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HECHOS HISTÓRICOS

MEXICANOS
Presentación
Somos los Alumnos: Luis Escuela Secundaria
Espejel Hernández Tecnica Num 116.
Jehieli Killari Peralta Mora Nezahualpilli

Estimado alumnos y profesores, en este libro podrán


comprender la historia de nuestro país. En este libro
conocerán los principales procesos históricos que
conforman la sociedad de la que formamos parte y nos
representa como mexicanos.

A lo largo del primer capitulo Tendrán la oportunidad de


comprender el proceso que le permitió a nuestro país ser
independiente y soberano y como a lo largo del siglo la
nación enfrento constantes retos que, en parte,
contribuyeron a forjar la identidad que nos distingue.
Presentación
En el segundo capitulo analizaran el proceso

Finalmente, el libro concluye con tres aspectos que


deben de considerar:
·Primero, realizar un análisis sobre la vida
democrática de nuestro país, esto les permitirá
comprender alternativas que nos ofrece como
ciudadanos.
·Segundo, realizar un acercamiento a las diversas
expresiones artísticas que caracterizan a la nación y
sobre la importancia de la diversidad cultural.
·Tercero, movilizar sus aprendizajes para que
reflexionen sobre los retos que debe enfrentar México
y sus ciudadanos en un futuro inmediato.
Indice
1. Inicio de la independencia ··························
El golpe de estado contra el Virrey ······································
La conspiración de 1810 ···································
La desigualdad y división de clases ·····································
Las reformas borbónicas ··············································
La independencia de las 13 colonias y la revolución Francesa ··············
La invasión Francesa a España ·········································
Origen y Fin del imperio mexicano ······································
Anexión y pérdida de territorios ········································
España intenta retomar el poder del territorio mexicano ··········
Abolición de la esclavitud ···············································
Estancamiento de la renta ···············································

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Inicio de la independencia
La Independencia de México tiene diversas etapas una de las más
importantes abarca desde el Grito de Dolores
(16 de septiembre de 1810) hasta la batalla de Puente de Calderón (en el
actual municipio de Zapotlanejo, Jalisco,
el 17 de enero de 1811), cuando la muchedumbre dirigida por Hidalgo -
con su famoso estandarte guadalupano
en mano- peleaba con más pasión y arrojo que estrategia, sin embargo fue
derrotado y apresado. Querétaro, es la Cuna de la Independencia, ya que
aquí se gestó la misma con importantes
personajes como «La Corregidora» Doña Josefa Ortiz de Domínguez, su
esposo el Corregidor, Hidalgo,
Allende, Aldama, los hermanos Epigmenio y Emeterio González, entre
otros. Las fiestas patrias congregan a
miles de familias mexicanas, quienes llegan a las plazas y centros
principales de las ciudades, así como a los
edificios de ayuntamientos para conmemorar un aniversario más del Grito
de Independencia.
La independencia de México fue el proceso político que posibilitó que la
nación mexicana dejara de ser una
colonia de España, consiguiendo así su libertad y autonomía. El proceso
de la independencia se prolongó por
11 años. Este comenzó con el grito de dolores el 16 de Septiembre de
1810. Luego de varias etapas de
lucha, la independencia se concretó con la firma de los tratados de
Córdoba y la entrada del ejercito
El objetivo principal de este movimiento (armado y social) era liberar al
territorio mexicano de españa y que,
en cada rincón de la Colonia se olvidase por completo el concepto de
virreinato.

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Datos Curiosos de la Independencia
1.- En el Acta de Independencia firmada el 28 de septiembre de 1821, se
establece que México sería reconocido como Imperio. Luego de la caída del
emperador Iturbide (1823), el acta fue renovada y en lugar de decir
“Imperio”, se estableció el término “República”. Por eso México cuenta
con dos actas de independencia.
2.- La campana de la parroquia de Dolores que utilizó Miguel Hidalgo el
día del grito fue trasladada en 1896 desde Guanajuato hasta Palacio
Nacional en la Ciudad de México por órdenes de Porfirio Díaz para poder
llevar a cabo las festividades de ese año, ya que el oaxaqueño quería tocar
aquella noche la campana original.
3.- El nombre completo del cura Hidalgo era Miguel Gregorio Antonio
Ignacio Hidalgo y Costilla y Gallaga Mondarte Villaseñor.
4.- José María Morelos se volvió sacerdote a los 24 años, con tal de
recibir una herencia por parte de su bisabuelo Pedro Pérez Pavón.
5.- En 1823, se ordenó reunir las cabezas y cuerpos de los cuatro
principales caudillos fusilados y decapitados en Chihuahua para
trasladarlos con honores al pie del Altar de los Reyes en la Catedral de
México. Los restos mortales permanecieron en la catedral hasta su
traslado a la Columna de la Independencia en 1926.
6.- España no reconoció la Independencia de México hasta 15 años
después.

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El golpe de estado contra el Virrey
La noticia del levantamiento del 2 de mayo en Madrid llegó a la sociedad
novohispana en agosto, mismo mes en que Iturrigaray desconoció a la
Junta de Oviedo, que se proclamó soberana del Imperio español en
ausencia de Fernando VII. Este hecho fue visto por la sociedad de
peninsulares radicados en México como la declaración informal de
independencia por parte del virrey.
La crisis política en Nueva España de 1808 hace referencia al conjunto de
hechos que trastocan a la alta sociedad del Virreinato de Nueva España
en el ámbito político, socioeconómico y militar, pero que con el paso de los
años serían los causantes de la decadencia del poder político solamente en
la América Septentrional o América Mexicana, mas no en Filipinas o el
Caribe y que desencadenaran el inicio de la Guerra de Independencia
Mexicana. Factores detonantes de esta crisis fueron la Invasión francesa a
España y la consecuente lucha de los españoles por liberarse de las tropas
de Napoleón Bonaparte. Dentro del panorama del virreinato, destaca la
figura del virrey José de Iturrigaray, quien padeció durante todo su
mandato de serias sospechas de corrupción, principalmente lanzadas por
los elementos más reaccionarios y conservadores de la capital. Al
conocerse la noticia de la invasión napoleónica, ciertos grupos en México
sospecharon que Iturrigaray pretendía independizar al virreinato y
erigirse como cabeza de un nuevo estado. El hacendado Gabriel de Yermo
y otros miembros de la sociedad en la capital, con el visto bueno del
arzobispo capitalino, Francisco Xavier de Lizana y Beaumont, tomaron
por asalto el 15 de septiembre de 1810 la residencia de descanso donde se
encontraba el virrey Iturrigaray, deteniéndolo, consumando así el primer
golpe de Estado en la Historia de México.
Si bien la crisis venía desarrollándose desde tiempo atrás, el punto
culminante de ésta ocurrió en 1808, por lo que para la historiografía
mexicana los sucesos de los años 1800-1808, han quedado registrados
como Crisis política de 1808 en Nueva España.1​participaron Gabriel de
Yermo y Francisco Xavier de Lizana y Beaumont.

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La marcada distinción de castas y la preferencia hacia los peninsulares
despertó en los criollos y las diversas castas un sentimiento
antipeninsular, que fue exacerbado por la bancarrota financiera sufrida
por el virreinato entre 1804 y 1805. Carlos IV y Manuel Godoy —que se
rumoraba era amante de su mujer, María Luisa de Parma— aparecen
después como figuras repudiadas o amadas para los dos bandos que la
crisis generó en la alta sociedad virreinal. Con el fin de apoyar la guerra
contra el Reino Unido, que resultó en una estrepitosa derrota marítima y
la consecuente debacle económica del reino, en especial de la Nueva
España, la Corona emitió una medida muy impopular para los
novohispanos obligada por las graves crisis financieras que sufría España
desde la época de Felipe II, agravada por las guerras en las que el imperio
se vio envuelto a raíz del Pacto de Familia, por lo que se idearon los vales
reales, método por el cual el gobierno obtenía dinero a través de sus
súbditos y que, al decretarse la consolidación de estos, produjeron una
gran crisis en el virreinato que llevó a la bancarrota a muchos habitantes,
incluido Manuel Hidalgo, el hermano menor de quien más tarde iniciaría el
movimiento independentista, Miguel Hidalgo, que falleció en 1811.
Todos estos desaciertos del gobierno real generaron serio descontento
entre los habitantes del virreinato, que ya habían externado el clamor
popular en forma de algunos motines y desobediencias que sin embargo no
prosperaron, pero el golpe que la facción legitimista asestó en septiembre
de 1808 significó para los novohispanos un agravio más que constituiría
uno de los factores más importantes para el estallido de la Guerra de
Independencia.

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La conspiración de 1810
Tras la renuncia de Fernando VII al trono de España, en 1808, se
desencadenaron severas crisis políticas en todo el reino español. En Nueva
España, esta crisis y los debates sobre soberanía y autonomía llevaron a
intentos conspirativos que finalmente tuvieron su estallido en septiembre
de 1810. El proceso iniciado como un movimiento de emancipación, por la
intervención de la insurgencia a lo largo de once años, se transformó en la
búsqueda de independencia absoluta.
Fue el movimiento clandestino nacido en la ciudad de Santiago de
Querétaro en 1810. Se toma generalmente como el antecedente inmediato
de la guerra de la independencia de México, dado que este grupo es el que
comenzó la lucha armada por la emancipación de la Nueva España con
respecto a la corona.
Las conspiraciones en el virreinato se sucedieron, en 1808, por el
Ayuntamiento de México.
La noche del 15 de septiembre del 1810 pasó a la historia como uno de los
acontecimientos más significativos para el país, ya que en esa fecha tuvo
lugar el “Grito de Independencia”, hecho protagonizado por el Padre de la
Patria, don Miguel Hidalgo y Costilla en la población de Dolores,
Guanajuato.
Hidalgo, como muchos otros mexicanos, adoptó los ideales
independentistas que desde 1809 se extendían por el país a través de
grupos liberales. Uno de estos, el de Querétaro, encabezado por el
corregidor Miguel Domínguez y su esposa, Josefa Ortiz.
Varios oficiales del Regimiento de Dragones de la Reina, entre ellos
Ignacio Allende, Ignacio Aldama y Mariano Abasolo se unirían algún
tiempo después a los conspiradores de Querétaro.
Hidalgo se dedicó entonces a reclutar partidarios y a comprar o construir
armamento. Sin embargo, a principios de septiembre de 1810, la
conspiración de Querétaro fue descubierta por el Gobierno Virreinal.
Allende había llegado a Dolores la noche del 14 de septiembre, pero tanto
él como Hidalgo ignoraban las consecuencias de haber sido descubiertos.
Para entonces, varios de los conspiradores habían sido aprehendidos ,
pero doña Josefa Ortiz, durante la noche del 15 envió un mensaje al
pueblo de Dolores, avisando a Hidalgo y los demás libertadores sobre el
inminente peligro que corrían.
Sin esperar más tiempo, Hidalgo marchó a la cárcel de Dolores y puso en
libertad a los presos, a quienes dotó con armas de la policía y el
Regimiento de la Reina.
Durante la madrugada, Hidalgo tocó la campana de la iglesia para
convocar al pueblo y al reunirse la multitud en el atrio de la parroquia se
inició la lucha de la Independencia de México.
La desigualdad y división de clases
Con el descubrimiento de América en 1492 y en las décadas siguientes de
colonización, comenzaron a marcarse tres grupos sociales básicos:
Blancos: españoles peninsulares o nacidos en América.
Indios: habitantes originarios de América.
Negros: esclavos traídos de África.
La mezcla entre esos grupos dio lugar a las castas, una clasificación de las
personas dado su linaje, quiénes eran sus progenitores y qué lugar
ocupaban en la sociedad medieval de aquello siglos.
Y de esa mezcla surgió una curiosa lista de 16 combinaciones básicas,
aunque las mezclas posibles son innumerables.
Otros peculiares nombres como calpamulato, coyote, cuarterón, genízaro,
jarocho, tresalvo, zambo, entre muchos otros, hacían más grande la lista.
Nunca hubo una limitación a la mezcla y hasta esas fronteras entre un
grupo y otro eran borrosas.
La sociedad de Nueva España estaba dividida en estratos. La corona daba
privilegios a los aristócratas españoles, por lo que no todas las personas
tenían igualdad de derechos. Los cargos públicos, la posesión de las
tierras y las concesiones para la explotación minera eran otorgados a
estos antes que a los criollos.
Tal situación generó gran descontento en la población local y lentamente
propició un sentido distinto de identidad y aspiraciones de independencia.
Por otra parte, mestizos e indígenas eran los más desfavorecidos.
Las reformas borbónicas
Estas reformas buscaban modernizar internamente a España y su relación
con las colonias, respondiendo a una nueva concepción de Estado, que se
propuso retomar todos los derechos que se habían delegado en grupos y
corporaciones, además de asumir la dirección política, administrativa y
económica del reino.
Carlos III, rey perteneciente a la casa de los borbones, llevo a cabo
importantes reformas en sus dominios entre 1759 y 1788. Con estas
quiso modernizar a España y obtener más recursos de sus provincias
americanas. Las reformas implementadas modificaron el orden
administrativo, político, militar y económico del virreinato..
La centralización de instituciones tributarias tuvo como fin la recaudación
de más impuestos. Esto despejó a ciertos criollos de gozos y beneficios
comerciales, lo que produjo en ellos disconformidad.
Las reformas borbónicas fueron una serie de cambios administrativos
aplicados por los miembros de la monarquía absoluta borbónica a partir
del siglo XVIII en el Virreinato de Nueva España y el Virreinato del
Perú. Las reformas buscaban reacomodar tanto la situación interna de la
Península como sus relaciones con las provincias ultramarinas, ambos
propósitos respondían a una nueva concepción del Estado, considerando
como principal tarea volver a abogarse todos los atributos del siglo XVIII,
poder que había delegado en grupos, corporaciones y asumir directamente
la dirección del poder español que mostraba signos de decadencia. Las
constantes guerras con Inglaterra, la corrupción y la evasión de impuestos
habían contribuido al deterioro de las finanzas, mientras que las pestes y
las epidemias habían producido una crisis demográfica. Ante esta
situación, los monarcas fortalecieron la economía española mediante el
máximo aprovechamiento de los recursos provenientes del asiento de
negros y unificaron su administración a través de la designación de
ministros más eficientes.
El virreinato de la Nueva España (hoy México) y el de Perú conformaban
los territorios más prósperos y ricos que España disponía. México
producía en Zacatecas y Guanajuato el 67 % de toda la plata de América.
Alrededor de 1810, contaba con una población de unos seis millones de
habitantes, repartidos en un 18 % de blancos (setenta criollos por cada
peninsular), un 60 % de aborígenes (la mayoría del país) y un 22 % de
castas (pardos y mestizos). La riqueza se encontraba mal distribuida;
como observó Alexander con Humboldt, México es el país de la
desigualdad. España, envuelta en guerras, unas veces con Inglaterra por
compromisos diplomáticos y otras con Francia, no exigió mayores y más
directas exacciones fiscales a las provincias ultramarinas, al tiempo que
debilitaba su control militar y administrativo sobre ellas. Al acudir al
dinero mexicano, son intereses de la Iglesia, principal capitalista del país.
La independencia de las 13 colonias y la
revolución Francesa
La Guerra de Independencia de los Estados Unidos fue un conflicto que
enfrentó a las trece colonias británicas originales en América del Norte
contra el Reino de Gran Bretaña. Ocurrió entre 1775 y 1783, finalizando
con la derrota británica en la batalla de Yorktown y la firma del Tratado
de París.
Durante la guerra, Francia ayudó a los revolucionarios estadounidenses
con tropas terrestres comandadas por Rochambeau y por el Marqués de
La Fayette y por flotas bajo el comando de marinos como Guichen, de
Grasse y d’Estaing. España, por su parte, lo hizo inicialmente gracias a
Bernardo de Gálvez y de forma abierta a partir de la batalla de Saratoga,
mediante armas, suministros y abriendo un frente en el flanco sur.
Las colonias británicas que se independizaron de Gran Bretaña edificaron
el primer sistema político liberal y democrático, alumbrando una nueva
nación, los Estados Unidos de América, incorporando las nuevas ideas
revolucionarias que propugnaban la igualdad y la libertad. Esta sociedad
colonial se formó a partir de oleadas de colonos inmigrados, y no existían
en ella los rasgos característicos del rígido sistema estamental europeo.
En las colonias del sur (Virginia, Carolina del Norte, Carolina del Sur y
Georgia) se había organizado un sistema esclavista (con unos 500.000
esclavos negros) que explotaban plantaciones de tabaco, algodón y azúcar.
De este modo, la población estaba compuesta por grandes y pequeños
propietarios y esclavos.
Los antecedentes a la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos
se remontan a la confrontación franco-británica en Norteamérica y a las
consecuencias de la Guerra de los Siete Años.
La Guerra de los siete años terminó en 1763. El 10 de febrero, el Tratado
de París ponía fin al imperio colonial francés en América del Norte y
consolidaba a Inglaterra como la potencia hegemónica. En oposición sólo
tenía a España, que controlaba Nueva Orleans, la ciudad más importante,
con unos 10.000 habitantes.
Respecto a Francia, la pérdida territorial no fue sentida como algo
catastrófico. Se conservaban los derechos pesqueros en Terranova y la
población católica francófona recibiría un trato de respeto. Por otro lado, en
el Caribe las pérdidas pueden ser compensadas, pues la colonia principal
francesa del Caribe, Puerto Príncipe (la española), produce la mitad del
azúcar consumido en todo el mundo, y su comercio con África y las Antillas
está en pleno apogeo.
Respecto a los colonos estadounidenses, la guerra modificó radicalmente el
panorama anterior. Los francófonos católicos de Quebec, tradicionales
enemigos de los colonos estadounidenses de las Trece colonias, recibieron un
trato respetuoso por parte de las autoridades británicas. Trato que se
confirmara en 1774 cuando se dotó a Canadá de un estatuto particular
dentro de las colonias estadounidenses, llevándose sus fronteras hasta la
confluencia del Ohio y el Misisipi. Asimismo su población conserva un
derecho civil propio y la Iglesia Católica es reconocida. Todos estos
movimientos fueron mal aceptados por la población de las Trece colonias.
La causa inmediata de este conflicto fue el injusto trato que Gran Bretaña
infligía a los colonos, pues éstos aportaban riquezas e impuestos a la
metrópoli pero no tenían los medios para decidir sobre dichos impuestos, por
lo que se sentían marginados y no representados.
Gran Bretaña obtuvo el triunfo sobre Francia en la Guerra de los Siete Años
(1756-1763) recibiendo gran ayuda económica y militar de las colonias,
aunque dicha colaboración no les fue recompensada. Las medidas represivas
del gobierno inglés (producidas tras sublevaciones como el Motín del té de
Boston y las sanciones de las Actas Intolerables) provocaron el inicio de la
guerra de independencia.
La invasión Francesa a España
En mayo de 1808, la invasión francesa al territorio español, generó la
imposición, por parte de Napoleón Bonaparte, de un reemplazante al rey
español Fernando VII, quien tuvo que abdicar, quedando la plaza real en
poder de su hermano José Bonaparte. Esta intervención extranjera, motivó a
que se planteara un cuestionamiento a la soberanía del nuevo monarca sobre
sus territorios y súbditos, entre los que se incluía América y ciertamente
Chile.
En vista de la usurpación de la corona española y el apresamiento del rey
Fernando VII por Napoleón Bonaparte, se organiza en España una Junta
Central que resiste la invasión francesa. En Chile, la Junta Central española
es reconocida, si bien ya comienzan las primeras divisiones entre españoles y
criollos. Estas diferencias se agudizan con la deposición del gobernador
Francisco García Carrasco (1808-1810) y su reemplazo por el Conde de la
Conquista Mateo de Toro y Zambrano, destacado representante de la
aristocracia local, el 16 de julio de 1810.
El Cabildo de Santiago llama a un Cabildo Abierto para el día 18 de
septiembre de 1810, del que emana la formación de la Primera Junta de
Gobierno. Y aunque sus miembros juran fidelidad y obediencia al soberano
español, la instalación de esta corporación marca el inicio del proceso de
independencia, pues desde entonces los sectores aristocráticos criollos
ejercen en sus manos el poder político, lo que se considera una primera forma
de autonomía política o de autogobierno respecto de España. El Presidente
de esta corporación fue don Mateo de Toro y Zambrano.
Debido a ello, muy pronto comienzan a aparecer diversas posturas o bandos
políticos. El denominado partido radical o “exaltado”, aboga por la ruptura
definitiva con la metrópoli española. Por otra parte el grupo mayoritario
denominado moderado, busca una transacción entre las pretensiones
independentistas y la lealtad hacia la corona española.
Y finalmente, aunque sin participación en la Junta de Gobierno, pero
influyente y poderoso, el grupo o partido realista, defiende la autoridad del
rey y el antiguo régimen.
Durante su mandato, la Primera Junta de Gobierno efectúa una serie de
iniciativas de gran trascendencia, tales como la redacción del primer
reglamento electoral de nuestra historia, la declaración de libertad de
comercio, y el llamado para elecciones de un primer Congreso Nacional que
represente a las diversas provincias que conforman el territorio del entonces
Reino de Chile. Finalmente, la convocatoria al primer Congreso Nacional,
concretada el 15 de diciembre de 1810, representa un paso importante en la
consolidación del autogobierno criollo. En este contexto, el 6 de mayo de
1811 se realizan las primeras elecciones parlamentarias, marcando un hito
clave de la historia política legislativa chilena
Joaquín Sorolla (1884). La defensa del parque de monteleón. Este cuadro
representa la defensa de los españoles el 2 de mayo de 1808 en contra del
ejercito francés. La invasión francesa en España desencadenó eventos que
influyeron en la independencia de los países hispanoamericanos.
EL motivo detonante externo fue la invasión que sufrió España por parte del
ejercito Francés, dirigido por Napoleón Bonaparte en 1808. La invasión
provoco inestabilidad Política, la renuncia de Carlos IV como rey y el
secuestro de su sucesor VII.
Origen y fin del imperio mexicano
La Guerra de independencia de México duró once años y distaba mucho de
ser un movimiento homogéneo. Su propósito inicial era apoyar el regreso
de Fernando VII como rey de España contra la invasión francesa, aunque
después José María Morelos y Pavón y el resto de los caudillos
insurgentes tomaron como causa la independencia total de Nueva España.
La reacción española sofocó el ímpetu bélico de los primeros años.
Después de la ejecución de Morelos, los insurgentes resistieron como
guerrillas confinadas en pequeños territorios. Agustín de Iturbide se
convirtió en el representante de una élite que vio amenazados sus
intereses con la adopción de la Constitución de Cádiz. En vista de ello,
decidieron pactar con los insurgentes y apoyar la separación de Nueva
España.
Con la ratificación de los tratados de Córdoba desapareció el virreinato de
Nueva España y se fundó el primer imperio mexicano (1821). Sin
embargo, este imperio que se conformó como monarquía parlamentaria
apenas se logró sostener por dos años.
El Imperio mexicano fue un estado que nació como resultado del
movimiento independentista de Nueva España. Su periodo histórico
comprende desde la firma de los Tratados de Córdoba en 1821 hasta la
proclamación del Plan de Casa Mata y la instauración de la República
Federal en 1823. México fue la única nación que adoptó un régimen
monárquico después de su independencia de España.
Su territorio correspondió al antiguo Virreinato de Nueva España, con
excepción de las capitanías generales de Cuba, Santo Domingo, Puerto
Rico y Filipinas. Las provincias del antiguo Reino de Guatemala,
militarmente reunidas bajo la Capitanía General de Guatemala, se
anexaron después al Imperio mexicano. El primer y único monarca de este
estado fue Agustín de Iturbide.​
Anexión y perdida de territorios
Algunas providencias al ver que México ya estaba logrando la independencia
o hacer un nuevo imperio, se quisieron unir a México para después ellos se
independizarán. Sobre le lapso de este tiempo se anexaron varias provincias.
Apenas alcanzó la independencia, al imperio mexicano se le unieron
provincias de centro América: Guatemala, el Salvador, Honduras y
Nicaragua. Sin embargo, al desintegrarse el imperio, el congreso mexicano
reconoció la independencia de todas estas provincias en agosto de 1824. Así,
no formarían parte de los Estados Unidos Mexicanos "EUM".
España intenta retomar el poder del territorio
mexicano
Los días como país independiente de México comenzaron el 27 de
septiembre de 1821, día en que se consuma la Independencia de México.
Sin embargo, esto no eximía de los peligros recién adquiridos con ello y las
amenazas de reconquista que seguían latentes. A lo largo del siglo XIX,
existieron diversos amagos extranjeros que pusieron en peligro la
seguridad nacional y expusieron las debilidades de poder naval con las que
México contaba. Es entonces, que el primer ministro del despacho de
guerra y marina, Antonio de Medina Miranda, temiendo algún acto de
reconquista preparaba las primeras indicaciones y planes para tomar el
castillo de San Juan de Ulúa, que después de la entrada del Ejército
Trigarante era el último bastión en poder del gobierno español. El general
José García Davila, gobernador español de Veracruz, se había
comprometido con Antonio López de Santa Anna a entregar el 26 de
octubre la ciudad, pero la noche anterior se atrinchera en la fortaleza de
San Juan de Ulúa con 200 soldados de infantería, artillería y municiones
del puerto, así como más de 90 000 pesos del gobierno español. Hecho
que al parecer no causó mucho eco al principio en la política mexicana. No
obstante, al poco tiempo la escasa fuerza con la que se había atrincherado
Dávila se incrementó a 2000 soldados que España envió de Cuba para
desde ahí buscar la reconquista de México. El gobierno mexicano optó por
designar a Manuel Rincón como gobernador. Este hecho causó mucha
preocupación al emperador Agustín de Iturbide, pues no se contaba con
navíos para atacar la fortaleza ni con artillería pesada para atacar por
tierra, por lo que optó por las negociaciones con los españoles, que aunque
no llevaron a ningún acuerdo, sí se vivieron tiempos de paz entre las dos
facciones.
La llegada de Santa Anna al gobierno de la ciudad el 10 de septiembre de
1822 marca otro episodio de las negociaciones entre las autoridades
mexicanas de Veracruz y las españolas de San Juan de Ulúa, en las que
éstas se vuelven críticas, y más aún cuando el gobierno español releva de
su cargo a Dávila para colocar en su lugar a Francisco Lemaur.
Lemaur comenzó a dictar leyes en la fortaleza, lo que iba en contra de la
soberanía mexicana, y lo convirtió en un lugar seguro para la vendimia de
comerciantes extranjeros. Además, Lemaur consideraba que todos los puntos
que estuviesen anexos a la fortaleza deberían considerarse en poder español,
como lo eran Sacrificios y el fondeadero. Las conversaciones se agravaron
tanto que el 25 de septiembre de 1823, los españoles bombardearon el puerto
de Veracruz, originando el desplazo de más de 6.000 civiles que
abandonaron el puerto. Después del bombardeo del puerto por los españoles,
el gobierno mexicano decidió poner fin a los intentos de reconquista española,
a pesar de no contar con una marina de guerra adecuada para cumplir el
objetivo, expidiendo el 8 de octubre de 1823 el decreto del bloqueo de San
Juan de Ulúa.ara cumplir el objetivo, José Joaquín de Herrera —secretario
de Marina y Guerra del gobierno mexicano— se presentó ante el Congreso
expresando la urgencia gubernamental de adquirir todo tipo de
embarcaciones de guerra para bloquear y atacar a los españoles que se
encontraban en la fortaleza y que recibían refuerzos y víveres desde Cuba.
Con ello se compró una escuadra que se puso al mando de Pedro Sainz de
Baranda y Borreiro, que rindió a San Juan de Ulúa el 23 de noviembre de
1825.
Los intentos de reconquista española en México son los enfrentamientos
bélicos ocurridos desde 1821 hasta 1829 entre el recién nacido estado
mexicano y España, que pretende restaurar la autoridad de la monarquía de
Fernando VII en las Indias.
A pesar de que México alcanzó su independencia en 1821, de la firma de los
Tratados de Córdoba y el repliegue del ejército español del territorio
continental mexicano, existía un estado de conflicto permanente. España no
reconoció la independencia de México hasta el 28 de diciembre de 1836,
cuando se firmó un tratado de paz y amistad entre ambas naciones, y
conservaba el bastión de San Juan de Ulúa —a unos cuantos kilómetros de la
costa de Veracruz— y Cuba, por lo que México consideraba amenazada su
independencia. Este país intentó apoderarse de dichas posiciones, ganando
San Juan de Ulúa en 1825 a pesar de los refuerzos enviados por los
españoles, pero perdiendo su flota naval en Mariel (1828) cerca de la isla de
Cuba, que se mantiene como base de la reconquista tras los frustrados planes
colombo-mexicanos de expedición conjunta para la liberación de Cuba (1820-
1827).

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