanguinetti
Profesor de Literatura y de Idioma Español egresado del Instituto de Profesores
Artigas. Se desempeña como profesor de Literatura Uruguaya en el Consejo
de Formación en Educación y en la Universidad Católica del Uruguay.
Romina Serrano
Licenciada en Letras egresada de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la
Educación de la Universidad de la República, donde también cursa la Tecni-
catura Universitaria en Corrección de Estilo y la maestría en Teoría e Historia
del Teatro. Profesora de Literatura e Idioma Español en distintos centros de
educación media. Coordinadora de la sede uruguaya de la editorial Liberoamé-
rica. Ha obtenido varios premios y menciones en concursos literarios, entre
ellos, en 2018, el primer premio en Poesía Joven de la Casa de los Escritores.
Soledad Silva
Licenciada en Psicología por la Facultad de Psicología de la Universidad de la
República. Analista en formación en el Instituto de Posgrado de la Asociación
56 años Viviendo con Cristina Peri Rossi
278
Sobre los autores
Valentina Tabeira
Estudiante de la licenciatura en Letras en la Facultad de Humanidades y
Ciencias de la Educación de la Universidad de la República.
Kildina Veljacic
Profesora de Literatura egresada del Instituto Profesores Artigas. Docente en
el Consejo de Educación Secundaria. Magíster en Ciencias Humanas, opción
Literatura Latinoamericana, por la Facultad de Humanidades y Ciencias de
la Educación de la Universidad de la República con la tesis Una poética del
duelo en la obra de Marosa di Giorgio. La encrucijada de Diamelas a Clementina
Médici en Los papeles salvajes; doctoranda en Letras por la misma institución,
su anteproyecto de tesis se titula Figuraciones y transfiguraciones de lo femenino
en la obra escritural y performática de Marosa di Giorgio.
279
Las páginas de este libro constituyen un necesario y valioso
aporte que no solo rescata y destaca a una de las voces
femeninas más importantes de nuestra literatura, sino que
permite, además, profundizar en su obra tanto poética como
en prosa.
Los trabajos reunidos en este volumen abordan, con im-
pecable rigor académico, la creación de Cristina Peri Rossi
desde diferentes aspectos y marcos teóricos, lo que posibilita
una múltiple y heterogénea relectura de una escritora que,
obligada al exilio, lejos de debilitar su voz y su compromiso
ético y político, se afianza cada vez con más fuerza ocupando
su lugar en la historia y en la literatura.
Invitamos al lector a recorrer los textos teórico-críticos y,
a partir de ellos, a reencontrar a una escritora uruguaya de
alcance universal por la profundidad y originalidad de su
escritura sin concesiones.
Ni los trabajos aquí presentados ni la obra de Cristina Peri
Rossi habilitan la indiferencia.
Silvia Viroga
Presidenta de la aplu