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Violencia política en Guatemala

No se puede entender el problema de la violencia política sin conceptuar a la


política como una organización y aplicación sistemática de determinadas
relaciones que tienen en poder. La política organiza y tiene el control y poder que
otorga de forma estatal y viabiliza un proyecto político. En este marco, la violencia
es parte activa de la estructura social, no es solo un instrumento o medio de lucha,
sino que es todo un modo de conflicto que se tiene dentro del País.

Para nadie es oculto que Guatemala vivió durante 36 años un enfrentamiento


armado fratricida que afectó de alguna manera a toda la sociedad, pero,
principalmente al pueblo maya: enfrentamiento, que por su naturaleza e intensidad
puede asumir el calificativo de guerra; con sus inevitables consecuencias. Esto es
un claro ejemplo de esta violencia política que tiene el País donde en este hecho
no se respetaron los derechos de la población, y agregar todo el sufrimiento de
cada familia que se quedaron sin un hogar aquí se resalta esta violencia que ha
sido uno de los principales problemas que se tienen no solamente en ese tiempo
que ocurrió este suceso ,si no en la actualidad que siguen con la lucha de buscar
estrategias para mejorar esta situación teniendo en cuenta el bienestar de la
población del País.

Se puede considerar que la cantidad de hechos de violencia delincuencial, las


condiciones en que se producen (con tanta saña y brutalidad en ciertos casos) y la
reproducción a través de distintos espacios como los medios de comunicación,
hacen que la violencia sea parte cotidiana y activa de la existencia de
guatemaltecos y guatemaltecas, especialmente en los centros urbanos violentos:
hechos, procesos, imágenes y discursos que portan y reproducen violencia.

Guatemala, un país de gran heterogeneidad étnica, tiene una larga historia de


violencia estructural y guerra. Esta violencia es apoyada en gran parte por el
estado y sus representantes. Los tratados de paz de diciembre de 1996 pusieron
fin a la guerra civil, pero las estructuras de las instituciones gubernamentales no
permiten una amplia participación política de las diferentes mayorías que
componen la sociedad: pueblos indígenas y mujeres. La violencia ejercida para
combatir la guerrilla y controlar a los pueblos indígenas no permitió que la
población asimilara el sistema propuesto por el Estado. Los acontecimientos
posteriores al final de la guerra han causado una gran decepción, uno de cuyos
resultados es la pérdida de credibilidad del Estado.

Varias formas de violencia han tenido lugar aquí desde la llegada de los
conquistadores españoles. Habían pasado más de cinco siglos desde que los
mayas se encontraron con los invasores españoles, dando como resultado una
sociedad marcadamente asimétrica. En él, los descendientes de los
conquistadores y la clase dirigente del pueblo en desarrollo conservan todavía un
enorme y desigual interés por los pueblos primitivos. En lugar de disminuir, estas
disparidades alarmantes han persistido e incluso se han ampliado con el tiempo,
convirtiendo al país en uno de los más desiguales del mundo, con una distribución
del ingreso nacional aún más desigual. Estas enormes asimetrías estructurales se
ven ensombrecidas por un racismo implacable.

Guatemala estuvo viviendo durante 36 años un enfrentamiento armado que como


lo mencionábamos al principio esto es un reflejo de como la política tiene poder y
como esto hace que no tenga respeto por los derechos de la población ,sus
necesidades y que esto lo hacen sabiendo que muchas personas tienen ese
miedo de poder enfrentarlo y llegar asi a tener fin a este conflicto que se tiene
desde mucho tiempo atrás y que sigue en la actualidad se sigue teniendo esta
violencia que no se tiene estrategias que puedan llegar a influir en el bienestar de
la población y que pueda promover la igualdad que se debe llegar a tener para
mejorar al País.

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