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1) Basando en el texto de Alfredo Ávila, existen muchas formas de interpretar este proceso,

varias de las cuales fueron creadas con la intención de generar un sentimiento de


nacionalidad y plasmar un panteón de héroes.
La mayoría de los países de Hispanoamérica toman el proceso como fractura de la
monarquía española, de naciones ya existentes, dominados y oprimidos por una potencia
colonialista y autoritaria. En interpretaciones más recientes se ha dejado claro que su
objetivo no era puramente el establecimiento de un estado nacional soberano. La ideología
nacionalista fue construida durante y posteriormente a las guerras independentistas, ni la
nación ni el estado son preexistentes. La historia de los grandes héroes ha dejado de lado a
los sectores sociales que tomaron o no las armas en contra y a favor del orden español, con
su forma de organización social y económica.
El autor Francois Guerra afirma que modernidad e independencias propuso una nueva díada
explicativa (tradición-modernidad), donde los elementos modernos y tradicionales
convergían en momentos de monarquía absoluta y del orden constitucional. El autor
advierte que la difusión de la modernidad en la América española fue tardía y escasa. La
modernidad fue impulsada por el propio absolutismo en su afán por afianzar el poder de la
monarquía mediante instituciones bien administradas, funcionales y progresistas. Esto
choco con las corporaciones y la concepción pactista de la sociedad. Otro factor que
contribuyó al tránsito de una cultura política tradicional y corporativa a una individualista
fue la construcción de sociabilidades modernas, que permitieron el desarrollo de una “clase
cultural”. Los espacios públicos sirvieron para propugnar discusiones políticas. Aunque en
América estos grupos culturales eran grupos minoritarios, pero serían los que reaccionarían
frente a las abdicaciones de Bayona.
La crisis de 1808 llevo a que se formaran Cortes representantes de la nación. Pero mientras
que la convocatoria para los peninsulares era una representación moderna, un individuo un
voto, los americanos enviaron instrucciones de los ayuntamientos.
Para Guerra, otra muestra de la modernidad peninsular frente al tradicionalismo americano
puede verse en la difusión de impresos y de la prensa periódica. Había muchas más
publicaciones en España, lo cual nos indica que las ideas de representación modernas e
imaginario nacional provenían de la península. Para este autor la modernidad era un
avance, de modo que las continuidades de la cultura política tradicional post-revolución
fueron irregularidades, responsables, entre otras cosas, de la inestabilidad de las nuevas
naciones.
Cabe mencionar que en las elecciones de 1810 para integrar las Cortes de Cádiz, en la
península había representantes para las ciudades, las juntas provisionales y por cada 50000
habitantes, mientras que los americanos debían conformarse con un diputado electo por la
capital de cada provincia.
La situación en Venezuela en 1809 intercalaba entre el desinterés y la ansiedad a medida
que llegaban las noticias de triunfos y derrotas de los peninsulares contra el imperio de
Napoleón.
Las novedades de la caída de Sevilla, retirada de Cádiz y la disolución de la Junta Central a
fines de enero de 1810, llegaron a Caracas en abril. En ese momento la élite caraqueña se
decidió a actuar, realizo una reunión y decidieron destituir al enviado por la península e
imponer una Junta Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando VII. Pero por ese
momento no era una revolución, sino que solo estaban ejerciendo sus derechos. Pero no
toda Venezuela apoyo dicha Junta, influyeron las particularidades e intereses de cada zona.
Dicha junta realizo reformas liberales en la economía y logro el consenso de las masas, hizo
reformas administrativas/políticas. Esta convoco un congreso, cuyos representantes debían
ser elegidos por votación en cada población, para formar un Parlamento que sería en marzo
de 1811. Al mismo tiempo se formaba un grupo radical de jóvenes, la Sociedad Patriótica.
Estos fueron ganando poder, al punto que obligaron a la Junta a que permitiese el regreso
de Miranda. Aquí la campaña para que se independice de España fue importante.
El congreso electo se reunió en marzo de 1811, la mayoría quería la autonomía más que la
independencia. Juro conservar los derechos de Fernando VII y buscaba mantener el orden
social.
Los radicales siguieron asechando para lograr la independencia, cuya acta fue publicada el
14 de julio. Ante la inestabilidad política y social causada por el terremoto entre otros
aspectos, la Sociedad Patriótica obligó al gobierno a nombrar dictador con plenos poderes a
Miranda. Pero este fue arrestado al tiempo por Bolívar y otros generales.
La caída de la primera Republica señaló el final de la participación política amplia en
Venezuela. Ahora la lucha se dará entre caudillos. Empezó un nuevo régimen, con
Monteverde a la cabeza, que duro hasta agosto de 1813. Este reprimió a antiguos
revolucionarios, pero sus objetivos no tuvieron éxito.
En 1813 vuelven a tomar poder las fuerzas republicanas. Se forma la segunda república
encabezada por Bolivia, donde se estableció una dictadura militar. Pero había zonas
realistas. Todas estas guerras civiles constantes dejaron devastadas demográfica y
económicamente a Venezuela.
En el caso de Quito en 1810 era parte de Nueva Granada. El fiscal Arechaga y el
comandante Arredondo, dictaron ordenes claras de castigar severamente a los “rebeldes”,
quienes habían participado en 1809 del primer grito de independencia. Se sentenció a
muerte a muchos de los participantes de dicho revuelto, lo que genero indignación y caos
en el pueblo.
A fines de junio de 1810 la ciudad se alboroto ante las noticias de que Montufar iba a llegar
de España con plenos poderes para resolver los problemas. Luego de varios conflictos este
fue recibido por el presidente Ruiz de Castilla. Con su llegada en septiembre se resolvió en
una junta de notables, que Quito seria autónoma tanto de Santa Fe como de Lima. Castilla
como presidente de la Junta y Montufar como vicepresidente. Estos estaban a favor de
mantener los lazos con la península.
Más adelante hubo contradicciones y confusión ya que la Junta Superior de Quito
reconoció a la Regencia, pero se comportó como autónomo y negó la autoridad del
presidente Molina.
Tras varios meses de desconcierto, los partidarios de la autonomía incitaron a un motín en
Quito el 11 de octubre, el cual hizo renunciar a Castilla y elevaron a la presidencia al
obispo Cuero y Caicedo. Se formó un Congreso, el cual en diciembre de 1811 votó por
establecer un gobierno autónomo, sujetándose solamente a la autoridad del Sr Fernando
VII. En 1812 se firmó un pacto que estableció un gobierno representativo, con los 3
poderes.
Pero las divisiones políticas permitieron que avancen las fuerzas realistas, con el general
Montes, quienes triunfaron a fines de 1812. Arresto a los autonomistas y entre 1813 y 1814
logro restaurar la paz y el orden, hasta que el rey abolió el gobierno constitucional.
En el caso de México el proceso cuenta de varias etapas.
La primera etapa que va desde 1810 a 1811, empieza con un grupo de ilustrados
americanos que estaba preocupado por los acontecimientos en Europa, por esa razón
intentaron establecer una Junta americana que gobernara Nueva España en nombre de
Fernando VII. Pero las fuerzas realistas logran descubrirlos y los arrestan. Como respuesta
Hidalgo hizo una manifestación en contra del gobierno apoyado por el pueblo de Dolores.
El movimiento armado fue vencido en enero de 1811 en el Puente de Calderón, cerca de
Guadalajara. Sus líderes fueron atrapados y fusilados.
La segunda etapa de que va desde 1811 a 1815, continúa la rebelión con Morelos y Rayón.
En 1814 el Congreso de Anáhuac concluyó la redacción del Decreto Constitucional para la
libertad de la América Mexicana. No obstante en 1815 las tropas realistas dieron fin a esta
etapa y persiguieron a los precursores de la independencia.
La tercera etapa que va desde 1815 a 1820, continúa con la abolición de la Constitución de
Cádiz y el posterior desmembramiento de los grupos insurgentes independentistas. Aunque
algunos grupos formaron guerrillas. El panorama recién cambio en 1820 cuando Uturbide
no le gusto lo que estaba pasando en España y la situación que hizo que Fernando VII
vuelva a aceptar la Constitución de Cádiz, esto hizo que la causa independentista vuelva a
un plano principal.
Finalmente, el 27 de septiembre de 1821, el Ejército Trigarante entró a la ciudad de México
con Iturbide al frente y con Vicente Guerrero en la retaguardia. Pronto se firmó el Acta de
la Independencia y con esta se selló el proceso que dio nacimiento al Primer Imperio
Mexicano (1821-1823).

2) El periodo que comprende entre 1820 y 1850 en Hispanoamérica se caracteriza por ser
un periodo de inestabilidad, intriga y restructuración de diversos aspectos sociales,
económicos y políticos. Lo que el autor Halperin denomina la “larga espera”. Se van
terminando las guerras de independencia, rompiendo poco a poco la estructura colonial, lo
que no significa que fue lineal, ya que“La guerra de independencia no había provocado una
ruptura suficientemente honda con el antiguo orden”.Pero las guerras civiles y la violencia
revolucionario crece con mucha fuerza, con la participación de los grupos populares.
La forma de representación política que se fue dando fue republicana. Cuando se fueron
independizando se redactaron constituciones republicanas, donde casi todas proclaman la
existencia de derechos naturales intocables, libertad de prensa, y juicios por jurados. La
mayoría busco separar los poderes y hacer al legislativo dominante.
Las elites de la época entendían a la república como la forma de oponerse a la monarquía,
de la cual acababan de emanciparse, se daba la idea de independencia-republica.
Cabe mencionar que la idea de republica en América no es igual que en Europa,
específicamente de Francia. Por ejemplo aquí la republica coexistiría con la Iglesia y la
existencia de un rey seria sinónimo de monarquía absoluta. Si tomaron los gobiernos
electivos, la separación de poderes, los derechos individuales, la igualdad jurídica, entre
otras. Es verdad que las nuevas repúblicas seguían teniendo la influencia de corporaciones
poderosas como la iglesia o el ejército que lograban conservar fueros y controlar.
Por ejemplo Bolívar sostenía que el sistema republicano era la mejor opción por su
democracia, libertad, igualdad. Sostenía que “el equilibrio de poder entre las ramas de
gobierno en una república era la piedra que sostenía todo el sistema cuando la soberanía
había regresado al pueblo”.
A su vez hay distintas formas de republicanismo. En Perú existen dos lógicas. La primera
es la lógica representativa fija que el pueblo exprese su voluntad general a través de los
actos electorales. Pero la democracia no es directa, sino que una asamblea nacional
representa ese bien común. La segunda es la lógica jacobina-caudillesca donde el pueblo no
cede su papel a la asamblea nacional, sino que usaban la fuerza y la democracia directa.
Aquí surgen los caudillos.
Otro rasgo característico de este periodo es la militarización del poder. El autor Hébrard
afirma que cuando empieza la revolución esta la noción del ciudadano-soldado. Es el
vecino quien lo integra, pero la concepción del vecino en esa época tenía otra coyuntura.
Por ejemplo en algunas zonas las condiciones eran tener una propiedad, algún rol socio-
económico, vivir hace 10 años, y ser reconocido por la comunidad urbana. Tiene el deber
de participar políticamente, y defender la patria a muerte. Pero con estos vecinos no
alcanza, entonces se da un debate si se debe formar un ejército permanente o no. De este
debate surge el posterior interrogante de si estos deben tener el derecho de votar.
En Centroamérica, “pese a la leyenda negra forjada en torno a los comicios, todos los
aspirantes al poder, caudillos y líderes de los partidos liberal y conservador recurrieron
constantemente a los comicios en el siglo XIX. Así mismo hay que añadir que estos
caudillos y partidos políticos recurrieron con la misma frecuencia a las revoluciones.
Para la sociedad centroamericana del siglo XIX no había contradicción entre la celebración
de elecciones y la irrupción de revoluciones. El objetivo de toda revolución era defender la
constitución, el sistema representativo y los derechos adquiridos por los ciudadanos. Cada
acto revolucionario estaba apoyado por el derecho de insurrección, originario de la teoría
pactista. Este derecho se basaba en que los pueblos tenían el derecho de desconocer a los
gobiernos si este es tirano y va en contra del bien común, y hacer una revolución para
quitarlo del poder. Una vez realizada la revolución, se celebraban elecciones para elegir el
próximo presidente de la república. Dichas elecciones solían ser fraudulentas, esto era
usado como excusa para realizar otra revolución, junto a que el nuevo presidente se
extralimitaba en los poderes concedidos.
Es importante mencionar un autor que fue relevante en este periodo de tiempo, que es el
caudillo. Su poder lo construyen dentro de las fuerzas militares. Es una expresión de los
problemas y situaciones que se vivían en la época. Estos “hicieron uso del Estado de un
modo patrimonial, pagando favores y amistades, y castigando a los adversarios. Sin
embargo, ellos fueron delineando un Estado moderno fundado en la razón y en los derechos
constitucionales” (Losada, 2000). Eran ellos quienes representaban el bien común y debían
actuar ante la corrupción y el faccionalismo del gobierno de turno. Se presentaban como los
personajes capaces de salvar la republica que este en emergencia. Para lograrlo muchas
veces se autoproclamaron “dictadores”, donde el congreso le otorgaba facultades
extraordinarias, extra-constitucionales.
Estos aparecían en tiempos de crisis “para resolver las disputas políticas en calidad de juez
supremo. El caudillo se tornaba así en árbitro de la vida pública y en el proveedor de la paz
momentánea. Era visto como el padre de la patria.” (Losada, 2000). La legitimidad se fue
construyendo más allá de la constitución escrita, a través de favores y ayudas que repartían
en el día a día en la cotidianeidad. El carisma no era tanto una cualidad personal, sino los
atributos y percepción que tiene la población sobre ellos.
Los caudillos aparte de ser carismáticos, deben tener la virtud republicana que busca el bien
común, a favor de la república. Existe solamente un bien común, el otro es faccioso, por eso
no puede ser pacífica. Buscan restablecer el orden perdido, el origen armónico, a través de
un poder fuerte y una sociedad jerarquizada.
Otro aspecto a mencionar es la dificultad de recaudar impuestos, y por ende de formar un
grupo de funcionarios y un estado fuerte. Para aparear esa deficiencia se toma muchos
préstamos con el exterior y se instalan muchas empresas extranjeras.

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